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In Italia, la bella vita. por Teddy_Freddy

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Notas del capitulo:

Ciao!

Graacias por sus lindos comentarios.

 

Les traigo la continucion, espero que les guste uwu 

Capitulo 2. -Procedimientos para llegar a un común acuerdo.

La carrera de demostración resulto de una manera "desastrosa", como era de suponerse te dejaste llevar por tus emociones al estar al volante y es que eso aunque te ayudo a ser el novato sensación también te causo un montón de problemas. Hoy era uno de esos días, aunque sabias que la carrera era solo para ir conociendo la pista y para que los patrocinadores buscaran talento entre los corredores de manera pacifica (osea sin esa pelea a muerte por llegar primeros) Tú no pudiste dejar tu competitividad con Francesco y gracias a ello habían tenido una pelea durante la carrera, ademas sumándole que de alguna manera la frecuencia del radio en tus pits se mezclo con la de tu enemigo y podías escuchar todo lo que decía el italiano.
No te ayudaba a concentrarte el que se la pasara cantando.


—Te voglio bene assaie
ma tanto tanto bene sai
è una catena ormai
che scioglie il sangue dint'e vene sai~

—¿Quieres callarte? Sabes que estoy escuchando todo lo que dices... -le dijiste mientras fruncías el ceño, no escuchaste nada por unos segundos y después volviste a escuchar su voz cantando aun mas fuerte. Le gritaste de regreso y lo escuchaste estallas en una sonora carcajada, Sí, el se estaba burlando de ti.
Cuando por fin dejo de cantar pensaste que al fin podrías tener algo de paz mientras acelerabas en la ultima vuelta., pero Francesco te hablo de nuevo.

—Hey McQueen. ¿Que vas a hacer después de la carrera?
—No lo sé, tal vez ir a cualquier lugar donde no me estés jodiendo. -respondiste malhumorado.
—No te estoy jodiendo...aun. -el tono lascivo que uso provoco que tus mejillas se sonrojaran, apretaste un poco mas el volante mientras anotabas mentalmente no decir esa palabra cerca de el italiano.
—¿Que pasa rayito? ¿Te sonrojaste?
—Claro que no... ¿Quien demonios se sonrojaría? -dijiste a la defensiva, lo escuchaste reír de nuevo. Sabias que estaba a tu lado viéndote, ahora querías con mas ganas tener vidrios negros para no ver la sonrisa burlona que te dedicaba Bernoulli.
—¡Oye McQueen! ho appena ricordato... Iba a preguntarte ¿que canción quieres que cante en tu boda?
—Primero, nadie te invito. Segundo ¿a quien demonios le gustaría escucharte cantar? y tercero vete al diablo Bernoulli!

—Sei così carino , McQueen. -te dijo en un tono meloso. —Pues primero me invito la bella Sally. A ti, a ti te gusta mi voz. ¿No me sientes ahora?...Hablándote al oído. -susurro y si, lo sentiste hablándote al oído gracias a los auriculares por los que se comunicaban. Sentiste un escalofrió recorrerte la espalda y al mismo tiempo en un contraste sentiste también el calor subirte desde lo bajo del estomago. Aunque no quisieras admitirlo aun podías recordar la sensación de tener al italiano hablándote al oído, sus brazos sujetándote con firmeza desde atrás y todos esos pensamientos terminaron en tus recuerdos de Francesco hundiéndose en tu cuerpo, llevándote a la gloria con el movimiento de sus caderas.

Te descontrolaste un poco y gracias a ello terminaste chocando con la valla antes de cruzar en segundo lugar (ya que Francesco termino en primero por que redujiste la velocidad). Fuiste de mala gana hasta tus pits para ser regañado por tus amigos.


Y ahora allí estas, en el lugar donde esta guardado tu auto. Con el celular en el oído escuchando el molesto tono de espera.

—Vamos, contesta de una vez... -dices molesto viendo la abolladura que tiene ahora tu auto, tus amigos fueron con Sally a recorrer las tiendas para preparar una fiesta asi que estas solo en el almacén con tu auto y hablando por teléfono con Ramón.

—Si, la pintura esta arruinada en esa parte, decidí llamarte porque no quiero que nadie mas toque a mi auto. ¿Puedes venir?
—Si, de que puedo puedo.... Pero pues tardare, Italia no esta a la vuelta de la esquina de radiador Springs.
—Lo sé, pero tenemos dos semanas para arreglarlo antes de la carrera. ¿Sera tiempo suficiente? -preguntas mientras tocas el raspón, pero antes de que Ramón te conteste sientes unos brazos tomarte por la cintura y de inmediato una mordida a tu cuello que provoca que un sonido vergonzoso escape de tu garganta.

—Mgh... -te cubres la boca con la mano libre y le das un golpe con el codo a Bernoulli el cual parece no darse cuenta de que acabas de golpearlo y continua besándote (y mordiendo) el cuello.
—¿Que fue eso? -escuchas preguntar a Ramón y el italiano te susurra al oído "Dile que soy yo haciéndote gemir".
—¡No es nada, te esperamos aquí! Adiós. -dices de manera apresurada y cuelgas. Te quitas los brazos de Bernoulli de encima y te volteas hacia él molesto. —¿Que demonios crees que haces?

—Estoy aquí, siendo guapo. Francesco siempre lo es. -te responde en tono presumido acomodando su cabello castaño hacia atrás.
—Pues este es el deposito de mi equipo, así que vete! -le ordenas y el se cruza de brazos.
—Pero que feo golpe le has hecho a tu auto, McQueen. ¿Ves lo que pasa cuando te distraes durante una carrera?
—Todo fue tu culpa, de no ser por que tenia que escuchar tu molesta voz todo el tiempo no hubiera pasado nada.
—Pero a ti te gusta mi voz, y sabes que mas te gusta? Mi nombre. ¿debo recordarte como lo decías sin paras? Francesco, Francesco Oh, Francesco!
—Eso fue una clara equivocación! Te aprovechaste de mi...-dijiste cruzándote de brazos también y lo viste sonreír antes de que te tomara por la cintura, como era de esperarse reaccionaste de inmediato para intentar alejarlo pero él te beso.
Y fue algo extraño ya que tu le atribuías al alcohol la sensación de sentirte mareado, pero no, todo era gracias a los besos demandantes de Bernoulli y lo confirmaste con ese beso.

—Así es, me aproveche de ti y lo haré de nuevo ahora...solo que hoy si no tendrás la excusa del alcohol para tenerte gimiendo sonoramente... -eso te molesto por alguna razón, en un rápido movimiento alejaste a Bernoulli y le diste un golpe en la cara. Eso fue un grave error, no solo porque sabes cuanto ama su rostro ese tipo, sino porque la manera en la que te veía ahora te recordaba a una fiera a punto de comerse a su victima.
—Que malo eres McQueen. Francesco solo esta diciendo la verdad, ¿acaso no soportas escucharlo? -te dijo tomándote fuerte por las muñecas, trataste de alejarlo pero de alguna manera termino poniéndote contra tu auto, de inmediato sentiste una de sus manos moviéndose a tu entrepierna. Tus piernas temblaron, si no estuvieras con el pecho recargado en el auto seguramente estarías cayendo.
—Eres un idiota, suéltame ahora mismo. -ordenaste y por mas que quisiste poner un tono firme no lo lograste, tu cuerpo temblaba y sabias bien que no era de miedo, te da vergüenza admitir que es excitación que estas mas que excitado con la idea de que Francesco te tome allí mismo. —Ngh... Francesco, detente...
—Yo se que no quieres que me detenga. -te susurra inclinándose sobre ti, sientes su peso sobre tu espalda, mientras su mano se cuela bajo tu ropa tocándote directamente.
Te muerdes el labio con fuerza, no le darás el gusto de escucharte al menos eso piensas hasta que el calor empieza a invadir todo tu cuerpo. Los movimientos de la mano de Francesco aumentan y ya que no estas poniendo resistencia el ya no te retiene contra el auto el aprovecha para quitarte el pantalón (de hecho solo te saca una pierna de él) ,mientras su otra mano se ocupa de prepararte, sus dedos se mueven dentro al ritmo de su mano. Gimes bajito su nombre sin poder evitarlo, tus dedos tratan de apretarse contra algo pero a la vista solo tienes el 95 sobre tu auto.

Después de una espera que se te hace eterna el retira sus dedos y lo sustituye por su hombría, gimes al sentirlo dentro, porque el muy idiota fue hasta el fondo a la primera, aprietas los parpados con fuerza y te muerdes el labio cuando empiezan los envistes.

Por la posición puedes sentir a Francesco en tu espalda, ahora que estas conteniendo tus gemidos puedes escucharlo a él, quizá no tan sonoro como tu pero lo esta haciendo.
"¿Quien esta gimiendo ahora?" susurras y el detiene sus movimiento unos segundos antes de voltearte, quedas con la espalda sobre tu auto con las piernas sobre los hombros del italiano.

—Ciao, McQueen... que hermosa vista tengo desde aquí. -te dice en un tono burlón que hace que te sonrojes hasta las orejas.
—Vete al infierno Bernoulli...
—Mejor al cielo, así te llevo de una vez .-Ahora en esta posición te sientes (y estas) mas expuesto. Como sea se te olvida hasta tu nombre cuando el empieza a moverse encontrando aquel punto dentro de ti que te vuelve loco.

"Francesco, ahh"

Pierdes la cuenta de las veces en las que dices su nombre, tus manos se hunden en su cabello color chocolate y tus labios buscan una forma de callar los gemidos en la boca de Francesco. Esta vez lo sientes venir de manera mas intensa, te aferras con fuerza al italiano sintiendo el orgasmo envolverte.

—Demonios... -gimes cerrando los ojos, aun sintiendo a Francesco.
—McQueen... -te susurra antes de besarte y correspondes aun teniendo ligeros espasmos.


—¿Que significa esto?!! -escuchas de pronto y ves a una mujer parada en el umbral de la puerta viendo la escena...

ahora definitivamente odias mas a Francesco bernoulli.

Notas finales:

#Francesco sensual. 

 

 


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