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Un encuentro inesperado por Yukine Kazuya

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Notas del capitulo:

Por fin les traje el siguiente capitulo, he tenido una semana muy ocupada y con trabajos y tengo tiempo de escribir algo pero lo importante es que ya esta aqui 

Quiero darle las gracias a todas y todos los que siguen este fanfic, muchas gracias por sus comentarios y sus buenos deseos, son mi mejor motivacion para apurarme a actualizar 

Ahora si me quito para que disfruten de este capitulo 

Chris se tomo su tiempo para atender a Mei, los otros tres se limitaron a observar mientras el otro trabajaba. De vez en cuando Kuramochi y Kominato intercambiaban miradas al notar la seriedad de su general. El silencio reinaba,  solo se rompía cada que Mei se quejaba. Christ por fin dio por terminado su tratamiento, su semblante también era completamente serio.

-¿Qué pretendes con esto Miyuki? –la pregunta lo tomo con la guardia baja pero se recompuso de inmediato

-es un rehén valioso, no creo que sea buena idea desperdiciar la oportunidad que tenemos en las manos y menos por un capricho de Shintaro. –nadie en esa habitación realmente le creía

-de acuerdo, te creo. La herida más grave es la del costado pero creo que con lo que le he dado no empeorara. También le di un antídoto, la flecha que lo rozo tenia veneno pero en una cantidad pequeña. Por supuesto no con la intensión de matarlo… demasiado rápido. Mañana estará mucho mejor. En este momento va y viene de la inconsciencia.

-Bien, ahora necesito que ustedes dos lo mantengan vigilado –el general dirigió su mirada a los otros dos –sean discretos, no quiero oír los reclamos de Midorima por interferir en su venganza. Cualquier cosa necesito que me lo reporten

-de acuerdo, pero ¿tú no vas a estar? –Miyuki se paso la mano por el cabello.

-resulta que tengo que hacer un reconocimiento. Estaré fuera por dos días y Midorima se queda, ya saben por Takao, no sale de ese cuarto.

-y ¿si intenta matarlo? –la pregunta de Ryou dio en el clavo

-no se lo permitan –Youchi y Ryou levantaron una ceja, eso sonó completamente como una orden

 

Mei oía como a través de un cristal las voces pero el dolor no le permitía concentrarse en lo que decían. Luchaba por mantenerse consciente pero le resultaba imposible. Cada  tanto todo se volvía negro y temía no ser capaz  de regresar. Después de lo que pareció una eternidad el dolor disminuyo, casi convirtiéndose en un recuerdo pero cada que se movía notaban que el mismo regresaba. Fue capaz de reunir las fuerzas suficientes para abrir los ojos y tratar de identificar el lugar donde se encontraba. Una celda ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que estuvo tirado y retorciéndose de dolor en una? Tal vez no tanto como hubiera querido.

 

Algo le preocupaba y no eran ni Taiga ni Daiki, ellos dos podían defenderse y protegerse sin ningún problema pero los otros dos…

-Eijun, Haru… –sin darse cuenta pronuncio aquellos nombres en voz alta.

 

Sus dos vigilantes se movieron de sus puestos y se le acercaron al notar que estaba consciente. Esos dos eran nuevos o por lo menos no recordaba haberlos visto en el campo de batalla, seguramente habían llegado junto con aquel nuevo general. Su imagen le resulto tan nítida en su mente

-¿Por qué piensas en el justo en este momento y en esta situación?

-oye ¿estás despierto?

-eso creo –la cabeza la deba vueltas pero por lo menos ya no sentía tanto dolor, imaginaba que le habían dado algo para el veneno. También sabía que no lo hacían por consideración, era simple estrategia.

-bien, mencionaste dos nombres, ¿Quiénes son?

-no es de su incumbencia…

-tan arrogante como siempre, déjalo Ryou-san. No obtendremos nada –pero aun así el mayor insistió

-no son ninguno de los dos generales que te acompañan a todos lados, deben ser importantes para mencionarlos en una situación como esta

-son mis subalternos –imaginaba que era efecto del cansancio lo que lo impulso a contestar –ellos me necesitan –no pudo evitar sonar preocupado

-son militares ¿por que deberían de preocuparte? ¿A menos que sean como tú? –era inevitable que no se dieran cuanta, lo habían atendido de sus heridas. Suspiro con pesadez, en caso de que la situación se pusiera peor, necesitaba tomar algunas medidas para asegurarlos a ellos

-si, son como yo y sin mí es muy grande la posibilidad que los regresen al agujero del que los saque… solo son unos niños –no era su intensión abogar a la clemencia de nadie pero en ese momento necesitaba la simpatía de cualquiera para que ellos estuvieran a salvo.

 

La conversación fue interrumpida cuando se escucharon pasos amortiguados. Sus dos vigilantes cruzaron primero miradas y después pusieron atención a lo que imaginaba era la puerta de salida

-Christ dijo que vendría hasta que terminara su ronda y eso es casi en la noche, debe de ser Miyagi, vamos Youichi no puede vernos

 

Los dos salieron de su campo de visión para que poco después aparecía otro sujeto. Era Miyagi, lo conocía bastante bien, era el segundo de Midorima. Se agacho y lo observo por unos instantes

-parece que ya no duele tanto ¿o si? –Mei permaneció callado pero le dedico una mirada cargada de desprecio –ni dentro de una celda dejas de ser arrogante, veremos si sigues igual después de esto…

 

Dejo a la vista una aguja igual a la que usaban los miembros de la división de inteligencia pero esta era un tanto más gruesa. En un rápido movimiento la inserto profundo en el muslo izquierdo. Lo había visto venir pero eso no evito que profiriera un largo grito de dolor. No tardo mucho en volver a sentir un ardor abrazador, que intentaba quemarle las entrañas. Era igual que aquella vez, sentía como si no solo esa aguja hubiera entrado en su cuerpo, el dolor aumentaba y provocaba que su piel palpitara dolorosamente. Se mordió el labio para no darle tanto gusto al otro, que lo observaba con una sonrisa de satisfacción.

 

Sin pronunciar palabra alguna salió de la habitación, Youichi y Ryou estaban ocultos en uno de los muros, el espacio era muy estrecho y la cercanía provocaba que el primero se sonrojara de manera muy notoria, lo cual divertía al otro, haciendo que apareciera una sonrisa. La cual desapareció al oír los quejidos de su prisionero. Sin poder realmente disfrutar de aquella cercanía, salieron de su escondite cuando estuvieron seguros que Miyagi ya no estaba.

 

Mei una vez más temblaba y se hacía bolita para tratar de calmar el dolor. Los otros dos solo suspiraron, esa era la intensión de Midorima, envenenarlo poco a poco hasta que se hartara o se sintiera satisfecho. No tenía caso llamas a Christ, ya sabían que aquello no lo mataría.

-¿Por qué le preguntaste sobre aquellos nombres? ¿Creíste que tal vez…

-el segundo nombre que pronuncio era similar

-pero ¿después de tanto tiempo? ¿Crees que él fuera vendido?

-ese es el problema, no lo sé. Se lo llevaron sin que yo pudiera hacer algo y nadie pudo seguirle la pista pero nunca pidieron un rescate…

-eso solo da dos posibles opciones

-que lo vendieran como esclavo o que… ni siquiera me atrevo a decirlo. Tampoco soy capaz de resignarme sin saber que fue lo que paso con Haruichi. Y ahora Mei menciona a alguien que es esclavo que además su nombre es similar, no lo pude evitar

-aun así, no podemos asegurar nada, tal vez solo sea una coincidencia

-tal vez, pero es mejor que nada…

 

Kuramochi se mordió el labio al ver la tristeza en el rostro de su compañero. Llevaba años tratando de averiguar que había sido de su hermanito y hasta la fecha no había obtenido nada. Muy en el fondo el también albergaba la esperanza, que tal vez ese nombre no fuera solo una coincidencia. Aun así se mantenía un tanto exceptivo, tenía que estar entero por si aquello no era más que otro callejón sin salida. 

Notas finales:

Ahora si ya va a empezar el romance o por lo menos eso espero hahaha, ya les deje una probadito con un par en este capitulo. 

Por otro lado, el un poco del pasado de Ryou-san quedo al descubierto T.T 

 

Espero que lo disfrutaran y ya saben comentarios, sugerencias, dudas, todas son bien recibidas 

 

Saludos 

 


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