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Curiosidad por -Raiden-

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Notas del capitulo:

Bueno, debo decir que muchas veces considere dejar este fic, incluso llegue a pensar en borrarlo... En esos días por cuestiones más personales que nada, quería... bueno, intentar entender si aun tenia un lazo especial con esa persona y al final, resulto que si pero perdia fuerza.

A veces uno quisiera que las cosas fueran para siempre, pero muchas cosas influyen y lo más que se puede es recordar con cariño.

Y eso me dio más razones para continuarlo, asi que no dejare ninguno de los fics que tengo, porque el cariño que les tengo son parte incluso de lo que pasa en vida y dia a dia. 

Gracias a todas esas lindas personas que continuan leyendo mis alocados fics, de corazon se los agradezco, disfruten el capitulo.

 

Por más que lo negara o más bien, ya no teniendo otra opción que solo despeinar un poco su flequillo dorado; intento contener la ira mezclada con miedo que sintió por ese día. Aún seguía escuchando la carne siendo atravesada y ese grito espantoso de un asqueroso cerdo al morir…

 

Termino de revisar el mapa…

 

-La isla más cercana esta hacia el norte… - saco un log pose que estaba guardado en una pequeña cajita. -Al fin podremos salir de aquí. - miraba como la pequeña brújula señalaba la siguiente isla, esa que sería su nuevo destino…

 

Suspiro… Ahora en su cabeza había tantas cosas que solo quería darse un tiro y morir sobre la mesa esperando que nadie reconociera su cadáver… Tuvo que recargarse en sus brazos sobre la mesa con la atroz visión.

 

El ligero movimiento sobre la cama, con las sabanas cayendo sin hacer el más mínimo de ruido, no lo alertaron como siempre y…

 

-¿Killer? - la voz ligeramente pastosa por el sueño lo hizo sonar como un tierno gruñido.

 

-Kid… Al fin despiertas. - dejo sus instintos suicidas para acercarse a la cama con los mapas en mano.

 

Era hora de volver a la planeación de su siguiente gran aventura…

 

-Encontré los mapas, son mejores que los que dibujamos y con el log pose podemos… - la voz de Killer ceso por unos momentos…

 

-Estuvo increíble. - era Kid quien lo abrazaba cuando el rubio se sentó en la cama mostrándole el papel color arena quemada.

 

¿Qué había dicho?

 

Killer en serio que pensó que seguía dormido y que estaba siendo víctima de algún ente paranormal, cosa en la que no creía extrañamente.

 

El rubor de las mejillas del chico rubio no tenía comparación con el cabello del más pequeño, y eso que era rojizo. Y no se movía, o más bien no podía, parecía estar congelado en su sitio cual tempano de hielo con la cara ardiendo; así de contradictorio se sentía.

 

-Ki…

 

-¿Qué me decías de los mapas? - lo soltó mirando lo que en un principio Killer le quería mostrar.

 

¿Cómo es que podía actuar así después de que la noche anterior estaban follando?

 

Killer pocas veces se queda en blanco o su cerebro hacia corto-circuito como ahora, pero eso solo pasaba cuando Kid hacía alguna estupidez o como ahora lo sorprendía.

 

-Killer… - la voz del pelirrojo lo puso de nuevo en tierra firme. -¿Estos son los… - no termino la pregunta, sabía perfectamente de quién era esos mapas, la caligrafía, el nombre en estos y las gotas de sangre seca en una de las orillas revelaban lo obvio.

 

-Tranquilo, olvida de quién son… - era el turno del rubio para abrazarlo con ternura.

 

Kid solo se aferro a las sabanas, cerrando los puños con fuerza…

 

¿Cómo un abrazo puede reiniciar a una persona?

 

Quizás fueron más minutos de los necesarios donde no soltó a su nakama, pudo sentir como es que murmuraba lo mucho que odiaba esos momentos donde su padre estaba a punto de hacerle algo a Killer, y que el con nada de pena o esperando algo a cambio, el estaba dispuesto a sacrificarse…

 

Eso era su amistad…

 

Después de todo… ¿Qué puede ser más noble que morir por alguien que quieres demasiado?

 

 

 

 

~+~

 

Ni Kid, ni Killer creían en el destino y esas chorradas… Eso implicaba que la vida les odiaba en muchos niveles…

 

 

La caída contra el suelo no lo sintieron por el impulso de adrenalina, y tampoco es que tuvieran tiempo para el dolor…

 

-Vamos… ¡Corre Kid! - grito cuando vio que venían detrás de ellos, Killer tenía que distraerlos mientras el pequeño pelirrojo estaba casi en estado catatónico. - ¡¡Kid!! – esta vez lo tomo del abrazo metiéndolo en una de las cajas vacías de pescado que estaban en el puerto.

 

Aquellos piratas se dieron cuenta que mataron a su nakama… Un par de críos de mierda lo habían matado, eso no se quedaría así, nadie quedaba impune ante ellos.

 

Killer empezó a correr con uno de los grilletes aún en uno de sus tobillos, lastimándole más con cada maldito paso que daba, las amarras dejaron las marcas sobre sus muñecas pero era lo de menos cuando vio salir a cuatro de los piratas del barco, y no tenían cara de buenos amigos.

 

Seguía sin creer como es que Kid mato a su padre y ya no lloraba, no veía expresión alguna en sus ojos ámbar, como si estos se apagaran cuando el cuerpo de lo que era su padre cayó sobre la madera de forma pesada, empezando a llenar el suelo con ese ligero charco de sangre…

 

De un momento a otro… las cosas se habían ido de madres.

 

Espero que Kid se quedara dentro de la caja del pescado, así no lo descubrirían, podría huir e ir a la base asegurándose de que todos estuvieran a salvo y…

 

No pudo evitar que el maldito grillete que se atorara con aquella malla metálica que salto intentando poner más distancia…

 

-Maldita cosa… - tiraba de la cadena con fuerza haciendo esta vez una gran herida en su tobillo y mordiendo con fuerza su labio inferior.  -Suel…ta… agh… - dentro de su bolsillo tenía un pequeño gancho con el que intentaba abrir el grillete, el otro lo había forzado con la punta de una espada hasta romperlo; pero esto, sería más complicado.

 

Pero Kid seguía en la caja…

 

El shock del crujido, de la carne siendo atravesada por su propia mano, no era algo fácil de asimilar, no podría reprimir tan rápido todo lo ocurrido para hacerle reaccionar ante la situación.

 

Había matado a su padre… con odio, sacando lo que en verdad sentía por él, algo que jamás se atrevería, no por ser su padre, porque jamás lo considero de esa manera; sino porque cuando era más pequeño, le tenía miedo. Los constantes golpes y gritos cuanto estaba ebrio seguían en sus pesadillas; y un padre es el que cría no el que engendra.

 

La opresión en su pecho aumentaba, y las lágrimas de nuevo se deslizaban por sus pálidas mejillas, incluso el color ámbar de sus ojos se tornaba más opaco sin poder contenerse y entender que le estaba pasando.

 

Todo parecía ir tan rápido y lento al mismo tiempo…

 

- ¿Eso es una fruta del diablo? – la voz de uno de los pescadores fue lo que hizo levantar la cabeza de la caja de madera con el olor a pescado.

 

- Imposible… Aquí nadie tiene esos poderes malditos. – comentaba otro acercándose a la barca donde estaba el otro.

 

Lo lógico era salir de ahí y buscar a Killer, ir a la guarida para cuidar a los demás de los otros piratas que seguro los desollarían vivos, a todos ellos.

 

Pero Kid no era lógico en muchos de sus actos, el instinto lo llevaba en la sangre, como ahora.

 

Volvía a sentir ese torbellino emocional, la ira que se tornaba de un tono agresivo, no pensaba de manera racional en ese estado, quizás era el legado de un padre que nunca lo fue, pero ya no tenía miedo… y quería proteger lo único, que en su corta vida aprecio de verdad: Killer.

 

Se limpio las lágrimas y su nariz con el dorso de su mano, dejando los rastros rojizos desde sus pequeños ojos que hace poco se habían deslizado por sus mejillas, pero también quitando algo más profundo…

 

Salió de la caja de un salto, apretando los dientes furioso y corriendo hacía donde estaban los pescadores viendo la fruta que tenían en una de las canastas dentro de la balsa.

 

Sabía que esas cosas daban poderes a sus usuarios, muchos piratas de los que había oído hablar los tenían y eran la hostia, nadie les hacia frente a menos que quisieran estar muertos. Quería ese poder…

 

Lo que no sabía era que ese poder en especificó había sido de su padre.

 

El control sobre el metal.

 

Fue fácil robarles la fruta a los pescadores, las malas mañas las tenía bien aprendidas y dominadas, escapar de ellos en los pequeños callejones que iban a la ciudad eran dominios de los niños de calle.

 

Mientras tanto en el callejón…

 

Killer seguía intentando quitar el grillete de su tobillo, estaba siendo más difícil de lo que pensó, solo debía encontrar al ángulo adecuado para que el perno se alineara y liberarlo de una vez.

 

- Vamos… suéltame… - siseo el chico rubio hasta al fin escucho el click y ver el pesado grillete caer al suelo.

 

- ¡Libertad! – grito Killer feliz pero esa misma felicidad se disolvió rápidamente.

 

Los cuatro piratas de la oscura embarcación donde antes estaban, lo tenían rodeado, dos por detrás y dos más saltando la malla con una sonrisa oscura y perturbadora que solo le decía: “Estas muerto, mocoso”

 

Lanzo un gruñido por su tan mala suerte y cuando se puso de pie el dolor le hizo doblarse un poco. Su tobillo tenia la línea roja tan marcada que si le había hecho una herida algo profunda; no era capaz de soportar su peso en ese pie.

 

A pasos lentos como una manada de asquerosas hienas sonrientes, sacaban sus espadas y navajas de mano. ¿Qué podía hacer un crio contra cuatro piratas?

 

Pero el orgullo del rubio no se mimetizo, incluso alzo los puños.

 

Pelearía antes de morir a manos de esos cerdos…

 

Más pasos daban y el retrocedía otros más, hasta que la pared fue el final del camino.

 

Estaba muerto…

 

- Bueno… al menos Kid está a salvo.

 

Y de manera irónica se escucho un grito que venía detrás de los piratas.

 

- ¡Aquí malditos capullos!

 

Era Kid que tenía los puños cerrados y parecía que su mirada ámbar fuera de fuego infernal.

 

¿Qué estaba planeando el idiota de Kid al enfurecerlos más?

 

Que los desollaran vivos seguramente, no le bastaba con que los violaran o mataran a puñalada limpia, claro que no, así de impulsivo era el pequeño pelirrojo.

 

Killer estuvo a punto de gritarle que se largara de una puta vez y cuidara a los demás pero…

 

Cuando vio a Kid alzar las manos contra los piratas, con una sonrisa aun más perturbadora que la de esos piratas… le causo un escalofrío.

 

¿Qué había sido…

 

- ¡Abajo Killer! – grito el pelirrojo cerrando los ojos y caminando hacia los capullos antes mencionados.

 

Las puertas de las casas cerradas en ese callejón, se abrieron como si el pestillo se hubiera botado de manera errática y se abrían y cerraban con tanta fuerza y rapidez que parecían embrujadas.

 

Los cuchillos y espadas se zafaron de sus manos como si se las arrebataran, cayendo al suelo pero vibrando de manera siniestra.

 

Los piratas ya sabían que era lo que el mocoso pelirrojo tenía en su poder, y no era nada bueno.

 

- ¡MUERAN!

 

Desde el piso donde Killer se quedo agachado vio como todo lo que fuera de metal salía como metralla contra los cuerpos de los cuatro hombres, siendo atravesados hasta escuchar el crujido de lo que serian sus huesos y carne contra las afiladas armas.

 

El macabro espectáculo fue tan rápido que en dos parpadeos de los ojos azules del chico rubio, ya solo quedaban las manchas de sangre pintando todo el lugar.

 

Fue cuando Killer se levanto y cojeando se acerco a un crio pelirrojo, arrodillado con la respiración alterada y sus manos temblando que se acerco tomarlo del hombro…

 

- Comí una fruta del diablo…

 

Fue todo lo que dijo Kid antes de desmayarse en los brazos de Killer.

 

Esa misma noche…

 

Todos los niños estaba pegados a la puerta de la que sería el cuarto de Killer, empujándose unos con otros queriendo ver por el único agüero en la madera podrida lo que pasaba adentro.

 

- Dejen descansar a Kid-kun y Killer-kun. – fue la voz de un pequeño peliceleste  que quito a los curiosos de ahí.

 

Todos vieron cuando Killer malherido y cansado venia cargando a Kid en su espalda, inconsciente y con marcas en sus muñecas también. No había dicho nada el rubio, más que un movimiento de cabeza de que no molestarán.

 

Las pequeñas velas que servían de iluminación en el cuarto dejo que una pequeña polilla volará cerca, buscando la luz del fuego.

 

Kid despertó poco después…

 

- ¿Qué fue lo que… Agh. – el pelirrojo intento levantarse pero le dolía todo el cuerpo.

 

- No te muevas, Kid. – se acerco su amigo rubio con dificultad hasta donde estaba recostado en su cama. – La verdad, no lo sé… pero si se que te comiste algo que no debías ¿Cierto?

 

La mirada acusadora de Killer fue suficiente para que Kid desviara la mirada.

 

- ¿Me vas a regañar por comer una puñetera fruta? – hizo un puchero molesto cruzándose de brazos.

 

- No. – comento el mayor de los dos suspirando. – Tendrás que aprender a controlarlo o te meteré al mar para que te ahogues si lastimas a alguien de los nuestros.

 

- ¡¿Acaso me crees un idiota?! ¡Auch! – sintió como el rubio le tomaba del brazo empezando a curar sus heridas.

 

- No lo creo, lo eres. – pasaba la venda por su pequeño brazo pálido, y antes de que le dijera algo. – Vi lo que hiciste… y sé que podrás controlarlo, Kid.

 

Ya no hubo más que decir de esa noche, mañana sería un mejor día.

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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