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Hokoron Maal: Pequeño Enemigo por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Y despues de una corta espera les dejo por fin la parte de Rein ^.^ 

Un capitulo dedicado a Luna roja y a Lee haki, gracias por el apoyo :3

PD: Honey, se que tengo siglos sin mandarte las actualizaciones de aqui, espero que lo de Mitch lo haya compensado ;)

Rein parpadeo un par de veces, tratando de ver si en verdad Slayer estaba ahí o ya había comenzado a alucinar. Slayer se detuvo, mirándolos fijamente.  Kest dio un paso adelante.

.- ¿Qué…?- lo que paso después fue muy rápido, tanto que en ese momento, no logro procesarlo. Slayer se movió con una rapidez asombrosa,y estuvo frente a Kest en un par de segundos. Su puño se estrelló contra el rostro de Kest con un sonido desagradable. Kest trastabillo hacia atrás y cayó con un sonido sordo al suelo, inconsciente.  Rein se puso de pie.

.- ¡espera! ¿Qué haces?- Slayer lo miro.

.- estoy tratando de salvarte, para variar.-

.- ¡pero íbamos a regresar!-

.- tírate.-

.- ¿Qué?-

.- que te sientes.- dijo, apoyando la mano con fuerza en su hombro, haciendo que sus rodillas se doblaran. Termino sentado en el suelo de vuelta.- estás herido.-

.- es solo un pequeño corte.-

.- no soy rastreador,  y puedo oler tu sangre a kilómetros. No es un pequeño corte. Déjame ver.- sin que pudiera evitarlo Slayer le jalo el pie, estirándolo, y quito su improvisada venda.- umm.-

.- ¿Kest está bien?-

.- no me importa.-

.- pero…-

.- ¿Qué fue lo que pasó?-

.- él me estaba llevando, y luego se desmayó  y caímos por allá.-

.- imbécil.- murmuro Slayer.

.- pero iba a llevarme de regreso. Él dijo que ya no me llevaría, íbamos a regresar.-

.- claro. Vamos, estas helado, tus labios se están poniendo azules y esa herida tiene que ser atendida.- Slayer se levantó, extendiéndole la mano. Se puso de pie, apoyándose en Slayer.

.-e-es-espera q-q-que estas...- apenas se había soltado cuando Slayer se inclinó y lo levanto, cargándolo, como si no pesara nada. Dio la espalda al cuerpo inconsciente de Kest y camino de regreso.

.- vamos a casa.-

.- ¡no! Espera, no puedes dejar aquí a Kest.-

.- ¡ese malnacido! Fue muy idiota como para intentar llevarte.- gruño.- por si no fuera suficiente, me durmió. Esto ya es personal.-

.- ¡pero iba a llevarme de regreso!-

.- ¿Y? no me interesa.  No debió sacarte en primer lugar.-

.- no lo quiero dejar aquí. No podemos dejarlo ¡morirá!-

.- ese es el punto, Rein.-

.- ¡no!-

.- ya quédate quieto.-

.- pero…-

.- veré que hago, pero deja de moverte, maldición.- se quedó quieto, suspirando. El cuerpo de Slayer estaba tibio, y sentía agradable el calor. Se acurruco contra el pecho de Slayer, suspirando. Su cuerpo se sentía muy pesado, como si al ver a Slayer hubiera dejado de intentar salvarse y le pasara la factura por todo lo que había hecho.- hey, Rein, no duermas.- Slayer lo sacudió.

.- estoy tan cansado.- murmuro.

.- ¿te duele algo?-

.- no sé. Ya no sé qué me duele.-cerro los ojos, bostezando.

.- llegaremos pronto a casa.-

.- no, no quiero volar… no me gustan las alturas.- susurro, adormilado.

.- Rein… Rein…- el calor del cuerpo de Slayer, sumado al suave andar que sentía, terminaron por incrementar su sueño. Sintió caer su cabeza contra el pecho de Slayer, y luego, nada. Cuando despertó, estaba en su cama, cubierto por varios cobertores gruesos. Un calentador estaba en la habitación, no había nadie más. Había ruidos en la casa. Se levantó, sintiendo el dolor en la pierna, su brazo, el estómago y  la cabeza.  Traía puesto un suéter. Camino con más cuidado hasta  la puerta, dirigiéndose a la sala. Las luces estaban encendidas, y los ruidos venían de la cocina.  Un bulto llamo su atención. Kest estaba tirado en el sofá, inconsciente. Parecía que solo lo habían dejado ahí, pues tenía medio cuerpo fuera del sofá. Una línea de sangre escurría por su boca, y un ojo se le estaba poniendo morado.- ¿Qué haces?-

.- ¡ah!- su grito sonó ronco. Slayer había salido de la concina, con una charola llena de cosas. Tenía una mirada seria.- m-me a-asustaste.-

.- ¿Qué haces levantado?-

.- quería… s-solo yo… p-pensé…- Slayer suspiro.

.- ¿puedes volver a la cama?-

.- s-si.- cojeando, logro llegar de vuelta a su cuarto. Slayer lo siguió, cargando con la charola. Cerró la puerta cuando entro. Se sentó, reprimiendo un quejido de dolor. Slayer dejo la charola en el suelo, a sus pies.

.- ¿Cómo llegamos?-

.- como sea. Ten.- le pasó una taza de café, humeante.- es asqueroso, pero al menos te dará calor.-

.- gracias…-

.- ¿aun tienes frio?-

.- N-no. E-estoy mejor.- Slayer le tomo la cabeza, tocándole las mejillas, luego las manos. Mirando con atención.

.- si, tus labios no están azules. Pero no te vez mejor.- añadió, al ver que iba a responder.- puedes darte un baño. Rápido.- suspiro mientras obedecía. Conocía el tono que Slayer usaba, y sabía que no admitía peros, además quería ducharse. El espejo del baño le revelo que de verdad no se veía bien, su cabello estaba revuelto y lleno de hojas, tenía varios raspones en la cara, y el labio inferior roto. Kest no era el único que tenía un ojo morado, aunque el suyo apenas tenía un leve tono.   Se aseo con cuidado, pues aún le dolían las heridas. Tenía un montón de moretones por todo el cuerpo, pero después de vestirse con ropas limpias, se veía mucho mejor. Slayer lo esperaba, impaciente.- siéntate.-

.- ya voy.- obedeció despacio. Slayer le había dado la ropa para vestirse, y ahora llevaba una camisa ligera bajo el suéter, y unos short.-… ¿Qué vas hacer?-

.- curar eso, por supuesto ¿Qué más?-

.- ¡NO!- intento subir por la cama, pero Slayer le sujeto el pie.- no, no, no.- gimoteo. Aun recordaba la vez que Slayer había curado su brazo. Había sido realmente doloroso. 

.-deja de lloriquear, y no te muevas o dolerá mas.- se quedó quieto, sintiendo los dedos de Slayer tantear por su pierna. Luego el ardor característico del alcohol. Volvió a gimotear.- si no lo haces bien, será peor, y tú no lo haces bien.- siguió tratando de no gimotear. Al final, el sentir la venda cubrir la herida le hizo suspirar.- es algo profunda, pero sanara pronto.-

.-  ¿y Kest?-

.- supongo que está bien.-

.- ah…-

.- tomate esto, te ayudara con el dolor, entra a la cama, y no te levantes.- suspirando obedeció y le tomo las pastillas que le extendía Slayer junto a un vaso de agua. Se sentía cansado de nuevo. Las tomo, pasándose en un trago las dos pastillas.

.- Slayer…

.- ¿Qué?-

.- g-g-gra-gracias… gracias por ir por mi.-

.- vuélvete a dormir.-no tenía intenciones de desobedecer, pues inmediatamente se durmió de nuevo. Tal vez cuando despertara estaría mucho mejor.

 

 

 

Había pasado una semana, una desagradable semana desde que el idiota de Kest intentara secuestrar a Rein.  Cuando había despertado y no había visto a Rein en la  habitación, le había tomado apenas un minuto entender lo que había pasado. Se enfureció al ver que efectivamente ni Rein ni Kest estaban ahí, y no sabía cuánto tiempo había pasado desde entonces. Aun enfurecido salió hasta dar con el espacio más despejado que encontró, transformándose rápidamente. Sabía que no habían ido al norte, pues los dragones rojos no vivían tan al norte, así que voló hacia el sur, hasta que el olor de la sangre de Rein le había guidado.

La herida más seria de Rein era la de su pierna, por lo cual debía sentirse agradecido. Kest estaba ileso. Si por él hubiera sido, Kest seguiría en medio de aquel bosque, sin embargo, entendía que Rein no podía dejar morir a alguien. Lo que no entendía era porque Kest seguía en la casa, como si nada hubiera pasado. 

.- Rein.- llego a la cocina, donde Rein estaba preparando algo. La última vez que lo había visto, lo había dejado en el sofá, mientras él se iba a bañar, el olor de la comida le indico que Rein no había obedecido.- ¿Por qué estás aquí?-

.- tengo hambre.- la herida de la pierna de Rein no era muy profunda, pero se empeoraba con facilidad si Rein no ponía cuidado.

.- me lo hubieras dicho.-

.- e-esta b-bien.-

.- Micah ¿Qué haces? Huele bien.-

.- tienes que estar descansando, tu pierna aun no sana.- ignoro a Kest, que acababa de llegar a la cocina.

.- ya me he disculpado por eso.- gruño Kest. Había ido por Kest después de asegurarse de que Rein estaba bien, se molestó al ver que él no tenía muchas heridas, por lo que cuando regreso solo lo dejo en el primer lugar que vio y se comenzó a preparar para atender a Rein. Cuando Rein se había dormido, regreso a la sala, acomodando todo. Kest había vuelto en si un par de horas después, y después de ver donde estaba y preguntar por Rein, se había disculpado con él, y luego con Rein, cuando despertara.

.- aun no lo suficiente. Rein, si quieres comer tienes que esperar.-

.- p-pero yo p-puedo…-

.-  dolerá más si lo intentas.- vio como Rein suspiraba, y caminaba cojeando lentamente a la sala.

.- espera, te ayudo.- Kest ahora intentaba ayudar en cualquier cosa en la que quitaba a Rein, porque Rein aun quería hacer todo lo que hacía, y siempre tenía que quitarlo a base de amenazas, y luego Kest llegaba. Tal parecía que lo que Rein le había dicho era cierto y Kest ya no intentaba llevárselo, pero él no pensaba tratarlo diferente. Se dispuso a continuar con lo Rein estaba haciendo.  Rein siempre hacia una gran cantidad de comida, y para su suerte, lo que hacía estaba casi terminado. Lo sirvió sin cuidado en un plato, y se dirigió a la sala. Rein hablaba animadamente con Kest. Ese era el punto principal que le molestaba, le molestaba el hecho de que Rein hablara como si nada con Kest, con quien había intentado llevarlo, y hablaba normalmente. Rein hablaba sin tartamudear con Kest. Ese simple hecho le molestaba, y mucho.

.- ya está.-

.-gracias.-

.- solo cómelo. La comida está por terminarse.-

.- ¿o-otra vez?-

.- no fui yo quien quiso adoptar una mascota.-

.- ¡hey!-

.- solo digo la verdad.-

.- ¿n-necesitas q-que vaya?-

.- no.-

.- yo puedo ir.- ambos miraron a Kest. Dudaba que Kest alguna vez hubiera ido a algún centro comercial en una ciudad humana.

.- no, yo lo hare. No quiero tener cazadores por aquí.- dijo, dirigiéndose a la cocina.- pero lleva a Rein a la habitación, si cuando vuelva no está ahí, no te ira bien.- salió, cerrando la puerta.  Camino hasta la parada del autobús, refunfuñando porque Rein no quería comprar un auto. Conseguiría algo de dinero y el mismo se compraría un auto. Cargar con el montón de bolsas del supermercado no era una tarea agradable,  por lo que solo tomo las cosas que considero necesarias. Después necesitarían hacer otra visita, pero por el momento sería suficiente. Aun no confiaba mucho en Kest, por lo que quiso regresar lo más rápido posible.

Cuando regreso, no había rastro de Rein ni de Kest, pero el sonido de la televisión le indico que estaba en su habitación. Dejo las cosas en la cocina y fue a la habitación.  Kest estaba con él, ambos veían la pantalla y reían. Suspiro, viendo difícil ahora el deshacerse de Kest. Rein no había estado cómodo con él hasta muchos meses después de estar viviendo en el  mismo lugar, y a Kest solo le había tomado un par de horas en medio de un bosque para que Rein fuera amigable con él.

.- ¿t-todo bien?- la voz de Rein le distrajo de sus pensamientos.

.- sí. No es la primera vez que hago compras, necesitaremos otra salida pronto, no traje muchas cosas.-

 .- e-entiendo.-

.- ¿Qué hace él aquí?-

.- le hago compañía.- respondió Kest. Parecía haberse acostumbrado a que muchas veces no se dirigiera a él directamente.

.- ¿quieres….? ¿Quieres venir?-

.- no.-

.- vamos, hay suficiente espacio.-

.- tu aun no me agradas. Si sigues vivo es solo por él.- señalo a Rein.

.- eso lo se… me salvo…-

.- te salvo de quedar congelado, sí. Pero si yo no he intentado nada es solo por Rein.- Kest lo miro sorprendido unos momentos, y luego asintió. Rein no dijo nada, se limitó a obsérvalos desde la cama.- ¿Cuándo te iras?-

.- ¿Qué?- tanto Rein como Kest hablaron al mismo tiempo.

.- tu objetivo era Rein, si ya no te interesa, entonces vuelve a casa.-

.- p-pero…-

.- no hay una fecha fija para que regrese, y aun no puedo volar.-

.- imbécil.- murmuro.

.- no estoy haciendo nada malo. Nadie más sabía que Micah es diferente.- asintió. Tenía varios días queriendo hacer esa pregunta, por si tenía que buscar un nuevo lugar.

.- al menos hiciste algo bien.-

.- ¿d-decirle a quién?-

.- a otros dragones, por supuesto.- respondió él.- es obvio que no consideraron importante tu misión.-

.- no estaba seguro de lo que buscaba…-

.- menos mal. Entonces lárgate cuando quieras.- añadió saliendo de la habitación. Había estado durmiendo poco en los últimos días, desde el desagradable intento de secuestro de Kest, por lo que aprovecharía al menos unas horas para descansar. 

 

 

Rein salía despacio del edificio donde trabajaba. Su pierna aun no sanaba por completo, pero había insistido para volver al trabajo. Al final Slayer había accedido solo hasta que su aspecto, a su consideración, estaba mejor. Era el primer día que salía de casa desde que Kest lo sacara, y sentir el viento y los aromas de la ciudad le resultaba bastante agradable. Cerró los ojos, inhalando profundamente.

.- ¡Micah!-  miro a todos lados, buscando la voz que lo había llamado.- ¡Micah, por aquí!- al final logro ubicar a Kest en la calle de enfrente. Llevaba un grueso abrigo, botas, bufanda, guantes y un gorro. Agitaba la mano, y había llamado la atención de las personas que pasaban. Sonrió, suspirando.

.- ¿Qué ha-haces?- pregunto cuando logro cruzar la calle.

.- venía a buscarte. Ese no me quiso decir a qué hora salías, así que vine hasta aquí hace un rato.-

.- ¿t-tienes mucho tiempo esperando?-

.- solo un poco.-

.- ¿paso algo? ¿Por qué estás aquí?-

.- quería hablar contigo. ¿Crees que puedas caminar un poco?-

.- sí, me hace falta. Slayer no me deja hacer nada.- refunfuño.- ¿Qué quieres decirme?-

.- es algo complicado… ¿puedes esperar un poco?-

.- esta bien.- Dieron una pequeña caminata, pues aun no podía caminar bien, y el trayecto le había cansado mucho más de lo que esperaba, pero aun así había logrado pasar por él centro comercial . Al final había tenido que conseguir un taxi para ir de regreso. Kest había hablado un poco, pero nada que le parecía especial.

.- ah, Rein ¿estas escuchando?- acababan de bajar del taxi, y trataba de abrir la puerta.No había nadie en la casa, lo sabía porque Slayer siempre estaba en la sala cuando regresaba.

.-  no, lo siento.-

.- bueno, no importa.-

.- Kest, ¿Qué es lo que querías decirme?-

.- me gusta estar aquí.- se detuvo, algo confundido.

.- ¿solo eso querías decir? Quiero decir, no es tan complicado.-

.- eso no. Pero… ¿sabes? Nunca había estado de esta forma en una ciudad. Siempre que iba a alguna, era para cumplir una misión, y nada más. Siempre viví para hacer lo que me pedían, o lo que fuera beneficioso para nosotros. Vine aquí solo por eso… y no espera encontrar todo esto, me refiero a que un dragón pudiera vivir de esta manera.-

.- ¿está mal?-

.- no, pero es algo raro. Supongo que tan raro como tú.  No podía entender porque Slayer estaba aquí, sin intentar nada. Llegue a pensar que tenía algún plan secreto, o algo. Pero con los días nada pasaba. Ahora lo entiendo.-

.- me alegro. No logro entender todo, pero supongo que está bien.-

.- ¿y tú?-

.- ¿yo?-

.- ¿Por qué estas con él?-

.- ¿ah? Bueno…-

.- Micah… ven conmigo, vayámonos a otro lugar.-

.- a…- miro sorprendido a Kest. Había pensado que tal vez era solo una broma o que había entendido mal lo que le había dicho.

.- le tienes miedo a él ¿no? Entonces vámonos a otro lado. Entiendo que te haya estado cuidado, pero yo también puedo hacerlo, ya no lo necesitas.- Kest le tomo de los hombros, sacudiéndolo.

.- e-espera…-

.- ¿no lo ves? No tienes que seguir con él.-

.- e-eso es…- su pierna se dobló con las sacudidas, pero no cayo debido al agarre de Kest.

.- Micah. Quiero estar contigo…- se vio atraído a Kest, sin que pudiera preverlo. Tampoco el que Kest uniera sus labios. El roce era suave, y le causo escalofríos.  El ruido de la puerta abriéndose le hizo notar lo que estaban haciendo. 

Notas finales:

*Errores en el texto son sin querer.

 

Espero que les gustara y el final no fuera tan... emmm ¿inesperado? 

Hasta la proxima!


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