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JAULA DE AMOR por rurufusu

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Notas del capitulo:

u.u..trayendo el nuevo capy espero les guste

-¿Que planeas hacer con él? sabes bien que no podrás retenerlo siempre en ese lugar-Haruhiko, se sentó en el sofá de la amplia oficina de su jefe, recargando su cabeza en su mano el codo se apoyaba en su pierna. Su mirada fría se clavo en el hombre sentado como si nada hubiese pasado, le sonreía con gran naturalidad.

-Lo tendré encerrado hasta que se enamore de mí, no permitiré que nadie más lo toque pude sentirlo cuando lo tome, era virgen fui el primero en disfrutar su delicioso cuerpo-su sonrisa parecía crecer con el recuerdo de su noche pasional, el sabor de su piel y la drogable sensación de esa suave piel desnuda bajo su cuerpo le era excitante.

-No puedes obligarlo, Zen reconsidéralo. Yokozawa no aceptara ser tu juguete sexual, no puedes comprarlo tiene orgullo y no aceptara esto-el hombre se levanto caminando hasta quedar frente a frente con su amigo, le preocupaba la forma en que estaba actuando. Verlo arriesgarse de esa forma por un hombre que apenas conocía.

El castaño se levanto de su sillón de cuero, caminando hasta el ventanal recargándose en el muro desvió su mirada a las calles y las personas en ellas. Cerro con fuerza sus ojos suspirando ¿Porque estaba haciendo esto? acaricio su mano recordando la sensación de su piel arder con aquel roce, su sangre se calentó con solo recordarlo.

-No es un juguete es mi amante, se enamorara no tendrá otra opción que amarme. Sera mi pareja no importa cuánto llore o suplique ¡es mío!-paso su lengua por sus labios recordando la dulce sensación de los suaves y aterciopelados labios del pelinegro, una sensación agradable se impregno en su piel, no recordaba haber sentido esa clase de emoción jamás.

-Zen, detén esto. No podrás detenerte si esto avanza, si solo te atrae podemos conseguirte un amante parecido, aun podemos callarlo-la forma de actuar de Zen le parecía extraño, jamás le había interesado tener un amante no después de Sakura. Era peligroso retener al hombre si este llegaba a escapar podría hundirlos si se sabía lo del secuestro y violación.

Dirigió su vista a Haruhiko, notándolo molesto e irritado. Lo sabía, sabia el problema en el que se estaba metiendo y no le importaba, debía admitir que ni por la promiscua de su ex esposa habría llegado a tal extremo. Si comparaba las sensaciones que tenia al tocar cada piel podría fácilmente decir que le era repugnante recordar a Sakura. La mujer era hermosa y despampanante pero interesada y hueca, la piel delicada y suave de su amado pelinegro era como tomar una droga, cada roce de ella una dosis que lo volvía un adicto.

-¿Recuerdas las palabras que mencionaste del amor? lo sentía cuando lo vi, todo fue como lo habías dicho. Estoy enamorado de él y eso me basta para retenerlo-nadie podría obligarlo a renunciar al hombre. Uso el dinero para comprar el silencio de quienes lo ayudaron a secuestrarlo, pago para callar a todos los que fueron testigos del traslado de su amante aun inconsciente del hotel al aeropuerto, fue cuidadoso de cubrir bien sus pasos.

No podía explicar porque él solo tacto de la piel del pelinegro lo aturdía, su frágil cuerpo lo enloquecía aun podía sentir el aroma de su ángel en su piel, solo unas horas atrás aun cubiertos y amparados por la noche llevo en brazos a su hermosa pareja hasta su jaula de oro, su apacible rostro durmiente estremeció cada fibra de su ser, quitando delicadamente unos mechones de su cara no pudo evitar el impulso de besarlo. Un beso dulce y lleno no solo de pasión tenía un claro dejo de amor, un amor legitimo por parte del castaño.

En Japón dejo todo arreglado para aparentar que su amado ángel había sido secuestrado a unas cuadras de donde vivía. Preparando todo para aparentar que fue una venganza de alguna compañía contra Marukawa despedazando todos los documentos del portafolio, todo indicaba un asalto, habían borrado ágilmente los indicios que los ligaban al verdadero secuestro. El dinero le facilito callar a los testigos, habían salido a las 3 am para evitar ser descubiertos cuando lo trasladaban, el jet tenía su propio hangar privado así que nadie los vio cuando abordaron llevando al inconsciente hombre con ellos.

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Sus ojos ardían había llorado por horas, despertó en una cama de un cuarto completamente desconocido, su cuerpo  dolía tenia  marcas del crimen cometido en su piel, estaba desnudo solo una camisa blanca se encontraba a su lado. Ahogando el dolor en su cuerpo logro levantarse sus piernas débiles apenas podían sostenerlo en pie, se vio obligado a apoyarse en la pared para caminar sin caer al piso.

-¿Dónde estoy? ¿Porque estoy en un cuarto?-apenas pudo calmarse noto el lujoso cuarto, una cama tamaño rey de con unas finas sabanas de seda blanca, el piso estaba alfombrado con una suave cubierta color vino, enormes ventanales de techo a piso adornadas con cortinas gruesas de color rojo con rejas doradas cubriéndolas por fuera, un enorme closet del tamaño de la pared  con un vestidor dentro y una puerta de madera roja posiblemente caoba, pudo ver otra puerta de madera negra más lejos.

*Tengo que salir de aqui, tengo que irme antes de que ese hombre regrese*con pasos temblorosos logro llegar, apenas logrando coordinar su mano temblorosa logro abrir la puerta, la más cercana a él aquella que parecía ser de caoba.

La puerta llevaba a un enorme baño, una tina de porcelana blanca, una regadera de gruesos cristales tintados de azul fácilmente pudo notar que muchos objetos fueron quitados, cualquier cosa que pudiera usar para cortarse. Sentía su cuerpo sucio llenando la bañera quiso limpiar la suciedad que sentía impregnada en su piel, quería irse limpio.

-Maldito, maldito infeliz...maldita bestia-se dejo caer de rodillas, apoyando su cabeza contra el borde de la tina su amargo llanto regreso, lleno de dolor y humillación no podía entender porque ese hombre lo tenía encerrado y había violado la noche anterior, no estaba consciente que había pasado un día entero dormido por los sedantes.

 *¿Porque? ¿No le basto humillarme la noche anterior?* el agua caliente relajo su adolorido cuerpo, lavo con esmero su piel quería borrar el aroma de aquel hombre impregnada en ella, apenas salió seco lo mejor que pudo su cuerpo, colocándose de nuevo la camisa salió del baño tenía miedo, miedo a no poder salir antes de que ese hombre regresara.

Sus pies descalzos tocaron la suave y fría madera pulida del corredor alumbrado con lámparas de cristal colgando del techo, un pulcro blanco teñía las paredes. El lugar era lujoso y daba un aire elegante, exageradamente enorme era del mismo tamaño que una casa.

*Ese maldito me trajo a un puto hotel de lujo, maldito enfermo* escupió con rabia, camino un poco mas pudo distinguir 3 puertas mas en el corredor, la puerta al lado de donde estaba era otro cuarto exactamente igual del que había salido con la diferencia que la alfombra era azul rey y las ventanas tenían un rejado igual, desechando por completo la idea de poder salir por alguna de ellas, era fácil ver que estaba cerca del piso y saltar seria fácil.

*Esto debe ser una maldita y enfermiza broma* la puerta frente del cuarto donde despertó era un despacho con 3 enormes libreros cuyas repisas estaban llenas de libros de toda clase, el escritorio en el centro  era amplio de madera café posiblemente de pino. El miedo comenzó a surgir de nuevo y con más fuerza recorriendo su piel hasta erizarle los vellos, estrujandole el corazón en cuanto una macabra idea se formo en su mente, haciéndole sudar frio de terror puro y total, ese lugar no era un hotel.

La ultima puerta era una mini sala de cine con 2 hileras de butacas de terciopelo rojo una enorme pantalla blanca cubría la pared de en frente, el proyecto lo ubico colgando del techo por inercia busco el reproductor encontrándolo a un lado de la puerta. Sus piernas comenzaron a temblar, retrocediendo hasta golpearse contra la pared, desesperado sus ojos buscaron frenéticos una salida, su cerebro le gritaba que corriera, sin razonar sus acciones comenzó a correr desesperado por el pasillo.

*¡No! ¡Esto no puede estar pasando! debe ser una maldita broma* siguiendo el pasillo logro encontrar unas escaleras, su cuerpo entero le gritaba de dolor y su mente le ordenaba que saliera, le resulto un infierno subirla cada escalón era un reto. Se dejo caer agotado estaba consciente que había sido drogado, el sudor le recorría la piel mezclándose con la adrenalina que su cuerpo aun desbordaba, apoyandose de nuevo en la pared logro levantarse.

El segundo piso solo tenía una gigantesca sala con sillones de piel blanca ubicados frente a un enorme plasma, un bar repleto de vinos y licores de las marcas más caras atrás de puertas de grueso cristal, junto al bar un comedor dividido solo por una barra de concreto, una cocina pequeña comparada con la sala casi escondida había una puerta corrediza junto al enorme refrigerador que solo daba a un cuarto pequeño de lavado.

Su única salida parecía ser la puerta frente a la sala, aun mas asustado corrió a ella, ahora estaba claro que lo tenían en una casa. Golpeo y pateo con todas sus fuerzas la puerta, esta no tenia pomo solo la cerradura indicando que solo se abría con llave.

-¡NO ESTO ES UNA MALDITA BROMA! ¡ESE INFELIZ!-golpeo la puerta hasta sangrarse los nudillos, grito hasta casi desgarrarse la garganta, no escucho ruidos ni respuesta a sus gritos fuera donde fuera que lo tenían estaba completamente aislado. Gruesas lágrimas de frustración escurrieron por sus mejillas, la desesperación lo inundo, no tenía forma de escapar, se dejo caer de rodillas completamente derrotado ante la situación.

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Era casi la media noche cuando pudo ir a su salón privado, construido de forma independiente de la mansión principal había sido un regalo que planeaba darle a la hipócrita de su ex esposa como regalo de aniversario esa había sido la idea original, al menos hasta que la encontré revolcándose con uno de sus socios en su propia cama cuando lo creían fuera del país. Logro echarla a patadas y sin un centavo de su fortuna además de lograr quedarse con su más valiosa joya una que intento arrebatarle Sakura. Agradecia que esa mujer jamás hubiera pisado esa hermosa casa que ahora serbia de jaula para su ángel.

Recorrió el sendero de piedra escondido entre los rosales, solo le tomo 10 minutos llegar a la puerta de su escondido nido de amor, una sonrisa su dibujo en su rostro de solo imaginar a la fiera que lo estaría esperando dentro y lo divertido que seria domarlo. Poniendo tensos sus músculos y alertas espero el ataque de su hermoso angel, abriendo con cuidado la puerta ingreso con cautela de no dejarlo escapar.

*¡AGH! ¡Es como un oso salvaje!* Juro que moriría en ese momento. Al sentir el golpe detrás de la cabeza poniendo todo negro cayendo de golpe al piso por inercia metió las manos para evitar golpearse la cara, soltando las llaves, giro su mirada viendo como caía al piso una de sus lámparas fijas su ángel logro arrancarla de un cuarto.

-¡Púdrete maldito enfermo!-tomo las llaves corriendo a la puerta calculaba que le tomaría cerca de 5 minutos recuperarse, le daría tiempo de salir de esa casa y tratar de conseguir ayuda sabía que tal vez no serviría pero al menos lo intentaría, no se quedaría quieto como un conejo asustado. Tomando las llaves trato de abrir la puerta sus movimientos eran torpes ridículamente torpes, el metal resbalaba de sus manos gracias al nerviosismo.

-¡No iras a ningún lado oso! no podrás escaparte de mí-sintió como su brazo era atrapado con fuerza en su espalda, su cara impacto contra la madera de la puerta, nunca previo que el castaño se recuperaría tan rápido del golpe, se vio reducido con facilidad perdiendo las llaves de su libertad entre los delgados dedos de su captor.

-¡Jomete maldita bestia! ¡Maldito violador!-dándole un codazo en su estomago trato de liberarse del castaño. Dándole con todas sus fuerzas creyó que se podría liberar, pero el maldito no lo libero, le dolió horrores el codazo aguanto el dolor y no libero al joven.

-Tendré que enseñarte disciplina oso malo-después de recuperar el aliento y sin aflojar su agarre lo obligo a separarse de la puerta notando la sangre en esta, mirando a detenidamente sus manos las vio llenas de heridas con sangre ya negra, lo obligo a caminar hasta la sala, entre mas peleaba más fuerza aplicaba en el brazo.

-¡AGH! ¡suéltame maldito enfermo!-forcejeo tratando de liberarse, al sentir más fuerza sobre su brazo cerró los ojos por el dolor que sentía, entere mas luchaba más dolor sentía bien podría jurar que le estaba partiendo el hueso, se vio empujado boca abajo contra uno de los sillones. Trato de patearlo, arrañarlo y darle otro cadozo sin exito, se vio arrojado con brusquedad contra el sofa, el miedo lo invadió de nuevo al sentir como sus muñecas eran atadas detrás de su espalda por algo suave posiblemente la corbata del castaño.

-¡Detente! ¡Basta, suéltame! no quiero esto-pataleo intentando zafarse, intento girarse para patearlo en la cara o donde fuera posible, su cadera fue sujetada impidiéndole moverse, las manos del contrario empezaron a recorrer su abdomen su camisa le fue arrancada con violencia, lucho aun mas por liberarse sabía lo que vendría seria violado de nuevo, sintió como su cadera era tomada con fuerza y empujada hacia bajo pronto su miembro comenzó a ser estimulado por una de las manos del castaño.

Mordiéndose el labio evito que cualquier sonido escapara de su garganta., le producía asco ser tocado de esa forma pero su cuerpo reaccionaba de otra forma a su mente aterrada.

-No mi amor, te enseñare a comportarte así no volverás a golpearme por la espalda ¡Eres un oso malo! deberé enseñarte cómo es que debes recibirme pero no te preocupes, tenemos mucho tiempo para que aprendas-pudo sentir como su piel se quemaba con el tacto de los dedos, comenzó a removerse frenético debajo del otro cuerpo por más que luchaba se veía mas sometido y mas caía en la desesperación al no poderse liberar, para retorcida alegría del castaño que amaba sentir el cuerpo del otro bajo el suyo.

*¡Maldito, juro que te hare pagar por esto!* sintió como su cuerpo era girado con fuerza y sus piernas colocadas sobre los hombros de Zen, se aterro al ver lo que estaba haciendo el hombre sin tacto ni cuidado lo penetro de una solo embestida sacando un gemido desgarrador de la garganta de su amante al sentirse invadido y sus entrañas desgarradas por el violento choque, las lagrimas escaparon de sus ojos celeste, su cadera era impactada con fuerza por el peso del cuerpo del castaño un dolor insoportable se repartía por su adolorido cuerpo aun herido de su primer violación, arrancándole con cada embestida el orgullo y la conciencia podía sentir la sangre escurrir de su entrada hasta sus piernas.

Su cuerpo aun no estaba listo  para ser tomado de nuevo y menos con esa brutalidad, el cálido semen lleno de nuevo sus entrañas, haciendo aun más amargas las lagrimas que escapaban de sus ojos, su conciencia se disolvía en un profundo negro estaba perdiendo la conciencia a cada segundo, su mente logro captar la voz de su captor a pesar de estar cayendo en la inconsciencia sintiendo el roce de una mano en su mejilla.

*Esta es tu jaula de oro mi hermoso angel, me perteneces no te dejare ir jamás*

 

Notas finales:

u.u..acepto quejas y segerencias


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