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Eligeme. por Black-sama

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, todos son obra de 

Furuya Daisuke

Este fanfic es un AU escolar, sin embargo, hay vampiros e hibridos en este fanfic.

Notas del capitulo:

Espero les guste. El fandom de Owari me trae loco desde hace un tiempo y por fin me animé a escribir de mis dos nenes favoritos. Les repito que habrá pareja hetero que es Shinoa y Yuu pero no se preocupen, habrá muchisimo más MikaYuu así que lean con tranquilidad.

En la escuela, Mikaela, un estudiante promedio de preparatoria, no lograba enfocarse en la lección del día, la lección tenía algo que ver con algebra y trigonometría, pero la mente del chico sencillamente no estaba conectada a su clase. Mikaela estaba pensando en su mejor amigo, su objeto de admiración, Yuichiro. Yuichiro, a quien usualmente solo llamaba Yuu, era bastante famoso en la escuela, más que nada porque siempre estaba metido en algún tipo de problema, aunque era un joven de lo más agradable, también era un cabeza dura, necio y temperamental. Pocos en el instituto no conocían el nombre del chico que estaba en boca de todo profesor, o alumno testigo de sus locuras. ¡Ah! También destacaba mucho en los deportes siendo un joven enérgico. Mikaela podía lidiar con los deportes, era incluso ligeramente mejor que Yuu, pero nunca competía seriamente contra él, prefería estar siempre de su lado y así ganar siempre, por ello Yuu adoraba que Mikaela estuviera en su equipo siempre. Y bueno, volviendo al tema, el joven Mikaela, estaba pensando en su mejor amigo porque estaba preocupado ya que Yuu se había saltado dos clases seguidas en el día, algo inusual incluso para él. ¿Dónde podría estar? Podía estar en la azotea de la escuela perdiendo el tiempo, podría estar comiendo o haciendo alguna tontería…


Y entonces, los pensamientos de Mikaela se  vieron interrumpidos por algunos murmullos de exaltación.  Varias chicas del salón miraban hacia la ventana, algo “interesante” estaba sucediendo. Mikaela no prestó atención, poco le importaba, sin embargo todo cambió cuando escuchó decir: —¡Se le están confesando a Yuu! ¡Y es Shinoa Higari! —más murmullos, las chicas vueltas locas observaban el gran suceso. A Mikaela, no le vino en gracia, sus ojos se abrieron ligeramente por la sorpresa… era imposible, tenía que serlo. Todo su mundo se hizo trisas, el piso parecía desaparecer bajo sus pies. Ira, incertidumbre, temor; todo un torbellino de emociones le azotó. Shinoa Higari, ella era un hermosa chica de otra clase, amiga de Yuu desde hace poco.


Ganas no le faltaban al rubio para lanzar la silla por la ventana e impedir que esa confesión sucediera. Sin embargo, mantuvo la cama, se estiró un poco para ver y observó como Shinoa le entregaba una carta a Yuichiro, después de eso simplemente se despidió y salió corriendo, seguro ella tenía que volver a clases. Mikaela observó el estupor en la expresión de su mejor amigo, incluso él estaba sorprendido y confundido, pero no parecía disgustado, ¿Cómo podría estarlo? Shinoa era una chica adorable, fuerte, destacada tanto en deportes como en calificaciones, sensata pero alegre… ¡Maldición! Era un gran candidato para ser novia de Yuu. No obstante, Mikaela no cedería ante nada, Yuichiro era suyo, de nadie más. Habría que poner cartas en el asunto. Decidió que hablaría con él a la hora del almuerzo, tenía planeado sacar el tema de manera casual, no fue necesario, Yuu sacó el tema al instante.


—Hoy me pasó algo raro. —Dijo mientras le daba un gran mordisco al pan que sostenía en su mano—. Shinoa me dio una carta, aún no la he leído, es una confesión… no sé cómo tomarlo. No entiendo a las chicas.


—Deberías leerla y responderle honestamente. —Contestó Mikaela, sonriendo como de costumbre, como el chico agradable que siempre era, aunque intentara ser severo, cuando estaba al lado de Yuu, solo había una personalidad para él. En el interior del chico rubio algo gritaba “Dile que destroce la carta y lo ignore”, pero no lo dijo, sería raro para Yuichiro que su amigo amable y alegre se mostrara tan frio al respecto.


—Quizá le diga que sí, después de todo es muy linda… además me agrada. —comentó Yuichiro, pensativo, estaba considerándolo de verdad. Quería mucho a Shinoa, era su mejor amiga, le podía contar todo y aunque era severa con él a veces solo lo hacía porque se preocupaba. ¿Sería buena idea tener una relación amorosa con ella? No era algo tan sencillo, sin embargo, todas las flechas comenzaban a apuntar para que Yuu diera el “sí”. Mikaela se puso pálido. —¿Huh? ¿Mika? ¿Estás bien?


Yuu notó que Mikaela estaba peor que pálido, como si hubiera escuchado la peor noticia del universo, se notaba el malestar en sus facciones, eso le preocupó. El rubio le respondió con una sonrisa asegurando que solo era el calor, que todo estaba muy bien. Yuichiro decidió no prestarle mayor atención al caso, si Mika decía que estaba bien entonces le creía por completo, era su mejor amigo, y le creía al cien por ciento.



—¿Cómo te fue? ¿S-Se la diste?


—Sí, puedes estar tranquila, Yuu la aceptó.


Mitsuba, con el corazón a punto de reventarle, soltó un suspiro de alivio. Hace tiempo que deseaba confesársele a Yuichiro, pero no tenía el valor, además ella era bastante orgullosa, la idea de ir y darle una carta romántica, ella misma, para confesarle sus sentimientos resultaba demasiado bochornoso. Por eso, Sangu, le pidió ayuda a Shinoa, su mejor amiga y compañera de clase. Aunque Sangu también era amiga de Yuu, la verdad Shinoa tenía una relación más estrecha con él. Ambos eran como hermanos.


—Espero que la lea pronto, no quiero esperar. —espetó la blonda, haciendo una mueca, esperar le ponía de malas, le agitaba demasiado.


Shinoa le dedicó una dulce sonrisa a su amiga, la verdad no había mucho que pudiera decirle, no tenía gran practica dando discursos a sus amigos, era más sencillo mostrar su afecto con acciones.



Como pasó.


—¡Yuu! —Shinoa, que iba de paso, divisó a Yuichiro flojeando como siempre, así que, aprovechando que tenía la carta de su amiga en el bolsillo fue corriendo donde él.


—¡Ah! ¡Shinoa! ¿Qué sucede? —Yuu saludó enérgicamente a su mejor amiga.


—Acepta esto por favor. —la joven de cabello lila grisáceo extendió el sobre, tenía mucha prisa así que no escatimó en detalles, además era obvio que la carta no era suya, o por lo menos eso pensó ella, dando por sentado que él al leerla entendería lo que sucede. Yuu tomó la carta y la observó estupefacto, no estaba seguro de que decir o cómo reaccionar.


—Uh… De acuerdo. —respondió quedo, sin quitar sus ojos del sobre, ¿Acaso eso era una carta de confesión? ¡Tenía que serlo! Por eso ella se veía tan agitada, por eso se la dio con tanta prisa, Shinoa era el tipo de chica que no siempre expresa sus sentimientos… o por lo menos todo eso sacó a concluir el joven de ojos verdes.


—¡Nos vemos!


Y en un abrir y cerrar de ojos Shinoa ya se alejaba corriendo.



Mikaela no podía dejar de golpear cosas en su habitación. No le importaba quebrar cosas, incluso lanzó su lámpara contra la pared. Golpeaba los cojines, pateaba el colchón, destrozaba papeles, pero nada calmaba su ira, su impotencia, su desesperación.


—¡¿Por qué?! ¡Debí besarlo en ese instante! ¿Por qué no le dije que la rechazara? ¡Maldición! —gritaba frenético, yendo de aquí para allá, caminando de un extremo al otro de su habitación como perro rabioso enjaulado. Vaya que se sentía mal, deseaba con todas sus fuerzas poder regresar en el tiempo para así tragarse sus palabras. ¿Por qué tenía que ser siempre tan permisivo con él? Le era imposible sacar su lado malo cuando estaba con él, todo era dulzura, irremediablemente, las ganas de ser alegre a su lado le devoraban por completo. No existía el “Mika serio y frio” que todos los demás alumnos conocían, al lado de Yuu solo existía “El Mika alegre y dulce” era una naturaleza prácticamente irremediable.  Se maldecía un poco por ello.


—Diablos… ¿Qué se supone que haga ahora? —se echó en su cama, estaba hecha un desastre. Se había cansado de romper cosas que después tendría que limpiar, sería mejor pensar las cosas con calma para examinar la situación. ¿De verdad podría Shinoa aguantar a Yuu?  Talvez ni siquiera durarían una semana, eso siempre pasa con los mejores amigos, muchas veces se dan cuenta de que es puro amor de hermanos y las cosas terminan por la paz. Mikaela deseaba que eso fuera cierto, que este fuera el caso. Sin embargo, entendió que eso no resolvería el problema, aún si esa pequeña relación no era la gran cosa, vendrían otras, Yuichiro era un chico en extremo llamativo y sí, apuesto, con gran actitud, por lo tanto no pasaría mucho para que llegara el tiempo en el que más de una chica se le confesara en el día y eso, era pésimo, por menos que duraran los noviazgos de Yuu, Mikaela seguiría  en desventaja.


De repente la habitación se vio inundada por un silencio absoluto, solo el sonido del reloj hacía eco, débilmente. Los ojos azulados del chico se quedaron en la nada, observando hacia el techo, su mente intentaba trabajar lo más rápido que fuera posible para idear alguna solución a su problema. Y había muchas soluciones que le podrían favorecer pero la mayoría implicaban arriesgar por completo su amistad con Yuu, la mayoría de sus ideas tenían un alto porcentaje de fracaso o con represalias irreparables. No importaba el escenario, los resultados eran los mismos: O le aceptaba y correspondía o le rechazaba y alejaba. El chico de cabello rubio estuvo pensando mucho tiempo, antes de darse cuenta incluso ya era de noche, su cuarto seguía hecho un desastre al igual que su corazón, tenía que arriesgarlo todo… no dejaría que Yuichiro le diera un ‘no’ por respeta.


—Ahg… además…


Los azulejos de Mikaela se movieron suavemente hasta llegar a la ventana, la luna se reflejaba claramente. Ah, ¿Ya estaba a su límite?


Mikaela, el chico de en sueño, serio y recatado, tenía un secreto. Mikaela era un vampiro del tipo incubus… que hasta el momento había aguantado muy bien el hambre que, hasta hace poco, había comenzado a molestarle.


—Tengo sed…


No obstante, Yuichiro era prioridad.



Yuichiro aquella mañana se encontraba muy enérgico, había pensado mucho en lo que diría como respuesta, de hecho estaba tan seguro que ni siquiera se tomó la molestia de leer la carta, la dejó en su sobre y así la observó toda la tarde anterior, durante tanto tiempo que sus ojos estaban un poco cansados y aun así estaba muy seguro  de todo lo que le diría a Shinoa. De hecho, luego de darle la respuesta a la joven, posiblemente iría con su mejor amigo a contarle todo lo ocurrido con extremo detalle, lo bueno era que podía contarle todo a Mika.


Yuu caminó como siempre, hasta llegar a la calle donde él y su mejor amigo siempre se encontraban para ir juntos a la escuela, se suponía ese día también sería igual. Sin embargo, cuando llegó al punto de reunión pasaron los minutos y nada sucedió. ¿Se habría atrasado? Yuu le dio una oportunidad y le esperó un poco más. Nada, nada sucedía. Intentó llamarle repetidas veces a su celular pero Mikaela tenía el teléfono apagado. Yuichiro, observando la hora, quizá suponer que quizá estaría enfermo y se había quedado en su casa dormido.  Probablemente intentaría llamarle más tarde.


Ya en la escuela, todo sucedió como debía suceder. Hasta que dio el timbre del almuerzo.


— ¡Oye! ¡Yuichiro! ¿No vienes? Vamos a jugar un partido de futbol.


— ¿Eh? Ah, no, tengo algo que hacer. —dicho esto, tomó su almuerzo y salió corriendo.


Las chicas del salón intercambiaban chismes, la mayoría suponía que Yuu iría a ver a Shinoa, y estaban en lo correcto.



— ¡Shinoa! ¡Ven! ¡Vamos a la azotea! —gritó Yuu, antes de seguir corriendo. Shinoa, que estaba platicando con Mitsuba, ni tiempo tuvo de preguntar, se encogió de hombros ligeramente, ya estaba algo acostumbrada a las locuras de Yuu. Le dedicó una sonrisa reconciliadora a su amiga, ya que esta le miraba con tremenda preocupación por todo el asunto de la confesión.


—No te preocupes, todo irá bien. —volvió a decir Shinoa, con amabilidad. Tomó su almuerzo y salió del salón ignorando todos los cuchicheos que escuchaba sobre ella y Yuu, por lo visto en el salón de Yuichiro había un enorme malentendido pero podía arreglarse una vez que ambos chicos hablaran, al menos eso quería pensar ella. Acomodó su cabello solo por reflejo y se dirigió a las escaleras en calma aunque, por alguna razón desconocida a cada escalón que subía su inseguridad iba en aumento, algo la traía nerviosa, intentó darse ánimos a ella misma, seguro que Yuu le diría que intentaría salir con Mitsuba y las cosas resultarían perfectamente. No obstante, estaba bastante equivocada. Pues apenas puso un pie en la azotea, los ojos verdes y emocionados de Yuu brillaban con total fulgor, algo tenía él entre manos, siempre lucía así de alegre cuando algo se le ocurría.  La chica de cabello lila grisáceo tragó en seco, dedicó una mirada tranquila y acomodando su cabello una vez más, respiró hondo, cerró la puerta y sosteniendo su pequeña caja de almuerzo entre los dedos, se acercó a Yuu.


— ¿Ya tienes una respuesta? —preguntó ella, intentando sacar platica, el ambiente era extraño, tan raro como el aura que sentía.


—Me costó un poco, lo estuve pensando. —comentó el azabache, recargado en el barandal, observando hacia abajo, parecía estar sumido en pensamientos.


—Espero no haberte causado problemas, tenía que entregarte esa carta.


—No, está bien —Yuu sonrió, se volteó con ella y la miró a los ojos con una ligera sonrisa adornando su expresión.


— ¿Huh? ¿De verdad? —Shinoa podía casi jurar que él lo tomaría de manera inmadura o que se alteraría.


Yuu tomó de repente las manos de Shinoa, la encaró firmemente, ella no se percató de que, ya era demasiado tarde para retroceder.


— ¡Mi respuesta es Sí! ¡Se mi novia por favor!


La menor, se quedó helada, tan helada que ni siquiera retiró sus manos del agarre de Yuu, su corazón latió muy fuerte, la confusión y la incertidumbre le llenaron en un instante. ¿Qué significaba todo eso? No tenía nada de sentido, de verdad era totalmente incompresible, al grado en que, ella consideró que Yuichiro se había golpeado en la muy fuerte en la cabeza esta vez. ¿Tendría fiebre? ¿Estaría enfermo? Shinoa estaba por decir algo, cuando algo cálido hizo presión contra su rostro, los labios de Yuu apenas la tocaban, pero eso claramente era un beso. Ella, con sentimientos encontrados, no se movió, no dijo nada, su mente había quedado en blanco.


Notas finales:

Salseo salseo y más salseo. Mikaela es un celoso y tiene muchos motivos para estarlo :'D Yuu es un idiota que debería leer las cartas y pobre Shinoa estará entre espadas y pared. 

<3 ¡Espero hayan disfrutado de la lectura! ¡nos leemos! 


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