Estaciono el auto cerca de una tienda de un pequeño pueblo donde había encontrado la señal. Al final prefirió ir solo, no confiaba en Sally y Shiftwell estaba con Mate así que prefirió dejarle los momentos felices
Se aproximó a la casa más exuberante en tamaño y fue detenido por un hombre en traje, el cual al parecer era ciego
—Disculpe puede decirme quien vive aquí o es el dueño de etas casa—pregunto lo más tranquilo posible, aunque tenía una ansiedad espantosa
—Lo siento pero no puedo rebelarle el nombre de mi Señor, lo tengo prohibido—explico con cierta educación. McMissile rodo los ojos, al parecer muchísima gente exigía demasiada privacidad
—Soy el Agente Flint McMissile, tengo permiso para examinar la casa—dijo sacando el papel, el cual el hombre toco y sobo, al parecer sentía la tinta o algo en especial por que le dejo pasar
Aunque examino todo no encontró nada realmente importante, ni siquiera en la computadora, ¡no había nadie en esa casa! Camino hasta el final del pasillo, encontrando una puerta que estaba ligeramente escondida, pues estaba del mismo color que las paredes y realmente no estaba detallada, como si esa habitación fuera precisamente para esconderse
La abrió lentamente y al hacerlo bufo, una habitación vacía pero parecía que la habían usado hace poco, la examino un poco, no había cabellos en la almohada o en la cama para saber si McQueen estuvo ahí o algo, no había ningún tipo de objeto de uso personal
—Tsk, que molestia—gruño, en eso entro una brisa muy fuerte por la ventana y vio que un papel salió volando. Lo atrapo fácilmente y empezó a leerlo
Sé que se ha alargado tu tiempo allá, pero realmente no puedes volver aquí, cuando sea el momento iré por ti así que se paciente, no creo que estés tan mal… ¿o sí?
Sabes que te amo demasiado, pronto volveremos a estar juntos, y también espero que se te quiten los vómitos y los mareos, no me gusta verte como un muerto ambulante, aunque la pancita se te debe ver adorable~
No tenía remitente, pero era una letra muy fina, aunque a lápiz. Guardo el papel en uno de sus bolsillos, quizás podía servirle de algo, aunque analizando el contenido no tenía mucho sentido de lo que hablaba
Pancita, mareos y vómitos, pareciera que le hablara a una mujer en pleno embarazo, quizás si se había equivocado de lugar
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—Con cuidado…. —dijo tomándole la mano con fuerza. Tratarle como is fuera de cristal era decir poco, Francesco no se separaba a sol ni sombra de McQueen, tampoco dejaba de cumplirle los caprichitos. Bajar las escaleras era una molestia, por lo cual mudaron a McQueen al piso de abajo
—No me voy a matar Francesco… quizás si este un poco pesado pero no es para tanto—refunfuño McQueen, algo molesto por el trato exagerado
—Te podría venir una contracción en cualquier momento, así que está bien que se preocupe tanto—intervino Eleonora apareciendo de la nada—Tengo que ir a comprar unas cosas especialmente porque ya faltan solo 2 meses más o menos…
— ¿Y…?
—Bueno… necesito suero, muchas toallas nuevas y seguir la ropa de bebe que ustedes no pueden ir a comprar, ah~ esto es como ser mama otra vez pero sin el dolor de llevarlo—dijo de forma soñadora saliendo de la casa
—Vaya… eso no me motivo demasiado—gruño McQueen sentándose en el sofá. Francesco se sentó a su lado y le beso con cariño la sien derecha
—Te estas preocupas demasiado, no va a doler tanto—le calmo enredando sus dedos en el cabello de McQueen -que al final termino dejándolo cuatro dedos bajo los hombros solo por complacer al italiano- y besándole unos cuantos mechones
—Cómo vas a saberlo tu si no eres el embarazado—pregunto de forma seseante viéndole con los ojos entrecerrados, aunque le irrito un poco la risita de Francesco
—Me pregunto si a LA bebe le gustara que te molestes tanto—dijo de forma juguetona y otra vez –como tantas veces- diciendo que sería una niña
—¡Por millonésima vez, será varón! —Refunfuño—Y…—sintió un ligero escalofrió, miro un poco su pecho—Ugh…—gruño mirando su camisa—tengo que ir a cambiarme…
—Esto me recuerda que me dejaste con ganas de tomar leche así muchos días—dijo impidiéndole levantarse. Le quito la camisa con cierta delicadeza para evitar cualquier dolor en McQueen y acaricio suavemente el pectoral derecho, relamiéndose los labios de forma pecaminosas—Tu piel está más blanca…
— ¿Que esperabas si no puedo salir? Francesco que ni se te… ngh…—se tapó la boca para evitar que saliera un sonido indecente
Francesco se había pegado a su pecho, más exactamente en su pezón derecho, chupándolo con un ligera sonrisa y mucho esmero. Se escuchaban unos ligeros gemidos ahogados de parte de McQueen que por la hormona –que no podía faltar- estaba muy sensible
Francesco se separó y relamió sus labios con la leche que había quedado sobre esta, mirando al tembloroso y sonrojado McQueen que cuando entrara en razón querría matarle seguramente
—Me gusta esta leche —afirmo de forma libidinosa— ¿Puedo tomar más?
—Ya… que más…da…—dijo entre jadeos, sabiendo que aunque le dijera que no lo haría. Francesco esta vez fue a por el pezón izquierdo, chupándolo de la misma manera mientras llevaba una mano a la zona baja de McQueen, sabiendo que el rubio estaba excitado
—Eres tan adorable~ Excitándote por que tomo de tu leche—susurro dando una pequeña lamida al pezón que se encontraba duro. Empezó a bajar la cabeza y dio un beso suave en el vientre
—Frances…COGH—se tapó la boca con ambas manos y Francesco sobresalto y le miro, McQueen aparto las manos de su boca, las cuales tenían un poco de sangre—Ugh…
—Creo que… fui un poquito lejos—dijo incorporándose— ¿Qué quieres que te traiga?
—Agua…—pidió con voz quebrada. No le gustaba el saber metálico de la sangre, era horrible además de eso el sentir el como todos sus órganos se iban hacia arriba golpeando sus pulmones y otras cosas no era bonita
No era la primera vez que pasaba desde que volvió, casi siempre ocurría mientras dormía y casi se ahogaba con su propia sangre, cosa extraña pues Eleonora afirmaba que eso nunca pasaba en un embarazo normal masculino, aunque ella misma había dicho que cada embarazo era distinto
—Parece que no quiere ver o siquiera estar cerca de la intimidad de sus padres—dijo Francesco a modo de broma tendiéndole el vaso de agua
—Por lo menos será alguien más decente que tú—respondió de la misma manera tomando un poco de agua
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Yuuuujuuuuu
Volteo de forma lenta, bastante a decir verdad. Se sentía tan cansado y como si no tuviera energía en ninguna parte de su cuerpo. Al ver de dónde provino el llamado vio a esa estrella que le puso el corazón en la garganta, secarse por tanto llorar y empezar a extinguirse
Eres tú….
Dijo con voz casi nula. La estrella brillante al escucharle de es amanera sintió el corazón detenerse por el miedo, acaso se estaba extinguiendo, le veía aún más muerto que antes de hablarle, antes de conocerle.
¿Te sientes mal? Que te pasa… estas muy débil
Decía con suma preocupación, apenas y pudo ver sus manos, casi transparentes.
No…
Respondió con voz queda. La estrella brillante dio pasos atrás hasta el borde de su pilar, casi como si fuera a caerse
¿Qué haces?
Le pregunto –y algo asustado- de verle tan al borde. En eso la estrella brillante empezó a correr y salto. La estrella sin fulgor vio en el borde más que horrorizado y gastando las energías casi nulas que tenía
Ehhh… ¿una ayudita?
En el borde estaba la estrella brillante sonriendo algo apenada, con un poco de ayuda ligera subir. Al estar ahí la estrella brillante abrazo con fuerza a la estrella que estaba muriendo
Desapareciste… te aburriste de mí y me dejaste aquí solo como siempre lo he estado…
Dijo con los ojos cristalinos. La estrella brillante le abrazo con más fuerza y le acomodo de una manera con la cual quedo recostado de su pecho, le beso la frente
Cuando estés repuesto te diré el por qué me fui, por ahora solo duerme
Se limitó a decir mientras su brillo se volvía más fuerte y a pesar de todo, más hermoso de lo que pudo ser antes, acobijando a la estrella que ahora iba descansar para volver a la vida
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Los dos siguientes meses pasaron con cierta rapidez, con un –muy- caprichoso McQueen que cada vez quería más cosas extrañas para combinar y comerlas, Layla cada vez que podía le lamia la barriga y se pegaba ahí, al parecer, entendiendo perfectamente lo que pasaba con su amo
Francesco junto a Eleonora también se habían encaprichado con tomarle fotos, con la excusa de que cada embarazo debía tener su momento en la historia, plasmado en una foto.
Llego el mes de octubre, el 7 mes, aunque ya estaba por terminarse pues era. McQueen que se encontraba en la cocina, tomando un poco de leche achocolatada, no se sentía realmente bien, pero era soportable, aunque pensó un poco en Mate, que solían ir a algún lado en esta día –por ser Halloween-
—Me pregunto si me perdonara esto… todos en realidad… —se decía sí mismo de forma pensativa. Sintió una especie de tirón en el “vientre y se agarró con fuerza del mesón. Al sentirlo de nuevo y mucho más fuerte tiro todo lo que había en el mesón—¡¡FRANCESCO!! —chillo alterado y lleno de pánico
— ¿Qué pasa? —de hecho iba a ir a ver por qué el ruido de las cosas rompiéndose, el grito lo único que hizo fue angustiarle
—Me…duele…—dijo con voz quebrada terminando de escurrirse en el piso
—Tranqui…—le iba a levantar, sin embargo sintió algo mojado y miro detenidamente el suelo, había un líquido incoloro que no era precisamente agua—…
—Esto duele…—gimoteo buscando algo de lo que agarrarse para levantarse
—¡¡MAMMA!! —grito Francesco agarrando a McQueen de la mejor manera posible, además de que no se enteraba de lo que significaba ese dolor
Más sonidos de cosas cayéndose se escucharon, Eleonora se estaba bañando y tiro todo lo que había en el baño para salir literalmente volando, con una bata de baño y el cabello aun con algo de espuma. Le ordeno dejara a McQueen arrodillado frente a la cama
— ¿No le puedes hacer que deje de dolerle? —pregunto mientras le acariciaba el cabello a McQueen para calmarlo, aunque a cada momento iban en aumento y más seguidos
—¿Estás loco? Tiene que parir, no lo puede hacer sedado o siquiera aliviado… el dolor es necesa-
—¡¡AH!! —Chillo llamando la atención d los dos—Me… me esta…
—Hay que esperar que se abra el canal de parto… Dilátalo—ante la cara de espanto de los dos hombres suspiro frustrada—Dilátale el ano, va a salir por ahí, ¿o es que crees que un bebe sale fácil?
—Pero…
—No importa si se excita es normal aunque el dolor puede que no lo permita. ¡¡DEJA DE REPLICARME Y HAZLO DE UNA PUTA VEZ!! —dijo ya desesperada sacando un montón de mantas entre otras cosas
Los chillidos de McQueen dentro de poco romperían las ventanas, además de eso ya iban unas dos horas en lo mismo y lo que llamaba Eleonora “Canal de Parto” no parecía abrirse y McQueen estaba en realidad cansado por el dolor intenso que sentía en el “vientre” y casi todos sus órganos internos
—¡¡Se abrió!! —celebro Eleonora—Ahora quiero que…
Antes de que diera la instrucción un poco de sangre se escurrió por la boca de McQueen, el cual recostó la cabeza de la cama
—Me… duele…—lloro sintiendo horcajadas, Francesco le acaricio la espalda
—Tranquilo… ya va a salir…—decía tratando de animarlo, no se imaginó que sería tan largo y difícil, además le estaba asustando esa blancura fantasmal que tenía McQueen en el rostro y en básicamente todo su cuerpo
—McQueen tienes que Pujar si quieres que salga, no tienes tiempo infinito—dijo Eleonora con al mayor delicadeza posible
Intento hacerlo, pero sintió como si todos los malditos órganos se le fueran a salir, aparte dolía demasiado. Aunque los dos Bernoulli le estaban animando ya algo desesperados no podía, era como si él bebe se negara –después de insistir- en salir
—No puedo…—lloriqueo adolorido
—Estas hecho para esto, si puedes McQueen—le insistió Eleonora. Siendo medica –retirada- estaba acostumbrada ver y tocar la anatomía sin ninguna vergüenza –durante su trabajo claro- metió ligeramente los dedos y sintió algo duro—ya está saliendo, puja más fuerte
—¡¡¡NO PUEDO!!! —grito desesperado, por un momento la vista le fallo—Estoy…cansado…
—Hey no te duermas—Francesco empezó a acariciarle el rostro para ver si eso le despertaba –aun cuando era al revés-
—Ya veo su cabeza, McQueen sigue...
—¡¡GYAAAAAAAAA…!!—chillo sintiendo como algo efectivamente empezaba a salir
—Listo, salió al cabeza, falta el cuerpo…Nonono no aprietes—dijo apartándole las nalgas—¡¡Francesco ven y ayúdame!!
Francesco como si tuviera resortes en los pies llego con su madre y separo las nalgas de McQueen en lugar de su madre que tomaba con delicadeza lo –poco- que se veía del bebe
—Ahora, sigue pujando…ya casi esta fuera…—era un poco mentira, pero era mejor motivarlo
—Ah…—jadeo cansado, sentía que se iba a desmayar en cualquier momento pero es que ningún dolor vivido se le asemejaba a esto, era horrible, le iba a cortar los huevos a Francesco—…Ung…
—¿No era más fácil que estuviera acostado? —pregunto Francesco intentando que las manos no le sudaran tanto
—Se desmayaría más rápido y debe ser así obligatoriamente… ¡¡McQueen!! —Le llamo—Esta demasiado cansado… el parto más largo que he tenido que asistir—pensó algo angustiada de que McQueen no pudiera realmente, ya que estaba demasiado pálido, sudando frio y chorreando un poco de sangre
—Ya... Ay…—se quejó poniendo una mano en el suelo—ah…UGHHHHHHHYAAAAAAAAAA—grito de forma –extremadamente- aguda y junto con el un llanto infantil
—¡¡McQueen!! —Francesco le agarro antes de que pegara la frente contra el suelo. Eleonora por su lado había cortado el cordón umbilical y cargaba con alegría al bebe
—Este ha sido el parto más largo que he asistido… pero valió la pena con esta cosita tan adorable—celebraba ella. Sin embargo al notar a Francesco que iba a sentar al rubio…—¡¡No lo sientes!!
— ¿Por qué? Esta inconsciente, lo voy a…
—Déjalo un poco más así… se va a ahogar con su propia sangre…
Eleonora fue al baño con él bebe llorando y le metió en la tina que ya estaba tibia –de milagro- y empezó a limpiarle la sangre y cualquier fluido en su pequeño cuerpo. Francesco realmente no tuvo tiempo de ver el género. Cuando Eleonora salió McQueen ya estaba acostado y Francesco acomodándole
—Está muy cansado…—dijo Eleonora cargando al bebe en una toalla muy mullida
—¿Es normal que este tan cansado? —pregunto preocupado por su pareja
—Te seré honesta, este es el parto masculino más largo que he asistido, Pero valió la pena~ ¿no quieres ver qué es? —pregunto extendiéndole un poco al bebe
Francesco con la -muy poca- delicadeza que tenía tomo él bebe y rio un poco al ver unos mechones rubios, la cara redondita y blanca. Quito un poco la toalla y soltó una especie de bufido, al final, si había sido un niño
—Al final perdí—refunfuño volviendo a envolverlo en la toalla
—McQueen le tenía dentro, era obvio que sabría el género—le informo—Déjalo ahí al lado de McQueen, cuando despierte tendrá hambre…
Fueron a la cocina después de dejar todo en orden en aquel cuarto. Eleonora se lavaba las manos y Francesco tenía la mente en otro lado realmente, no pensó que el asunto fuera tan tétrico
—Es… extraño—dijo Eleonora cerrando la llave, Francesco le miro—Los partos masculinos son metafóricamente largos, nunca han pasado de 3 horas siendo un solo bebe
—Pero está bien, así que no importa ¿o si?
—Tengo una hipótesis de por qué el estaba doliendo tanto, de por que sangraba por la boca… Creo que quizás él ya estuvo esperando un bebe
—…¿Qué? —pregunto algo choqueado por lo que le dijo
—Tú dijiste que sostuvo relaciones con su padre desde temprana edad, su cuerpo es forzado a madurar para resistir más, quizás aborto, no lo noto y tal vez sus órganos quedaron resentidos por eso
— ¿Cómo puedes suponer todo eso?
—Solo es una hipótesis Francesco, puede no ser así, pero es bastante extraño ese cansancio y tardanza. Aparte todo aquello paso mientras estaba en crecimiento, sería normal que tenga alguna deficiencia a nivel corporal
—…
Pasaron alrededor de unas tres horas hasta que él bebe empezó a llorar, evidentemente por hambre. No sabían que costo más, si el lograr vestir al bebe o despertar a McQueen, que seguía igual de pálido y extrañamente, ojeroso
—Estoy cansado…—balbuceo sin fuerzas de nada
—Tu bebe tiene hambre… ¿o es que no quieres ni ver? —pregunto Eleonora tocándole un poco el pecho—Muy bien, estas lleno de leche….
—Es enserio… no me puedo mover…—recalco intentando mantener la conciencia. Francesco decidió ayudarle a sentarse
—En realidad te ves muy mal
—Me siento igual—dijo en una risita débil. Al momento de estar sentado Eleonora le dio él bebe que estaba vestido de azul—Te dije que sería varón
—Está bien, está bien… pero no estás en condiciones para cumplir la apuesta—dijo como una excusa y McQueen refunfuño
—Tiene hambre—dijo al sentir como buscaba donde chupar, le parecía bastante tierno, sobretodo el cabello rubio. Apenas y podía mantenerle entre sus brazos, le parecía tan pequeñito…
—Mejor les dejo solitos—dijo Eleonora al tiempo que salía de la habitación. Francesco se acostó al lado de McQueen que –ya con la camisa que traía abierta- le daba de comer al bebe, aunque el corredor tenía una cara de dolor única…
— ¿Duele? —pregunto acariciándole un poco el rostro, le preocupaba demasiado esa palidez que tenia
—Si… me duele todo…—respondió cabeceando, tenía muchísimo sueño, acaricio de forma algo ausente la cabeza del bebe
—Ahora que lo pienso, aun este chiquito no tiene nombre, no lo pensamos en ningún momento… y dado que tu si adivinaste que sería varón…
—Me gustaría Edward—le respondió escurriéndose un poco y quedando aún más acostado en la cama
—Edward… no está mal… parece dormido
—Se durmió… me siento muerto…
—te ves muerto. Ven dámelo
Cargo a Edward con cuidado y lo acostó justo al lado de McQueen y suyo, quedando en el centro. Acomodo a McQueen dejándole de la lado, así ambos quedaron viéndose y al bebe
—Oye McQueen…
—Cloud
— ¿Eh?
—Cloud… mi nombre… mi nombre es Cloud—dijo bajito ante la perpleja mirada del castaño. Sonrió de forma amplia y con cuidado se acercó y le dio un suave beso en los labios
—Cloud Rogers… Me gusta, siempre viviendo en el cielo. Solo espero quedarme como el único que sabrá tu nombre
—Créeme…. No pienso decírselo a más nadie… a menos que cuando Edward crezca quiera saberlo
—Je… no lo dudo… ahora duerme, después de ese parto cualquiera estaría muerto de cansancio
No tuvo que volverlo a decir, McQueen cayo cual plomo en un sueño profundo, respirando de forma tranquila y pausada. Mirándolo a él y a Edward de forma repetitiva Francesco se fue durmiendo, con esa hermosa –aun con la palidez extrema y ojeras- imagen de lo que sería su Famiglia
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Hace tiempo que ellos estaban así, viviendo de la presencia de otro pues más nada les hacia una falta real. Había notado que su estrella carente de brillo llevaba tiempo mal, como si además de ocultarle algo, tuviera una especie de dolencia.
No le decía que pasaba, no le decía que tenía, como si fuera infinitamente más importante el mantener eso en un completo secreto. Hasta este momento en el que lo vio sumamente concentrado, ni siquiera prestándole atención
¿Qué haces?
Pregunto por millonésima vez. No le respondió sin embargo extendió sus manos y en ella empezaba a aparecer una pequeña y casi imperceptible luz. Con los segundos se hacía más brillante, un brillo infantil y adorable. La estrella sin brillo solo el sujetaba con sus manos
¿No te parece hermoso? Aprendí como crear una nueva vida…
La estrella brillante le beso suavemente la cabeza y el abrazo, ya estaba tan acostumbrado a tenerle sentado entre sus piernas para abrazarle.
Me encanta…
Respondió acariciando suavemente esa pequeña estrella que podría catalogar como un hermoso regalo, uno más de tantos de aquella extraña y hermosa estrella que ahora conformaba parte de su existencia
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—¡¿Como que me estás dando el mes libre?! —chillo Shiftwell entre preocupada y sorprendida por lo que él decía McMissile
—Ya es noviembre, ya se acerca navidad, pásala con Mate y los demás de Radiador Spring. Necesitas un descanso
—Tu también lo necesitas pero seguirás trabajando, por favor… déjame al menos a hasta mediados de Noviembre—suplico nuevamente. Ya harto de lo mismo McMissile le asintió—Por cierto… hubo muchísimas coincidencias con el papel que trajiste… ¿de dónde lo sacaste?
—¿Algún sospechoso en esa lista? —pregunto cambiando de tema
—Algunos Españoles, Venezolanos, Mexicanos he Italianos, aunque el único que conocemos como tal es Francesco Bernoulli
—Siempre está en todos lados…—pensó frunciendo un poco el ceño—… Dile que vaya a la sucursal en Italia, haremos una prueba de caligrafía y en caso de ser igual le interrogaremos y le tendremos detenido—sentencio cruzado de brazos y acomodándose en su asiento
—Claro… por cierto, según el papel y lo que se notó, quien lo escribió es Diestro
— ¿Francesco lo es?
—No tenemos esa información, aunque es algo muy trivial no te parece?
—Sí...
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—ya viene Navidad… Rayito~ Era divertida la navidad que teníamos juntos ¿verdad? Ah~ cuando te encuentren te daré un regalo muy hermoso… Sé que me extrañas y que odas profundamente a esa infeliz persona que te aparto de mi lado… pero… apenas sepa quién es te regalare su cabeza… así serás mío ¿verdad?
No había nadie en esa habitación, solo ella ahí sentada, hablándole a la pared realmente