Su cuerpo ya resentía mareo, había empleado demasiada energía en levantar el escudo que protegía a Asgard. Para cuando terminaba a la distancia podía apreciar a la siguiente horda de Thanos. Al parecer él no venia entre ellos, pues la formación era extensa pero simple. Mentiría si dijera que no corrió temor por sus venas, pero casi al instante para alivianar su peso llegó Hilda.
Las valquirias eran gloriosas, su personalidad y apariencia eran únicas. Verlas aparecer y tomar fila detrás suyo le dejó extasiado, le elevó el ánimo verlas tan altivas montando sus corceles alados mientras presumían su elegancia y porte ataviado en armaduras doradas. Entre las guerreras llegó su vieja amiga Hilda, quien le sonrió con gesto orgulloso recordándole a Loki que los años no pasan en vano, pues si era hermosa hace años, ahora la edad le dotaba de más encantos.
-Ha pasado mucho desde que nos vemos- La voz de Hilda era fuerte, pero el tinte dulzón aun permanecía.
-Desde aquellas nueve lunas Vanaheim en donde me declaraste tus sentimientos- Loki subió a su Sleipnir para colocarse junto a la Reina de las Valkirias. –En aquel entonces eras capitana de un escuadrón, mírate ahora revestida de realeza-.
-Era una inmadura en aquel entonces, dejemos eso en el pasado-. Hilda desenvainó su espada revestida en un tallado intrincado que iba desde el mango hasta la hoja metálica bien afilada. Las demás guerreras posicionadas en una hilera tras de Loki e Hilda imitaron el gesto con sus armas. –Pero hoy Loki, tú y yo somos diferentes a lo que fuimos y estoy dispuesta a demostrarlo-. La mujer soltó un grito que dio inicio al ataque. Cada guerrera se abalanzó con fiereza siguiendo a su maestra a la batalla que marcaba su inicio en ese instante.
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Todos los que conformaban al grupo llamado “Vengadores” yacían rodeando a la alterada figura de Thor, quien exhumaba un olor horrible a batalla. Todos habían escuchado la increíble historia de que había más mundos que ellos no conocían pero ahora el Dios nórdico les planteaba una lucha que no tenía precedentes ni cabida en la imaginación de simples humanos.
-¿Pero cómo esperas que ayudemos?- Preguntó Anthony sintiéndose diminuto ante un caos inmenso.
-Quiero que me ayuden contra Thanos, si logramos quistarle las gemas del infinito que posee podremos contra él-.
-Eso suena tan fácil, ¿pero no lo es verdad?- La agente Romanoff se fue sin rodeos.
-La verdad es que no lo será y menos porque desconozco el numero de gemas que tiene en su poder- Thor estaba cansado pero no podía darse el lujo de siquiera pensarlo cuando su hermano corría el riesgo de no salir ileso del problema, la simple idea de que muriera le asaltaba en el corazón.
-Bueno grandote cuenta con nosotros- La frase de Anthony fue apoyada por todos los que estaban en la sala.
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Todos en el coliseo estaban agotados, habían entrenado por toda la tarde sin descanso, después de todo muy pronto serian permitidos en las líneas guerreras y necesitaban la fuerza y la resistencia que solo el entrenamiento pesado otorgaba. Thor para aquel entonces aun no poseía a mjolnir, en su lugar acostumbraba un hacha o espada e incluso los puños que bien le funcionaban.
Sus amigos usuales, los compañeros de batalla y de copas también estaban agotados, le sonrieron en el umbral cuando entre jadeos y sudor se despidieron. Los tres guerreros y Sif la novedad en su grupo, tomaron la dirección al pueblo y Thor al palacio.
Caminó pesadamente hasta llegar a los baños en el palacio, eran inmensos y siempre tenían agua caliente en la enorme bañera que destilaba un vapor amaderado debido a la esencia de sándalo que se ponía en el agua. Sus músculos agradecieron la sensación una vez que ingresó al agua, se dispuso a relajarse cuando el sonido de unos pasos llamó su atención.
Loki entraba envuelto en una toalla. Thor lo observó mirarle con una clase de incomodidad, misma que le hizo girarse e irse de nuevo con la clara intensión de no quedarse.
-Espera Loki- Thor sumergió su cuerpo hasta el cuello. –Quédate, hace mucho que no tenemos tiempo para nosotros dos-.
Loki chasqueo su lengua –Se debe a que nuestro tiempo es invertido en intereses muy opuestos, hermano- Loki parecía haber pensado mejor la situación y optó por quedarse, se deshizo de la toalla y entró al agua poniéndose hasta el extremo opuesto de la bañera.
-Entonces deberías practicar mas conmigo y menos con tu amiga rara- En aquel entonces la cercanía de ambos se había deteriorado por la razón que Loki planteó, habían surgido fines opuestos en cada uno, Thor con su entrenamiento físico y Loki con su estudio, y ninguno hacía el mínimo esfuerzo por congeniar con el otro.
-Amora es tan rara como yo lo soy, así que tomare el comentario como personal- Loki era mordaz, nunca lo ocultó, no era rabioso pero Thor si sacaba, en ocasiones, lo peor de él.
-Loki no seas así, arruinas tal vez la única oportunidad que tendremos en la semana para conversar como gente decente- Loki quiso reír porque nunca considero a Thor decente, de hecho era un bárbaro a sus ojos. Pero cuando el menor estaba dispuesto a lanzar un insulto la mano de Thor sumergiéndole le ganó.
Loki salió furioso del agua mientras abrazaba oxígeno por el intento de fratricidio, luego mas por impulso que otra cosa se fue encima de Thor, tomó su cabellera rubia y la jaló para meterlo al agua. Aquel acto fue la declaración de guerra entre ambos, porque pelearon tratando de molestar al otro, un juego demasiado infantil para hermanos que ya rondaban entre los dieciséis.
Al final entre risas y aceites aromáticos desperdigados ambos quedaron exhaustos entre el vapor. Loki quiso recordar el tiempo que había pasado entre la última vez que se llevaba así de bien con Thor pero no había sido cosa de días, se habían distanciado con los años y eso le dolió, porque más que nadie en todos los nueve reinos siempre fue Thor quien le cuidó y mas que la propia Frigga, Loki podía jurar que Thor le proclamaba más cariño, de ese que surge de los años juntos y crece con situaciones tan simples como la que ahora Vivian.
-Loki, ¡yo nunca creí que poseyeras la fuerza para empujarme así!- Thor exclamó entre risas mientras hacia un inútil esfuerzo por desenredar su melena con sus dedos.
-No seré tan bruto como tú, pero tampoco soy un debilucho-.
Thor sonrió de oreja a oreja, algo en el estomago de Loki se revolvió –Me has hecho falta, sabes fue tanta que hasta me conseguí amigos-.
-Esos no son amigos Thor, son mentecatos que te siguen a todas partes-.
Thor soltó una carcajada que inundo el baño -¿Desde cuándo mi hermanito es un monstruo cruel?-.
Loki se sumergió relajando los músculos –Desde que te fuiste a jugar al héroe-.
Loki quiso deshacer el último comentario, porque más que respuesta sonaba a reclamo y Thor no lo pasó por alto, pues le miró con ternura, como entendiendo que había pecado al hacer lado a su hermano sin hacer el esfuerzo de buscarlo y bien sabia el Dios del trueno que si Loki tenía un defecto, ese era su orgullo, porque no había ser tan orgulloso como su hermano y pensar tan siquiera en que éste lo buscara resultaba necedad, era ir contra las leyes de la naturaleza.
Thor suspiro, su aliento se esparció con el vapor, se acercó a Loki con cuidado como tanteando el terreno con una presa y se posiciono a su lado causando que las cejas del menor se fusionaran en una sola por molestia, no había nada más que hastiara a Loki que la invasión de su espacio personal.
Entonces Thor se acerco y besó la frente de su hermano, lo que causó un gruñido por parte del otro, entonces Thor recordó como Loki le había golpeado años atrás por haberle intentado robar un beso, se rió en su mente, pues en aquel entonces no comprendía lo que significaba del todo pero el simple hecho había enfurruñado con ganas al menor.
-Thor, teniendo tantas mujeres vienes y decides molestarme a mi- Pero en lugar de alejar a Thor como esperaba este, lo dejó ser, se quedaron juntos uno al lado del otro disfrutando de la compañía mutua hasta que las yemas de sus dedos se arrugaron por la humedad.