El carácter de HeeChul es algo especial, y eso todos lo saben, no es ningún secreto.
HeeChul tiene una fuerza de valor increíble, una fe en sí mismo que cualquiera desearía, una seguridad infinita.
Es sincero a más no poder, y orgulloso como nadie.
Kim HeeChul es todo una diva.
Y esa diva con su gran dignidad, no deja que HanGeng le de aunque sea sólo un beso.
HanGeng vive enamorado de él, de HeeChul, su mejor amigo.
¿Pero cómo no enamorarse de él?
Apesar de que HeeChul se sienta su dueño, ordenandole, o cualquiera de ese tipo de cosas, a HanGeng le gusta.
Jamás le molestaría, pues está enamorado de HeeChul.
Una y mil veces HanGeng a intentado aunque sea robarle un beso a HeeChul, pues es que el coreano lo ha rechazado tantísimas veces que ha perdido la cuenta; pero no le importa.
Él sabe que puede enamorarlo poco a poco, y comenzar con sólo un beso, realmente ayudaría.
HeeChul adora dormir abrazado a HanGeng, y él se lo permite; pero con el objetivo de robarle un beso.
Y cuando lo intentó, lo único que recibió fue una bofetada y un rodillazo en la entrepierna por su atrevimiento.
Pero le pareció tan lindo, que sólo hizo que viera más precioso a HeeChul.
¿Es un mazoquista?
Quizá.
Una segunda oportunidad es la que se da.
HeeChul está sentado en el sofá, una mañana de domingo, aún vistiendo su pijama, notandose tan lindo ante los ojos de HanGeng, tanto que lo hace suspirar.
Está leyendo un libro, y nada parece distraer a HeeChul, así que Geng debe aprovechar.
Se sienta a su lado, o más bien frente suyo. En el mismo sofá.
HeeChul aún no se ha dado cuenta.
HanGeng toma una bocanada de aire y se acerca lentamente, sólo un poco.
Toma el libro con ambas manos y empieza a hacerlo a un lado.
¡Pero HeeChul claro que lo ha notado!
Frunce el ceño y le arrebata el libro a HanGeng, empezando a golpearlo con él una y otra vez.
HanGeng sólo se cubre lo más que puede, dejandose golpear por él.
Entonces HeeChul se pone de pie, gritandole un sin fín de palabras impronunciables a HanGeng.
El chino se acomoda los anteojos, sólo observando a HeeChul allí de pie, con una mano en la cintura y la otra sacudiendola en el aire a ritmo de sus regaños y reclamos.
Entonces HanGeng se pone de pie tal y como él. Y en ello aprovecha que HeeChul está distraído para plantarle un beso en los labios.
HeeChul se queda sorprendido, con los ojos bien abiertos.
No sabe porqué, pero sus manos no reaccionan para golpear a HanGeng, inclusive lo deja acercarse más, y que lo estreche entre sus brazos.
Y poco a poco va cerrando los ojos...
¿Por qué a quién engaña?
Bien sabe que los sentimientos que HeeChul tiene a HanGeng, no son sólo de amistad.
Después de todo era cierto.
HanGeng necesitaba sólo un beso para poder enamorarlo.