-Por allá...- señaló Hogunn, rastreando entre el bosque negro de Vanaheim la pista del gigante de hielo que recién habían avistado los aldeanos, dando la voz de alarma a los Einherjar- La hierba está quemada, pero no por el fuego... sino por el frío...
El escuadrón avanzó firme, bajando de las montañas hasta lo más profundo de la arbolada, donde se refugiaban ladrones, trolls y otros merodeadores y hacían de aquel sitio, un lugar peligroso. Pero eso no era motivo suficiente para detener a los famosos Halcones Escarlatas, guardia selecta del Rey de Asgard y al mando de su heredero, el Príncipe Thor.
La paz con Jotunheim era siempre frágil, así que ver incursionar a cualquiera de ellos por otros mundos causaba alarma y era todo muy cercanamente supervisado por Asgard.
-Allá...- señaló uno de los oficiales- Hay un cuerpo a un lado de la vereda...
Hogunn y Volstagg cruzaron miradas... era tiempo de llamar a Thor.
-¿Está muerto?- preguntó el buen Volstagg cuando se acercaron y se toparon con una masa de carne y cabellos ensangrentado y cruelmente torturado.
-Casi...- respondió el oficial, procurando no ensuciarse con la sangre y el lodo que lo cubrían- es increíble que aún respire...
-Preparen la nave, debemos transportarlo hasta Asgard con la mayor rapidez.
-¿Crees que Padre de Todo esté de acuerdo si lo llevamos, Hogunn?
-Creo que cuando Thor lo vea, será su deseo... y nosotros servimos al hijo de odín sin dudar ni cuestionar sus decisiones.
Thor llegó como una tromba en el estío, en medio de truenos y vientos huracanados, abriéndose paso hasta arrodillarse junto al herido y sin importarle que sus ropas o sus manos se mancharan, lo tomó delicadamente por el cuello, limpió suavemente el rostro y repasó los labios llenos de tierra, dejando al descubierto las finas facciones, ahora desfiguradas e inflamadas de Loki... de Su Loki... malherido y cobardemente abandonado a su suerte.
-Tardaremos horas en llegar a Asgard, pero confiemos en que soportará el largo viaje...
-¿Horas? No Volstagg... regresaré con él en dos segundos...- dijo Thor, levantándolo entre sus brazos y alzando la mirada al cielo- ¡Heimdall, portal! ¡Ahora!
La luz cegadora del Puente arco iris llegó hasta ellos, llevándoselos de inmediato hasta el cuarto de sanación, donde sin duda, Loki debería ser atendido con prontitud.
***
Pero para llegar a ese momento, sucedió dos semanas antes que, cuando el Rey Laufey se recuperó completamente del larguísimo sueño en que había caído, ante la incredulidad de su pueblo y sobre todo, de su descendencia. Dio la bienvenida al hijo pródigo, al hijo robado cuando era bebé y que ahora, voluntariamente, regresaba al hogar.
Loki fue recibido en su familia original con miradas rencorosas de sus hermanos y desconfianza de su pueblo. Solo Laufey le hablaba con deferencia y su madre, Farbauti, no sabía la mejor manera de acercarse, de manifestarle algún tipo de gesto maternal. Aunque el pelinegro no lo necesitaba ni lo pedía, cuando la reina de los gigantes intentó tener una plática de madre e hijo, Loki la miró con infinito desprecio y le dijo que él solo reconocía por madre a aquella que sin llevarlo en el vientre, siempre le había dado su amor incondicional.
-Nunca fue mi deseo abandonarte... pero comprendo tu rencor- le dijo Farbauti y se alejó.
En una pomposa ceremonia, Loki y sus hermanos se sentaron frente a su padre, y entonces les fue revelado el destino de cada uno.
-Los tres han de gobernar Jotunheim- dijo el enorme y azul soberano- Ustedes tres llevarán a nuestro pueblo a la antigua gloria, al esplendor de nuestros ancestros y al poder que Ymir reservó para sus hijos directos. Pero ninguno de ustedes será Rey en mi lugar...
Con gesto de curiosidad, los tres hijos de Laufey se miraron, esperando pacientes todo lo que su progenitor tendría que decirles. Aunque Býleistr prefirió dejar en claro su postura respecto a la llegada de Loki.
-Soy el mayor, padre, me corresponde heredar la corona...- dijo, enseñando los blancos y afilados dientes- No pretenderá que comparta mi derecho con mi hermano Helblindi ni con ese arrimado que no reconozco como parte de mi sangre.
-Mi hijo mayor... feroz y presto para la guerra...- repuso el rey, con evidente orgullo- tú naciste con la ferocidad implacable del frío corazón Jotunn, de ti tendré la valentía que este mundo necesita... Porque ustedes, descendencia legal de Laufey, cada uno ha nacido con un propósito glorioso para el bien de nuestro pueblo.
-No entiendo... debe hablarnos claro, padre.
-Ustedes tres son mis hijos, pero sus madres no son la misma, de cada hembra con la que los engendré se obtuvo una característica que los hace únicos... como ya he dicho, de Býleistr obtendré la ferocidad y la decisión para la guerra... de Helblindi el equilibrio y la razón, él será la balanza, medirá las decisiones que se deban tomar y será la voz que calme las tormentas en lo que viene, hasta que el verdadero Rey tome su lugar, y de Loki...- concluyó Laufey, mirando al menor de sus hijos con una sonrisa perversa
-De Loki obtendrá la traición- sentenció Býleistr, provocando la risa de Laufey y un ademán de rabia por parte del aludido- ¿O no? No ha tenido ningún escrúpulo en traicionar a Odín, ni lo tuvo para vengarse de su propio padre, todo por salvar al Dios del trueno, al que tampoco le pesó abandonar para buscar una corona que no le pertenece...
-¿Crees tú, querido hermano... que te traicionaré?- declaró Loki, sonriendo y soltando las palabras en un tono siseante e irritado.
-Eres de los que acostumbra traicionar a sus hermanos...- replicó el mayor, encarándolo en forma desafiante.
Laufey parecía regocijarse con aquella animosidad, con aquel instinto competitivo entre sus hijos, eso era precisamente lo que buscaba... despertar los instintos básicos de cada uno de ellos.
-No, Loki... tú no eres de los que traicionan a sus hermanos- sentenció el rey Jotunn- Tú eres de los que se acuestan con ellos...
***
Thor personalmente llevó a su hijo a visitar el lecho del convaleciente, era necesario que el niño pudiera verlo y despedirse de él, porque en ese momento era tanta la gravedad de Loki, que los sanadores no estaban seguros de salvarle la vida.
-¿Va a morirse?- preguntó el pequeño sol, haciéndole un nudo en la garganta a Thor, que pasó saliva con dificultad antes de responder.
-Los sanadores hacen todo lo posible... No morirá si no está escrito...
-¿Tú le hiciste esto? ¿Tú lo lastimaste?- recriminó el niño, con odio en su mirada- No nos quieres más ¿Verdad?
-¡Modi debes cuidar tu lengua!- exclamó Thor, sorprendido de las palabras del vástago de ambos- ¿Cómo puedes pensar eso? Jamás le haría daño a Loki... ustedes son lo más preciado en mi vida...
-¿Todavía nos quieres entonces? ¿Todavía?...
-Te amo a tí tanto como amo a tu padre Loki... jamás lo dudes, hijo mío...
Modi corrió a abrazar al rubio, en un primer gesto espontáneo de búsqueda de cariño y de amparo. Se abrazó al fuerte pecho, sintió el firme latir de aquel corazón y el calor de aquellos brazos que de inmediato lo rodearon para estrecharlo con todo su amor... y Modi continuaba sollozando y suplicando por la salud de su amado papá Loki.
-¿Tú también eres mi padre? Me lo has dicho muchas veces... ¿Eres mi padre?- Thor hizo un movimiento de afirmación con la cabeza- Entonces... ¡Sálvalo! ¡Salva a papá! Sálvalo por favor... que no se muera…
-No morirá... verás que no... te lo prometo, querido mío...
Modi pareció calmarse ante aquella promesa. Se limpió las lágrimas y regresó a tomar la mano del herido, con toda calma la acarició y después la llevó a sus labios para besarla una y otra vez, estampando sus sonrosados labios en cada dedo, en cada uña y en el dorso de la mano pálida de Loki.
-Mata al que le hizo daño...- susurró Modi, haciendo brillar nuevamente sus ojos verdes con rencor- Mátalo porque no merece estar en este mundo o en ningún otro... nadie debe hacer sufrir a papá... ¡Nadie puede!
Toda la piel del rubio se estremeció al escucharlo, cada uno de sus cabellos se puso de punta. Modi tenía un espíritu salvaje y violento, que cada día se manifestaba con más fuerza. A medida que los tutores lo instruían sobre su verdadero origen y se acercaba el tiempo en que lo liberaría del dominio mágico con que lo había contenido desde que era casi un bebé en Midgard, Thor tenía algo muy parecido al miedo en su corazón, preocupado en extremo por el futuro de su hijo.
-Mucho nos falta por entendernos… Modi...
Encargó al niño con sus cuidadoras, todo porque su padre lo solicitaba con extrema urgencia en la sala del trono. No tenía otra opción que acudir y luego de anunciarse y entrar, observó sentados frente a frente, como si fuera una visita meramente de cumplido, a Odín bebiendo junto a un ser enorme, de rasgos afilados, y dientes agudos que se volvió a mirarlo con una sonrisa cínica que le recordó de inmediato a Loki.
-El Rey Laufey nos visita en forma no oficial, hijo mío- dijo Odín antes que Thor hiciese cualquier pregunta- Como puedes ver, el clima cálido que disfrutamos hoy en Asgard no lo favorece, pero puede cambiar un poco de su aparencia Jotunn y semejar un Aesir, solo de esa forma puede permanecer lejos de los clímas gélidos sin peligro.
-Conocía esa cualidad del pueblo Jötnar- dijo Thor, saludando con el mismo respeto a ambos monarcas- ¿Y a que debemos entonces tan ilustre presencia? Confieso que verlo sin sus guardias me causa mayor precaución que si le viera al frente de sus ejércitos...
El padre de Loki confirmó que no era precisamente simpatía lo que despertaba en el rubio heredero del Padre de Todo, pero aunque corría por sus venas la sangre guerrera de sus antepasados y con gusto hubiera asestado un golpe en aquel regio y arrogante rostro, en esta ocasión tenía que apelar a la diplomacia, si es que quería conseguir lo que necesitaba, y por lo que había viajado hasta Asgard a pesar de que poco tiempo atrás ambos reinos estuvieron al punto de la guerra.
Laufey devolvió el saludo a Thorcon una inclinación de cabeza y habló:
-Mi interés en la ciudad eterna es negociar con el soberano y protector de los nueve reinos algo muy sencillo: El regreso de mi hijo Loki a su hogar...- Thor se irguió altanero. No iba a ser aquel Jotunn quien de nuevo se llevara a su adoración lejos- Comprendo que ahora no puede viajar, que lamentablemente su salud está algo afectada y quiero que sepan que agradezco su preocupación y sus atenciones hacia mi vástago...
-¿Y desea su majestad llevárselo de regreso para que pueda ser de nuevo atacado?
-Thor, silencio... –pidió Odín, solicitando prudencia.
-¡No, Padre! No me voy a callar, y tampoco permitiré que se le toque un solo cabello a mi hermano... ¡Podemos terminar esta discusión ahora mismo o aclararla en cualquier parte, Rey Laufey, en el campo del honor o en el lugar que elija sin darme ventaja alguna, porque Loki se queda a mi lado y pondré mi mejor esfuerzo en conseguirlo.
Odín y Laufey se miraron significativamente... lo que estaban a punto de revelarle al Dios quizá destruiría de una vez por todas aquella relación, aquel amor que lucía tan firme y perseverante.
***
“Quizá cambies tu manera de pensar cuando te enteres que tu hermano no lo es en realidad” había dicho el rey Laufey y Thor, con una carcajada de desparpajo le informó que eso ya lo sabía y se congratulaba: verse libre del incesto solo los acercaba más.
Pero todo el amor del rubio se puso a prueba y quizá no iba a ser suficiente para soportar lo que seguía:
Laufey les habló de su residencia en la ciudad de Gastropnir, donde se edificaba su palacio, en lo más profundo de Jötunheim. Era un castillo con la altura de una montaña, y tan grande como una luna pequeña. Corría a su lado el río de aguas que jamás se congelan y al otro lado el abismo eterno. Ese era su hogar. Dentro de sus paredes tuvo un harén de escogidas esposas a su disposición, cada una con características especiales y preparadas, elegidas cuidadosamente para complacer sus exigencias. Con la primera engendró a Býleistr… grande, fuerte, implacable, carente de escrúpulos y cruel de naturaleza. Laufey sabía que su primogénito, aunque esperaba heredar la corona, no debía reinar solo... pues su naturaleza sanguinaria lo llevaría tarde o temprano a destruir a la raza Jötnar y no a continuar con su legado de gloria. Los sabios lo aconsejaron y obtuvo un segundo hijo, Helblindi... y casi al mismo tiempo engendró un tercero: Loki.
Con ellos completaría su sueño de ver a Jotunheim resurgir de la oscuridad. Helblindi sería el ancla, la balanza... la voz de la razón. Su carácter se definió cuando Laufey ordenó que su hijo mediano fuera incapacitado para concebir, para entrar en celo. En una palabra, asexuado. De esa forma no cabrían en él pasiones carnales que lo desviaran del servicio para el que había sido engendrado, pero tendría la suficiente capacidad de ternura y comprensión para criar al futuro Rey de los Gigantes.
Finalmente, Loki nació... hermoso, inteligente, astuto y sensual. Sus rasgos perfectos, su tamaño, la agilidad de su cuerpo, todo fue cuidadosamente planeado para que resultara atractivo a los ojos de cualquiera... especialmente del que sería su consorte.
-“A Loki le fue obsequiado el don de concebir... igual que a Helblindi se le negó, de esa forma no habría competencias. Loki nació con el único propósito de convertirse en el receptor de la mejor mitad de mis genes: Býleistr... unidos sus cualidades a las de mi hijo mayor, Loki engendraría un único y especial varón. Ese varón sería criado por Helblindi para ser el futuro Rey... ¿Por qué no sus propios padres? Se podrán preguntar... y la respuesta es sencilla: La brutalidad de Býleistr terminaría con la vida de cualquiera que considerase competencia para él mismo, comenzando por su hijo... y Loki... bueno... tarde o temprano sucumbirá a los ataques de su hermano y amante...”
“Como puedes ver, Dios del Trueno, de nada ha servido que tu propio padre lo robara cuando era un bebé, que lo trajera consigo como trofeo de guerra y lo ocultara de su verdadera familia haciéndolo pasar por hijo suyo... el destino es implacable y Loki ha regresado para cumplir el suyo.”
***
Loki despertó en el cuarto de sanación, le costó reconocer el lugar donde estaba pero finalmente lo hizo. No deseaba estar ahí, por todo lo eterno, Asgard era el último lugar donde quería ir a parar... se repetía mentalmente una y otra vez. Pero ahí estaba, evidentemente en el cuarto de sanación del castillo de Valhalla.
A su mente regresaron las noches que había vivido en Gastropnir, instalado en una enorme y helada alcoba donde su cuerpo fue preparado para la especie de noche nupcial con su propio hermano.
-“Eres de los que se acuestan con sus hermanos”- se repitió en voz bajita, sintiendo rabia y repugnancia por la forma burlona en que Laufey le había anunciado su destino- “Tú y Býleistr yacerán juntos por doce noches consecutivas, beberán el licor de la fertilidad, comerán únicamente de las bayas azules de la tundra... porque el espíritu de Ymir concederá que engendren un varón y ese varón, será mi sucesor”
Loki estaba dispuesto a enfrentar lo que venía, a manejar su vida... a cumplir sus propios planes. Y para ello fue menester aceptar tan inescrupuloso plan. “He venido a hacer el amor” les había dicho a sus hermanos, porque ya conocía los planes de su padre biológico, porque se los había contado cuando urdió la primera traición al gobierno de Odín y antes de que Thor llegara a intentar alejarlo, de “salvarlo” de sus decisiones y para defenderlo, porque el rubio era inexperto e impulsivo, Loki se vió forzado a usar la reliquia de Ymir y neutralizar el feroz ataque de laufey contra el hermano que amaba con toda su alma.
-“No te engañes, Loki... eres incapaz de amar. Solo deseas tu propia comodidad, tus propias ambiciones, y eras capaz de mentirte hasta a ti mismo con tal de lograrlas… pobre Thor... víctima de mis ganas de ser amado”
La primera noche con Býleistr fue un desastre... el Jotunn ignoraba hasta la más elemental cortesía y el hecho de yacer con su hermano pequeño le había causado el despertar de su lascivia con verdadera fuerza. Y es que finalmente, los bien planeados dones genéticos para cada uno de sus hijos funcionaban y Loki resultaba un bocadito exquisito para degustar. Comenzó a anhelarlo con lujuria.
No hubo besos, ni caricias, solo sexo bruto y brutal, Loki se sintió tan humillado que simplemente no quiso terminar y evitó que su hermano siguiera tocándolo, penetrándolo con tanto salvajismo que creía que se rompería en el medio en cualquier instante. Se liberó del cuerpo enorme de Býleistr y se alejó, amenazándolo con no permitir la cópula si continuaba lastimándolo de aquella forma. El gigante simuló estar de acuerdo y la noche siguiente consumaron el coito casi exitosamente... y era casi exitoso un decir, porque mientras eyaculaba, Býleistr emprendió a golpear a Loki, a desquitarse por haberlo dejado insatisfecho la noche anterior y a demostrarle que le ganaba por tamaño y fuerza, que no le interesaba realmente ningún acuerdo previo de respeto o consentimiento, Loki le gustaba lo suficiente para tirárselo doce noches consecutivas y varias más, si el pelinegro era capaz de soportar sus violentos éxtasis.
-Maldito monstruo...- murmuró, levantándose de su cama y sosteniéndose con dificultad de la cabecera, esperando que aquel endemoniado vértigo, después de tantos días inconsciente y sin alimentos, se calmara y le dejara caminar.- Probarás mi veganza tarde o temprano...
Como pudo fue hasta la ventana, agradeciendo nuevamente a lo eterno por hallarse solo en el cuarto, sin vigilancia aparente. Forzó las hojas de madera y metal y las abrió de par en par, dejando pasar el fresco viento nocturno que le supo a libertad. Sonrió... con un poco de suerte su magia sería suficientemente fuerte para dejarlo cambiar de forma y huir de ahí.
En cuervo, en paloma o hasta en mariposa... lo importante era volar para alejarse. Se palpó el cuerpo para asegurarse que lo que seguía roto no interfiriera con su cambio de forma... las costillas le dolían, y una pierna casi no podía apoyarla... pero los brazos se movían bien... eso debía bastar. Pasó su diestra con cuidado por las heridas del pecho, del costado y del abdomen, deteniéndose un poco en cada una y palpando su gravedad.
Convencido que tendría la fuerza suficiente para huir, se apresuró a subirse al alféizar... proceso que le llevaría un par de minutos, según el dolor y dificultad sentidas al trepar.
-¿Otra vez vas a huir, Loki?- exclamó una voz a sus espaldas, paralizándolo- ¿Otra vez nos abandonas sin una explicación? ¿En tan poca valía nos has tenido?
Loki suspiró con desaliento, compuso su gesto de contrariedad y sonrió. Volvió el rostro lentamente y el choque de sus ojos esmeraldas con los de zafiro fue demasiado. Thor se tambaleó un poco, pero aguantó firme aquel gesto seductor y casi aniñado que era de sus favoritos.
-Mi querido ex hermano... que placer siento en decirlo- dijo Loki, tomando el tema completamente ajeno a la situación- ¿No te ha parecido a ti encantador saber que no somos familia? ¿Qué nunca fuimos culpables de incesto?
-Baja de ahí, Loki y hablemos con madurez... Laufey está en este mismo castillo y ha intentado quebrar mi voluntad contándome todo acerca de ti y de tu hermano Býleistr.
La sonrisa de Loki entonces murió en sus labios. Dejó de sujetarse del alféizar e intentó bajar... esfuerzo al que Thor prefirió no ayudar y que dejó hacer solo. Gimiendo un par de veces de dolor, el ojiverde logró regresar hasta su lecho, donde se dejó caer lastimeramente.
-Igual no hubiese llegado muy lejos...- aceptó en voz alta. Preparándose para la avalancha de merecidos reproches que con toda seguridad el rubio le tenía preparada. También estaba listo para discutir y para reñir si era necesario.
Pero Thor no quería reñir... Laufey sí que había logrado quebrar su voluntad contándole todo. Además, era obvio que Loki había ido específicamente a consumar el verdadero incesto con su hermano real, en forma totalmente voluntaria.
“Él es de los que se acuestan con sus hermanos, lo hizo contigo ¿No es así? Cuando estaban absolutamente seguros que eran producto del mismo vientre, hijos del mismo padre... se acostó contigo sin el menor remordimiento porque está en su naturaleza... igual que engendrar... por eso tendrá con Býleistr un varón sano, fuerte y quizá hasta hermoso... y será mi heredero... lamento que la última golpiza fuera tan extrema y que Loki tuviera el desafortunado impulso de huir... porque nada borra lo sucedido... y me interesa mucho tenerlo otra vez en casa... en su hogar, dulce hogar...”
-¿Estás llorando... hermano?- murmuró Loki, descubriendo la límpida y gruesa lágrima que rodaba por la tostada mejilla del rubio- Perdón que te llame así... es una costumbre y la verdad... no sé como llamarte ahora...
-¿Por qué, Loki?- preguntó el otro, con voz quebrada- ¿Acaso si yo no te importo, Modi no es suficiente motivo para quedarte? ¿Por qué tuviste que ir y reanudar tus actos? ¿Por qué consumar una traición mayor a la que intentaste hace años?
-Modi está bajo tus cuidados ¿No es acaso la mejor opción para él?
-No es la respuesta que te pedí...
-Es que no hay respuesta, Thor- dijo, moviendo los brazos con impaciencia- Tú jamás lo entenderías... Yo necesitaba irme...
-¿Y abandonarme?
-Tú tienes un destino... grande, glorioso... no podía interferir en él y era necesario liberarte de mí y liberar a mi hijo...
-Nuestro... nuestro hijo...
-Nuestro hijo, es verdad… Quizá un día comprendas que igual que tú... yo necesitaba encontrar mi lugar en el mundo. Que necesitaba cumplir mi propio destino o quizá, labrarme uno acomodado a mis deseos.
-Y como siempre, solo Loki estaba en los planes de Loki. Eres el egoísta de toda la vida... solo pensando en ti y jamás en los demás.
-¿Pensar en mí está mal y solo debo entonces pensar en ti?
-¡No, no seas enredoso! ¡Pensar en Modi! ¿Tienes idea de lo que ese niño te ama y te extraña? ¿Tienes capacidad de imaginar su tristeza y su dolor? No te ha importado abandonarlo... No has estado a su lado las noches de llanto interminable, rogando a un dios de midgard que su papá Loki regresara, que se cuidara, lanzando al viento promesas de portarse mejor y ya no hacerte enfadar, porque a veces cree que es por su culpa que tú te has alejado...
-¡Me importa! ¡Por supuesto que me importa! Es mi hijo... es mi corazón... pero no debe estar cerca de mí... daría mi vida, entregaría mi alma a Hel con tal de no arrastrarlo en mi caída... yo he rodado, Thor… y sigo rodando... por mucho tiempo no tuve conciencia de cuidar a Modi de eso y lo tenía a mi lado en mis miserias. Y ahora que quiero encargarme que sea digno, que tenga el brillante futuro que su padre, el Dios del trueno puede darle... ¿Me reprochas no estar aquí y causarle más dolor del que mi ausencia le pueda provocar?
-Si Býleistr te hubiera matado... mi vida no tendría sentido... pero al escucharte, Loki... parece que habla otro y no aquel al que entregué mi corazón... Te desconozco, y no tengo la menor idea de como reaccionar ante ti...
Loki alzó la mirada al cielo y suspiró nuevamente... el simple Thor, simple, amado, recordado y muy ingenuo Thor... que no sabía como reaccionar ante él...
-¿Me hubieses preferido Midgardiano, amnésico y practicando la prostitución?
-Te hubiese preferido mortal, dedicado a tu hijo y enamorado de mí...
Thor concluyó y se dirigió a la salida. Rogó a Loki que no se fuera, que aún debía recuperarse más y no era prudente que saliera cuando su cuerpo todavía estaba débil. Loki sintió una opresión en el pecho al verle devoto hacia él a pesar de que su traición debía estarle doliendo como mil dagas clavadas por la espalda.
-¿Soy tu prisionero?
-¿Ves algún guardia, Loki? Puedes irte cuando quieras, pero por la puerta, no como un ladrón por la ventana... solo te pido que esperes a sentirte mejor...
-¿Y también sabes que me acosté con Býleistr?- exclamó, deteniendo al rubio justo antes de que traspasase la puerta- ¿Qué solo fue sexo y que cada ocasión que lo hicimos, soporté porque te imaginaba en su lugar? ¿Y que los golpes comenzaron porque el imbécil de mi hermano se ha enamorado realmente de mí y desde la primera vez que lo consumamos le he llamado “Thor” al menos tres veces?
Thor cerró los ojos, si dos lágrimas escaparon rebeldes de sus párpados, quemando su piel, doliéndole de celos y rabia... Loki no se quedaba atrás, los verdes ojos brillaban húmedos y temblorosos, y su voz suave se quebró y supo que en realidad, contrario a lo que Laufey le había dicho, que era incapaz de amar y que solo su ambición gobernaba sus acciones, Loki comprobó una vez más que amaba profundamente al rubio.
-Sí lo sé, Loki... tan claramente han sido descritos esos encuentros por tu padre, como comprobado está por los sanadores que estás esperando otro hijo... ¡Estás esperando otro hijo! Felicidades... Laufey tendrá su soñado heredero...