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Overtime por Nielie

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Notas del fanfic:

Y he decido comenzar a publicar este nuevo proyecto c:
Quiero intentar todos los géneros posibles con esta pareja <3
Esté es un intento de historia con Fantasía~

Acoto que el Lemon es leve~

Notas del capitulo: Primer cap, espero les agrade (:
“Déjame quedarme un poco más de tiempo contigo, solo un poco más…”

Changjo se despertó con el rostro lleno de sudor frío, la respiración agitada, y los ojos bien abiertos, tomo con fuerza las sábanas de su cama, esperando así tranquilizarse.

-¡Malditos sueños!

Exclamó golpeando con fuerza ambos brazos sobre la cama, para luego cerrar los ojos y llevarse el antebrazo sobre ellos.
Hacía tiempo que el joven sufría de extraños sueños, sueños que no entendía en absoluto, solo que siempre le causaban una opresión en el pecho, y le hacían despertar de esa manera.

Aún era temprano, las cuatro de la mañana para ser exactos. Changjo se levantó lentamente de su cama para ir a la cocina y tomar un poco de agua. Mientras lo hacía trataba una vez más de descifrar aquel tormentoso sueño, pero no podía, el que prácticamente viera todo de manera borrosa no ayudaba mucho, un lugar en el que nunca había visto en su vida, el mismo sentado viendo hacia la nada, una mano sosteniendo la suya y aquella rara voz pidiendo quedarse con él.

-Absurdo.

Hubo una época en la que creyó que aquel sueño se podría volver realidad, dado que era lo único que soñaba desde hace mucho y se repetía cada noche, algo debía de significar, pero quién querría quedarse a su lado, nadie.

Las horas pasan lentas, y Changjo solo se queda mirando fijamente el techo recostado en su cama, tan solo recordando aquella frase una y otra vez. De pronto ve como la habitación se ilumina de a poco, el amanecer hace presencia en su cuarto, suspira esperando comience la rutina de siempre.

Unos golpes resuenan por la habitación, alguien está llamando a la puerta, luego de unos segundos esta se abre, adentrándose un pequeño cuerpo encorvado.

-¡Changjo! ¡Levántate, ve a hacer las compras! ¡No te quedes holgazaneando todo el día!

Reclama una voz mayor.

-Sí.

Responde con desgana Changjo mientras se levanta de su cama, y se dirige hacia su armario para cambiarse de ropa bajo la vigilancia de su abuelo. Aquel pequeño hombre ya en edad, pareciera tan frágil.

-¿Has soñado con aquello de nuevo?

Pregunta el anciano, mientras se vuelve al lugar donde está su nieto cambiándose, puede notar unas tenues bolsas negras bajo sus ojos, cierra los ojos sabiendo ya la respuesta.

-Hoy viene el maestro Jun, le comentare sobre tus sueños, no podemos dejar que aquello arruine el linaje de nuestra familia de alguna manera.

-Abuelo.

Se queja el joven, las ideas maniáticas de su abuelo sobre sus sueños le molestan, lo había llevado al médico varias veces al haber pasado dos meses soñando lo mismo, pero su estado de salud siempre era el mismo, solo la última vez que fueron algo cambio, el doctor le había recomendado visitar a un psiquiatra, pero su abuelo se negó de inmediato alegando que aquello era solo para gente loca.

- Changjo ya tienes veinte años, y aun eres un mocoso que no entiende lo importante que es aquello que posees, no puedes dejar que acabe aquí, nosotros somos la familia Choi, la familia que protege el tiempo del mundo, somos los guardianes del mundo.

Da una pisada con un poco de furia sobre el suelo tratando de hacer entrar en razón a su nieto, pero no lo logra.

-Sabes bien que pienso de aquello.

Responde con voz cansada el joven, mientras termina de alistarse y se peina el cabello.

-¡Eres un irresponsable! ¡Tu padre volverá el día que menos lo pensemos y debes de estar preparado para tomar su lugar!

-¿Y qué? ¿Quién dijo que quería tomar su lugar? Abuelo estoy cansado de esta conversación que siempre termina igual, mejor voy a por las compras.

Termino y abandono su habitación, dejando a su abuelo reclamando. Camino apresuradamente por su hogar hasta salir de él. Ahora su camino era el pensar nuevamente sobre la segunda cosa que siempre lo atormentaba, el suceder a su padre. Siempre lo admiro, desde pequeño, le enseño Taekwondo, lo acompañaba a todas partes, siempre lo seguía a donde fuera, tenía una cálida sonrisa que todos los días le regalaba, y para recompensarlo siempre era el mejor de su clase, ya que cuando le mostraba sus logros, aquellos premios de excelencia escolar, el haberse convertido en el líder del club de Taekwondo de su Instituto, ver la alegría en el rostro de su padre era suficiente para él. Pero todo se derrumbó aquel día en el que su padre le contó sobre su partida, sobre su futuro, aun lo respetaba, pero aquello que le había dicho lo hundió.


- Changjo, ven un momento, tengo que hablar contigo.

Decía su padre asomándose por su cuarto cuando este estaba estudiando arduamente. Sonrió y siguió el paso de su padre. Ambos entraron a una habitación que su padre usaba como su oficina, dentro estaba su abuelo.

-Padre quisiera hablar con Changjo a solas.

-Solo quiero refutar que no le dirás nada de más ni de menos a mi nieto.

Su padre suspiro, y siguió su camino hasta su asiento. Hizo una señal para que el chico se sentara frente a él. El joven miro un poco disgustado a su abuelo, hace poco que había llegado a la casa y no le agradaba mucho aun siendo su abuelo.

-¿Qué cosa es padre?

Pregunto de manera inocente, aun con diecisiete años, cada cosa que su padre le contara era maravillosa para él.

-Antes, quiero que hagas algo.

-Claro, ¿Qué debo de hacer?

Su padre saco un pequeño anillo de plata de su bolsillo, a Changjo le pareció familiar.

-¿No es tu anillo?

-Sí, pero ahora ya no lo es.

Antes de que formulara otra pregunta, su padre le tomo las manos, dándole a decir que no pregunte más y solo lo deje hablar.

-Quiero que pares la trayectoria de este anillo hijo.

Los ojos del pequeño se abrieron levemente.

-¿Cómo?

-Concentrare en él, no le quites la mirada y solo piensa en detenerlo en el aire.

El joven pensaba que quizás su padre le estaba enseñando algún truco de magia, así que decidió intentarlo, asintió con la cabeza y centro su vista en el anillo que su padre tenía a una distancia prudente, este lo soltó y el niño siguiendo las instrucciones, lo hizo, el anillo quedo flotando en el aire frente a su mirada, estático.

-Muy bien hijo.

Su padre le dedico una tierna sonrisa y él se la devolvió, aunque no entendía bien por qué el anillo se detuvo y aún seguía estático frente a él, el saber que lo hizo bien para su padre le bastaba.

-Ahora haz que vuelva a moverse.

El pequeño se concentró de nuevo y el anillo abandonó su lugar para caer y ser atrapado por la mano de su padre.

-Eres muy bueno.

Con una mano su padre revolvió su cabello y el pequeño reía.

-Ahora, préstame atención.

Changjo escucho y se puso recto esperando que tuvieran que decirle. Su padre puso el anillo en su palma ofreciéndoselo.

-Este anillo será tuyo.

El pequeño sonrió ante el presente, mientras su padre se lo ponía en el dedo medio de su mano derecha.

-Pero debes saber otra cosa, yo… me iré.

La sonrisa que tenía aquel joven se borró.

-¿Porque? ¿Dónde? ¡Llévame contigo!

Decía algo alterado.

-No puedo, Changjo, tú debes cuidar de nuestro hogar hasta mi regreso, cuidaras de tu abuelo, él te preparara.

Las lágrimas inundaron el rostro del joven mientras trataba de ser fuerte.

-Llévame contigo…

Dijo levemente entre lágrimas en un ruego.

-Lo siento.


En el camino de vuelta decidió pasar por otro lugar, hacer algo nuevo y distraerse de todo aquello que invadía su mente casi todos los días. Un parque cerca de su hogar, uno que no había visto antes, era pequeño, tenía un estrecho pasillo con un asiento de cemento, alrededor estaba lleno de vegetación, unos cinco árboles y varios arbustos, parecía un jardín grande, el parque estaba cerrado, la entrada también era la única salida, al parecer nadie venía a menudo, parecía un sitio abandonado, pero mantenía su escaza belleza. Se sentó en uno de aquellos asientos largos del parque, y se entretuvo con una pequeña ardilla que había visto, no había nadie, y gracias a las paredes que rodeaban en parque nadie podría verlo, así que podía seguir con su pequeño juego, haciéndola detenerse cada tres segundos, sonriendo ante cada pose que tenía aquella pequeña criatura cada que la detenía.

-Wow, ¿Cómo haces eso?
Una voz hizo que saltara de su asiento y cayera en el suelo alterado.

-¿Estas bien? No fue mi intención asustarte.

Un joven de cabello castaño le hablo, era tan alto como él y de contextura delgada.

-No, lo siento, debo irme.

Dijo de inmediato, si aquel chico lo vio, debía de irse lo más rápido posible.

-¡Espera!

Escucho al chico gritar pero no se dio la vuelta, siguió caminando rápidamente, hasta que sintió pasos correr hacia él.

Y lo hizo.

Detuvo todo lo que tenía a su alrededor, se dio la vuelta para ver al chico en pose de estar corriendo, su cabello algo alborotado, su boca semi abierta, tenía los labios gruesos.
Decidió esconderse entre los arboles del bosque para perderle de vista, volvió a correr el tiempo y vio como el chico corrió un poco más y paro, mirando su alrededor algo confundido, buscándolo, pudo escuchar algunas palabras de derrota, y lo vio siguiendo el posible camino que pudo tomar. Paso unos quince minutos detrás de un árbol sentado, esperando para poder salir, no era la primera vez que era descuidado y lo descubrían usando su habilidad, pero sabía cómo poder esquivar a aquellas personas, aunque la mayoría eran pequeños niños, que solo lo olvidaban después de un rato.

-Estuvo cerca.

Suspiro, mientras se pasaba las manos por el cabello, estar en aquella situación lo frustraba, sabía que la solución era fácil, no usarlo, pero le era inevitable, lo relajaba de todo y podía tener leves momentos de alegría. Se levantó de a poco, y al darse la vuelta se encontró con la sonriente cara de aquel chico que lo había visto.

-Hola.

Saludo el chico, a lo que el otro volvió a parar el tiempo apenas lo vio, con una mano el en corazón por aquel susto, respiro hondo. ¿Cómo supo que estaba ahí?
Sintió ganas de tener un marcador negro en ese mismo instante y dibujarle cosas en la cara por haberle hecho pasar aquel susto, pero tan solo se alejó lo suficiente y dejo corre el tiempo mientras corría lejos de aquel parque, mientras se dejaba una nota mental de no volver a aquel sitio.
Volvió a su hogar con las compras hechas e hizo las labores cotidianas del hogar. Pasó el día y volvió a dormir y como siempre despertó de mala manera por culpa de aquel sueño de siempre. Ya todo era cotidiano. Se vistió como siempre y se dispuso a hacer los deberes hasta que se dio cuenta de la falta de algo en él.

-El anillo.

Dijo para sí mismo, sus ojos se abrieron en pánico mientras buscaba por todas las partes de su pieza, sin mucha suerte.

-Maldición ¿Dónde está?

Se sentó en el piso a hacer un repaso mental de lo que había hecho hasta encontrar algo que le indicara donde había dejado su anillo. No lograba dar con nada, sintió los pasos de su abuelo dirigirse hacia su recamara y decidió salir raudamente, si su abuelo se daba cuenta de que no tenía el anillo iba a pegar el grito en el cielo.

-¿Dónde vas?

Pregunto el abuelo al verlo salir de su habitación y yendo con paso rápido hacia la salida.

-A hacer un poco de ejercicio.

Mintió para poder salir rápido de aquel lugar. Se alejó lo más que pudo de su hogar y volvió a pensar en donde pudo haber dejado el anillo. Al no dar con nada decidió hacer el mismo recorrido de ayer, quizá este por alguno de aquellos lugares, le tomaría tiempo, pero eso era algo que le sobraba.
Recorrió todos los lugares posibles, solo le faltaba uno, al que no quería volver, había la posibilidad de que aquel chico pudiera estar ahí de nuevo.

-Bueno, eso no importa.

Bufo, recordando que podía detener el tiempo antes de entrar al parque y buscarlo más tranquilamente.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, hizo uso de su habilidad y entro al parque, y como pensó, ahí estaba sentado en la banquilla que el uso el día anterior, como si estuviera esperando algo o alguien, simplemente debe ser su lugar de relajación o algo así, pensó el pelinegro mientras entraba y buscaba por todos lados, el suelo, el árbol de ayer, solo faltaba aquella banquilla, se acercó a revisar alrededor de la banquilla y el chico, no lo encontró. De pronto se detuvo a ver el rostro de aquel chico, lo había paralizado justo cuando se mordía el labio inferior, al verlo detenidamente y fijaba su mirada directa en la de él sintió como si lo estuviera mirando con deseo por la manera en que se mordía aquel labio, sacudió su cabeza ante aquella idea, y volvió a buscar su anillo, su mirada se quedó quieta cuando vio su anillo, en el lugar menos esperado, estaba en la mano de aquel chico, se lo había puesto, estuvo a punto de reclamarle cuando recordó que no lo escucharía.

-Al menos lo encontré.

Se dispuso a sacarle el anillo, pero cuando sus manos se tocaron algo que de verdad no se esperaba sucedió, algo que nunca había pasado.
Notas finales: ¿Qué les pareció?
Me gustaría saber si opinión, los review's aunque no lo crean, animan mucho xD

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