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Overdose por Dementiel

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Notas del capitulo:

Este One Shot (O no sé que cosa sea) lo hice para el grupo MuraAka fans en pos de la celebración del mes MuraAka... Es mi primer escrito de esta pareja, espero sea de su agrado. Loviu ~ 

 

#Los personajes no son de mi autoría. 

 


El calor comenzó a inundar todo su cuerpo haciendo que llevara su mano derecha a su pecho, sentía como si estuviese siendo presa de una ardiente fiebre que comenzaba a nublar sus sentidos. — A-Atsushi… — Llamó en un susurro el nombre de su compañero ¿Dónde demonios estaba?


 


La música estaba demasiado fuerte, sentía que sus oídos terminarían reventando, necesitaba respirar algo de aire fresco pues el humo de los fumadores había inundado aquella habitación dónde el calor se había vuelto abrumador. Tantas personas en un lugar tan pequeño, pegándose y bailando al ritmo de la música… “Bailando” una vaga excusa para tocarse, parecían presas en celo… En primer lugar ¿Por qué había accedido a ir a esa fiesta? Entre sus fugaces pensamientos recordó al chico de cabello negro que siempre acompañaba a Atsushi… Ese Tal Himuro había insistido, tenía una peculiar manera de convencer a la gente, más él había aceptado, así que no podía culparlo… Si acaso un 50%.


 


Había escuchado de muchos que ese lugar tenía la peor reputación en cuanto a fiestas, solo iban para cachar algo, lo que fuera para divertirse, por ende había tomado sus precauciones, no había tomado nada, no había aceptado bebidas de nadie excepto de… Atsushi. 


 


Tosió un poco mientras sentía que el perlado sudor comenzaba a cubrir su rostro, su pecho y sus manos ¿Qué había tomado? Sentía su garganta más que seca, le costaba respirar y estaba comenzando a sentirse ¿Excitado? Necesitaba buscar la salida. Se apoyó en una de las paredes del pasillo, al menos allí no se escuchaba tanto el ruido, algunos jadeos comenzaban a abandonar sus labios, tal vez Atsushi no lo había hecho con la intención de dejarle en ese estado pero le había perdido de vista ¿Y ahora cómo saldría de allí? Ni siquiera lograba enfocar su mirada.


— Así es la primera vez que la tomas… Te costará respirar y sentirás demasiado calor pero eso se puede aliviar ¿Quieres que te ayude? —


Esa voz… Alzó su rostro frunciendo ligeramente su ceño mientras observaba, borrosamente, de dónde provenía aquella voz.


— Atsushi… Llévame a casa — exigió con el temple de siempre, intentando mantener su compostura, sería vergonzoso si alguien le viera de esa forma. Tragó saliva en un intento de calmar las ansias de su garganta mientras se apartaba del pasillo, más unos brazos le rodearon la cintura por detrás, sintiendo un aliento apestoso a alcohol chocar contra su oído.


 


— Vamos a divertirnos… Te hace falta una buena noche de sexo para que dejes tu mal humor… — ¿Himuro? Esa voz era de ese chico, estaba seguro.


Las manos de Himuro comenzaron a recorrer el cuerpo de Akashi, el cual se encontraba tan mareado y débil que sus movimientos no eran suficientes para intentar apartarlo de su cuerpo mientras Atsushi observaba la escena. Cada lugar que tocaban las manos de ese chico, hacían que de los labios del pelirrojo escaparan algunos gemidos que se encargaban de encender al espectador de aquella escena.


— ¡Basta! Atsushi… ¿Por qué? — pidió una explicación al tiempo que se retorcía entre los brazos que le sostenían con fuerza mientras esas manos frescas se colaban bajo sus ropas, palpando su delgado pero atlético cuerpo; cuando rozaron sus tetillas un gemido se hizo presente y un furioso rojo acudió al rostro del más bajo ¿Por qué estaba disfrutando de ese tacto? Él no quería, en absoluto. 


 


Mientras tanto, Atsushi observaba aquella escena con un deje de placer en sus ojos, sintiendo como bajo sus pantalones, su miembro comenzaba a despertar ante aquel jugueteo que estaban teniendo esos dos. Ver a Akashi de esa manera tan solo hacía que quisiera hacer lo mismo. ¿Cómo habían llegado a eso? Todo había sido idea de “Muro chin” luego de que se embriagara y le contara sobre su frustración sexual por su ex capitán, el chico de sonrisa turbia y cabellos negros había llegado a la conclusión de que si le daban a beber ese afrodisiaco sería más fácil que el orgulloso chico cediera a sus primitivos instintos y de esa forma Atsushi podría aprovechar la situación, más ahora todo parecía encaminado a favor de Himuro pero no quería detenerlos, no aún, quería que Akashi llamara más su nombre… Que lo necesitara para salir de allí ¿Hasta dónde le dejaría llegar?


 


Por su parte Akashi estaba a punto de explotar, su virilidad estaba reaccionando y no sabía si era por las caricias que ese atrevido estaba proporcionando a su cuerpo o por lo que le habían hecho tomar, tan solo quería girarse y golpearle con fuerza, a él y a Atsushi por tan sucia charada. — Atsushi… Por favor, basta… — suplicó entonces enfocando su mirada hacía aquel que les observaba con atención, sintiendo como atravesaba con su mirada sus ropas, parecía que le estaba desnudando mentalmente y eso ¿Le excitaba?... De sobremanera.


 


Himuro estaba  ansioso por probar ese cuerpo, desde que le había conocido no había hecho más que pensar en poseerlo, hacerlo gemir y llorar de placer, ensuciar su lindo rostro con su esencia, marcarlo de una y mil formas; sus pensamientos estaban por hacerse realidad, no por nada había preparado todo de tal forma que él saliera vencedor de ello. Una de sus manos ya llevaba una considerable ventaja, se había hundido bajo la ropa interior del emperador y estaba aprovechándose para masajear aquella húmeda hombría mientras Akashi dejaba escapar aquellos suspiros y jadeos entrecortados, no importaba que estuviesen a mitad del pasillo, para todos allí era normal ver ese tipo de escenas, de hecho los demás no estaban lejos de estar haciendo lo que ellos.


Más no contaba con los iracundos celos que aquella acción provocó en el titán morado haciendo que recibiera un puñetazo para que soltara a su “Akachin”


Los brazos de Atsushi rodearon el cuerpo caliente de Akashi y le arrastraron hasta el baño, empujándole para que entrara a uno de los cubículos mientras trababa la puerta, sentándolo sobre la tapadera de la taza del baño.


— Akachin… ¿Realmente estabas disfrutando de las caricias de Murochin? — preguntó con un sombrío aspecto mientras comenzaba a desabrocharse los pantalones, bajando el cierre de estos y sacando de sus boxers su hombría que estaba más que erecta por aquel espectáculo. Akashi enmudeció unos segundos, aún seguía mareado por lo que había sucedido hasta hace unos momentos, su pulso iba acelerado e intentaba tranquilizarse pero solo lograba encenderse más.


— C-Claro que no… ¿Qué fue lo que me diste a beber? — preguntó entonces llevando una mano a su cabeza, al menos ya podía ver mejor y escuchar. Se percató entonces de dónde estaban y de que Atsushi tenía su miembro de fuera haciendo que se levantara inmediatamente de su asiento. — ¿Qué crees que haces? Déjame salir ahora… — Pese a su estado, Akashi seguía manteniéndose firme, autoritario y parecía no querer dar su brazo a torcer.


Atsushi tomó la mano derecha de Akashi y le hizo que rodeara su miembro con ella, sin dejar de sostenerla. — ¿No es obvio, Akachin? No puedes ir a casa en ese estado — respondió con calma al tiempo que empezaba a mover su mano para disfrutar de aquella acción, aunque la boca de Akashi seguramente sería más placentera. — Nee, Akachin… ¿No quieres probar mi dulce? — preguntó con una socarrona sonrisa, dejando perplejo por unos segundos al emperador, quién no sabía si apretárselo con fuerza hasta arrancárselo o dejarlo hacer pues… No le disgustaba. 


 


Dudó unos segundos sobre ello, más no fueron demasiados… — Lo haré — respondió fuerte y claro, alzando su mirada para encarar al más alto. ¿Era en serio? ¿El emperador había accedido a hacerle una felación? Atsushi creyó estar en el cielo cuando miró a Akashi descender hasta arrodillarse frente a él, tomando aquel descomunal (Para los mortales) miembro entre sus manos, llevándolo a la boca, engulléndolo sin ningún atisbo de pena alguna, recorriendo su extensión con su lengua, chupándolo y masajeando sus testículos ¿Es que acaso ya lo había hecho antes? La duda le carcomió por completo al titán y llevó su mano a los cabellos rojizos para sostenerse de ellos mientras comenzaba a embestir su boca, haciendo que Akashi se atragantara y le empujara para toser un poco. — ¿Q-Qué haces? — gruñó limpiándose con su antebrazo derecho sus labios que tenían algo del líquido preseminal ajeno y su saliva.


 


— Estoy desesperado — señaló como si fuese lo más natural del mundo, tomando del brazo al pelirrojo para levantarlo, girándolo para que le diera la espalda mientras sus grandes manos se encargaban de bajarle los pantalones, dejando a la vista ese perfecto y respingón trasero que poseía, siempre lo miraba en las prácticas del club, había soñado con tenerle así muchas veces más ahora era real y podía tocarlo, no quería esperar demasiado por ello. Le hizo subirse a la tapa del retrete y le tomó por ambos glúteos, separándolos al instante para exponer su rosado esfínter, sonriendo como si fuese a comer el más delicioso dulce. — Akachin hasta tu hoyo es lindo — murmuró antes de lamerlo, hundiendo su lengua en el interior hasta dónde fuese capaz de llegar su húmedo músculo, escuchando entonces los gemidos entrecortados que Akashi profería, sintiendo como intentaba zafarse de su agarre, más sus manos estaban prendidas de su trasero, impidiendo que se moviera demasiado. Apartó su boca de su entrada y sonrió mientras deslizaba un dedo en esta, acariciando primero por fuera antes de comenzar a deslizarse en su interior. — Ah… Akachin está apretando demasiado ¿Se siente bien?  — preguntó moviendo su dedo en el interior ajeno, torciéndolo un poco mientras sentía el cuerpo más pequeño temblar.


 


— Atsushi… Lo estás llevando demasiado lejos — gimió Akashi, llevando sus manos hasta la pared para sostenerse,  pues sentía que en cualquier momento sus rodillas le fallarían. Atsushi por su parte ya había insertado el segundo dedo en el interior ajeno, preparándole tal y como le había dicho Himuro pues lo que menos quería era dañar al objeto de su placer.


 


— Akachin… Creo que ya puedo entrar — dijo sin más, sacando los dedos de su húmedo y dilatado interior, aunque Akashi no estaría muy seguro pues a duras penas y le había cabido en la boca.


— Atsushi… Espera…


— No… No quiero esperar más — respondió con pereza por contestar eso, tomándole por las caderas para bajarle un poco, empujando la punta de su miembro contra la entrada del trasero ajeno, sintiendo como se resistía a entrar por completo.


¡Está muy grueso! Fue lo primero que pensó Akashi cuando sintió que empujaba a su interior aquel falo tan duro, lo había pensado cuando lo vio en las regaderas una vez, no solo era largo también era grueso, a este paso y si intentaba meterlo lo iba a romper en dos. Pero no importaba lo que estuviese pensando, Atsushi estaba empujándose en su interior, forzando la entrada de ser posible, haciendo que Akashi sintiera la manera en la que le penetraba, que no olvidara quién fue el primero en profanar ese cuerpo que incitaba a más de uno.


 


Un ahogado gemido anudó en la garganta del pelirrojo cuando la hombría ajena estuvo por completo en su interior, haciendo que arqueara un poco su cuerpo tan solo para uno de los largos brazos ajenos le sostuviera por la cintura mientras el otro se deslizaba por su vientre, a un costado de sus caderas, bajando un poco más para tomarle por el muslo y alzar su pierna, haciendo que se contrajera y apretara de una deliciosa forma su hombría.


 


— Akachin, voy a moverme… — Susurró contra sus cabellos antes de empezar a empujar sus caderas, él no era considerado, mucho menos cuidadoso, tan solo quería satisfacer su deseo, embistiéndole mientras el lugar se llenaba de gemidos entrecortados, jadeos y frenéticos roces de ambos cuerpos, Atsushi no estaría dispuesto a detenerse, menos ahora que ya había logrado llevar un ritmo, además los gemidos de Akashi le indicaban que cada que le embestía tocaba un punto dulce, aquel dónde le hacía entumir sus dedos por el placer.


Akashi estaba sorprendido de haber accedido a hacerlo, aunque por cómo iban las cosas estaba seguro que de no hacerlo Atsushi habría terminado haciéndolo de todos modos y eso de alguna forma era aterrador. Su cuerpo había reaccionado totalmente diferente con Atsushi, pronto se descubrió moviendo sus caderas en busca de más contacto, apretando en su interior al intruso que se dedicaba a tocarle aquel punto exacto que le hacía estallar, le nublaba la mente y lo llevaba al cielo. No imaginó que se pudiese llegar a sentir tanto placer por el coito anal. Sus dedos de los pies se entumecieron mientras se arqueaba, dejando escapar un largo gemido de placer mientras eyaculaba, no hubo necesidad de tocarse, Atsushi había dado en el blanco en una embestidas y había logrado que se corriera, estrangulando en su interior la virilidad ajena, que sin previo aviso terminó corriéndose en el interior ajeno, haciendo que Akashi se retorciera, esa sensación de sentirse lleno le había extasiado por demás.


 


Luego de aquel frenesí, ambos estaban agotados… Atsushi salió lentamente del interior ajeno, dejando a su paso que salieran sus fluidos, haciendo que sonriera como sólo él sabía hacer, con satisfacción. Hundió uno de sus dedos en la entrada ajena y comenzó a sacar su esencia con este, mirando al agotado Akashi que se sostenía como podía de la pared. — Akachin… Tomaré la responsabilidad — susurró entonces buscando algo de papel para limpiar por dónde escurría su esencia, vistiendo de nueva cuenta al aletargado Akashi que parecía un muñeco de trapo. Una vez que se limpió también y se vistió, tomó entre sus brazos el pequeño cuerpo que parecía haberse quedado dormido, le colocó su chamarra encima y salió del baño observando en el pasillo, dónde minutos antes habían estado, a Himuro follándose en cuatro a un chico de cabellos negros… Esa cara le lucía familiar ¿No era el compañero de Akachin? Cómo fuera, a él ya no le interesaba nada más, había conseguido lo que quería y de alguna forma sabía que eso les ataría ahora más que nunca.


El orgulloso Akashi jamás habría accedido a algo así pero no le había dejado otra opción para que aceptara, no se arrepentía de ello y esperaba que al despertar, Akashi tampoco lo hiciera o se vería obligado a aplicar la dosis de nuevo. 

Notas finales:

Espero sus críticas porque esto de escribir me está gustando, a ver si me animo a hacerlo, aprenderé por supuesto. Así que echenle... (?) -3- 


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