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In Italia, la bella vita. por Teddy_Freddy

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Notas del capitulo:

Hola!

Gracias por sus comentarios.

 

Me alegra que les guste, pense que tenia sintomas de locura al escribir sobre esta pareja. 

 

Pero si les gusta esta bien.

 

Respondere sus comentarios mas tarde.

 

Saludos

Capitulo 3. -Un paso para el desastre.

Recorres el lugar con la vista, con esta ya van diez veces que tu mirada busca nerviosa a los Bernoulli. Asientes mientras sonríes para Sally quien esta sentada frente a ti hablándote sobre lo que vieron en las tiendas y sobre lo mucho que quiere una boda en la campiña. O de eso estaba hablando hace media hora, ciertamente no le estas poniendo atención.
Aunque no quieras admitirlo desde hace unos días no haces mas que pensar en el idiota de Francesco, desde que... Ni siquiera quieres recordar desde cuando no puedes sacártelo de la mente, te mueres de vergüenza.
¡¿Como es que puedes vivir después de que alguien los descubrió?!
Tú mismo te lo preguntas.

Y es justo desde ese día que alguien los descubrió haciéndolo sobre tu auto que estas evitando al italiano a toda cosa.
Cada vez que el castaño esta cerca de ti te aseguras de que alguien este en medio de los dos, también de manera nada disimulada has estado escapando de él y cada vez que dice que tienen que hablar lo ignoras y te larga, te vas lo mas lejos que te es posible... porque si estas cerca de Bernoulli volverás a caer.

Es por eso que no quieres estar en ningún lugar en donde el italiano este presente, pero justo ahora te encuentras en una fiesta en la que celebran a la madre de Francesco.
Él invito a todos los corredores y tu fuiste claro en decirle que no querías, pero te chantajearon para aceptar. ¿Como fue eso? Algo así...

Francesco estaba hablando sobre la fiesta enorme que iba a hacerle a su amada progenitora, todos estaban encantados por ser invitados a una fiesta italiana (ya que todos eran extranjeros y estaban curiosos). Cuando los ojos almendra de Francesco se encontraron con los celestes que eran tus ojos lo único que pudiste hacer fue retroceder. Y aunque buscaste un modo de escapar no te fue posible, habías bajado la guardia un momento.

—¿Cuento con tu presencia en la fiesta? -te pregunto poniendo los brazos a cada lado de tu cabeza, tu negaste de inmediato.
—No, yo estaré ocupado ese día.
—Aun no te digo cuando sera. -te dijo enarcando una ceja, resoplaste por ser tan idiota (pero ¿Quien no era idiota cuando Francesco lo veía tan de cerca?)
—Sea el día que sea estaré ocupado, no estoy aquí por gusto ¿sabias?
—¿No?
—No, estoy aquí solo por trabajo Cuando las carreras terminen regresare a Estados unidos, lejos de ti.
—Eso hace que suene a que no quieres a nadie de tus compañeros, eres un poco frió ¿no Crees McQueen? -te pregunto con ese tono cantarin característico de los italianos, paso sus dedos por tu barbilla y lentamente subió por tus mejillas hasta tu cabello. Reaccionaste de mala manera e hiciste algo (excesivo) de lo que te arrepentiste al momento. Le diste un puñetazo mientras decías.

"No me toques"

Quizá fue el tono, el golpe o la manera despectiva en la que dijiste aquello, pero gracias a eso viste a Francesco abrir los ojos como platos, todos tus compañeros los veían a unos metros con una expresión genuina de sorpresa. De inmediato escuchaste que preguntaron ¿Que pasaba? y porque estaban peleando.
Pudiste inventar una excusa.. pero cuando viste al italiano te quedaste sin ideas.

La expresión dolida de Francesco te aturdió casi tanto como si te hubiera regresado el golpe, pasaste de él y caminaste hacia la salida, tenias que huir de allí, tenias que alejarte de él. Pero antes de que pudieras salir de aquel lugar alguien llego y se planto frente a ti.

—Ciao, McQueen. -te saludo en tono meloso, su cabello castaño igual al de Francesco, sus ojos iguales a los del molesto corredor, después de todo era su madre, era obvio que se parecería al tipo que te volvía loco (en todos los sentidos).
—Lo siento, voy de salida...
—Vengo con tu linda prometida. -te dijo la mujer y de inmediato la chica te salto a los brazos diciéndote "Rayito". Sonreíste nervioso mientras Francesco iba a donde su madre.

—¿Que te paso en la cara?
—No es nada, mamá. -respondió Francesco y le besó la mejilla cariñoso. Los ojos almendra de la mujer se posaron en ti de inmediato, tu querías salir de allí lo mas rápido posible.
—Por cierto McQueen, le decía a tu prometida que los espero en mi fiesta. Seria un gran honor para mi tener a la gente que es importante para mi hijo en mi casa.
—Yo estaré ocupado... -dijiste al mismo tiempo que Francesco decía "Él estará ocupado".
—Seguro que es algo que se puede cancelar... ¿No? ¡o es como lo que estabas haciendo el otro día? -te pregunto entrecerrando su mirado sobre ti y sabias a lo que se refería, Porque ella los había visto sobre tu auto. —Vendrás ¿verdad?

Sabias que te estaba chantajeando, que esa pregunta era solo para presionarte. Ella te exigía ir y no podías decirle que no. Tu mirada se poso sobre el rostro de Francesco, por primera vez él no estaba viéndote tenia el rostro volteado y te dejaba ver la marca roja que le habías dejado por el golpe.
Asentiste sintiéndote entre la espada y la pared susurrando un "iré".

Y allí estabas, en la fiesta de la madre de Francesco escapando de él, lo extraño era que habías visto a la señora Bernoulli pero no al corredor. No sabias si eso era bueno o malo.
Cuando fuiste a estirar un momento las piernas terminaste en el jardín de la enorme casa, desde allí daba una vista hermosa del mar. Te quedaste viendo un momento hasta que escuchaste unas risas cerca de ti y el nombre de Francesco, lo buscaste entre el jardín y no tardaste mucho en encontrarlo besando a una hermosa chica a la que reconocías como una modelo.
Tu respiración se detuvo cuando los ojos avellana te encontraron entre las flores del jardín, esa mirada que conocías bien, la que el italiano ponía cuando estaba a punto de "devorarte" solo que esta vez no era para ti.

Giraste sobre tus talones y saliste rápidamente del jardín, llegaste a donde Sally y estas pensando pedirle que de fueran en ese mismo instante, pero ella estaba platicando con la señora Bernoulli. Te obligaron a sentarte frente a ellas en la mesa y tuviste que reprimir tus ganas de gritar.

—Ciao McQueen... -escuchaste su voz a tu lado, lo fulminaste con la mirada. Él ya no iba acompañado de nadie, eso te aliviaba un poco...
—Francesco... -dijiste su nombre a modo de saludo y sentiste su mano recorrer tu pierna por debajo de la mesa...

Definitivamente odias a Francesco...

Notas finales:

Comenta Francesco sensual si quieres lemon en el proximo capitulo

y si crees que Francesco es sensual


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