Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Solo un sueño por DcHenri

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Se que prometí este one shot desde hace como mil años DDD: 

*Se hinca y pide perdón* Estuve enferma un tiempesito pero ya estoy como nueva y a chambearle xD 

 

Espero les encante ya que se los escribo con todo mi kokoro xD 

 

PD: Hoy fui a ver por segunda vez Vengadores y ¡JODER! Morí con demasiadas escenas *o* Si ustedes ya la vieron ahí me comentan que les pareció y chismeamos a gusto 7u7 

PD2: Me estoy animando a escribir un fanfic con la temática de la nueva película, es que hay mucho de donde sacarle chingao *¬* 

 

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen si no a Marvel y a sus respectuvos creadores.

Estaba sentado en el asiento del convertible. Con las manos aferradas al volante. La mirada la tenía perdida, empañada y desolada. Los ojos de mi inconfundible color avellana tenían el mismo reflejo que la noche. Estaban ahumados y agonizando. La cabeza me daba vueltas y las lágrimas. Se me escurrían pegadas al rostro, recorriendo un doloroso camino hasta el mentón. Y después caían a ningún lugar. Gruesas y cargadas de sufrimiento.

De solo volver a imaginar el momento en que me llegó la noticia. Mis manos ejercían más fuerza sobre un volante inocente. Y cerraba los ojos torturándome más con esa escena.

FLASHBACK

Y la mañana de antier se sentía silenciosa y tranquila. Pero había algo en el aire que me era indescriptible. Había esa extraña sensación en el pecho, tan incómoda y traicionera. Estaba llegando a mi oficina, en la cima de la torre Stark. Otro día normal estaba dando inicio. Todos parecían hacer las mismas actividades de siempre y todo parecía tener su curso habitual. Pero ahí estaba yo, sentado esperando mi café de las ocho de la mañana y mirando el anillo de compromiso que descansaba pacientemente sobre mi dedo anular izquierdo.

Según siguiendo lo que dictaba la tradición de que se debe colocar en este dedo ya que ahí, poseemos la vena que va directamente al corazón. O bueno, así lo relata la tradición.

Y el café llegó y la punzante alarma en mi pecho se quedó hasta las diez.

Me revolví por tercera vez en el asiento después de dos horas de checar papeles y permisos para instalar otra planta de energía limpia en el país, cuando unos débiles toques sonaron llamando mi atención. Y la respiración se me aceleró al ver entrar a Virginia, con el caminar lento y la mirada resguardando un secreto.

─ ¿Sucede algo Potts?─ Ella solo sonrió, apenas moviendo sus rosados labios. Y negando. Desviando sus ojos hacía otra cosa que no fuesen los míos. Y el martilleo de mi corazón me retumbaba en los oídos.

─El coronel Fury te busca.─ La debilidad de su voz. Y asentí, accediendo a que entrara a mi oficina. Y me levanté abruptamente del asiento que le daba la espalda a la gran ciudad. Y respirando con dificultad me traté de calmar. Estando consiente que algo no iba bien.

Y el coronel entró. Cerrando la puerta tras de sí. A paso firme y con un sobre en la mano. El único ojo bueno que me miraba con compasión me lo gritó todo. No podía ser cierto.

─Dime que no es sobre Steve.

Dije ya sintiendo el anillo asfixiarme. Como la vena que conectaba al corazón se hacía cada vez más pequeña. Impidiendo así que siguiera bombeando. Y mi pecho subía y bajaba. Aun en espera de una respuesta que preferiría no oír.

─ Lo lamento, Tony.

FIN DEL FLASHBACK

Y me dejé caer sobre el volante. Gimoteando por el llanto. No podía creer lo que estaba sucediendo, no puedo asimilar la desgracia que ha caído sobre mi sin remordimiento. La cruda realidad de que Steve se ha ido me resulta imposible.

Te puedo jurar que nada de esto es verdad.

Aceleré a toda velocidad el coche. Dirigiéndome al altar. Vistiendo el bello saco blanco que me compró y que guardaba en mi closet cubierto. Y que hoy, es el gran día de estrenarlo. El ramo de flores descansa guardián sobre el asiento del copiloto, a lado de las cartas que guardarían por siempre su delicada caligrafía y sus poemas perfumados. Alguna que otra rosa marchita descansaba en uno de sus dibujos, que solía hacer por las noches con la lamparilla de tocador como espectadora. Todo él estaba en esa cajita que tan recelosamente guardaba bajo mi cama. Y que ahora me tenían que acompañar al día más feliz de mi vida.

Porque Steve ya me estaba esperando en la iglesia, con su traje negro y su rosa puesta como adorno en el saco. Su impecable mata rubia peinada hacía el lado derecho y torciendo las manos por el nerviosismo. Hoy nos juraríamos amor eterno. Hoy nos haríamos uno. Pactando nuestro amor, hasta que la muerte nos separase.

Y por algún momento aceleré aún más el coche. Las lágrimas bloqueaban mi visibilidad. Y quizá eran lágrimas de felicidad. Ya que por fin, después de tanto planear, esperar y prometer. Por fin podríamos casarnos. Y aún puedo saborear la dulzura de aquel momento.

FLASHBACK

Y me avisó que le denegaron el permiso. Y que no podría venir en nuestro tercer aniversario. Pero que más daba, yo estaba consiente que la vida de militar que llevaba no era nada sencilla. Y me resigne a esperar hasta que pudiera volverlo a ver.

Fui al trabajo como todos los días y justo a la hora de la comida quise avanzar con el nuevo proyecto que tenía en puerta y encerrarme en el taller a trabajar todo el día.

─Vamos a la plaza, me contaron que abrieron un nuevo restaurante de comida mexicana. ¡Será divertido Tony!─ Y tenía a Pepper colgando de mi brazo y tratando de arruinar los planes que tenía para distraerme. Al final de cuenta me convencieron sus amenazas de que si no la acompañaba iba a castrarme y la comida mexicana, que era una de mis tantas debilidades.

Comíamos tranquilos hasta que en la explanada de la plaza, cerca de la fuente, comenzó un show con payasos, malabaristas y un mago sin mucho talento. Pero lo que más llamaba la atención era una enorme botarga de oso que bailaba de una manera torpe pero graciosa. Y como era de esperarse, Pepper quería ir a ver el espectáculo.

Hasta que requirieron a un voluntario. Y no sé cómo terminé en medio del círculo, siendo el voluntario y rodando los ojos. 

─Y ahora para mi siguiente truco necesito que cierres los ojos y aparte, para que no hagas trampa te los vendaremos. Ya que te vamos a hipnotizar.

Y yo solo enarqué las cejas burlonamente. Sabiendo de antemano que estaba a punto de hacer mi ridículo delante de tantas personas, mientras Virginia grababa el fiasco que iba a cometer este mago de tercera. Y cerré los ojos y escuché como todos contaban del uno al diez.

─Cuando abras los ojos vas a creer en la magia.

Ni con el mejor hipnotizador del mundo iba a creer en semejante payasada.

Y cuando el diez llegó a grito de todas aquellas personas me deshice de la venda. Y esta cayó al piso al igual que mi quijada. Y la felicidad me llegó sin aviso al ver a Steve hincado delante de mí, con la botarga de oso puesta pudiendo ver sus ojos azules centellando de emoción, una cajita de terciopelo color rojo que mantenía cautivo un anillo con un zafiro azul celeste incrustado en el centro. Y yo mantenía la mano sobre mi boca, reteniendo el inminente llanto.

─ ¿Me permitirías tener el honor de ser el hombre de tu vida?─ Y las piernas me temblaban, y me mordía los labios. La gente gritaba un “acepta” y sus mejillas estaban encendidas de ese color carmesí encantador.

─ Sería un imbécil si te digo que no.

FIN DEL FLASHBACK

Y aparqué el auto del otro lado de la acera. Mirando la imponente iglesia. Un montón de cuervos roían mi estómago. Tomé aquella caja junto con el ramo, que desprendían ese olor dulzón a burla. Diciéndome con cinismo que esta no era mi boda, si no el funeral de mi prometido. Y su voz me acariciaba el oído, provocando que una tormenta bañase el blanco puro del saco.

Al entrar a la iglesia estaba en silencio. Y su aura de armonía se había vestido de negro. Caminé lentamente, deseando internamente verlo ahí enfrente. Sonriéndome y extendiéndome la mano, esperando a que fuera a él.

Clint se interpuso en mi camino, bloqueándome la vista.

─No te lastimes más Tony.─ Me dijo abrazándome y empujándome hacía la salida. Queriendo evitar que mi cordura se fuese a agotar al ver la horrorosa realidad.

─ ¿¡Que no entiendes que me voy a casar!?─ Mis manos seguían aferradas a los recuerdos plasmados en papel y a las rosas rojas que goteaban diminutas gotas de sangre salidas de mis palmas. Natasha que traía la nariz roja y las ojeras profundas se acercó hasta el forcejeo que llevábamos a cabo Clint y yo. Gritaba para que alguien pudiera entender que me dejaran en paz.  Que yo me iba a casar.

La pelirroja quitó de encima de mí a Barton y me abrazó. Suspirando cansada.

─Me voy a casar Nat.

Y me soltó sorbiéndose la nariz y notablemente resignada. Y me coloqué justo frente al altar. Con algunas miradas puestas en mi persona y otras con la cabeza agachada, rezando.  El negro era el color predominante y mi blanco de a poco se comenzaba a teñir de tristeza.

Y en el fondo estaba Steve, esperándome. Sonriéndome y aguardando para nuestro felices por siempre.

De pronto solté las flores, la caja y mis esperanzas al piso. Dejando solo como consuelo aquellos cortes debido a las espinas.

Claro que en el altar estaba Steve.

Dormido para siempre.

Y caminaba lento a mi calvario. Con las lágrimas besando mis mejillas y sintiendo como cada que pasaba a lado de una banca el llanto de las personas incrementaba. La escena era desgarradora. Verme de blanco caminando hacía mi prometido que yacía muerto en aquella caja.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

El panteón se vestía de gala y el cielo gris acompañaba mi pesar. Las rosas blancas llenaban de brillo la imperturbable quietud y la tierra ya estaba por abrazar a Steve.

La banda tocaba la canción más triste que había escuchado. El fondo perfecto para los honores más crueles. Y me miraba de frente a mi destino, dedicándole cada lagrima a las trompetas que silbaban cual viento. Me entregaron la bandera doblada doce veces. Mientras las estrellas de la bandera me regalaban un sutil “lo siento”.

Quizá estaba soñando y esta era la pesadilla más ruin de todas. Tarde que temprano iba a despertar.

El primer disparo de honores se escuchó.

Pronto abriré los ojos y veré su rostro a mi lado. Dormido y descansando.

El segundo disparo.

No era real nada de esto que sentía y mucho menos nada de lo que pasaba. Steve no estaba muerto.

El tercero.

No me puede estar abandonando, no pudo haberse ido sin decirme adiós. Sin haberme regalado una última mirada. Una última mirada a la que me pudiese aferrar el resto de mis días.

El cuarto.

El volverá a casa y acariciará mi cabello por las noches.

Quinto.

Su traje de gala se empolvará en el closet.

Sexto.

La vida se me está yendo con cada bala.

Séptimo.

¿Sintió dolor alguno cuando aquella bala perforó su pecho?

Octavo.

Lo seguiré esperando.

Noveno.

Con nuestra foto en la mano.

Decimo.

No importaba si la eternidad se queda en aquella tumba. Yo seguiré pensando que eso no está sucediendo. Fingiré que tan solo es un sueño. Y cierro los ojos escuchando como los once disparos más se llevan a cabo. Sabiendo que al escucharse el último, abriré los ojos y no estaré aquí parado sobre el césped del panteón. Abriré los ojos y el no estará con el traje militar encerrado en ese féretro.

Abriré los ojos y el último disparo me llegará al corazón al descubrir que no hay escapatoria.

Y que imaginar que todo esto es un sueño es más fácil que afrontarlo.

 

Notas finales:

Chuleadas, críticas, sugerencias y echar el chisme aquí en los mensajirijillos. <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).