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In Italia, la bella vita. por Teddy_Freddy

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Notas del capitulo:

Hola! Teddy_Freedy hara un anuncio. 

 

Tu, si tu quien lee esto. ¿Te gust mi fic? Pues hasme el favor de recomendarlo  A tu amiga, a tu prima, tus vecinas, tus conocidas, tu novio, tu perro... XD.

Ultimamente no muchas personas leen mi fic y eso me pone triste. u.u tal vez no es tan cool pero esta hecho con amor, asi que me vendria bien si lo recomiendan y asi llega a mas personas. :D  Si quieren seria genial y les amaria eternamente. uwu <3

 

Saludos a:  EClover   uwu ciao

 

Advertencia del capitulo: Lemon. uwu

Capitulo. -10 Paseo nocturno.


Jueves por la tarde, habían estado cerca de esa hermosa playa desde el domingo pasado y solo habías visto la playa de cerca tres veces en ese tiempo. Los colores se mezclaban con la blanca arena a la orilla creando colores verdosos y se hacían mas fuerte en tonalidades azules mientras mas se alejaban de la playa.

Ver ese hermoso paisaje en tonalidades azules te hacia recordar el cumplido que había hecho Francesco sobre el azul de tus ojos, ciertamente recibir un cumplido de ese tipo altamente narcisista era algo para tomarse en cuenta. No pudiste ocultar la sonrisa boba que apareció en tu rostro.

—¿Que pasa con esa sonrisa? -escuchas a tu amigo preguntar rompiendo totalmente el momento.
—Nada. -Respondes de inmediato sonriendo ahora de manera forzada. Aun no te acostumbras del todo a la nueva apariencia que tiene Mate, pero tienes que reconocer que el italiano tiene talento para cambiar de imagen a las personas a veces.

Incluso la ropa que te compro es muy linda y te hace ver "elegante".

Volteas la cabeza buscando al castaño con la mirada y lo encuentras a unos metros rodeado de chicas bonitas en traje de baño. Como es ley en esa playa todas son delgadas y hermosas... todas y cada una tratando de hacerse notar frente a Francesco.
No estas molesto para nada ¿porque deberías de estarlo? No es como si fuesen algo ustedes dos... Bueno últimamente ya ni sabes lo que Francesco Bernoulli y tu son...

Al parecer tuvieron un pasado juntos, pero ciertamente no recuerdas mucho antes del accidente...

—¿McQueen? ¿Estas escuchando? -la voz de tu amigo te saca de tus pensamientos, volteas a verlo con una mueca de confusión tratando de disimular que te has quedado viendo con dirección a Francesco y sus fans por un largo periodo de tiempo.

—Lo siento Mate... -te disculpas rascando tu nuca. —¿Que decías?

—Te estaba diciendo que Sally me mando una foto de como serán las invitaciones. ¿Porque no me dijiste que te llamabas Steve Alexander? Por un momento pensé que la señorita Sally se iba a casar
con alguien mas.

—¡¿Que?! -abriste los ojos como platos tomando el teléfono de tu amigo, viendo la invitación de la que hablaba. —¡¿A quien mas le envió esto?!

No pudiste evitar preguntar. Por un momento se te había olvidado todo ese asunto de la boda.

—Pues a todo el mundo. A todos los que están invitados, nuestros amigos, los corredores, las madres de los corredores...

—¡¡...!! -Mate continuo hablando pero dejaste de escucharlo después de "los corredores". Tu mirada se encontró de nuevo buscando al italiano solo para verlo en medio de las chicas viendo su celular ya sin la sonrisa que tenia antes. Los ojos color avellana vieron hacia tu dirección antes de decirle algo mas a las chicas, luego empezó a caminar hacia ti.

No pudiste evitar sentirte tenso, no tenias idea de que ibas a decirle. Ni siquiera sabias porque tenias la fuerte necesidad de disculparte por el tonto mensaje que Sally le había mandado al italiano. Cuando estuvo cerca estiro una de sus manos, te pusiste aun mas tenso y apretaste con fuerza los parpados, Francesco tenia la costumbre de hacer eso y pasar sus dedos por tu cabello.

Sin embargo esta vez su mano no te toco ni un solo cabello y fue a parar al cabello de tu amigo. Lo supiste cuando volteaste a el tras haber escuchado su risilla boba. Francesco le estaba sonriendo a él, le estaba poniendo atención a Mate mientras que a ti te ignoraba olímpicamente.
Debías admitir que eso había dolido.

—Hey McQueen, Mr. San Francisco me ha dicho que esas chicas querían salir con nosotros. Al parecer les guste mucho. -dijo tu amigo con sus mejillas sonrojadas.

—¿Como no vas a gustarles? -escuchaste a Francesco preguntar, lo viste pasar su brazo por los hombros de Mate mientras algo se revolvía dentro de ti. —Eres un perfecto ejemplar americano y es difícil admitirlo, pero a los italianos nos gustan un poquito los americanos. -le susurro al oído y apretaste los puños.

—Waa. Mr. San Francisco, me apena. -Viste las mejillas sonrojadas de tu amigo antes de girar la vista hacia el mar. De verdad no tenias necesidad de ver como esos dos coqueteaban frente a ti. Te dedicaste a ver el mar mientras el sol se ocultaba lentamente, Mate hizo un esfuerzo tras otro de comentarte cosas para que entraras a la conversación. Pero no te sentías con animo de hablar. Bueno tal vez si, pero querías decir muchas cosas sobre Francesco y no ibas a decírselas a él precisamente.

Suspiraste profundamente... te gustaría tener a alguien con quien hablar, al menos unos minutos. Hasta te pareció que tu teléfono estaba sonando, pero ni siquiera tenias tu teléfono contigo. Volteaste disimuladamente hacia el par para ver de quien era el teléfono que estaba sonando y viste a Francesco sostener un teléfono exactamente igual al tuyo... inclusive ese raspón de cuando se te cayo al recibir la noticia de Hudson Hornet...

—¡Ese es mi teléfono! -Gritaste señalando el teléfono en la mano del italiano.
—Si, me dijiste que lo guardara ¿No lo recuerdas? -Frunciste el ceño, era obvio que no era cierto. Simplemente le quitaste el teléfono de la mano al italiano y te lo llevaste al oído contestando.

—¿Hola?
—Hola chico dorado ¿Ya te olvidaste de mi? Dime que no te has olvidado de mi chico, vamos que yo te hice hombre. -dijo una voz apurada del otro lado de la linea.

—¿Harv? -preguntaste sorprendido alejándote de la mirada de Francesco y Mate. —¡Cuanto tiempo sin escucharte!

—Si lo se, Tengo tiempo por fin para llamarte y escuchar tu voz. ¿Que pasa? ¿Como esta eso de que vas a casarte? -te pregunto y arrugaste las cejas, te volteaste a ver a Francesco y Mate.

—Los alcanzo mas tarde.

Dicho esto caminaste al lado opuesto a donde ellos iban a ir en primer lugar. Volviste a poner el teléfono en tu oído.

—¿Aun sigues allí Rayito?

—Estoy aquí... es solo que no se por donde empezar, es una larga historia de lo que ha pasado desde que deje Estados Unidos para ir al Gran Prix Mundial.
—Tengo tiempo, así que empieza.

—Bueno... ¿Recuerdas la razón por la cual empece con las carreras de autos? -empezaste a decir mientras caminabas sin rumbo alguno por la playa, escuchando un "aja" del otro lado. —Lo encontré, en el gran Prix mundial... Tal parece que también había estado buscándome.

—¿Si? ¿Y quien es? ¿Esta buena? Seguro es una belleza!

—Es Francesco Bernoulli. -dijiste de inmediato.

—¿Francesco Bernoulli? ¿El corredor de la F1? ¿El "Francesco Bernoulli" que siempre se estaba burlando de ti diciendo que eres un lento y se cree mejor solo porque es millonario y super guapo y sensual y todos babean por él porque es un perfecto adonis italiano?

—Em...Si.

—Igual yo si le daba, ese tipo es el mas guapo que jamas he visto. Me volvería Homo por él. ¿Te volvió homo? Espera ¿No se supone que vas a casarte con esa tipa nada linda... Sally? -pensaste seriamente en colgarle después de eso.Por otra parte necesitabas con quien hablar.

—Si... Pero ahora que he estado conviviendo más con Francesco...No se que hacer Harv, de verdad no se que hacer. -Te sentaste en la arena y te abrazaste las rodillas.

—Cuéntame todo Alexander... -escuchaste a Harv decir en tono mas serio y no pudiste evitar contarle todo.


Le contaste lo que le prometiste a Hudson Hornet que no lastimarías a Sally y le habías prometido a la señora Bernoulli que no lastimarías a su hijo. Inevitablemente le ibas a tener que romper el corazón a alguno. Le contaste lo que recordabas de tu niñez, del encuentro con Francesco. De como se había dado la extraña relación que tenían ahora, le hablaste de Sally y la presión que había metido en ti al decirte que posiblemente estaba embarazada. Le contaste todo lo que no le habías dicho ni a Mate, Le contaste como el italiano te hacia enojar y sin darte cuenta terminaste diciéndole todo lo que te gustaba de Francesco...
Hasta que te quedaste sin palabras.


—Es mas que obvio que estas enamorado de Francesco Bernoulli. Idiota.


Ya lo sabias, te dabas una idea cuando tus ojos empezaron a buscarlo mas que a Sally. Pero aun si sentías todo lo que sentías no podías dejar tu compromiso... No podías abandonar a una mujer embarazada. Estabas seguro que Hudson Hornet nunca te lo perdonaría desde donde sea que estuviera.

Cuando colgaste con Harv ya no había luz de sol en la playa, la luna iluminaba bien y al ser un lugar alejado de las luces de ciudad te permitían ver un cielo lleno de estrellas. Te abrazaste un poco mas sintiendo el frió hasta que algo envolvió tu cuerpo. Levantaste la mirada encontrándote a Francesco, te había puesto una chaqueta sobre los hombros.

—Es tarde para que estés aquí solo. -dijo sentándose a tu lado, pensándolo un poco después de todo sus pantalones eran caros como para estar sobre arena.
—¿Donde esta Mate? -preguntaste notando la ausencia de tu amigo.

—Estaba distraído hablando con su novia por web-cam y le puse unas pastillas para dormir en su bebida para que nos diera unas horas a solas. -reíste bajito arrugando un poco la nariz. —¿Vamos a cenar? Conozco un lugar genial a unos minutos de aquí. -dijo acomodando tu rubio cabello hacia atrás, ibas a alejar su mano pero el la tomo antes depositando un beso sobre las vendas de tu mano herida.
No podías alejar tu mirada de sus ojos, te recordaba un poco al niño que encontraste dentro de un queso gigante alguna vez... un atisbo de tristeza.

—Esta bien. -fue tu simple respuesta-

El viaje fue de hecho un poco largo, él había dicho "unos minutos" pero llevaban mas de una hora en el auto. Y considerando las velocidades que alcanzaba Francesco en su ferrari el restaurante en cuestión estaba mas lejos de lo que creías. Aun así el viaje estuvo bien, pudiste ver muchos lugares lindos y escuchar la voz de Francesco cantando en su legua materna.
Una verdadera belleza.

 

Cuando llegaron al lugar donde iban a cenar te quedaste con la boca abierta. No podías ver nada mas que una montaña, la sonrisa de Francesco te decía que aun había algo mas. Lo seguiste sin saber exactamente que te ibas a encontrar en el lugar al que te llevaba, había un hombre en lo que parecía la entrada a una cueva, le pregunto algo al castaño sin siquiera verlo.

—Francesco Bernoulli...Ho fatto una prenotazione. -de inmediato el hombre levanto el rostro y se disculpo. No entendiste mucho de lo que dijo pero se veía que trataba de quedar bien con Bernoulli.

Los dirigieron a una mesa, el restaurante era de verdad increíble. Era la primera vez que veías un restaurante a un lado de un acantilado. La mesa privada que les dieron les dejaba ver el agua azul debajo, te encogiste de hombros viendo a Francesco.

—Este lugar es increíble...¿Vienes aquí seguido? -parecía un lugar muy costoso y te sentías incomodo.

—A veces... me gusta este lugar porque puedo ver el agua azul y ese color siempre me ha recordado a ti. Me propuse a mi mismo traerte alguna vez y aquí estamos. Es mucho mejor contigo aquí.

—Gracias por traerme... -bajaste la mirada sonrojado, mientras el mesero ponía una velas dándole un toque mas "romántico".

La cena estuvo deliciosa, la compañía solo hacia que la noche fuera mejor. Cenaron bebieron vino y hablaron de tonterías. Se olvidaron deliberadamente de todo.
Francesco te contó sobre que creció a la sombra de la famosa pista de carreras de Monza en Italia, donde él y sus amigos se colaba en la pista y la carrera de la famosa Pista di Alta Velocita turno banco. Y tu le contaste sobre como Hudson Hornet te entreno para manejar sobre tierra.

Cuando la cena termino salieron del restaurant, era muy tarde para regresar (ademas que ambos habían bebido de mas) Así que Francesco sugirió ir aun hotel convenientemente cercano del restaurant. Te limitaste a decirle que si.


A penas entran a la habitación envuelves tus brazos en su cuello, escuchas la puerta cerrarse a las espaldas del castaño mientras te roba el aliento en un apasionado beso. Correspondes sin dudarlo dejándolo profundizar el ósculo.
Ya que es una nueva habitación no sabes muy bien a donde se dirigen, casi caen dos veces rompiendo el beso, pero lo reanudan de inmediato.
Casi es una proeza llegar a la cama sin romper nada en el camino.

De inmediato sientes los labios de Bernoulli atacando tu cuello, sus manos ansiosas moviéndose por tu cuerpo, te hacen estremecer cuando logran colarse por debajo de la camisa. Te muerdes ligeramente el labio al sentir tu camisa siendo desabrochada, los labios italianos bajando lentamente desde tu cuello dejando marcas rojas y mojadas en cada lugar que pasan. Sus dedos ansiosos pasan por tu entrepierna y te retuerces de placer echando la cabeza hacia atrás, levantas un poco tu rodilla sintiendo algo contra ella, escuchas al italiano gruñir contra tu piel.

Levantas la mirada para verlo...dios, estas siendo tan desconsiderado. Siempre dejas hacer a Francesco todo. Excepto esa vez que fingiste estar ebrio por el limoncello...

—Espera... -susurras a duras penas y lo detienes empujándolo un poco. La mirada de confusión del italiano casi te hace sonreír. Logras hacer que se siente en la cama. —Déjame... hacerlo...

—¿McQueen?. -Ni siquiera te atreves a verlo directamente, te limitas a pasar tus dedos por su abdomen antes de llegar a su cinturón. Por un segundo te parece escuchar tu corazón en tus oídos, de fondo el sonido metálico de la hebilla siendo desabrochada.

Tus mejillas se tiñen de un bermellón intenso, después puedes culpar al alcohol, de lo que vas a hacer. Francesco respinga cuando lo acaricias directamente, es tan caliente y duro...
"Si dices algo vergonzoso te mato" -susurras, sin embargo no estas seguro de que él te escuchara, levantas la mirada encontrándote con su mirada intensa y llena de deseo.
No puedes contra eso...

Es tu primera vez haciendo eso... estas tan nervioso que ni siquiera sabes si lo estas haciendo bien. Tus parpados se cierran con fuerza, sintiendo lo caliente y duro que esta en tu boca. Sus dedos hundiéndose en tu cabello y los suspiros bajos de Francesco te motivan a intentar hacerlo un poco mas. Poco a poco abarcas mas y mas , Francesco es grande así que estas seguro de no poder ir mas profundo. Aun así lo compensas con tu mano, subiendo y bajando al compás que el italiano te ha impuesto.

Un sonido se queda atrapado en tu garganta cuando te obliga a ir mas profundo, volteas la mirada hacia él viéndolo enfadado.

—Scusa... -te dice pasando sus pulgares debajo de tus parpados llevándose consigo las pequeñas lagrimas que brotaron por lo de recién. Una de sus manos vuelve a tu cabello y la otra entrelaza los dedos con los tuyos.

Vuelves a tus movimientos torpes, bajando y subiendo. Estas más rojo que un tomate, pero aun así no puedes dejar de ver a los ojos color avellana del italiano. Definitivamente vas a culpar al alcohol de tu comportamiento lascivo. De pronto sientes el cuerpo contrario un poco mas tenso... Te aleja mientras susurra "basta, no quiero terminar aquí"

Arrugas las cejas y te alejas, la verdad es que tu también quieres algo mas.
Las habilidades de Francesco de quitar la ropa en segundos se hacen presentes.

"Ahh... Fran...Francesco" jadeas su nombre cuando lo sientes dentro. Tu cuerpo entero tiembla cuando comienza a moverse tocando ese lugar que te hace estremecer desde adentro. Como siempre te pierdes en el placer que te da con cada movimiento, hundes tus dedos en las sabanas, quieres abrazarlo pero la posición no te deja, así que te abrazas a la almohada cerca a ti. También te ayuda a callar tus gemidos, sin embargo esto parece no gustarle al italiano.
Lo sientes detenerse y después te gira quedando de frente.

"No importa si dejas mas marcas... solo abrazate a mi"

Piensas un poco en la espalda del italiano, pero cuando comienza a moverse de nuevo se te olvida hasta tu nombre. (El cual por cierto es Steve Alexander McQueen)

Francesco te hace temblar, con sus movimientos, con sus caricias, con sus mordidas... susurrando tu nombre en tu oído.

No supiste exactamente cuantas veces lo hicieron, Francesco te dejaba mas confundido que el alcohol. Era tan rudo y a la vez tan gentil que lo encontrabas sumamente fascinante...

Te dio un ultimo beso demandante antes de decir que te dejaria descansar... Tu cuerpo aun temblaba con las sensaciones a flor de piel. Te permitiste acomodar tu cabeza en el pecho contrario y cerraste los ojos sintiendo sus dedos acariciar tu cabello.

Mientras él te susurraba "Ti voglio bene"
Tal vez era él alcohol lo que te hizo susurrar....

—Escapémonos juntos...

La expresión de sorpresa del italiano era igual a la tuya... Esperar por la respuesta iba a ser una agonía.

Notas finales:

#lechita de McQueen XD

 

Si recomiendan este fic les dare una galleta *v*

 

El restaurante de verdad existe, se llama "Cliff Restaurant, Italy."

Esta lejos de tropea, pero no se fijen mucho en eso XD

 

Saludos Bellas, las quiero. Y si hay hombres leyendo esto 0.o Holo(?)XD

Hasta luego. 


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