—¿Ocurre algo Flint? —pregunto Holley a McMissile que llevaba rato con los ojos cerrados y los brazos cruzados. Este al oírle le miro
—Me siento… extraño
— ¿Por qué?
—Esa conversación que tuvimos con Sephiroth, no me inspira confianza y lamentablemente entra en la lista de las personas a las que no puedo leer. Pero siento como si… nos estuviera ocultando muchísimas cosas
—Es uno de los buenos, también amigo de McQueen, aunque no tan bueno como yo—empezó a decir Mate—Así que no puede ser nada grave
—Mate, eres muy inocente, el más bueno podría ser un asesino—aseguro McMissile con frialdad, Mate volvió su vista a la ventana balbuceando cosas
Sally por su parte había estado callada todo el tiempo, analizando muchos patrones. Aunque bien Francesco había estado como perro y gato con McQueen en el gran Prix en lo que vendría siendo su mirada no veía odio, tampoco completa competencia, sino algo más abstracto y que no lograba entender aun
—si fuiste tú quien toco a mi rayo… no debes de estar en este mundo—susurro para sí misma, McMissile se le quedo viendo pues le había escuchado a medias. Entrecerró los ojos, estaba pensando seriamente en dejar a Sally en algún sitio donde le hicieran algún examen psicológico por que no era normal su comportamiento
—Si Francesco no lo tiene… tendré que dejarla en la base
.
.
.
—Tenían que ser más cuidadoso, ¡¿cómo no se te ocurrió traerte la ropa?! —regañaba Eleonora guardando todo lo que pudiera ser de McQueen, ya se habían encargado del auto, dejándolo en el garaje de la casa de Eleonora y que en caso de que la fueran a registrar, ya le habrían pintado
—Esa casa se supone que no la conocen, nadie la conoce—decía terminando de sedar a McQueen que ya estaba vestido –para evitar más regaños- y dormido como tronco—Estallara en cólera si se entera de que entraron ahí sin ningún permiso
—Aun así, aun no tienes todo preparado… Además McQueen esta tan reciente del embarazo—decía con suma preocupación, al borde de un colapso—Pero tampoco puedo ir con el…
— ¿Por qué no? Me van a Investigar a mí—refunfuño cerrando las grandes maletas, Layla correteaba alrededor de ellas
—Soy tu madre, tu mayor apoyo y ellos lo saben, soy una de las personas en las que más confías y sería extraño que yo también desapareciera… Yo lo llevare a Suiza pero volveré y dirás que estaba de viaje y volveré en 3 días…. Llamare a una amiga para tener cuartada
—Solo espero que esto no dure mucho…
.
.
.
—¡¡CON UN DEMONIO MATE!! —Chillo Shiftwell exasperada, Mate parecía seguirle e intenta ayudarla en cosas que no tenía ni la más remota idea—¡¡Déjame tranquila de una buena vez!! —rugía molesta. Mate dio un paso atrás y bajo la mirada de forma apenada y deprimida—Estamos en algo tan importante y tú solo estas…
—Llevamos 4 meses así… quiero que McQueen vuelva pero…—balbuceaba moviendo un poco sus dedos de forma nerviosa—Pero…
—Estoy ocupada, me lo dices después—le corto. Mate le quito la pantalla de las manos y la tiro uno de los asientos del avión—¡¡MATE!!
—CASATE CONMIGO—grito con todas sus fuerzas. Shiftwell se quedó de piedra viéndolo y McMissile hizo una especie de morisqueta
—Por fin lo dijo—pensó para sí mismo acomodándose en el asiento con una sonrisa traviesa
—Ma…te..tu…—balbuceo completamente ida, aturdida por la proposición
—se supone que te lo iba a pedir en el banquete de la boda de McQueen con Sally pero…—saco de uno de sus bolsillos la cajita forrada en terciopelo azul, abriéndola dejando ver un anillo con un bonito diamante rosa –que le había costado casi sus órganos- que Shiftwell veía aún más impresionada—Pero paso todo esto… esperaba que lo encontráramos rápido y pedírtelo… pero cuando todo esto se a largo… estas tan ocupada y no sabía cuándo decírtelo….
Shiftwell le miro conmovida. Ella había tenido muchos novios, pero no duraba nada con ninguno porque eran muy serios, aburridos y realmente el romanticismo en ellos no existía. Ya con Mate, era mucho más divertido, además de que tenía esa sensación de que era el mundo del castaño que estaba por desmayarse
—Si quiero, Mate—dijo dándole un ligero beso en la mejilla—Peeeeeero, la ceremonia será después de encontrar a Rayo ¿sí?
—Está bien~—celebro abrazándola con fuerza
.
.
.
Abrió los ojos lentamente, se sentía increíblemente aturdido y adormilado, se movió ligeramente sintiendo que estaba en una cama, vestido y hacia un frio horroroso. Giro suavemente la cabeza y vio que…estaba nevando
De forma acelerada se sentó, causando un gran mareo pero miro todo a su alrededor, no estaba en la casa de la playa, eso era evidente. Se levantó tambaleante y camino hasta la puerta, intento abrirla pero estaba cerrada con llave. La golpeo con el puño y se deslizo hasta el piso
—Que pasa ahora…—balbuceo sintiéndose perdido y realmente abandonado –por alguna razón que aún no comprendía-
Se levantó temblando del frio y se aproximó a la cama de nuevo, esta vez fijándose en la pequeña mesa de noche que tenía un papel sobre esta. Lo abrió –ya que estaba doblado- y miro la letra de fina caligrafía, parpadeo un par de veces y decidió que era mejor leerla
Lamento mucho que despiertes solos ahí pero debido a un pequeño descuido al parecer vuelvo a ser sospechoso de tu secuestro –irónico considerando que lo soy- y vendrán a examinar todas mis propiedades y quizás me mantendrán un buen tiempo vigilado. En este preciso momento estas en Suiza, en una casa de un amigo mío que tú conoces desde antes que yo, Sephiroth, luego te contare más sobre eso
Tendrás que quedarte allá un tiempo, Mamma no puede estar allá contigo ya que probablemente también le mantengan vigilada. En esa casa podrás hacer lo que quieras menos salir de ella, está en un pueblo en el que fácilmente pueden reconocerte. Tratare de hablar contigo por teléfono o por la computadora pero en verdad tardare, conozco el módulo de investigación y si hago el más mínimo contacto te encontraran
Sé que no te gusta estar encerrado, pero –y aunque no te lo dije antes- estoy preparando una manera en la que yo no vaya preso y explicar todo esto que está pasando de la forma más legal posible, me está costando demasiado pero sé que lo tendré listo, lo hare cuando ya haya nacido LA bebe y tu estés bien, solo tendrás que esperar un poco más…
Espero que estés bien y que no ocurra nada mientras no estoy contigo, créeme que no me gusta pero es necesario…
Atte: Francesco Bernoulli
P.D: Mamma te estará mandando información y quizás vaya a visitarte para ver tu progreso. Te amo Amore!
Respiro más tranquilo, no había pasado algo tan sumamente peligroso… o si? Estar solo en una gran casona…vaya que giro da la vida devolviéndole al inicio, encerrado en una jaulita de oro metafóricamente hablando. Rebusco en la pequeña cómoda encontrando la llave de la puerta
—Espero que esto no se extienda demasiado…—murmuro para sí mismo, el frio era espantoso, tanto de forma literal como emocional, se sentía solo… como antes y no le gustaba
.
.
.
—Vamos a examinar la casa—fue lo único que el escucho gruñir al mismo tiempo que entraba como si nada. Parpadeo un par de veces, McMissile parecía molesto
—¡Vaya! ¿Qué paso? —pregunto parpadeando varias veces fingiendo inocencia, además de eso sintiendo como si Sally quisiera matarle con la mirada
—Que hacías en california hace 3 semanas—interrogo Shiftwell con el ceño fruncido y cruzada de brazos mientras más agentes examinaban toda la casa
—Que yo sepa, puedo viajar si me da la gana—respondió con la misma altanería con la que le hablaron—Honestamente… están algo paranoicos, ¿con qué motivos yo tendría a McQueen tanto tiempo encerrado? —más que un corredor, debía ser actor por lo convincente que era. Sally casi hecha una fiera apareció frente a el
— ¡¿Que hacías tú en su casa!? ¿¡Cómo es posible que tu estuvieras ahí!? ¡¿Eh?! —reclamaba, Francesco alzo las manos en son de paz
—No se dé que me hablas
—NO TE HAGAS EL INOCENTE—chillo y Francesco sintió un pitido en sus oídos, quería darle un golpe que el dislocara el cuello, quizás así dejaría de ser tan molesta
—Señorina Sally, tiene unas muy buenas cuerdas vocales—le elogio sobándose el oído derecho—Y hablo enserio, si se puede saber, ¿porque piensan que yo le tengo?
—Encontramos tu ADN en algunas prendas de su casa—dijo McMissile con muchísima calma, de nada serbia ponerse histérico como lo estaba ahora Sally
—Ah, una vez le preste ropa, hace mucho, ustedes saben que como corredores hemos tenido muchas quedadas. Raoul*, Shu*, Carla*, Jeff* y McQueen~ pueden preguntarles si quieren, nos quedamos todos en un hotel y McQueen había perdido su maleta, yo le preste de mi ropa por que los demás eran tallas más grandes que él y bueno Carla…
—Ya entendimos—le corto McMissile, Francesco solo rio como suele hacerlo siempre, en tono coqueto y egocentrista. McMissile entrecerró un poco los ojos, Francesco tenía un brillo especialmente feliz en los ojos— ¿Cómo te han ido en tus carreras?
—Pues excelente signor Si sigo tan bien puede que obtenga otra copa para mi hermoso salón de trofeos, ¿te gustaría verlos Señorina Sally? —Pregunto en tono de coquetería, Sally solo salió de la casa dando pisotones—lárgate del planeta, así estarás bien lejos—pensó aun sin variar su expresión
—Si no escondes nada, no le importara que revisemos todas sus propiedades ¿no es así?
—Para nada, si quieren yo mismo les doy las direcciones—ofreció con calma
—Donde se encuentra su madre Señor Bernoulli—pregunto Shiftwell al momento en que hacia señas a los agentes que sacabas algunas cosas que iban a analizar, sin embargo Francesco seguía fresco como lechuga
— ¿Ahora mismo? Estaba de viaje con una amiga y vuelve hoy por la noche. ¿También planean investigarla?
—Podría ser tu cómplice, —se limitó a decir la mujer
—Vaya, cuando vuelva ustedes lo sabrán supongo, así que si me disculpan tengo una carrera en 2 horas, cuando terminen cierren con llave—dijo con tranquilidad saliendo de la casa, al entrar al Ferrari para llegar a la pista de carreras suspiro exasperado—Serán malditos…—balbuceo haciendo rugir el motor y levantar cuanta arena se pudiera
—Estaba muy clamado….
—Y coqueteando con Sally, no creo que sea el—dijo Mate con seguridad. En eso escucharon un ladrido y vieron hacia el suelo, había una cachorrita ahí sentada moviendo la cola
—Debe ser el perro del que la florista hablo—dijo McMissile tomándola del suelo
—Tenemos que irnos—dijo Shiftwell. McMissile dejo a Layla en el suelo y todos salieron, a McMissile algo le daba una especie de corazonada, o más bien lado de su instinto le decía que estaba en el sitio correcto y a la vez no
.
.
.
El teléfono de forma insistente. Con cierta lentitud se sentó en el diván y tomo el aparato, presiono el botón y se lo puso al oído
—¿Alo?
—¿McQueen? —sintió su piel ponerse de gallina y su corazón de retumbar
—Hola Francesco—respondió con una sonrisa en los labios—Por fin puedes dar señales de que te importo ¿no te parece?
—Me llevan rastreando, pero tranquilo ya sé cómo burlarles—se vanaglorio—No creas que lo hice a propósito, realmente te extraño
—Yo te extraño más… aunque bueno seriamos los dos—dijo con una suave risita, acariciando su vientre de forma inconsciente
—me gustaría ver como esta, han pasado tres meses… se te ve muy abultado? —pregunto con curiosidad y McQueen suspiro
—Si, al menos como debería estar—dijo con una ligera mueca de insatisfacción—Mi cadera se puso gigante y con esta curva se me fueron los abdominales
—Me encantaría verte así todo gordito debes ser adorable. —dijo riendo a carcajada suelta, McQueen resoplo
— ¿Cuando… voy a volver contigo? —pregunto en tono susurrante y bastante deprimido
—Aun no lo sé, pero será pronto—aseguro con cierta confianza
—Eso decía la última carta que mandaste con Sephiroth, y a pasado un mes desde que lo hiciste—le recalco bastante dolido—No me gusta estar aquí…
— ¿Es por el frio? Quizás pueda…
—No es eso Francesco, lo del frio se soluciona muy fácil—respondió un tanto enojado de que no captara lo que quería decir
— ¿Entonces qué pasa? Acaso no estas cómodo….
—No… se parece a mi casa… siento como si fuera un niño otra y que en cualquier momento mi padre me va a llamar…—conto con voz quebrada. Francesco al otro lado de la línea hizo una morisqueta y golpeo un poco la pared
—Solo… deja de pensar en eso, podría alterarte dema…—escucho una especie de moqueo— ¿estas llorando?
—¡¡CLARO QUE NO!! —chillo limpiándose las lágrimas y alejando un poco el teléfono de si para que no le escuchara
—Que no te de…
—Que ni se te ocurra decir algo de consuelo porque me aseguro de que algo muy malo te pase—aseguro de forma seseante. Francesco negó con la cabeza, las hormonas no estaban ayudando para nada
—Está bien, está bien… Más tarde haremos un video llamada, quiero ver como esta mi HIJA—recalco la palabra
—Ya te lo dije, será niño—respondió un tanto indignado, en eso escucho un ligero sonidito—Tengo hambre… voy a ver si hay chocolate y perros calientes
— ¿Le vas a ahechar chocolate a la salchicha? —pregunto un tanto asqueado
—Pues si ¿Si que tiene? Ayer me comí un pescado frito con helado de fresa encima—se relame los labios recordándolo—Estaba muy bueno
—Tus antojos son…raros—se limitó a decir dando una ligera arcada imaginándose que saber tendría eso—¿Desde cuándo los tienes?
—hace como dos semanas, es horrible, pero no tengo mareos ni vómitos…
—¡¡Eso si es un milagro!! Por fin no andas soltando todo tú estomago en el baño
—Voy a colgar si sigues diciéndome ese tipo de cosas—advirtió tamborileando los dedos en el espaldar del diván
—Tranquilo Amore~ solo te digo mis más profundos pensamientos. Como el que de seguro te ves más que adorable gordito—no se cansaba de decirlo, el solo imaginarlo le daba una especie de ataque al corazón de la alegría
—Adiós Bernoulli~—contorreo dando a entender que colgaría
—NOOOO—tuvo que quitar el aparato de su oído para no quedar sordo, al parecer Francesco podía poner voz aguda si quería
—Calmate, mis oídos no son tan resistentes—balbuceo parpadeando un par de veces—Por cierto…
— ¿Dime?
—Mejor te lo digo más tarde—y antes de que gritara de nuevo le colgó. Se acarició ligeramente el pecho—Tengo que cambiarme la camisa de nuevo…—refunfuño con molestia mirando la camisa
.
.
.
— ¿Pasa algo? —pregunto Eleonora al ver a Francesco un poco mal humorado
—me colgó…—gruño apretando el teléfono y aguantándose las ganas de tirarlo al suelo y que se destruyera en miles de pedazos
—Los cambios de humor son normales—rio divertida—¿ Te dijo algo que deba saber?
—Además de las asquerosidades que se le antojan…no. Aunque debería ver la manera de traerle rápido, está poniéndose muy ansioso por estar allá solo
— ¿Por qué lo estaría? Hay algo que ustedes no me han contado cierto—pregunto entrecerrando los ojos
—No sé si te lo puedo contar…—dijo viendo a otro lado en gesto de nerviosismo. Aunque la mirada fulminante de su madre le hizo contarle hasta el más mínimo detalla de lo que sabía. Cosa que…
— ¿¡POR QUE NO ME LO DIJERON!? No puede estar allá… dios mi… esto es horrible hay que si por el…—decía desesperada caminando de un lado a otro. Aunque Francesco no entendía del todo la preocupación
—Ehh… Mamma…—intento calmarla pues seguía y seguía diciendo lo mismo una y otra vez
—Si llega a alterarse ya sea por una simple pesadilla abortara…—murmuraba y Francesco sintió un escalofrió por toda su columna vertebral
—Pero que estás diciendo… Por algo tan simpe
—Es una persona sentimentalmente dependiente, ese tipo de personas no pueden estar tanto tiempo solas por que empiezan a creerse abandonados y puede crear una gran ansiedad así como una desesperación constante y puede llegar a ser tan fuerte que podría abortar—explicaba de forma acelerada
—Debe ser un maldito chiste—refunfuño
.
.
.
Observo a su alrededor, las estrellas brillaban como de costumbre, pero no encontraba a quien le importaba entre tantas estrellas refulgentes. Le llamo y le llamo, miro donde siempre estaba y no lo encontraba por ningún lado
¿Por qué… ya no está aquí?
Se preguntó a sí mismo, de inmediato y de forma cruel su mente empezó a torturarle. Se tomó la cabeza con ambas manos y se colocó en posición fetal. Soltando algunas lágrimas que caían al suelo de inmediato
¿Se cansó de mí?... ¿Me abandono?... Me duele
Se decía a sí mismo, sintiendo como sus energías mermaban y de forma parsimoniosa volvía a la posición inicial, abrazando sus rodillas solo viendo el lugar donde antes estaba la brillante y refulgente estrella que había pedido con tantas fuerzas su atención
Veía a las demás estrellas brillar por la noche, a la luna pasar frente a si con su brillo tan elegante y que los humanos apreciaban y agradecían. Perdió al cuenta de cuantas veces había pasado, solamente esperando que volviera… aun con una minúscula esperanza de que lo hiciera
Vuelve por favor…
Suplico al aire prácticamente, sintiéndose solo y abandonado, como si su vitalidad estuviera lentamente disminuyendo de nuevo…
.
.
.
—Tu cabello está más largo—McQueen rodo los ojos, había tardado media hora en ajustar la maldita cámara y poder iniciar la video llamada por Skype, según Francesco no pasaría nada
—No me lo he cortado desde hace 7 meses, ¿qué esperabas? —Dijo en tono sarcástico, pues lo tenía sobre el hombre en una cola suelta—Me lo quiero cortar un poco
—Yo creo que así está perfecto—comento imaginándoselo con el pelo aún más largo. En eso se fijó más en el vientre de McQueen, se notaba el bulto, pero no era muy grande—Si te ves adorable~
—Deja de decirlo, estoy gordo—se quejó apoyándose del escritorio—No me puedo agachar, no puedo hacer nada porque esta así—dijo con un mohín
—Mira el lado bueno, así sabes perfectamente que está ahí. ¿Se mueve?
—Claro que lo hace, pero cuando estoy durmiendo y me despierta por el dolor—respondió suspirando, le costaba muchísimo dormir
— ¿Dolor?
—Aunque tenga una matriz mis órganos están todos aplastados, creo que mi estómago esta frente a mis pulmones—contaba sobándose un poco—Duele bastante
—Ah… Quizás cuando nazca desaparezca el dolor ¿no crees?
—Según lo que me dijo Eleonora tardare unos 3 meses en volver a tener mis órganos en su lugar, sigo siendo hombre, no estoy completamente hecho para esto—refunfuño con el ceño ligeramente fruncido
—Un hombre muy adorable—volvió a decir, Rayo se sonrojo levemente y bufo
—Tu perspectiva de lo que es adorable es muy extraña—se limitó a decir con los mofletes inflados—¿Ya terminaras la temporada?
—El próximo viernes será la carrera final, si gano o no obtendré la copa, pero obviamente ganare—dijo de forma egocéntrica, McQueen resoplo
—Por claramente culpa tuya, perdí la copa de este año—refunfuño molesto. Francesco iba a decirle algo sobre eso pero noto cierto detalle y parpadeo varias veces con expresión neutra
—Tu camisa… se está mojando—informo y el rostro del americano se puso completamente rojo
—¡¡NO MIRES MALDITA SEA!! —chillo tapando la cámara
— ¿McQueen que pasa ahora? —pregunto curioso intentando encontrar algún ángulo en el que se viera algo, cosa que no logro para su descontento
—Es solo que… estoy lactando o algo así—logro escuchar y no pudo evitar estallar en carcajadas—¡¡NO TE RIAS!!
—Me dieron ganas de tomar leche—dijo de forma mal sana. Al momento de que McQueen descubriera la cámara ya tenía otra camisa—Por cierto, extraño oírte cantar por las tardes…
— ¿Enserio quieres que te cante por una video llamada?
— ¿Qué tiene de malo? Y si me encantaría, tu voz es muy hermosa
— ¿Por qué no vienes por mi rápido y así puedo cantarte de frente? —dijo con cierta mala intención, jugueteando con un cable
—Aun no puedo McQueen, apenas pueda ya estarás aquí—aseguro con el ceño un tanto fruncido, como odiaba a esos agentes –y su propio error en casa de McQueen
—Bueno…—murmuro un tanto desilusionado. Se relamió un poco los labios y tomo aire
Se ha declarado mi pasión como un volcán,
Hoy tengo ganas de volverte a devorar,
Algo me frena y es saber que no abra más.
Quizás me mienta y necesito navegar
Por tus submundos. Brotan besos del sofá,
Me aprietas tanto que no puedo respirar.
Sudo deseos, siento en el pecho...me está explotando el alma.
Sabes bien que quiero volverte a tener...
Encontré mi otro trocito de ser.
Clávate muy poquito a poco en mi piel
Que no quiero sentir que te vuelves a ir.
Miénteme si un día me dejas de amar.
Dame más, que muero por ganas de dar.
Clávate muy poquito a poco en mi piel
que no quiero sentir que te vuelves a ir.
A ir...
Vámonos juntos, sólo es dar un paso más
Con el cerebro en posición horizontal,
Que esto se pierde y no es tan fácil de encontrar...
Busca en el mapa la palabra soledad.
Dame un cigarro que me fume ésta ansiedad...
Por su exclusión nos deje unos minutos más.
Sudo deseos, siento en el pecho... me está explotando el alma.
Sabes bien que quiero volverte a tener...
Encontré mi otro trocito de ser.
Clávate muy poquito a poco en mi piel
Que no quiero sentir que te vuelves a ir.
Miénteme si un día me dejas de amar.
Dame más, que muero por ganas de dar.
Clávate muy poquito a poco en mi piel
Que no quiero sentir que te vuelves a ir...
—Ummm—se relamió el labio de forma coqueta, con una expresión de lujuria única—Sei molto passionale—le elogia, McQueen adaptando una posición similar apoyo sus codos en el escritorio y apoyo su cabeza en sus manos
—Lo sé, no hace falta que lo digas—le respondió de forma coqueta
—Me gustaría un besito tuyo ahora
—No pienso besar la pantalla o la cámara—en eso la puerta de la habitación se abrió, dejando ver al dueño real de la casa
—Cálmense tortolitos, traigo buenas noticias
— ¿A si? Y que será o Gran General del Ejército—pregunto de forma burlona moviendo ligeramente su mano de forma despreocupada
—Parece que los agentes no pueden seguirte investigando por carencia de pruebas, además tal parece que si buscan otro 4 meses te declararan muerto—dijo despeinando a McQueen, que era sumamente bajito al lado de él
—Eso es bueno, quiere decir que podrás venir en unos días—comento Francesco planificando como serían las cosas
—Aun no me dicen cómo se conocen ustedes dos—reclamo, llevaba tiempo preguntándolo pero Sephiroth nunca le decía
—Ambos nos conocimos en el ejército, yo solo llegue al rango de General pero el llego al último Rango, General de Ejército. No hablamos muy seguido pero como veras es de utilidad de vez en cuando
—Ah… claro…—murmuro arrugando la nariz, que extraña manera de tener una amistad
—Msh, con eso me debes mucho Francis, así que es mejor que no hables demasiado—refunfuño Sephiroth saliendo por donde vino
.
.
.
Se sentó de forma frustrada frente a la computadora, como le estaba molestando la situación actual, pareciera que Francesco realmente no tuviera nada que ver, pero aun sentía ese extraño aire de desconfianza en él.
Encendió la computadora, Shiftwell la había usado para rastrear señales al parecer, aunque la piel se le puso de gallina al escuchar una voz muy conocida en ese preciso instante
—Tu perspectiva de lo adorable es muy extraña—esa era la voz de McQueen a donde fuera. Se colocó los audífonos y los conecto para oír mejor— ¿Ya termina- porada? —parpadeo varias veces y apretó más los audífonos a sus oídos—Por claramente cul- perdí la- este año—se escuchaba cortado, lo cual le irritaba
—Parece estar muy bien…—pensó un tanto confundido
—¡¡NO MIRES MALDITA SEA!!! —el tono chillón le asusto, sin embargo no podía escuchara quien él hablaba, empezó a rastrear la señal—Es solo que…- lacta- o algo as- — ¿Lactar? De que rayos estaba hablando—¡¡NO TE RIAS!! …. ¿Enserio- cante por- llamada? — ¿cantar? Por qué a cada momento se ponía más raro—Por- no vienes- rápido y así- cantarte de frent- —miro aún más confuso la pantalla, ¿porque quería que fuera con él? Acaso no estaba hablando con el secuestrador—Bueno…
Se ha declarado mi pasión como un volcán,
hoy tengo ganas de volverme a enamorar,
algo me frena y es saber que no habrá más.
Quizás me mienta y necesito navegar
por tus submundos. Brotan besos del sofá,
me aprietas tanto q no puedo respirar.
Sudo deseos, siento en el pecho...me está explotando el alma.
Abrió ligeramente la boca, no se esperaba eso, nunca espero que McQueen la voz tan bonita para cantar, menos se lo imagino cantando algo… así a quien le tenía secuestrado
Sabes bien que quiero volverte a tener...
Encontré mi otro trocito de ser.
Clávate muy poquito a poco en mi piel
que no quiero sentir que te vuelves a ir.
Miénteme si un día me dejas de amar.
Dame más, que muero-
Chasqueo la lengua cuando se cortó y trato de mejorar la señal
Vámonos juntos, sólo es dar un paso más
con el cerebro en posición horizontal,
que esto se pierde y no es tan fácil de encontrar...
Busca en el mapa la palabra soledad.
Dame un cigarro que me fume ésta ansiedad...
Por su exclusión nos deje unos minutos más.
Sudo deseos, siento en el pecho... me está explotando el alma.
Sabes bien que quiero volverte a tener...
Encontré mi otro trocito de ser.
Clávate muy poquito a poco en mi piel
que no quiero sentir que –
—Tsk—chasqueo la lengua, había perdido la señal, pero al parecer era de Suiza, así como también lo había grabado –no de forma intencional- tendría que mostrárselo a Shiftwell y a…—No… Sally no es buena idea—murmuro para sí mismo, incluso era mejor no decirle a Shiftwell tampoco—Iré yo solo—murmuro guardando la grabación en un pendrive—Francesco no tiene propiedades en suiza… ¿con quien esta entonces?