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No todo es oscuridad por Jai Doshik

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Notas del capitulo:

Aquí subo el capítulo 2 donde empieza a verse un poco más de como continúa y hacia donde va esto. Espero que la lectura sea de su agrado ^//^

Era por la mañana, muy temprano, aun estaba oscuro pero el cielo empezaba a azularse. Subir de nuevo las escaleras era algo que le hacía sentirse peor que el día anterior. Peter no era capaz de quitarse de la cabeza a aquel chico que le ayudó pero ni siquiera con eso bastó para…

 

-¡Auch!- Al subir el último escalón se tropezó con algo y cayó al suelo, teniendo al frente la puerta que salía a la azotea.

 

-Au, mi pie- Alguien habló, asustando un poco a Peter hasta que miró atrás.

 

-¿Tú…?- Fue totalmente inesperado pero allí estaba Deniuk.

 

-Buenos días- Dijo frotándose los ojos, totalmente dormido. Esta vez vestía una camiseta naranja y corta en la que ponía “sándwich” en la parte delantera con letras de color blanco al igual que el número 3 que tenía arriba. La camiseta tenía un poco de escote que era tapado por como si tuviera otra camiseta debajo de color naranja más claro. Llevaba también unos shorts grises muy claros con rayas, una gorra hacia el lado con la visera azul, la mitad de delante de la gorra blanca y la trasera también naranja claro.

 

-¿Cómo que buenos días? ¿Qué haces ahí tirado…? ¿Qué puñetas haces otra vez aquí?- Hoy Peter llevaba de nuevo una camiseta larga pero era blanca con una imagen de un lobo aullando a una luna de color negro y además usaba unos pantalones cortos, con cuadros dibujados de colores azul y naranja y con el borde y cinturón de color blanco.

 

-La verdad… no sonaste nada convicente en ese último “prometido” y de veras no quería que te pasara nada… así que he venido a dooooorr..- Dio un gran bostezo de unos segundos haciendo ruiditos con su boca mientras la abría y cerraba después de este, frotando aun sus ojos.

 

-¿eh?-

 

-Sí si.. o sea que vine aquí a dormir, porque sabía que volverías aquí… es el único edificio alto de la ciudad al que se puede acceder tan fácilmente- Intentaba mantener la vista en aquel chico pero realmente tenía bastante sueño, dormir en el suelo no le había permitido descansar esas pocas horas que durmió.

 

-“¿Qué le pasa a este chico?”- Se preguntaba en lo más profundo de su ser, moviendo su negro cabello al mirar abajo. Sintió algo cálido en su interior… con lo del día anterior solo pensó que fue una casualidad y que aquel chico solo hizo lo que haría cualquiera, pero aquello le dejó bastante pensativo y con esa sensación cálida de sentir que realmente alguien estaba preocupado por él.

 

El pequeño castaño se quedaba medio dormido pero aun era capaz de mantenerse despierto a duras penas, atento a si salía a la azotea.

 

-Tranquilo… duerme un poco más, estás tan cansado que apenas puedes seguirme con la mirada-

 

-Pero..-

 

-Tranquilo… esta vez te lo prometo de verdad, no me voy a tirar de momento-

 

Deniuk lo miró atentamente, esta vez parecía estar diciendo la verdad pero además aquel pelinegro se acercó a él, se sentó a su lado, levantó su cabeza y en vez de dejarla apoyada en el suelo, la dejó caer sobre sus muslos. Se encontraban al lado de la barandilla de las escaleras, desde la que se veía el otro tramo de escaleras, así que Peter apoyó su espalda ahí y dejó al castaño de una forma bastante más cómoda en aquel cálido muslo. El chico adormilado se puso de lado, poniendo la mejilla  y una mano en el muslo y respirando profundamente.

 

Peter se quedó mirándole sin pensar en nada, tan solo observándolo y acabando por sentirse raro por cómo se veía en ese estado. “Se ve tan tierno así dormido” pensó mientras le quitaba la gorra para que estuviera más cómodo, luego agitó un poco su cabeza al pensar eso.

 

Iba pasando el rato pero sin embargo no le incomodaba apenas estar así y de hecho le agradaba pero además sus pensamientos fueron más allá porque ese chico a parte de tierno le parecía incluso atrayente, quizá por la acción que acababa de hacer por él, no lo sabía ni pensaba en ello. Al cabo de una hora y algo despertó, frotando sus ojos, bostezando y luego estirándose.

 

-Buenos días- Dijo Peter.

 

-Sigues aquí… buenos días- Con una sonrisa aquel chico respondió, erguiéndose luego y tomando una botella de agua que tenía al lado para beber.- Wah, tenía la boca seca- Le enseñó la botella al otro chico. -¿Quieres?-

 

-No, no hace falta tranquilo- Le dijo poniendo una mano delante para negarle.

 

-¿De veras? No habrás bebido nada tampoco… tranquilo no tengo nada rar…- Hizo una pausa de un segundo. –Contagioso- Sonrió y se la acercó más, haciendo que aquel chico tuviera que aceptar.

 

-Está bien, gracias- También mostró una apagada sonrisa para luego beber de aquella pequeña botella de agua.

 

-Me alegra que te hayas quedado conmigo- Se levantó viendo que Dylan era más alto que él. -¿Salimos fuera?-

 

Asintió con la cabeza y ambos salieron, abriendo la puerta y avanzando un poco, quedando frente al quitamiedos y mirando cómo se veía la ciudad desde ahí, con todos los coches, personas y edificios, mientras el Sol se iba elevando cada vez más.

 

-Puedes decirme qué te pasa, Peter- De nuevo Peter se quedó algo callado, realmente no sabía si contar todo aquello pero en su cabeza no encontraba siquiera alguien mejor para hacerlo. –O.. o no… tampoco quiero que te sientas mal haciéndolo-

 

-No… está bien, quizá sea mejor después de todo ya que gracias a ti aun estoy… aquí- Le miró, intimidado a veces por la sonrisa de aquel castaño. –Mi nombre no es Peter… me llamo Dylan-

 

-¿Ah sí?-

 

-Sí… disculpa, en realidad ni siquiera quería que supieras mi nombre ni nada sobre mí, por eso te mentí- Bajaba su mirada algo apenado.

 

-No te preocupes, es normal- Sonrió un poco. –Me gusta más tu nombre de verdad, ¿De donde sacaste el otro?-

 

-La verdad, vi esa telaraña de allí- Señaló una que había encima de la puerta. –Y lo primero que me vino a la cabeza fue Spiderman-

 

-Ah ya, Peter Parker-

 

-¡Sí!- Ambos sonrieron y decidieron sentarse un momento después de quedar sin palabras, un poco más alejados del borde.

 

-Verás... te lo contaré, pero no digas nada hasta que acabe por favor-  Asintió con la cabeza y luego quedó callado, mirándole, dejando la gorra en el suelo. –Mi vida siempre ha sido rara, como si todo fuera a peor y cada vez más. Por parte de mis padres, solo recuerdo que mi madre haya estado atenta a mí cuando era realmente pequeño. En esa época de donde aun recuerdo una canción que suele hacerme sentir mejor al recordarla… todas esas atenciones cambiaron al parecer cuando volvieron al trabajo, mi padre aun jugaba conmigo a veces y siguió haciéndolo durante un tiempo pero de mi madre ni siquiera tengo recuerdos de ese tipo aunque de hecho mis recuerdos son algo borrosos ya que solo era un bebé. Después he intentado por años que estén más conmigo, pero el trabajo los absorbe más que cualquier otra cosa y encima mi padre… ese idiota ha estado engañando a mi madre con otra mujer… lo vi hace poco y me pegó y amenazó para que no dijera nada… y aun se portó peor a partir de que m… m… mi hermano mayor muriera hace 5 años en un accidente de tren- El pequeño iba haciendo pausas  e incluso tartamudeaba y sus ojos se entristecían aunque a su vez se estaba desahogando un poco al contarlo. Su piel se erizó al recordar lo de su hermano y sintió un malestar en todo su cuerpo como si estuvieran apretando su corazón y fuerana a arrancarle la piel, una sensación de lo más desagradable.–Era el único que estaba conmigo y a quien sentía que de verdad le importaba.. y era muy bueno siempre- La pausa se hizo larga esta vez, estaba recuperando fuerzas para seguir hablando. Cerró sus ojos y una lágrima acumulada salió de su ojo derecho mientras se encogía en sí mismo e intentaba seguir, pero su garganta temblaba un poco fruto de la angustia.

 

-Eso es demasiado… siento lo que le pasó a tu hermano- Deniuk iba a acercarse a él pero la mano de Dylan se adelantó, abierta en señal de stop.

 

-Espera, aun no he acabado- Recuperó algo de fuerzas para seguir. Sentía que cada cosa que explicaba era como un peso que compartía con alguien, aunque a la hora de contarlo iba notando ese malestar también se aligeraba el nudo que tenía en su estómago desde hacía días.

 

-Es.. está bien, continua- Se volvió a quedar quieto y atento.

 

-En el colegio todos me hacen bullying, se meten conmigo y me han pegado bastante también- Deniuk apretó su puño al escuchar eso, era algo que le molestaba mucho – y… y… hace unos días… mi perrito murió- Ahí fue el momento en que sus ojos se tornaron aun más brillantes por las lágrimas que estaba aguantándose. –Era lo único bueno que me quedaba… aun con todo eso estaba feliz cuando jugaba con él, siempre atento a mí e incluso protegiéndome, siempre me despertaba y venía a dar la bienvenida cuando volvía del cole. Cuando lloraba él venía a consolarme, se subía en mí para que lo abrazara, me lamía la cara para limpiarme las lágrimas y siempre conseguía acabar sacándome una sonrisa o incluso animarme… ¿por qué tuvo que morir? N...no lo enti..endo… m…m … mi hermano también adoraba a ese perro y.. y…- Se tapaba un poco el rostro con sus manos y sollozaba casi sin poder hablar ya, haciendo muchas pausas al hablar. –era mi único amigo-Por pura empatía el castaño sintió todo eso en sí mismo y si piel se erizó también.

 

El silencio se hizo durante unos momentos, hasta que aquel otro chico se diera cuenta de que acabó. Deniuk se acercó a Dylan y le rodeó con uno de sus brazos, empujándole y apegándolo a sí para luego acabar de abrazarlo y apretujarlo con fuerza contra sí. Mientras el pelinegro escondía su cabeza junto a la de aquel chico, se desahogaba como podía, dándole luego las gracias por dicho abrazo.

 

-Ahora entiendo un poco más… esto- El castaño se quedó algo silencioso, solo le abrazaba después de responder eso ya que no sabía bien qué decir. –Siento mucho todo eso… y que a tu perrito le haya pasado eso y… que hayas tenido que recordarlo todo ahora, nadie se merece haber pasado por todo lo que me acabas de decir- No sabía bien cómo ayudarlo pero de momento le abrazaba e intentaba mostrarle su cariño y calor, tratando de aliviar la tensión de su cuerpo con dicho abrazo.

 

-No… no te preocupes, la verdad es que eres la primera persona que se interesa por mí de esta forma y me siento mejor compartiendo todo esto, mi interior se siente más ligero y el enorme nudo que notaba en mi estómago parece irse un poco- Le dijo, bajando la mirada de nuevo y quedándose unos momentos mirando al suelo.

 

 

 Una mano de Deniuk se posó sobre una de las manos en el suelo de Dylan y con la otra le hizo levantar la mirada. –Me alegra que te haya hecho sentir mejor entonces. Y no te preocupes porque… aunque fuera tu único amigo y siempre vaya a acompañarte. Ahora también me tienes a mí, yo seré tu amigo-

 

Sus ojos se tornaron curiosos más que entristecidos, por un momento.

 

-¿”Seré tu amigo”? Normalmente se dice algo más como… “¿Puedo ser tu amigo?-

 

-Pero es que no te doy otra opción, voy a ser tu amigo-

 

-¿Eh?- Se quedó con una mirada de aun más duda, no entendía del todo la forma de actuar de aquel chico quien en realidad solo quería poder ayudarle y por ello hacía a la fuerza lo que pensaba que era mejor. –Bueno… la verdad ha sido un detalle que ni siquiera esperaba, el verte aquí esperándome-

 

-Es que de veras me dejaste impactado ayer y sentía...-

 

-¿Sí?-

 

-No lo sé, quería simplemente estar contigo, conocerte- Decía el castaño sonriendo.

 

-No lo entiendo del todo, no tengo nada atrayente pero… gracias de todas formas- Se sentía bastante agradecido. No comprendía bien aquello, aun no sentía nada de amistad ni nada por aquel chico pero el verlo tan risueño y preocupado hacia él hasta el punto de dormir de esa forma en el suelo hacía que sintiera un deseo diferente al de antes, las ganas de quitarse la vida estaban pasando un poco, quería más bien seguir hablando con ese amable chico. Además le encantaban los abrazos y aquel chico se lo dio en un momento crucial, hacía años que nadie le abrazaba.-¿Y cómo sabías que vendría aquí?- preguntó.

 

-Bueno, como te mencioné… es que este es el edificio de esta zona más alto y a la vez más accesible de los alrededores ya que si vas a la zona alta de la ciudad todos necesitan llave para subir al tejado-

 

-Vaya, eres bastante intuitivo-

 

-No sé… tengo suerte en realidad de que hayas venido aquí otra vez- Sonrió rascándose la nuca.

 

-¿Y no tendrías que estar en el colegio?- Dylan rascaba de una forma tierna su mejilla y hacía que Deniuk estuviera atento a ello, sentía que aquellos claros lunares pequeñitos en su cara le hacían verse bastante tierno.

 

-Pues… sí- Dirigió la mirada al suelo. –Aunque en realidad hace días que no voy-

 

-¿Y eso? ¿Por qué venías tú aquí?-

 

-Bueno… solo es que… no tenía ganas de ir a clase, no me sentía del todo bien- Vio que aquel chico pelinegro ponía una mirada de intriga hacia eso poniéndolo algo nervioso y sencillamente dirigió la frase hacia otro sentido. –Además es que ayer por la noche había Luna llena, a veces vengo a verla aquí, además de las estrellas-

 

-Supongo que debe verse bien desde aquí arriba- Luego se acercó algo más para verle de cerca.  –Pero si te encuentras mal deberías ir al médico-

 

-Heh, tranquilo, ya fui al médico y… pronto todo estará solucionado creo- Dijo con una mirada risueña y feliz. -¿Y tú? También tendrías que estar en la escuela-

 

-Ya…- Dijo bajando la mirada algo triste. Evidentemente con ese tipo de compañeros insultándote y haciéndote bullying ¿quién querría ir a la escuela? –En realidad sí que es cierto que debería ir para que mis padres no sospechen algo aunque quizá sería la forma de que estuvieran conmigo-

 

-La verdad… no lo sé- El chico castaño hablaba tranquilamente sin dar respuestas innecesarias a lo que no tenía idea, mirándole y empezando a sonreír -¿Te gustaría ver esta noche la Luna conmigo? Creo que hoy si estará llena de verdad, ayer le faltaba un poco-

 

-¿Venir aquí otra vez de noche? No sé…- Se puso a pensarlo pero vio una carita con unos ojos brillantes que se dirigían hacia él de una forma tan tierna que sería imposible negarle algo. –Claro, aquí estaré pero con la condición de que vayas ahora a la escuela tu también, no debes faltar a clases-

 

-De acuerdo. Quedamos a las 9, pero ten cuidado con esos raros compañeros tuyos en clase- Deniuk querría acompañarlo pero si accedió a venir era si él mismo iba a la escuela también.

 

-Aquí estaré Deniuk, intentaré tener cuidado- Fue curioso pero en el rostro de Dylan se dibujó una pequeña sonrisita que atrajo completamente la mirada del otro chico mientras ambos entraban por la puerta que daba a las escaleras.

 

-Puedes llamarme Den, creo que casi todo el mundo me llama así ya-

 

Mientras hablaban bajando las escaleras cada uno se olvidaba de sus propias preocupaciones, ante todo Dylan quien sentía su interior algo más ligero y aunque una persona con ese tipo de depresión no tuviera apenas ganas de salir, se emocionaba un poco al saber que había quedado por la noche con aquel chico. Cada uno se fue en una dirección tras pasar unas manzanas en esa zona de la ciudad la cual era básicamente la zona obrera.

 

No obstante Dylan se dirigía a otra zona de la ciudad, la zona “alta” donde vivían todos aquellos que tenían más nivel económico o incluso que eran ricos. Allí se dirigió a casa, una casa enorme con un jardín trasero con árboles y algunos columpios y plantas. Se encontraba al lado de más casas similares en esa calle peatonal  que salía hasta una transitable. Entró por la gran puerta principal, llegando al recibidor y subiendo por las escaleras frente a este para luego girar a la derecha hacia su habitación, pisando un cálido y suave suelo de parquet. Llegó a su habitación al final del pasillo y allí tomó su mochila de encima de su cama. Era una habitación enorme con montones de lujos y con varias consolas en una televisión bastante grande.

 

No tardó en llegar a clases puesto que su instituto se encontraba a unos 15 minutos de casa. Al llegar trató de pasar desapercibido y entrar a clase sin que nadie le viera donde por suerte para él ya había llegado el profesor, suerte por el hecho de que sus compañeros no le dirían nada. No obstante la suerte solo duró un rato ya que aunque apenas hubo periodo entre clases, la hora del recreo llegó. Se fue rápidamente de clases en dirección a la cafetería.

 

“Si puedo irme de la cafetería antes de que lleguen todos esos idiotas podré tener un recreo tranquilo” pensó él y de hecho compró un bocadillo antes de que llegaran pero al salir de la cafetería por la otra puerta que daba al claustro del instituto… se chocó suavemente con uno de sus compañeros de clase que iba junto al grupo que solía ir junto.

 

-Eh mirad a quien tenemos aquí- Dijo el mismo chico con el que se chocó, un chico de su clase, alto y con el cabello negro y en punta. Vestían evidentemente el mismo uniforme de Dylan, con una camiseta corta azul y unos pantalones también cortos de color negro.

 

-Ho… hola- Respondió Dylan, con la voz algo nerviosa.

 

-¿Porque te has ido tan rápido de clase? Ni que estuvieras huyendo de nosotros, con lo bien que nos portamos contigo- Dijo otro chico al lado del que había hablado antes, con unos ojos algo saltones, pronunciados, además de unos dientes desviados y prácticamente un rostro algo “feo”, con un cabello castaño.

 

-No es.. es que tenía mucha hambre-

 

-Pues yo también tengo hambre, ¿me das un trozo de ese bocadillo?- Volvió a hablar el de cabello en punta quien le sacaba como un palmo de altura, aunque los que iban con él eran más o menos de la misma estatura.

 

-Mmmm está bien, te daré la mitad- Intentando que con ello le dejaran tranquilo levantó el bocadillo el cual estaba la mitad envuelto parcialmente en papel y se disponía a partirlo con sus manos cuando el mismo chico de cabello negro lo sujetó con su mano y tiró para quitárselo y acto seguido le propinó un golpe muy fuerte con dicho bocadillo en la cara de Dylan, justamente con la parte del bocadillo donde se queda algo más duro y crujiente, por lo que le hizo algo de daño y le hizo cerrar sus ojos con un trozo que le había entrado en uno de ellos.

 

-Nenaza, ¿quién querría compartir algo contigo?- Dijo el rubio al lado de ese chico con un cabello algo largo mientras se reían de él.

 

-Eso.. ¿y por qué no viniste ayer? ¿Te quedaste otra vez llorando por ese estúpido perro?- Preguntó burlonamente el pelinegro, haciendo rabiar un poco con ese comentario a Dylan y de nuevo haciendo más intenso ese nudo de su estómago.

 

-Él no e..ra… estúpido- Intentando abrir sus ojos fue sujetado de su camiseta y empujado hacia delante.

 

-¿Me estás replicando, fracasado?- Ese abusón miró a los otros chicos y empezaron a sujetarle cada uno de un brazo y pierna y levantándole, haciendo imposible que se pudiera soltar.

 

Lo llevaron así sujeto hasta la fuente redonda en el centro de aquel claustro  y empezaron a balancéalo contando una cuenta atrás. 3, 2, 1 y lo lanzaron pero de una forma algo irregular por lo que en la parte superior de su cuerpo calló dentro de la fuente donde había agua de un par de palmos de profundidad pero a su vez se golpeó en uno de sus muslos con el borde que rodeaba la fuente conteniendo el agua.

 

Los 4 se reían a carcajadas mientras otros tantos alumnos que estaban en el claustro se reían también a la vez que otros simplemente miraban sin ayudar o hacer nada en absoluto. Mientras se iban aquellos 4 que acababan de hacerle eso, Dylan frotó un poco su muslo mientras se levantaba lentamente con la cabeza agachada, dirigiéndose en dirección a un servicio que estaba en la esquina con dolor en el lugar donde se había golpeado y sobretodo totalmente humillado en su interior, con ganas de llorar pero conteniéndose.

 

-¿Por qué no me pueden dejar tranquilo?- Dijo en voz baja mientras se miraba al espejo y veía su camiseta mojada en la mayor parte por la manera de caer y además su cabello también mojado a la vez que parte de sus pantalones. “Quizá si sería más fácil desaparecer” Pensó pero justo después le vino la imagen mental de aquel chico castaño y esa idea se alejó un poco de su mente. Agitó su cabeza -¿Y ahora qué hago?- Con esos ojos algo llorosos decidió dejarlo por hoy e irse a casa.

 

No le dijo nada a nadie, ya estaba acostumbrado a que los profesores normalmente no le creyeran o no hicieran nada, sobretodo porque los demás solían negarlo todo y como eran varios, apoyaban sus argumentos entre sí.  Se escapó sencillamente saliendo por la puerta principal cuando el conserje miraba hacia otro lugar y el resto del día lo pasó en casa.

 

Llegó la hora y Dylan fue al lugar vestido con una camiseta larga azul y unos shorts marrones. Había anochecido casi por completo y al llegar a la puerta que daba a la azotea escuchó una melodía que le resultaba demasiado familiar. Una lenta y tranquila canción de piano que hacía que su interior se sintiera totalmente ligero y ajeno a cualquier problema que se le hiciera pesado. Guiado por la dulce melodía abrió la puerta y vio a Deniuk sentado en medio de la azotea sobre una manta de color rojo con un grabadora a su lado, en forma de walkman. El chico iba con una sudadera verde y corta y unos shorts a cuadros de color gris en varios tonos del mismo color.

 

-Dylan, has llegado- La dulce sonrisa que se iluminó en su rostro transmitía las ganas que tenía de ver a aquel chico.

 

-Claro, te dije que vendría- Tímidamente se acercó a la manta donde su compañero le hizo un gesto para que se sentara junto a él.

 

-¿Cómo te fue el día?-

 

-Prefiero no hablar de eso- Mientras decía eso, Deniuk apagó la grabadora. –Espera, no lo apagues. ¿Qué canción es esa?-

 

-Pues se llama Gymnopedies número 1 de Erik Satie, es mi canción favorita- Volvió a darle al play en la grabadora.

 

-Cielos… llevaba años buscando esa canción, la recuerdo perfectamente, es la misma canción que escuchaba cuando era un bebé-

 

-¿Ah sí? Así que esta era a la canción que te referías-

 

-Sí, sonaba un poco modificada ya que creo que era de una de esas cosas  que se ponen en las cunas, esas… con canciones para los bebés… no sé cómo se llama, pero desde luego es esa canción- Ver a Dylan tan contento hizo que Deniuk se sintiera aun mejor, se le veía entusiasmado con esa canción y era normal si llevaba tanto tiempo buscándola.

 

-Es bastante curioso- Acabó en una pequeña risa antes de continuar. –Pues si quieres venir un día de estos a mi escuela la tocaré para ti-

 

-¿D… de veras? –

 

-Claro que sí, me encantan las canciones a piano y llevo escuchando esta desde siempre, sé tocarla… bueno creo que se me da bien tocarla- Con humildad intentaba dar a entender que sabía tocar bien esa canción.

 

-Me encantaría escucharlo, de hecho quizá podamos escucharla mejor en mi tablet-

 

-¿Tú… tablet?-

 

-Sí, me he traído la tablet y alguna cosa más por si querías después de un rato jugar o algo así- Dijo rebuscando en una mochila que traía consigo. –Además, ¿por qué lo escuchas en una grabadora?-

 

-Es que los walkman no tienen este altavoz que tienen las grabadoras, me gusta porque aquí puedo escucharlo más fuerte- Sonreía un poco rascando su nuca.

 

-¿Walkman? Pero si se escucha mucho mejor en un mp3 por lo menos- Decía sacando la tablet.

 

-Pe.. pero yo no tengo mp3… solo tengo un walkman porque me lo regaló mi mamá y esta grabadora que encontré en la basura… la arreglé y me la quedé para mí- Estaba un poco orgulloso de sí mismo por ello.

 

-Entiendo… está bien eso realmente pero podrías comprarte un altavoz de esos portátiles que van con mp3 entonces- Dijo sonriéndole, viendo una respuesta en los ojos de Deniuk un tanto curiosa, algo más serio.

 

-Pero… es que no puedo-

 

-¿Por.. qué no?-

 

-Bueno… en mi familia no somos tanto de dinero, tenemos para comer y eso pero no para lujos- Aquello era algo que no le importaba, era un chico que se conformaba con poca cosa en el sentido material y de hecho era realmente feliz con lo que tenía y le sacaba partido a cosas como esa grabadora. No obstante su mirada se entristeció un poco por algo más pero fue algo que no tenía sentido en ese momento y decidió disimular, mirando hacia la tablet de su compañero.

 

-Y… ya veo, disculpa entonces por haber supuesto cosas- Dijo algo avergonzado, estaba acostumbrado a mezclarse con personas de la zona alta de la ciudad y para nada lo había dicho queriendo o con mala intención.

 

-No te preocupes, no es nada- La sonrisa en su rostro confirmaba su frase.

 

-Es que no quiero que creas que soy ese tipo de persona, solo me salió así sin darme cuenta-

 

-¿Tipo de persona? Ni siquiera sé a qué te refieres, hay pocas cosas que me hagan enfadar o hacerme sentir mal Dylan, así que de veras no te preocupes-  Dylan se refería al tipo de persona arrogante como algunos de la zona alta de la ciudad, aunque de veras su nuevo “amigo” no había pensado para nada en ese sentido por lo que dijo.

 

-Gracias…-

 

-¿Eh?- Levantó un poco su cabeza. -¿Por qué?-

 

-Por todo lo de hoy y ayer… me has salvado en un momento en el que casi.. bueno.. eso.. y eres tan amable y bueno conmigo que aunque apenas te conozca haces que me sienta mejor estando contigo, aun con el día tan feo que tuve hoy- Dylan sonreía un poco, mirando al suelo por timidez al decir esas cosas.

 

-Pe.. pero no hay de qué, n.. no es para tanto- Se sonrojó un poco por aquello y cuando vio que el pelinegro levantó su mirada, se puso serio. –Pero tienes que prometerme una cosa-

 

-¿Qué cosa?- Preguntó Dylan.

 

-Que jamás harás lo que estabas planeando hacer ayer y esta mañana- La mirada no cambió, era seria y penetrante quizá incluso algo dominante.

 

-De momento no lo haré pe.. pero…-

 

-Dylan- Esa palabra se clavó directamente en los oídos de Dylan y la penetrante mirada casi llegaba a tocar su alma.

 

-Está bien, está bien… te lo prometo- Respondió, haciendo que su compañero sonriera poco a poco de nuevo.

 

-Gracias, aunque… donde vivo solemos hacer las promesas de una forma- Se sacó un caramelo del bolsillo donde ponía “MEGATRON”.

 

-¿Me das un caramelo por mi promesa?- Preguntó dudoso, bajando un poco sus cejas.

 

-No- Respondió Deniuk. –Bueno sí, pero… tienes que repetir la promesa mientras te estás comiendo ese caramelo-

 

-Pero eso es estúpido, ya te lo he prometido-

 

-¡No no no!- Sonrió un poco más viendo la mirada de duda hacia ese caramelo por parte de Dylan. –Tienes que hacerlo así, solo de esa forma se sellará del todo la promesa… porque las promesas hay que cumplirlas, siempre siempre- Tras unos momentos en los que se miraban el uno al otro el chico más alto suspiró.

 

-Ahhh… está bien, lo haré- Tomó el caramelo de la mano del castaño y lo abrió. Tenía una textura áspera y extraña, de color verde oscuro.-¿Y tú? ¿No te comes uno?-

 

-Yo no puedo, además eres tú el que tiene que hacer la promesa-

 

-No entiendo que tiene este caramelo pero vale, allá voy- Lo metió en su boca y mientras lo chupaba empezó a hablar. –Prom… prome..¡¡¡ wahhhh!!!-  Abrió su boca con el caramelo sobre su lengua, echándose viento con las manos sobre la lengua, era un caramelo totalmente picante y ácido.

 

-Tienes que decirlo, hasta que no lo digas no puedes hacer más que chupar ese caramelo-

 

Una mirada de “te voy a matar” se dibujó en su rostro, haciendo que Deniuk se echara un poco hacia atrás. –Pgo.. promegtó gue nunga volveré a inten… uff tar  hacer lo de ayer-

 

-Muy bien, promesa sellada-

 

-Puaj- Escupió el caramelo sobre su mano. –De qué demonios está hecho este caramelo-

 

-A saber, pero si eres capaz de aguantarlo hasta el final serás un superhéroe en mi insti- Se reía un poco con él.

 

-No creo que nadie sea capaz de eso- Sonrió también y luego solo levantó la mirada, sin poner la música en la tablet o grabadora, escuchando solo el sonido del viento.

 

La Luna estaba completamente llena bañándolo todo con su pálida luz y dejando callados incluso a aquellos dos chicos. Mirando hacia arriba y un poco hacia el frente por la posición de esta. Sentían una tranquilidad que les dejaba escapar de todo como si ni siquiera estuvieran en la tierra, viendo a su vez la luz de las pocas estrellas que se veían por la contaminación lumínica de la ciudad.

 

-Es muy bonito, nunca me había puesto a mirarlo de esta forma- Dijo Dylan.

 

-Sí, me gusta ver la Luna y las estrellas de esta forma, es muy relajante y de hecho me encanta cuando ni siquiera hay Luna y se ven todas las estrellas- Respondía tan solo mirando al cielo. –Pero querría ir a la montaña a verlas, lejos de la ciudad, donde de verdad se puedan ver muchas estrellas… hace mucho que no puedo ir- Su mirada era un tanto nostálgica.

 

-No te preocupes, ya podrás ir otro día- Le dijo acercándose un poco a él. –Mira-  Señalando a la tablet empezó a buscar algo en internet, olvidando la canción que iba a poner. –Hay un mirador cerca de nuestra casa de la montaña… bueno, relativamente cerca, en lo alto de la montaña- Señaló a unas montañas que se veían a lo lejos  tras la ciudad desde aquel lugar. –Está como 4 o 5 montañas más atrás de aquella- Siguió buscando con el internet de la tablet hasta encontrar algunas imágenes de un lugar que le quería enseñar.

 

-Waaoo.. que chulo se ve todo ahí- Miraba boquiabierto y algo asombrado la tablet ya que él no había tenido ninguna.

 

-¿Las imágenes?-

 

-Sí, eso también- Sonreía mirando ahora las imágenes ampliadas, se trataba de un mirador  en lo alto de la montaña,hecho de madera y piedra y algoabandonado al parecer –Desde ese lugar deben verse genial, no parece haber nada de luminosidad en esos alrededores, seguro que ahí si se ven casi todas-

 

-Sí, solo fui una vez de día porque… bueno realmente nunca me he parado a ver este tipo de cosas, es la primera vez que hago esto-

 

-¿Ah sí? A mí es de las cosas que más me gustan, bueno todo lo del espacio realmente- Respondía el chico castaño con el cabello bastante oscuro en aquella oscuridad de la noche.

 

-Entonces deberías ir alguna vez a ese lugar del que te hablo, tengo entendido que a veces va la gente a eso mismo-

 

-Bueno, no sé si alguna vez visitaríamos algo así. Quizá.. podrías… llevarme tú- Dijo tal cosa en parte en broma y en parte de verdad por lo que sí le gustaría ir a ese lugar a verlo, sonrojándose un poco en la parte superior de sus mejillas por tal atrevimiento.

 

-Me gustaría pero la verdad es que no sé si mis padres me dejarán que te lleve o siquiera irán de nuevo- No se había dado cuenta de ese sonrojo, además aquello estaba un poco oscuro.

 

-Entiendo- Miró de nuevo arriba recordando lo sucedido durante el día y el día anterior y pensando en lo mal que le habría ido el día a su nuevo amigo como para ni siquiera querer hablar de ello. Mientras tanto su nuevo “amigo” buscaba en su tablet la canción que le había dicho antes y la ponía, la calidad era bastante mejor. –Waao que bien se escucha ahí- de nuevo miraba algo ilusionado la tablet, sorprendiéndose por las cosas que hacía en ella.

 

-Eso parece, aunque también se escuchaba bien en tu máquina- Sonrió y se quedó mirando el vídeo mientras escuchaba la canción.

 

Los dos quedaron escuchándola por los más de 3 minutos que duraba, relajados y concentrados en cada nota de piano que les llegaba hasta lo más profundo de su ser. El castaño porque siempre le encantaba y el pelinegro porque después de tanto tenerla en su cabeza por fin la había encontrado, es esa sensación de no querer parar jamás una canción cuando al fin has dado con ella. Aun así cuando acabó, Deniuk le iba a proponer algo que había pensado al ver a ese chico tan serio y tan… deprimido, aunque en ese momento pareciera estar bien.

 

-El sábado te llevaré a un sitio- Se encontraban en jueves.

 

-¿A.. a donde, Den?- Preguntó el pelinegro, mirando con curiosidad.

 

-No te lo puedo decir, será una sorpresa- Una sonrisa muy feliz por lo que se le había ocurrido mientras Dylan se mordía un poco el labio por curiosidad pero a su vez sentía ganas de dejarlo en secreto.

 

-Hummm… me ponen algo nervioso las sorpresas pero lo dejaré así- Apartó su mirada semirisueña, no sabía bien como actuar en ese momento pero le pareció bonito que le fuera a preparar una sorpresa, fuera lo que fuera.

 

-Te encantará, ya verás- La sonrisa feliz era por poder darle algo a Dylan que le hiciera sentir bien. Sentía mucha empatía por ese chico y desde que le conoció estuvo pensando que debía enseñarle a dejar a un lado esas cosas malas y mostrarle cosas buenas, divertidas o especiales de la vida.

 

-Entonces… quedamos el sábado- Volvió a mirarle pero tras unos segundos abrió su boca de nuevo. –Emmm… ¿y.. y mañana?- Aun siendo algo tímido pensó que le gustaría pasar más tiempo con ese chico, ya que parecía ser la única persona que le trataba bien.

 

-Mañana… no puedo- A Deniuk se le encogió el estómago, estaba nervioso por algo que debía hacer ese día y odiaba. Claro que Dylan no sabía eso, tan solo pensó que estaría ocupado.

 

-Entonces nos veremos el sábado, no te preocupes- Miró en su tablet y la iba a apagar cuando el castaño vio que en uno de los vídeos salían Finn y Jake.

 

-Eh mira, hora de aventuras- Se sorprendió mirando aquella pantalla.

 

-¿También te gusta?- Le miró con curiosidad.

 

-Me encanta, siempre lo veo en la tele-

 

-A mí también- Ahora era Dylan el que sonreía también.

 

Ambos estuvieron hablando de sus cosas, conociéndose un poco más y a su vez ganando algo más de confianza hacia el otro chico. Se conocían de hacía tan solo 1 día pero lo que habían vivido juntos hacía que tuvieran una confianza como si se conocieran desde hacía tiempo, de hecho Dylan se sentía realmente bien con él, tal y como te sientes cuando alguien te ha ayudado con problemas realmente grabes. A su vez Deniuk sentía lo mismo, aquel chico había confiado tanto en él como para contarle todos sus problemas y le había dejado ayudarle… siendo aun más importante el hecho de que había conseguido ayudarle realmente. No es que Den fuera un chico ajeno a los problemas, los tenía, de hecho…

 

-Auch ah ah ah ah- El chico de cabello castaño se sujetó el estómago y se encogió hacia delante sintiendo un punzante dolor en él, gimiendo de dolor.

 

-¿Qu… qué te pasa? Den, dime Den- Se acercó más a él y se puso a su lado, sujetándolo con sus manos y viendo como los ojos del castaño se ponían algo llorosos y su rostro se volvía rojo por tratar de aguantar dicho dolor.

 

No pudo hablar, simplemente esperó unos momentos mientras a Dylan se le erizaba la piel y se ponía cada vez más nervioso. El dolor fue pasando poco a poco y se recompuso un poco, quedándose acostado y girándose aun con las piernas hacia un lado, mirando a los ojos a Dylan mientras de los suyos caía un par de lágrimas hacia los lados.

 

-¿Qué te ha pasado?¿Te encuentras mejor? ¿Busco ayuda?- Aun nervioso le miraba con impotencia.

 

-Tra… tranquilo, ya pasó… creo que algo me sentó mal, solo tengo que descansar un poco así- Dijo quedándose mirando las estrellas.

 

-¿Qué algo te sentó mal? Pero si hasta estas casi llorando-

 

-Es que… soy un poco llorón a veces- Sonrió tímidamente y estiró sus piernas para acostarse del todo boca arriba. –Ponte así, se ve aun mejor-

 

Tras mirarlo unos momentos suspiró y se recostó a su lado boca arriba –Deberías ir a casa si te sientes mal-

 

-Estoy bien aunque se hace algo tarde- Dejó de hablar por unos segundos. -so.. solo unos minutos más-

 

-Bueno… yo tampoco tengo ganas de volver a casa Den- Esas agradables palabras fueron seguidas de una feliz mirada de ambos antes de mirar al cielo de nuevo. Y ahí estuvieron de nuevo un rato, pero se hacía realmente tarde y Dylan miró a Den. Después unos segundos se levantó y se puso de rodillas–Creo que deberíamos irnos, esta zona no es exactamente segura y se está haciendo cada vez más tarde-

 

 -Quizá sí, te acompañaré un rato Dylan, estoy más acostumbrado a esta parte de la ciudad-

 

Ambos se levantaron, recogiendo sus cosas y se fueron de ahí, dejando la manta a un lado cerca de la puerta ya que una vecina fue quien se la dio al castaño hacía un tiempo para que no se pusiera en el suelo, ya que no era la primera vez que iba ahí. Lo acompaño un rato por aquellas calles donde ya no había mucha gente y que además no tenían el aspecto de ser demasiado seguras siendo que a veces además era un lugar realmente problemático, pero aun así policías rondaban por la zona por lo que se sentían más seguros. Al llegar a un paso de peatones se despidieron ya que Dylan continuaba hacia delante y Deniuk iba hacia la derecha, cada uno a su casa. La noche refrescaba un poco pero tras los días de calor no era un frío desagradable sino que fue un buen compañero hasta que llegaran a casa.

Notas finales:

¿Cual será la sorpresa?


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