Siempre le pareció divertido festejar su cumpleaños, le regalaban cosas, comía un pastel de su sabor preferido, claro eso era antes de que la Guerra Mágica estallara y su casa estuviera llena de mostifagos y el mismo Lord. Luego de que sus padres lo dejaran para ir a su próxima aventura donde ya no sintieran dolor el día que nació ya no le parecía agradable.
-Draco ¡Feliz Cumpleaños! –no le parecía agradable hasta que el apareció en su vida ese moreno de ojos esmeralda que brillaban como mil estrellas que le encantaba.
Hace algunos años se lo había encontrado en el Callejón Diagon solo habían chocado culpen al cruel destino sin saber porque muchas veces después se volvieron a ver y chocar, entablaban un tipo de conversación civilizada (N/A: se podría decir) entre ellos.
Un día decidieron ir a tomar algo y hablar en un lugar más cómodo estos encuentros sucedieron una o dos veces a la semana, al estar conociéndose desarrollaron sentimientos el uno por el otro ninguno tenía pensado decirlo por miedo al rechazo y la separación que se pudiera dar.
Ese día era su cumpleaños el primero que festejaba luego de que sus padres murieran, era doloroso saber que ellos no estaban allí como antes, pero ese pequeño ángel que no fue corrompido lo saco de ese lugar donde solo habitaba la oscuridad que había hecho mella en él.
-Draco… Draco –llamaba Harry tratando de sacar a su amigo de su letargo mental, a veces era capaz de quedarse allí por horas que de verdad era exasperante.
-¿Qué?
-T e has quedado de nuevo en tu mente –respondió Harry a su pregunta, después de que Harry saliera de su habitación Draco decidió alistarse para comenzar el día que antes normal y ahora ese pequeño quería festejar el día que antes no era festejado y era tratado como un día común “Por qué se empeña es festejarlo es un día como cualquier otro” pensaba Draco terminándose de vestir.
Bajando las escaleras de la casa (N/A: Más bien un departamento que tenía dos pisos pero eso no viene al caso.) encontró a Harry en la cocina se sentó en la mesa que estaba allí esperando su desayuno al ser feriado había podido dormir una hora más de la que despertaba así que podían pasar la mañana juntos y ya verían que hacer en la tarde.
Harry poso el plato con el desayuno frente a Draco, este descubrió que en el estaban todas las cosas que disfrutaba de desayuno.
-Gracias –dijo Draco por ese pequeño detalle, Harry hizo un gesto desinteresado con la mano restándole importancia, al terminar de desayunar fueron a un campo abierto a jugar Quidicchit siempre lo hacían por dos horas a los dos les relajaba sentir l viento e la cara y la adrenalina del juego. Al acabar su juego fueron al Mundo Muggle al que Harry se había empeñado en llevar (N/A: Mas bien arrastrar en contra de la voluntad del Dragón) a Draco pasearon en Londres Muggle hasta que se hizo hora del almuerzo donde Harry los desapareció para llevarlos a donde Draco se llevó una gran sorpresa.
-¡Feliz Cumpleaños! –gritaron sus amigos al verlos entrar en la casa, sorprendiendo a Draco nunca se esperó que Harry y sus amigos hicieran esto por él. Se divirtieron, Draco pensó que no estaría mal volver a festejar su cumpleaños si todos eran así de buenos donde se alejaba del dolor que le causaba recordar a sus padres.
Ya a la noche Draco y Harry cenaron a la luz de la luna en la pequeña terraza.
-Gracias Harry has hecho que disfrutara mi cumpleaños de nuevo –agradeció sincero.
-De nada, solo sentí que fue lo correcto –contesto con un sonrojo en las mejillas a Draco le encantaba ver ese color adornando esa cara.
-Sigo pensando que hacer para tu cumpleaños espero poder superar lo que has hecho hoy, has hecho que vuelva a desear festejar de nuevo este día que antes traía solo dolor en serio gracias –dijo mirándolo a los ojos Harry ya no pudiendo contener sus sentimientos se estiro para capturar los labios de Draco en un beso, este no dudo en corresponderlo sorprendiendo a Harry de que le estuviese devolviendo eso que quería darle con tantas ansias.
-Te quiero –susurraron los dos a la vez sellando una promesa no pronunciada que había estado esperando cerrarse y su dulce candado se lo llevo el mar de lágrimas que escaparon de los ojos del Dragón sin que pudiese evitarlo.