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No todo es oscuridad por Jai Doshik

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Notas del capitulo:

Último capítulo... quiero agradecer a todos los que me han apoyado siguiendo la lectura de esta historia. Me he esforzado por intentar hacerla bien y de hecho hasta he leído artículos médicos para ello, así que es importante saber que algunos lo han leído ^^ Me gustaría que con este último capítulo expreséis vuestras opiniones en un comentario, eso también sería genial ^^

 

Y ahora os dejo con el capítulo, espero que el final de la historia os haya gustado también.

La ciudad estaba sumergida en la noche y tan tranquila que parecía estar de luto por la muerte de Deniuk. Los padres de aquel pequeño chico castaño se hundieron por completo después de que sus esfuerzos por hacer que su hijo siguiera viviendo no sirvieron de nada al final.

 

Dylan había conseguido conciliar al fin el sueño aun con horas y horas de llanto en las que no podía dormir en absoluto, llanto que se escuchó por toda su casa hasta que en una de las veces que se despertó alguien acudió a su habitación y para sorpresa de aquel chico, era su padre. Se esperaba que le mandara a callar de alguna forma desagradable por no dejarle dormir o algo pero de nuevo se sorprendió ante el acto que realizó después de encender la luz.

 

-Tranquilo hijo, estoy aquí contigo- Su padre le estaba abrazando, apegándolo contra su pecho y haciendo que se relajara aun totalmente extrañado por aquel gesto, no era para nada propio de aquel hombre.

 

Dylan no dijo nada, tan solo se quedó abrazado a aquel hombre ya que fuera cual fuera su relación sentía muchas ganas de un abrazo así ya que aliviaba mínimamente su pesar.

 

-Dylan… lo siento- El pequeño se separó y miró confundido a su padre.

 

-Gracias…- Pensó que lo decía por lo de la muerte de Deniuk.

 

-¿Gracias? Bueno.. también siento mucho lo de tu amigo pero me refiero a otra cosa- Su padre mostraba un rostro triste, como si algo le estuviera atormentando y que incluso le hiciera tener unos ojos cercanos a llorar sumidos en arrepentimiento. –Siento mucho como te he tratado por todos estos años, me hiciste ver..-Suspiró, estaba inseguro de continuar ya que sentía que el solo disculparse no iba a solucionar nada. – ver.. todo lo idiota que he sido estos años como padre- Hizo una pequeña pausa ante la mirada aun más confundida, no se esperaba para nada algo como eso.

 

-¿Qué sientes como me has tratado? ¿Sabes de verdad lo que he pasado durante estos años? Ni siquiera me apoyasteis un poco desde la muerte de Jeremy- Se refería a su hermano mayor, ese era su nombre.-Incluso cuanto intentaba acercarme a vosotros  porque necesitaba al menos un abrazo o algo después de lo hundido que estaba por su muerte… solo os preocupabais de lo mal que estabais vosotros y cada vez os alejabais más y más incluso de vosotros mismos. Lleváis años evitándome y ahora vienes pidiendo perdón- Ahora a parte de triste estaba algo enfadado, en realidad había esperado durante mucho tiempo que sus padres le dijeran algo así para al fin poder estar bien con ellos pero esto le tomó de una forma diferente a la que él mismo había pensado.

 

-Tienes toda la razón, no te imaginas cuanto lamento ahora haber hecho todo eso y… puede que te suene a excusas pero déjame que te explique- Aquel chico se apartó un poco de su padre aun así pero le dejó hablar. –Dylan… tu madre y yo hace años que dejamos de sentir amor el uno por el otro, antes de que tú nacieras empezaron ya los roces y las peleas. Cuanto tú naciste intenté hacerlo bien de nuevo, adaptarme incluso a cosas de ella pero ya no había amor y de hecho casi no podíamos estar cerca el uno del otro… volvieron las peleas y la cosa fue incluso a peor, yo estaba frustrado y cuando me ofrecieron un ascenso que me mantendría la mayor parte del tiempo ocupado lo acepté y me inunde a mí mismo de trabajo para no tener que aguantar más eso dejando de lado algo aun más importante, a ti y a tu hermano hasta que.. Jeremy.. bueno.. y mi frustración llegó a un límite que no fui capaz de controlar. Así poco a poco me fui alejando, conocí a otra mujer incluso. Aun así tu madre y yo seguimos casados porque pensamos que era lo mejor para vosotros pero.. es.. estábamos muy equivocados- Aquel hombre seguía mirando hacia abajo y a veces levantaba la mirada y la giraba hacia donde estaba su hijo en su cama. –En realidad cuando murió tu hermano entré en una depresión aun peor, como si hubiera desperdiciado el tiempo trabajando tanto y tanto manteniéndome lejos de mi familia, como también hizo tu madre… pero lejos de darnos cuenta lo hicimos aun peor, pensaba que la vida me trataba cada vez peor y me volví alguien frío y.. tú sabes mejor que nadie lo que he sido todos estos años-

 

Dylan solo siguió la historia, realmente estaba por echarlo de su habitación pero ese deseo que tuvo durante tanto tiempo de que llegara ese momento le hizo aguantarlo un poco y al menos escucharle, aun sin saber qué hacer. Su interior ya estaba bastante destrozado, era como si aquello ni siquiera pudiera hacerle daño a estas alturas.. solo necesitaba a alguien a su lado y, a poder ser alguien que le ayudara, así que simplemente lo mantuvo en su habitación por ello.

 

-Solo me di realmente cuenta cuando me hablaste de esa forma el otro día, realmente me di cuenta de que eso es lo que yo te había enseñado todo este tiempo y que yo mismo era quien te había llevado por mi falta de consideración a tener que tratar así a tu propio padre- Casi se iba a echar a llorar pero aguantaba las lágrimas para mantenerse en su “hombría”, aunque llorar no tuviera nada que ver con ello. –Por todo eso quiero pedirte perdón Dylan, haré lo que sea por ti, a partir de ahora te prometo que solucionaré todo lo malo que te pase empezando por mí mismo… lo he hablado con tu madre de hecho y vamos a separarnos-

 

Puede que para cualquier otro niño esas palabras pudieran suponer tristeza pero aquel chico se lo tomó como lo que realmente era y que llevaba esperando tiempo, en vez de estar juntos y amargados, estarían cada uno por su lado y seguramente más felices. Posiblemente lo ideal hubiera sido que estuvieran juntos y pudieran formar una familia feliz pero en este caso el que estuvieran juntos daba resultado a algo bastante contrario a eso. Aquellas palabras de su padre estaban haciéndole entender mínimamente el porqué de todo lo que había pasado durante su vida y los errores que habían llevado a su padre a hundirse hasta tratar así a su propio hijo. Pero en realidad fueron tantos errores y se lo hicieron pasar tan mal que no estaba dispuesto a perdonarlo así por las buenas.

 

-Te das cuenta de lo difícil que es para mí perdonarte ahora, ¿no? Por si no lo sabías todo eso junto al bullying en mi instituto, la muerte de Jeremy y de Darwin- El nombre del perro que se le murió. –Estuve.. estuve a punto de suicidarme… - Hizo una pausa apretando sus dientes entre si. –A PUNTO DE QUITARME LA VIDA- Gritó con fuerza e ira. -así que no puedo perdonarte aun, tendrás que demostrarme que realmente estás arrepentido de todo y que vais a tratarme mejor- Se quedó mirándole apretando un poco las sabanas con sus manos.

 

Su padre se quedó perplejo, ahora no pudo evitarlo y unas lágrimas cayeron de sus ojos al pensar en lo que acababa de confesarle su hijo, casi le pierde para siempre por culpa suya y esta vez no pudo evitar llorar. Dylan vio ese gesto y quedó algo más serio y apenado, reconoció que fue un gesto sincero de que le había afectado lo que acababa de decirle.

 

-No entiendo como hemos podido hacer que llegues a eso… es una promesa, verás mis esfuerzos y a partir de ahora me portaré como un padre de verdad y haré todo lo posible porque estés mejor- Le tomó de las manos cuando le dijo aquellas palabras dejando que este respondiera sujetándoselas también un momento con una mirada no tan enfadada, quizá algo más entre enfadado y esperanzado.

 

-Eso espero- El niño bajó un poco la mirada. -¿Y sabes quién me salvó en el último momento? Fue Den… el salvó mi vida, y sin embargo ahora está muerto… no se merecía acabar así- Las lagrimas inundaban tanto en tan solo un instante que no podía ver, Dylan se puso a llorar con una angustia en su interior enorme de nuevo y casi sintiéndose enfermo por las emociones negativas tan atroces. Fue entonces cuando su padre le abrazó, sin saber qué decir para consolarle pero haciéndolo de igual manera con ese abrazo dándole una sensación de protección ante aquellas atroces emocionas que le destruían desde el interior de su ser. Era como si compartiera su pesar con la suave sensación que se transmitía en un abrazo.

 

Era la mañana siguiente y Dylan se encontraba de camino a su instituto, no para dar clases o llevar un trabajo ni nada sino por algo que le comentó en la pasada noche a su padre. Quería dejar ese instituto e irse a otro, al mismo que Deniuk había  ido para así dejar de una vez ese instituto donde no podía si quiera estudiar tranquilo.

 

Llevaba unas ropas bastante negras ese día guardando con ello el luto. No era un día en el que hubiera clases ni nada y no era hasta dentro de un rato que Deniuk estaría en el tanatorio y hasta el día siguiente cuando sería enterrado, así que se dirigía a su instituto para hacer lo pertinente y su mismo padre iría a buscarle luego en coche. No tenía ánimos y a duras penas se aguantaba las lágrimas pero aun así era algo que tenía ganas de hacer desde tantísimo tiempo que quizá le animaba un poco, por el alivio que iba a sentir.

 

Aun así al cruzar una esquina de la valla que rodeaba el instituto se encontró justo en la entrada a aquellos chicos que eran los que más le hacían bullying, los que le atacaron aquella vez en el patio y de los que le defendió Den. La verdad es que ni siquiera se preocupó de ellos, era la última vez que los vería así que pasó por allí, hacia la entrada sin tomarlos en cuenta.

 

-Eh fracasado, ¿acaso no vas a saludar?- El pelinegro del cabello en punta se dirigió a Dylan con un tono como siempre burlón aunque aquel chico le ignoraba y tan solo seguía andando.

 

-¿Hoy no vienes con el blandengue idiota de tu novio?- El rubio entre ellos hizo ese comentario y Dylan… Dylan se quedó quieto aun cuando ya había pasado la puerta de la valla para entrar a la escuela.

 

-Bueno, es normal que nos tenga miedo después de lo del otro día- El chico “feo” de ojos pronunciados hizo el último comentario.

 

Dylan estaba de espaldas a ellos pero apretaba sus puños y sus dientes, que se metieran con él era algo que ya tenía superado pero que insultaran a Deniuk sobretodo ahora encendió una llama más profunda en su interior que se expandió por todo su cuerpo en forma de ira y rabia. Quizá fue el lugar donde había estado guardando esas dos emociones acumuladas con tantos años de bullying, aquellos chicos abrieron la caja de pandora que jamás desearon abrir.

 

 Dylan se dio la vuelta con una mirada intimidatoria y acto seguido empezó a correr hacia ellos, dándole un enorme puñetazo al rubio que hizo que se le partiera algún que otro diente. La magnitud de aquel golpe hizo que el propio pequeño se hiciera daño en su mano pero no sentía dolor, solo pensaba en vengarse de una vez de aquellos chicos sobre todo por eso último que habían dicho. El siguiente puñetazo fue con el otro brazo hacia el chico de ojos pronunciados y este cayó directamente al suelo después de eso mientras el tercer chico viendo aquello se quedó totalmente perplejo e intentó actuar yendo a sujetar a ese chico recibiendo una patada en el estómago que le dejó sujetándose ahí con ambos brazos.

 

-Ma.. maldito..- Respondió aquel chico con un buen dolor por aquella patada con una voz apagada mostrando su falta de aliento por el dolor. Aun así el chico rubio que recibió al primer golpe le tomó sin que se diera cuenta por la espalda y entonces lo sujetó con todas sus fuerzas tratando de que no se moviera. –Ahora verás- Dijo de nuevo el que había recibido el golpe en su estómago acercándose como podía a Dylan levantando el puño para darle un puñetazo a este en su estómago. No obstante no salió como esperaba ya que aquel furioso chico se soltó del chico rubio demostrando que era más fuerte que él y con ello dándole un fuerte codazo en sus costillas para luego apartarse un poco del puñetazo que le venía de frente, dándole solo un poco en la mejilla. Justo después de esquivarlo levantó su puño de forma ascendente y le dio un nuevo golpe en su barbilla, dejándole incluso atontado de dicho golpe.

 

-Sois unos malditos cobardes, solo os atrevéis a pegar a alguien cuando sois más- Con esa misma mirada intimidatoria aunque con un pequeño dolor en su mejilla miró al chico rubio que fue quien dijo primero aquello de Deniuk. Se lanzó a por él y casi se tiró encima suyo dándole un rodillazo en el estómago y haciendo que no se pudiera levantar. -¡Retira ahora mismo eso que dijiste de mi novio!- Le amenazaba con el puño levantado en dirección a su cara.

 

-Vete al diablo- Respondió, recibiendo acto seguido dos buenos puñetazos reventándole un poco la nariz.

 

-¡Que lo retires!- Aquel chico ni siquiera pensó que fuera a pegarle de verdad estando ya indefenso en el suelo, parece que no aprendieron aun con los golpes que ya se habían llevado.

 

-Está bien está bien, lo retiro, lo siento, no me pegues más- El dolor en su nariz y su preocupación por los golpes en la cara le hicieron decirlo, además sentía por primera vez miedo de Dylan quien ahora miró a los otros abusones mientras se levantaban sin atreverse a acercarse a él al ver que entre dos no pudieron pegarle.

 

-Mi… novio está muerto y yo no volveré a venir a esta escuela, solo sois escoria que se cree superiores por su posición económica pero que eso no os da nada, y espero que os pudráis con todas esas ideas vuestras algún día- Con aquella noticia de la que no tenían idea parecían tener por un momento cargos de conciencia por haber dicho aquello, quizá los golpes les hizo darse un poco más de cuenta, pero aun así Dylan siguió apretando sus puños y se alzó, viendo como ellos también lo hacían y se iban poco a poco.

 

Cuando los perdió de vista miró hacia sus puños, estaban rojos y adoloridos por lo que hizo algún quejido de dolor y alguna lágrima cayó de nuevo de sus ojos por revivir de nuevo lo de Den y lo que acababa de pasar con ello, en realidad se sentía algo mal consigo mismo por haber actuado de esa forma. Aun así otra parte de su interior sintió un gran alivio, no es que se sintiera orgulloso, pero poder haber acabado de una vez con aquellos abusones y haberlo hecho de aquella manera apagaba de una forma la frustración de todos los años que había estado sufriendo él lo contrario además de insultos de todo tipo. Así, sujetándose un poco las manos entre sí, entró de una vez a la escuela y acabó de tramitar el cambio de escuela de una forma rápida gracias a que su padre movió los hilos.

 

Después de aquello salió y su padre vino a buscarle como bien le había dicho, esta vez para ir a un lugar al que no estaba muy seguro de querer ir, al tanatorio donde esperaba el cuerpo de Deniuk hasta ser enterrado. No estaba seguro porque no se veía capaz de mirar a su chico en ese… estado, así que cada tramo que el coche avanzaba él sentía de nuevo ese malestar en todo su cuerpo. Por la noche iría a otro lugar, le había pedido a su padre que lo llevara a la montaña donde había ido con Deniuk, no sabía exactamente porque pero reconocía que era embriagadoramente relajante estar ahí y quería desconectar de todo unos momentos antes del día siguiente.

 

-Ho… hola- Saludó Dylan entrando en la sala donde estaban los padres de Deniuk y varias personas más, incluyendo a su profesora y algún compañero de clases del difunto, no los que él conocía.

 

Todos estaban evidentemente tristes en aquel lugar aunque cálidamente vinieron los padres de Den a saludarle y darle pequeños abrazos animadores. La madre del fallecido notó poco después la mirada de Dylan que fue hacia el cristal que estaba en la esquina en la que al otro lado se encontraba Deniuk. Era una mirada tan melancólica que le daba algo de pena por aquel pequeño, además se sentía algo identificada con ello así que quería ayudarle. Le tomó de la mano y lo llevó a una esquina para sentarse junto a él en un sofá.

 

-Dylan, no pasará nada si no eres capaz a verle- Le dijo una vez sentados en aquellos asientos.

 

-Es que no sé si seré capaz de mirarle ahora sabiendo… como está- Su corazón estaba encogido y su interior no era capaz de librarse de la tristeza siendo tan reciente el suceso, es más, tardaría en poderse recuperar de algo así. Aquella mujer hizo una pausa al hablar, le miró con detenimiento entendiéndole bien.

 

-Sabes… es realmente difícil verle así, el ser humano no está hecho para ver así a un ser querido- Decía también apenada y aun hundida en tristeza como estaba, sacaba de sí todo lo posible para ayudar a ese pequeño, sabía lo importante que era para su hijo y que lo querría así.-Hay diferentes formas de ver esto, realmente yo me he arrepentido a veces de no haber mirado a mi padre cuando.. le perdí-Hizo una pequeña pausa.  -..pero en este caso he visto a mi hijo y… me inundó una impotencia y tristeza al verlo de esa forma que casi no lo pude soportar- Le tomó de una mano de nuevo y le dio suaves caricias. –Pero… es la última vez que vas a poder verle, ¿es bueno quedarse con el recuerdo de cuando vivía o con este? No lo sé, es algo que debes decidir por ti mismo pero, no hace falta verle así para despedirse de él- Esa palabra, despedirse, iluminó los ojos de Dylan con algunas lágrimas que no terminaban de caer.

 

Fue a partir de ahí que Dylan empezó a pensar si hacerlo o no… ¿despedirse? Se llenó de lágrimas porque para nada quería hacer eso, el solo pensarlo era lo que le hizo tener ganas en los primeros momentos de quitarse la vida para estar con él. Sin embargo él tenía todos esos maravillosos recuerdos de cuando aquel castaño estaba vivo y aun de los bonitos momentos junto a él en el hospital después de la operación, recordando incluso el dulce sabor de sus labios en el primer beso en la boca que había dado en su vida. “Él… seguirá siempre a mi lado aunque ya no esté, no quiero recordar su cuerpo sin vida sino su sonrisa” pensaba aquel chico decidiéndose del todo a no hacerlo, no ver al chico del que hasta se enamoró.

 

-Gracias por tratar de apoyarme… usted lo debe estar pasando igual o peor que yo y aun así..- Ese chico se abrazó a aquella mujer y esta se abrazó también a él compartiendo la tristeza con el otro. –No puedo hacerlo, no puedo mirar ahí… incluso creo.. que él lo preferiría así- Den ni siquiera solía mostrarle a Dylan el malestar que pudiera tener con todos esos órganos funcionando mal en su interior y de hecho tardó en decírselo por eso mismo.

 

-Conociéndole es posible que sí. Lo entiendo pequeño-

 

Y las palabras dejaron de sonar entre aquellas dos personas, solo se miraron de nuevo unos momentos y con una caricia en el cabello de Dylan antes de que se levantara y fuera hacia la puerta, dándole la mano al padre de Deniuk que hablaba con el suyo. Se fueron de aquel lugar con el conocimiento de la hora en la que sí estaría presente al día siguiente en el cementerio. Aun así cuando salían por la puerta alguien le llamó, se trataba de la chica que estaba en la clase de Deniuk y algunos de sus compañeros que la acompañaban. Se trataba de los chicos que Den le había presentado, los que fueron al cine y todos mostraron sus ganas de apoyarle en todo sabiendo lo mal que debía sentirse el pelinegro con aquello. Le abrazaron incluso entre todos y lo estrujaron, diciéndole cosas como que estarían ahí para lo que necesitara y todo y además se notaba que ellos también estaban tristes.

 

-Gracias chicos- Habló Dylan muy agradecido, sintiéndose algo mejor por tanto apoyo de todo el mundo, aunque la sensación siguiera presente.

 

Ninguno dijo nada en los próximos instantes porque no sabían qué decir, estaban tan solo mirándose hasta que Dylan apartó esa tristona mirada hacia el suelo.

 

-Bueno.. adiós chicos, dadles ánimos a sus padres también- Se iba a dar la vuelta aunque recordó lo que acababa de ir a hacer esa mañana y de nuevo les miró.

 

-P.. por cierto, me he apuntado a vuestro instituto también- Los miró con algo de timidez esta vez.

 

-¿En serio? Eso es genial- Aunque se esperaba que fuera la chica la que dijera algo siendo la que más hablaba, esta vez fue otro de los chicos, el de cabello rubio.

 

-Sí, estaremos encantados de tenerte ahí Dylan- Ahora si fue la chica quien habló con unas palabras que le hicieron sentir… bien, por lo menos en ese sentido le hizo sentir bien, aquellos chicos desde luego eran mejores que los de su instituto y ya se llevaba bien con ellos desde que los conoció de hecho.

 

-¿Ah.. sí?- Miró al suelo de nuevo y luego se rascó un poco la mejilla con un dedo. –Gracias por eso también, chicos- Si no fuera por todo ese pesar que tenía mostraría una sonrisa pero aquellos chicos lo entendían perfectamente así que tan solo se despidieron y cada uno fue a donde iba a ir.

 

En este caso el padre del pelinegro iba a llevarlo donde le habría prometido, a la casa de la montaña. Su padre se alegró viendo los nuevos compañeros que iba a tener su hijo, aunque no fuera en una escuela de prestigio pero de todas formas estaba dispuesto a consentirlo en todo lo que se merecía y poder alegrarle de la manera que pudiera. Aun así Dylan lo que quería era subir a la cima solo y pasar allí la noche, sentía esa necesidad sin saber exactamente por qué, solo quería estar allí y olvidarse de todo, recordar aquella noche tan especial con Den y sencillamente relajarse.

 

-Recuerda volver pronto mañana, tenemos que irnos a tiempo- Refiriéndose a volver para ir al entierro.

 

-Lo haré papá- Se despedía de él con la mano mientras salía de la casa para ir a la montaña. –Gracias- Dijo antes de ponerse a andar más velozmente, esas palabras no querían decir que ya lo hubiera perdonado pero se lo quiso decir por el esfuerzo que parecía estar haciendo.

 

Esta vez podía caminar a mayor velocidad ya que iba solo y sin necesidad de esperar a Deniuk aunque daría lo que fuera por poder esperarle y subir juntos. Sus emociones eran un tanto distantes entre ellas mismas por un factor nostálgico. Se sentía triste y era incapaz de remediarlo pero sin embargo esa nostalgia le hacía recordar los momentos tan agradables junto a aquella persona que amó mientras subía la montaña. A veces su garganta se notaba algo cargada e incluso se sentía mal al aguantar las lágrimas aunque por un instante recordó aquel momento en que el castaño daba saltitos entre troncos y piedras de forma juguetona a su lado mientras subían aquella montaña y ese recuerdo hizo que sonriera mínimamente.

 

Un suspiro fue lo próximo que se escuchó de él en ese verde bosque en el que el canto de algunos pájaros le acompañaban además de una brisa algo cálida que en ocasiones sí venía de forma algo más fresca y relajante ante aquel calor. Al cabo de un rato llegó a la cima siendo que aun quedaba un buen rato para que la noche cayera y las estrellas mostraran su esplendor, esta vez con una parte de la Luna mostrándose.

 

Extendió la manta que traía y dejó su mochila encima y además puso la canción de Gymnopedies de Erik Satie para luego acercarse a la ancha y suave parte superior de la valla que rodeaba el mirador y que ayudaba a proteger de posibles caídas. Había alguna nube en el cielo con la pinta de un montón de nata flotando y que se movía con lentitud dando una forma parecida a un dragón dentro de la imaginación de ese chico. La sensación del lugar realmente le ayudaba, le hacía sentir un poco fuera del mundo y además todo era relajante, la brisa que venía de vez en cuando refrescándole, el movimiento de las nubes y el suave sonido de los árboles abajo, la vista de los pájaros volando libremente… no solo la noche era agradable en aquel lugar, también el día.

 

Fue una de esas brisas la que le ayudó a ver algo que antes había pasado por alto y que al poner la manta en el suelo no pudo ver… había algo escrito en el suelo que aun tapaba la manta a medias aunque se hubiera movido un poco por el viento.

 

-¿Qué pone ahí?-

 

Se sentó en dicha manta y apartó esa parte para verlo del todo, el suelo estaba rallado y lo que pudo leer le dejó un tanto anonadado. Había 2 D escritas en mayúscula con un corazón en medio de ellas y aunque podría significar cualquier cosa había algo debajo del corazón que marcó de quien era exactamente o al menos a eso apuntaba completamente, se trataba de una estrella.

 

-N.. no puede ser… ¿Deniuk? Estas son nuestras iniciales-

 

Recordó un momento en el que el castaño estuvo haciendo ruidos en la piedra del suelo y que no le quiso enseñar lo que hacía, encajó aquel recuerdo con esas coincidencias para saber por seguro que aquello lo había puesto Deniuk.

 

-Eras tan lindo… y mi miedo no me dejó darme cuenta hasta que estuviste realmente en peligro cuando te operaron… pero ya no más, nunca, jamás- Se refería a que nunca más tendría miedo o que más bien se enfrentaría a ellos como había hecho por ejemplo antes con los abusones aunque de una forma un tanto descontrolada por mucho que se lo merecieran.

 

Se recostó sobre la manta y quedó boca abajo con su mejilla en esta cerca de aquello que había escrito Deniuk y, poniendo una mano encima de dicho escrito, se relajó con el calor y se sumió en un profundo sueño en el que cayó con la tristeza que cansaba todo su cuerpo. Esa forma de dormir solo fue como una puerta para viajar a otro lugar, un sueño en el que estaba siendo abrazado por su chico justo en ese lugar en el que se encontraba.

 

Un aleteo fue lo próximo que Dylan escuchó para volver a la realidad, despertando de aquel nostálgico sueño en el que simplemente se relajaba junto a su chico. Todo estaba muy oscuro excepto por la tenue luz de la Luna aunque lo inquietante para él fue el aleteo que escuchó y que le hizo abrir sus ojos.

 

-¿Qué fue eso?-

 

Con solo levantar la mirada pudo observar aquella majestuosa criatura de nuevo, se trataba de la lechuza blanca que vieron la otra vez. Ensimismado apenas pudo más que abrir la boca por la impresión de verla de nuevo.

 

-¿O.. otra.. vez?- Hizo una pausa mirándola. -Es tan bonita- La observaba con detenimiento, esa noche podía verla incluso mejor por la pequeña luz de la Luna.-Pero si intento acercarme… se asustará y se irá- Decía en voz de susurro tratando de no asustarlo pero al contrario de lo que creyó aquella ave bajó de la valla y se puso directamente sobre el mirador, acercándose poco a poco a aquel chico.

 

Se acercaba lentamente dejando con una extrañada mirada a aquel chico quien sin querer movió su mano y reinició la reproducción de la canción de Erik Satie que antes había puesto en la tablet. Pensó que con eso si que se asustaría e iría pero tan solo movió su cabecita de forma grácil e hizo su sonido, como el de un búho pero algo más agudo, chirriando un poco luego. Miraba detenidamente al chico pero a su vez miraba al lado de este.

 

-¿Aun no te asustas? ¿Te gusta la melodía?- Aunque antes estaba algo preocupado por que se fuera ahora se calmó al ver que aquella ave no hacía más que observarle y, aun así, su comportamiento le pareció muy curioso. -¿Acaso estás buscando a... Den?- La miró tristemente al preguntarle por aquello. –Ya no está… se ha ido para siempre- De nuevo se sentía pesado en su garganta, en su corazón, estómago y en todo su interior, de veras estaba afectado como para mencionarlo siquiera.

 

Aquel ave hacía gestos con su cabeza como si le entendiera, respondiendo con un chirrido un tanto curioso y acercándose ahora a una buena velocidad hasta su lado, dándole algo de impresión al chico que se echó un poco hacia atrás con las manos. La lechuza apuntaba con su pico hacia el escrito de Deniuk en el suelo de aquel mirador, dejando aun más impresionado a Dylan, ¿De veras le entendía?

 

-¿Qué… quieres?- Preguntó aquel chico esperando de veras una respuesta por parte del ave quien solo volvió a bajar su pico hacia ese escrito. –Sí… ahí está… aun parece seguir aquí, ¿eh?- Dylan se quedó quieto por unos momentos y sin buscarlo llegó a un punto con todo aquello, así que bajó sus cejas y doblando un poco su boca puso una mirada de pena pero decidida. –Claro que sigue aquí… dicen que se ha ido para siempre, que tendría que haberme despedido pero no, no quiero despedirme, de verdad que no quiero y por eso no le miré antes- Se frotó sus ojos con un par de lágrimas que estaban cayendo de estos. -Él estará siempre conmigo mientras lo recuerde, estuvo conmigo en mi sueño y mira, justo ahí ha dejado una memoria de sí mismo… estará ahí siempre que ponga Gymnopedies de Erik Satie, era una canción que nos unió desde el principio. Nunca había sentido tanta fuerza en mí como desde que le conocí y no voy a perderlo, prefiero tomármelo a mi manera, él seguirá conmigo dándome tanta fuerza como me ha dado hasta ahora y… algún día, lo volveré a ver-  Se refería a verlo después de la muerte, aunque no fuera creyente, sentía que algo había tras dejar de vivir.

 

Aquella ave hizo un sonido típico de las lechuzas pero de una forma suave, dando un pequeño aleteo luego y acercándose más a ese pequeño. Dylan se dejó guiar por esta y empezó a extender su mano tratando de acariciar su cabeza de un blanco tan bonito que parecía estar hecha de nieve. El contacto se hizo entre aquellos dos seres, el niño humano y el ave que parecía haber venido a consolarle,  así que acarició suavemente su cabecita mientras parecía que para el ave fue agradable. En ese momento Dylan sonrió y ese fue el punto final a la escena ya que el ave dio un aleteo justo después de aquello y echó a volar. El pequeño se levantó y se dirigió a la valla para ver como se alejaba.

 

-¡Gracias!- Gritó a aquel ave yéndose hacia el oscuro bosque. –Gracias…- Luego miró hacia el cielo y contempló la majestuosidad de las estrellas acompañadas de un trozo de aquella brillante Luna. –¿Cuando nos volvamos a ver me contarás más historias de las estrellas?- En un tono bajo, se refirió de esa forma a Deniuk como si hablara con él, luego bajó de nuevo la mirada y miró hacia el bosque donde al final dejó de ver al ave, apoyándose sobre la parte superior de la valla y dando un suspiro ahí, con un interior de sentimientos no tan caóticos como los que había tenido hasta ahora. Está claro que aun sentía tristeza pero no tan fuerte, tomándoselo de la forma en la que le mostrado dicho a la misma lechuza.

 

La noche estaba totalmente relajada, el cielo impactante y una pequeña nube pasaba de un lado a otro de este con la debida lentitud que le proporcionaba la brisa. Los árboles se movían de vez en cuando y aunque pudiera dar realmente algo de miedo estar ahí solo, para nada le ocasionaba eso a Dylan sino que más bien se sentía único. Apenas se dejó de nuevo caer en la manta para ver un par de estrellas fugaces que deleitaron de nuevo su vista y parecieron esconderse tras la nube.

 

-No sabía bien qué decir en un momento como este-

 

Dylan se encontraba en frente de un grupo de personas rodeando el ataúd de Deniuk en el cementerio donde se estaba realizando el entierro. Estaba vestido con un traje de chaqueta de color negro y todos los presentes eran los que había estado en el tanatorio, incluyendo profesores que ahora tendría Dylan.

 

–Deniuk ha sido para mí alguien demasiado especial. Llegó a mi vida cuando yo más le necesité, sencillamente me salvó la vida en el último momento por un estúpido acto que estuve a punto de realizar. Él me obligó prácticamente a no hacerlo con su peculiar forma de ser y no contento con eso se quedó en el lugar para que yo no pudiera intentarlo de nuevo… acertando puesto que volví a intentarlo encontrándomelo allí de nuevo y… fue cuando vi que su interés era realmente sincero. A partir de ahí se volcó totalmente conmigo mostrándome que de veras hay buenas personas en el mundo, que hay que luchar contra los sentimientos negativos y luchar aun más buscando los bueno y los momentos felices que tiene la vida, incluso recién conocidos se gastó todo su dinero para llevarme a un lugar a divertirme… y hacía años de hecho que no me divertía tantísimo ni tenía momentos tan especiales. No solo en ese momento, también me llevó a su instituto hasta para conocer otras personas que eran muy diferentes a los del mío, además de tantos aspectos que me mostró y seguir adelante pero.. me dio algo más importante que eso-

 

 La melancolía en su rostro era notoria pero eso no le impedía seguir hablando.

 

 –Su amistad y más tarde su amor, enseñándome lo increíblemente especial que es sentirse amado y amar a alguien, recibir sus abrazos cada vez que lo necesitaba, dejándome ser útil también como para devolverle momentos felices, consentirlo y demostrarle mi propio amor y apoyo. Trató de protegerme en todo momento pero aun más que eso me trató de infundir valor, no solo por esa forma de luchar por ser feliz sino por todos los aspectos que iban mal en mi vida incluso haciéndome hacer cosas que me han beneficiado ahora-

 

Se refería en este caso a plantarle cara a su padre, un acto que dio como resultado que su padre de una vez se diera cuenta de lo que hacía y que lo hiciera de forma sincera como lo hacía, aunque Dylan aun no confiara del todo en él. Tuvo además valor para plantarle cara a esos abusones sobretodo por insultar a Den, pero además por todo lo fuerte que el castaño le decía que era. Se pudo además al fin cambiar de instituto a otro viendo que realmente sí habían chicos que le tratarían mejor en otros centros educativos, en este caso el de Deniuk.

 

–Me ha seguido ayudando aun después de… de… de esto-

 

Una lágrima cayó por su mejilla, limpiándosela para continuar.

 

–Ha sido para mí como un ángel, ha mejorado mi vida antes de irse y aun lo sigue haciendo… aunque.. no se ha ido, seguirá conmigo siempre que lo recuerde y vea el rastro que ha dejado tras de sí-

 

No solo se refería al escrito en el mirador sino a la canción de gymnopedies que tenía hasta en la grabadora que los padres de su chico le habían dado a modo de recuerdo de algo bastante distintivo en él, a todo el conjunto de recuerdos y todas las zonas de la ciudad e incluso mirar al cielo, todas las cosas que hacían referencia al castaño.

 

-Y recordaré por siempre todo lo que ha hecho por mí, lo recordaré hasta que un día vuelva a reunirme con él-

 

Miró hacia abajo dejando caer algunas lágrimas por sus mejillas y de nuevo volvió al sitio donde estaba entre todos aquellos presentes a quienes hizo llorar en su mayoría con tan conmovedor discurso. La tristeza estaba en el pelinegro en ese momento pero la reflexión a que había llegado en la montaña le ayudaba a llevarlo sin tener ganas de dejar de existir, recordándolo todo mientras el ataúd empezaba a bajar a la vez que puso en la grabadora de dicho muchacho la melodía que tanto le gustaba, Gymnopedies, mientras la brisa movía su cabello y se llevó algunas de sus lágrimas, cerrando sus ojos para recordar cada momento que había vivido con Deniuk, cada sonrisa, cada mirada, cada gesto, tantos momentos especiales que llenaban de amor su corazón mientras sonaba la canción que les unía, recordando por último el sabor de aquel frágil beso que se dieron y la angelical sonrisa que solía darle.

 

Jamás se apagaría ese amor que Dylan sentía, guiado a partir de ese momento por todo lo que aprendió de ello inundado por la sensación de que Den lo acompañaría siempre y añorando el momento de su reencuentro, al final de todo.

 

Notas finales:

Fin. De nuevo gracias a todos por seguirme.. pronto empezaré nuevo fic ^^


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