-¡Fandral! ¡Maldito hijo de las miasmas de Hel!- gritó Thor, corriendo hasta el lado del parque donde había visto abrirse la luz del puente arcoíris- ¡Debí sacarte el corazón con las manos a tiempo!
Loki corrió tras el rubio, pero fácilmente fue dejado atrás, primero desconcertado y después con desconfianza, observó como Thor adquiría una apariencia feroz. Su semblante casi siempre amable y caballeroso, lucía ahora violento, sus ojos de zafiro parecían lanzar fuego y los orificios nasales se dilataban halando aire con respiraciones poderosas y profundas. Además, se movía a una velocidad que no era posible en un hombre común.
Lo escuchó decir o gritar varias veces, en un idioma que no comprendió, y después solo pudo ver en la noche estrellada, una especie de bólido que surcó el cielo dejando una estela de color rojizo y tomó el rumbo del lugar donde la luz descendió. Loki sabía que a ese lugar tenía que ir si quedaba alguna esperanza de encontrar a su hijo.
-No me maldigas, hijo de Odín- anunció Fandral, que esperaba con sus compañeros y con Modi la llegada del Dios- Antes de hacer el viaje hacia Asgard, todavía quiero brindarte la oportunidad de hacer lo correcto. Encabeza la comitiva y entrega al niño a los pies de Su Majestad...
-Maldito traidor... No voy a hacer tu voluntad sino la mía... ¡Soy tu Príncipe! ¡Me debes obediencia, los tres me pertenecen, sus vidas miserables son mías! Entrégame a Modi en este instante y lárguense... yo sabré que pasos voy a dar para rendir cuentas a mi padre.
Hogunn y Volstagg se movieron inquietos, dudaban en desobedecer al rubio, mientras Modi aún continuaba forzado a guardar silencio por la mano férrea del enorme guerrero de largas y rojizas barbas.
-No se inquieten, amigos míos...- dijo Fandral- Saben que tengo el salvoconducto de Padre de Todo, que me da poder aún por encima de su heredero... si Thor no quiere acompañarnos... que su traición caiga sobre sus hombros y no sobre los nuestros...
-Dame al niño...- repitió Thor la orden, esta vez haciendo aparecer por vez primera a Mjölnir en su mano
-No, Thor. No te lo entregaré, por él estamos en Midgard y nuestro deber es llevarlo a su hogar... al palacio de Odín, a Asgard... Si en tu pasión insensata no reconoces tu obligación, ya no es nuestro problema. Loki siempre te hace perder la cabeza de mil formas, pero esta ha sido la peor de todas... arréglate tú con tu padre, nosotros cumpliremos sin que las emociones nos dominen.
El Bifröst regresó momentáneamente, los tres guerreros con el niño en brazos, entraron en él y Thor estaba a punto de seguirlos cuando descubrió a Loki. En su desesperación, y con las habilidades que su estado mortal le daban, el pelinegro intentó llegar hasta su pequeño. Corrió a todo lo que sus largas piernas daban, se lanzó en un último esfuerzo, pero fue inútil... tan solo vió la sonrisa burlona de Fandral, el gesto de piedad de Volstagg y el cegador haz de energía que se los llevó a un destino que no tenía idea.
-¡Modi!- gritó, sintiendo que se le desgarraba el corazón- ¡Modi!
Thor se apresuró a hacer desaparecer a su martillo y su ropa asgardiana, volvió a vestir las ropas raras y coloridas de la moda de Midgard y se acercó al menor, que aún alzaba los ojos al cielo en un intento inútil de encontrar a su vástago.
-Loki...- murmuró Thor, llegando hasta él para tomarlo por los hombros e intentar darle una explicación... pero... ¿Cuál?
-Ese hombre... Fandral, tu amigo... yo lo escuché...- repitió frenéticamente, mientras daba manotazos para impedir que el rubio lo tocara- ¡Yo escuché lo que te dijo! ¡Ustedes solo han venido a robar a mi hijo! ¡Esa fue siempre su intención! Me engañaste... me hiciste creer estúpidamente en el amor tan solo para que yo me descuidara...
-No, Loki... mi amor... no sabes toda la verdad...
-¿Quién eres, extraño? ¿Quiénes son tus amigos o los altos mandos que te envían? Eres parte del ejército... ¿No es así? ¡Te mandan los militares!
-Loki...
-¡No me toques! ¡Ellos te enviaron! No se han conformado con estudiarme a mí y con poner a mi hijo bajo su microscopio... ¡Quieren ahora separarnos porque jamás autorizaré que le hagan daño mientras experimentan en Modi! Te odio, Thor... Te odio porque no fuiste sincero conmigo...
-Cálmate y hablaremos... Es cierto, tenía como tarea principal buscar a Modi, pero yo fui y soy ahora mismo muy sincero... yo te hablo con la verdad: Te amo.
-¡Cállate! ¡Cállate, no digas eso! Si me amaras no robarías a mi hijo... ¡No te acerques! ¡No me toques! Si eres parte de esto... ¡Devuélvemelo! ¡Es mí hijo! ¡Es mío! Mi pequeño...
Solo había un camino y Thor debía tomarlo: regresar a Asgard y decir a todos que aquel pequeño, hijo de Loki, era nieto de Odín por partida doble... siendo su hijo, reconociéndolo, nadie se atrevería a disputarle sus derechos, ni siquiera el Rey...
-Te traeré a tu hijo, Loki... Y te pido que creas en mí, que tengas paciencia y pienses mi propuesta: Acéptame.
-Eres un maldito loco...
-Solo acéptame y entonces podré de inmediato contarte la verdad, todo... y jamás volveremos a separarnos de Modi. Te lo juro...
Loki hizo un gesto de desesperación... algo no era igual que otras ocasiones en que los militares intervenían, algo olía diferente, más peligroso y más extraño. Se estremeció al recordar los exámenes, experimentos y sesiones que por horas y horas sufrió en meses anteriores. Los extraños argumentos con que le cuestionaban, los secretos dichos en voz baja que sabía trataban sobre él y no le fueron revelados.
-Modi...- murmuró, dejando resbalar gruesas lágrimas de dolor por sus mejillas de durazno.
-Heimdall...- murmuró Thor, convencido que estaba siendo observado en ese instante- Abre el Bifröst y llévame a casa...
***
Odín esperaba a su hijo, tan lo esperaba que por el contrario de lo que el rubio vaticinaba, no había ningún Einherjar, ningún escuadrón de guerreros, ningún hechizo poderoso impidiéndole el paso... la sala enorme, con techos de plata pura, donde se encontraba Hlidskjalf, el alto trono del Rey de Asgard, se encontraba vacía. No había cortesanos, ni ministros, nadie aguardaba en las antesalas, Thor entró y sus pasos resonaron en el eco de la inmensidad de manera sobrecogedora.
Por aquellos tiempos, aún tenía más miedo que respeto por Padre de Todo, y a pesar de que iba decidido a hablar y hacer valer sus derechos, el peso de la majestad cayó sobre sus hombros.
No supo cuanto tiempo esperó, un minuto o una eternidad, plantado a la mitad del salón, altivo y seguro de sí mismo. El plan era sencillo: Le diría todo a su padre, primero que nada, se aseguraría de hablar con Odín como su progenitor y no como su Rey, pero estaba dispuesto a confesar su secreto. Cuando supiera que Modi era hijo suyo también, no podría impedirle decidir sobre su destino y llevárselo de regreso a los brazos y al amparo de su padre en Midgard.
Cuando nadie llegó, cuando el silencio continuaba imperando, supo lo que tenía que hacer… ni siquiera él, heredero del trono, se escapaba de mostrar vasallaje. Thor colocó su martillo en su cintura y se inclinó con humildad, colocó su rodilla en el suelo y bajó la magnífica mirada un segundo y cuando volvió a levantarla, su padre se encontraba de pié frente a él.
-Veo que cumpliste tu cometido. Me siento satisfecho de ti...
-Padre yo no... –murmuró el rubio, incapaz de mentir- Yo fallé... No tuve valor para arrebatarle a mi hermano el tesoro más grande de su corazón.
-Lo sé.
-¿Y entonces? ¿Usted ha visto todo lo que sucedió en Midgard?
-Ven, sígueme...
Odín caminó a paso firme hasta el ventanal, mientras se despojaba de su casco y guardaba su lanza. Eso tranquilizó un poco al rubio, al menos no tendría que enfrentar al poderoso Rey y tan solo hablaría con su padre, tal y como necesitaba hablar.
Juntos salieron al balcón y desde ahí, pudieron observar un hermoso jardín interior, donde un ejército de nanas, guardias y asistentes, vigilaban a un pequeño niño de dos años, que se mostraba lloroso y se resistía a jugar, a pesar de que a su alcance había un singular número de juguetes, espadas, pelotas y cachorros para distraer su atención. A cambio, el niño permanecía de pie junto al tronco de un árbol, rechazando las invitaciones que las damas cuidadoras le hacían.
-Modi…
-Háblame de él, Thor- dijo Odín- A eso has venido ¿No es así? Háblame de ese niño...
Odín hizo una seña y Frigga se les unió en ese momento, y el dios del trueno sintió que universo se derrumbaba a sus pies. Sin duda decepcionaría a sus padres, pero era su única oportunidad de ayudar a Loki y recuperar a su pequeño.
-Yo no sabía de su existencia- fue lo primero que salió de sus labios- Cuando Loki cometió traición, mi rabia y mi rencor fueron iguales a los de todos y cada uno de los ciudadanos de Asgard... estuve de acuerdo con su castigo y no esperaba llegar a Midgard y encontrarlo haciendo tantos sacrificios por el bien de su niño... Apenas lo vi supe de inmediato con cuanto amor era atendido, es el motor de su vida, es la razón de su diario vivir... Loki lo ama profundamente.
-Tu hermano gestaba cuando fue castigado, pero a pesar de encontrarse en desgracia conmigo, prefirió callar... Quedarse con su secreto y enfrentar solo las consecuencias de su acto que solicitar mi perdón. Dime ¿Tú tampoco lo sabías?
Thor apretó los dientes con fuerza ¡Por supuesto que no lo sabía! Si hubiese conocido el estado de Loki antes de su exilio, jamás permitiría su salida del palacio.
-Yo no sabía que gestaba... Ignoraba que tuviera esa capacidad...
-Fue un acto de egoísmo puro... No voy a revertir mi decisión, tu hermano continuará viviendo como un mortal, sin poderes y sin memoria, porque no siente arrepentimiento alguno. Loki no se arrepiente de lo que hizo y mucho me temo, que si pudiera, lo volvería a intentar...
-Entonces ¿Por qué quitarle a su hijo? Modi es la razón por la que Loki vive y desea ser mejor en Midgard, yo... he logrado separarlo de una vida no recomendable, puedo ayudarlo para que viva mejor y sea feliz...
-Thor yo no envié a Loki con los mortales para que sea feliz ¡Ríos eternos de Asgard! Lo envié a ser castigado, lo envié a que expíe su culpa... No a que sea consentido y arropado por su hermano mayor. Aunque tu prueba de no revelarle la verdad fue superada con éxito, veo que todo lo que decías odiarlo y tu intención de escarmentarlo ya no existe en tu corazón... eres débil con Loki.
-¡Es mi hermano!
-Es algo más. Los tres guerreros han hablado.
Thor palideció, Frigga fue y lo abrazó con ternura, porque el bravo rubio pareció desmoronarse ante la idea de que su amor clandestino estaba por ser descubierto.
***
-¡Thor!- exclamó con su vocecita asustada el pequeño niño rubio, al ver al otro enorme extenderle los brazos para confortarlo y quitarle el miedo que sentía, al estar solo, en un lugar extraño, rodeado de extraños- ¿Mi papá? ¿Mi papá?
-Tu padre vendrá pronto, cariño... Yo me encargaré de eso...
-Quiero a mi papá...
Todo estaba confesado, el cariño especial que desde muy jóvenes sintieron, la sensación de culpa, las luchas por quitarse de los pensamientos el amor que nacía, las discusiones amargas y los besos robados. El amor...
Odín y Frigga no parecían sorprendidos, pero sí muy preocupados. El incesto no estaba permitido. No era bien visto a pesar que se practicaba sin importar las leyes porque las familias continuaban protegiendo sus intereses y sus influencias. Thor argumentó y argumentó todo lo que pudo en favor de Loki y como en todo caso, la mitad de las culpas eran suyas.
-¿Eres el padre de Modi?
-Si, señor... Sin duda lo soy, y lo amo, aunque Loki no compartiera conmigo su espera.
Se hicieron exámenes para confirmarlo. Eran como dos gotas de agua, pero aun así Odín insistió en las pruebas. Los sanadores dijeron que si, que el pequeño poseía la sangre de los dos hijos de Odín en sus venas. También confirmaron su herencia Jotunn, la que quedó explicada con la ascendencia de Padre de Todo, no hubo necesidad de revelar otro tipo de secretos.
Modi recibió entonces los privilegios de su alta cuna, y se dispuso que su educación sería la mejor, como correspondía. Su vida ya no era la de un niño mortal, sino la del hijo de un Aesir... Asgard supo que en Valhalla se resguardaba al primero de los nietos de Odín y que era hijo de Loki.
Thor quedó excluído de reconocer a su hijo y hacer público el nombre de su otro padre había quedado resguardado hasta que Odín decidiera al respecto.
-Loki no regresará, tu padre fue inflexible...- dijo Frigga, acariciando la cabeza de su nieto mientras Thor lo acunaba sentado sobre la hierba del jardín- Pero está de acuerdo en darte una esperanza para él...
-Padre sabe que regresaré a Midgard ¿No es así? Y que si puedo, me llevaré al niño...
-Modi es ahora un Aesir... Loki no sabría que hacer con él ni contigo si se entera de sus verdaderas identidades... Pero si te marchas y no puedes sacarlo de aquí, yo te juro que velaré por Modi con todo mi amor y que esperaré con paciencia el regreso de los dos.
-Ya no regresaremos como hermanos, madre.
-Ve con tu padre, hijo mío... Debe hablarte antes que te marches...
***
El Bifröst se cerró dejando a Thor nuevamente en Midgard, en el parque Central, en medio de la noche citadina de la gran manzana. Alzó los ojos cuando el haz de energía se cerró y con un ademán, cambió su armadura por ropas mortales. De nuevo a fingir que era tan solo un hombre y de nuevo a buscar a su hermano... e intentar recuperarlo.
-Padre... quizá tus planes sean mejor que los míos y de verdad te has encargado de que la relación con Loki se rompa para siempre- murmuró, echándose a caminar hacia el lugar donde brillaban las luces de la calle- Pero ocuparé hasta mi último aliento en arreglarlo, en recuperar su confianza y su amor... volveremos por nuestro hijo...
Ignoraba si Odín lo escuchaba o no (por supuesto que lo escuchaba) pero intentó no sonar demasiado enojado o rencoroso. Tenía motivos para estarlo, cuando lo mandó llamar fue tan solo para advertirle que Modi se quedaría en Asgard, que no intentara llevarlo de regreso y era una orden que le daba su Rey. Thor no encontró otra opción que obedecer...
En realidad existía una razón para que no saliera de la protección de los asgardianos, pero Thor no sabía si creerla o no.
¿Por qué no le prohibía también ir en busca de su hermano? Ahora sabía que mantenían (o mantuvieron) una relación escandalosa, que si se llegaba a saber causaría algunos problemas en su gobierno y la respuesta fue sencilla:
La misma razón que retenía a Modi en la ciudad dorada, permitía a Thor regresar al lado del pelinegro. Esta vez, regresaría sin engaños, sería él mismo aunque Loki continuara sin recordar quien era él.
La ciudad era la misma, pero todo se notaba muy cambiado.
-“Has permanecido en Asgard por diez días”- le dijo Odín, antes de permitirle salir- “Pocos días para ti... pero para Loki han transcurrido diez años midgardianos... No es que aligere su condena, es más bien un castigo para tus ímpetus, hijo mío, para que la distancia y el tiempo te ponga las cosas en perspectiva y comprendas que Loki no recordará mientras su corazón mantenga pensamientos de ambición impropios…”
No se le ocurrió otro lugar para comenzar su búsqueda que la casona de Bar Club. Loki le juró no regresar a esa vida por Modi, pero sin su hijo quizá su palabra fue rota y como sea que sucediera, era un buen punto para iniciar a buscar.
***
El ambiente del bar era ciertamente, muy distinto... de sobrio y elegante, había pasado a ser mucho más festivo, alegre, lleno de luces y colores. Pero no las luces psicodélicas ni los grandes letreros que pedían hacer el amor y no la guerra.
Well, you can tell by the way I use my walk,
I’m a woman’s man: no time to talk.
Music loud and women warm, I’ve been kicked around
since I was born.
And now it’s all right. It’s OK.
And you may look the other way.
We can try to understand
the New York Times’ effect on man.
(Bien, puedes decir por mi forma de caminar
Que soy hombre de una sola mujer: No hay tiempo de hablar.
Música alta y mujeres cálidas. Yo fui pateado
Desde que nací.
Y ahora todo está bien. Está Okey.
Tratamos de entender
El efecto de Nueva York en un hombre)
Lo de moda era bailar. La Fiebre de los sábados por la noche. Todos se volcaban a las pistas de baile y se esforzaban por demostrar quien era el mejor. Thor recordó que en aquella misma pista bailó por primera vez un tango, sintiendo el esbelto cuerpo de su hermano vibrar con el contacto de sus manos.
La pista era diferente... se elevaba sobre una plataforma de luces que encendían y apagaban, que cambiaban de color... y arriba una esfera de espejos reflejando como una lluvia de diamantes los destellos de la noche.
En diez años todo había cambiado: La moda, la música, los ideales de la juventud... pero ¿Había cambiado Loki?
Físicamente no... porque ahí estaba, de regreso en el lugar donde lo había encontrado, desafortunadamente para el menor, diez años atrás. Y físicamente no porque Loki lucía tan joven y fresco como una década antes, con el cabello recortado y acicalado hacia atrás, vistiendo un traje de tres piezas, pantalón chaleco y camisa negras con una corbata y zapatos blancos.
No parecía estar compartiendo con nadie y por su gesto de pocos amigos, parecía que tampoco quería que ningún ser viviente se le acercara. Thor intentó pasar desapercibido y fue a sentarse en un rincón alejado de las luces y los frenéticos bailarines. Desde ahí se puso a observarlo...
Loki terminó la cerveza que bebía directamente de la botella e hizo un gesto para que un joven de aspecto nervioso y vacilante se acercara. Era un muchachito que apenas pasaba la mayoría... Loki cambió su semblante para sonreírle y extender su larga mano acariciándole el rostro con el dorso de sus dedos.
-¿Te has decidido por mi propuesta?- le preguntó, mientras el joven movía la cabeza positivamente- ¡Me alegras la noche! Ahora quiero que vayas a las habitaciones superiores, a la que tiene la puerta en color blanco... ahí encontrarás ropa de tu talla... espero. Date un largo baño y cena bien, vístete con propiedad... mi gente te dirá lo que harás después...
El joven se retiró y otro hombre se acercó al ojiverde, murmurándole algunas frases al oído. Loki de inmediato perdió la sonrisa y dio algunas indicaciones a sus hombres, los que se dispusieron a obedecer.
Loki se puso entonces de pié, miró con el rabillo del ojo al rubio que se escondía en la semipenumbra y entonces, caminó con rumbo a la puerta.
-Idiota... ¿De verdad te crees que no te vi entrar?- rabió entre dientes.
Whether you’re a brother or whether you’re a mother,
you’re stayin’ alive, stayin’ alive.
Feel the city breakin’ and everybody shakin’,
and we’re stayin’ alive, stayin’ alive.
Ah, ha, ha, ha, stayin’ alive, stayin’ alive.
Ah, ha, ha, ha, stayin’ alive.
(Si eres un hermano o eres una madre,
Estás sobreviviendo, sobreviviendo.
Siente la ciudad rompiéndose y todo el mundo moviéndose,
Tú estás sobreviviendo, sobreviviendo.
Ah, ha ha ha, sobreviviendo…)
¿A qué venía ahora? ¿Por qué se aparecía de nuevo en su vida, así como si nada? Una década sin saber nada de él... diez largos y amargos años de dolor, entre la ausencia de su hijo, del que nunca más supo nada y la brutal herida de la traición.
Todo lo que había pasado volvió a su mente para oprimir su memoria y los latidos de su corazón. ¡Maldito bastardo! ¿Se atrevería a hablarle? ¿Con qué mentira esperaba ahora hacerle caer?
Se colocó de espaldas al guardarropa y una linda empleada, sonriéndole evidentemente deslumbrada por su cercanía, le ayudó de inmediato a colocarse su larga gabardina negra, y le extendió un par de guantes de piel que de inmediato se calzó para proteger sus delicadas y blancas manos.
-Loki...- murmuró el hombre rubio, intentando acercarse aunque fue de inmediato detenido por los agentes de seguridad que lo rodeaban- Loki, soy yo... por favor, hablemos...
¿Cómo era posible tanta insolencia? Loki sintió tanta rabia... pero, dueño de sí mismo, se limitó a brindarle una mirada de infinito desprecio. Glacial, altiva, rencorosa... sus labios se curvaron en un gesto de indiferencia y con un ademán elegante, terminó de colocarse los guantes y salió.
Afuera le esperaba su lujoso automóvil, lo abordó y de inmediato se internó en el tráfico nocturno de la ciudad. Sabía que era seguido, intuía que el rubio se dedicaba al menos esa noche, a seguir sus pasos, por lo que observó con frecuencia hacia atrás, y cuando estuvo seguro que ningún otro vehículo estaba tras él, se relajó.
-¿Dónde se supone que estás?- dijo una voz masculina, alterada y demandante por el altavoz del teléfono integrado, un lujo en aquel entonces. Loki levantó el auricular a toda prisa para evitar que sus guardias o el chofer escucharan.
-Estoy saliendo del Club- respondió, arrugando el ceño con impaciencia- No... no tengo que ir a ningún otro lado esta noche... ¿Y cómo diablos iba a enterarme que hoy regresabas a Nueva York? ¿Cuándo tengo yo la atención de tu parte de avisarme?
La voz al otro lado del teléfono cambió, de brusca se suavizó y de los gritos pasó a un tono suplicante.
-Quiero verte... te necesito...
-¡Me haces gracia con eso!- rió Loki- ¿Quieres verme? ¿Me necesitas? Bueno, es que ahora que te has cansado de viajar por europa con tu esposa e hija, y que luego de gastar tu dinero vuelven a hacerte a un lado para proseguir con sus vidas huecas y tontas, es entonces que te acuerdas que yo existo... ¿Qué diría la estúpida dama con la que duermes cada noche si supiera que sus viajes, sus joyas y sus lujos se pagan con las ganancias de los negocios que yo hago? ¿Me agradecerían un poco?
-Loki, no te burles... sabes que siempre pienso en ti...
-Pero yo no. Yo no tengo obligación de esperarte como un esclavo de día y de noche.
-Te lo ruego... Solo dispongo de unas cuantas horas antes de que termine el evento del que me escapé para verte... y además, te compré algo de oro en Marruecos, es de tres colores, como el que tanto te gusta... Te traje este obsequio solo a ti...
¡Qué bien lo conocía! Amaba el oro, nunca tenía suficiente de ese metal. Pero no en los burdos adornos y pesadas cadenas que usaban los negros, sino en elegantes cintillas, torsales o pulseras que usaba en el tobillo y adornos de escritorio, eran su delirio.
-Está bien... te veo allá en media hora...
Loki no se equivocaba en algo: Thor seguía su auto a la distancia. Lo vió recorrer la ciudad y entrar en un exclusivo complejo residencial... estacionarse frente a una casa blanca y hermosamente acabada, lo vió bajar del auto y por la ventana, subir las escaleras directamente hasta las habitaciones.
Entonces el corazón le dio un vuelco... alguien lo estaba esperando.
Loki entró a la alcoba y fue sin dudarlo a los brazos de un hombre que de inmediato se prendió a sus labios. Lo que iba a suceder a continuación era sencillo de deducir e imposible de atestiguar con calma. El rubio desistió de continuar espiando... ¿Qué era ahora su querido hermano? Primero lo vió citarse con un jovencito que apenas dejaba la adolescencia y después, correr a los brazos de otro hombre que lo esperaba en una residencia lujosa... y que seguramente era el que le proporcionaba la ropa, el auto, los guardias... la vida de lujos y disipación que ahora parecía disfrutar.
Loki lo había visto, no cabía duda... y lo había ignorado. No le faltaba razón, después de todo... ¿Qué demonios buscaba ahora? Ya le había robado lo mejor: Modi.
Pero solamente él podría regresárselo o darle una pista sobre su paradero.
-¡Ah, Thor…!- murmuró sin darse cuenta mientras su amante devoraba su entrepierna.
-¿Qué dijiste?- preguntó, desconociendo el nombre que acaba de pronunciar.
-Nada. No he dicho nada... continúa...
El hombre se encogió de hombros y prosiguió su labor. Hubiese sido una noche más de sexo sin placer, pero Loki comenzó a excitarse pensando en el rubio y aquel con el que compartía la intimidad se sintió halagado ante la respuesta que creía, era porque también a él lo había extrañado, aunque en su carácter altanero y orgulloso, no se atreviera a confesárselo.
Loki gemía, gozaba... y pensaba en Thor…