Después de mucho tiempo al fin tenían vacaciones, aunque en realidad eran las grabaciones de un nuevo programa donde ellos eran los protagonistas podrían estar agradecidos. Normalmente las habitaciones eran escogidas al azar y a los menores se les ocurrió hacer un juego para repartirse las fabulosas habitaciones en la casa en Hawai.
Sería un mentiroso sino aceptaba querer compartir la habitación con HimChan, ansiaba la tan fabulosa habitación principal, se imaginaba diversas formas de descansar y hacerle el amor a su compañero de grupo…y de vida.
Pero desgraciadamente no era su día, lo único bueno era que no tendría la peor habitación y estaría con HimChan, pero no podía desatender sus responsabilidades y aún en pleno descanso estaba terminando las próximas canciones para el nuevo disco, mientras el audio cargaba para ser enviado pensaba en que nombre sería bueno para el álbum.
—¿Aún no duermes? —HimChan se había despertado, estaba a su lado, acostado, moviéndose mientras pasaba una de sus manos sobre sus cabellos, volviendo a dormir. Sonrió levemente al sentirle, sin darse cuenta de haberse quedado dormido.
Después de un par de días nuevamente se encontraban en su habitación compartida, HimChan se acercaba a la cámara frente a su cama, ubicada en un pequeño escritorio donde habían puesto un par de cosas de su equipaje, al fin había mandado el último audio, pero tendría que esperar alguna que otra corrección, al menos está noche estaría libre.
Se había puesto de pie, acercándose al menor sin que éste se diera cuenta, llevaba alrededor de seis años conociendo a ese chico especial, y cinco en una relación, casi desde el debut habían iniciado una, con altas y bajas, con alguna que otra crisis pero al final siempre regresaban a sus brazos. Su única excepción.
—¿Qué haces? —YongGuk recargó su mejilla sobre el hombro del menor, en realidad era cinco centímetros más alto que él, pero sus zapatos de payaso le hacían lucir de la misma estatura, al estar de esta forma, incluso los dos descalzos se hacía sentir muchísimo mejor.
—Jugando con la cámara, es un nuevo modelo, quiero comprar una de regreso a casa. —Comentaba sin mucha importancia, sintiendo los brazos del mayor rodearle su vientre, acariciando el mismo provocándole una tierna sonrisa.
—Y ¿Cómo se apaga? —Estiró un poco más sus brazos para tomar la cámara, sabiendo donde se encontraba el botón indicado apagó el aparato, sintiendo el cuerpo nervioso del menor. —Ups….creo que se apagó. —Sonrió acariciando de nueva cuenta su vientre, cerrando sus ojos mientras se quedaba en el mismo lugar.
—YongGuk…nos van a regañar. —Se excusaba mientras sus mejillas se ruborizaban, sonriendo de medio lado entrelazando sus dedos a los ajenos.
—¿Tomarás el castigo conmigo? —Decía con un tono poco usual en él, casi como si fuera un niño. HimChan asintió.
YongGuk empezó a besar con lentitud su cuello, sus manos se deslizaban sobre su abdomen, HimChan solo se quedó quieto, pues era de las pocas veces en donde YongGuk tomaba la iniciativa.
El mayor jugaba con el lóbulo de su oreja, escuchando los suaves gemidos del menor mientras deslizaba su mano debajo de sus shorts, amaba cuando él los usaba, le encantaba ver sus piernas, le encanta poder tocarlas. YongGuk le inclinó sobre el escritorio empujando todas las cosas que tenía encima para que el menor se acomodara, frotaba su duro miembro contra la parte trasera del menor, estando aún los dos con sus ropas puestas, YongGuk acariciaba desde sus costados, subiendo por sus hombros y brazos hasta apresar como si fuera un algodón, sus manos contra el escritorio, YongGuk sabía cómo tocar a HimChan, después de muchas noches juntos sabía que era lo que le gustaba y sabía cómo romper las reglas y salir de la rutina.
Últimamente no habían tenido mucho tiempo para estar juntos y preferirían salir o solo dormir juntos antes que hacer el amor, no era algo tan necesario, pero también tenían sus necesidades.
—Tratemos de no ser tan ruidosos. —Susurró ronco contra su oído, quitándole su camiseta blanca, pasando sus dedos entre los cabellos ajenos.
HimChan se dio la vuelta, YongGuk era quien lo podía ver de mejor forma sin su camiseta, aún le daba algo de vergüenza pero a YongGuk no le importaba su aspecto, siempre supo que lo que le atrajo de ese hombre fue su forma de ser y no sus hermosos ojos, también, pero no fue lo primero que vio en él. Aunque le apoyaba en sus dietas y lo alentaba a ir al gimnasio debía admitir que le encantaba ver su cuerpo robusto, tocar sus caderas y sus muslos desnudos. La sonrisa de YongGuk se dibujó en su rostro.
HimChan se acercó, quitándole la camiseta al mayor, y pronto su short, haciendo lo mismo con el suyo, quedando ambos en interiores, estando a solo pasos de la cama. HimChan admiraba sus tatuajes, sonriendo de medio lado mientras apoyaba sus manos sobre sus hombros, acercándose, dando varios besos sobre el tatuaje de su pecho, atrapando entre sus dientes uno de los pezones, YongGuk no era muy fan de que jugara con aquella parte de su cuerpo, pero sabía que a HimChan le gustaba demasiado, no protestaba ya, aunque le gustaba que lo hiciera no lo iba a admitir delante de él.
Tardó mucho tiempo en acostumbrarse en ver ese inmenso tatuaje sobre su pecho, sumándose otros dos que adornaban su brazo, era la piel de YongGuk pero era difícil adaptarse, pero al final del día eso era lo que menos importaba, las charlas donde vivían juntos, como señores mayores, arrugados y usando bastones era siempre en lo que pensaba, un día sus cuerpos se dejarían de necesitar de aquella forma, y sólo los besos y abrazos quedarían entre ellos, y eso era lo único que necesitaban, pero por ahora podrían darse el lujo de disfrutarse de esta manera.
YongGuk le empujó contra la cama, quitando las almohadas mientras se inclinaba besando su vientre, descendiendo mientras apretaba su entrepierna, usando sus dientes mientras reía bajo le quitó sus bóxer. HimChan arqueó su espalda cuando la húmeda boca le envolvió su hombría por completo, pasados varios minutos y muy lentos a su parecer sintió los largos dedos entrar en él, se molestaba que el otro no le avisara, pero también le gustaba que lo hiciera pero no lo iba a admitir delante de él.
HimChan separó sus piernas mientras el mayor se terminaba de quitar su última prenda, deslizó sus manos por su cintura, acariciando y subiendo éstas por su espalda mientras se inclinaba a él y paseaba su lengua por sobre su abdomen hasta llegar a sus labios y por fin besarlos. Frotaban sus miembros uno contra el otro mientras sus lenguas se entrelazaban en un juego de empujones dentro de sus bocas.
Ambos jadeaban con lentitud, ambos sudaban y sus frentes se cubrían con una fina capa de sudor, al separarse por la falta de aire se vieron, los ojos de HimChan brillaban y estaban algo húmedos, los de YongGuk estaban iguales, un nudo se hizo en sus gargantas, las palabras de cada uno no salían, sin pensarlo, HimChan rozó el dorso de su mano por sobre la mejilla de YongGuk, él la tomó, besando sus nudillos sin que sus miradas se dejaran.
Le volvió a besar, sin prisas y sin intensidad, un beso tierno con el cual las palabras fluían silenciosas entre sus lenguas, la mejor forma para ellos de hablarse además de una simple mirada. YongGuk se deslizó entre las piernas de HimChan, entrando en él mientras le embestía con una tortuosa calma que empezaba a volver loco al menor, pero está vez quería probar al mayor.
No arañaba su espalda pero si sus yemas de sus dedos apretaban la piel de ésta, le embestía un poco más a prisa y con más profundidad, escapando un fuerte gemido cuando dio a su punto placentero, ambos rieron entre sus jadeos, y YongGuk aumentó el ritmo de sus embestidas, HimChan le empujó, quedando encima de éste sin que saliera de su interior, empujó sus caderas de adelante hacia atrás ayudando a las embestidas, YongGuk repartía besos por su cuello y hombros y HimChan le alejaba para repartir varios besos por todo su rostro, en una fuerte y silenciosa guerra por demostrar quién podía dar más amor, pero solamente se encaminaban a uno de los tantos mejores orgasmos que podían sentir, y eso solo podían sentirlo el uno con el otro, porque ambos cuerpos se reconocían y ambos cuerpos se unían en uno.
YongGuk le ayudó a ponerse su ropa, estaban cansados y el sol a lo lejos de su ventana abierta empezaba a asomarse por encima del mar, pronto los dos estaban vestidos con la misma ropa con la que se habían ido a dormir. Abrazados vieron como el paisaje relajado les daba los buenos días.
Fue una larga noche, pues una sola ronda no había sido suficiente después de tantos meses si estar de aquella forma.
—HimChan- Hyung, YongGuk-Hyung. —JongUp tocaba la puerta para entrar, sonriendo al verlos abrazados de aquella forma, para los demás su relación no era un secreto. —El desayuno está listo, tenemos que ir a la siguiente grabación. —Cerró la puerta al irse.
—Ya mañana podremos dormir, hoy será divertido. —Murmuró YongGuk dándole una palmada en el trasero, HimChan sólo rió.
—Será mejor cambiarnos. —Comentó mientras volvía a encender la cámara, dejándola en el lugar donde estaba, acercándose al mayor para abrazarle por la espalda besando su nuca.