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Para encontrarte por Yuiko Nozomi

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Notas del capitulo:

Hola, el capítulo me quedó MUY corto, lo siento XDD lo compensaré en el siguiente, lo juro :c 

No esperaba que lo primero que viese al abrir la puerta de su habitación fuese dos futones, uno junto al otro. Odiaba los futones, hacía que le doliera su espalda además ¿Qué demonios había ocurrido con su cama? Ni siquiera debía molestarse en preguntar, era claro que había sido hazaña de Imayoshi mientras él andaba buscando al primo de Sakurai... realmente no sabía a cuál de esos dos idiotas detestaba más, al de los nervios eternos o al de la sonrisa estúpida.

— Imayoshi, ven aquí— exclamó Hanamiya sin levantar la voz, pero todos en el departamento lo escucharon, Sakurai tembló ligeramente, Imayoshi lanzó un largo suspiro y Kiyoshi se asomó a ver que sucedía con el azabache.

— Hanamiya, ¿Qué pasa ahora?

— ¿Te atreves a preguntar? Devuélveme mi cama imbécil

—Tienes un pésimo sentido del humor, creí que te pondría nervioso de solo pensar que dormirías junto a un extraño, que tristeza, 10 años siendo amigos y nunca he podido verte sonrojado.

—No me sonrojaría por algo tan estúpido, y sabes que aún si tuviese que compartir cama con alguien no lo permitiría, lo dejaría en el suelo.

—Pobre Kiyoshi ¿a ti no te molesta dormir en el sillón? debo volver a instalar la cama de Hanamiya o si no me golpeará.

—Eh, no, para nada— respondió el castaño, la verdad cualquier lugar servía a la hora de dormir.

—Bueno, bueno, Ryou, ayúdame con la cama de Hanamiya. Kiyoshi sobre la mesa dejé una lista con todas las tiendas donde reservamos todo para la boda, ¿podrías llamar para confirmar que todo estará para ese día? Hanamiya, acompáñalo, ya sabes que hacer en el peor de los casos.

El último en ser mencionado tronó sus dedos y llevó a Teppei consigo para cumplir con la tarea, lanzó un par de maldiciones cuando vio que el de anteojo les dejó una lista con 76 tiendas. Bufó resignado, era obvio que Imayoshi no les dejaría una tarea fácil, aún cuando el matrimonio era suyo y no de ellos.

Teppei cogió el teléfono y comenzó con la lista, todo iba bien, el castaño trataba de forma amable a los vendedores y estos le respondían de la misma forma. Makoto quería vomitar con esa forma tan radiante de ser, no podía soportar a semejante sujeto. En la tienda número 49 Hanamiya notó que algo iba mal, el castaño estaba utilizando reiteradamente las palabras "lo comprendo" mas largos espacios de un silencio dudoso.

—Entrégame el teléfono— dijo el azabache en una clara orden, Teppei obedeció, no porque se sintiese intimidado, más bien tenía curiosidad de lo que haría el otro.

— ¿Hablo con la florería Ayame? Oh, ya veo, así que no podrán tener nuestra orden ya reservada, es una lástima realmente comprendo que existan estos percances. Ahora hablando enserio ¿cree que existiría alguien tan comprensivo, idiota? Mira, hice esta maldita reservación hace un mes, no me vengas con tus líos, no me importan los problemas de tu vida privada o laboral, pero tendrás la maldita orden para dentro de las dos semanas que vienen porque si no tendrás que pagar una indemnización tan grande que quedarás en la quiebra, he leído todos los derecho del consumidor y tengo mucho tiempo libre como para buscar a otros clientes inconformes, así que tendrás las malditas flores, tengo entendido que su tienda es de dudosa reputación, además tengo todos sus datos, Tomohisa Okudo. Gracias por entender, ¿mi nombre? mm... Kiyoshi Teppei.

El azabache colgó y lanzó un suspiro, observó al castaño quien lo veía sorprendido, Hanamiya no sabía si estaba sorprendido porque robó su identidad o por la actitud que había tomado con el vendedor.

—Eres asombroso— comentó Teppei viéndolo fijamente.

—Como digas, vayamos a la siguiente tienda.

— ¿Por qué no dijiste tu nombre?

—Muchas tiendas me tienen como su enemigo, no hago nada en contra de la ley aunque la llevo al extremo. Escojo locales con algún par de demandas para asegurarme de tener buenos motivos para denunciar. Nos faltan 27 tiendas, continuemos.

—Claro.

Cuando terminaron su labor ya era muy tarde, tanto que Imayoshi y Sakurai incluso se habían quedado dormidos. Teppei mientras hablaba lanzaba miradas fugaces a Hanamiya quien parecía estar en otro lado, organizando ese montón de tonterías a su mente vinieron muchos recuerdos y una dolorosa nostalgia se apoderó de su mente.

—Hanamiya, terminamos ¿Te ocurre algo?

—Nada que te importe. Me iré a dormir. Por desgracia, nos vemos mañana.

El pelinegro se levantó de su asiento dispuesto a irse, pero el contrario lo detuvo tomando su mano, la reacción natural de Hanamiya fue apartarla para luego verlo con algo de desprecio. Teppei contestó con una ligera sonrisa ¿cuál debía ser su movimiento ahora? Era imposible encontrar palabras que hirieran a esa clase de personas que sonríen todo el tiempo y no se ofenden por nada. Odiaba a Teppei por ser su opuesto, con solo verlo podía saber que no eran un buen equipo ¿Por qué Sakurai e Imayoshi los habían elegido precisamente a ellos para organizar la boda?

—Hanamiya, no hemos comida nada desde que llegamos, voy a preparar algo.

Su respuesta fue alzarse de hombros y volver a tomar asiento, se quedó esperando la comida, no tuvo que esperar mucho ya que se trataba de comida instantánea, Teppei se disculpó por no preparar algo mejor, pero es que simplemente tenía mucha hambre como para hacer algo más sofisticado. El azabache no le dio importancia, su mente seguía en otro lugar, veía el calendario varias veces y sentía una extraña opresión en su pecho.

—Adiós, iré a dormir— dijo como excusa para irse pronto del lugar, su mente le estaba jugando una mala pasada justo en frente de un extraño y él no permitiría que nadie lo viese en un estado tan deplorable.

—Hanamiya ¿me prestas una frazada? Ya sabes dormiré en el sofá y lo mínimo que deseo es no congelarme.

—Eso sería un buen espectáculo, ver cuantas horas te demoras en morir por el frío.

—Vamos, no seas así, es solo que me prestes una manta, ¿o acaso es que deseas que duerma contigo?

Su tono no era coqueto, tampoco era bromista, lo decía enserio y aquello le estaba molestando. ¿Qué tenía ese tipo dentro de su cráneo? Dudaba que fuese un cerebro funcional. Pues si no podía ofenderlo al menos jugaría con él un rato, le seguiría la corriente en esa extraña y disfuncional conexión que tenían a través de sus diferencias.

— ¿Dormir conmigo? ¿Estás seguro de un reto tan peligroso? Dormir con arañas puede ser más seguro— respondió el azabache acercándose peligrosamente al otro quien respondió alzando una ceja y con una sonrisa de medio lado. Podía comprender perfectamente que se trataba de un juego y la verdad es que no le importaba.

—Me gustan los desafíos

—Me alegra oírlo, significa que podrás sobrevivir de aquí a mañana sin una frazada, adiós.

Teppei observó como la figura de Hanamiya desaparecía de su campo visual para entrar a la habitación. Lanzó un suspiro y se regañó mentalmente, Hyuuga y Riko le habían advertido que no se volviese a interesar en una persona de la cual no supiese todas sus intenciones o sentimientos, pero ¿acaso no tenía su encanto lo desconocido? Quería descubrir cómo era en realidad Hanamiya, era una persona única, claro está, pero algo ocultaba y debía saberlo.

Lanzó otro suspiro, pero esta vez fue de resignación, comenzaba a hacer frío, quizás debió insistir sobre la frazada…

Notas finales:

Espero que les haya gustado


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