Books Without Love. por JaByun

Había pasado horas leyendo las mismas líneas, una y otra vez, provocando que se confundiera al punto de no saber si continuar o no. Se acomodó en el sofá y bebió un sorbo de su adorado latte matutino, dando vuelta la página que llevaba observando ya un buen rato, suponiendo que su subconsciente había decidido por él. 

Las páginas siguieron avanzando, hasta que su café se encontró vacío y las palabras agotadas, dejando frente a sus ojos una última página en blanco por admirar. Se detuvo unos segundos a reflexionar sobre lo leído y lo cerró.... de la misma forma que había cerrado muchos otros en el pasado, pero esta vez, tenia un sentimiento diferente.

Los libros podían manejar su estado de ánimo de una manera impresionante. Si estaba triste, un libro sobre la felicidad podía convertirlo en la persona mas alegre del lugar, pero por alguna razón en vez de leer libros con finales felices, él prefería los escritos que al final dejaban un sabor agrio en la boca.

Él lo llamaba "apegarse a la realidad", explicando que en la vida, las historias no tienen un final feliz. Nunca.

El libro que acababa de leer, no era feliz, pero tampoco triste, tenía mas bien... un final abierto. Contenía una adorable historia de amor, al igual que muchos libros que adornaban la estantería familiar. Sí, adornos, pues nadie además de su padre había tomado alguna vez un libro de allí con la intención de descubrir su contenido, y ahora los libros que alguna vez fueron de su progenitor, se combinaban con las novelas románticas, de adolescentes, que él solía leer.

¿Por qué todo gira en torno al amor de pareja?, se preguntó observando el grueso libro entre sus dedos. ¿Por qué los libros para adolescentes no tocan temas mas profundos?.

El mundo es muy variado, puedes escribir sobre la realidad, sobre tus experiencias, sobre las cosas que imaginas, sobre el universo, sobre el mar, la tierra... ¡Los temas son infinitos!

¿Entonces por qué a final de cuentas todo se centra en el amor?.

Las letras de las canciones en su mayoría siempre hablan de amor, los libros para adolescentes, están hechos en base a una pareja. Es tan predecible que con leer un solo capítulo o incluso el mismo título ya sabes que el protagonista se enamorará. Porque aunque intenten darle un trasfondo a la historia, lo principal siempre se verá enfocado en el amor.

Y él había disfrutado de esos libros una y otra vez, obteniendo una mezcla de sentimientos, que lo llevaban a querer enamorarse. Aunque el amor pareciera no querer que él disfrutara de ello.

Había tenido novias, podría decir incluso que había tenido una gran cantidad, pero las cosas nunca terminaban bien, diversas veces porque él no podía enamorarse de ninguna de ellas. Las quería, pero amor... siempre ha creído que “amor” es una palabra demasiado grande. Quizás porque solo conocía el amor de la forma en la que se narraba en sus adorados libros y quizás… ya debería darse por vencido.



















“A veces creo que nos odias, Baek, ¿Por qué nunca comes con nosotros?”. Su amigo Kyungsoo, lo miraba con una expresión que Baekhyun prefería no haber notado.

“No es eso, tu sabes que sólo como en casa y pasar un rato en la biblioteca bebiendo café es mas divertido que observar comer a los demás” Respondió con simplicidad, intentando restarle importancia al rostro de su amigo porque sabía que dijera lo que dijera solo lograría que se sintiera peor.

“Claro, no nos consideras divertidos…” Kyungsoo asintió con su cabeza varias veces y luego negó. “Bien Baek, diviértete en tu biblioteca”. Tomó una gran cantidad de aire y se dio media vuelta dejándolo allí. A medio camino de su latte y a medio camino de la biblioteca.

“Eso es lo que haré”, respondió al aire, resignándose a ir por su café.

No es que ir a la biblioteca fuera mas divertido que pasar tiempo con sus amigos, es sólo que había encontrado una nueva sección en las estanterías finales, donde se encontraban libros realmente interesantes, libros que no hablaban de amor, libros que probablemente fueran para ancianos y que definitivamente estaban muy desgastados. Pero eso no era lo más interesante de todo.

Había un chico, que se encontraba allí todos los días, incluso en fines de semanas, leyendo algunas de esas obras. También leía novelas adolescentes, las mismas que se encontraban en la estantería de su casa.

Baekhyun no se había atrevido a hablarle, porque algo en su apariencia lo intimidaba, quizás era su altura, o su cabello alborotado, quizás eran las grandes orejas o la manera en la que se quitaba el flequillo de su rostro.

Baekhyun nunca le habría hablado, si no fuera porque, ese día, el chico de cabello alborotado, se encontraba sentado en el lugar de siempre, leyendo el último libro que él había leído. Podía haberse sentado en la mesa de al lado, a leer a solas como acostumbraba hacer, mientras bebía de su café. Podía haber hecho eso... pero no lo hizo.

“Esa página fue una pesadilla” comentó Baekhyun apareciendo por detrás del chico, quien se volteó algo sorprendido, concentrándose en observar unos segundos el rostro del pequeño intruso, hasta que sonrió y movió ligeramente el asiento de su lado, dándole a entender que se pusiera cómodo.

“Ésta página me ha hecho dudar de si debo seguir leyendo” dijo con una voz grave, que Baekhyun no esperaba, aunque no podría haber esperado nada en realidad. Ahora que se detenía a pensar, nunca imaginó como sería su voz.

“Deja que tu subconsciente decida” El intruso sonrió y abrió el libro que un poco antes había tomado de esa extraña sección. De seguro le esperaba una trama interesante y confusa, que quizás ni siquiera lograra entender hasta que lo leyera por segunda vez.

“Chanyeol” comentó el chico pasando la página. Baekhyun lo miró sin comprender, hasta que su mente hizo click y mientras bebía un sorbo de su café, imitó la acción del contrario pero en el libro que sostenía en sus propias manos.

“Baekhyun”.