Makoto:
Era aún horas de clases, faltaba una hora para salir del instituto. Makoto se quedaba observando a su mejor amigo Haruka, que siempre se quedaba mirando a lo lejos, a la ventaba que quedaba cerca de su pupitre, con si estuviera pensando en algo y a la vez en nada. Sus ojos eran tan hermosos, eran de un azul zafiro penetrante, llenos de sueños e ilusiones, que combinaban perfectos con su cabello negro y liso. Tal vez, el solo mirarlo era reconfortante para él.
En esos instantes suena el timbre de salida. Makoto no supo cuando tiempo tenia observadolo, tomo su bolso y espero a que Haru se levantase.
-Haru, podemos irnos, ya sonó el timbre –dijo con una sonrisa de lado.
-¿No te parece hermoso el mar? –Pregunto, con sus ojos aun puestos en la ventaba pero percatándose que tenía que levantarse-. Es una lástima que no muchos vean su belleza –Incorporándose para luego levantarse.
Claro que lo es y más cuando tú lo miras.
-Hey Haru-chan, ¿Quieres ir a mi casa esta noche? ¡Hare algo de caballa para ti!
Haruka volteo a ver a Makoto sin decir nada, con una cierta cara de sorpresa pero sus ojos ligeramente cristalinos decían otra cosa, solo faltaba ver su expresión para confirmar su aceptación.
-Entonces está más que decidido –dijo, con una sonrisa amistosa que solo él sabe dar.
Saliendo del instituto vio un poco preocupado a Haru no sabía que preguntar o que hacer, a pesar que toda su vida estuvieron juntos hay muchas cosas que no comparten -¡tal vez podría ser los entrenamientos o quizás el estar solo es su casa!- Pensó. Sus padres casi nunca estaban en casa, siempre estaban de viaje trabajando y muy pocas veces estaban en contacto, Haru desde muy pequeño era independiente aún más que Makoto siento este tres meses menor (aunque no lo pareciera).
De camino a casa se encontraron con Nagisa y Rei los cuales se veían muy animados, era probablemente por el entrenamiento de hoy ya que todos incluso Rei habían subido su marca.
-¡Hola chicos los estábamos buscando! –dijo Nagisa saltando de un lugar a otro.
-Haru-senpai, Makoto-senpai, queríamos celebrar nuestra victoria en la casa del entrenador Sasabe, pero ya que él no se encontraba no supimos que hacer y pensamos que podríamos planear un lugar entre los cuatro.
-Pueden venir todos a mi casa ya que mis padres saldrán a la ciudad a comprar algunas cosas –dijo Makoto, con una sonrisa.
-¿Pero habrá comida? –pregunto Nagisa.
-¡Nagisa-kun! –exclamo Rei.
Makoto soltó una ligera carcajada –¡claro!, hare una gran comida para todos –Alborotando sus castaños cabellos. Ahora tenía más bocas que alimentar.
-¡SÍ! –gritaron de emoción Rei y Nagisa.
Al llegar a su casa, se encontró con sus padres dándole instrucciones de cómo debía tener la casa y esas cosas de padres desconfiados, sus pequeños hermanos se abalanzaron a los brazos de Makoto despidiéndose de sus padres.
Los chicos se acomodaron en la mesa y Haru jugaba con Ren y Ran, los hermanos de Makoto.
Makoto entro a la cocina para empezar a cocinar, después de unos segundos entro Haru:
-¿Puedo ayudarte en algo? –miro a Makoto con sus profundos ojos azules, se le veía desanimado era obvio que algo pasaba, esto a Makoto le partía el corazón en mil pedazos… por así decirlo.
-S-sí claro pero… -corto lo que diría, la verdad no quería incomodar a Haru.
-¿Qué?
-Nada, solo si querías pelar unas papas –hizo una sonrisa forzada.
-La verdad quería aderezar la caballa pero ya que lo pides lo hare –busco un cuchillo en la lacena, pero estaban un poco lejos de su alcance, se empino y al alcanzar los cubiertos resbalo. Makoto al percatarse de esto corrió hacia él abrazándolo de frente evitando que los cubiertos cayeran sobre Haru, uno de los cuchillos rozo una de las mejillas de Makoto haciendo una pequeña herida en esta, pero para él en ese momento no importaba.
-¿¡Estas bien!? –estaba algo sobresaltado por el momento, no podía permitir que algo le pasara Haru estando cerca de él.
-si estoy bien pero tu mejilla…-Señalándola con el dedo. Estaban tan cerca que para él era algo incómodo pero se preocupó un poco por Makoto, si no fuera por él tal vez algunos de esos cuchillos habrían caído sobre si causando alguna herida.
-¡Oh! –Toco su mejilla con un poco de sangre, -no te preocupes solo fue un pequeño rasguño –sonrió con una agradable y sincera sonrisa, su corazón latía un poco más rápido de lo normal, más de lo latía estando al lado de Haru. Al poco tiempo se incorporó para levantarse tendiendo la mano a Haru. –Vamos Haru-chan hay una comida que hacer -tendiéndole uno de los cuchillos que había dejado caer.
-Gra…gracias –se sentía un poco apenado escondiendo su rostro con su fleco después de empezar a sonrojarse al poco tiempo de que Makoto también-. ¡Y deja de agregar el Chan! –Frunce el ceño.
***
Cuando la cena estaba lista todos estaban sentados en sus respectivos puestos comiendo y dando gracias por los alimentos.
-¿Qué paso? se habían escuchado unos ruidos en la cocina –Dijo Rei rompiendo el silencio.
-Sí, estuve un poco preocupado –siguió Nagisa con su boca llena de comida.
-Bueno solo fue… -El celular de Haru interrumpió el momento-. Disculpen tengo que irme –hizo una leve reverencia, agarrando su bolso del sillón. Makoto se preocupó un poco, Haru no había probado casi nada de su caballa.
Después de que los chicos terminaron de comer, Makoto acostó a sus hermanos, dejo una nota y salió de su casa buscando a Haruka-. ¡No te dejare solo, nunca más! –mientras corría, se sentía tenso, muy tenso, sabía que algo iba a pasar y no era bueno.
Haruka:
Estaba llegando al lugar de encuentro donde Rin había dejado para que se encontraran, no sabía dónde era exactamente, solo sabía que era cerca de una piscina pública a la cual iba de pequeño.
Al llegar al lugar se encontró con un Rin excitado, sin saber si era de la emoción o si quería darle un golpe (inocente mariposa).
-¡Qué bueno que llegas! -dijo Rin-, hay algo sumamente importante que debo decirte –apoyándose en una de las barandillas.
-Sí, eso leí en el mensaje –se acercó quedando a una distancia considerable de Rin.
-¿Tienes alguna idea de que se trata? –poniendo sus manos en los hombros de Haru, este se sobresaltó al sentir su tacto.
-No entiendo nada –mirando a Rin fijamente a sus ojos, su distancia era muy corta.
-Creo que te quiero Haru… más bien, siempre te he querido. Antes pensé que era envidia pero después de que te gane en los relevos me sentí decepcionado conmigo mismo, y me di cuenta que me preocupas y que quiero estar a tu lado –Toco una de su mejillas. Haru estaba impactado ante aquella situación, no podía mover ni un solo músculo de su cuerpo. Rin acabo la distancia y beso a Haru sin previo aviso, los ojos de Haru se abrieron como platos dejando sobresalir sus finos ojos azules.
Unas fuertes pisadas se sintieron atrás. Haru volteo su rostro y miro aquella agitada persona.
-Creo que interrumpí algo –dijo aquel sujeto para terminar corriendo a mas no poder.
-¡MAKOTO ESPERA! –grito, soltándose de los agarres de Rin y corriendo tras de Makoto.
Makoto:
Su mente estaba vacía, su conciencia solo le decía que debía correr y correr. Su corazón dolía, dolía mucho tanto física como emocionalmente. Al poco tiempo un líquido caliente empezó a recorrer sus mejillas.
¡No puede ser ya estoy llorando!
-¡MAKOTO ESPERA! –escuchó una voz detrás suyo que le gritaba, no podía diferenciar bien quien era, sus sentidos estaban nublados pero pudo saber que se trataba de Haru. Este al poco tiempo pudo alcanzarlo y tomar su brazo derecho.
-¡Lo que viste ahora no es lo piensas! –dijo Haru con una voz nerviosa.
-Tranquilo, no tienes que explicarme nada –respondió, calmando su respiración volteando-. Yo siempre supe cuál era mi lugar en tu vida, solo que no quería aceptarlo.
-¿De qué hablas? –Pregunto algo confundido.
-Hablo… hablo que siempre seré de segundo en tu vida, a pesar de que siempre estoy a tu lado intentando cuidarte, siempre serán los demás después de mí.
-Sigo sin entender –dijo, Haru sin soltar el brazo de Makoto.
-Olvídalo –soltándose bruscamente del agarre de Haru-, Tú solo te fijas en la maldita agua, pero no en los sentimientos de las demás personas ni en tu mundo alrededor. –Sus ojos quedaron fijos en los de Haru aun con algunas lágrimas, había olvidado limpiarse después de estar forcejeándose del ojiazul. Los ojos de Haruka se abrieron de par en par al ver el rostro de Makoto, era la de un tipo serio y sentido, nunca había visto una expresión así en él.
Haruka:
Makoto siguió corriendo y Haru detrás de él, Haru no podía seguir así que se detuvo un momento -ESPERA MAKOTO ESTOY… estoy cansado –el final de su frase sonó baja, llevaba varios minutos persiguiéndolo.
-NO ME SIGAS –hablo una voz lejana. Haru se repuso y siguió corriendo.
Al poco tiempo habían llegado a una piscina olímpica privada. Las luces estaban apagadas y parecía que no tenía vigilancia, Makoto salto las grandes rejas que tenía y Haru lo siguió. Por dentro era encerrado y estaba oscura solo la luz de la luna y las luces LED de la piscina iluminaban aquel lugar. Fue algo difícil de encontrar a Makoto, pero al poco tiempo pudo divisarlo, estaba a un extremo de la piscina.
-¡Ya déjame!, te dije que no me siguieras, solo necesito tiempo para pensar ¿o que quieres hacerme más daño?, sé que no entiendes un coño de lo que dijo, es algo natural en ti. No tienes que explicar nada, solo lárgate.
-Yo… yo solo quería… -Haru intento avanzar, pero al hacerlo resbalo con un charco de agua que había cerca de la piscina, golpeándose con la superficie de cerámica de esta, cayendo al agua y poco a poco la consciencia, vio una imagen borrosa dentro del agua que intentaba alcanzarlo ¿este será el fin? ¿Qué será eso, será un shinigami? O ¿tal vez un ángel? Su mente indagaba con lo último que le quedaba de razón hasta que sus ojos se cerraron lentamente y no pudo pensar más.
Makoto:
Estaba desesperado, frustrado, inquieto. Quería despertar a Haru de su estado, en la cabeza de Haru brotaba una pequeña cantidad de sangre, haciéndolo perder más el control. Había practicado toda clase de reanimación que podía hacer por el momento, solo le faltaba respiración boca a boca. Practico esta última y no dio resultado al primer intento, al segundo intento, salió una gran bocanada de agua mojando un poco el rostro del ojiverde. Haru empezó a abrir lentamente sus ojos
–Makoto, lo siento… -Makoto lo interrumpió con un fuerte abrazo que lo dejaba casi sin respiración.
-No tienes por qué disculparte, todo esto es mi culpa. Por mi culpa casi mueres, no podría imaginarme una vida sin ti, quise cuidarte sin importar que, pero solo me fije en mis estúpidos sentimientos sin darme cuenta de que podría hacerte daño. Haru quiero que sepas que te amo… Sí, ¡te amo! y no me importa con quien estés mientras pueda ver tus ojos azules resplandeciendo siempre.
Haru estaba estupefacto. Fue difícil imaginarse que Makoto le dijera tal cosa. –Makoto, es cierto, tú siempre has estado conmigo en los momentos más difíciles -su voz sonaba ligeramente sollozada y su mirada baja-. Nunca me he fijado que tú eras el único que podía entender mis sentimientos, siento no haberte prestado atención y nunca decirte mis problemas. Las personas a mi alrededor solo se fijan en mis habilidades pero nunca como me siento, solo me ven como un tipo callado. No es fácil para mí estar tan solo, que mis padres le importen una mierda mi vida. Tú siempre me intentas ayudar y me aceptas como soy y yo no hago nada más que ignorar cómo te sientes. He sido una horrible persona y creo que me merezco todo lo que me dijiste y mucho más –su mirada se alzó, tenía sus zafiros cristalinos llenos de lágrimas y voz muy sollozada. -¡ES POR ESO QUE TE PIDO QUE NO ME ABANDONES, NO QUIERO ESTAR SOLO NUNCA MAS!
Makoto lo contrajo sobre sus brazos y lo tomo fuertemente sobre él –Siempre estaré contigo, sin importar que pase ¿no lo deje ya en claro? –susurro levemente al oído del contrario. El contrario se sonrojo, el aliento de Makoto era tan cálido, tan fresco, tan agradable, tan él.
Haru se tomó de valor y acerco sus labios lentamente, sus manos temblaban quería ponerlas en los hombros de Makoto pero estaba muy nervioso. Al finalizar su distancia, dio un beso dulce y nulo con sus rosados y pequeños labios, como un niño que apenas está aprendiendo a besar. Makoto estaba sorprendido nunca pensó que un momento así con Haru llegara en su vida. Haru agacho su cabeza estaba muy apenado, no podía saber lo que Makoto diría o pensara, ¡tal vez se estaría burlando de él!
-Quiero decirte que creo que me gustas–dijo Haru con tono infantil. Makoto le devolvió el beso sin decir nada, este beso era más fuerte y profundo, más lleno de sentimientos. Haru bajo sus manos inconscientemente hasta los pechos desnudos de Makoto, apretando sus pezones accidentalmente causando un leve gemido en este–. ¡Lo siento, de verdad no me di cuenta! –abrió sus ojos como platos y con un sonrojo que llegaba hasta sus orejas.
Mako aparto su mirada estaba apenado por aquel gemido tan repentino, mordía su labio inferior y mirada de reojo a aquel que se veía tan ingenuo e inocente, su sonrojo era muy claro podio notarlo. Todos sus sentimientos en aquel momento eran más fuertes que él. Se acercó lentamente a Haru y le preguntó:
-Haru-chan, ¿puedo intentar algo?
-Puedes hacerlo –respondió Haruka sin importarle los prejuicios de sus palabras.
Makoto acostó a Haru lentamente en el suelo, fundió sus labios en un lento y dulce beso, con el tiempo este fue aumentando hasta llegar al punto donde las lenguas de Haru y de Makoto (y mas la da Makoto) dominan sus bocas jugueteando con ellas. Makoto al poco tiempo empezó a besar el cuello de Haru provocando leves gemidos en este, bajo hacia su clavícula, chupándola y lamiéndola dando caricias suaves en su cuello, provocando erizar la piel de Haru, y cada vez más hasta sus pezones uno de sus lados más sensibles. Haru lo abrazaba sobre sus hombros y Makoto estaba dispuesta a satisfacerlo, a excitarlo más de lo que ya estaba. Al bajar a su abdomen pudo notar un bulto bajo los pantalones del otro, este hizo una mirada picara al contrario haciéndolo sonrojar hasta las orejas.
-Tranquilo, no tienes porque apenarte, es normal, a mí también me pasa, si supieras como me encuentro en este momento –toco el duro bulto de Haru encima de sus ropajes de arriba hacia abajo y poco después encima de su… ¿bañador? Típico en él, tocando la punta de su glande y haciendo movimientos circulares impregnando sus dedos de la esencia del pelinegro–. Tengo curiosidad de brotarte, ¿puedo hacerlo, Haru-chan? –pregunto con sus ojos levemente rasgados de excitación. El otro chico no hizo nada más que sentirse apenado e incómodo, aparto su mirada con su boca entreabierta. Makoto se llevó los dedos a su boca, dejando petrificado al otro chico y besándolo al poco tiempo.
Era tan dulce.
Se dispuso a seguir masturbando al pelinegro pero esta vez despojo sus ropajes, y al poco tiempo los suyos –Haru, ¿te sientes incomodo? O ¿quieres que intente otra cosa? –a pesar de lo seductor que podía llegar a ser Makoto en aquel momento no percato de que podía hacer otra técnica mucho más efectiva. Tomo el miembro de Haru entre sus manos y empezó a chupar y sorber de él, suavemente, con delicadeza, ya que era un inexperto.
-¡Ahhh!…Mako-to creo que... – Dijo Haru con voz chillona. Sin previo aviso Haru se llegó cerca de la boca de Makoto. Este se relamió los labio y beso a Haru, el tan solo besarlo era como un sueño para él del que no quería despertar. Tomo del cuello a Haru y empezó a besarlo y morderlo con delicadeza ¡qué exquisitez! Makoto tenía su miembro erecto y duro rozando el abdomen de Haru. Haru se sentía muy apenado ¡podía sentirlo, era enorme! Makoto puso de espaldas a Haru levantando sus caderas, empezó a lamer la oreja del pelinegro que daba unos gemidos leves.
-¿Estás listo Haru-chan? –Pregunto Makoto volteando el rostro del otro.
-¿¡Es-espera de que hablas!? –Haru estaba asustado y sorprendido, habría sus ojos como platos frunciendo levemente el ceño. Sabía que aquello podría ocurrir en aquellas circunstancias, pero no se sentía muy preparado.
-T-tranquiló, intentare ser lo más delicado posible ¿sí?
-¡NO NECESITO QUE LO INTENTES, NECESITO QUE LO SEAS!
-Shhhh…-Intento calmarlo-, no estamos seguros si este lugar en verdad no tiene vigilancia así, que, no debemos hacer mucho ruido –hizo una risa leve-. Está bien. Lo haremos paso a paso ¿okay?
El pelinegro no dijo nada solo calmo sus ojos y su cuerpo, no necesitaba expresarse mucho para afirmar algo. El pelicastaño lamio sus dedos y empezó a meter un dedo en la cerrada entrada del contrario, haciendo delicados movimientos dentro, después un dedo más y otro, hasta que su entrada se sentía lo bastante lubricada para aumentar sus ritmos y mover de diferentes formas sus dedos, haciendo jadear y mover un poco el cuerpo de su receptor. Cuando el ano de Haru ya estuvo lo necesariamente dilatado, puso la punta de su miembro en la entrada del otro, el contrario dio un leve salto pero este lo calmo besando su cuello, al tiempo que iba introduciendo más su pene hasta llegar un momento que ya estaba completamente dentro, ¡ah, que exquisito! Estar dentro de la persona que amaba más que a nada era un sueño hecho realidad. ¿Qué importaba lo que dijeran los demás? Las personas estaban acostumbradas a ser infelices y solo disfrutar de pequeños momentos y vivir de apariencias, pero él ya no era una de esas personas ¡nunca más!, estaría con aquella persona que tanto amaba hasta mas no poder, y lucharía por ello sin importar que.
Makoto fue moviéndose con mucha, mucha delicadeza para no causarle dolor alguno pero no sirvió de mucho; -¡Aghh! Makoto, inútil, no me jales el cabello, ¿acaso se te olvida que hace poco me he caído y casi muero? –Sí, Makoto al estar inclinado contra la espalda de Haru no se dio cuenta que su mano derecha agarraba el cabello de Haru justo en el lugar donde se había golpeado mientras que con la izquierda sostenía sus caderas.
-L-lo siento de verdad lo hice sin querer –se detuvo para hablarle un momento-. No volveré a lastimarte –beso la zona donde tenía una leve herida-. Después de que terminemos aquí te atenderé esa herida ¿está bien?
Haru volteo y agacho su cabeza tenía un leve sonrojo sabía que aún faltaba más. Makoto empezó a aumentar sus envestidas causando que el cuerpo del contrario se arqueara y diera gemidas más y más grandes llenos de éxtasis. Ellos estaban a punto de llegarse, Makoto levanto el cuerpo de Haru poniéndolo sobre la pared que quedaba cerca de unas bancas, masturbando el miembro del contrario mientras este daba movimientos con sus caderas que daban contracción a su miembro.
–Mako-to, ¡y-ya no aguanto más! –dijo Haru con voz sollozada.
–So-solo espera, ya casi –respondió Makoto con dificultad.
Al estar a punto de llegar al orgasmo los dos se besaron jugando con sus lenguas, Haru agarrando a Makoto de su cuello, y Makoto agarrándolo de una pierna y de su miembro. Al llegarse los dos casi que al mismo tiempo estaban exhaustos, Haru se llegó en la mano de Makoto, y Makoto dentro de esté. Makoto cargo a Haru estilo princesa percatándose que se había dormido y llevándolo a las largas bancas que habían su lado, acostándose junto con él, teniéndole su cabeza cerca de su pecho agarrándolo con delicadeza para no lastimarlo.
POV’S DE MAKOTO:
¡Estoy tan feliz!, no se pueden imaginar la felicidad que tengo, nunca me he sentido más completo en mi vida que en este momento estando al lado de la persona que amo, sabiendo que hace poco éramos un solo ser, una sola esencia. Tal vez, él en la mañana se queje por dolor, pero sé que probablemente se sintió tan bien como yo, si es que me ama tanto, o puede que la mitad de lo que yo le amo. De todos modos, no es alguien que exprese mucho lo que siente por medio de palabras, es más bien de expresiones y actos aunque no lo parezca, he tenido casi toda mi vida para conocerlo y lo conozco muy bien, sé lo que le gusta, y le disgusta y lo que no, su color favorito, su comida favorita, sus raras costumbres entre muchas otras cosas. Pero más importante que todo, ahora lo conozco en la intimidad y a un Haruka más expresivo que puede contar conmigo siempre que lo necesite ¡de nadie más!
Me di cuenta que tenía frio y tome mi chaqueta que estaba en el suelo para calentarlo, empecé a frotar su brazo con delicadeza para darle calor sin dejar de mirar su angelical y pequeño rostro. Era divertido, estábamos desnudos, sobre todo yo, que no tenía ni un ropaje, deje a Haru en la banca y tome rápido una camisa y mis bóxer que estaban regados por el suelo, me volví a recostar al lado de él poniendo su cabeza cerca de mi pecho para que tal vez, se diera cuenta de lo rápido y agitado que estaba mi corazón, y mi respiración que era entrecortada, tenía que tomar buen aire para respirar bien, bese su frente que estaba un poco fría. Teníamos que salir de aquel lugar, no nos podíamos quedar tanto tiempo allí, pero quería estar un rato más, observando sus delicadas facciones, teniéndolo tan cerca de mí y olfateando sus finos cabezos.
-Te adoro Haru-chan, gracias por hacerme tan feliz –susurre para mí mismo, tomando una bocanada de aire y dejando caer una lagrima sobre mi mejilla, que no era de tristeza, no, claro que no, si no de lo feliz y enamorado que me encuentro.
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