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Amor Enfermizo por Sailor cosmos

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Notas del capitulo:

iba a actualizar el lunes pero no tneia el cap liato y tenia mucha tarea, asi que aqui esta :V mejor tarde que nunca

advierto odio profndo hacia mi persona :V por lo que leeran y no estoy segura de que les guste

Capítulo 3: Costringendo il delicato

 

Abrió el sobre, emocionada de alguna manera de leer los resultados…

 

—Negativo... —suspiro con tristeza, creyó que por el retraso y algunos dolores estaba en cinta. Siguió leyendo la hoja, no estaba mal de salud, quizás era la depresión

 

Leyó los resultados de ginecología, no tenía nada malo, o al menos eso leyó al principio, estaba bien de las trompas, no tenía ninguna enfermedad o algo. Sin embargo lo último le hizo arrugar el papel con las manos, botarle en un cesto de basura y salir corriendo del hospital

 

—Eso es mentira—decía apretando los dientes, caminando a paso agigantado hacia su casa—…No puede ser…—se decía a sí misma, después de todo… como podía tomar que…

 

Era Estéril…

 

Dormir en un auto debería de ser incomodo, pero no era el caso del Ferrari de Francesco, McQueen iba muy cómodo ahí dormido, después de todo la noche anterior no había sentido un sueño muy completo por la droga, eran alrededor de las 11:26 de la noche y Francesco aún estaba conduciendo

 

Si seguía así quizás al día siguiente por la noche llegarían a el puerto y se montaría en el barco para ir a Italia, que tomaría alrededor de 1 o dos semanas por la distancia y dependiendo de si todo iba bien. Ya estando allá nadie creería que rayo estaría ahí, después de todo el rubio “Odia” Italia

 

Soltó un bostezo y estaciono en una pequeña parada, no quería que algo pasara por estarse durmiendo, miro a McQueen, el cual se removió un poco pero seguía tranquilo

 

—Sa…lly…—dijo entre balbuceos, eso le crispo los nervios pero no hizo nada, no quería despertarlo, tampoco gritarle o darle un golpe, después de todo ese era su problema. Tratándose de Rayo se perturbaba con mucha facilidad y eso le molestaba, no solía ser así

 

Pero él le cambio Tanto…

 

Inclino el asiento hacia atrás, para poder recostarse mejor, duro un rato viendo al frente, pensando de nuevo lo que iba a hacer, después de todo no podía equivocarse ni por accidente, todo debía salir perfecto

 

—Cuando llegamos a Italia te hare muy feliz, Amore—dijo estirando su brazo y acariciando las hebras rubias, tan suaves y tan amarillas que parecían plumas de pollito u oro

 

Rayo se volvió a  mover, esta vez quedando de lado, como si fuera a mirarle al despertar. Se enderezo un poco para aproximarse y darle un beso en la frente

 

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McMissile se estaba partiendo la cabeza para encontrar alguna pista, al importante o relevante, así sea lo más ridículo o estúpido. Frustrado y sabiendo que esto podía afectarle en su humor y salud salió de la habitación del hotel, el cual era el mismo en que Francesco y McQueen habían estado, aunque el agente no lo sabia

 

Camino un rato por las instalaciones desiertas, eran las 12:16 así que el que estuviera afuera seria por insomnio u otra razón personal. Camino un buen rato, viendo todo lo que había a su alrededor

 

Algo llamo su atención, eran unos neumáticos, se acercó a ellos y levanto uno, estaba prácticamente nuevo, si acaso y lo abrían usado, lo pasó por encima de un charco de agua y luego lo siguió moviendo para ver que huella dejaban, eran exactamente las mismas que en la iglesia

 

—Estuvo aquí…—gruño algo frustrado, era evidente que eran del secuestrador, después d todo, quien tira unos neumáticos completamente nuevos. Tendría que pedir de nuevo la lista de huéspedes y las llaves de las habitaciones que habían utilizado

 

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Respiro profundo, aun dormido, sin embargo un pequeño ruido le hizo “despertar”, abrió mínimamente los ojos, estaba boca arriba y veía como si una mano de piel blanca se extendiera lentamente para tomar la llave del auto. Se siguió haciendo el dormido, que esa mano toco las llaves él le tomo la muñeca de forma rápida y paro el puño que se dirigía hacia el

 

—Buen intento McQueen—le felicito con algo de burla

 

—¡¡Argh!! —gruño el rubio frustrado, se había despertado hace como media hora, después de quitarse la venda y no sentir los dientes de tanta fuerza,  con mucho cuidado iba a tomar la llave, abrir, salir y encerrar ahí  Francesco, pero al parecer el italiano era de sueño liviano

 

—Gracias por servir de despertado, ahora dime si tengo que atarte otra vez o te mantendrás quieto—dijo con voz potente, por un momento McQueen se sintió como un animalito indefenso por el tono de voz utilizado

 

—Puedo estar así, Gracias—gruño soltándose y cruzándose de brazos y hundiéndose cual niño regañado. Francesco suspiro, acomodo el asiento y se enderezo, encendiendo el auto

 

—Aunque…—soltó una risita—No sabes cuál es la clave para abrir los seguros, en caso de que no lo notaras, estaba bloqueado

 

—Déjame de recalcarme este tipo de cosas y cállate—dijo refunfuñando, tratando de abrir la puerta como si fuera sencillo

 

—Ah~  ríndete McQueen~—contorreo arrancando, escucho un gruñido a los poco segundos—¿Tienes hambre?

 

—No, como crees, solo que mi Estomago protesta por el secuestro como yo—dijo con sarcasmo y vergüenza mezclados. Francesco rodo los ojos, de alguna forma extraña le gustaba esa forma de ser tan antipático al molestarse

 

Francesco estaciono en un supermercado, aprovechándose de los vidrios polarizados salió del auto, cerrándole rápidamente para evitar la fuga del rubio. McQueen se golpeó la cabeza contra el vidrio, más que perfecto

 

—No le basto con arruinar mi boda sino que también me deja metido dentro de su Ferrari, más que perfecto—gruño golpeándose contra la ventana—Y si llego a…No, no puedo romper esto…hasta a mí me dolería…y no tengo tanta fuerza como para romper esto—balbuceaba

 

Empezó a  examinar las cosas dentro del auto, no había ningún celular por ahí, no es como que se acordara del número de Sally, de McMissile o el de alguien pero con llamar al 911 bastaría…no? Pasaron unos cinco minutos más y Francesco volvió con una bolsa llena en las manos, se montó y cerró la puerta para luego encender el motor

 

—Toma—dijo sacando una bolsa de papel, McQueen algo desconfiado saco su contenido, un emparedado con todo, hasta aceitunas, como a él encantaba. Casi s ele sale la baba—Puedes comértelo, no fantasear con hacerlo—menciono divertido

 

—¿Cómo sé que no le has puesto algo extraño? —pregunto al salir de su ensueño

 

—No sería capaz de hacerlo…a  menos que hagas algo estúpido—dijo divertido, saliendo del estacionamiento para volver a la carretera. McQueen lo comió con relativa calma, viendo de reojo al Italiano, al terminar arrugo la servilleta y la hizo bolita, para empezar a jugar con ella

 

—Y bien…¿Me vas a meter en un sótano o algo así? —pregunto tamborileando los dedos en su pierna

 

—Sería un desperdicio…Si no fuera está la situación sino una peor, te metería en una jaula hecha de oro—eso asusto un poco al rubio que le miro con la boca algo abierta

 

—¿Has pensado en ir a un Psicólogo? Te es urgente el ir a visitarlo—dijo asustado pero sin demostrarlo

 

—No lo necesito, con tenerte bastara—afirmo con una sonrisa de oreja a oreja

 

No volvieron a  hablar, McQueen sentía miedo enserio por Francesco, esa forma de actuar era la de una persona obsesionada. No le gustaba pensar tanto lo obvio y lo que ya había aceptado, pero era tan extraño

 

Todo el día estuvo viendo a  Francesco conducir, llevándole hacia la costa donde, al parecer le iba a montar en un barco para llevarle hacia Italia. Eso le hizo recordar algo clave en el italiano

 

—¿Y tu madre sabe de esto? —él tenía conocimiento del amor tan grande que tenía el castaño por su madre

 

—Si lo sabe, me advirtió que pensara en las consecuencias de lo que hacía, y siempre me apoyaría pero que no estaba del todo de acuerdo—comento. McQueen se asustó aún más, ¿que clase de madre tenía el italiano? Debía estar igual de inestable mentalmente si solo le dijo eso o no lo impidió. Ahora sí que estaba perdido…

 

—Espero que McMissile me esté buscando—murmuro bajito, pensando que el castaño no le escucho

 

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—Entonces se fue al Norte…—decía Shiftwell—Quizás va hacia el aeropuerto…—decía viendo el mapa maximizado en la gran pantalla de tecnología avanzada, Mate veía todo eso como unas líneas y puntitos extraños

 

—Tendremos que ir a investigar, si calculamos ahora debe de estar cerca—decía viendo su reloj, las 6 de la tarde

 

— ¿Seguros que se dirige hacia allá? —Pregunto Sargento—Puede dirigirse al puerto también—mencionaba alzando una ceja

 

—Un Barco es mucho más lento que un avión, par una huida en la mayoría de los casos es en avión—explicaba McMissile

 

— ¡Entonces vamos! —dijo mate animado, esperando conseguirlo pronto

 

—¿Deberíamos llamar a Sally? —pregunto Flo mirando las escaleras para subir a la habitación de la peli platinado

 

—No…sabes que aun está  muy afectada por los resultados—dijo Shiftwell, el día anterior había llegado, tirado una hoja en el piso y se encerró en su habitación, aunque estaban preocupados por ella no podía dejar de preocuparse por McQueen que era un asunto peor que la depresión de la mujer

 

—Andando—declaro  McMissile

 

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McQueen se había dormido, llevaba mucho tiempo ahí sentado y tan perturbado que creyó que al dormir se podría calmar. Sin embargo sin que lo notara ya habían llegado al puerto, donde había un gran y enorme Barco anclado, donde subían los últimos autos

 

Francesco estaciono un tanto alejado pero aún se podía ver la gran máquina. Saco de la guantera un frasco y un pañuelo, aprovechando que el rubio seguía dormido lo mojo un poco nada más y se lo puso suavemente en el rostro

 

No se movió, no forcejeo, nada, estaba totalmente dormido ya l no ser brusco mucho menos. Salió del auto y camino hasta la puerta del copiloto, abrió la puerta con cierto cuidado y con mucho más cuidado tomo a  McQueen en brazos para luego ponérselo en el hombro

 

Cerro la puerta y camino hasta el maletero, lo abrió con una mano y metió a McQueen en la maleta que aún seguía abierta, tomo una cinta negra y le ato las manos, solo por si acaso. Cerró la maleta y luego el maletero, se montó en el Ferrari y fue hasta donde debía hablar para montar el Ferrari en el barco

 

—Oh…ya estábamos por irnos—dijo el hombre, Francesco suspiro aliviado de haber llegado a  tiempo— ¿Algo que tenga que sacar antes de que lo subamos? —pregunto el hombre con tranquilidad

 

—Solo una maleta—dijo con cierto tono enigmático y divertido

 

—Oh, entonces vaya por ella, nosotros subiremos el auto—le aseguro el hombre. Francesco guio al hombre hasta su Ferrari, abrió el maletero y con cuidado saco al gran maleta, el hombre no le vio nada de raro, después de todo durarían cierto tiempo a bordo para llegar a Italia

 

Le entrego las llaves y camino hasta al rampla por la cual se subía al barco

 

Ciao América~ Credo che nessuno di loro ritornerà qui—dijo en un susurro al terminar de subir. Como era una especie de crucero fue hasta lo que sería la recepción y pidió su habitación, la mujer como esperaba se le quedo viendo maravillada y hechizada por su magnetismo natural

 

A mitad de camino para su habitación, sintió un salto en la maleta y algo sorprendido camino casi corriendo hasta donde le habían asignado, la gente le miro algo raro por esto pero nada más que eso

 

—Tenía que ser justo ahora…—gruño entre dientes, abrió rápido la puerta y la cerro de la misma manera. Puso la maleta en la cama y casi se va para atrás por McQueen

 

—Y ES QUE ME PLANEAS MATAR DE TANTA DROGA O QUE TE— Francesco le tapó la boca con una mano, ni siquiera había prendido la luz así que todo seguía a oscuras— ¡Mph!

 

—¿Que parte de que te mantengas quieto no entendiste? ¿Que acaso quieres que sea cruel contigo? — la rabia que llevaba reprimiendo estaba saliendo a flote

 

—¡¿Y tu esperas que enserio te haga caso?! No quiero estar aquí, déjame ir—dijo removiéndose, Francesco tiró la maleta al piso y dejo a  McQueen acostado en la cama matrimonial de la habitación, apoyo todo el peso de su cuerpo sobre el del rubio

 

—No te voy a  dejar ir, tu…tu solo puedes estar conmigo y con nadie más— McQueen le miro con cierto espanto— Eres solo mío, entiéndelo…y si debo demostrártelo lo hare…así nunca podrás irte, nunca podrás abandonarme

 

Mientras hablaba una de sus manos se metía por debajo del sueter que McQueen tenia puesto, el rubio tenia expresión de terror completo

 

—Francesco…Espera…¡¡Francesco!! — trataba de hacerle reaccionar, para evitar que siguiera, pero Francesco no le oía, no quería oírle

 

Francesco le quito el sueter, dejando el torso de piel blanca completamente desnudo, agarro las muñecas de McQueen, las cuales un estaban atadas y las puso sobre su cabeza para impedir que fuera a moverse de mas

 

Empezó a dar besos por toda la piel descubierta, a pasar su lengua dejando un pequeño caminito húmedo. Delineo el ombligo al llegar a él, jugando y quitando el pantalón tan holgado que el mismo le había puesto hace dos días a McQueen

 

—Suéltame…¡¡Suéltame Francesco!! —decía intentando de quitárselo de encima.

 

Francesco seguía sin hacerle caso, segado por su propia rabia. Lo acariciaba de forma brusca, también le desnudo de la misma manera y al notar la falta de cooperación le volteo, dejándole con el pecho algo moreteado contra la cama, alzando sus caderas

 

—McQueen~ — jadeo justo en su oído, sintiendo el escalofrió, además del temblor del cuerpo bajo suyo, le vio a  los ojos, estaba al borde del llanto lo cual no se esperó realmente

 

—Por favor…no lo hagas…—le pidió con voz quebrada, quizás de haber hablado así antes le hubiera detenido, ero en ese punto era algo imposible. Le alzo un poco mas, importándole poco en ese momento el herirlo, ya que era una especie de “Castigo”

 

Con una mano mantenía la cadera de McQueen y con la otra se quitó el cinturón, bajo el cierre y un poco el bóxer para dejar salir su miembro erecto. Lo restregó entre los gluteos del americano, el cual dejo salir un pequeño gemido ahogado. Se posiciono y empezó a presionar su miembro contra la entrada del rubio, el cual apretó más al ver las intenciones del castaño

 

—Gah…Agh…¡¡¡AH!!! —gimió de dolor al sentir la cabeza del miembro de Francesco entrar en él, unas lágrimas saladas empezaron a  salir, a medida que el Italiano se adentraba aún más—¡¡YA BASTA!! —chillo con tono de desesperación al igual que su expresión

 

—McQueen…

 

—Yo no…—empezó a balbucear, completamente perdido en su propia mente—…No soy ella…déjame…¡¡DEJAME!!

 

— ¿Ella? ¿Quién es ella? —pensó Francesco empezando a moverse, inevitablemente y hasta le entristeció ver como salía sangre de la entrada de McQueen

 

No hizo más que eso, suplicar que parara, que le doliera y cosas incoherentes que a Francesco le gustaría saber o más bien, entender. Al terminar McQueen o se durmió  o quedo inconsciente, le era difícil saberlo. Salió de el con el cuidado que no tuvo en su acto

 

—McQueen…—apoyo su frente del pecho del rubio—… Esto no era lo que quería…—gruño por lo bajo

 

Pero esto sería lo que McQueen le recordaría por siempre, pero era su castigo, un castigo para Francesco por dejarse dominar por la ira… por tomar decisiones apresuradas…

 

Por forzar lo delicado

Notas finales:

espero que les haya ustado...no creo que les haya gustado la violacion pero el cap como tal epsero que les haya gstado

gracias a todos los que han comentado, tratare de responder comentarios mañana~ 

bye -3-


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