Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I WAS BORN SICK - EUNHAE por eunhyuk

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola! 

Este one-shot está basado en esta canción. Es la primera vez que escribo un one-shot asi para todas las edades, y es cortito. 

RECOMIENDO escuchen la canción antes de empezar a leer el one-shot y lean la letra para que se ubiquen y sepan de que trata más o menos. 

Nos leemos al final! :D

Notas del capitulo:

 

Muchas gracias por darle la oportunidad a este corto one-shot :D Nos leemos al final!

MI PAGINA EN FACEBOOK

 

Alcé mi mirada y la clavé en la ventana, mirando como las hojas de los árboles se mecían ante el viento fuerte que anuncia una tormenta.

Me abracé sintiendo un escalofrió correr por mi espalda, mirando el portón de nuestra casa que aún seguía cerrada. ¿Dónde estás?

Agaché mi cabeza, tomando aire repetidamente mientras sentía una presión en mi pecho. La soledad y oscuridad consumían la casa con cada segundo que transcurría, la preocupación y el miedo dominaban mi pecho mientras esperaba que el portón de nuestra casa fuera abierto, que sólo una persona entrara por esa puerta y viniera junto a mí, que me dijera que todo estaba bien.

Los minutos fueron transcurriendo y pronto el viento fue fuerte, moviendo con violencia las ramas de los arboles mientras truenos se adueñaban del cielo. La noche había caído, la oscuridad se había adueñado de la casa mientras yo seguía esperando junto a la ventana a la espera de la única persona en mi vida.

 

-Hyuk, despierta – Susurré sintiendo mis manos temblar y la sangre huir de mi cuerpo, mirando hacia la puerta de nuestra habitación, esperando que en cualquier momento fuera derrumbada y hombres entraran tomándonos en su poder – Hyuk ellos están aquí.

Hyuk me miró preocupado, mirando de inmediato hacia la puerta. Podíamos escuchar los pasos, la pesadas botas resonando sobre la madera mientras mi corazón latía acelerado en mi pecho, contando los pocos segundos para dejar de latir a causa del miedo, a causa del pánico que estaba adueñándose de mi cuerpo.

-Vámonos – La mano de Hyuk cogió la mía con fuerza, igual de fría que la mía, y con movimientos torpes ambos nos incorporamos de la cama mientras yo no podía dejar de escuchar a los hombres que estaban en nuestra casa, podía escuchar sus palabras, sus risas mientras decían todo lo que nos esperaba.

Las lágrimas empezaron a cubrir mis ojos mientras mis piernas temblaban. Hyuk alzó la pequeña puerta que nos llevaba al sótano que ningún otro lugar de la casa tenía acceso.

-Entra, entra – Me urgió mirando hacia la puerta. Sollocé en pánico y desesperación, saltando por el pequeño espacio que había. 

El polvo se alzó un poco a causa de mi caída y mis piernas resintieron un poco por el golpe, pero no me importó, sólo podía ver a Hyuk, podía ver como su cara se des configuraba y como con rapidez se tiraba.

Miré con horror a los hombres que se asomaron por nuestra salida y gritaban improperios, pero Hyuk me arrastró lejos de ellos, corriendo por la tierra que se pegaba a nuestros pies, incluso algunas piedras que nos incomodaban mientras nuestros cuerpos temblorosos trataban de mantenerse en pie, huyendo una vez más.

Giraba mi rostro cada par de segundos para asegurarme que aún nadie nos seguía. Las lágrimas bañaban mis mejillas mientras rezaba una y otra vez a aquel Dios que nos odiaba, pidiendo tuviera compasión de nosotros y nos dejara ser felices, deseando poder vivir mi vida sin tener que esconderme o temer con cada segundo que transcurría, agradeciendo con cada día que pasábamos a salvo, junto al otro.

¿Por qué? Siempre había llorado en el pecho de Hyuk por ser anormales, por no tener el consentimiento de Dios, por pecar y no seguir las leyes de la vida, por amarnos e ir contra los demás.

Ambos salimos por la puerta que nos conducía directo al bosque, y corrimos sin parar, sin importar que nuestros pies se golpearan con piedras o ramas, que nos chuzáramos o golpeáramos. Entre llanto y palabras de aliento corríamos por los árboles que eran alumbrados por la luz de la luna, con cada bamboleo de nuestro corazón resonando por el gran bosque.

No sé cuánto tiempo pasó, no sé cuánto corrimos, pero terminamos contra un árbol, jadeando contra el otro.

Mis manos temblaron mientras las llevaba al rostro de Hyuk, acariciado su mejilla. Hyuk posó su mano sobre la mía, y me abrazó con su otro brazo, pegándome a él, suspirando de alivio.

-Dios, perdónanos, pero no nos castigues más – Susurró besando mi mejilla una y otra vez hasta que ambos entra lagrimas nos besamos, con desesperación y miedo, con temor a dejar de probar los labios del otro, con temor de que un día no pudiéramos hacerlo, no pudiéramos sentir más el sabor dulce, la calidez de nuestros labios al unirse, el latir de nuestros corazones.

Sollocé abrumado por todo, abrazándome a su cuello mientras lloraba, sintiendo que habíamos estado cerca, que por poco lo perdía. Hyuk me abrazó con fuerza, y besó mi cabello.

-Te amo, Donghae. Sin importar qué, te amo y no dejaré de hacerlo… Así eso signifique que seamos unos enfermos.

Lloré con más fuerza, abrazándome a ese cuerpo, ese cuerpo que no debí amar, ese hombre del cual no debí fijarme nunca. Hyuk, mi Hyuk. Un hombre al igual que yo, un hombre con el que creé lazos amorosos aun sabiendo que estaba mal, que no era aceptado, que éramos abominables y enfermos, pero aun sabiendo todo eso no podía dejarlo, me había enamorado de un hombre, me encantaba Hyuk, me encanta sus caricias y sus palabras pronunciadas con su voz gruesa, me encanta que me proteja, y sobre todo que me ame como soy.

-Te amo… Nunca me dejes, por favor, nunca me dejes – Susurré desesperado porque él me lo prometiera, me prometiera un vida junto a mí, aunque sabía que no era algo que obtendríamos.

Personas nacidas enfermas no merecen estar junto a la sociedad, no merecen ser tratados como personas, no merecen el perdón de la iglesia ni el de Dios. Hyuk y yo no pertenecíamos a esta vida, no obtendríamos mejor gloria que el tenernos sólo a nosotros, porque estábamos solos, ocultándonos de los demás, de la personas que querían separarnos y encerrarnos.

-No te dejaré, no lo haré. Tú y yo estaremos siempre juntos, Donghae… Siempre.

 

Me incorporé negando con mi cabeza, tenía que tranquilizarme, tenía que hacer que mis manos evitaran temblar, pero era imposible.

Un nudo se formó en mi garganta mientras trataba de coger aire con más urgencia. Sentía como todo se desmoronaba, como mi alma se partía con cada rayo que caía mientras sabía que esas puertas no se abrirían por esa persona, que no vería más aquel rostro.

Mis rodillas cayeron al suelo y grité con todas mis fuerzas, dejando que las lágrimas corrieran por mis mejillas, llevando una mano a mi pecho, pecho que dolía, que ardía en un dolor asfixiante ante la idea de que no había quien lo cuidara, no había quien me amara, quien me quisiera como era. Hyuk ya no estaba.

-¡¿Por qué me haces esto?! – Grité golpeando el suelo a ese Dios que todos amaban y seguían, a ese Dios que me daba la espalda. Dolía, dolía mucho saber que no lo vería más, dolía saber que todo había acabado, que lo nuestro no había sido posible, que dos anormales no podían pasar a ser normales ante los demás.

Al final había sido castigado. Dios no nos perdonaría, Dios no amaba a los enfermos homosexuales, no los perdonaba, y yo había sido condenado al dolor y la tristeza. Yo no era un hijo de Dios, un hijo aceptado en la iglesia… Yo era un enfermo homosexual, y aún así me encantó ser yo, cada minuto que pasé con Hyuk se adueñó de mi cuerpo y me dio más felicidad que fingir ser alguien que no era, vivir una vida atada a la sociedad.

Hyuk se había ido, Hyuk no volvería a mí, y yo no tenía a nadie más, no tenía a alguien que me enseñaría mi propio cielo, que me mostrara un trocito de la gloria que había dejado atrás por ir contra los demás.

Estaba solo, estaba solo en un mundo injusto que me odiaba y despreciaba. Hyuk se había ido, me había dejado solo, se había ido sin mí… Hyuk no volvería y eso hacía que mi corazón sangrara, que mi cuerpo convulsionara y mi llanto fuera más fuerte que los rayos que gobernaban la noche.

La sociedad había ganado una vez más… Ya no existía un Hyuk y Donghae, el número de parejas que iban en contra de los demás había disminuido un número porque una vez más había separado a dos personas enfermas que pecaban. 

Notas finales:

1. Hyuk no murio. Me basé más que todo como en los años 1930 y eso en Alemania ya que a mi parecer es como el lugar donde más jdknxsl se dio esto a causa de los nazis. 

Ellos capturaban a las parejas y los llevbaan aunos campos para tratar de hacer que volvieran ahacer normales, y pues entre más renuentes de pusieran a hacerlos peor le iban y pues morian. Me basé de este texto por si les interesa, eso corto, pero es muy feo leer eso, todo lo que pasó :( 

2. Pues espero les haya por lo menos aguado un poquitin los ojos, yo si jajaj cais me pongo a llorar como magdalena mientras escribia porque una de las cosas que me impulsó a escribir este one-shot es exactamente eso, la injusticia con la que se trató y se trata a estas perosnas, y simplemente no lo sé, creo que no se debe discriminar a nadie.

Muchas gracias por leer! Espero les haya gustado aunque se aun poco  y si se animan a comentar, bienvenidos sean sus cometnarios :D

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).