—te gusta mucho jugar en el agua verdad Ed—decía McQueen con voz cariñosa y típica de cualquier madre, cargando a él bebe de ahora 3 meses casi 4, su cabello igual de rubio que el de su “papi” y los ojos dorados muy hermosos
—El problema será sacarlo—dijo Francesco que estaba sentado al lado de McQueen en la piscina. Layla por su lado estaba nadando de un lado para otro, y aunque era un tanto raro, cuando Edward dormía ella se quedaba al lado de la cuna cuidándole como si algo fuera a venir por el
—Uhhh—balbuceo chapoteando en el agua
—Es una lástima que la marea este alta, hoy el clima está perfecto para estar en la playa—lamento Francesco. McQueen le chapoteo un poco de agua en la cara
—Que pesimista eres, se tiene una piscina para algo ¿qué no? —Dijo viéndole con el ceño levemente fruncido—Además… el llenarlo todo de arena, será un problema mayor el quitarle toda la arena del cuerpecito
—Ni tanto, cuando crezca de seguro será buen nadador si le gusta tanto el agua—aseguro mientras agarraba a Edward— ¿Verdad que si Campeón?
—Ahh… buuuu—balbuceo haciendo una burbujita de saliva
—Ya casi cumple 4 meses… ¿Cuándo lo vas a decir? —pregunto McQueen jugando con un mechón de cabello de Francesco
—Todo a su momento, yo te diré el día que lo hare—aseguro dejándose mimar
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— ¿Hacía falta traer a tanta gente? —pregunto Shiftwell notando los por el retrovisor los dos autos que venían siguiéndoles, de la agencia obviamente
—Es reglamentario, si fuera por mí no lo haría—gruño McMissile—Estaría más feliz mandándole un correo
— ¿Y ahora que haremos? No tenemos más sospechosos potenciales y ya casi se cumple un año… Dentro de dos días le van a declarar como muerto—dijo con mucho pesar. McMissile termino de estacionar el auto
—Lo buscaremos de forma independiente y más discreta, no tenemos otra opción, estoy seguro de que no está muerto—aseguro quitándose el cinturón de seguridad y saliendo el auto. Shiftwell le imito poniéndose unos lentes de sol y los otros autos también se estacionaron
—Muy bien, terminemos con esto de una puta vez, no quiero verle la sonrisa burlona otra vez sino hasta que muera—gruño McMissile caminando hasta la puerta de la casa. Antes de siquiera tocar la puerta se quedó tieso tan solo escuchando lo que se podía oír dentro de la casa
—su-suéltame—parecía como si se estuviera carcajeando
—¿No me digas que eres tan sensible en todo el cuerpo~? ¡Realmente no me había dado cuenta! —sentía como si la sangre le fuera a burbujear de la rabia que le estaba dando
—N-no Francesco… LO VAS A DESPERTAR—chillaba entre risas y la puerta se abrió muy lentamente y de forma silenciosa. Lo malo del asunto es que Francesco ahora tenía a McQueen abrazado de la cintura mientras lo besaba, el rubio le respondió y ni pendientes de que tenían a McMissile y Shiftwell junto a otros agentes ahí viéndoles
Al separarse y McQueen ver hacia la puerta se puso pálido como hoja de papel y de seguro su tensión se había bajado, su corazón paro de latir y sus pulmones dejaron de funcionar, dios mío… Francesco miro en la misma dirección con un tanto de indiferencia, de nada le iba a servir el mostrar todo el nerviosismo que tenía ahora, ya bastaba con el temblor de McQueen
—Atrápenlo—ordeno McMissile. Entre 5 agentes lograron tirar a Francesco en el piso y mantenerle ahí
—¿¡Que estás haciendo!? —reclamo McQueen ante la respuesta tan agresiva del asunto, no lo comprendía, después de todo Francesco no había intentado nada más que evitar los golpes
—Dios McQueen llevamos casi un año buscándote—dijo Shiftwell abrazándole de forma demoledora mientras soltaba algunas lágrimas traicioneras. Entendía el por qué lo hacía pero sentía que si le seguía abrazando de esa manera todos sus órganos saldrían por su boca
—Holley… no puedo… respirar—intento soltarse de ella
—Tranquilo de seguro le meterán preso y así todo volver a la normalidad—dijo muy animada
— ¡¿Qué?! Nono, esperen un momento las cosas no…
— ¿Dónde te mantuvo encerrado? No te encontrábamos por ningún lado, ¿estuviste en Suiza? —preguntaba McMissile buscando heridas o cosas de ese tipo
—Deja de tocarlo—gruño Francesco que ya tenía un arma en la sien, solo por si acaso
—¡¡Aparten eso!! —chillo McQueen intentando quitarle el arma al agente, sin embargo el llanto de Edward se escuchó. Volteo cual búho y vio a un agente cargando a su bebe— ¿¡QUE HACEN CON EL!?
—No tenemos registro de este niño señor—dijo el hombre a McMissile
—Lo llevaremos también. McQueen…
—McMissile es mi bebe, devuélvemelo
—¿Que quieres decir con tu bebe?
—DEVUELVEMELO—grito viendo como el agente salía de la casa con su niño en brazos, aunque Layla le había mordido la pierna el agente solo la tiro de una patada a una pared. McMissile le paraba el paso—Layla… ¡¡MCMISSILE!! —grito enfadado
—McQueen creo que estas aún muy aturdido por…
—No estoy aturdido de nada, es mi bebe no te lo puedes llevar, es mío—seguía diciendo entrando en pánico absoluto, sobre todo escuchando un motor—MCMISSILE CON UN MALDITO DEMONIO ES MI-
El tiempo simplemente se quedó paralizado, todos con la vista fija en el mismo punto, aunque claro, Francesco con su ira en aumento. McQueen veía con ojos completamente abiertos y desorbitados a McMissile… que le estaba besando. Se separaron lentamente uno con suma seriedad y otro completamente aturdido
De forma impresionante, Francesco logro levantarse, noquear a los que les sostenían, tomar el arma con la que le estaban apuntando y ponerla en la frente de McMissile, el cual a la vez había puesto a McQueen atrás de él y apuntarle de la misma manera a Francesco
—Aléjate de el—McMissile sintió un ligero estremecimiento por la mirada y tono en el que le hablo Francesco.
—Quedas arrestado por secuestro Bernoulli, no creo que te sea muy conveniente darme ordenes—dijo con aguantándose las ganas de gastar todo el cartucho y los de repuesto en el cuerpo de Francesco
—Tengo el mismo rango que tu McMissile, no creas que no lo sé, en cuanto a lo de arresto, hablaremos de eso en cuanto le devuelvan a MI hijo a McQueen y llegue mi abogado—sentencio con severidad, McQueen enserio se estaba sintiendo fatal. Se apretó un poco el estomago
—Cogh…—tosió levemente, haciendo una pequeña horcajadas y salió sangre
—McMissile…—Shiftwell por fin salió de su asombro y aturdimiento dándole pequeños toquecitos en el brazo—Hay que llevarle a un hospital
—Ustedes no le llevaran a ningún lado, esto se adelante un poco de la cuenta—decía en tono seseante, rodeando un poco a McMissile sin dejar de apuntarle— ¿te duele? —pregunto cuando llego con McQueen
—Bastante…
—iremos al hospital, pero tu Bernoulli iras a la sucursal que tenemos aquí, ¿te queda claro?
—Si es para dejarte en ridículo lo hare, pero más les vale devolver al bebe
—El agente le está llevando al Hospital. Tan solo- MCQUEEN—chillo al momento en que este se desplomo escupiendo sangre y Francesco sosteniéndole
—Mierda…—gruñeron ambos hombres aun consientes
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—Todo este tiempo había sido Francesco… Debí saberlo—se auto regañaba. Estaban en el hospital en donde McQueen en vez de estar siendo atendido por un doctor era visto por una Psicóloga. Debido que se había repuesto pero McMissile aún le creía aturdido o quizás desorientado
—No comprendo cómo es que aun pasando tantas investigaciones con él pudo despistarnos de esa manera—dijo Shiftwell sintiéndose algo estúpida—No encuentro la relación en nada… Y ese bebe… ¿porque estaba ahí? ¿Para qué Francesco secuestraria un bebe también?
—No lo sé, así como tampoco sé cómo rayos Francesco traslado a McQueen a Suiza mientras lo investigábamos, ¿quién él pudo avisar? No puede haber tanta casualidad—seguía dándole vueltas al asunto, sus pensamientos fueron interrumpidos por una mujer con bata, la Psicóloga— ¿Como esta?
—Está bien, no está ni aturdido, ni confuso y mucho menos desorientado, está muy consciente de lo que ocurre, sin embargo he notado por su comportamiento que tiende a ser bastante dependiente emocionalmente, no solo ahora sino que también es demostrado en su historial desde los 18 años—explicaba con suma seriedad
— ¿Síndrome de Estocolmo? —pregunto McMissile de forma tentativa
—Yo diría que ahora no es el caso, como sabe el Síndrome de Estocolmo es una reacción Psicológica de Victima en la cual se crea un fuerte vínculo con su secuestrador, sin embargo el demuestra sentir tanto odio al estar incomunicado como una atracción y completo afecto hacia Francesco Bernoulli
— ¿Está diciendo que se enamoró de él?
—Si, además de que en ningún momento tuvo alguna actitud negativa con su persona, era algo más… como un método de conquista un poco ortodoxo.
—Gracias… supongo—dijo McMissile, ahora él era el aturdido, el parecía tan extraño he irreal
—me entregaron esto para que se lo diera, al parecer es algo muy extraño pero no pretendo inmiscuirme donde no me llaman, con permiso—luego de entregarles un papel se fue. McMissile lo abrió y abrió ligeramente la boca
— ¿Qué es?
—Esto… no es posible… ¿o sí? —pregunto de forma nerviosa dándole el papel
—Tenemos que hablar con McQueen—fue lo único coherente que salió de su mente. Era una prueba de ADN del bebe, la cual decía claramente que McQueen y Francesco son los padres de la criaturita que ahora estaba en la zona de maternidad
Entraron al consultorio donde estaba McQueen, estaba sentado en una silla, cruzado de brazos y con los ojos cerrados, respirando de forma pausada como si quisiera clamarse
—McQueen…—apenas hablo él le miro
—Quiero que me devuelvan a Edward—dijo con firmeza y algo de molestia
— ¿Edward?
—Mi bebe, el que se llevaron de la casa aun cuando les dije que no lo hicieran—les recordó, logrando hacer que Shiftwell se sintiera algo culpable.
—Ese bebe no puede ser tuyo—dijo McMissile para ver como reaccionaba y que decía, honestamente no se esperaba que se alterara tanto
—¡¡¡¡SI ES MIO!!! Lo parí y te juro que duele más que el mismísimo infierno, Francesco me tomo fotos cuando aún lo tenía dentro de mí así que- COGH…—escupió una gran cantidad de sangre y se agarró de la silla en la que había estado sentado
—Llama a un doctor o lo que sea—ordeno McMissile y Shiftwell salió corriendo a buscar uno— ¿Quién te atendió? Por qué estás tan…
—Es normal… Eleonora…—balbuceo soltando un poco más de sangre que cayó en el traje de McMissile, quien le acaricio el cabello de forma cariñosa
—Hay que llevarle a otra sala, rápido—dijo la Doctora que iba entrando junto a unas enfermeras
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—Creo que no salió como tu querías—miro a quien el hablo, como no, él siempre estaba informado de todo lo que pasara fuera su país o no
—Realmente se adelantaron dos días—resoplo con fastidio y Sephiroth se recostó de la pared
—¿Y rayo dónde está?
—Lo llevaron al hospital, sus órganos aún no se terminan de acomodar y un abrazo de oso lo único que hizo fue empeorarlo—conto en un bufido— ¿ya viene en camino?
—Sí, aunque creo que le interrumpí cierta diversión, así que no lo esperes del mejor humor
—No es como que yo lo esté así que no me interesa—dijo con el ceño levemente fruncido—Solo espero que no vaya a pasar nada raro mientras desparezco por unas malditas horas
—El desastre está en la sangre de Rayo, así que no puedo asegurar nada —suspiro el peli plateado
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—Bueno ya está estable, al parecer sus órganos están en un pequeño procedimiento para volver a su lugar original pero ya le hemos sedado para que se tranquilice—decía la doctora a Shiftwell y McMissile, los cuales suspiraron más aliviados
— ¿A qué se debe ese movimiento interno? —pregunto Shiftwell
—Sobre eso… firmen aquí por favor—McMissile apenas le vio sonreír desconfió y frunció el entrecejo
— ¿Para qué es este documento? —pregunto desconfiado de la mujer que solo ensancho un poco su sonrisa
—Hay casos muy especiales en los hombres, que pueden procrear, se le hará una examinación interna para ver cómo funciona
—No lo daremos como un espécimen de pruebas—dijo completamente asqueado de la idea, que clase de doctora más extraña. La mujer visiblemente molesta bufo y se fue con la cabeza en alto. Después de alejarse de ellos vio a un hombre castaño buscando a esas dos personas
—Disculpe… ¿está usted aquí por el Rayo McQueen? —pregunto con una sonrisa inocente
— ¡Sí! ¡Es mi mejor Amigo! ¿Sabe dónde está? —Pregunto Mate con completa emoción, McMissile le había enviado un mensaje para que llegara al hospital –que tardo horas en conseguir por no saber italiano-
—Si… pero esta algo grave… necesito una firma para poder operarle, ¿crees que puedas hacerlo tú? —pregunto con falsa santidad. Mate miro dudoso el papel
—No creo que yo deba…
—Es tu amigo ¿no? Es por su bienestar—aseguro ella con una sonrisa falsa. Mate tomo el bolígrafo y lo firmo de forma dudosa—Muchas gracias—y se fue casi saltando de alegría
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—Tengo un mal presentimiento—dijo Francesco con un ligero tic en la ceja derecha
—El mundo debe estar por acabarse, a veces pareces un adivino—comento Sephiroth de forma distraída, miro su reloj de muñeca—Al parecer no piensa llegar hoy… que molesto
—Él es más vanidoso que tú… no me sorprende que aún no tengan pareja
—Yo si tengo, él es quien se la pasa con cualquiera que tenga un agujero donde meterlo
— ¿Desde cuándo hay ser viviente que te soporte? —pregunto de forma sarcástica
—Si existe Rayo, porque no habría una persona para mí—contrataco—Y el mundo suele ser bastante pequeño y gira en círculos, si te lo presento algún día, te moriría de la risa
—Eso ya lo veremos—refunfuño, aún tenía ese mal presentimiento y estar ahí sentado casi siendo vigilado por más de 34 personas –menos por el tipo que estaba jugando Galaga* en un rincón-
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—Ya debería de estar en esta habitación ¿qué no?—pregunto McMissile golpeteando el pie contra el piso de forma repetitiva
—Si pero…
—HOLLEY~—Un Mate volador apareció de la nada, casi derribando a al mujer, la cual de milagro se agarró de la pared, aguantando el abrazo de oso de su prometido—Te busque por todos lados pero no estaban—lloriqueo
—Bueno llevamos un buen rato deambulando, así que no es raro—respondió Shiftwell, aunque estaba con la cabeza en que ahora McQueen no aparecía –de nuevo- en la habitación, ¿a donde se lo llevaron? Les habían indicado que la habitación 3312*
— ¿Y en que sala esta McQueen? —Pregunto—Quiero hablar con el~ Antes de que lo seden o algo—dijo con una especie de mohín
— ¿Por qué lo sedarían de nuevo?
—Ehhh… ¿las operaciones se hacen sin anestesia? —se rasco la cabeza en completa confusión. McMissile le miro con ira mal retenida así como duda
— ¿Una doctora te pidió firmar unos papeles? —preguntó aguantándose las ganas de ahorcar al castaño
—Pues… si, dijo que estaba Grave y que necesitaba esa operación de inmediato… ¿por qué? —preguntó ladeando la cabeza, en primera casi fue derrumbado y en segunda era arrastrado por Shiftwell, no entendía ni medio rábano de lo que pasaba, eso hasta que Shiftwell le explico lo que acontecía—¡¡YO NO SABIA!! —chillo al borde del llanto
—Es obvio que no sabías, por eso te lo dijo a ti—dijo y saco el arma y el apunto a la recepcionista que alzo las manos asustada—Donde está la doctora que atendió al Rayo McQueen
—N-no sé de qué me habla
—Tengo una hermosa licencia para matar, además está ocultando información crucial a un agente federal con permiso en muchísimos países y estados, siendo Italia uno de ellos, ahora… o habla o me asegurare de destruirla a usted y todo lo que le importe—la mujer se puso completamente pálida
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—Que… extraño…—balbuceo casi sin voz, intentando levantarse y enfocar la vista, aunque eso era misión imposible sin quedarse ciego en el proceso. Intento de nuevo incorporarse pero algo parecía estar imposibilitándole el mover las manos y las piernas
—Vaya… parece que está despertando—escucho una voz femenina, no la reconocía así que no debía ser nada… normal
—Debemos sedarle nuevamen-
—No, espera—le movieron al cabeza a un lado, vio a una mujer algo mayor, como de 40 o 50 años, cabello negro y ojos cafés—Tuviste cierto… problemita interno… quien te ayudo con el
—Eleonora…Bernoulli—respondió de forma casi mecánica, le dolía hasta pensar, por alguna razón sentía una especie de cortada en el la parte del vientre
—Lo sabía…siempre ella—gruño con molestia, McQueen volvió la vista al frente y con más ahínco intento levantarse, llegando a la conclusión de que estaba atado—No te muevas por favor, el ponerte más sedante quizás dañe algún órgano, y eso es algo que ahora no estoy dispuesta a permitir
— ¿Permitir? Pero… que quiere…—pregunto algo adormilado
—Tranquilo, solo quiero ver tú interior, como estas por dentro… quizás quitarte una que otra cosita…—sintió una muy fuerte presión en el pectoral derecho—...¿Leche?...
—Oiga… no sé qué… quiere realmente pero no me puede… sacar nada—reclamo aun sin poder hablar de forma fluida, como odiaba el que le durmieran o sedaran
—Tengo un lindo permiso firmado, así que… quiero ver que tal eres por dentro
El grito que soltó al sentir como el bisturí cortaba su piel no fue para nada bajo ni discreto, aunque era de lo más normal considerando que no estaba completamente anestesiado y le estaban perforando todo el vientre. Seguido hizo un corte en el pectoral derecho y apretó con algo de fuerza el mismo punto
—Vaya… sus glándulas de verdad sirven por completo a pesar de no ser mujer… Y en definitiva eso es una Matriz… ¿De dónde conecta? —Decía para ella misma examinado todo— ¡¡Muy bien!! La voy a sacar, veré por donde conecta… luego tendré que meter algunas gasas para ver que tanto se estira el abdomen y…—una bala roso con su mejilla y alzo la vista, cubriendo la herida con su mano
— ¿Cómo te atreves a hacerle esto A MI bambino? —McQueen como pudo alzo al vista y vio a Eleonora con un arma en la mano, perfecto, ¿porque todo tenía que torcerse tanto?
—Parece que robo al palabra de la boca, creí que había quedado claro que no podía hacer esto—dijo McMissile también apareciendo en escena, la mujer en cuestión se puso roja cual tomate
—¡¿Y qué?! ¿Creen que me iba aquedar tranquila aun sabiendo que podía por fin examinar un espécimen así? Oh no… ¡¡puedo llamar a la policía por esto!!
—Tengo más autoridad de la que cree, y tengo la ligera impresión de que estará desacreditada y quizás vaya presa por hacerle una operación a un paciente que no la necesitaba y que además de eso no había dado su consentimiento, sumándole de engañar a alguien que ni siquiera había leído el permiso
—Ah…—gimoteo al sentir un golpecito mal intencionado en el vientre, justamente donde le había cortado
—No lo toques—una bofetada le volteo al cara a esa doctora tan extraña que lo único que hizo fue irse resignada
—Vaya… que lastima que hay más agentes afuera enterados de la situación—dijo McMissile con voz mal intencionada y de cierta manera, cínica, en eso vio a Eleonora ponerse unos guantes y tomar alunas cosas
—Tengo que ponerle algunos puntos…—decía para sí misma poniéndose el tapabocas
—Soy un imán de mala suerte—balbuceo McQueen
—Lo eres—afirmo Eleonora con una jeringa—Pondré un poco más de anestesia para que no sientas nada… ¿está bien?
—Aja…
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—McMissile—Shiftwell le llamo, habían salido del lugar para darle privacidad al rubio y a la italiana.
—Dime—respondió de forma mecánica
— ¿Porque… lo besaste? —pregunto curiosa, la verdad hubiera preguntado antes pero los nervios no se lo permitieron, aunque… ahora que lo pensaba mejor, el único –además de Sally- que había seguido con tanta fuerza la búsqueda de McQueen fue McMissile
—No es buena idea que lo sepas—dijo en un suspiro
—McMissile…—dijo en tono insistente
—Como te he dicho antes, algunas cosas son mejor mantenerlas en secreto—dijo de forma cortante, después de todo… era su historia