Solo por un día
Se removía en la cama al momento de sentir que estaba a tan solo centímetros de la orilla, por lo visto el mayor como siempre le robaba espacio en la cama.
-me voy a caer amor…-
Refunfuño removiéndose para así dejarle el trasero en la cara, claro literalmente hablando. Se movía y se movía el menor para así ganar nuevamente su espacio. Al lograrlo abrazo al mayor y así se acurruco ya que el frio era mortal.
-no te muevas que me entra frio en mis patitas.-
Decía el mayor que se acerca y lo abrazaba mucho casi asfixiándolo. Necesitaba del calor de su novio el cual estaba como siempre muy calentito.
-amor vamos a comer pero ve tu a preparar algo yo te esperare como buen macho que soy. -
Dijo el mayor. Miro al más joven que se acercó dándole un corto beso en los labios y así levantarse entre escalofríos.
-siempre debo ser yo ¿por qué?-
Pregunto entre dientes. Camino en dirección a la cocina donde de inmediato y sin tratar de prestarle tanta importancia al frio que le traspasaba los huevos, el joven Jong In le preparaba sonriente el desayuno a su novio.
Miraba el lugar como si fuera su último día, tenía melancolía y estaba afligido. Miles de pensamientos se le pasaban por la cabeza, pensamientos que solo no lograba entender. Era su última vez en la tierra, tal vez.
Palabra del día para estos jóvenes enamorados.
La vida es vacía, oscura, pareciera arrastrarte a un laberinto sin salida. ¿Para qué entrar? ¿Para qué salir? Al final del día el amor solo seguirá siendo amor. Hablado en todos los idiomas. Ni por muchas lenguas que lo digan. Siempre tendrá el mismo significado. Pero para los resentidos, los solitarios y los egoístas. El amor solo es amor.
-¡ya está lista la comida! amorcito-
Grito el chico alto que había hecho lo mejor como siempre. Sabia los gustos de su amado por lo que ya sabía que preparar y que no.
El aroma lo hacía levantarse. Camino cubriéndose los ojos y más abrigado de lo habitual. La casa ya estaba temperada pero como al mayor le gustaba exagerar las cosas. Camino hasta la cocina donde había sido sorprendido por su novio. Había Kimchi, Bulgogi, y lo infaltable, ese delicioso estofado Doenjang-jjigae.
-¡woow! amor esta vez sí que te has lucido ¡eh! -
Dijo el mayor que se acercó para poder darle un corto beso en los labios. Era todo lo que el joven le podía dar. Aun llevan poco tiempo como novios así que era muy difícil pasar a segunda base.
Quedaba mirando la nariz arrugada y los labios abultados del menor. Se veía hermoso como siempre ni por muchas caras que hiciera lo “Kawai” no se lo quitaba nadie.
-f7;f7;me pregunto si él se acordara de mi cuando me largue de esta vida, ¿Qué pasara si me voy? f6;f6; -
Miles de pensamientos pasan por su aturdida cabeza. Estaba confundido pero todo era para mejor, según el mayor.
-vamos a comer amor, luego nos vestiremos para salir y así pasar un hermoso día de aniversario. Más bien nuestro año juntos amor. -
Estaba emocionado, jamás había durado tanto aquella relación. Aun así cada minuto o segundo cerca del menor era única e especial.
-amor, tengo un poema para ti espero te guste.-
Mencionó el mayor que se puso de pie para poder decir aquel poema. Aclaro su garganta y miro con seriedad aquél papel.
-
Amor, mi amor. Veo las horas pasar, la gente marcar terreno mientras que yo solo vuelo por los aires sin algo en que pisar. Desde que mire una rama frágil pero hermosa, me senté ahí y deje descansar mis cansadas alas. Temía a que esta se rompiera y no resistiera mi peso, pero no fue así, la sostuvo y hasta el día de hoy lo hace.
Sabes que no soy bueno para agradecer y demostrarte lo feliz que he sido contigo. Pero aquí estoy como un tonto agradecido por todo lo que me has dado hasta el día de hoy.
Amor, se esa rama que aún me sostiene, cásate conmigo y formemos una familia.-
Sin duda el joven estaba avergonzado, era la primera vez que decía algo así, menos decir un poema que él había inventado. Se arrodillo frente a él y le tomo con sumo cuidado una mano, saco el anillo del bolsillo y espero avergonzado la respuesta de su amado menor.
-sé que el macho debería hacer estas cosas, sé que yo debería haberlo pedido antes, pero te adelantaste, mírame ahora mis ojos no paran de llorar por la emoción y la felicidad que me haces sentir. Me encantaría ser siempre aquella rama que cuide de ti a pesar que tus problemas o demás estén sobre ti, te seguiré dando comodidad y seguridad. -
Se acercó al mayor para darle un corto beso en los labios, se acomodó también de rodillas y se puso el anillo dado por su ahora futuro esposo. Las lágrimas aun corrieran por sus mejillas pero estaba feliz. Más que feliz sus sueños ya podían ser construidos y que mejor si es con la persona que amaba.
Lo cargo, ahora más calmado al sentir las manos del mayor secar aquellas imprudentes lágrimas. Lo llevo hasta la habitación donde lo dejo en la cama. Se subió sobre el mirando al mayor decidido. Poco a poco y lentamente junto sus labios, comenzó a besar aquellos labios con suavidad y ternura, bajaba las mano con cuidado para sacarle el pijama y así de unos jalones lo dejo desnudo. La misma acción hacia el mayor. Ambos ya desnudos entregados el uno con el otro comenzaron a hacer el acto de amor. Su primer acto de amor. El menor sabía que su prometido era virgen por lo que lentamente pasaba los dedos por su entrada, dándole ese placer entes de poder entrar. Lo escuchaba gemir eso le causaba aún más placer que antes, estaba excitado todo el momento era perfecto y único. Las caricias del mayor en su espalda, aquellos rasguños que dejaba de vez en cuando al sentirlos dedos más adentro.
-ya estás listo, KyungSoo…-
Dijo entre susurros sacando el dedo y poder ahora entrar el, abrió las piernas de su prometido dejándolas en los hombros. Tenía más acceso a su entrada por lo que de inmediato tomo el miembro y lo penetro suavemente en la entrada de su novio. Soltó un Gemio más que fuerte por lo estrecho que estaba. Sin dudas su amor era más que único. Al estar entrando más y más miro a su novio el cual estaba sonrojado, con los ojos apretados y su nariz arrugada, de seguro le dolería pero era normal, encontraría el punto donde le daría más que placer. Escucho el gemido de su amor eso le indicaba que estaba en el lugar correcto. Por lo que comenzó a moverse ahora con más entusiasmo, tomaba las piernas de su novio, no tenía intenciones de detenerse por lo que lo hacía cada vez más rápido y fuerte.
-¡ahh! Mi amor, sigue más quiero más, ¡mierda! Eres el primero y el último-
Gemía y decía el mayor que se encontraba en su máximo placer, nunca antes probado, ni por el mismo. Sentía y sentía el miembro entrar y salir de su menor. Lo tenía más que grande era algo único, perfecto. Sacaba su lado pervertido, quería que lo partiera en dos lo quería cada vez más a dentro. Los rasguños que le daba eran de placer e inocencia del momento. Se acomodó haciendo que el menor se recostará en la cama, se sentó sobre el haciendo que el miembro entre de ‘una sola vez. Se estaba autopenetrando. Se comenzó a mover dando saltos sobre él, esto hacía que el miembro entre y salga de arriba abajo con rapidez una y otra vez. Tomo el respaldo de la cama teniendo donde agarrarse ya que los movimientos eran feroces y cada vez más fuertes.
- ¡mmh! DODO amor debí hacerlo hace mucho, este lado tuyo me fascina-
Susurro el menor que estaba más que encantado, estaba desesperado por sentir más y más a su novio. Lo tomo y lo gano de cara a la cama le puso una almohada en el abdomen para así levantarle el trasero por lo cual al verlo de ese modo volvió a penetrarlo con fuerzas. Le tomo los costados de la cintura y comenzó a darle estocadas cortas y profundas unas tras de otras, esto claramente lo envolvió en su clímax haciendo que de una sola vez se corriera en su novio claramente gimió más de lo normal y muy ronco. Pese a eso se seguía moviendo una y otra vez hasta que escucho el gemido del mayor que le indicaba que también se había corrido por completo.
- ¡joder amor! -
Dijo Kai que se cayó sobre el mayor, saco el miembro lentamente. Estaba cansado y feliz, por fin su novio le había dejado entrar y sin duda todo había valido la pena.
-Te amo KyungSoo. -
-Te amo Jong In.-
Se acomodó para poder ver a su novio y así darle un corto beso en los labios. Estaba cansando por lo que su respiración estaba entrecortada.
-ahora debemos pensar en la boda mi amor y en cómo se lo diremos a tus padres, me alegra no tener padres, sé que suena cruel pero es verdad.-
Decía el mayor que pronto se había dado cuenta que el amor de su vida se había caído en un sueño profundo,
-¡eishh!-
Rio luego de verlo, luego se acercó a él para poder darle múltiples besos en los labios, se levantó de la cama y se volvió a vestir, camino un poco adolorido. Salió en silencio de la habitación y finamente salió de la casa para ir en busca de un pastel que anteriormente había mandado hacer con el nombre de ambos y el “feliz para siempre”.
Caminada mirando el lugar, estaba más que feliz de hecho era el único estúpido que saludaba a la gente con una gran sonrisa, miraba los semáforos el cual uno de ellos estaba malo. No sabía muy bien cuando cruzar por lo que solo siguió a la multitud. Camino hacia la tienda aún más sonriente, miro el pastel que la chica ya lo tenía listo, se veía mas que lindo y delicioso. Lo pago y dejo una buena propina, camino fuera de la tienda, el pastel estaba grande por lo que le tapaba la vista por ello camino despacio mirando y siguiendo a la gente.
- ¡NO!-
Un grito aterrador lo hizo girar notando que estaba en medio de la calle, un auto deportivo lo arroyo haciendo que el pastel callera y se partiera en la mitad. Miro una luz grande y una voz a lo lejos lo llamada.
-¡NOOO!-
Despertó asustado y alterado. Miro a los lados buscando a su novio el cual se había levantado antes que él. Camino desesperado buscándolo por toda la casa al no tener alguna señal se fue a vestir rápido, camino hacia la calle donde un montón de gente estaba reunida. La ambulancia y demás lo ponían nervioso, las manos le sudaban y las lágrimas le avisaban que algo malo estaba por ocurrir. Corrió hacia la multitud donde abrió paso para ver a la víctima. Lentamente cayó al suelo desesperado, abrazo al amor de su vida que estaba tirado sangrando de su cabeza.
-mi hermoso DoDo ¿por qué me dejas de esta manera? -
Se preguntó mirando al cielo y así esperar misericordia. Las lágrimas eran una tras de otra y la desesperación al ver al unció chico que ha amado muerto, lo destruía.