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¡Qué cosas! por Amok Scarlet

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Notas del capitulo:

He aquí el segundo capítulo

espero les guste... y disfruten

Un día más, es lo que ha pasado. El dobe y yo llevamos saliendo casi un año. Ya estoy en la universidad y nos vemos más seguido. Sera el destino que quiere atarme a ese rubio, pero mis celos asesinos quieren irse en contra de esa peli-negra que se le acerca mucho a Mi rubio con su pose de “soy la niña más indefensa del planeta, protégeme” Huy si como no, le voy a dar su “indefensa”.


Y esta peli-rosa que no se separa de mí, parece chicle y grabadora con su “Sasuke-kun esto, Sasuke-kun lo otro” tsk, tengo que decirle lo de Naruto y yo a estas dos o me volveré loco. Solo llevó dos meses en este recinto y las cosas se ponen así. Pero ese dobe tiene la culpa por atontarme con sus “te amo, Sasuke” “te veo luego amor” y quien sabe que tanta cursilería que no puedo evitar ponerme sensible con él.


Y que conste ante el mundo entero que es solo con él. Y cuando me dan ganas, que si no lo dejó en la tierra besando el suelo que piso. Se lo merece.


Y en este momento viene hacía mí junto con la peli-negra, “a-le-ja-te” dicen mis ojos, porque no puedo decirlo, es amiga del dobe y aunque no quiera debo respetar su espacio.


— Sasuke — me mira con ojos iluminados, cómo me gusta ilusionarlo — vamos a comer, ¿vienes? — sí pones esa cara como negarme


— Sí, espera un momento — tenía que sonar el estúpido teléfono en este momento — Diga, así… no espera… ¿ahorita?... De acuerdo voy para allá


— Lo siento dobe, tengo que ir con Karin


— Um, está bien — como puede poner esa cara, lo quiero besar. No estaría mal, últimamente no nos vemos y como me he estado escapando por situaciones como esta no nos hemos… ustedes saben. Tomo sus mejillas y me acercó a su rostro para darle un beso en los labios, tan corto, pero lleno de mi amor hacía él, qué no me gusta que me vean hacerlo en público. ¡Y sí! Esta situación es mi culpa, porque le deje bien en claro que no muestras de cariño frente a la gente.


Cosa de la que me arrepiento por no poderme quitar a estas dos. Pero que se vallan enterando, que este rubio es Mío y de Nadie más solo Mío. Tal vez no debí hacerlo, ahora no se le quita la sonrisa del rostro, mejor que digan aquí corrió que aquí quedo y me hago la carrera.


Uff. Al menos no me atrapó y no tengo que andar dando explicaciones que se las arregle el dobe con esas dos. Debí quedarme y ver la cara de espanto de la peli-rosa y de paso ver en el suelo a la peli-negra. Pero el dobe se hubiera enganchado de mí y no me dejaría escapar.


— ¿Por qué te viniste corriendo?


— Nada, solo hagamos eso


— De acuerdo — entramos al salón y nos ponemos a trabajar en nuestro proyecto que por razones aún desconocidas, tenemos que entregar en unas horas. Se suponía era para mañana, pero bueno a trabajar



Después de haber acabado me fui a comer algo, no tenía nada en el estómago desde esta mañana. En fin aquí estoy a punto de salir de la escuela y ¡qué sorpresa! El dobe está esperándome, no se los he dicho, pero se ha comprado un auto. Tampoco es un último modelo pero no importa con tal de que esté a gusto y le dé el gusto de complacerme todo está bien.


— Sasu Nieves — le da por decirme así, desde la vez en la obra de teatro, cosa que me molesta y me excita, lo sabe — le he estado esperando, traje su carruaje — señala el auto — ¿gusta que lo lleve?


— Dobe — sonrío, me toma de la mano y abre la puerta, dejando que me acomode, dentro. La cierra y se da la vuelta. Entra y enciende la máquina, y viene lo que estaba esperando


— Así que ya puedo hacer “mis muestras de amor” enfrente de la gente — afirma no pregunta. Y está sonriendo pícaramente, me muerdo el labio y le afirmó con la cabeza ¿ya les dije que me pongo sensible con él? Pues sí, y hace aparición mi parte sensible y tomo su mano que está en el volante, acariciando sus dedos mientras me acercó y le doy un beso en los labios. Él se zafa de mi mano y la pasa a mi cintura y la otra la entrelaza con la mano que estaba rozando la suya.


— Tendrás que esperar — me dice alejándose de mí, sabe mis intenciones, ¡y es que llevamos mucho tiempo y no lo hemos hecho! Todo por la estúpida escuela y el maldito tiempo que no se deja. Me muero por hacerlo, pero le hago caso y me regreso al asiento.


Terminamos hablando de muchas cosas, evitando ese problema. Y me cuenta sobre cómo le explico a la peli-negra y a la peli-rosa sobre nuestra relación. Al menos ya no tendré que preocuparme por esas dos


— La verdad, me alivie de que lo hicieras, ya me estaba poniendo celoso de Sakura — no se notaba, no me lo hubiera imaginado si no me lo decía — pero no hice nada por ti


— Dobe — miró por la ventana — lo hubieras hecho — agregue en un susurro


— ¿Qué? — Qué bueno que no me escucho


— Que quiero hacerlo — le contesto a cambio y lo miro


— Ya llegamos — me cambia el tema. Me abre la puerta y me lanzo a sus labios, acercando mi cuerpo al suyo


— Sasuke, tú primero me pides que espere. No lo hagas difícil — sí, todo es mi culpa y mis reglas y él las sigue como buen soldado


— Ya no puedo esperar, olvídalas — le susurró al oído — tómame — escuchó que gruñe, siento su erección. Todas las veces que hemos estado solos, el solo me da a mí placer, no deja que se lo dé. Pero ya no puedo, un año cambia muchas cosas, como mi apetito por él, aumentando a cada día. Antes me sentía inseguro, creyendo que sería una relación pasajera, para él. Porque yo andaba colado por él desde la primera vez que lo vi.


Y gracias a la entrometida de Karin intercambié palabras con él.


Menudo día el que pase esa ves, venía diciéndome:


— Te está mirando — me susurraba al oído y eso me sonrojo, creyendo que era imposible — no está mal, tienes buen gusto. Me encantaría hacerlo con él — me puse nervioso al imaginarme a mí en la situación, volteé en ese momento y su mirada se cruzó con la mía, desvíe la mirada, y me sonroje aún más, creí que sabía lo que estaba pensando en ese momento


Y Karin parecía disfrutar la situación, se estaba riendo y de improviso me aventó y choque con su pecho, estaba nervioso y lo único que pude decir fue


— Yo… — demasiado nervioso como para formar una oración — perdón — y corría a alcanzar a la loca de Karin, me sentí estúpido


Al día siguiente Suigetsu y Karin me acompañaban, malditos locos, estaban peleando como siempre


— ¡Tú cállate!


— ¡No me callo vieja loca! — su discusión de siempre, pero esa vez refiriéndose a mí


— ¡Cómo me dijiste! — son tan irritantes, volteó a ver hacía le jardín donde riega las plantas de su casa, no tiene rejas ni nada por el estilo, es una casa pequeña. Y él siempre sale y las riega. Mi mirada se cruza con la suya y desvió la mirada


Cuando me doy cuenta Suigetsu se ha separado de nosotros y veo que le habla al rubio. Sigo caminando y Karin se va y veo como le da un coscorrón que lo dejo en el suelo, y después de hablar con el rubio regresa arrastrando a Suigetsu. El rubio voltea y vuelvo a mirar al frente. No quiero que note que me pone nervioso.


Pasa otro día y estos dos locos han vuelto por mí acompañados de Juugo, tenían que traerlo. Pero bueno, en nuestra caminata como siempre Karin y Suigetsu discutiendo y Juugo calladito como siempre.


Y la loca de Karin se aleja saludando al rubio, él le contesta, pero sigo caminando mirando de reojo. Noto que se acercan y después salió corriendo hacia acá. No dejo de verlo, hasta que damos la vuelta en la calle.


Karin viene riéndose y susurrando con Suigetsu y Juugo, es raro que no se estén peleando algo traman.


Después de todo eso llego el sábado, había un festival en la escuela y yo tenía que hacer el papel de la princesa, que no estaba de acuerdo, pero fue un sorteo y no me quedó de otra, tenía que “cantar” pero solo fue un aaa y un mmm nada de palabras.


La obra iba a empezar y las locas de mis fans gritaban un montón de tonterías que no me interesaban. Empezó la obra y todo fue bien. Al final los aplausos y ovaciones a mí persona no se hicieron esperar. Cayó el telón y me fue al cuarto donde guardan los disfraces, entre junto Suigetsu y Juugo para que me ayudaran a quitar el vestido, ¿cómo podían usar eso? Pesaba toneladas, pero al fin acabo


— Juugo, ¿qué pasa? Ya me quiero quitar el vestido — le hablaba pero no respondía, así que voltee — Juugo… — ¡estaba ahí! Me vio con el vestido, que pena


— Hola — me saludo y estaba ruborizado, me di la vuelta completamente


— ¿Qué hace aquí? — pregunte algo temeroso, pero me alivie de que mi voz saliera normal


— Tu amiga me dejo pasar — esa Karin, seguía entrometiéndose


— Ah, ya veo — al ver que el lugar estaba vació me sonroje


— ¿Te ayudo? — vi cómo se acercaba y yo retrocedí


— N… no hace falta — estaba nervioso


— ¿Seguro? — preguntó


— S… sí — choqué contra la pared — de verdad — sus brazos me habían atrapado. Tuvimos nuestro primer beso, hasta que nos interrumpieron


El salió después de decirme que esperaría a fuera. Yo solo asentí. Me cambié el vestido y mis fans no tardaron en llegar, lo que haría por quitármelas de encima. Al final termine siendo fotografiado y dando autógrafos, recibiendo flores y regalos que abandone en el auditorio. Quien sabe quién se los quedó.


Después me reencontré con el dobe que me hizo experimentar mi primer orgasmo, wow fue genial, pero no hicimos nada más después de eso y estamos en la situación actual


— Sasuke, ¿estás seguro? — acaricia mis cabellos, ¿Cómo tiene tanto autocontrol?


— Sí, Naruto, por favor. Quiero ser tuyo y que seas solo mío — apresa mi cintura y susurra en mis labios


— Yo era tuyo desde hace mucho — me suelta — pero ahora no, ya es tarde y mañana tenemos clases


— Mhj — le afirmo y lo beso de nueva vez — nos vemos mañana — me meto a la casa. Escucho que arranca el auto y dejó caer mi mochila en el suelo.


Paso por la cocina y veo a mis padres hablando, los saludo y me preguntan si quiero cenar, yo niego. Luego veo a mi hermano en la sala y me alza la mano en forma de saludo. Camino hasta mi habitación y me tiro a la cama solo quiero dormir un rato.



Ya han pasado un poco más dos semanas y nada ya estamos en viernes, pero bueno, al menos ahora el dobe me da “cariñitos” en la escuela, eso me relaja, sí me relaja. La escuela entera lo sabe, y poco me importa con tal de que me consientan.


— Sasuke — estamos almorzando


— ¿Qué pasa dobe? — Se ha acostumbrado a mi forma de llamarle


— Tienes libre la tarde ¿no?


— Mhj — le respondo


— ¿Quieres tener una cita conmigo? — Lo miró sorprendido, cita… cita…


— Sí — no sueno entusiasmado, pero él sabe que lo estoy


— De acuerdo, paso por ti cuando terminen tus clases, te dejo, tengo a Kakashi y se pone… espero que no te de clases — me da un beso y se va.


Estoy esperando esa cita, hace mucho que no tenemos una. Solo dos horas más y seré libre



Las horas se me hicieron eternas, todo por esa ansiada cita y como lo prometido es deuda el dobe está esperándome en la entrada del recinto. Me saluda desde lejos y me da una de esas grandes sonrisas tan propias de él.


— ¿Y a dónde vamos? — preguntó mientras entramos al auto


— Ya verás — no me quiere decir


— Una pista — parece pensarlo


— No — se ríe, cuando se propone algo nunca hace caso. Ya ni insistir, me acomodo un poco en el asiento y miró hacia fuera. Enciende el audio, su música rara. Pero ya me está gustando, de tanto escucharla como no.



— Sasuke, Sasuke


— ¿Qué? — parece que me quede dormido


— ¿Te gusta? — ¡Oh dios! ¿Dónde estamos? Lo miró confundido y en busca de respuestas — ¿Quieres vivir conmigo?


¿De verdad? ¿Enserio? Me da un beso que yo correspondo con ansias, ¡no lo puedo creer!


— Y… — se separa de mí — ¿Quieres vivir conmigo?


— ¡Claro que sí dobe! — le salto encima, es un departamento. Ya está amueblado, no es muy grande pero qué más da, sí puedo estar junto a él, hasta debajo de un puente


— Qué bien, te enseñare la habitación — me lleva cargando hasta la habitación y…


— ¡Oh dios! Tú… tú lo planeaste todo — le señalo acusadoramente. Solo me sonríe bajando los hombros. La habitación está pintada de blanco con puntitos en el techo de color azul, una cama matrimonial con sábanas blancas y en una pared dice


“Sasu Nieves cásate conmigo


De tú lindo plebeyo”


Con letras en color naranja y un dibujo de blanca nieves y el príncipe como en el cuento, pero este dobe. Me abraza y apega mi espalda a su pecho, acercándose a mí oído y susurra


— Sasu Nieves, aquí te haré mío — siento un espasmo delicioso. Giró la cabeza y el me atrapa con su boca, dándome la vuelta y dirigiéndonos a la cama. Caigo en ella, se aleja de mí — Te amo — acaricia mis cabellos con sus dedos acercando su rostro y respirándolos, siento un cosquilleo — Desde la primera vez que te vi — pasa a mi oreja que lame y vuelvo a sentir esos escalofríos correr por mi cuerpo — Tú te has vuelto mi dueño — una de sus manos paso por mi vientre mientras sube hasta mi pecho y acaricia con suavidad — Mi amo — mis manos se aferran a su espalda, acariciándolo y buscando como quitarle la camisa que trae puesta — Solo tú — captura una de mis manos y se la lleva al pecho cerca del corazón — Puedes hacer latir mi corazón así — se inclina y me besa, un beso tierno, que se torna salvaje sin quitar lo tierno


Su mano que masajeaba mi pecho se esconde debajo de mi cuerpo, contorneando el ras del pantalón, colándose y sobando mis glúteos que no puedo evitar gemir — ¡Ahh! — una sonrisa aparece en su rostro, una pícara sonrisa, saca su mano y empieza a desabrocharme el pantalón y yo su camisa, paso mis manos por sus hombros deslizando la camisa, se muerde el labio cuando quiero quitarle los pantalones y gime cuando se los quito deslizando mis manos por sus caderas.


El pasa sus manos por mi playera y subo las manos para que termine de quitármela. Los dos quedamos en bóxer, yo negros él azules. Paso mis dedos por el bulto que se deja ver y se inclina dejando atrapada mi mano entre ambos cuerpos. Se frota y empieza a besar mi cuello. Se siente tan bien — ¡Ahh! — me muerde y lame después, una de sus manos empieza a jugar con el borde de mis bóxer bajándolo poco a poco, sin dejar al descubierto mi miembro que ya quiere salir. Él se ocupa de mis pezones con la otra mano y su boca, esa boca que muerde — ¡Ahh! — ya no siento la otra mano moverse y — ¡Naruto! — Parece que ya sé dónde está, se está meneando por mi… — ¡mgh! — Sí, por fin la atención que necesitaba


— ¿Te gusta? — tomo mi mano con la suya y frotamos juntos mi pene


— S… Sí — me vuelve a morder el cuello, la mano que frotaba mi pecho ha descendido y se ha perdido en mis muslos — agh — creo que perderé la noción de lo que sucede, ha colado nuestras manos debajo de mis bóxer, haciendo presión en mi miembro — Ahh… me… — siento que viene, su  otra mano ha bajado mis bóxer dejándome completamente desnudo


— Todavía no — lleva mi mano a sus dedos y los muerde — te haré ver el cielo — ¡Oh sí lo quiero ver! — Espera — no quiero esperar. Se acerca al mueble junto a la cama y saca una botellita, la destapa y se quita el bóxer tan lentamente que parece un baile erótico. Vierte el líquido en una de sus manos y se vuelve a mí, separando mis piernas con su rodilla.


Se inclina a besarme y susurra contra mis labios — te va a encantar — su mano con el líquido se mete en mi entrepierna, cosa que me da escalofríos — tranquilo — va viajando hasta mis glúteos, y abriéndose paso entre mis nalgas. Roza mi hoyito con su dedo helado masajeándolo, haciendo que me estremezca.


Besa mi barbilla, y entra, no saben cómo duele. Pero se confunde con el placer que siento cuando empieza a bajar sus besos por mi pecho, su dedo se mueve en círculos entrando y saliendo. Y entra uno más que me hace quejarme, se queda quieto por un momento y muerde mis tetillas empezando a moverlos abriéndolos y separándolos dentro de mí. Siguen bajando sus besos hasta quedarse en mi vientre, su mano libre me regala caricias en mis muslos, mis manos están aferradas a las sábanas.


Otro más y gimo aún más fuerte, mete su lengua en mi ombligo y muerde haciéndome gemir de nueva vez — Me aprietas — dice con voz gruesa y empiezo a mover mis caderas hacia sus dedos y los saca — hay algo que te va a gustar más — toma su pene y yo lo veo, veo como se acaricia y toma la botellita que había perdido de vista untándose el líquido en su extensión — ¿La quieres? — Me pregunta mientras sube mis piernas a sus hombros y yo no puedo dejar de mirarlo — ¿Sasu Nieves lo quieres? — Me relamo los labios, ¿por qué tiene que ser tan sexy y provocador? — ¿Qué dices?


— Sí, la quiero — contesto con una voz que desconozco


— Te volverás adicto — me dice, y mete la punta en mí. Cosa que me duele y el me besa los labios, mordiéndomelos. Pasando por mi oído que también muerde, lamiéndolo — está dentro — dice un poco después, pero se queda quieto y besa mi cara, mordiendo mi nariz y yo muerdo su barbilla, paso mis brazos a su espalda y lo acarició, hasta que me siento cómodo con él dentro y muevo mis caderas hacia él — ¿Listo? — pregunta sarcásticamente y saca y mete de una vez, haciendo que me arque por el movimiento y aferrándome a sus hombros


Sigue embistiéndome y de repente para, tomando mi cintura y sentándome en él — ¡Ahh! — entre profundo y me recargo en su pecho por un momento — ¿Por qué hiciste eso? — le preguntó fingiendo enojo


— Así te gustará más — sus manos se aferran a mis caderas y sube mi cuerpo, bajándolo y… — ¡Ahh… Na…! — busco su boca mientras seguimos el sube y baja, provocando que grite mientras me incita con sus palabras


— Sas… eres tan… estrecho — su voz entrecortada, yo también ayudo con el sube y baja y él toma mi miembro apretándolo


— ¡Agh! — Siento próximo el orgasmo y se lo hago saber — Naru… to… ya…


— No… aprietes tanto…


— ¡Ahh… Naruto… sí…!


— ¡Mgh… Sasuke…! — gime mi nombre y caigo en su pecho después del extraordinario orgasmo que acabo de sentir. Siento que se recarga en mi hombro y su respiración agitada rozando mi oído — Fue fantástico — me dice tomándome de los hombros y dirigiéndose a mis labios — Eres maravilloso — habla contra mis labios que lame y besa, yo solo le correspondo.


Siento mis ojos pesados y parece que se da cuenta. Sale de mí y me recuesta en la cama, jalando las cobijas y cubriendo mi desnudes con ellas. Se levanta y apaga la luz, regresa y se mete a la cama, arrimándome a su cuerpo que yo estrecho con mis brazos. Siento que aspira mis cabellos y los revuelve con su mano. Eso me calmo aún más provocando que mis ojos se cerraran escuchando sus últimas palabras antes de quedar dormido — Te amo



¿Dónde está? Mgh, no lo encuentro, Ah, aquí está…


— Sasuke — solo un ratito más — te traje el desayuno — entre abro mis ojos y ahí está mi rubio, acariciándome las mejillas — ¿tienes hambre? No comimos nada ayer


— Ahh — un bostezo sale de mi boca — cierto, no comimos nada — me percato de que estamos desnudos y me sonrojo


— ¿Tienes fiebre? — A veces es muy dobe, le muerdo la mano antes de que toque mi frente — ¡auch! — se soba


— Dobe


— Teme


— Mejor dame de comer que muero de hambre — somos muy cambiantes


— Te traje hot cakes — me da un plato con tres hot cakes pequeños, tienen silabas en ellos, el primero dice Ca, el segundo dice Te y el tercero Mi — Mira — me enseña otro plato con otros tres hot cakes que igual a los míos tienen silabas, uno dice Sa, el otro Con y el último Go — los pones así — mueve los hot cakes de platos acomodándolos — Cásate conmigo — me dice mientras leo las palabras en los hot cakes, el dobe puede ser de los más dulce, ¿ya lo había dicho?


Levanto la cara y le sonrió, han sentido esas ganas de llorar, te da un dolorcito en el estómago que arde en la garganta, corta la respiración y tus ojos sientes arder. Así me siento en este momento. Mis labios tiemblan y no puedo dejar de parpadear para que las lágrimas no salgan, primero su propuesta de que viva con él, luego en la pared su pregunta con el estúpido dibujo y ahora el desayuno. ¿Cómo decirle que no? ¿Cuánto tiempo habrá tardado para hacer esto posible? No lo sé y no necesito saberlo, al menos por ahora, dejo los platos en la cama y me lanzó a sus brazos. Sin poder retener mis lágrimas y le grito al oído, estoy tan feliz


— ¡Sí, dobe, sí, por supuesto que sí! — el me abraza, sé que está sonriendo. Le beso el rostro


— Eres lo mejor que me ha pasado — me toma las mejillas y me besa, un beso chiquitito. Me separa y nos sonreímos. Ayer fue hermoso, no quiero separarme de este dobe. ¿Qué les diré a mis padres? Bah, será en otro momento el dobe ya me está comiendo con los hot cakes sobre mí, mejor disfrutar de otra ronda de dulce, rico y delicioso sexo.

Notas finales:

¡¡Listo!!

¿Qué tal? Les gusto

¿Quieren ver la boda?

Gracias por leer


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