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Su Cálida Sonrisa por Martina7102

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Notas del fanfic:

Este es mi primer Fanfic yaoi original, espero que les guste muchote *-*

Notas del capitulo:

Es la primera vez que escribo un fanfic yaoi... ¡me siento amocionada! waaaaaaaa.

¿qué decirles gente bonita? lean, espero que les guste, nos vemos al final >.<

Takumi, una vez más, corría escondiéndose de tres tipos que  siempre lo molestaban y lo agredían. Hasta hace dos semanas solo lo habían llegado a golpear, pero ahora también lo tocaban, usando siempre como excusa la sexualidad del joven. Con un poco de suerte él escapaba la mayoría de las veces, pero eso no quitaba el gran temor que les tenía.

Entro con rapidez al mismo callejón en el que siempre se escondía, este estaba cerrado con un alambrado, pero Takumi había descubierto que en una de las esquinas estaba roto, dejado espacio suficiente como para que su diminuto cuerpo pasara.

Eran las ocho de la noche, y ya estaba todo oscuro, el joven pudo oír los pasos de los tres que lo perseguían, corrió un cesto de basura esperando encontrarse con la abertura, pero sin embargo esta ya no estaba, la habían arreglado.

Sin más que hacer, y sintiendo que moriría, Takumi se escondió detrás del cesto, y cerró los ojos con fuerza, esperando que todo fuera una horrible pesadilla.

-veo que hoy no pudiste escapar, princesita…- dijo el más alto de ellos, según  el chico tenía entendido se llamaba Satoru.

Takumi lloro en silencio mojando sus negros cabellos. Los otros dos hombres, que hasta ahora habían estado en silencio, se acercaron a él, lo agarraron con fuerza de sus brazos y lo levantaron del suelo. Satoru lo miro y se relamió los labios, pronto empezó a besar su cuello mientras su mano masajeaba la entrepierna del joven.

El menor quiso escapar, mas no lo logro, pues su fuerza era mucho menor a la de sus tres oponentes. Recibió con asco, y terror los besos y caricias que le proporcionaba el otro. Sintió como el otro metía la mano dentro de su pantalón.

-¿no te gusta, marica?- dijo con malicia en su vos.

En un reflejo, el pelinegro logro patear los testículos del idiota que lo había tocado. Y cuando los otros por la sorpresa aflojaron su agarre, el chico salió corriendo del oscuro lugar, mas no pudo llegar muy lejos, ya que al salir se topó son alguien, un joven, no mucho mayor que él, bastante más alto, de cabellos dorados, y facciones perfectas.

Cuando el más alto notó que los ojos de Takumi estaban llenos de lágrimas, que tenía marcas de violencia en todo el cuerpo, y que estaba medio desvestido, su sonrisa pacífica se borró. Tomó la mano del pelinegro y lo llevo un poco más lejos de allí.

Takumi no pudo salir de su shock, asi que lo siguió, de seguro nada podía ser peor que lo que estaban a punto de hacerle. Sin darse cuenta, el rubio ya había parado de caminar y lo estaba mirando con pena, Takumi odiaba esas miradas, lo hacían sentir débil.

-¿Estás bien? ¿Qué pasó?- lo interrogó  

-Ah…- bajo la mirada un poco avergonzado –unos… unos ho-hombres quisieron… violarme- admitió cabizbajo, y comenzó a llorar.

-No llores ¿sí?- lo abrazo el otro –o me harás llorar a mí también. Ya está, ya pasó…- intento calmarlo, mas no lo logro, solo pudo hacer que su llanto se incrementara –ahora estas con migo, estas a salvo, ¿queres que te lleve a algún lado?-

Takumi con la cabeza escondida en el pecho del otro asintió y susurró “a mi casa”. El rubio se separó y sacó las llaves de un auto de su bolsillo. Abrió la puerta del copiloto y Takumi entró.

El camino fue silencioso, pero el pelinegro no podía dejar de pensar en lo ingenuo y débil que era, que estuvieron a punto de violarlo, y que no era la primera vez, pero el que estaba sentado a su lado rompió el silencio.

-Hey, niño, ni siquiera se me tu nombre, ¿te has dado cuenta?- por su acento Takumi notó que él no era japonés, aunque su color de cabello lo delataba un poco. –Yo me llamo Hinata.-

-eh… y-yo me llamo Takumi, un gusto.-

-El gusto es mío, Takumi.-  dijo con dulzura haciendo que el menor se sonrojara.

En poco tiempo, entre conversaciones triviales llegaron a la casa del más bajo, este se bajó del auto, se despidió de Hinata, y entro a la casa que compartía con su madre y hermana menor.

-¡hola Taku!- gritó Naomi al ver a su hermano entrar.

-Hola Naomi…- la saludo el otro un poco desganado y despeino los cabellos de la niña.

-Hijo, al fin llegas, pensé que no vendrías más…-  

No hubiese llegado si no fuera por Hinata… ¿lo volveré a ver?- pensó Takumi.

-¿hay algo para comer, mama?- ella le señalo la cocina en forma de respuesta, indicando que allí estaba su cena.

Allí Takumi se encontró con un plato de comida cubierto en papel film. Lo metió al microondas y en cinco minutos se fue a su cuarto a comer sin que nadie lo molestara.

Se encerró en su cuarto, para cenar sin que nadie lo molestara. Dejó el plato en la mesa de luz, su madre mañana lo lavaría, seguramente. Y luego, tal cual lo hacía cada noche, saco de un cajón un pequeño pedazo de vidrio. Lo posó sobre su muñeca, la cual ya tenía muchas más cortadas, y corto su piel de la forma que el tiempo le había enseñado.

-Espero volver a verte, Hinata… - susurró antes de caer en un profundo sueño.

 

Notas finales:

Les dije que nos veriamos O.o... Necesito amigos :'(

Espero que les haya gustado, les regalo abrazos de jirafa, besos de unicornio y muchos apachuchos de animalitos lindos... ok.no


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