-Siempre que te pierdes de la vista de todos sé que puedo encontrarte aquí- Thor avanzó entre el pastizal con su casco bajo el hombro. Loki dejó de contemplar el cielo y le miró relucir bajo las estrellas, su armadura brillaba como nunca –Pero la cuestión está en ¿por qué te gusta este sitio?-.
-¿No es obvio?- Loki saco sus pies desnudos del riachuelo y se puso en pie.
-Nada en ti es obvio Loki- Thor sonrió.
-Para ti nada es obvio- Loki rió también, tomó la muñeca del mayor y lo hizo sentar al borde del río –Zambulle tus pies en la helada corriente, te hará despertar a lo que en realidad vale, y mira al cielo a estas horas, ¿No es inmenso? ¿No es atrayente? ¿No te preguntas si esto fue obra de alguien? ¿De dónde viene tanta belleza?-.
Thor hizo cada cosa que le indico el menor, se sintió abrumado por la vista y los sentimientos, por eso le encantaba su hermano, por ver más allá de lo que él veía, por abrirle los ojos, por mostrarle que no todo era lo que él conocía -Ahora entiendo porque huiste de la celebración-.
-Es aburrido celebrar por cada logro y batalla, se hace monótono- Respondió Loki.
La noche ya estaba bien entrada y la celebración apenas debería estar en su auge pero aquellos dos estaban a las afueras del reino, sentados en medio de la naturaleza, disfrutando de lo más simple y de la compañía mutua.
-Me gustas- Titubeo Thor –Siempre me ha gustado como me haces sentir, incluso cuando no dices nada-.
Loki rió y miro a los ojos al mayor –Sabes, tu tampoco me desagradas… desde niños has sabido lidiar conmigo y mi radical personalidad-.
-Vamos Loki, no eres radical, sólo poco común- Thor apretó la nariz de Loki como jugando, siempre le gustaba recalcar que él era el mayor –Además que pienses diferente sólo te hace más interesante-.
El Dios del engaño se froto la nariz –¿Y ahora qué? ¿Quieres que nos besemos?-.
Ambos rieron, era la broma de siempre, la que calmaba ese ambiente que solían crearse y que de alguna u otra forma les parecía tan confortable.
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Thor arribo a la Torre Stark, rompió ventanales y muebles a su paso y paró justo frente a Tony Stark.
-¡Hombre de hierro!- Clamó Thor respirando por primera vez en todo el viaje –Necesito tu ayuda, reúne a todos por favor-.
Anthony Stark parpadeo cómo esperando que fuese un sueño que el Dios rompía su Torre nuevamente, ya había perdido la cuenta del número de veces que pasaba esta situación y de la cantidad de cheques que firmaba por reparaciones.
-Tranquilo grandote, respira y dime que está pasando- Tony invito al mayor a sentarse en los restos de su sala de estar y se acerco a la barra de bebidas dispuesto a servirse.
Thor tardo poco en explicar lo sucedido, lo sintetizo lo más que pudo y para cuando acababa el resto de los vengadores ya estaban llegando.
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Loki se quedó solo en medio del Bifrost, un pesado suspiro se escapo de sus labios, miro a las estrellas que le rodeaban, se veían tristes, moribundas, todo lo que conocía estaba en peligro y si no hacía nada desaparecería del universo siendo un traidor. Empuño sus manos con fuerza para reunir magia suficiente, a la distancia ya veía venir a las Valkirias que traicionaron a su tierra, trabajaban para Thanos y era guerreras voraces.
Cuando estuvieron cerca, peligrosamente cerca corrió a subir a su caballo dejándolas seguirle, las miro imponentes y consumidas por la oscuridad, como él tiempo atrás. Uso todo su poder para dejar al Bifrost roto, pedazos del puente arcoíris se derrumbaron sobre las torpes guerreras, sus cuerpos se perdieron entre la caída de los escombros.
Las manos de Loki dibujaron un círculo en el aire, seguía montando a Sleipnir cuando la magia activo ese círculo, en él se apreciaba Hilda, Diosa y regente de las Valkirias, la miro imponente comandando a sus capitanas. Loki llamo su atención y ella noto el pequeño portal desde su ala de armas.
-Por todos los nueve reinos circuló el rumor de que estabas muerto, bien hablan los midgardianos al decir que la hierba mala nunca muere- Hilda hablaba mientras detrás de ella sus alumnas se alistaban a defender su propio Reino, lo que le informaba a Loki que muchos reinos ya debían de saber del caos provocado por Thanos.
-Bueno Hilda querida, no estoy para hablar de un rumor, te busco para pedir tu ayuda- Loki sonrió cuando la mujer le frunció el ceño. –Tal vez no quieras ayudarme, pero créeme que si derrotamos a Thanos en Asgard no tendrás problemas con él después, además, al contrario de ustedes yo tengo un plan que creo funcionara de maravilla-.
-Loki no confió en tu palabra- La mujer se cruzó de brazos. –La última vez mentiste-.
-Y muchas veces lo he hecho y lamento haberte herido, no tenía intenciones de darte falsas esperanzas cuando ni yo tengo un corazón- La mujer escuchaba atenta, sus ojos miel no perdían de vista al hombre del que una vez se enamoro. –Pero es verdad y por mi vida que tal vez no vale mucho, te juro que peleare a tu lado, que no te traicionare y que lo hago por el bien de mi tierra- La voz de Loki se afianzo. –Ademas los vengadores están de mi lado, que su presencia te sirva como garantía de mi palabra-.
Hilda sonrió, en realidad la alianza le venía muy bien, el caos por la guerra destruía reinos y estando la pelea en Asgard, el caos recaería en otro lugar y no en su adorado hogar. Miro los ojos brillantes y suplicantes del hombre, ese con quien entreno de niña y por el cual aun seguía sintiendo un cariño, tal vez ya no era ese amor intenso que vivió pero seguía teniéndole amor –Es un trato lengua de plata, traicióname y arrancare esa lengua desde la raíz, te veré en tu dorada ciudad con mis ejércitos-.
Loki sonrió agradecido, cerro el pequeño portal circular y se dio a la tarea de conjurar el portal que protegía a la ciudad, ese que levantaban Heimdall y el poder de Odín juntos. Ahora el solo quien sabe hasta qué punto lo lograría, pero no tenía tiempo para reconsiderarlo, más tropas de Thanos venían en camino.
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