Ya no me dejes solo
originales
autoras: yeral941 y kazen_nova17
- Gabriel, Gabriel, hermanito despierta- sentí como me llaman, pero no quería despertar– Gabi, mama ya hizo el desayuno, apresúrate, mira que ya es tarde.
- Dani, aún es muy temprano, déjame dormir un poquito más, ¿sí?-le mostré un pequeño puchero - además hoy no hay escuela- entre abrí los ojos para verlo, y vi a un niño de 12 años, igual a mí, a veces pensaba que veía a un espejo todo el tiempo, pero no era así, él era mi gemelo, mayor por 3 minutos, éramos tan parecidos a la vez tan diferentes; él era alegre, espontáneo, el mejor en los deportes y estudios, y un verdadero genio con la música, a los 6 aprendió a tocar el piano sin problemas, pero no se quedó allí, después fue la guitarra y el violín, el arpa, el violonchelo y el bajo con solo 12 ya dominaba bastante bien estos instrumentos y ni hablar de su canto, nunca entendí por que al ser gemelos, y tener las cuerdas vocales casi iguales, él lo hacía tan bien y yo tan mal y además yo no podía hacer deportes porque mi estado de salud no era nada bueno, en la escuela no era tan malo, pero siempre estaba después de él, como lo envidiaba; mi hermano hacia amigos con facilidad, agradaba el instante, Marcus nuestra hermano mayor siempre lo llevaba a sus partidos de basquetbol, sus amigos lo adoraban, era como si Daniel automáticamente captara tu atención cuando entraba en la habitación, en cambio yo faltaba mucho a la escuela por mis constantes citas médicas , mi única inseparable amiga era Sofía y su hermano Diego, ellos nunca me dejaban solo, aunque Diego era el mejor amigo de Marcus, siempre que podía pasaba tiempo con Sofía y conmigo, cuando Marcus salía con Daniel él venía con películas o juegos de mesa, también envidiaba eso de Daniel, se lleva muy bien con Marcus, podían jugar a las peleas, hablar de películas de terror; yo no las podía ver por mis problemas cardiacos; discutir sobre diferentes equipos, a mi parecía temer tocarme, no fijaba su mirada en mi más de 5 segundos, Daniel decía que era porque él no sabía tratarme pero que le importaba mucho, al principio le creí, luego solo desistí de la idea.
- Gabriel, sabes muy bien qué tenemos que ir al médico, hoy es tu revisión mensual - mi hermano se sentó a mi lado y empezó a peinar mis cabellos- Gabi eres lo más importante en el mundo para mí, no sé si podría vivir si tu no estas, venimos a este mundo juntos, debemos de irnos de él juntos también, como cuando mama quiso que durmiéramos en cuartos diferentes y ambos tuvimos la misma pesadilla y volvimos a compartir cuarto, nunca debemos separarnos, y si se diera el caso, luchar por volver a estar juntos -sentía el tacto de mi gemelo en mis cabellos, era tan cálido – como tu hermano mayor, me debes obedecer, por lo que te ordeno que jamás me dejes solo- su voz se oía un poco apagada- nunca debes de dejarme solo, ¿está bien?- me miro, ¿Daniel quería llorar?.
- Daniel, ¿Por qué hablas así?, ¿Qué paso?, ¿Dani?- mi hermano ya no me miraba, tenía la miraba en otro punto del cuarto, y como siempre que le pasaba algo al otro, ambos empezamos a llorar.
- Hermanito, no llores, yo no quería hacerte llorar, hermanito- me decía con lágrimas, pero no podía parar, no si él no lo hacía, después de unos minutos ambos dejamos de llorar.
- ¿Qué pasa?, ¿ahora si me lo dirás?- lo abrace, Daniel no lloraba, él era fuerte no entendía que estaba pasando.
- Gabriel, me ofrecieron una beca para estudiar música en al extranjero- eso fue como un balde de agua fría, Daniel me iba a dejar, se iba a ir – pero no es para ahora, es para dentro de 2 años, me dijeron que primero me prepararan, sería como un examen de ingreso- me miró, aún tenía los ojos rojos- no quiero que estés triste ¿sí?, yo nunca te dejaría solo, prometo que vendré seguido y-y llamare todo el tiempo, nunca te dejaría solo….nunca…
Desperté de pronto, con la respiración agitada, solo había sido un sueño, del día en el cual Daniel me dijo que se iba a Londres, recuerdo que después de ese día, casi no lo veía, porque iba a sus clases especiales desde temprano y no volvía hasta tarde y lo hacía muy cansado.
- Se nota que nunca me dejarías solo- dije al aire con sarcasmo, la habitación estaba oscura, pero aun podía ver la cama que estaba al lado de la mía, la cama de Daniel, como hacia siempre que me sentía mal, fui a acostarme en esta, aunque el tiempo pasara y él no volviera su cama tenía su olor, que como una broma, olía igual a mí, pero a la vez era un olor distinto, como todo lo que nos hacía gemelos, iguales y distintos a la vez.
- ¿Gabriel estás despierto? ¿puedo pasar?- era la voz de Diego.
- Claro, pasa- y ni bien lo dije él entro con una bandeja de comida, por lo que veía era jugo de naranja, huevos y pan tostado con mantequilla – ¿no trajiste pan con mermelada no?- le pregunte mientras él se sentaba en la cama poniendo la bandeja encima de mis piernas- porque de ser así, sácalo.
- A ver pequeño quejumbroso, ¿Cuándo yo te eh dado pan tostado con mermelada?, se bien que no te gusta- lo mire detenidamente, Diego era de verdad guapo, ojos adormilados de color azul, piel blanca pero no pálida, cabellos negros ; los cuales estaban un poco largos, llegando a taparle un poco los ojos; de contextura delgada y casi tan alto como mi hermano, pero lo que lo hacia él, era sus lindo ojuelos, los que siempre estaban en su rostro ya que nunca dejaba de sonreír, su sonrisa me hacía sentir cálido , lo seguí viendo hasta que mi estómago comenzó a sonar- Ja jajaja, dejando el tema de la mermelada de lado, come que ayer no cenaste porque cuando te traje comida, estabas profundamente dormido- me sonrió, y allí estaban sus ojuelos- además ¿ qué haces en la cama de Daniel si yo te deje en la tuya?.
- No sé de qué hablas- gire mi mirada hacia otro lado, mientras comía una de las tostadas- debo de ser sonámbulo- me estaba sonrojando- ¡Diego deja de verme así!- le grite mientras le lanzaba una almohada.
- No sé por qué te avergüenzas, si has hecho esto desde siempre –tenía una mirada preocupada – ya, dejemos eso, acaba de comer que tenemos que ir a tu revisión.
- No quiero, odio ese lugar, además Anthony es un hombre muy ocupada por lo que no creo que nos atienda.
- Qué raro, porque apenas Marcus lo llamo, le dijo que te llevara que él te revisaría- mostro una enorme sonrisa, maldito Anthony, ojala y un perro orine en sus zapatos- así que apresúrate por que vamos tarde, ya Marcus y yo comimos, te esperamos abajo- se levantó y se dirigió a la puerta.
- ¿Dónde está Sofía?- no quería ir al médico solo con Marcus.
- Ella tenía que ir a la escuela hoy aunque me costó bastante que se fuera, no se quería separar de ti- dirigió su mirada hacia mí – no te preocupes, yo iré con ustedes y luego hablaremos los tres, sobre lo que paso ayer, pequeño, tienes que estar tranquilo, te espero abajo- y salió de la habitación.
Termine de comer, me di un baño rápido me cambie y salí de mi cuarto, mientras iba bajando las escaleras escuche a mi hermano y Diego discutir en voz baja.
- ¿Cuánto tiempo le queda? , Debes decirle, no es justo para él.
- Diego, él está mejor sin saberlo, mis padres así lo quieren y no voy a hacer algo que lo ponga en peligro.
- No me parece justo es también su vida, tú y Daniel, siempre fueron unidos no veo por qué ocultárselo, ¿que no es también Gabriel tu hermano?
- Ya deja eso Diego, me estas cansando, ya sabes… las cosas no son fáciles para mí tampoco.
- Eres consciente de que lo que paso ayer se puede repetir y que no estaremos siempre Sofía y yo para ayudar, tienes que decirle y lo entenderá.
- ¡que no!, ¿acaso no entiendes?- mi hermano se oía alterado, escuche trataba de regularizar su respiración – Diego no puedo, créeme que lo intento, pero no puedo, desde que nació fue tan débil, que – laso un suspiro- que no puedo ni verlo, ni tocarlo sin sentir, sin sentirme…- no lo deje terminar.
- Sin sentir ¿asco?, ¿repulsión?, dime Marcus, ¿Qué sientes cuando ves al enfermizo y débil de tu hermano menor?- les dije mientras baja las escaleras – o claro, debes de pensar algo como, ¿por qué no es como Daniel?, ¿no?- la cara de ambos estaba en blanco.
- ¿desde cuándo estas ahí?, ¿Cuánto escuchaste?- Marcus estaba nervioso.
- Lo suficiente, para saber que nunca me podrás ver como un hermano- acabe de bajar las escaleras y camine hacia la puerta- ¿nos vamos?- ambos se miraron y solo salieron en silencio de la casa y así los tres nos encamínanos al auto de mi hermano.
- Marcus dame las llaves del auto, yo manejaré, tu estás muy nervioso- Marcus le dio las llaves y subió al auto en el asiento del co-piloto mientras Diego al otra lado, yo subí a la parte de atrás. No supe cuando me quede dormido, solo reaccione un poco cuando el auto paro en un semáforo, y escuche a mi hermano hablar por teléfono.
- Si mama él está bien, no, en este momento está dormido, si llamo ayer dijo que está bien, si mama se lo dije, está bien cuídense los amo, nos vemos pronto- cuando corto la llamada iba a hablar pero Diego se me adelanto.
- ¿les dijiste lo que paso?-
- No, estarían muy preocupados, además no paso a mayores, pero si Anthony dice que es algo grave les contare, solo espero que no lo sea ellos se merecen estas vacaciones- de pronto sonó su celular- ¿Daniel? , ¿eh? , no no, estamos en camino, si ya te dije que te llamare en cuanto sepamos algo, con Diego, está dormido, no lo sé- en ese momento mi hermano vio por el retrovisor hacia mí- sabes me asusta cuando haces eso, ahora lo hago, si adiós te llamare después.
- ¿Qué paso?-
- Nada malo Dani quería saber si ya estábamos en la clínica- mi hermano se levantó un poco de su asiento y giro hacia mí, acomodando mi cuello el cual esta chueco, no me había dado cuenta de esto, y eso que se me estaba entumiendo- y a decirme que el cuello Gabriel esta chueco, no sé cómo puede hacer eso, saber si siente dolor o molestias estando tan lejos- termino de acomodarme y volvió a su asiento.
- Son gemelos, eso lo explica todo- escuche como ambos reían, pero Marcus tenía razón, recuerdo que siempre fue así, Daniel y yo compartimos siempre los dolores más insignificantes y los más fuertes, como mis ataques, pero desde que se fue ese sentimiento de tener a otro yo dentro, ya no estaba, me parecía raro que el sintiera mi dolor ayer y ahora hoy. Después de un hora llegamos a la clínica, Diego me levanto y los tres entramos.
- Disculpe tenemos cita con el doctor Rosset- le dijo Marcus a la recepcionista, después de que esta nos dejó pasar con él, me mando a hacer un montón de exámenes, que ya había hecho antes y no quería volver a hacer en mi vida, luego de 2 horas de exámenes pasamos con los resultados a ver a Anthony.
- A ver Gabriel, esto no me gusta, ¿qué estuviste haciendo para que te alteraras de esa forma ayer?- me mira muy serio.
- Este, yo…
- Es mi culpa, el día de ayer peleamos y yo hice que se alertara- dijo Marcus.
- Sabes muy bien que el tratamiento no es completo, él no puede alterarse así, eres su hermano mayor, Marcus no eres un niño para tener que explicarte que Gabriel puede morir, el no nació como Daniel , tiene que tener cuidados, tienes que estar siempre pendiente, es tu responsabilidad ahora que tus padres no están, Marcus ya hemos tenido esta charla.
- Anthony, ya lo sé, me vienen repitiendo eso desde que nació- ahora entiendo todo, Marcus no me quiere por que le impusieron mi cuidado, cualquiera estaría arto de lidiar con un enfermo como yo, ahora entendía a mi hermano.
- Creo que ya es suficiente, no morí ayer, así que no veo el problema, no es como que Marcus va a tener que estar siempre pendiente en si me altero o no, tampoco soy un niño, así que también tengo responsabilidad- aunque mi hermano no que quisiera, yo sí, y nunca me ha gustado que le griten, peor aún alguien que no es de la familia- así que por favor, deje de decirle eso a mi hermano.
- Gabriel, no están simple como lo dices, sabes que tu problema en el corazón también afecta a tus pulmones, y es ahí el problema ahora- la mirada que me dirigió no me gustó nada- Gabriel el ataque de ayer, hizo que una de las arterias explotara y está drenando sangre al pulmón, ahora no es nada grave, pero hay que operar antes de que no te deje respirar.