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In Italia, la bella vita. por Teddy_Freddy

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Notas del capitulo:

¡Ciao!

¡Hola a todo mundo!

 

Se que no les importa pero hoy  17 de mayo es mi cumpleaños.. y yo aqui de forever alone publicando cosas QvQ.

Como sea, se aceptan todo tipo de regalos (?) Ok, no. 

 

Se que siempre les digo que voy a contestarles pero no lo hago, lo siento no me linchen. Lo hare... Probablemente.

 

Aun asi les quiero por dejar reviews <3 -incerte corazones maricas aqui-

Grazie Mille 

 

Por cierto tengo una pagina en facebook (pueden encontrar el link en mi perfil) Unanse y asi subiere cosas (?)

 

 

Capitulo 4. -El paso dado.

La animada platica que se esta llevando en la mesa debería ser suficiente para mantenerte entretenido, de alguna manera la madre de Francesco y Sally empezaron a hablar sobre ti, sobre las copas Pistón Hudson Hornet que has ganado. Eso seria suficiente para mantenerte hablando pero lo que sucedía debajo de la mesa te tenia nervioso.

Hace casi nada cuando estabas en el hermoso jardín de la casa Bernoulli habías visto a Francesco con una chica a la que reconociste como una de las modelos de la marca italiana de autos, los viste besándose y saliste disparado de allí dispuesto a irte. Pero no pudiste hacerlo y ahora allí escuchando como por encima de la mesa Francesco coquetea con tu prometida y por debajo de la mesa no deja de recorrerte la pierna con los dedos.

—¿Y que has pensado de una boda en la playa? -escuchaste a Francesco preguntar y la cara de Sally se lleno de emoción.Tus hombros se tensaron al momento en el que ella estiro su mano y tomo la tuya sobre la mesa, normalmente le hubieras tomado con ambas manos, pero tu otra extremidad estaba ocupada deteniendo la mano del molesto italiano.

—Bueno, yo estaría encantada de poder tener una boda en la playa, le comentaba a tu madre que me gustaría... que fuera en Italia, porque es un lugar hermoso. ¿Verdad? -te pregunto Sally y tu asentiste.

—La verdad no he tenido tiempo de visitar ningún lugar en Italia, así que no lo sé.

 

Respondiste de inmediato y era cierto, a diferencia de tus amigos que iban de aquí para allá todo el tiempo tu tenias que cumplir con un horario de entrevistas, platicas, carreras y demás cosas. Sin embargo escuchaste bufar a ambos Bernoulli al mismo tiempo, durante unos segundo no supiste porque hasta que la señora Bernoulli comento un "Si, McQueen esta muy ocupado todo el tiempo, las carreras agotan a los muchachos. También lo que hacen después de ellas."

 

Agradeciste internamente que Sally no le preguntara a que se refería con eso, alejaste la mano de Francesco de una vez por todas y te levantaste de la mesa. Podías sentir la mirada de Francesco sobre ti mientras rodeabas la mesa y le susurrabas al oído "ya vuelvo". El cabello platinado de Sally te hizo cosquillas en la nariz, reíste bajito y le besaste la mejilla mas por costumbre que por otra cosa.

 

—¡Pero que linda pareja! -escuchaste que decía Francesco, sabias que lo decía con sarcasmo.

—No te robes a mi prometida mientras no estoy, Francesco~ -le respondiste antes de alejarte de la mesa, un momento antes de que te alejaras, tu mirada índigo sobre el almendra del italiano.

—No lo haré... -te dijo y sabias que era cierto... Porque ese tipo loco quería robarte a ti.

 


La casa de los Bernoulli era hermosa, no necesitabas saber mucho sobre decoración como para darte cuenta de que todo encajaba a la perfección. Ademas todas esas cosas finas y pomposas te recordaban a Francesco así que pensabas que le iban perfecto a su casa. A su enorme casa... en la que ahora estabas perdido.

Parecería estúpido y cliché, pero estabas perdido.
Cuando te habías levantado de la mesa había sido con el propósito de ir al servicio, pero te encontraste con el inconveniente de que todos los del primer piso estaban ocupado y tenían hasta fila. Alguien te sugirió que subieras al segundo piso, pero rechazaste la sugerencia argumentando que podías esperar como los demás ya que no querías molestar a la anfitriona.

Como si la hubieras invocado la señora Bernoulli apareció para darte permiso de ir al segundo piso, incluso ella te guió hasta el servicio.

Te tomaste tu tiempo en mojarte la cara (que era para lo que ibas). Respiraste hondo un par de veces viendo tus ojos añil en el espejo frente a ti, tenias que calmarte... "¿Que demonios eres? ¿Un adolescente?"
Te regañaste mentalmente, porque tu cuerpo reaccionaba hasta por el mínimo toque del Italiano. Y eso no era bueno, no podías dejar que bajara tus defensas así, no lo ibas a dejar jugar contigo.

 

Cuando saliste del baño tu guía ya no estaba cerca y tuviste que buscar la manera de regresar a la fiesta, sin éxito. Pero tu búsqueda te llevo a una habitación particular, te preguntaste porqué tenían tantas habitaciones si solo vivían ellos dos juntos. A paso lento entraste a la habitación, esta estaba mas modesta que el resto de la casa con una cama individual, un sillón largo de color beige, un pequeño librero y sobre el librero una foto en un retrato.

Tu curiosidad pudo mas que tu y antes de darte cuenta ya tenias la foto entre tus manos. La observaste atento, en el retrato había un pequeño niño de no mas de 5 años con una expresión extraña en el rostro (parecía dolido, enojado y tan inocente), de rodillas frente al pequeño estaba una hermosa mujer de cabello castaño, a pesar de ser joven su aspecto la hacia lucir mayor (se veía un poco descuidada, su cabello, sus ropas),ambos con un cuerpo delgado (por no decir que estaban en los huesos).

 

No podías reconocerlo, esa carita sucia, esa expresión tan humana, ese cabello revuelto y enredado... Nada de eso lo habías visto nunca, pero sus ojos...Esos ojos almendra los reconocerías en donde fuera. Te dio un vuelco el corazón al darte cuenta que se trataba de Francesco.

"Francesco...." Abrazaste la foto contra tu pecho, como si estuvieras abrazando al pequeño Francesco...

 

—No deberías estar aquí McQueen. -Su voz te sobresalto y te giraste al momento que escuchabas algo romperse, demasiado tarde te diste cuenta que habías dejado caer el retrato.

—Me perdí y ¿Que demonios haces aquí?!

—Esta es mi habitación. -te sentiste estúpido de inmediato, antes de que dijeras otra tontería caminaste a la salida. Francesco se acerco al retrato levantando la fotografía.—Mia mamma mi ha detto "Francesco, il tuo amante ha bisogno di voi ."

—¿Y eso que significa? -preguntaste enarcando una ceja.

Escuchaste la risa de Bernoulli y lo viste acercarse, te olvidaste de tu curiosidad por saber que había dicho y fuiste hacia la puerta que estaba cerrada. Trataste de girar la perilla pero estaba cerrada (con llave quizá).

—Significa: Mi madre me ha dicho "Francesco, tu amante necesita de ti".

 

Sentiste de inmediato tu rostro arder de vergüenza por muchas razones, pensaste en decir "Tu madre esta loca" pero eso seria lo peor que podría decir en ese momento considerando lo mucho que el corredor idolatraba a su progenitora (como muchos italianos).

 

"No necesito de ti" "No soy tu amante" "Déjame en paz" Maldito idiota" "Muérete mil veces Bernoulli" "Vete al diablo"

 

Las dijiste todas, incluso las repetiste mientras forcejeabas con él. Lo golpeaste y el te mordió el cuello con mucha fuerza, la "pelea" termino justo donde el italiano te quería; en la cama.
Como no dejabas de empujarlo (aun cuando una parte de ti simplemente quería darse por vencido con Bernoulli) él te ato por las muñecas con tu propia corbata, ahora recordabas porque no te gustaban esas cosas.

 

Tu cuerpo se sentía caliente, en especial ese lugar en el que recorrían los dedos italianos. Los botones de tu camisa fueron desatados con facilidad mientras con su otra mano dibujaba pequeños círculos sobre tu entrepierna.(Y de nuevo fuiste testigo de la habilidad que tenia ese tipo para quitarte la ropa en segundos). Como si eso fuera poco la boca del castaño recorría desde tu cuello, hombros, clavícula dejando un camino de marcas y besos húmedos hasta tus pezones.

Tu voz sonaba extraña aun cuando estabas mandando a Bernoulli a la mierda, sintiendo la boca caliente de Francesco, sus dedos frotando ese lugar tan sensible, su maldito cabello te hacia cosquillas en la barbilla.

Y mientras la habitación se llenaba de gemidos ahogados tu solo podías pensar en Francesco, las manos de Francesco, los labios de Francesco, el maldito y perfectamente peinado cabello de Francesco, el olor de su estúpido perfume, su estúpida y odiosa voz.

 

—Ahh... -temblaste bajo el toque de sus dedos y tu espalda se arqueo ligeramente, pero Bernoulli se detuvo. Escuchaste como bufaba y reía bajito. Abriste los ojos un poco para verlo, él te sonreír con esa mueca presumida en el rostro.

—No te corras aun McQueen, no hemos ni empezado. Pequeño precoz. -te dijo mientras desataba el frente de sus pantalones. Moviste tus manos aun atadas por las muñecas y bajaste todos tus dedos excepto los medios.

—Vete a la mierda.

—Oh, che carino. McQueen. -el tono juguetón que uso para decir eso que según recordabas significaba "Oh, que lindo" no te dio buena espina. Mas aun cuando tomo tus manos y las dirigió hacia su dureza.

 

"¿Que demonios haces? Pervertido" dijiste y lo escuchaste reír mientras movía su mano con las tuyas sobre su miembro.
Giraste tu cabeza hacia un lado, ahora con tus manos ocupadas no tenias donde esconder tu rostro. Apretaste tus parpados pero no podías alejar tu mente de la sensación en tus dedos, caliente..Duro...Francesco.

 

Sentiste sus manos sobre tu rostro y después un beso hambriento te arranco el aliento. Te diste cuenta que tus manos seguían moviéndose sin ayuda de las de Francesco.

 

Y te paso lo que te pasaba cada vez con Francesco, tu mente estaba nublada y tu cuerpo reaccionaba por si solo. No supiste exactamente que le dijiste, pero parece que lo calentó aun mas. Lo sentiste hundirse profundo de una estocada y ambos maldijeron al unisono. Después de la sensación incomoda del principio (a la que aun no te podías acostumbrar) los movimientos se volvieron mas bien erráticos. Adentro, afuera...

Caliente.. muy caliente.

Sentías que te derretías y te volvías uno con Bernoulli y no sabias si eso te gustaba o no. Sus cuerpo chocando a veces demasiado lento, otras veces tan fuerte que creías que iba a romperte. Sin embargo tu interior temblaba y se apretaba al rededor de Francesco.

 

"¡¡Oh, Dios!!" No sabias que alguien de verdad podía gritar eso, sin embargo la manera en la que Francesco se movía tocando ese dulce punto dentro de ti en cada enviste te hacia decir un montón de incoherencias.

 

Te sentías abrumado en sensaciones, alguna vez habías leído que el buen sexo te dejaba siendo una maraña de pensamientos sin sentido. Y con Francesco te pasaba, sin embargo hoy todo se sentía mas intenso. Tu cuerpo tembló y tus piernas se abrazaron con fuerza a las caderas del italiano.

 

"Fran...aah"

 

Maldito Francesco... Y como ya se te estaba haciendo costumbre lo empujaste lejos una vez que termino. Porque el arrepentimiento venia cuando tu mente volvía a trabajar.

 

"Demonios, demonios, demonios"

 

Te levantaste sintiéndote mareado y de pronto todo parecía dar vueltas... Escuchaste la voz de Francesco llamándote y caíste sintiendo un dolor punzante en la palma de tu mano...Después de eso todo se volvió negro

 


Cuando volviste a abrir los ojos aun estaba oscuro, estabas sentado y podías escuchar de fondo el ruido de un potente motor De alguna forma eso te hacia sentir relajado...Volviste a cerrar los ojos sintiendo una brisa ligera sobre tus mejillas. Tu cuerpo se sentía pesado y sentías calor a pesar de que solo tenias un saco cubriéndote.

Abriste los ojos de golpe.

—¿Que demonios...?

—Ciao McQueen, buonanotte.

—¿Donde estoy? ¿Y que estoy haciendo contigo Bernoulli?! -preguntaste enojado sintiendo un dolor de cabeza.

—Estas en mi ferrari y te estoy secuestrando... Ademas tienes fiebre, así que cállate y duérmete.

—Regresa me a casa. -exigiste de inmediato y el se rió y detuvo el auto. Te toco la frente antes de salir.

—Quédate aquí. -te ordeno. Y te quédate quieto porque estabas demasiado débil hasta para llevarle la contraria. Tus ojos se cerraban solos del cansancio que sentías, pero los abriste cuando sentiste la puerta abrirse. Algo frío sobre tu frente y los brazos de Francesco rodeándote, con cuidado sacándote del auto y llevándote en brazos hasta una habitación.

 

Por el camino lo golpeaste, pero sin fuerza, no dejaste de pegarle hasta que te dejo en una cama. Le agradeció a alguien y fue allí que notaste que había alguien mas acompañándolo.

 

La compresa fría en tu frente te hacia sentir un poco mejor, tal vez fue el cansancio pero te pareció que Francesco susurraba algo mientras acariciaba tu cabello.

"buonanotte... Amore...." y el sueño te gano.

 

 

Notas finales:

#Francesco sensual.

 

#McQueen es tsundere.

 

Espero que les guste. Si les gusto comenten, si no comenten de todos modos. 


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