Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Después de Yifan por Himawari

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este one shot lo escribí cuando hubo la crisis de las demandas, pero después de lo que pasó con Tao (que aún no se resuelve) me dieron ganas de subirlo. 

Preparen los pañuelos (?)

 

 

Después de Yifan

 

 

 

       La taza de té continuamente se enfriaba esperando a su antiguo dueño. Y no volvía. Huang Zitao se había cansado de una espera sin frutos, su mejor amigo no se vería cruzar ese umbral en ningún tiempo cercano y tendría que seguir fingiendo que no lo esperaba. Según sus cálculos, habían compartido el tiempo suficiente como para decir que se conocían bien, que no eran transparentes ante sus pensamientos; sin embargo, el silencio había tomado un rumbo más importante para su mejor amigo, Wu Yifan.

 

       Esa melodía que compartían y que salía de su amistad se atoró a medio camino, quedándose a medias sin una voz que la acompañase, sin ninguna voz que le animase a existir.
A Tao, le otorgaron el poder del tiempo y que no le valió de nada porque antes de que él se diera cuenta de los hechos, ya no había marcha atrás. No pudo detener el tiempo para despedirse de su mejor amigo, no pudo detener el tiempo para quedarse con él, aunque fuera por un segundo.

 

       Lo más difícil fue mantener la cordura mientras las horas avanzaban, el saber que Yifan se encontraba en otro lado y que la comunicación entre ellos se quedaba en lo que era un mero recuerdo tan lejano pero tan poderoso. Y era aún más difícil seguir con sus actividades sin detenerse a guardarle luto a su amistad, a su traición. Una parte de su mente le exigía que huyese también de ahí, no podía soportar esas miradas de lástima que le bombardeaban. ¿Podría hacer un trabajo mejor ocultando su miseria?

 

       Y luego dejaron de ser Yifan y Tao para ser solo Tao. Tao en su habitación penando por otro. Esa era su bofetada en la vida que lo mataba con más brío. Si tan solo Yifan se hubiera desahogado con él desde un principio, quizás no estarían en esa situación. Quizás la soledad de vivir en otro país, de trabajar sin descanso, de dormir veinte minutos al día sería más soportable, y no una escena de melancolía y tristeza.

 

       En verdad se había marchado. La camisa favorita que solía estar colgada en la puerta ya no estaba, ni los zapatos de marca que jamás usaba pero que siempre presumía. Los regalos que las fans le habían mandado también habían desaparecido y antes de que Yifan se esfumara, ya no estaban y Tao no lo notó hasta que se dio de topes contra la cama vecina, vacía. Con pertenencias que Yifan no se llevó y que no regresaría por éstas.

 

       Nadie se atrevía a hacerlo entrar en razón, creían que era una fase natural que tendría que superar por cuenta propia. Pero no lo hizo. Su participación en los programas de variedades fue disminuyendo considerablemente. La obligación de decir abiertamente que eran once personas en su grupo era dolorosa porque para él seguían siendo los doce chicos con los mismos sueños y ganas de triunfar. El hecho de que a los cuantos meses después Luhan pusiera la misma demanda contra la compañía y desapareciera no ayudaba en lo absoluto. Al contrario, se estaba quedando más solo que antes.

 

       Sus deseos de salir corriendo de ahí se intensificaron y su única compañía eran las botellas de alcohol que bebía sin control. Después de eso, todo se volvió tan caótico que nadie podía controlarlo. Ni siquiera Suho. Huang Zitao tomó por costumbre hacerle notar que hacía un pésimo trabajo como líder, no era capaz de mantenerlos juntos. Le culpó de mediocre. Comenzó a herir a sus únicos amigos con palabras y no hubo poder humano que lo detuviera. Se encontraba en una depresión que todo el mundo imaginó pero que nadie supo frenar. No podía abrir sus sentimientos a nadie más. La última vez que lo hizo, esa persona lo había abandonado.

 

 

       Huang Zitao no era un mojigato, o al menos eso parecía tenerlo claro. Pero el estar frente a frente a su inalcanzable fantasma le hacía darse cuenta que el tiempo se había encargado de cambiarlos por completo y eso le provocaba un miedo tan grande, un miedo de ya no poder amarse como lo hicieron otrora. Al ver a Yifan darle la espalda le creaba una ola de recuerdos, que incluso después de seis eternos años aquella amistad parecía estar intacta, aunque fuese sólo una poderosa fantasía.

 

       “Hace bastante frío, ¿no?” Dijo Yifan.

       

       Hubo un instante de silencio.

       

       “¿Eso es todo lo que tienes por decirme después de todo este tiempo?” Había algo de desilusión en la voz de Tao. Sinceramente esperaba algo más que eso. “Habíamos dejado una conversación incompleta. ¿Recuerdas?”

 

       “Lo recuerdo,” Contestó Yifan y por fin le dio la cara, aunque aún no era capaz de mirarle a los ojos. “pero antes que nada quisiera disculparme por lo que te hice cuando me fui. No fue justo para ti pero quiero que entiendas que en ese momento no tenía otra opción…”

 

       “Ya sé que no tenías otra opción. Lo sé muy bien porque yo pasé por lo mismo. Lo entendí desde el momento en que te fuiste y no regresaste. La disculpa debió haber sido hace seis años y no hoy. Cuando te marchaste, pensé que yo no valía nada para ti.”

 

       “Tao, no digas eso. Sabes que no es cierto.”

 

       “¿Lo sé? Porque cuando presentaste la demanda yo fui el último en enterarse y además, cuando llegué al dormitorio, te habías llevado todo lo que había quedado. Si tan sólo hubieras confiado en mí y contado lo que te pasaba, me hubiera ido contigo.” Las palabras de Tao tomaron por sorpresa a Yifan. “Te fuiste y yo me quedé atrapado con una compañía que no me dejaba ser libre y que me estaba arrebatando mi vida, pero pensé que estaría bien si tú te mantuvieras en contacto, pero no lo hiciste y yo me cansé de esperar.”

 

       Yifan se imaginó que ese discurso llevaba mucho tiempo esperando a ser liberado y no se equivocaba, aunque Tao lo ensayó miles de veces en su solitud, jamás se preparó para hacerlo finalmente en su rostro y sentía que su lengua se entorpecía al hablar.

 

       “Quería estar contigo Tao, te juro que quería volver por ti todos los días pero la compañía me comenzó a quitar dinero de mis pagas hasta darme una cantidad ridícula, creí que lo hacían con nosotras pero después confirmé que no. Era solo yo y no sabía qué hacer. Cuando presenté la demanda y hui pensé que tú estarías bien cuidado, mi familia me necesitaba. No importaba cuantas apariciones hiciera en televisiones, la compañía me estaba dejando con las manos vacías, con cansancio y sin descanso. Pero cuando Luhan presentó la demanda, me sentí aliviado de no ser el único, eso significaba que no estaba solo y que la diferencia entre trabajadores extranjeros no había cambiado. Pero por dentro deseaba que fueras tú y no él. Pero tú no querías salirte del grupo y me llamaste traicionero, ni siquiera cuando llegaste al límite con tus enfermedades, aún me parece increíble que hayas resistido cuatro años más.”

 

       Tao le escuchó atentamente y entendió a la perfección, porque él sabía y soportaba el trato que recibía después de la partida de Yifan.

 

       Todo marchaba decentemente después de Yifan y Luhan. Todos trabajaban el doble para demostrar que no eran un grupo mediocre, aunque fuesen manejados por una compañía así. Tao no quería aceptar desde un principio que tan dañado estaba su cuerpo y que tan irreversible se volvía la situación porque no quería fallar. No quería ser llamado un traidor por abandonar el grupo que le dio la vida. Él sólo quería ser visto como alguien que cumplía sus sueños sin importar que vendiese su alma para eso.

 

       Pero ahora que tenía a Yifan frente a frente ¿cómo le explicaba que se defraudó a sí mismo? No tuvo otra alternativa que retirarse del grupo si quería seguir con vida. Incluso si no lo hizo cuando el papá lo pidió. Terminó haciéndolo cuatro años después, justo cuando sus músculos se desgarraron por completo.

 

 

 

 

       Después de Yifan nada fue lo que era. La presión de la compañía se voló por los cielos al tratar de no obtener más demandas, sus ingresos rara vez subían, pero le tenía miedo al poder que ejercía la compañía ante las televisoras. Las mismas fans llegaban a ser muy crueles cuando deseaban lastimar a alguien y casualmente solían herir a Yixing y a él. Después de Yifan, Tao no sentía el derecho de quejarse o de ir a su país natal. Era un miedo irracional, porque a fin de cuentas seguía siendo humano y tenía su familia, pero antes de eso él era un idol que se había quedado sin derechos.

 

       Yifan trataba de ignorar las muletas que sostenían a Tao para no atreverse a preguntar lo que le había pasado, aunque ya lo sabía, moría de ganas por escucharlo de su boca, que su antiguo mejor amigo pudiera desahogarse. Y desde que se enfrentaron en la habitación, ninguno de los dos se atrevió a moverse de lugar. Pero Yifan se atrevió a romper esa distancia y abrazó a Tao para darse cuenta que todo era real y no uno de sus tantos sueños, incluso podía oler su colonia que seguía siendo la misma. Tao no estaba seguro de cómo reaccionar, puesto que nadie le había abrazado de esa manera en bastante tiempo pero terminó por lanzar sus muletas y lo abrazó de vuelta con tanto brío que pronto comenzaron a perder el aliento, los sollozos de Tao sonaban cerca de su corazón y sólo en ese momento Yifan entendió la magnitud de sus actos, jamás había visto a Tao romperse de esa manera. Después de una larga guerra, salió invicto de la demanda pero eso le costó una amistad muy grande. Tao ya no iba a su recámara a contarle lo que le aquejaba, ni lo que le hacía feliz.

 

       Pero por fin podían abrazarse de nuevo.

 

       “¿Me perdonas Tao?” Dijo Yifan al oído de su amigo.

 

       Y Tao le respondió con su beso en los labios. El beso era tímido. Casi tan tímido que no se daban cuenta que lo que hacían pero con la fuerza suficiente para notar sus labios temblar. Yifan sintió como el par de manos de Tao le tomaban la espalda, y se preguntó si después de todo ese tiempo él habría estado con alguien más, y los ojos del menos parecían leer la mente porque le decían que no. Yifan llevó una de sus manos al rostro de Tao y la otra la utilizó para moverlo a la cama, sin interrumpir su beso. Tan sobrios de amor pero ebrios de pasión, no se percataron en qué momento ambos se despojaron de su ropa. Pero piel con piel sólo intensificaba el calor entre ellos. Yifan encontró el camino a todas las cicatrices marcadas en el cuerpo de Tao, se veían dolorosas, pero besó cada una sin dificultad, dándole la mano y así, Tao se sintió seguro, extasiado de felicidad.

 

       Tao se tensó por un segundo al sentir las manos del mayor pasearse por todo su cuerpo, pero le permitió hacerlo porque no podía soportar más tiempo sin él. Su cuerpo y su alma eran de Yifan nada más y el tenerlo nuevamente sobre él era algo que no quería olvidar jamás. Le tomaba por las caderas y le pedía permiso para entrar de la misma manera en que lo hizo la primera vez.

 

       Por mucho tiempo odiaron el presente, pero en esa intimidad, amaron como desquiciados sus caricias, besos, ansiando por más memorias como esas. Uno al lado del otro con la recámara de testigo. Tao jugó con los dedos de Yifan y  le enredó con sus piernas para besarle como loco, rasgándole la espalda y le entregó su alma al culminar.

 

       Después de Yifan se había convertido en un cascarón. Sentía que no podía volver a la vida, pero después de hacer el amor con él, supo que no tenía ya nada más que temer.

       Después de que Yifan volviera a su vida, ya no se derrumbaba tan fácilmente.

 

 

 

Notas finales:

Dénle amor a una OTP tan bella ~

¡Gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).