Los tres guerreros se miraron unos a otros después de ver entrar a su príncipe como un torbellino y encerrarse en su habitación mientras daba un fuerte portazo tras de sí. Thor regresaba aparentemente de muy mal humor, pero ninguno interrumpió lo que estaba haciendo: Hogunn comiendo junto a Volstagg y Fandral limándose las uñas, mientras una tv reproducía las últimas noticias sobre la guerra y las protestas en un concierto de rock.
-¿Y qué insecto de Hel le picaría al rubio?- preguntó Hogunn, alcanzando una nueva botella de cerveza Midgardiana- Está de un humor de mil demonios.
-Seguro discutió con Loki...- dijo Hogunn, restándole importancia al asunto- Siempre que discute con su hermano se pone así.
-Si... Bueno... Tampoco es que logren engañar a nadie- murmuró el enorme guerrero, sonriendo veladamente- Creo que no hay un rincón de los nueve mundos que deje de notar lo enamorado que Thor está de su propio hermano...
-Volstagg... Loki ahora está en desgracia, no recuerda quien es ni lo que hacía antes...
-Yo no lo critico, solo lo hago notar... Es sorprendente la calma con la que nuestro Rey toma esa extraña relación, pero es muy notoria la forma en que Thor cuida y me atrevo a decir, cela a ese caprichoso embaucador... Que no tenga memoria no significa que Thor lo tenga olvidado, venir a buscarlo solo significa que en el fondo, deseaba estar cerca de él otra vez.
Fandral no participó en la charla, simulando más interés en limpiar sus manos y limar sus uñas, que en escarbar en el incesto fraternal; pero cada vez que mencionaban la forma en que el rubio ya no podía ocultar su amor... el corazón del espadachín saltaba desagradablemente dentro de su pecho... Odiaba a Loki, odiaba su vanidad, su carácter egoísta y su mal genio, odiaba las tretas y engaños que usaba mientras hablaba encantadoramente... pero la tarde que lo tuvo entre los brazos... las horas que pasó besándolo y devorando cada milímetro de su blanca piel... lo tenían hecho un idiota. Soñaba con Loki, deseaba a Loki, ansiaba la ocasión para volver a estar a su lado y gozar de sus favores... El solo traer a su mente el momento en que lo había hecho suyo le hizo doler la entrepierna, bajó su diestra y comenzó a frotarse y apretarse gentilmente el área de sus genitales, estaba erecto... añorando al hermano de su Príncipe.
-¿Tú que piensas de...?- murmuró Hogunn, cortando la frase al notar que su rubio amigo estaba demasiado ocupado autogratificándose como para entrar en la plática.
***
-Ahí lo tienes, Loki... esperándote, igual que un poste...
El pelinegro ya se estaba acostumbrando a las bromas amistosas que sus amigos y compañeros hacían respecto al atractivo rubio que cada madrugada, en punto de las dos, se plantaba bajo la luz del primer farol de la calle esperando que Loki terminara su turno y saliera rumbo a la avenida, a tomar el taxi para ir al hospital.
Se sonrojó y sonrió, le halagaba aquella espera paciente. Fiel a su promesa, Thor no quería volver a pisar el Bar Club, por eso aguardaba fuera, con frío, con lluvia, con luna o sin ella… ahí estaba al menos durante la última semana.
Loki le sonrió y Thor tomó su mano para depositar un beso en su dorso, después, le ofreció su brazo, del que el menor se colgó para caminar muy juntos hasta la avenida principal.
-Buenas noches, extraño... ¿Estás listo para invitarme hoy un café?
-¿De verdad, Loki?- respondió Thor a las palabras del ojiverde, entusiasmado porque cada noche, lo más que lograba era acompañarlo a tomar el taxi y ahí se despedían, con un simple apretón de manos. Ahora, Loki le pedía invitarlo un café como sonado pretexto para estar juntos algunos minutos más.
-De verdad... Iremos en tu automóvil, porque supongo que tienes uno... la cafetería del hospital está abierta toda la noche y preparan un café y un pastel de queso que son una maravilla...
-¡Vamos entonces!
Thor no podía ser más feliz. Subieron a su auto, y dio gracias a los dioses antiguos que esa noche ninguno de sus amigos lo había acompañado, aburridos de estar solos en el vehículo, sin diversiones, mientras Thor caminaba con Loki. Así que una vez en marcha, Loki se acurrucó sobre su pecho como un pequeño gato, y el rubio le pasó el brazo sobre los hombros para estrecharlo con dulzura...
-Se siente bien estar aquí...- ronroneó sintiendo la calidez de aquel abrazo protector, y probando a colocar su mano muy cerca de la pierna del conductor. Unas cuadras más adelante, la subió para posarla sobre la rodilla, Thor se puso colorado de placer.
-Oh, Loki...- suspiró el rubio, sintiendo que el corazón se le derretía al aspirar el aroma de su hermano. Todos sus sentimientos regresaban con la misma fuerza de siempre, no importaba lo mal que se hubiera portado antes... Thor lo amaba y nunca podría dejar de quererlo, de sentir aquel impulso de cuidarlo y adorarlo- ¿Por qué las cosas son así?
-¿Son como?- preguntó Loki, ajeno a las tormentas de aquel bravo corazón y comenzando a apretar el muslo del mayor por encima de su ropa.- La vida no es complicada, las personas son quienes lo hacemos difícil...
Se detuvo frente al edificio del hospital militar, y antes que Loki abriera la portezuela para bajar, Thor lo retuvo y lo estrechó con mas fuerza aún, ahora con los dos brazos, apretándolo contra el pecho.
-Todo esto que siento... no es adecuado... pero no puedo evitarlo...
Loki enarcó la ceja con extrañeza ¿Qué le ocurría a aquel hombre? Se notaba que lo deseaba, que todo su cuerpo reaccionaba a su cercanía y sin embargo, luchaba conteniéndose, callando, deteniendo las manos que querían acariciarlo o los labios que se morían por besarlo... ¿Tenía eso algún sentido?
Y él también lo deseaba... quizá Thor tenía la culpa a flor de piel porque era la primera vez que tenía sexo con un desconocido... quizá era un hombre fiel, de principios... se le notaba tan solo con el respeto que demostraba en su trato, y le costaba trabajo faltar a los votos de un matrimonio que con toda probabilidad era muy infeliz... bueno, era la causa más frecuente por la que lo buscaban y la mayor parte de las veces, solo necesitaban un pequeño incentivo para soltar su deseo.
Entonces se le ocurrió darle esa pequeña ayuda y sin dudarlo, movió su diestra hasta el centro del otro, encontrándose con un bulto respetabilísimo que lo hizo abrir los ojos con sorpresa: Se había imaginado que Thor estaba bien dotado y comprobaba que sí… y generosamente.
-No...- dijo el dios con gesto severo- No hagas esto... yo jamás accedería a tener sexo contigo...
-Pues no entiendo entonces que cosa buscas- dijo Loki, retirando la mano ofendido y humillado, mostrando su enfado con un mohín de altivez que Thor encontró muy familiar- Cuando te aclares y puedas decírmelo, me buscas… antes evítate la molestia.
Loki estaba a punto de escaparse, de romper con la incomodidad y Thor supo que estaba a punto de perderlo, y no, por todo lo eterno... eso no debía suceder.
Lo tomó por el cuello con fuerza, para que no se alejara, y se prendió a los labios que en un principio se mostraron fríos y rebeldes, pero que tras un poco de insistencia apasionada, comenzaron a responder aquel beso hambriento que ya no podía ocultar el amor que sentía. Se besaron hasta que les faltó el aire y solo así se separaron, pero Thor aún conservó la cercanía, pegando su frente a la de Loki, acaparando su rostro con sus manos abiertas y bebiendo su aliento, mientras recuperaba un poco la fuerza para volver a besarlo.
-¿Cuánto tiempo tienes sin sentirte amado, que ya no recuerdas el amor?- murmuró Thor, apoderándose nuevamente de su boca, invadiéndola con su lengua húmeda, saboreándolo...
-¿Amor?- preguntó el ojiverde, entornando sus hermosos ojos y colocando sus manos finas acariciando la barba rubia- ¿Me crees tan imbécil? ¿Qué deseas de mí?
Thor lo soltó, sorprendido por la reacción de Loki.
-No comprendes nada...
-Pues explícame entonces... ¿Crees que mis besos son regalados? ¿Creíste que con lindas palabras me obtendrías o qué? ¡Explícame! Porque lo mío tiene un precio... tú lo sabes bien, ya pagaste una vez, pero no compraste una membresía de mi cuerpo, amigo... ¿Me quieres de nuevo? ¡Paga de nuevo!
Thor dio un golpe seco con ambas manos sobre el volante del auto, el que de inmediato se partió en dos. Loki aprovechó para abrir la portezuela y bajar a toda prisa.
***
-No lo puedo creer... ¿Puedes explicarle, querido, que no debe acercarse a ti?
El que hablaba así era el hombre que asediaba a Loki, el cliente insistente que por fin, después de intentarlo varias veces, por fin había logrado un lugar en la agenda del pelinegro. Y los dos salían del Bar Club tomados del brazo, dispuestos a abordar el automóvil que dos nuevos guardaespaldas protegían cuando lo vieron: el enorme rubio, con cara de pocos amigos caminando directo a la pareja... pero en esta ocasión, Loki estaba ahí por su propia voluntad, con el pago suficiente para que el hombre dispusiera de él según los acuerdos del contrato.
-Detente por favor, Thor...- le dijo, con voz suave- Te suplico que no arruines mi trabajo...
-No permitiré que vayas con él... No Loki... Ven conmigo, hablemos... permíteme explicarte y aclarar este malentendido...
-Explícame luego... ¿Quieres?- respondió, caminando de regreso al lado del hombre, que se mostraba impaciente y ansioso de abordar el automóvil- Regresaré el martes.
-¿Y mañana? ¿Por qué no mañana? A las dos... como ha sido... ¿Puedo esperarte mañana en la madrugada para hablar?
-No. Mañana no asistiré...
-¿Lo pasarás con él? ¿Otro compromiso?
-El mejor de todos- sonrió Loki, provocando un nuevo golpe de celos en el rubio- Modi saldrá del hospital y lo llevaré a casa.
***
Loki podía tomarlo como un acosador, uno de los tantos a los que estaba acostumbrado... pero estaba seguro que el rubio era diferente de una manera que no podía precisar, pero diferente al fin. Por eso no le sorprendió cuando se apareció en el parque, a la media mañana del domingo, su día libre y el primero que disfrutaba con Modi en varias semanas.
No estaban precisamente solos, una multitud de personas paseaban y se tumbaban sobre la hierba para disfrutar la calidez de aquel día... principalmente un numeroso grupo de jóvenes hippies que con sus coloridas vestimentas escandalizaban el paseo de los mayores. Provocando los roces típicos de la diferencia de generaciones.
Loki estaba tan contento que no le importaba demasiado ni los comentarios y regaños de los viejos, ni la presencia a lo lejos del rubio. Iba vestido con una camisa blanca, y un chaleco multicolor, lleno de diseños psicodélicos, un amplio pantalón blanco con rayas azules y un sombrero de paja ajustando su melena negra, la cual sujetaba con una cinta cosida con chaquiras multicolores llena de flores y símbolos de amor y paz.
-¡Haz el amor y no la guerra...!- gritó hacia el lugar donde Thor lo vigilaba con cara de espanto, para enseguida soltar una límpida carcajada y seguir bailando y haciendo contorsiones al ritmo de la música de guitarras y panderos que llenaba el ambiente.
Ya que había sido descubierto, era inútil fingir que no le molestaba verlo danzando así.
-¿Qué te sucede?- le dijo Thor, sujetándolo por el antebrazo y forzándolo a mirarlo a los ojos- ¿Estás nuevamente consumiendo esa droga alucinógena? ¿No te importa que Modi esté presente?
-Oye, extraño... es suficiente- dijo Loki liberándose de un movimiento brusco- No sé que te estás creyendo conmigo... No te he dado ningún derecho para que me hables en esa forma. Y por si lo dudas, soy perfectamente capaz de permanecer limpio frente a mi hijo... él es lo principal de mi vida ¿escuchas?
-Si eso fuera verdad… dime entonces por qué permites que no lleve ropa puesta...
Loki rió de nuevo, burlándose abiertamente del gusto anticuado del rubio. Modi estaba feliz, corriendo de un lado al otro del parque, luciendo en su apiñonada piel varios dibujos de flores y palomas blancas que un grupo de chicas había pintado... y en efecto, estaba completamente desnudo... cosa que no molestaba en absoluto al niño.
-Modi es un espíritu libre... no pretendas reprimirlo y no pretendas decirme como educarlo. Yo soy su padre y amo verlo exponer su piel al sol.
-“Y yo también” pensó el rubio, pero se mordió los labios para no opinar nada más.
-¡Siente el poder de las flores!- exclamó Loki, en tono juguetón, colocándole una corona de flores blancas sobre la testa- No basta creerse un príncipe, y tú, querido amigo, siempre te paras, caminas y hablas como si fueras de la realeza... permíteme entonces, coronarte...
-Loki...- renegó el mayor, al límite de su paciencia, tomándolo por ambas muñecas y deteniendo su baile alocado- Necesito explicarte lo del otro día...
-No vivas en el pasado... Sé que no quisiste decir nada de lo que dijiste, y no quiero que me pidas perdón... también tu me gustas y mucho, pero no mientas diciéndome que me amas. El amor no existe y no creo que dos personas deban vivir atadas por un compromiso, si te gusto y me gustas deberíamos estar haciendo otra cosa en lugar de discutir... Dime... ¿Qué quieres de mí?
-Solo quiero decirte que realmente me intereso en ti... Y que quisiera que confiaras, que me permitas estar cerca y cuidarte... No quiero que me retribuyas, que me agradezcas o me obsequies nada... Solo déjame cuidarte a ti y a tu hijo.
-Nadie da nada gratis... Lamento decir que te cobraría, pero me hiciste enfadar... Y tú, no obtendrás mi confianza si sigues negándote a decirme que quieres de mí.
-Me interesas... y te quiero... aunque tú pienses que eso no existe.
-Oh, pero resulta que el cariño es muy diferente al amor. Ahora hablas de cariño y yo no veo tampoco eso en tus ojos, que son bellos por cierto... Dime, Thor Odinson... ¿Quieres mi cuerpo? ¿Quieres que sea tuyo?
-No digas esas cosas...
Loki hizo un gesto de desdén, se dio media vuelta y corrió tras su pequeño, al cual pescó apenas de los hombros y lo levantó en los brazos para llevarlo en hombros de regreso a su hogar.
-¿Te marchas?- dijo Thor, dándole alcance- ¿Mi presencia te ha molestado?
-¿Crees que me voy por tu presencia y tu cara de palo? Modi debe dormir... es todo.
Era todavía una hora temprana para pensar en siestas, pero Loki conocía el clima de la ciudad, el viento inició a refrescar, el cielo de pronto se cerró con nubes grises que amenazaron lluvia. Loki caminaba despacio, llevando al niño de la mano y hablándole lleno de cariño, todo su amor de padre se desbordaba en aquella adorable criatura rubia y desnuda que era su orgullo. Pero al sentir las primeras gotas de lluvia, se apresuró a extraer del bolso de tela que llevaba cruzado al pecho una manta gruesa, con la que envolvió al pequeño y corrió hasta protegerlo bajo el toldo de un pequeño café.
Ansioso, revisó que todo estuviera bien y sin permitir que le cayese una gota de humedad, prefirió esperar la escampada.
-¿Papá?- se escuchó la voz musical de Modi, luchando por quitarse la manta de encima.
-No te descubras, cariño... Ahora llueve y no quiero que vuelvas a enfermar...
-¿La lluvia me va a enfermar?
-Solo no quiero arriesgarme ¿Me entiendes? Quédate quieto... pronto iremos a casa.
Pero Modi era un niño inquieto, en el primer descuido del amoroso padre, sacó uno de sus brazos... solo un segundo y Thor, que observaba a corta distancia, lo pudo distinguir perfectamente: Un pequeño, bien conformado y lindo bracito de piel color azul.
Loki cayó de rodillas abrazando a su hijo... cubriéndolo lleno de espanto… No, no quería volver con él al hospital, apenas el día anterior había logrado que lo dieran de alta, no más encierro, no lo toleraba... Miró nervioso a su izquierda y derecha, de alguna forma estaba seguro que lo seguían y lo vigilaban... Thor también lo notó y se apresuró a llegar en su lujoso automóvil, le abrió la portezuela y Loki cruzó la acera y la lluvia para entrar.
Estaba realmente asustado.
-Llévanos a casa... por favor...
***
-No hay nadie... nadie nos siguió- dijo Thor, intentando calmar al pelinegro y confiando que sus amigos hubiesen hecho bien su trabajo de mantener a raya a la unidad militar que siempre seguía a Loki.
Él se había dado cuenta de eso desde hacía tiempo. Los militares vigilaban cada paso del joven desde que salía rumbo a su trabajo, hasta que entraba al hospital y a su casa. Eran discretos y no interrumpían para nada, pero evidentemente tomaban nota de todo, hasta el menor detalle de sus acciones eran registradas.
Así que Thor tomó cartas en el asunto y envió a los tres guerreros para despistarles, ese día al menos, el auto de los militares estaba bastante alejado del parque central, persiguiendo a un disimulado Fandral disfrazado de Loki. La misión no le había agradado del todo al espadachín, pero era una orden y la obedeció.
-No me dejan tranquilo...- se quejó el menor, cerrando las cortinas de su departamento luego de comprobar que, efectivamente, nadie le había seguido- Y esta lluvia que no deja de caer...
-La lluvia me gusta, pero del lugar de donde vengo... no provoca esos cambios a los niños...
-¿Tú lo viste?- preguntó Loki con ansiedad, Thor movió la cabeza en una señal de asentimiento- ¿Tú viste lo que le ocurrió a Modi? Ese es el motivo por el que está en el Hospital... la lluvia, el viento frío... la nieve... provocan que su piel tome ese aspecto, es algo que me horroriza... se vuelve de color azul...
-¿Y tú sabes por qué ocurre eso?
-No... dicen que fue un arma química... hacen estudios, muchos... pero no saben nada… y yo no quiero que mi hijo viva encerrado bajo el microscopio de los militares... En dos meses su piel no cambió y lo dejaron regresar a mi lado… pero si se dan cuenta que volvió a ocurrir...
-Papá...- se dejó escuchar la vocecita de Modi, saliendo de su alcoba y mostrando el temido aspecto del que Loki hablaba: La piel del color del cielo, tatuajes vivos cruzando su rostro y sus brazos y piernas, las uñas de sus manos color carbón y sus ojos... ¡Por todo lo eterno! Sus ojos rojos como las llamas de Hel...
-¡Es un pequeño Jötunn!- murmuró Thor para sí- Un gigante de hielo...
***
Dormido, cálido bajo las mantas de su camita, Modi recobró el aspecto de un niño mortal... o asgardiano, según los ojos de Loki o los de Thor. El mayor no podía despegar los ojos de aquel tesoro... deseó besar con reverencia sus dorados rizos, deseó gritarle que también era su hijo y que en su corazón, conocer su existencia había cambiado todo y que le amaba entrañablemente.
-¿Quieres café?- dijo Loki, ofreciéndole una taza de la aromática bebida, mientras él intentaba recobrar la calma.
-Si te sirve de consuelo, puedo decir que Modi no parece sufrir daño alguno cuando sufre ese cambio en su piel- declaró el mayor, tomando su bebida y explicándose a sí mismo que el abuelo del niño, el Poderoso Rey Odín, Padre de Todo, era hijo de una Giganta y era entonces su herencia la que se manifestaba en el nieto.
Pero a pesar de ser una explicación lógica y aceptable, era imposible de comunicársela al preocupado padre.
-No lo sé... si mi hijo no muere de esos cambios extraños... lo matarán los experimentos de los militares.
-No si no vuelve a cambiar su aspecto...
-¿Y cómo lograría eso? Señor sabelotodo.
-Bueno, quizá el niño aprenda a controlarlo... podríamos hacer preguntas sencillas para averiguar si siente algo antes de cambiar y quizá pueda prevenir ese cambio o controlarlo a voluntad.
-¡Es absurdo!
-No lo es.
La voz de Thor sonó tan segura que tuvo el deseado efecto calmante en Loki.
-Hay algo raro en ti, extraño... algo que me hace confiar y algo dentro de mí que me grita que me aleje... que eres peligroso. ¿Por qué tomas con tanta calma los sucesos extraños de mi vida? ¿No te asusta o te horroriza ver a Modi?
Thor permanecía sentado en el sofá de la estancia, bebiendo su café y observando atento cada movimiento de su hermano menor. Se sentía satisfecho con las decisiones que estaba tomando en ese instante... tenía una misión, no lo podía olvidar, pero existía sin duda más de una forma de cumplirla.
-Es bueno que sepas que no me asusta tu hijo... ¿Cómo va a asustarme si es el niño más hermoso que he conocido jamás? Y si dejaras de llamarme “extraño”, concentrándote en conocerme un poco mejor, sabrías que es verdad cuanto te he dicho: Estoy aquí porque quiero ayudarte... y eso me propongo hacer.
-De acuerdo... Muchas gracias, Thor, por ayudarnos a esquivar la lluvia y a los militares. Ahora me siento mejor, quizá simplemente no vieron nada...
-¿Solo gracias? ¿No merezco algo más por mi oportuna intervención?
Loki se inclinó para dar un beso de agradecimiento al rubio en la mejilla, Thor recibió la caricia como un premio y cerró los ojos para disfrutar el roce leve de aquellos labios. Era como un pequeño viaje al cielo de Valhalla... Enseguida cada célula de su cuerpo reaccionó con fuerza y Loki ya no pudo escapar.
Un par de fuertes brazos lo enlazaron, acercándolo tumbarlo cuan largo era sobre el musculoso cuerpo del otro y para recibir un beso en los labios... un beso como los de días antes en el auto... apasionado y exigente. Loki lo correspondió sin recelo alguno.
De un movimiento firme, recostó al ojiverde de espaldas sobre el sofá y se colocó encima, acariciándole con todo el cuerpo, haciendo de una buena vez que sus centros coincidieran de una forma perfecta y placentera...
-Has tenido la razón siempre, Loki... te deseo... –gruñó con su varonil voz en un tono más grave y profundo que de costumbre, haciendo que el menor se estremeciera de anhelo.
-¿Y qué esperas entonces para hacerme tuyo?- respondió, ofreciéndose como una promesa.
Modi dormía, afuera la lluvia continuaba y dentro del pequeño departamento, sobre el sofá que les quedaba pequeño al ser ambos hombres altos y fuertes, el amor se dedicaba a escribir el primer capítulo de una nueva historia entre los dos... Loki se entregaba sin ataduras y Thor se entregaba acallando los gritos de su conciencia.