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Notas del capitulo:

Hola chicos!

Masivas 10/13 *-* Vamos bien.

Las cosas ya se van concluyendo en el ciclo de vida de Onodera pero una travesia apenas comienza.

Espero que les guste <3 <3

Ritsu Pov

El delicioso aroma a menta que desprendía su piel me inundó, una agradable calidez recorrió cada poro de mi cuerpo hasta someterme a mis más oscuros deseos, su embriagador tacto electrizó mi cuerpo tentándome hacia la locura; finalmente lo había hecho.

Yo soñé tantas veces con este momento, desde que he tratado de apropiarme de su corazón y rogado para que sus ojos me puedan vislumbrar como algo más que su amigo incondicional me he torturado al imaginarme el sabor que tendrían sus labios; en el tacto con el que su piel gruñiría por la mía, me he martirizado al desconocer sus expresiones apasionadas de lujuria y obscenidad; ahora todo lo que hemos vivido luce tan irreal.

Después de que puse tantas corazas y barreras a mi alrededor rogando porque me dejaran ahogarme en la miseria que me estaba consumiendo; luego de las filosas y tajantes cosas que le grité mientras estuve en mi primera relación, la amargura, ,la distancia, la incomodidad, aun así hoy él está descansado aferrado a mi cintura con un instinto que gotea protección, Masamune a pesar de las adversidades a las que nos hemos enfrentado y las mentiras que le he escupido con mi hipócrita personalidad sigue acá.

Una tonta sonrisa se trazó sobre mis labios cuando alcé los parpados y me encontré con su varonil rostro reposando sobre mi almohada; supongo que sí existen las promesas eternas y las palabras más allá de la nostalgia y la melancolía, quizás sea bueno darnos una oportunidad real con esa noche como un silencioso juramente de cristal; quizás.

“Que iluso” Me dije a mi mismo negando con la cabeza; inclinándome sobre mi regazo para deformar mi boca al sentir una potente punzada y una terrible jaqueca por culpa del alcohol que había ingerido en esa fiesta.

“Me debí controlar más” Me reproche sobando mi nuca para tratar de bajar los pies de la cama y esfumarme con el vapor de la ducha en vano al percibir un amoroso agarre apretar mi cintura; todo mi ser se estremeció cuando me arrastraron de regreso a lo más profundo de las sabanas.

“¿No te parece poco romántico dejarme solo mientras duermo?” Su tonta sonrisa burlona consiguió que un fuerte sonrojo se trazará en mis facciones “¿Dónde quedo mi buenos días amor?” Desvié la cabeza intentando esquivar esa mirada de la que nuevamente era esclavo y mártir.

“No esperes que te de una amorosa madrugada” Me mofé solo para que él tomara mi mentón y rozará nuestros labios con una ternura que agito sin mi consentimiento mi corazón.

“Quédate a mi lado por siempre” Me pidió delineando mis pómulos “Ayúdame a recuperar el tiempo perdido” Apoyé mis manos en su desnudo y formando pecho tratando de controlar mi vergüenza sin resultado al hablar entre tartamudeos.

“Eso no es algo que se pueda recuperar” Su expresión no cambio.

“Entonces ayúdame a no perder más” Una ingenua sonrisa fue intercambiada debajo de las primeras luces del amanecer que se colaban por la delgada cortina de mi habitación “Ayúdame a hacer las cosas bien esta vez”

“Masamune” El nombrado no me permitió librarme de esos intensos ojos “Perdón si te presioné mucho antes de que todo esto comenzará” Su gesto se suavizo sin que sus palmas se apartaran de los cabellos de mi nuca “Ahora comprendo bien los temores de los que siempre hablaste”

“¿Qué te hizo cambiar de parecer?” Aunque su mueca burlona tan solo se ensancho por mis nervios esas orbes destilando angustia e incomprensión lo delataron; siempre lo hacían “¿De repente te entró miedo por tener una relación?”

“Sí” Mi boca tembló “Tú eres el único capaz de mantenerte a mi lado, sin importar lo que pasé me sigues demostrando que eres el incondicional para el resto de mis días, por eso me aterra que si comenzamos algo tú te aburras y yo me quede sin nada” Un pequeño beso en mi mejilla fue la única respuesta que necesitaba.

“Sí empezamos un amorío y aún así las cosas acaban mal porque esa es una posible realidad” Nuestras manos se entrelazaron, el peso de su cuerpo se apoyó en mi desnudo pecho sincronizando el intenso latir de ambos “Apartaré mi orgullo, aceptaré mi derrota y me mantendré junto a ti” Sus ojos brillaron con una intensidad que no había apreciado desde nuestra noche de graduación debajo de las estrellas “Después de todo ser amigos te permite mantenerte al lado de quien amas”

“¿Eso no sería muy doloroso?” No pude siquiera disimular la cólera con la que lo pronuncie.

“Tal vez” Me respondió perdiéndose en su mente “Pero sí algo aprendí con nuestro primer semestre en la universidad es que lo peor que puedo tratar es no hacer nada contigo” Nuestros alientos se fundieron por nuestra cercanía “Eres de quien estoy enamorado, esa es la única verdad que necesito por el momento”

“Te has puesto cursi” Murmuré encogiéndome entre las sabanas, permitiendo que la calidez de su cuerpo me inundará.

“¿Me amas?” Presioné mis parpados evadiendo sus felinas facciones y su afligida mueca porque no quería responder.

Amar; lo único que me ha causado ha sido problemas, complejos inútiles que me han puesto a prueba para que ordene la lista de mis prioridades y enloquezca al no poder sostener las utopías de vidrio entre mis manos, esta emoción lo único que ha conllevado ha sido llanto y la falsa promesa de un nuevo comienzo; no quiero caer otra vez, no soportaré pasar por esto dos veces, me romperé sí es con él.

“Por favor no me hagas decírtelo” Se lo rogué tratando de salir de la cama; sí lo hace seré débil una vez más y esas gotas carmín que derrame por Akihiko habrán sido en vano “Deja que me levante, tengo una reunión más tarde”

“Ritsu abre los ojos” Como si mi cuerpo solo funcionará para esa voz mis parpados obedecieron ahogándome en él “¿Me amas?” Repitió delineando mi labio con su dedo índice con una atemorizante seriedad.

“No hubiera hecho nada de esto si no lo hiciera” Respondí con el ceño ligeramente fruncido y un potente rubor sobre mi cara “Y eso es lo que tanto asusta” Una hermosa sonrisa fue la que me regalo como respuesta, una expresión impregnada por la satisfacción y el cariño, por la nostalgia y un amor que jamás había sido confesado; fue una expresión realmente hermosa.

“Se formalmente mi pareja” Me pidió tomándome de la cintura para sentarme sobre su regazo.

“¿Qué?” Muy tarde reaccione cuando él tenía sus labios sobre mi palma y había adquirido ese tono galante del que siempre fui prisionero.

“Quiero que seas mi novio” Se mofó por mi apenada expresión “¿Cuántas veces más me lo vas a hacer repetir?”

“Sí quiero” Respondí embobado consiguiendo que sus fuertes brazos me rodearan y su varonil perfume me envolviera; mis manos con desesperación lo buscaron rodeando su espalda, mis ojos repentinamente comenzaron a arder cuando su boca rozo mi nuca indicándome que esto no era un sueño.

¿Qué no he aprendido nada? El dolor, las heridas, las cicatrices, la distorsión de un puro amor para convertirlo en veneno, las mentiras, el engaño, la traición silenciosa del adiós, las puñaladas, el sufrimiento, los llantos, la amargura, la muerte en la propia vida; debo despertar antes de que me haga más daño, debo aprender de mis caídas para que mi corazón no sea más veces pisoteado.

Suspiré escogiendo silenciar esa clase de pensamientos para entregarme a ese hombre; porque aunque un lado mío me gritaba y rogaba para que me apartará al conocer de antemano ese trágico final la parte más ilusa e ingenua que había guardado en una polvorienta caja fue la que tomó el control de mis esperanzas mostrándome el futuro que podría dejar perder; peor que escoger mal es no elegir nada.

“Ahora nos vamos a duchar para después pasar todo el día juntos en la cama abrazados” Sin que me dejará reclamar él alzó mi cuerpo entre sus manos dejando que mis piernas colgaran y yo quedará completamente expuesto a su deseosa mirada.

“¡Yo puedo caminar!” Grite iracundo por lo vergonzosa que era esa posición “¡No seas terco!” Él tan solo rio con altanería arrastrándome hasta el baño que compartíamos.

El azabache con una imborrable expresión de paz dio la llave del agua para empujarme hacia el interior y comenzar a recorrer ansioso cada rincón de mi cuerpo electrizando mis poros con las yemas de sus dedos y asfixiándome con su aroma impregnado en el vapor; él siempre acaba consiguiendo lo que quiere, es un arrogante.

Resignado a permanecer en aquel lugar tomé las últimas gotas que quedaban del bote de jabón para empezar a restregar su organismo con la misma confianza con la que él acariciaba el mío; me ruborice furiosamente al ver que en su pecho se había encendido una pequeña mancha de tonos granates.

“¿No me digas que ahora eso te apena?” Se burló al percatarse de la parálisis de mis movimientos a su alrededor “Fue un gesto muy lindo el que tuviste, me dejaste una marquita de amor”

“No sé en qué estaba pensando” Me queje sin saber a dónde me podía ocultar para que las cadenas que él me imponía se pudieran cortar “Que vergüenza” Me volví a lamentarse tapando con mis manos mi rostro.

El más alto con dominio me empujo en contra de la pared de la ducha debajo de las calientes gotas de agua; sus labios comenzaron a acariciar mi cuello consiguiendo que mis piernas tambalearan y el aliento se me fuera de la garganta, su lengua comenzó a probar con ansias mi piel, sus dientes rozaron aquella zona para después apresarla con un instinto casi animal.

“No dejes más marcas” Suspiré al leer sus intenciones, apoyando mis palmas en sus hombros para tratar de apartarlo en vano “Masamune” Un jadeó inconsciente escapo al percibir como él tiraba de mi cuello.

“Me dices que me detenga pero luego me andas provocando con esa clase de tonos” Se rio aferrándose a mis cabellos, condenando cada centímetro de separación “Eres realmente lindo; lo sabes ¿Cierto?” Me oculte en contra de su pecho para disimular mi atontado gesto de enamorado.

“Y tú un idiota” Farfullé sabiendo que mi tonalidad me delataría al igual que el rubor que ascendió hasta mis orejas.

Sus manos acabaron de lavar mi cuerpo con un cuidado protector, las mías nerviosas terminaron de repasar su cabello sin que intercambiáramos otra palabra, porque entre nosotros las frases eran las que sobraban al ser capaces de transmitir un sinfín de incomprensibles pensamientos con una fugaz mirada.

Al acabar con un meloso agarre fuimos hasta nuestras respectivas habitaciones para que me pudiera vestir en paz y secar mi cabello con una descuidada rapidez. Aunque mis sueños siempre serán lo que este hombre cegado por la locura escoja utilizando el estudio como arma, está bien si Masamune es parte de esa ilusión; a pesar de que el temor no se va a esfumar porque esas pesadillas aun me persiguen sí él quiere formar parte de ese cuadro en mi futuro, sí está dispuesto a someterse a ese riesgo conociendo las tristes predicciones; me lo puedo permitir.

Una estruendosa vibración en mí el velador al costado de mi cama captó mi atención, fruncí la mandíbula hasta que está se deformó al escuchar la alarma que había programado sonar rompiendo la atmósfera de la habitación.

“Diablos” Bramé apagándola, sabiendo que llegaría tarde a esa presuntuosa reunión.

Sin tiempo para agarrar nada arrastre mis pies por las impecables alfombras del suelo en dirección a la salida solo para que un par de fuertes y suspicaces brazos me rodearan y un vicioso tacto fuera el que me tentara, sin que pudiera reaccionar él nos arrastró hacia el sofá en frente de la televisión en donde sin pudor alguno aspiro mi cuello.

“Hueles muy bien” Mi rostro cosquilleo al haber pronunciado aquellas palabras cerca de mi oreja mientras sus manos acariciaban mi vientre por debajo de mi camisa “Tu aroma es algo que siempre me ha gustado” Insistió con un ronco tono de voz “Es demasiado dulce y tentador”

“Es enserio lo de mi reunión” Musite tratando de sentarme derecho en los cojines solo para que él me apoyará sobre su regazo “Sí llego tarde se enfadaran” Reclamé con las facciones ya tensas tapándome con mi orgullo.

“¿Con quién es esa dichosa junta?” Sus celos resonaron por cada rincón de mi mente con esa gélida tonalidad “El semestre ya se acabó, en una semana comenzamos con las clases de nuevo” Se excusó esbozando una mueca ida “No lo comprendo”

“Hiroki me cito en su oficina porque quería discutir un par de últimos términos conmigo” Le explique liberándome de sus brazos “No sé bien que será pero se escuchaba bastante emocionado” Una tonta sonrisa se posó sobre mis labios al recordar la juvenil y aniñada mirada del castaño “Se veía feliz”

“Entonces vamos” Murmulló enredando sus dedos con los míos, tirándome hasta el otro extremo del salón.

“Masamune” Pronunciar su nombre me supo a aflicción “¿No te molesta perder así tu tiempo?” Sus pasos frenaron por culpa de esa insolencia “Digo, tú no tienes más asuntos que tratar con la facultad, ya tomaste los electivos, entonces” Un tímido beso me calló.

“¿No te ha quedado claro aún?” Su risilla estremeció mi toda mi estructura “Sí se trata de ti jamás será una perdida, eres la persona con quien quiero pasar cada segundo que me resta” Tan solo pude bajar la cabeza y permitir que él me guiará ante esas preciosas e ilusas mentiras.

Con un tierno agarre en mi cintura y una imborrable sonrisa tatuada en sus labios los dos caminamos apenados hacia la faculta de letras en donde otro encuentro por un destino incierto se encontraba esperándome; siempre soñé con tenerlo de esta manera a mi lado, siempre lo deseé con un sollozo silencioso rezando para que este final terminará en algo mejor que un desamor; ahora que por fin lo tengo ya no sé cómo debo reaccionar.

Miré relajado la elegante forma en que los pétalos de los arboles volvían a caer sobre mi rostro como el primer día que ingresé a esta universidad escuchando el discurso de bienvenida; es una verdadera lástima que me haya enajenado a mi carrera y huyera cual cobarde de los desafíos al no poder soportar las expectativas en mi espalda y los brutales golpes de la realidad, es una lástima que a mi familia todo eso le haya apenado y me ocultaran de su alta sociedad por vergüenza; es una pena que lo mío con Akihiko se haya destrozado; no obstante, de lamentos nunca he conseguido nada, tan solo me queda avanzar.

“Me pregunto si en un par de años nos seguiremos perdiendo acá” Aunque escuche su balbuceó esa pregunta no me llego al ir sumergido en esa clase de pensamientos.

Gracias a esto pude instaurar mi propia personalidad omitiendo lo que mis cercanos querían y fui capaz de priorizar mis sueños, supongo que ese un paso de crecimiento que me acerca a mi pasión; a volver a convertirme en una persona de humilde corazón.

“No porque hayas fracasado una vez en tu elección eso implica que te vas a quedar estático por el temor” Como lo admiraba y se lo agradecía.

Sin que el azabache comprendiera la razón me acurruque debajo de su brazo omitiendo las curiosas miradas para arrastrar nuestros pies por los sucios pastelones de la facultad hasta llegar al elegante edificio de oficinas.

Al pararme al frente de su puerta le indique a Masamune con una confiada sonrisa que me esperará sentado en una de las bancas del exterior para que pudiéramos tener más privacidad, él en contra de su orgullo obedeció; al estar tan nervioso olvide tocar para notificar mi llegada y con insolencia entré ganándome un ceño fruncido que pronto se relajó.

“¿Me quería ver sensei?” El más alto con calidez me hizo un gesto para que me sentará al frente de su escritorio.

“Te he dicho cientos de veces que me puedes llamar de manera menos formal” Se burló frotándose la frente en busca de paciencia “Después de lo que hemos pasado juntos me atribuyo más confianza que solo ser tu maestro”

“Y la tienes” Le aseguré con una postura incomoda y rígida acomodándome sobre la dura silla de madera.

“Ritsu seré rápido con esto porque quiero que disfrutes al máximo de tus vacaciones antes de entrar a clases” Me indicó arrastrando un papel por todo su escritorio con un par de recuadros destacados con rojo  en medio de una gama de grises.

“¿Qué es esto?” Me sobresalte al apreciar como su rostro se tiño de un sutil carmín.

“Si te soy sincero creo que emocionalmente estas destrozado” Mi boca se deformó ante esa verdad “Con la decepción que sufriste temó que hayas desarrollado una pequeña fobia al estudio después de los resultados con tus notas en contraste con tu esfuerzo” Apreté la tela de mi pantalón tratando de que la rabia se disipará.

“Eso quizás puede ser verdad” Musite ocultando mis expresiones debajo de mi largo y descuidado flequillo “La idea de volver a clases retuerce mi estómago hasta las náuseas, en verdad me asquea”

“Por eso aparté de mi calendario una cita contigo a la semana” Abrí mis ojos perplejo por esas seguras frases “Pienso que sin apoyo no podrás moverte mucho en esto porque acabaras recayendo en lo mismo, y aunque no soy psicólogo como para aconsejarte con terapia puedo encárgame de que comprendas las clases con más calma y ayudarte con ejercicios para las pruebas hasta que tomes tu ritmo”

“¿Es enserio?” Una risa histérica salió de mi garganta al ver como ascendía con orgullo la cabeza.

“Soy una persona con poco espacio así que no tolerare rechazos ni insolencias yo” Sus palabras se detuvieron cuando mis brazos lo rodearon eternamente agradecidos por esa bondad que yacía en su corazón.

“Hiroki eres increíble” Musite hundiendo mi rostro en su hombro “¿Qué habría hecho sin ti?”

“Seguramente habrías acabado renunciando a la carrera y saliéndote de la facultad” Especulo pasando su mano por mi espalda en forma de consuelo “Ritsu no es para tanto, tan solo me hago cargo de lo que comencé” Con una risilla nerviosa me aparte comprendiendo que lo estaba presionando.

“Perdón” Murmullé jugueteando con mis pies en la silla “Pero de verdad te lo agradezco” Él se acarició el cuello desviando la vista hacia un par de documentos para proseguir.

“Yo no seré maestro de ninguna de esas materias y formo parte del programa especial de tutores que da la facultad, así que no será un problema que transgreda las reglas” Me explico estirándose para alcanzar una carpeta color ocre de su estante al costado “Acá te imprimí la lista de textos que vas a necesitar para el primer semestre, en la sala de copias se encuentran todos y sí pasas unos papeles que te deje dentro de un sobre” Indico golpeando el folio con su dedo índice “Las fotocopias te saldrán pagadas por mi cuenta”

“Está exagerando” Bramé con las espinas a mi alrededor “No abusaré de esa manera de usted” El castaño se relajó en su asiento apoyando su espalda con una falsa aflicción.

“Tranquilo, para los maestros corren de parte de la universidad” Insistió extendiéndome la carpeta que en contra de mi vanidad tomé “Por la clase económica de tus padres es imposible que consigas una beca aunque saques excelencia académica, por eso déjame ayudarte un poco”

“Está bien” Suspiré perdiéndome en su gentil y confiada mirada.

“Ahora hablando temas un poco más serios” Proclamo con rigidez apoyando sus codos sobre su escritorio “¿Cómo te sientes con volver a esta lucha? ¿Cómo estas manejando las ansias?”

“Mal” Mi aligerado tono tan solo tenso el ambiente “Es muy intimidante el solo poderme cambiar dos veces por culpa del puntaje, siento que si me equivoco lo habré perdido todo y no sabría cómo” Con un gesto de manos me silencio el más alto.

“¿A qué es lo que quieres llegar con esos miedos?” La seriedad en su voz provocó que tragará la saliva con dificultad y me removiera ansioso sobre mi asiento.

“Quiero que me digas que no me equivocaré en esa elección” Liberé de improvisto mis pensamientos logrando que sus labios rompieran su perfecta simetría.

“No te diré esa mentira” Bramó con cansancio “Ritsu nadie te asegura que esta sea la elección correcta, la puedes llegar a detestar más que la anterior” Unas asquerosas nauseas inundaron mi estómago “Errar es humano, lo vas a seguir haciendo”

“Pero” Mis ojos ardieron al no tener la red por la que tanto había clamado; tan solo deseaba escuchar que esta vez las cosas se encontrarían bien, que el sufrimiento se había terminado y yo podría florecer con esta nueva opción.

“Tal vez esta profesión tampoco sea para ti” Me indico con una envidiable tranquilidad “La mayoría de las personas mueren sin jamás saber para lo que fueron buenos” Presioné mis dientes hasta que estos rechinaron al ser mártir de esa gélida verdad; no era lo que deseaba escuchar “Eso no es necesariamente malo”

“¿Cómo no puede ser malo?” Le pregunte exaltado al ser víctima del pánico “Eso significa que estoy resignado a no ser nadie por el resto de mis días” Proclame aterrado con la mirada cristalizada y los músculos tensos “Yo no quiero estudiar cinco años de tortura, no quiero tener que obligarme  a hacer algo que me resulte repulsivo Hiroki” Las ojeras, el dolor, no entender, sentirme como un inútil, una basura, ver como todo el mundo avanza menos yo “No quiero volverme a sentir así”

“Déjame terminar” Me pidió con frustración tomando la carpeta para golpearme la nuca con ella “Ya te estas asustando por nada” Se burló con una mala disimulada ansiedad.

“¿No me puedes decir que todo estará bien y ya?” El maestro negó.

“Eso sería mentirte por conformismo” Se excusó acercándose con una impenetrable seguridad “Nadie sabe lo que el futuro le depara, sí tú escoges una carrera solo para ganar dinero y tener un sustento ten por seguro que te ira mal; no lo pienses tanto con la cabeza o al egresar no encontraras ni trabajo” Mi ceño se arqueo.

“¿Entonces que diablos debo hacer?” Su sonrisa me paralizó.

“Escoge con el corazón” Me indico con una ternura casi paternal “La carrera que te elegí es un plan común que tú puedes ir armando hasta que llegues a la disciplina que más te agrada, eso quiero que hagas, tantea todos los terrenos que puedas, profundiza donde te sientas cómodo y que cosas como el campo laboral, la demanda y sus grados pasen a segundo plano porque cuando amas lo que haces eres bueno en ello” Su voz caló en lo más profundo de mi mente para remover ese terror que se había inyectado en mi sangre.

“¿Sí nada me gusta?” Le pregunte con terquedad “¿Sino estoy hecho para esto?”

“Acá me tendrás apoyándote, intentando buscar contigo una mejor opción” Esa era una bella promesa que escogí atesorar “¿Ves que no es tan terrible no usar la primera elección?”

“Sí” Musite con el rostro ardiendo “Perdón, te he armado más de una escena en esta oficina desde que me conoces” Su mano acaricio mi hombro con confianza.

“Has estado bajo mucha presión de parte de tu mundo” Su mirada borro todo lo que había a mi alrededor “Ritsu te estoy dando la oportunidad para que solamente tú elijas independiente de los deseos ajenos, te estoy dando la oportunidad de soñar” El calor en sus palabras recorrió mis músculos con un agradable cosquilleo “No la desperdicies”

“Jamás” Respondí sabiendo que aunque nuestra reunión había llegado al final mi travesía de autodescubrimiento apenas comenzaba “Antes de que comiences las clases te compraré algo lindo como compensación” Balbuceé nervioso parándome de la silla.

 “¿Quieres darme algo lindo?” Me pregunto alzando una ceja, imitando mis movimientos con una envidiable tranquilidad “Relájate para que el primer día no te sientas tan ansioso, ese es el mejor regalo que me puedes entregar” Asentí con una pequeña reverencia despidiéndome con la mano para salir del lugar.

Hiroki es una persona maravillosa a la que siempre estaré agradecido por haber conocido, más que un mentor y un maestro, más allá de tener algo meramente profesional él me trata como si fuera parte de su familia, él hizo mis preocupaciones suyas y me ayudo a escapar; una tonta sonrisa se dibujó sobre mis labios; sería lindo poder hacer algo como él, me gustaría poder realizar algo tan ejemplar.

Camine hacia los pastales encontrando a Masamune con la mirada perdida en los estudiantes atareados y una risueña aura de ilusión con la que hace años no lo podía contemplar; apreté la carpeta que me había dado el castaño apreciando la demente intensidad de mi corazón ante su atractiva figura y sus relucientes ojos.

Supongo que con él es lo mismo; nadie me puede decir que no estoy errando al haberme  arriesgado por él, aunque lo ruegue y me arrastre suplicando nadie me puede conferir la certeza de que a su lado no existirá el dolor y las amarguras; esta es una apuesta que estamos haciendo, una apuesta a la que cuyas consecuencias con gusto confrontaré.

“Ya acabé” Musite con una pequeña sonrisa provocando que él se levantará de su asiento “Tan solo tengo que ir a secretaria de estudios para dejar unos papeles para las fotocopias”

“Entonces vamos” Antes de que mis pasos pudieran nacer el ruido de mi estómago resonó en el silencioso ambiente que habíamos formado consiguiendo que él riera “Creo que tienes hambre” Se mofo acariciando mi vientre.

“Se me olvido desayunar” Me excusé golpeando su mano con un potente sonrojo sobre la cara “Y ayer por la noche no tomé más que cerveza, era obvio” Sus manos acunaron mis mejillas para depositar un pequeño beso sobre mi frente.

“Lo siento” Murmulló con tranquilidad “Te debí preparar algo antes de salir, era nuestra primera vez, debió ser especial y yo” Lo silencie con mi mano ante el nervioso tartamudeo que me ofreció; eran muy pocas las veces que él se ponía de esa manera.

“Está bien Masamune” Le aseguré sin apartar mi mirada a pesar de ser prisionero de la pena “Fue especial” Su sonrisa me lo confirmo.

“Iré a comprarte un chocolate caliente al Starbucks de sociología, llámame cuando hayas dejado los documentos para que nos podamos juntar” El más alto sin esperar mi respuesta azoto sus pies en contra del concreto para correr hacia el local.

“¡Pero sin espuma!” Le grite para molestarlo negando la cabeza, arrastrándome hacia la dichosa habitación.

Mis pies apresurando el ritmo se movieron por varias sedes de la universidad abriéndome paso en la aglomerada multitud de estudiantes cambiando ramos a última hora y maestros corriendo con pruebas atrasadas; mi respiración se intensifico ante ese reciente encuentro mientras mis manos ansiaban tocar la libertad.

Cuando finalmente me logré incorporar en el rincón más solitario del establecimiento con la carpeta apretada con fuerza entre las manos subí hacia el segundo piso de un olvidado pero cuidado edificio para dejar mi petición en el buzón que se hallaba afuera de la puerta.

Con nervios quite de la carpeta el sobre que Hiroki me había conferido deslizándolo en contra de la metálica boca del artefacto, mi corazón latió con fuerza cuando escuche como se estrelló con el fondo; las decisiones ya se encontraban tomadas, no había vuelta atrás.

Con rapidez me volteé para encontrarme con Masamune ansiando comer chocando con el pecho de alguien más por culpa de mis bruscos y torpes movimientos, cerré los ojos esperando estrellarme en contra del suelo, no obstante, jamás toque el frío pavimentos al haber sido atrapado con un suave agarre en mi cintura.

“Ritsu” Perdí el aliento ante esa familiar y masculina voz; mis parpados se alzaron atónitos para que me hundiera en la perdición de esas orbes violetas.

“Akihiko” Musite percibido como todo a mi alrededor se devastaba; no estaba listo para ese encuentro.

Notas finales:

Ya sé que hubiera sido mucho más lindo decirle que iba a estar seguro con su nueva elección pero chicos eso no pasa.

Nadie te puede decir que estas haciendo lo correcto y que no te volveras a equivocar porque errar es algo humano y la posibilidad de que a Ritsu le disguste su nueva carrera es tan grande como la que tiene para que le guste.

La aversion al estudio despues de obsecionarse con él es un problema real en el que usualmente se usan tecnicas psicologicas para superarlo pero no siempre se da el caso; como Ritsu va a recibir la ayuda de Hiroki para comprender las materias que es su maxima prioridad las cosas deberian marchar bien.

Lo que uno necesita en estas situaciones no es un todo estara bien; sino un equivocate no me ire de acá, que es Masamune, despues de todo lo que pasaron ese hombre no se fue y por fin ya restauro lo que en un comienzo debio ser.

La sufrio por el amor del castaño pero valio la pena.

Y Akihiko hizo su acto de presencia por fin, tienen  un asunto pendiente.

Creo que es redundante pero por si acaso; estamos en los capitulos finales.

Mil gracias por leer <3 <3


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