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Dead por _cmblmrv_

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Notas del fanfic:

Esta historia tiene un cambio muy drástico que va a producirles muchísimas sensaciones. Espero que les guste y se enganchen bien con la historia.

Camino a la escuela, se encontró con los pequeños niños que cuidó por unos meses como trabajo de medio tiempo. Le gustaba sentirse querido y estar con ellos porque despertaban cierta sensibilidad en él.

– ¿Cuándo vamos a volver a ver a Chanyeol? –Preguntó una chiquilla de ojos grandes y dos coletas.

– ¿No ha ido a visitarlos?

Los niños negaron con la cabeza.

– ¡Ah… ese grandulón no tiene modales! Le diré que los visite pronto pero ahora me tengo que ir. –Sacudió ambas manos y los niños le desearon buena suerte en el día.

Entró al aula y se hizo en la clásica última silla pegada a la ventana y seguido de él, llegó el chico al que hasta el pantalón más largo, le quedaba corto. Saludó al otro y se sentó en el puesto del lado.

–Hace mucho que no venía a estudiar, huele igual de mal. Como a angustia de estudiantes y a gomas de borrar gastadas. Asqueroso.

El otro recostó su cabeza sobre sus brazos apoyándose en la mesa sin quitarle la mirada al alto.

–No deberías faltar tanto, además, no huele así, o ¿Es que soy yo el asqueroso preocupado que gasta gomas de borrar al que te refieres?

El chico hundió su rostro entre sus brazos mientras que reía y Chanyeol sonrió y le sacudió el cabello, cada vez más fuerte hasta que se volvió molesto y el otro le quitó la mano de un golpe fuerte.

–Oye, no seas tan fuerte.

Su amigo Taemin se quejó. El otro miró por todo el salón pero Chanyeol se había ido y la gente ya había llegado, seguramente se iría a saltarse un par de clases.

 – ¿Por qué tan dormido?

Y su hipótesis fue comprobada cuando vio al gigante afuera del aula haciéndole un ademán de silencio con una mirada pícara para luego salir corriendo. El chico echó una pequeña risa y Taemin se molestó ya que se la había pasado hablando en esos instantes y se sentía ignorado.

 – ¿A qué le sonríes? –El otro no respondía. – ¡Kyungsoo!

– ¿Qué?

Respondió en seco y el otro simplemente calló, se resignó y se aplastó en la silla del lado. Cuando el aula estaba completa y la campana había sonado, el maestro entró contándoles que había un nuevo alumno transferido y lo hizo pasar de inmediato para que se presentara. El chico entró y antes de poder decir una palabra Taemin intervino:

– ¡Kim Jongin! ¿Qué haces aquí?

– ¿Taemin? –El otro lo miró con confusión. – ¿Qué haces tú aquí?

–Lee Taemin, vaya a su asiento.

El estudiante, sin borrar la sonrisa de emoción que le produjo la presencia de su conocido, obedeció. Los murmullos de todos los estudiantes, y sobre todo los de las chicas, inundó el salón de clases y el maestro echó un grito.

 

A la hora del recreo, mientras todos hablaban sin control y Jongin era rodeado por muchos junto a un Taemin completamente dichoso, Kyungsoo redactaba una descripción del alumno nuevo; tenía un cuaderno grueso lleno de datos y dibujos de cada persona que conocía porque consideraba que todos eran importantes y era bueno tenerlos en recuerdo por siempre. Se quedó mirando, en su quietud, las sonrisotas que emanaban de las bocas de sus compañeros y sentía como si esas partículas de felicidad fueran propias. Ver a alguien tan feliz era bastante acogedor.

A la salida, Taemin y Jongin se fueron juntos dejando a Kyungsoo solo; él era muy lento para alistar sus cosas y salía siempre de últimas cuando ya estaba oscureciendo. Caminando por el largo corredor hacia la salida sintió un peso a sus espaladas y se dio la vuelta examinando el lugar con sus ojos redondos sobresalientes. No había nadie, así que siguió caminando tranquilamente hasta que se detuvo en seco al leer un mensaje de un número desconocido.

“Detente y no mires atrás.”

Kyungsoo tragó saliva y su cuerpo se volvió rígido. El sonido del corazón lo tenía en los tímpanos y más cuando con la poca luz que aún había, se formó una sombra sobre el suelo que cada vez se acercaba más y más. –si me hace daño, llamaré a la policía.

Y sintió unas grandes manos sobre sus hombros caídos, que pronto lo pusieron al otro lado. Un abrazo, sintió un abrazo proveniente de un cuerpo grande y de buen olor.

– ¿Dónde estuviste? –

No le contestó y le estampó un beso para luego llevárselo a uno de los baños del corredor. Se encerraron en un cubículo y Kyungsoo no sabía qué hacer, por eso simplemente se aferró a la espalda ancha del chico y se dejó llevar. Chanyeol le robaba besos; algunos tiernos y otros salvajes en donde le mordía los labios dejándolos un poco maltratados. Ambos se quitaron los blazers y luego el más alto empujó a Kyungsoo sobre el inodoro y se sentó encima de sus piernas, cerca de su pelvis. Hizo un par de movimientos circulares mientras le desordenaba la ropa, el más bajito se contenía los suspiros e incluso la respiración agitada ya que le daba vergüenza que alguien escuchara. De repente, su vista se nubló hasta volverse oscura bien oscura y mientras estaba en ese extraño estado de somnolencia, escuchó unos golpes fuertes en la puerta junto con una voz a la cual no podía distinguir.

– ¡Kyungsoo, sal del baño!

Gritó la señora Kim, quien había estado insistiendo bastantes veces. El nombrado abrió los ojos abruptamente y notó que estaba sentado en el inodoro con los pantalones abajo y las manos en sus partes. Se incorporó de inmediato y le contestó que saldría en un minuto. Se miró en el espejo mientras se lavaba las manos y notó lo enrojecido que estaba. Abrió el botiquín y se tomó dos pastillas para el dolor de cabeza, ya que lo estaba matando.

Salió del cuarto, bajó a cenar y saludó a todos los chicos. Vivía con unos trillizos de catorce años, eran dos hombres y una niña y eran hijos de la señora Kim la cual se había hecho cargo de Kyungsoo y lo había acogido como un hijo propio cuando nadie más lo quería ayudar. Se sentó en el puesto disponible y tomó un plato para luego juguetear con la comida sin probar bocado.

– ¿Te conté de mi hijo mayor? ¡Irá a la misma escuela a la que asistes! Seguro serán excelentes amigos.

Kyungsoo le sonrió para hacerle saber que la estaba escuchando y siguió pensando en el extraño suceso de unos momentos atrás; todo había sido muy real para ser una fantasía de adolescente con las hormonas alborotadas.

 –El vivirá aquí.

Kyungsoo se atascó con la cucharada de sopa que se había metido hace un par de segundos. – ¿Aquí? ¿Dónde dormirá?

Y la mamá lo apuntó con el dedo índice y él, abriendo los ojos,  se apuntó a sí mismo.

– ¡¿Conmigo?!

La señora asintió con una sonrisa mientras que los trillizos rieron. Todos ya habían terminado, así que se fueron a realizar sus distintas actividades mientras Kyungsoo comía amargado.

Se fue a la habitación, era espaciosa pero a él le gustaba tener sus dibujos pegados en la pared. Estaban por orden cronológico y colgaban de pequeños chiches de colores rechinantes. Se sentó en la silla pegada a la ventana y se quedó viendo el cielo nocturno que tenía pecas brillantes. Cuando se encontraba estresado, solía sentarse ahí y empezar a unir estrellas formando figuras pero esta vez fue interrumpido por la vibración de su celular. Un mensaje enviado desde un número desconocido había llegado.

‘’La luz de la una te hace ver más lindo’’

‘’Lo siento pero ¿Quién es usted?’’

El celular volvió a vibrar, esta vez dos veces.

‘’Kyungsoo, hace unas horas estábamos juntos en el baño de la escuela…’’

‘’ ¿Ya lo olvidaste? ’’

Kyungsoo empezó a pensar con cabeza dura pero todo parecía muy extraño, cualquier persona de la escuela no debía ser un número desconocido.

‘’Mira por la ventana, hacia la calle. ’’

El chico siguió las indicaciones y vio al alto Chanyeol recostado contra un poste de luz con su sonrisa llenadora. Kyungsoo abrió la ventana al mismo tiempo que el otro se acercaba y le ordenó que se fuera.

–Mamá se va enfurecer. Además, esta casa tiene cámaras afuera por seguridad, vete ya.

Chanyeol parecía tener una actitud juguetona – ¿Desde cuándo esa señora es tu madre? –El más bajo hizo un mohín de desagrado y le pidió una vez más que se fuera. El alto le envió un soplo a su flequillo espeso y sacudió las manos para despedirse.

–Pero Kyungsoo, no te olvides de que existo ¿Ok?

– ¡Qué locuras dices! Te veo todos los días en la escuela, no podría tomarte como inexistente.

Respondió con tono de burla

–Es mejor que duermas, ya estás creando cosas.

Y el que estaba en la calle volvió a despedirse y corrió tan rápido que desapareció en segundos. Kyungsoo volvió a la quietud de su habitación y se puso a dibujar lo que acababa de suceder. Trató de relacionarlo con lo que había sucedido horas antes y no recordaba haber visto el rostro de Chanyeol en el suceso del baño. Su mente estaba bastante enredada y le estaba entrando el dolor de cabeza.

Chanyeol tenía el cabello un poco más claro que hace un mes, incluso su piel estaba más clara y se veía más seca. Kyungsoo lo dibujó a detalle y no olvidó de escribir la fecha para luego clavarlo a la pared en la sección especial de Chanyeol. Cuando iba a meter el cuaderno devuelta a su maleta, se deslizó una hoja por entre las páginas y al revisarla, vio que era la ilustración del estudiante nuevo. Esa también la pegó en la pared.

 

 

A la mañana siguiente, Kyungsoo llegó tarde y Chanyeol no estaba y no sabía el por qué. Se sentó en el puesto de siempre y esperando que Taemin fuera su compañero, este ya se había sentado con Jongin en el par de asientos del lado. Ambos saludaron a que había llegado tarde y este los saludó vagamente; sacó su cuaderno de dibujo porque no estaba de ánimos para prestar atención a la lección y de repente, las primeras horas ya habían terminado.

– ¿Qué haces ahí?

Preguntó Jongin sentándose al lado de Kyungsoo, este cerró el libro a secas y enrojeció.

–Dibuja muchas cosas extrañas, no le hagas caso.

Kyungsoo apretó los dientes tratando de contener su rabia hacia el comentario de Taemin.

– ¡Vamos a comer!

 

En el comedor, muchísima gente se sentó con ellos y el restó los rodeó. Kyungsoo no subió la mirada nunca y se enfocó en comer su plato para luego irse a un lugar más tranquilo. Las personas estaban locas por relacionarse con el nuevo, Kim Jongin. Este era una persona perfecta, así lo asimiló Kyungsoo; atraía a las personas, traía buenas notas de su colegio anterior, era guapo, alto, delgado, tenía una voz encantadora, buen olor y una personalidad carismática. Todas estas características le molestaban a Kyungsoo ya que obtenía mucha atención innecesaria.

Mientras que muchos le tomaban y se tomaban fotos junto a él, Taemin aprovechaba tremenda popularidad que también estaba ganando y, en contraste, Kyungsoo terminó de comer, recogió su desastre y levantó de la silla sin despegar la mirada de la bandeja.

–Me iré primero.

Me iré primero. –Jongin lo imitó con una voz extremadamente ridícula que le causó gracia a todos, seguido por una broma–Qué línea tan anticuada. Pudiste haber dicho algo más actual pero seguro que te expresas igual a como te ves. Aburrido y extraño.

Los demás apoyaban a Jongin con comentarios y risas mientras que el enojo de Kyungsoo aumentaba cada vez más.

–Te pegaría pero mi inteligencia es superior al tamaño de lo que cargas entre tus piernas.

La gente se sorprendió de tal atrevimiento y reaccionaron con risas nerviosas. Jongin se acomodó el cuello de la camisa y tomó al otro del cuello para luego voltearlo a mirar cara a cara.

–Golpea y te expulsan en tu segundo día. –Kyungsoo subió las cejas. –Aquí –señaló su mejilla izquierda –bien fuerte.

Jongin miró a sus alrededores, los chicos los alentaban con la mirada y con gestos para que se atreviera a pegarle, pero lo dejó libre debido a que no quería problemas, no en su primera semana. Kyungsoo se arregló el uniforme y escapó. Para su suerte, el día pasó rápido y ya era hora de irse.

 

Era día de irse junto con Taemin, así que empacó todas sus cosas en la maleta y cuando fue a dar la vuelta para alcanzarlo, él ya estaba al final del corredor junto con Kim Jongin. Kyungsoo pisó fuerte mientras llamaba a su amigo y este volteó de inmediato. – ¿En serio?

– ¿Qué?

– ¿Prefieres irte con eso que conmigo?

–Kyungsoo… él no conoce la ciudad. –Kyungsoo hizo como si fuese a refunfuñar pero Taemin habló antes –Se está quedando conmigo porque quiere darle una sorpresa a su madre.

Kyungsoo resopló haciendo que su flequillo se moviera y pasó entre ambos golpeando a Jongin con la mochila. Se sintió un poco mal porque su amigo lo estaba reemplazando por un idiota. Se fue adelante y notó que los otros dos estaban yendo por el mismo camino, se sentía sofocado y algo incómodo. Agarró la mochila de las tiras hombreras y se fue corriendo para perderlos hasta que lo logró y se detuvo para recobrar el aliento.

–Kim Jongin. –Sonrió de medio lado. –Pedazo de bastardo.   

 

El viento se puso más fuerte de repente y los árboles se sacudieron emitiendo esos sonidos clásicos de los días venteados y las hojarascas que descansaban sobre las raíces de los árboles, se desorganizaron por completo.

 – ¡Estudiante Do Kyungsoo! –

Al escuchar esto, el chico volteó la cabeza a la derecha y vio a Chanyeol corriendo hacia él mientras sacudía una de sus manos junto con esa gran sonrisa que tenía. Se abrazaron y cuando se separaron, Kyungsoo le hizo mala cara y el otro le apretó las mejillas con ternura. El más bajo se rió y Chanyeol se lo llevó de gancho para comprarle un helado.

Después de comprados los helados, se fueron a un parque cercano que tenía los mejores árboles de cerezo de la primavera y se sentaron bajo la sombra de uno de estos. Kyungsoo recostó su cabeza sobre el hombro de Chanyeol y le dio unos golpes débiles sobre el pecho.

– ¿Por qué me dejaste solo en la escuela? –Chanyeol le acarició la parte de atrás de la cabeza y emitió una pequeña risa. –Hablo en serio. El idiota de Taemin está actuando más idiota de lo normal.  

–Eso es imposible. –Kyungsoo se rió mientras daba el último mordisco al cono de galleta.

–Está encantado con el tipo nuevo.        

Chanyeol no respondió y Kyungsoo soltó un suspiro con un toque de queja. El alto le apretó la nariz y el otro puso su cabeza sobre su regazo.

–No sé por qué te afecta tanto que Taemin esté con su amigo ¿Acaso es tu novio?

–No es mi novio y no quiero que lo sea. Simplemente es mi amigo y no me quiero quedar solo.

Chanyeol resopló fuerte.

– ¿Y yo qué soy?

Kyungsoo lo pensó por unos segundos.

– ¡Eres la persona a la que más detesto!

Chanyeol le dio un golpe leve en la cabeza para luego atacarlo con cosquillas en el estómago y, como defensa, Kyungsoo se aferró al cuerpo del chico mientras se reía. Y cuando Chanyeol se detuvo, Kyungsoo se quedó mirándolo; le tocó el rostro y le recordó cuanto lo quería para después caer dormido.

 

 

Sentía los pies fríos y la piel algo dura. La habitación cargaba una extraña vibra de soledad combinada con tristeza y desasosiego. Abrió los ojos y lo primero que vio fue un frasco plástico lleno de pastillas junto a un vaso de agua sobre su mesita de noche. Se sentó y se pasó los dedos entre el cabello y luego, para aclarar la vista, se fregó los ojos. La única luz que estaba encendida, era la de la lámpara que estaba sobre el escritorio en el que dibujaba y eso le estaba dando migraña, por eso se tomó cuatro pastillas a secas que lo hicieron sentirse algo mareado y cargado. Estaba usando una sudadera y un suéter gris pero no recordaba ni cuándo se había cambiado, ni cuando había entrado en su cama para dormir, ni siquiera recordaba haber entrado a la casa.

Se paró de la cama sintiendo un dolor sobre los hombros. Se estiró y chequeó sus dibujos pegados a la pared; los miró con extrañeza, como si no conociera lo que sus propias manos habían hecho tiempo atrás, así que los arrancó de la pared y los metió en el cuaderno con los demás dibujos.

Al salir de la habitación, pudo escuchar bastantes risas y voces en el primer piso y lo que menos quería era tener contacto con personas, se sentía bastante mal. Entró al baño a lavarse la cara y antes de bajar, regresó a su habitación por el vaso de agua ya que de la nada empezó a sentirse sediento. Las risas y el volumen de las voces disminuyeron cuando bajó mientras tomaba una bocanada de agua.

Seguía algo dormido y la luz no le ayudaba con la migraña, por lo que tuvo que caminar con la mirada gacha.

– ¡Al fin despiertas!

Exclamó la mujer y Kyungsoo decidió seguir ocultando su rostro detrás de su flequillo.

–Quiero presentarte a alguien. –Lo tomó de la muñeca para llevarlo a la cocina. –Hijo, te presento a Kyungsoo.

Kyungsoo subió la mirada al mismo tiempo que el hijo de la mujer se volteaba hacia él mientras dejaba de hablar con sus hermanos y los dos sintieron un corrientazo en el pecho.

– ¿Kim Jongin?

–Do Kyungsoo. 

La madre rió mientras que empujaba a Jongin a abrazar al chico pero se negó. Hizo peso con su cuerpo y puso la mirada lejos Kyungsoo. La señora, al ver que su hijo no cedía, intentó lo mismo con Kyungsoo y este también hizo fuerza para evitar un abrazo con ese estudiante nuevo que estaba empezando a detestar.

– ¡Qué maleducados! –Gritó la madre que ya empezaba a irritarse. –No me importa si ahora no quieren convivir, igualmente deben dormir en la misma habitación.

Se fue y ambos se fueron detrás refunfuñando y soltando quejas a gritos de lo injusto que creían que era. La madre hizo una pausa.

– ¡Ah! Por cierto. Mientras compro una nueva cama, deben dormir juntos.

 – ¡Mamá!


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