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Amor Enfermizo por Sailor cosmos

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Notas del capitulo:

holo ~ 

me sorprende que haya gustado tanto, aunque no estoy segura de que pase lo mismo con este cap u_u en mi opinion esta regular, pero su opinion es la que me importa

Antes que anda quiero aclarar que a Mcqueen yo me lo imagino asi:

http://nessi98.deviantart.com/art/Mcqueen-y-franchesco-ver-human-293122456

me refiero al cabello mas que todo, aunque si ustedes lo ven de otra manera es valido creo

Espero que les guste

 

Capítulo 2: Sulla strada

 

McMissile no paraba de hablarle a gente de la agencia, que estaba patas arriba buscando al importante corredor, ya que esto bien podría ser otro intento de asesinato como paso en el Grand Prix Mundial, aunque aún no encontraban alguna razón para ello, Rayo era bastante popular pero no era realmente un peleonero, si se evitaba problemas mejor

 

Sally durante toda la noche se la paso llorando, sin poder creer que su boda fuera interrumpida/aplazada de forma tan espantosa, no podía imaginarse lo que le podría estar pasando a su rayito, a su amado hombre.

 

—Rayito… ¿dónde estás? —se preguntó echada en la cama, ya había dejado de llorar por recordar que eso no ayudaría en nada, además de que McMissile le había dicho que era mejor que descansara, al igual que sus demás amigos—Que estés bien por favor…—dijo pegando la cara de la almohada, con el cabello todo enmarañado de deshacer el peinado de novio y dejar el vestido por ahí tirado

 

—0—0—0—0—0—

 

Eran aproximadamente las 6 de la mañana, Francesco abrió lentamente los ojos, sintió un ligero cosquilleo en la nariz, al ver abajo noto una mata de cabello rubio deslumbrante, algo desarreglado pero precioso. Soltó una risita satisfecho, por lo menos no había sido un sueño todo lo que hizo…ni lo sería lo que haría

 

Con cuidado se levantó, sin mover mucho al rubio que parecía serenamente dormido, y es que de seguro ya el efecto de la droga debió desaparecer. Después de observarle tanto tiempo se espabilo, camino hasta el baño y se tomó el baño más rápido de su vida, a sabiendas de que el rubio despertaría pronto

 

Se puso una toalla alrededor de la cintura y con otra se secaba el cabello, salió del baño y rebusco en el armario por su ropa hasta que escucho un golpe, sonrió de forma torcida

 

Francesco giro sobre sus talones, para poder ver al rubio que ahora se removía cual gusano, bueno, quizás si tardo un poco más de la cuenta en el baño o durmiendo, pero le gusto el ver a McQueen tan luchador y no atemorizado

 

Buongiorno McQueen—saludo con voz aterciopelada, el rubio solo le fulmino con la mirada. Francesco se acercó a él con paso lento, al estar frente al que le miraba como si quisiera matarle. Con un pequeño movimiento desato la cinta, inevitablemente estaba mojada de un poco de baba de la boca del Americano—Algo que decirme McQueen?

 

—ERES UN MALDITO LOCO, SUELTAME DE UNA PUTA VEZ—chillo, le impresiono lo aguada lo que podía llegar a ser esa voz, aunque aun así le gusto, bastante extraño pero no es como que la situación fuera normal— Tuve suficiente de ti en el Prix Mundial como para aguantarme esta maldita broma

 

—No es una broma rayito—con uno de sus largos dedos le levanto el mentón— Este secuestro es 100% real, y si quieres una demostración—se apartó lentamente, para tomar el control de la TV, encendiéndola y al hacerlo había un noticiero

 

Se informó que ayer el corredor Rayo McQueen ha sido secuestrado el día de su boda con su novia Sally—decía la mujer, Francesco cambio el canal—El Rayo McQueen aun no aparece aun con el esfuerzo de la policía para encontrarlo— cambio y cambio canales, en todos ellos había una alerta por su desaparición

 

—Debe ser una broma…

 

—No lo es Rayito, pero tranquilo, en Italia no oirás nada de esto—aseguro, dejando el control en la pequeña mesa de noche y dirigiéndose al armario, tomando la ropa del día anterior para ponérsela

 

— ¿Y exactamente qué quieres? Si sigues molesto por lo que paso en el Prix…—Quería creer que lo que le había dicho el día anterior había sido producto de la parte más extraña de su imaginación, el que Francesco le quisiera era…era...

 

INCREIBLEMENTE ABSURDO

 

—No estoy molesto rayito—dijo poniéndose la ropa con cierta lentitud—Nunca lo he estado contigo—termino de vestirse,  para luego sacar la enorme maleta—Sin embargo ahora no es un buen momento para hablar, tenemos que llegar a  california

 

—¿¡Estas demente o que te pasa?! ¡¡Además como planeas llevarme hasta Italia…o hasta California!!

 

—Obviamente no te puedo estar drogando, podría dañar tu cuerpo—dijo acercándosele— Sin embargo no te sugiero hacerme molestar. Ahora, quédate quieto—menciono al estar frente a él y agarrándole para cargarle, McQueen se empezó a remover tratando como mínimo caer al piso

 

—SUELTAME MALDITA SEA—gritaba revolviéndose violentamente, sin embargo el italiano lo único que hizo fue ponerle más ahínco, llegando al punto de lastimarlo por la fuerza con la que le apretaban—¡¡E-eso due-duele IMBESIL!!

 

—Si te quedaras quieto no dolería—dijo medio divertido de esa reacción, le metió en la maleta y Rayo intento salirse—No no, cuando estemos más lejos de aquí te sacare y quizás te desate

 

—¿¡Y tú crees que me quedare!?

 

—No te daré oportunidad Amore, y sabiendo tus intenciones ya no lo hare—de forma brusca le hizo acostarse y cerro la maleta, de mas esta decir que esta brincaba por los golpes he intentos de McQueen por salir

 

Pasar por la recepción fue algo difícil, McQueen se movía mucho y gracias a dios no se escuchaba como gritaba de seguro. Paso como alma que lleva el diablo desde la recepción donde, al parecer la recepcionista atendía a alguien  hasta su auto, abriendo el maletero y dejando su carga ahí, al cerrar se quedó un poco más tranquilo

 

Con su porte elegante, digno solo de Francesco Bernoulli volvió a  la recepción, la recepcionista le miro anonadada, cosa que al Italiano no le sorprendió, después de todo, su magnetismo afectaba a todas, las guiaba hacia sus brazos para sentir la pasión y a varios de su mismo género también

 

Excepto al único que quería

 

—Gracias por hospedarse aquí—dijo la mujer guardando la llave, Francesco se despidió con una sonrisa seductora. Con paso elegante pero algo acelerado camino hasta su auto, abrió la puerta y lo encendió. Sabía que a McQueen se le iba a ir el aire ahí atrás así que al calentar un poco el motor salió del lugar, casi a la par paso una patrulla hacia adentro

 

Se percató de algo, dentro de esa patrulla estaba el hombre que había visto en Londres en el Prix Mundial… ¿Cómo se llamaba? A claro, McMissile. En vez de quedarse a averiguar si le descubrieron o algo, decidió acelerar, aprovechando que era aún muy temprano como para que hubieran muchos autos en la carretera

 

Por otro lado, McMissile se bajó de la patrulla, no era precisamente cómodo o su estilo usarla, prefería su auto pero eso era lo de menos ahora. Entro al lugar, no estaba muy cerca de la iglesia pero era uno de los pocos hoteles en la zona y mas allá tampoco habían

 

Se acercó a ala recepcionista, sacando una foto frente a al confundida y algo asustada mujer

 

—Me llamo Finn McMissile y cómo debe estar enterada por medio de las noticias ha sido secuestrada esta persona—dijo mostrando la foto de McQueen, la mujer suspiro medio encantada, era solo una foto pero McQueen era muy bien parecido—Usted ha visto a alguien sospechoso…o con algo donde pueda ir una persona inconsciente

 

—Ummm…No, y créame que si lo hubiera visto lo recordaría—aseguro—Pero aquí no ha pasado nadie así… Y tampoco ha habido alguien que sea especialmente extraño

 

—Pudo ser cualquiera, por más inocente que parezca Señorita—le aseguro— Necesito que me de las lista que tiene de ingresos y salidas— explico

 

La mujer llamo primero a su superior para estar segura. Al tener los papeles McMissile se volvió a  montar en la patrulla, dando la orden de volver a la casa de McQueen y Sally. Mientras esto iba leyendo las listas

 

—Umm… Nadie especialmente conocido—decía leyendo cada nombre, datos, etc. Ninguno era famoso, reconocido o algo por el estilo— aquí no hay nada—gruño algo molesto, al llegar a la última hoja algo le llamo la atención— ¿Francesco Bernoulli?... ¿Qué hacia el en este país…?

 

Duro unos 20 minutos más en llegar a la gran casa, se bajó de la patrulla y esta se fue. Suspirando camino hasta la entrada, toco la puerta con un dedo y espero, duro unos cinco minutos hasta que vio a Sally abrirle, estaba muy ojerosa y con la cara hinchada, demostrando su mala noche

 

—¿Encontró algo? —pregunto algo acelerada, McMissile entro y ahí adentro estaban todos, Mate, Luigi, Wildo, Sargento, el Hippie del cual se olvidaba el nombre por momentos, Flo, Ramón, los padres de Sally y Shiftwell, la cual estaba leyendo y leyendo documentos en un portátil

 

—ya examine los hoteles y según los encargados realmente no ha habido nada sospechoso—empezó a  explicar, en eso saco las listas que tenía, que eran de 3 hoteles distintos—Lo único raro es que en el hotel Santa Lucia, estuvo ayer Francesco Bernoulli…

 

—Yo le invite a la boda—dijo Sally— a Rayo no le gustaba la idea pero al final le enviamos la invitación

 

—Quizás simplemente se enteró antes de venir a la iglesia y se quedó en un hotel de camino—supuro Shiftwell sin prestar real atención, estaba más concentrada en buscar de forma satelital cualquier mensaje, foto, twitter, estado, o lo que fuera del Rayo McQueen

 

—O venia al banquete y no  a la ceremonia—decía Wildo—Pero no es realmente importante, además...

 

—El y Rayo se odian mutuamente, pero es una rivalidad que se resuelve en carreras no hay mayor motivo para que fuera el—decía Sally, abrazándose a sí misma, tenía mucho frio a pesar de tener un sueter cuello de tortuga puesto…más que frio... era miedo, miedo a que Rayo no fuera a aparecer

 

—Concuerdo con eso—dijo Mate—Después de todo, el y Rayo se estaban peleando por Sally

 

—Queda descartado—dijo McMissile—Hay que seguir buscando

 

Que equivocados están…

 

Estaciono a mitad de la carretera realmente, examinando a ambos lados, aprovecho para salirse del asfalto y meterse en la parte frondosa que cubría los costados de la carretera. Se bajó del Ferrari y camino hasta el maletero, lo abrió y vio como la maleta prácticamente brincaba

 

—Vaya… de verdad está molesto—dijo medio divertido, abrió el cierre de la maleta y la abrió

 

—¡¡HASTA QUE POR FIN ME ABRES ESTA PORQUERIA!! —chillo tomando una gran bocanada de aire, además de estar un poco sudado

 

—¿Tantas ganas de verme? —pregunto juguetón, cargándole otra vez, haciendo esto se daba cuenta de la diferencia de tamaño y peso, Rayo era bastante ligero

 

—No tendrías que cargarme di me desataras

 

—¿Y que salgas corriendo? No, prefiero cargarte, no es como que peses mucho

 

Abrió la puerta de copiloto y sentó a McQueen ahí, cerrándole la puerta en toda la cara. Camino hasta el maletero y lo cerro, para luego ir a el asiento de piloto, sentarse y cerrar la puerta. Le puso el cinturón a McQueen y arranco

 

McQueen quería quitarse la cinta (increíblemente resistente) que le ataban las muñecas, como no podía jalando intento con sus dientes. Al verse vencido y con dolor en los dientes frontales se golpeó en la cabeza con el respaldo

 

—Te odio—gruño rendido, no era tan imbécil como para seguir tratando estupideces que no funcionarían

 

Anche se si dice che e mi odi tanto quanto è possibile, ti amo—dijo divertidísimo de lo infantil que se veía McQueen en ese momento, casi haciendo un puchero

 

—¡¿Podrías al menos hablarme en inglés?! No soporto escucharte decir cosas que no entiendo— no entendía ni J de Italiano, así fuera de lo más básico, él había sido americano de toda su vida y no le había interesado en lo más mínimo aprender otros idiomas—Y bien, cuál es tu plan, en cualquier sitio me van a reconocer

 

—No dentro de un auto con los vidrios polarizados o dentro de una maleta en defecto—explico con cierta serenidad

 

—¿Sabes que me estas cortando la circulación con esto?

 

—Si te fueras a quedar quieto te las quitaría, pero se lo suficiente de ti como para saber que te removerás, moverás el volante, cuando frene abrirás la puerta y saldrás corriendo— Rayo pego la cara de la ventana, maldito infeliz que leía sus pensamientos

 

Duraron mucho tiempo en silencio, Francesco conducía a la velocidad máxima de la vía, parecía algo apurado de llegar a California por alguna extraña razón que Rayo quería saber. Suspiro con pesadez, esperaba que Sally estuviera bien y que no le fuera a guardar rencor por esto…después de todo paso de improviso…

 

Además… ¡¿A quién rayos se le iba a ocurrir que Francesco le secuestraria?!

.

.

.

Sally había sentido un fuerte dolor en el vientre, así que sin decir nada fue prácticamente volando a un hospital,  apenas eran las 4 de la tarde. Un equipo de policía, detectives y agentes se habían instalado en su casa por investigación del importante corredor

 

Realmente no estaba lejos el hospital,  así que camino por unos largos 40 minutos, viendo el piso y caminado medio muerta, la gente se le quedaba viendo por estar en ese estado. Al llegar pidió para un examen de sangre, entre mucho más para estar segura de no tener nada grabe… además claro de su creciente depresión, pero el que Rayo fuera secuestrado…

 

—Rayo…—sollozo tapándose la cara con las manos

 

Le dolió más que la misma Boda…

 

—Estas muy callado, ¿te pasa algo? —pregunto Francesco, de forma un tanto descarada. Vio a McQueen un momento y abrió los ojos un tanto sorprendido, no era algo nuevo, Sally lo sabía y el mismo lo habían notado y es que Rayo al estar muy molesto se ponía colorado, más que su auto

 

—¡¿ESPERAS QUE CONVERSE FELIZ Y CAMPANTE SABIENDO QUE ME TIENES SECUESTRADO Y QUE MI CASI ESPOSA SE ESTE MURIENDO DE TRISTEZA POR LA BODA?! — Le molestaba de sobre manera el cinismo de Francesco, el cual se parpadeo ligeramente sorprendido— Que Cínico eres, te creía molesto, eres peor de lo que creía—gruño pegándose a la ventana otra vez

 

—¿Cínico me dices? Solo protejo y tomo lo que es mio—declaro con serenidad,

 

— ¿Lo que es tuyo? Estas demente—dijo en un resoplido

 

—Te lo diré las veces que haga falta, eres mío, me enferma saber que te ibas a casar con esa maldita—gruño perdiendo cierta parte de su encanto, pues no sonreía solo tenía una mirada vacía, manteniendo la vista en el camino—Ella es solo una pobre ilusa en creer que podrías ser feliz con ella

 

—¡¡YA LO ERA!! Y NO LA INSULTES

 

—No lo eras, porque solo puedes ser feliz con Francesco—sonrió de forma torcido, logrando que a McQueen le recorriera un escalofrió—Tu no…Disfrutas mi compañía, entre más lejos mejor, me frustra ¿sabes? Todo el mundo, todo aquel sea mujer u hombre al menos piensa en mí por un rato, pero tú no—gruño cual perro— Eres al único que de verdad deseo y amo y no te dejas encantar

 

—Ni que fuera gay, seré muy bonito de cara y todo los que quieras pero es anti-natural—dijo viendo a la ventana con el ceño fruncido

 

—¿Crees que eso importa? El amor es amor, me importa poco si eres un hombre, me gusta tus ojos, tu cara, tu cabello, tu cuerpo, tu forma de ser, tu forma de sonreír…me llevas un maldito año dándome sueños húmedos—Rayo se puso rojo de vergüenza y bochorno

 

—Aun no es ni la más mínima parte de razón para arruinar mi vida de esa manera—refunfuño

 

—Si lo es, te lo digo enserio, ella no podría hacerte feliz en un millón de años luz, estas mejor conmigo y eso lo notaras antes de poner un solo pie en Italia

 

— ¿Y me planeas mantener recluido toda la vida?

 

—Si es necesario sí. Tampoco estarás solo, me tendrás a mí y eso basta—se tuvo que detener por un semáforo en rojo, estaba casi a mitad de la nada peor no tentaría a su suerte. Volteo a ver a McQueen y de forma algo brusca le agarro la nuca para voltearle y ponerle frente a frente

 

—¿Qu-que haces? —pregunto por la poco espacio entre ambos

 

McQueen… Tu sei mio Amore—dijo para garrarle de ambos lados de la cara y plantarle un beso en la boca, McQueen iba  gritar lo que causo que Francesco le agarrara la cara con más fuerza par que no se separara y meter si lengua en la cavidad bucal

 

Al dejarle soltó un ligero jadeo, a diferencia de McQueen que se quedó en un estado de sopor, la luz del semáforo cambio y Francesco se acomodó para arrancar, con una sonrisa extensa en el rostro

.

.

.

—Señorita—alzo la mirada, una enfermera traía un sobre en sus manos— Es Sally…

 

—Soy yo—dijo casi brincando, la enfermera le sonrió y le dio el sobre para luego irse

 

¿Cuánto tiempo había estado en esa posición? Definitivamente era muy débil en esa situación. Abrió el sobre, emocionada de alguna manera de leer los resultados…

 

 

 

Notas finales:

no se, creo que em quedo medio largo, hay lemon en el siguiente cap, no pregunten, las cosas pasaran, solo es una advertencia

Si les gusto espero que comenten (para cumplir la sagrada ley Kuma)

Francesco va a estar unpelin safado de la cabeza asi que no se extrañen de sus cambios repentinos de animos/humo/forma de ser

Ley Kuma: Sin comentarios no hay mas Cap

bye -3-

P.D EL titulo dice En camino :V


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