La mia istruzione
Eleonora el ejemplo perfecto de Enfermera obsesiva, McQueen sentía que incluso le espiaba mientras estaba en el baño, lo cual era bastante incómodo. No le dejaba jugar con Layla, ni nada demasiado… parecía una madre excesivamente cuidadosa, entendía el por qué pero aún no se le veía nada, ni siquiera un bultito
Por otra parte Francesco seguía llegando tarde por la temporada, la cual estaba ganando y que de vez en cuando él y Eleonora veían por la televisión. Los mareos no pararon, tampoco el vómito y por ello había un paquete con bolsas por toda la casa, en cada habitación
—Cuando… se supone que esto… dejara de pasar—pregunto entre cortado a Eleonora que le palmeaba la espalda
—Quizás al 4 mes, pero no es seguro, cada embarazo masculino es extremadamente distinto y es bueno que no haya nadie más aquí, estos casos son aislados por los médicos
—¿Alguna razón en especial? —Pregunto echándose el cabello para atrás—Debería cortarlo un poco…
—Fue comprobado que los bebes nacidos de hombres se desarrollan mejor, ya sea física o mental, así que por lo general cuando encuentran uno… son vendidos al mercado negro, mafiosos… no es lo ideal—explico tocándole un poco el vientre, ella si sentía un ligero, muy ligero bultito ahí—Y no está mal que tengas el cabello así, Francesco antes se lo dejaba crecer pero se lo corto por el ejercito
—Él nunca me habla de eso—comento de forma distraída sentándose en un sofá
—No es que no le guste, solo no le gusta rememorar el pasado, lo que paso, paso. Así de sencillo—explico sentándose en otro sofá
—Ah… claro…—murmuro arrugando al nariz, claro, y aun así quiso que el contara su asquerosa vid, la hipocresía en su estado más puro
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—¡¡MIS OJOS… MIS OJOS!! —Mate chillaba corriendo de un lado para otro, el ver ese edificio era malo para la salud ocular de lo blanco que era. McMissile si tenía unos lentes de sol al igual que Shiftwell que negaba con la cabeza por el espectáculo que estaba montando su novio, aunque Sally no miraba al igual que el Sargento
—Mate por favor…—pidió Shiftwell poniéndose más roja de ser posible
McMissile prefirió no decir nada y entro en el edificio. La recepcionista alzo una ceja al verle, era raro ver a gente que nunca había visitado ese lugar, adema son habían pacientes nuevos para decir que eran sus familiares
—Disculpe, queremos hablar con Raymond Rogers—dijo quitándose los lentes. La mujer suspiro
— ¿Son familiares?
—No, vinimos para hacerle unas preguntas. Y ahora que estamos en eso ha visto a alguno de estos dos hombres—pregunto mostrando la foto de McQueen y una de Francesco, la recepcionista con la mejor cara de póker miro las fotos y luego a el
—No se me permite revelar información sobre los visitantes—dijo con tono algo antipático. McMissile frunció el ceño, molesto por la respuesta
—En caso de que no esté enterada, lleva 4 meses de secuestro y estamos buscándolo
—Y no sé si usted lo sabe, pero este sitio es para un completo aislamiento, tanto los trabajadores como los pacientes, así que no, no lo sabía—refuto ella frunciendo el ceño—Ahora, si tiene que interrogarlo es libre de hacerlo, sin embargo no tiene permiso de hacerlo con algún otro paciente o trabajador
—Bien—resoplo y camino con los demás—Podemos entrar a verlo, pero ellos no dirán nada
—Tenemos la autoridad, puedes obligarlos—dijo Shiftwell alzando una ceja
—Al parecer tienen prohibido dar información sobre las visitas—resoplo y empezaron a caminar hacia la habitación que el habían indicado—Y tal parece que este sitio es sumamente aislado…
—No hay señal de teléfono—dijo Sally moviendo su celular de un lado a otro buscando cobertura
—Bueno…—McMissile miro la habitación con el ceño fruncido—No espero mucho de esto… pero no queda de otra
Al entrar abrió los ojos con suma sorpresa, si había enloquecido, ¿porque tenía tanto lujo? Una computadora, escritorio, lámparas finas, dos puertas que conducían al baño y a una habitación… En su experiencia, es no era precisamente la manera en la que mantienen a una persona con problemas mentales. Saliendo del baño estaba Raymond con una toalla en la cintura y la otra secándose el cabello
—Últimamente… no pueden ni esperar a que me despierte—refunfuño entrando a la habitación bajo la atenta mirada de las dos mujeres que se habían puesto rojas, ¡¿se supone que era un hombre de 50 años?! A los pocos segundos salió con un pantalón flojo color negro y una polera roja, con el cabello desparramado en su hombro—¿Necesitan algo?
— ¿usted es Raymond Rogers?
—Pues sí, ¿necesitan ayuda con un problema legal o algo? Se supone que nadie viene hoy porque es mi día libre—se quejó sentándose en un sofá
—No… —respondió algo confuso, se le veía perfectamente, socializaba como si nada… ¿porque estaba ahí? —Quería preguntarle acerca de su hijo…
— ¿Ustedes saben dónde está? Hace muchos años que no lo veo—comento en tono melancólico y triste, se vieron entre si pestañando rápidamente—Cuando pregunto por el… realmente no me responden…No he podido disculparme con el
—Disculparte… ¿porque exactamente? —pregunto Sally moviendo un poco la mano para tentarle a responder
—Por forzarlo a estudiar algo que no quería... ¿Cómo se verá ahora? —se preguntaba
— ¿Usted no lo ha visto en años? —pregunto McMissile frunciendo el ceño
—No, desde que estoy aquí no lo he visto—respondió con sencillez. McMissile le enseño la foto de Francesco
— ¿Lo has visto a él?
—No… No ha venido para acá y no lo he visto en mi vida—respondió arrugando un poco la nariz
—Muchas… gracias—dijo guardándola y caminando a la salida—Vámonos
De salida solo fulmino con la mirada al recepcionista que con algo de cinismo le sonrió y se despidió con un gesto de mano. Se montaron en el auto pero McMissile se recostó del volante
— ¿Pasa algo?
—No lo ha visto en años… quizás nos fuimos en mala dirección—dijo enderezándose y encendiendo el auto— ¿ya enviaste la ropa al laboratorio?
—Si pero algunas no tienen nada de nada—respondió con una especie de mohín—Además, no me dirán nada de si encuentran huellas o tejidos a menos que terminen de examinarlas todas
— ¿Y eso tardara…?
—Alrededor de 3 semanas—McMissile rodo los ojos y mate puso expresión pensativa
—No nos dijeron porque él está ahí dentro ¿verdad? Ese hombre parece estar en perfectas condiciones
—En los registros tampoco dice porque esta ahí—dijo Shiftwell—Realmente, no se tiene ni información sobre el nombre de Rayo, ni su parentesco con sus padres o su abuelo. Tampoco se tiene la cuenta de quién paga por mantener ahí a Raymond y con tanto lujo, como si fuera uno de los secretos mejor guardados del país—refunfuño con los cachetes inflados
—Alguien tuvo que haberlo borrado… alguien importante... Sally ¿sabes de algún amigo de McQueen que tenga gran cargo o suma importancia a nivel político o social?
—Pues…—empezó a hacer memoria, no recordaba nadie así realmente, solo un hombre pero no sabía si era importante o no—… Una vez nos visitó un hombre de cabello plateado y ojos verdes… se llamaba Sephiroth Crescent
—Él es un general… puede que él tenga algo que ver—dijo Sargento—Yo también le conozco
— ¿En dónde está Holley?
—Según la información, ahora está de vacaciones en Jamaica, volverá a California en dos días
—Lo esperaremos, mientras se buscan las pruebas en la ropa y en los neumáticos—sentencio
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—Vamos~ ¿No dijiste que querías salir? —Decía Francesco a McQueen que estaba con los brazos cruzados, así como un ligero tic en la ceja derecha
—Claro que quiero, pero no me gustan los lentes de contacto… se me irritan los ojos y no me pondré peluca
—Es eso o quedarnos aquí, así que…
—¿A donde planeas llevarme en el dado caso de que acepte? —pregunto tentativamente. Con tanto tiempo que había pasado en calma con Francesco se había olvidado por completo de que era sentir su ira
—Pues después de mucho investigar, descubrí que tu embarazo solo es riesgoso a partir del 4 mes, es decir, puedes hacer lo que quieras durante los primeros tres meses, aquello que Mamma nos dijo fue solo para mantenerte quieto. Por lo tanto podemos ir a comer una hamburguesa he ir a un bar por la noche
Si, era evidente que no era una cita romántica, sin embargo McQueen se había quejado hace un tiempo que extrañaba el comer comida rápida o de calle así como ir a beber un poco, con estos elementos combinados ya McQueen tenía unos lentes de contactos negros y una capucha puesta
—¿Ya nos vamos?
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—Vaya que tenías hambre—reconoció después de ver como McQueen se devoraba la tercera hamburguesa, con la capucha y los lentes de contacto nadie le reconocía, lo cual era un alivio, además, siendo domingo no había casi nadie
—Tenía tiempo sin comer una hamburguesa~—dijo en una especie de suspiro alegre, empezando a tomar un poco del Té de durazno que había en su vaso—Pero no son como las de California
—Eso es seguro, Italia no es el rey de la comida rápida—afirmo comiendo una papa frita—lo bueno de esto es que Mamma no está, sino me mataría
—No creo, quizás solo te regañaría—rio McQueen comiendo una papa de las que tenía Francesco—¿Y que más… leíste de mi embarazo? —pregunto Interesado
—Antes no eran tan pocos, de hecho eran algo comunes, también que el parto puede durar unas horas más que el de una mujer…Y duele…Muchísimo—dijo alzando un poco la cejas, le había costado un universo encontrar la información, era casi nula, como si el mundo se hubiera puesto de acuerdo en borrarla
—me estas asustando—murmuro jugando con la pajilla del vaso
—Tranquilo, ninguno ha muerto en el proceso… al menos no que se haya registrado. Ya el aborto es una cosa muy distinto—Aquello solo perturbo más a McQueen—Pe-pero mira lo bueno, lo podrás sentir moviéndose y todo eso, también se le podría tomar una foto en el eco…
—Pero no me llevaras a un hospital—el sonido de decepción y tristeza fue demasiado notable, McQueen sabía que Francesco no le llevaría a un hospital así se estuviera muriendo –aunque ahora empezaba a dudar del pensamiento- de manera bien inconsciente se medió acaricio el vientre—Yo creo que será niño
—Yo digo que será niña, seria adorable—dijo en parte para llevarle la contraria y por otra por que se imaginaba a una niña que mimar –de manera distinta a la “Madre”-
—Yo soy quien el lleva, así que yo decido—dijo de forma juguetona. Francesco rio mirándole de forma entre confundida y divertida, que clase de lógica era esa
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— ¿Que necesitan? —pregunto con una sonrisa burlona y presencia autoritaria
A decir verdad estaban algo intimidados, era muy alto el hombre que tenían al frente, de seguro 1.90 como mínimo. Iba con un traje negro bastante peculiar, a decir verdad lo habían encontrado entrenando con una katana. McMissile frunció un poco el ceño, ligeramente molesto de tener que subir un poco la mirada para verle a la cara, el bendito General Sephiroth Crescent
—Preferiría que habláramos en privado—rodando los ojos, el general les guio –solo estaban McMissile, Mate, Holley y Sally- a su oficina, la cual era bastante amplia y elegante. Se sentó en la gran silla de cuero y se recostó del espaldar
—¿Entonces…?
—Usted fue amigo de la secundaria del Rayo McQueen, ¿no es cierto? —empezó McMissile, resistiendo sin ninguna dificultad
—¿McQueen? Si, si lo fue, al menos del esquelético y con serios problemas de autoestima—dijo con suma tranquilidad y moviendo un poco la mano en gesto desinteresado
—¿Problemas de autoestima? —dijo Sally parpadeando
—Era horrible, era como ver un esqueleto andante, pálido, flacucho, ojeroso… a veces daba escalofríos y era más quieto que una foto
—Ah… usted esta consiente de que…
— ¿Está secuestrado? Claro que sí, con tanto alboroto que se está causando es imposible no saberlo—dijo arrugando un poco al nariz—Y no, no sé dónde está, yo también le he buscado pero no he tenido ningún éxito, parece que la tierra le quería tanto como el a su madre y le trago
— ¿Sabías de su madre? ¿Qué más sabes? —interrogo Holley algo alterada—No hay registros de nada
—Obviamente, yo me encargue de borrarlos—dijo vanagloriándose de ello—Aun con toda su anorexia, depresión, etc, etc, era un buen amigo mío, así que el devolví el favor de sacarme de la correccional tres veces
—Es cierto entonces, solo tú y el saben esa información—presunto McMissile entrecerrando los ojos, honestamente Sephiroth no le parecía de confianza
—No solo yo, también Zack, Angeal… Es un secreto entre nosotros que NO podemos revelar
—¿Y por que no? —pregunto Sally harta y golpeando el escritorio con ambas manos—¡¡RAYO ESTA SECUESTRADO!! ESO PODRIA SERVIRNOS DE ALGO, ADEMAS YO SERE SU ESPOSA ASÍ QUE…
—Así que deja de gritar—le corto tapándose los oídos—Y yo que creí que el regañándome era horrible—murmuro, se enderezo al momento que vio a Sally roja de la ira sentarse de nuevo—No es cosa que deban preguntarme a mi sino a él, por algo me pidió que le borrara a él y su “vida” de la historia
—No debió hacer eso, menos ocultarlo del estado—recrimino Holley
—Tuve su permiso y tengo el puesto que me permite hacerlo—rebatió con el ceño fruncido de que estas personas vinieran de esa manera a reclamarle, no había hecho ningún crimen ni nada, solo había ayudado a un viejo amigo—Ahora, o me dicen quemas quieren o yo mismo les saco de aquí
—Dado que no nos dará información sobre McQueen supongo que no tenemos más nada que hacer aquí—suspiro McMissile, asombrando a las dos mujeres que le veían de mala manera—Buenas tardes—dio media vuelta y salió tranquilamente, seguido de Mate que sentí ale aura asesina de su novia y la de su mejor amigo
—¡¡Flint!! —llamo Holley parándole, McMissile suspiro y frunció un poco el ceño
—No podemos hacer enfadar a alguien con tanto poder político Shiftwell, tendremos la misma autoridad pero nos traería problemas, además no es del todo vital el saber el pasado de McQueen—en eso sonó el teléfono de Shiftwell. Después de una muy corta y algo extraña conversación—¿Quién era?
—El laboratorio… Encontraron algo en la ropa
—¿A si? ¿Que encontraron? —preguntaron los tres a la vez, con cierta emoción
—Hay…. Cabello de Francesco Bernoulli
—¿De Francesco? Pero…¿qué hacía en la casa de McQueen? —pregunto Sally con una mano hecha puño, en su cabeza se estaban empezando a formar ideas raras, muy extrañas
—No lo sé—murmuro McMissile— ¿Solo había cabello de Francesco?
—Sí, no encontraron más nada, dicen que quizás se haya caído con el agua, después de todo la ropa estaba húmeda
McMissile se quedó pensando un rato, Francesco les había brindado mucha ayuda, sin embargo no había hecho más acto de presencia en dicha búsqueda a diferencia de los demás corredores, estaba demasiado relajado… lo cual ahora empezaba a se extrañó, aun cuando había leído que seguía ganando sus carreras
—Iremos a Italia—sentenció—Esta vez, examinaremos a Francesco más a fondo
Dicho esto y sin saber se marcharon dejando a un oyente de la conversación. Sonrió de forma ladina y volvió a su oficina, cerro con llave y cerro el enorme ventanal, tomo el teléfono con intenciones de llamar a alguien
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—Vaya que eres buen cuidador—dijo McQueen con ironía mientras Francesco le dejaba un vaso con Whisky
—ya te lo dije, por ahora no corres riesgo, mientras no tomes demasiado claro
—Esta y no más—sentencio. Como tal le era un poco extraño estar metido en un bar gay, al parecer Francesco tenía todo planeado para que no les vieran raro. Francesco se empino su copa
—Está bien, está bien, no quiero intoxicarte…—dijo divertido—Pero, me da curiosidad verte borracho, quizás así seas más… apasionado—dijo en tono coqueto y sugerente, dándole un ligero codazo
—No me gusta andar borracho, digo muchas estupideces y me pongo cursi—dijo rodando los ojos—Además… me pongo ebrio muy rápido—rio de sí mismo
— ¿Enserio? ¿Quién lo dice? —pregunto curioso
—Sally, aunque ella también se emborracha muy rápido y es de esas borrachas…despechadas, es horrible, desde ese momento más nunca le llevaron a un bar—conto muy divertido. Francesco resoplo como un caballo, solo era una historia, debía controlarse –lo cual estaba haciendo muy bien-
—No quita el hecho de que quiera verte a TI borracho—dijo tomando otra copa que le habían cérvido, siempre se había vanagloriado de su perfecta resistencia al alcohol
En eso empezaron unas presentaciones en la tarima del lugar, al parecer karaoke, más que otra cosa, los dos se estaban riendo como unos desquiciados, al igual que todo el mundo, Todo iba perfecto hasta que…
—Y los próximos en cantar serán…—el encargado busco entre las mesas, viendo a las personas, en eso vio una brillante cabellera rubia casi al fondo—¡¡El rubio y su pareja!! —Honestamente, McQueen no se enteró de nada, ya que estaban hablando en italiano, sin embargo Francesco al escuchar eso se empezó a reír como un maniaco
— ¿A dónde me estas llevando ahora? —pregunto alzando una ceja dejándose guiar por Francesco, hasta que vio que le llevaba a donde todos habían pasado vergüenza—NONONONONONONONONO
—Sera divertido McQueen~—afirmo el Italiano montándolo—Yo escogeré la canción
—Me vengare—refunfuño McQueen cruzado de brazos y resignado, era obvio que no le dejaría irse. Al ver el título de la canción se puso rojo de vergüenza—¿Selena Gomez? ¿¡Enserio!?
—¿Que acaso no puedes? —pregunto de forma juguetona. McQueen le arrebato el micrófono de las manos, sintiéndose completamente subestimado y retado, aunque Francesco no esperaba un resultado tan bueno y… honestamente no se esperaba para nada eso
(McQueen, Francesco)
De oro puro soy, de oro puro soy
Dices que tengo algo
Un toque tan especial
Y tu, y tu, tu ya no te quieres ir,
Ya no, ya no
Y ese vestido hoy usare
Amas que este pegado a mi piel
Sincronice mi ser a tu latido
El público por otro lado estaba apoyando demasiado, Francesco se quedó con la boca abierta viendo como McQueen ponía expresiones tan… sugerentes
Y para ti lucir bien para ti para aha
Y para ti lucir bien para ti para aha
Mi orgullo es que te pertenezco
Desnúdame en el suelo amor
Y así lucir bien para ti para aha
Francesco entre emocionado y con el orgullo herido por que McQueen estaba destacando más que el –eso y los celos que el estaban entrando- hizo aparición abrazándole la cintura con un brazo
Como un diamante soy
Y de marquesa soy
Podría despertar sus celos
Tan duro te lo doy tan mal, tan mal
Y ya no te quieres ir ya no, ya no
Y ese vestido hoy usaras
Pegado a tu piel me sentirás
Sincronice mi ser a tu latido
Rayo supo muy bien cómo seguirle el juego, y es que entre ellos dos sabían cómo tentarse, además de eso el público extasiado no ayudaba a la sanidad
Y para ti lucir bien para ti para aha
Y para ti lucir bien para ti para aha
Mi orgullo es que te pertenezco
Desnúdame en el suelo amor
Y así lucir bien para ti para aha
Puedo yo llevarte ahí
Puedo yo llevarte ahí
Puedo yo, puedo yo, puedo yo
Piénsalo un minuto amor
No quiero ensuciar tu imagen no
No pierdas tiempo abofeteándome
En la ciudad yo tropecé
Lo sabes tu ropa sedera sin ningún porque
A nada te quiero obligar
Tu cuerpo es imposible de manchar
Pero me sigues tocando en el club
Frotas y me hace mal
En mi tu nombre firmaras hoy
Dime lo que sientes dímelo por favor
La prensa habla mierd* No la escuches no, no
Ignora a la gente ignora a quien te amo
El público te adora y lo seguirá
Jackpot dale al jackpot
Una inyección en el c*lo si te portas mal
Te ves bien dime cómo se siente
Lo haces bien dime cómo se siente
y para ti lucir bien para ti para aha
y para ti lucir bien para ti para aha
mi orgullo es que te pertenezco
desnúdame en el suelo amor
y así lucir bien para ti para aha
puedo yo, puedo yo, puedo yo
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—¿Seguro que… puedes hacer esto? —pregunto de forma entre cortada, a pesar de ser el quien estaba sobre Francesco, el italiano tenía el control de la situación
—Si no lo fuera, no lo estuviera haciendo, me preocupa mucho tu salud—le aseguro—Ahora solo déjame quererte—le susurró al oído. Le fascino el estremecimiento que tuvo McQueen, como su piel se erizaba al sentir sus manos quitando su camisa
Al terminar la labor se dedicó a besarle con ardiente pasión, no podía estar más contento que lo que venía pasando, primero había afirmado sentir cariño por él y se había entregado a voluntad, después resulto que le daría un hijo(a) y ahora aceptaba sus muestras de cariños y le correspondía
McQueen con cierta dificultad porque Francesco estaba acostado, logro quitarle la camisa y mientras se seguían besando se lo acariciaba de forma suave –que sabía hacer con Sally pero no pensaba en eso precisamente-. Hubo un cambio de posiciones, dejando a Francesco sobre McQueen. De cierta manera a Francesco siempre le gustaba ser el que llevara el control, así que prefería esta posición
El aire se sentía caliente, razón por la cual ambos tenía al piel perlada del sudor y se escuchaban jadeos ahogados por toda la habitación –que por cierto tenia las cortinas abajo-. Francesco al terminar de preparar con muchísimo esmero al rubio planeaba entrar en él, eso hasta que fue interrumpido por un abrazo muy fuerte de McQueen por el cuello
— ¿McQueen? —pregunto algo aturdido, le abrazaba con demasiada fuerza del cuello sin llegar a asfixiarle, sentía su cara caliente, ¿acaso tendría fiebre?
—Yo…—balbuceo pegándose más al cuerpo del castaño—Te a… mo… —dijo de forma susurrante, dejando caer un par de lágrimas por alguna razón que no comprendía ni el mismo.
Francesco al escuchar eso abrió los ojos de manera desorbitante, para luego abrazarle de la misma manera y hundirse en su interior. Le beso el hombro con cariño y luego le aparto un poco para pegar ambas frentes, mirándole a los ojos
—Llevaba tiempo esperando oír eso…—dijo con una sonrisa estúpida en el rostro, una sonrisa de enamorado en todo caso. McQueen le miro aun con ojos acuosos, dejando escapar otro par de lágrimas—¿Qué pasa..?
—No importa…—balbuceo y le beso de forma lenta, delicada pero cargada de amor, cosa que el italiano no rechazo
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Abrió un poco los ojos y miro al frente, Francesco estaba profundamente dormido. Se medió levanto, dejando la sabana deslizarse por su piel que parecía haberse vuelto más fina y delicada –para su fastidio, no le gustaba parecer tan femenino-. Se terminó de sentar aun con cierto dolor y un escalofrió por sentir un líquido bajar por su entrada
Miro a la mesita de noche del lado de Francesco, se estiro un poco y tomo lo que había en ella, el celular de Francesco. Lo tomo entre sus manos y encendió la pantalla, era un Sony Ericsson Satio de color negro. Abrió la opción de llamada y de movimientos lentos marco el número de McMissile
Se quedó viendo el número, así como el botón para llamar, luego miro a Francesco un rato, respiraba tranquilo sin siquiera saber lo que estaba haciendo. En medio de los sueños, el italiano paso un brazo por la cintura de McQueen.
—Al final... ya no me quiero ir—susurro para sí mismo. Borro el número, salió de la aplicación y apago la pantalla del celular para acostarse recostado al pecho de Francesco—Good Nigth—murmuro para luego quedarse dormido.
Unas 2 horas después el celular de Francesco empezó a sonar, despertando al castaño que medio aturdido lo tomo a tientas y con los ojos cerrados, podía sentir a McQueen dormido en su pecho, así que no tenía nada de ganas de moverse. Ya harto del sonido tomo el teléfono
— ¿Cosa vuoi? —pregunto n un gruñido, lo más bajito que se pudiera
—No debería de ayudarte si a así es como me recibes—suspiro con fuerza, abriendo los ojos y girando en la cama, aunque McQueen termino recostándose de su espalda
— ¿Qué pasa? ¿Sabes qué hora es? —pregunto adormilado
—Si lo sé, ahora bella durmiente—empezó a decir—Hace unos minutos vinieron un par de agentes, Holley Shiftwell y Flint McMissile, ¿te suenan? —Francesco se puso tenso y se sentó—Encontraron la casa de McQueen, la allanaron y al parecer dejaste muchas cosas ahí. Porque en el laboratorio encontraron tu ADN, van camino para allá
— ¿hace cuánto fue eso? —pregunto con cierto tono de alarma
—Hace unos… 20 minutos más o menos, ahora si no quieres que te atrapen con las manos en la masa te sugiero llevar a Rayo a otro lado—Francesco se levantó de la cama y tomo del closet la ropa para vestirse—¿Tienes algún sitio que aún no conozcan?
—No realmente, los periodistas son unos malditos verdaderamente—gruño entrando al baño y abriendo la ducha—Por ello conocen mi casa en Alemania y Paris
—Usa la mía, está en Suiza, te codificare en la entrada. Ahora más te vale…
—Si ya me lo advertiste, lo sé, no le estoy haciendo nada malo—aseguro tomando una toalla
—Eso lo juzgare yo después... apresúrate—y colgó. Francesco se metió en la ducha y golpeo la cerámica con fuerza
—Maledetto… maledetto… ¡¡¡MALEDETTO!!! —grito enfurecido. Se bañó rápido y de mala gana, se vistió y tomo de nuevo su celular, obviamente él no podría irse, si lo iban a investigar a él iba a ser muy sospechoso—¿Mamma?
— ¿Francesco? ¿Qué pasa? —pregunto en medio de un bostezo al parecer
—Necesito que lleves a McQueen a suiza
— ¿Qué? Francesco dime que paso—exigió saber
—Ahora te lo explico, pero tienes que venir ya
No lo iba a permitir, aun no estaba listo, aun habían demasiadas cosas que preparar para poder decir públicamente que el tenia a McQueen, además eso sería solo cuando hubiera nacido él bebe. Lo vio acotado en la cama, quizás era mejor que pasara el viaje dormido y por lo que veía ahora, hasta que llegara su madre a decirle como sedarlo estaría bien dormido
—Ellos no lograran nada…—murmuro para sí mismo saliendo de la habitación—… No ahora que aceptaste ser mío Amore~—una sonrisa extraña se apareció en su rostro, completamente torcida y desquiciada