Hokoron Maal: Pequeño Enemigo por Silence Tsepesh de Lenfet

Estaba molesto, si, muy molesto. Zender no solo había traído otro dragón sino que también le había dado su habitación. Bien, la habitación no era completamente suya pues no pagaba por ella, pero tampoco le agradaba que se la dieran a alguien más. 

.- Feyn, deja de hacer eso.- había estado golpeado la puerta para salir, pues Zender le había puesto llave, y no había otra forma de salir de ahí. Aunque no sabía exactamente lo que haría al salir de ahí.

.- quiero mi habitación.- renegó.

.- Feyn…-

.- quiero mi habitación.- repitió, cruzándose de brazos.

.- ah, por favor… Feyn solo duerme aquí.- la cama era lo bastante grande para que durmieran comodonamente tres o cuatro personas en ella, sin embargo, ese no era su problema. 

.- no quiero, quiero mi habitación.-

.- ¿Qué problema tienes hoy?- se giró, mirando de mala manera a Zender.  No entendía él por qué Zender había buscado a otro dragón, hasta esa tarde él había pensado que Zender estaba bien con él. En el transcurso de la vuelta a casa había estado pensando en las posibilidades. Se había estado comportando mal con Zender los últimos días, lo sabía, pero Zender había tenido la culpa por besarlo y no quererle decir que pretendía y obligarlo a buscar en las computadoras cosas que no le eran para nada agradables. Era su culpa todavía mayor por intentar besarlo de nuevo. Había pensado entonces que tal vez Zender prefería alguien que si quisiera “hacer eso” y que diera menos problemas.

Estaba molesto por eso. Por eso y porque no sabía que más hacer. No quería irse de ahí, pero tampoco era que pudiera quedarse si Zender decidía quedarse con el otro dragón y echarlo a él.  Ya se había dado cuenta que era un completo fiasco al intentar ponerse a salvo a sí mismo, y no pensaba pasar una tercera vez encerrado en una jaula rodeado de cazadores.

.- ninguno.-  respondió, tratando de no sonar molesto.

.- pues ninguno parece tener serios problemas de enojo.- frunció las cejas al percibir el tono de burla que usaba Zender. Desde hacía unas horas podía escucharlo hablarle con ese tono, como si le divirtiera verlo así.O tal vez estaba feliz por tener a Drem.

.- yo no estoy enojado.-

.- si claro.- Zender se dio la vuelta, buscando en los muebles que tenía. Le vio sacar ropa, ponerla en la cama y comenzar a quitarse la corbata que llevaba y desabrochar los botones de la camisa.  Se dio la vuelta, sintiéndose avergonzando. No podía volver a estar tranquilo después de haber visto “eso” en su búsqueda.- ¿Qué pasa?-

.- nada.-

.- ¿te has enfermado?- Zender fue hasta él, dándole la vuelta y viéndolo con preocupación. Sintió que enrojecía al ver que Zender iba sin camisa. Le coloco la mano en la frente.- ¿tienes fiebre?-

.- y-yo no enfermo.- balbuceo, apartándose. 

.- ¿seguro? No te vez muy bien.-

.- estoy bien.- Zender le miró fijamente unos momentos más, poniéndolo nervioso.- Z-Zender mi ropa sigue en mi habitación.-

.- usa algo de aquí.-

.- pero quiero mi ropa.- musito.

.- solo busca algo cómodo por aquí.- no supo si sentirse molesto o triste en esos momentos. Lentamente camino hasta las cómodas que había ahí, revisando con desgano.

.- Zender…-

.- ¿Qué?-

.-… ¿puedo usar esto?- pregunto,  al arrepentirse de preguntar lo que en verdad quería.

.- lo que quieras.- reprimió un suspiro, mientras tomaba la ropa que usaría para dormir. Se había quitado la camisa, y mientras buscaba el lado correcto de la que se iba a poner, se dio cuenta de que técnicamente estaba aceptando dormir en ese lugar. Se quedó quieto, con la ropa en la mano, pensando en eso, cuando sintió que le abrazaban por detrás. Se quedó aún más quieto.

.- …-

.- Feyn…- el susurro de Zender en su oído le estremeció.

.- ¡no!- salto sobre la cama, usándola de barrera entre él y  Zender. Zender le miro, con una tenue sonrisa en los labios.

.- ¿no que?-

.- no hagas eso.-

.- ¿Por qué no?- apretó los labios antes de responder.

.- si quieres hacer esas cosas, hazlas con alguien más.-

.- ¿con alguien más? ¿Por qué las haría con alguien más?-

.-  porque te has cansado de mi ¿no? Me vas a echar.-

.- ¿Quién ha dicho eso?-Zender dejo de sonreír, y ahora lo miraba serio.

.- por eso trajiste otro dragón ¿cierto?- soltó, aun en el otro extremo de la cama. Ni siquiera recordaba exactamente lo que había dicho Zender, pero siendo eso su mayor preocupación, no pudo evitar comenzar a soltar todas las quejas que había tenido en el transcurso de la noche.- ¿te gusta más porque puede usar fuego?Ni siquiera me dejaste sacar mis cosas y también le diste ropa tuya y…- en algún momento comenzó a llorar.

.- ¿en qué estás pensando Feyn?- Zender soltó un suspiro, mientras se sentaba en la cama. Él no se movió.

.-…le diste también mi habitación.-

.- yo no pedí otro dragón.-

.- ¿no?- gimoteo, deteniendo su parloteo al comprender las palabras de Zender. Zender no se había movido.

.- no. Y antes de que se te ocurra algo más, él se no se quedara. Jens me pidió quedárselo.-

.- ¿Jens? ¿Se ira con Jens?- pregunto, limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano.

.- sí.-

.- pero yo doy muchos problemas…-

.- ciertamente. Pero no buscaría a otro dragón.- mientras seguía tratando de limpiar las lágrimas de su rostro, sintió a Zender levantarse de la cama y luego sintió que se sentaba en a su lado. Él no lo miro.- vamos, no te pongas así.  Creí que no llorabas.-

.- no lloro.- sollozo, en un ridículo intento por no lucir tan patético. Jalo las cobijas y se enredó en ellas rodando hacia el centro de la cama.

.-  Feyn ¿puedes tratar de hablar seriamente?-

.- no quiero. Me quiero quedar en mi habitación.- su voz amortiguada por las cobijas sonó de nuevo emberrinchada.

.- estamos retrocediendo. Solo será esta noche, mañana Jens se hará cargo.-

.- no me agrada.-

.- ¿Por qué esta en tu habitación o porque tienes problemas con su raza?-

.- no lo digas así. Por ambas. Yo pensé…-

.- exacto, tu pensaste. Deja este berrinche ya.-

.- umm.- la cama se movió un poco cuando Zender se acostó en ella. Hasta que no sintió que sus brazos lo rodeaban no se movió. Hubo un pequeño forcejeo cuando  Zender le destapo. Zender ya tenía puesta la ropa para dormir, mientras él seguía solo en pantalones. Le aparto el cabello de la cara y le dio un beso rápido en los labios, dejándolo inmóvil.

.- ¿Por qué tendría que buscar a otro dragón si estas tu aquí?- comenzó a sonrojarse.

.- ¿se ira mañana?-

.- sí. Aunque no garantizo que tengas tu habitación de regreso.- y por supuesto, no comprendió la implicación que había en las palabras de Zender. La cama era demasiado cómoda como para no notarlo, así que pasado esa alteración  emocional, no le costó mucho quedarse dormido.

Le despertó el sonido del teléfono repiqueteando con insistencia. Demasiado alto para su gusto. Rodo en un intento de alejarse del sonido, pero se vio inmovilizado. Abrió los ojos, confundido, para luego pegar un  brinco, alejándose de Zender.

.- ¡Zender!

.- ¿Qué?- la voz de Zender llego adormilada. Frunció la nariz, en un gesto enfurruñado. Zender ni siquiera parecía alterado de que habían dormido juntos. Si bien, no era la primera vez. 

.- nada.- salió de la habitación, cuando vio que Zender se levantaba al teléfono. Era la primera vez que notaba que había uno en  la habitación de Zender. Descalzo, anduvo hasta su habitación, abriendo sin consideración la puerta. Drem seguía dormido. Entro a buscar sus ropas, sintiéndose mucho más avergonzando al ver a Drem dormir. Había hablado con él dos veces, en la bodega y en el auto, y a pesar de estar discutiendo, sabia por experiencia el mal rato que podías pasar al estar encerrado, sin comida,  alerta. No le extrañaba que siguiera dormido. La vida fuera de una comunidad era difícil, lo demostraban las cicatrices que tenía el propio Drem.  Aun así no quería que se quedara en casa. Cuando se hubo vestido, en el baño, y fue a la sala, encontró ya a Kaia ahí. 

.- Kaia…-

.- buenos días.-

.- Feyn, te quedaras hoy aquí.- Zender salió de la habitación, completamente arreglado. Miro a Kaia, saludándola con un gesto de la cabeza.- vendré para la comida. Por favor, no causes problemas.-

.- no lo hare.-

.- prepara desayuno para otra persona como él, tenemos un invitado.-

.- si.-

.- Feyn, pórtate bien.-

.- si.- refunfuño. Zender le dirigió una sonrisa y luego salió.  Kaia se dirigió a la cocina.

.- ¿hay otro dragón aquí?- pudo percibir el tono nervioso en su voz.

.- sí, pero es de Jens. Se ira hoy.-  ella no le dijo nada más, pero pudo oír como preparaba las cosas para el desayuno. Encendió el televisor, sintiéndose aburrido. Para cuando el desayuno estuvo listo, había dado la vuelta cuatro veces a los canales, había sacado algunos libros de Zender y esparcido los juegos de video por la sala. Tenía poco de sentarse en la mesa, cuando Drem apareció en la sala, seguro atraído por el olor de la comida. Le observo unos momentos, antes de suspirar. Kaia entro a la cocina cuando lo vio.- si tienes hambre deberías comer. Ella cocina muy bien.-

.- ayer no estabas tan feliz de verme acá.-

.- no estoy feliz aun.- espeto. Drem se acercó, sentándose en la silla más alejada de él.

.- ¿Cómo puedes vivir aquí? Siendo como una mascota para esos humanos.-

.- es mejor que quedarme afuera, donde me pueden cazar.- quiso añadir que ahí podía comer lo que quisiera y jugar con lo que quisiera, pero se abstuvo. No quería preguntas al respecto. Drem no dijo nada, pues aparte Kaia había llevado ya un plato  repleto de comida. El también siguió comiendo.

.- ¿has sido exiliado también?-

.- no. Me ido yo mismo de mi casa. Estoy… buscado a alguien.-  Kaia les miraba con curiosidad. No le diría a Drem que no había hecho el menor intento por encontrar a su hermano. Drem le miró fijamente. Como ya había terminado, se levantó, dejando a Drem en la mesa. Tenía un nuevo videojuego que había comenzado el día anterior, así que podía pasar un rato jugando. Kaia había comenzado a hacer la limpieza.

.- peces…-  la voz de Drem le distrajo. Estaba frente a la pecera.

.- Zender no me deja comerlos, no lo hagas tú.-

.- ¿Por qué no?-

.- no sé. Dice que son suyos, pero no los come.- Drem siguió observando las cosas que estaban por el lugar.

.- ¿Qué es eso?-

.- un videojuego. Jens me lo trajo.-le dirigió una mirada indiferente. No le prestaría el control para que jugara.

.- ¿no has tenido problemas con los cazadores en este lugar?-

.- Me escape una vez. Zender fue por mí, y ahora puedo hacer lo que quiera en la ciudad. Zender dijo que solo no me transformara porque había conseguido… algo para que pudiera quedarme.-

.- umm.-

.- ¿vas a quedarte?-

.- ¿acaso te importa?-

.- no mucho.- Drem se sentó a su lado, viéndolo jugar.- ¿llevas mucho tiempo aquí?-

.- un poco.-

.- ¿Por qué sigues con esos humanos?-

.- ¿porque? No hay un porque, solo estoy aquí.- Drem lo miro, incrédulamente.

.- ¿Cuántas veces estuviste con humanos antes?-

.-es… es la primer vez. ¡No había salido antes!-

.- ah… definitivamente eres solo un niño.-

.- no soy un niño.- refunfuño. Así pasaron hasta que el elevador se abrió, dejando pasar a Zender, seguido por Jens.

.- Feyn… ah…- Zender había visto a Drem sentado a su lado.

.- ¡Jens!- corrió a abrazarse a él efusivamente. Más que alegrarle verlo, le alegraba el hecho de que estuviera ahí para llevarse a Drem.

.- hola, Feyn. ¿Todo bien?- Jens le sacudió el cabello.

.- sí.-

.- ¿hubo algún problema?- Zender le había hablado a Kaia, que se había acercado al escucharlos llegar.

.- no. Todo bien.-

.- puedes irte.- como siempre, ella tomo sus cosas y se dirigió al elevador.

.- ¡adiós Kaia!- ella le despidió con la mano.

.- Feyn ¿has hablado con él?- pregunto Zender, cuando las puertas del elevador se cerraron.

.- un poco.-

.- ¿sabe ya que vendrá conmigo?

.- sí.

.- ¿de verdad me iré con él? preferiría quedarme.-

.- ¡no! Yo vivo aquí, no puedes vivir aquí.-

.- pues no es como si fuera tu territorio. Eso no aplica fuera de las comunidades.-

.- ¡Zender es mío!-

.- ¿Qué pasa?-

.- nada, él ya se quiere ir.- Drem sonrió.- Jens, él se llama Drem.- dijo, recordando que no había hablado con Jens sobre Drem.  Escucho a Jens decir algo, pero él ya se había centrado de nuevo en el televisor. Al final habían ido restaurant a comer, y después de eso, por fin habían vuelto a casa, solos. Entro corriendo feliz, dejándose caer en el sofá.

.- ¿en serio todo eso era solo porque no te agradaba ese dragón?-

.- ¿Qué?- pregunto, pues no había entendido lo que Zender le decía por estar festejando.

.- olvídalo. No pensé que fueras de los que se ponen celosos.-

.- celos… ¿celoso yo?- pregunto, tratado de pensar en el cómo celoso. Se sonrojo al caer en la cuenta de su comportamiento.- ah…- Zender se sentó, jalándolo para que cayera a su lado.

.- no es que me molestara.-

.- lo siento. Yo… nunca he peleado con otro dragón, pero quería golpearlo.-

.- me alegra que no lo hicieras.- Zender sonaba realmente aliviado. Cuando le abrazo, en silencio, se sintió extraño. No se sentía mal. Había pasado los últimos días evitando todo contacto con Zender, y ahora sentía que le anhelaba.  No se opuso ni siquiera cuando le beso, una y otra vez. A pesar de saber, por medio de la computadora, lo que sucedería después. Cuando dejo que su ropa quedara en el suelo, cuando ni siquiera fue a su habitación. Si, sabía lo que sucedería, pero no lo detuvo. Porque  tal vez, en el fondo, aun tenia curiosidad sobre eso, porque tal vez, el también quería que pasara.

Cuando despertó, en cama de Zender se encontró solo.  Bastando se levantó para vestirse con la primera ropa que encontró, aunque no fuera suya. Zender estaba en la sala, leyendo un periódico.

.- Zender, tengo hambre.- le dijo.

.- hay comida en la estufa. ¿Estás bien?-

.- ¿eh? Sí. Solo tengo hambre.- no entienda la pregunta de Zender, así que solo fue a la cocina  a buscar la comida.  Zender le miro, sin levantarse.  Se sirvió en un plato lo que encontró, y fue la mesa.- Zender…-

.- ¿Qué?-

.- ¿ahora qué pasa?-

.- ¿a qué te refieres?

.- ¿dos chicos pueden tener una relación? ¿Y qué pasa después de lo de anoche?- pudo ver la expresión de resignación que puso Zender al escuchar sus preguntas.

.- pueden, si.- y después de eso, vino la más larga explicación que alguna vez hubiera recibido de Zender.

Zender estaba de nuevo en su oficina, había llevado a Feyn, quien estaba bastante alegre desde el día anterior que le había explicado lo que había significado lo que habían hecho. Al menos, parecía que el incidente de Drem había servido para algo.

.- ¡zen!- la puerta se abrió, dejando pasar a Jens.

.- ¿Qué quieres?-

.- que cruel. También trabajo aquí.- por la puerta, que seguía abierta, entro Drem. Llevaba ropa color blanco, y su cabello estaba más corto y arreglado. Tenía una expresión  aburrida, y llevaba las cosas de Jens.- ah, lo siento olvide eso.-

.- debí suponer que solo querías un asistente para explotar.-

.- yo no quería eso. Ese es tu.-

.- la chica de la entrada te estaba llamando.-

.- ah, sí, sí. Vengo enseguida.- Jens salió igual de rápido que como entro.

.- no tiene remedio.- suspiro. Drem le miro.- ¿Qué pasa?-

.- tú estás con ese dragón pequeño ¿no?- se preguntó a qué se refería,  así que lo tomo de la forma más literal.-

.- sí.-

.- ¿estás seguro de querer estar con un dragón cuyo nombre significa perdición?- Drem sonrió burlescamente. Y supo que de alguna forma, el sabia la relación que ahora tenían.  Le regreso la sonrisa.

.- nunca más seguro.-