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A.N.JELL por dabacos123

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Notas del capitulo:

Con los personajes de K.H.R de Akira Amano. Espero que les guste y no me maten.

Todo había pasado a cámara lenta para ellos, desde que bajaron de la minivan y de pronto fueron rodeados por bastantes fans, dejándolos sin escapatoria,  no quedándoles más opción que sonreír hasta que llegaran los guardaespaldas. Pero ellos se preguntaban ¿Kyoya aguantaría lo suficiente?.  Y la respuesta llego más rápido de lo esperado, cuando notaron una mancha salir de entre la multitud disparado hacia un molesto azabache,  chocando contra este y paso lo inevitable… ¨te morderé hasta la muerte¨ fue lo único que tuvieron que escuchar,  para meterse entre Kyoya y aquella pobre alma que despertó al demonio.

-¿Te encuentras bien? ¿No te hiciste daño? – Me preguntaba un joven rubio algo preocupado, extendiéndome su mano para ayudarme a parar – Kyoya ¿Por qué la empujaste? Eso no se hace y mucho menos ¡A UNA  MONJA! – le preguntaba a el chico que me había tirado al suelo, yo ya estaba parado y podía sentir las miradas de odio y envidia de todos los que están alrededor sobre mí. ¡ME QUERÍA IR! Pero el joven  rubio ¡NO ME SOLTABA LA MANO!.  Además creo que piensa que soy mujer… solo porque seré monja no implica que sea mujer, hay bastantes donceles de monjas.

-Eto… disculpe…- trataba de hablar, pero él estaba más interesado en discutir con el otro, aunque más parecía una discusión unilateral...- disculpe... ya me quiero ir...- trate de hablar otra vez pero ni caso me hacía.

-Dino, creo que el jovencito ya se quiere ir… - hablo un varón que no había visto, mientras me sonreía amablemente, me fije en su cabello de color índigo peinado en forma de ¿piña?, pero lo que me llamo más la atención de aquel varón era su heterocromía en los ojos, su ojo derecho de color rojo mientras que su ojo izquierdo era de color azul - ¿verdad? – me pregunto mientras me miraba fijamente con aquellos inusuales ojos, solo logre asentir con la cabeza.

-¿Eh? ¿Enserio? – Decía algo confundido, volteando a verme, en ese momento puede verlo mejor a aquel joven que respondía al nombre de Dino; era rubio, de piel blanca y ojos cafés – espera, dijiste ¿jovencito? – Pregunto algo confundido – ¿Entonces eres doncel y no una mujer? – volvió a preguntarme, esperando mi respuesta.

-Pues… - pero antes de poder responderle, fui apartado por los guardaespaldas. Que aparecieron y abrieron  paso entre aquella multitud para llevarlos adentro de aquel gran edificio gris.

-Oya Oya,  parece que ya nos tenemos que ir… Nos vemos doncel-kun… - me decía con una sonrisa, aquel joven con mirada heterocromatica.

-¿¡EH!? ¡Espera Mukuro! ¡Todavía no me responde! -  decía el chico llamado Dino… mientras era arrastrado por el joven Mukuro… - la próxima me respondes ¡OK!, bye bye –  decía, mientras se despedía con la mano.

- ¡Tch! Herbívoro… - escuche decir del chico que me había tirado, mientras los veía alejarse.

Todo esto era observado por el Presidente de la compañía, que estaba dentro de la minivan, que seguía estacionada en el mismo lugar.

-Esto será interesante… - decía con una sonrisa de lado – vámonos Kusakabe – dijo para llevar su mirada al frente y seguir el camino que ya estaba libre hasta la entrada de su propia compañía, siendo seguido por aquel joven de peinado extraño, llamado Kusakabe.

Mientras tanto Tsuna estaba estático, no entendía lo que había sucedido hace solo unos minutos, volviendo a la realidad cuando siente una mano en su hombro que lo gira, viendo que era el señor Colonello.

-Aquí está la ropa y la peluca- kora  – decía señalando una bolsa que llevaba y luego poniéndola en mi brazo – Tienes que ponértela, sé que le gusta-kora  – refiriéndose a los gustos de mi Oni-chan y llevándome hasta la entrada de aquel edificio para ingresar.

                                                                                            OoOoo

-¡Natsu! Éste fue el que escogí. – Decía el Presidente mientras señalaba una de las tantas pantallas que tenían fotos de Natsu – La voz de este chico es un milagro increíble. – Seguía diciendo, mientras era escuchado por los demás ejecutivos, dentro de aquella sala de conferencias – Natsu va a ser el cuarto miembro. ¿Ok? – dijo, dando por terminada la reunión.

Después de unos minutos, en aquella sala solo se encontraban dos personas, uno sentado en un sillón y el Presidente sobre uno de los brazos de otro sillón, mientras tenía un contrato en la mano.

 -Sólo tiene que firmar el contrato. – Decía el Presidente cerrando el folder que tenía – Debería estar aquí pronto. – dijo mientras ponía el folder en el sillón.

-¿No crees que es demasiado bonito? – Preguntaba la otra persona dentro de la sala – Te creería si dijeras que es una chica o doncel. – dijo, mientras veía de nuevo las fotos de Natsu.

-Esa es la tendencia en estos días – decía confiado mientras señalaba otra foto de Natsu.

                                                                                            ooOoo

Estaba enojado, no más que eso ¡ESTABA FURIOSO!, aquel HERBIVORO se había atrevido a ignorarlo y cuando por fin logro que le hiciera caso, aparecían sus herbívoros compañeros y se llevaban su atención, haciendo que solo mirara la escena que formaban sin interés. Pero cuando lo volviera a ver, se aseguraría de ¨morderlo hasta la muerte¨, porque nadie ignora a HIBARI KYOYA.

-Kufufufu, pareces enojado Kyoya – dijo Mukuro, dejando de practicar con el teclado - ¿Tanto te enojo ser tocado? – pregunto, ignorando la feroz mirada que le enviaba cierto azabache.

-…. – no contesto, ni se dignaría a hacerlo.

-Saben… - empezó a decir Dino, sin dejar de practicar con la guitara e ignorando la peligrosa aura que había en la habitación – mientras veníamos para acá, escuche que hoy firmarían el contrato con el nuevo… - antes que Dino terminara de hablar, Kyoya ya había salido de la habitación .

                                                                                              ooOoo

Dentro de la compañía, específicamente frente a los baños se encontraba Colonello arreglándose su cabello, mientras esperaba que Tsuna terminara de cambiarse, pero cuando cuando volvió su vista a los baños no pude evitar sorprenderse al ver lo que veía.

-¡Natsu! – no pude evitar decir, cuando vio a Tsuna salir vestido con un polo color negro con una imagen de calavera, una casaca de cuero negra, unos pantalones jeans negros rasgados, unos zapatos oscuros, pulseras plateadas en ambas muñecas, un gorro con estampado animal y la peluca que escondía su largo cabello. – Es exactamente igual-kora - dijo con una sonrisa.

-Siento como si fuera un fraude – dijo Tsuna, un poco mal por lo que estaba a punto de hacer.

-¿Fraude? ¿Por qué es un fraude? Sólo tienes que firmar unos papeles-kora – trataba de decir para convencerle – ¿No puedes hacerlo por los sueños y futuro de Natsu? Solo tiene que cerrar los ojos y firmar el papel-kora – tratando de hacer un chantaje emocional - Apurémonos y vamos-kora – dijo.

-Estos pantalones están muy rotos… y se me siguen cayendo. – dijo Tsuna algo avergonzado por la ropa que llevaba e intentando alzar los pantalones un poco.

-Esta es la moda en estos días-kora. – dijo Colonello, para agarrar uno de los bolsillos del pantalón y alzarlo, mientras arrastraba a Tsuna hacia las escaleras para poder ir a firmar el contrato. No demorando ni quince minutos en encontrar  la sala en donde se llevaría a cabo lo acordado.

-¡Natsu! – fue el saludo que dio el Presidente a Tsuna, para levantarse del sillón y dirigirse hacia él. – Finalmente estas aquí. – para tomar a Tsuna de los hombros. –Te ves tenso – dijo, con una sonrisa de lado, la cual nadie noto. - ¿Vistes el contrato que te enviamos? – pregunto.

-Sí, no tiene fallas. – se apresuró a responder Colonello.

-Firmemos – fue lo único que dijo, para llevar a Tsuna hacia uno de los escritorios dentro de aquella sala, sentarse y firmar el contrato y ponerlo frente a Tsuna que también estaba sentado, pasándole la pluma para firmar. Pero Tsuna nervioso, solo atino a ver a Colonello.

-¿Qué estás haciendo? Firma-kora. – decía algo nervioso también por la reacción de Tsuna.

Respiro profundo y cerró los ojos, para luego abrirlos y firmar aquel contrato, ya estaba hecho. Ahora solo tendrían que irse y…… salió de sus pensamientos cuando la puerta fue abierta abruptamente por un azabache, que reconoció como el que lo tiro al suelo, el cual observo a los presentes en la sala.

-¿Es él? ¿El herbívoro de la voz angelical? – pregunto Kyoya.

-Me alegra que estés aquí, quería presentártelo. – dijo el Presidente. - ¿Y Mukuro y Dino? – pregunto, mientras se ponía su saco.

Mientras el Presidente preguntaba por los otros dos, Kyoya se acercó hasta el escritorio donde estaban y se inclinó hasta quedar frente a frente con Tsuna, observándolo y poniéndolo nervioso, pues él podría reconocerlo de su encuentro anterior y todo terminaría.

-¿De verdad eres tan bueno? – pregunto y Tsuna solo atino a asentir, nervioso por la cercanía de aquel varón, pero feliz de que no lo haya reconocido.

Kyoya se puso derecho, tomo el contrato con una mano y con la otra se jalo a un Tsuna nervioso por aquel pasillo, siendo seguido por el Presidente y un nervioso Colonello. Llegando hasta la sala de grabación, en la cual ingresaron y entraron en otra habitación que había dentro, tirando a Tsuna hacia dentro y cerrando la puerta con seguro.

Tsuna que fue tirado hacia dentro, solo atino a chocarse contra Mukuro… -¿Eres Natsu? – pregunto sonriéndole, pero Tsuna que lo había reconocido por sus ojos heterocromaticos, retrocedió hacia atrás nervioso de que lo reconocieran, chocando esta vez contra Dino… -Este tipo es un poco bajito – dijo Dino, mientras comparaba su altura con la de Tsuna con su mano, a él también lo reconoció como el joven rubio que lo ayudo, así que decidió ponerse en el medio, mientras sentía la peligrosa mirada del chico azabache dirigida a él.

-Abre la puerta. –dijo el Presidente, mientras un nervioso Colonello intentaba abrirla.

Tsuna nervioso, intento mandar unas palabras mudas a Colonello, que este no vio, pero que no pasaron desapercibidas para Mukuro que lo miro disimuladamente, mientras que Dino no entendía nada de lo que pasaba y Kyoya… Kyoya los ignoraba olímpicamente.

-Kyoya, abre- decía el Presidente ya un poco enojado.

-¡Por favor,  abre la puerta! – decía más nervioso Colonello.

-……- Kyoya que seguía ignorando los gritos de afuera, simplemente agarro una partitura y se la dio a Tsuna. – Cántala. – Dijo, Tsuna que no entendió, lo miro nervioso – Debo escucharte cantar yo mismo, antes de aceptarte o no, herbívoro. Si no te reconozco, no importa cuántos contratos firmes con el Carnívoro del Presidente Reborn, no te aceptare en el grupo.- término de decir.

- El Presidente ha hablado bien de ti, tengo curiosidad por ver tu talento. – dijo con una sonrisa Mukuro.

-¿Tienes una voz maravillosa? – Pregunto Dino – Canta la canción, y escuchémosla – termino diciendo.

- Si no te gusta, canta otra.- dijo ya algo amargado Kyoya, ese herbívoro se demoraba mucho.

- Por favor abre la puerta… la puerta… - seguía diciendo Colonello - ¡Natsu! – Llamaba a Tsuna, pero este no podía verlo - ¡Finalmente has alcanzado tu sueño! ¡No puedes renunciar ahora! ¿Entendiste? – Decía ya más desesperado - ¡Esto es lo que has soñado toda tu vida! ¡El sueño y futuro de Natsu depende de esto! No puedes renunciar ahora. – decía, para que Tsuna no se rindiera.

-Olvídalo, no lo harás herbívoro. – dijo Kyoya, con una sonrisa de triunfo, mientras cogía el contrato para romperlo. Cuando de repente se quedó estático, al igual que Mukuro y Dino, por lo que escuchaban.

                                Panis angelicus…

                           (El pan de los ángeles…)

                               Fit panis hominum.

                     (Se convierte en el pan de los hombres.)

                            Dat panis coelicus…

                             (El pan celestial…)

                              Figuris terminum.

                          (Que da fin a lo simbólico.)

                                 O res mirabilis!

                                (¡Oh, qué maravilla!)

                              Manducat Dominum…

                                   (Come a su señor…)

                      Pauper, pauper, servus et humilis.

                (El pobre, el pobre, el siervo y el humilde.) (X2)

Tsuna había terminado de cantar y miraba hacia el piso nervioso, mientras que los tres varones estaban en las nubes, por la celestial voz que acababan de escuchar, digna de un ángel. Pero ninguno se dio cuenta que tanto Reborn como Colonello ya se encontraban adentro, uno con una sonrisa triunfal en el rostro y el otro sorprendido. El primero en reaccionar fue Kyoya, que sabiendo que había perdido le entrego el contrato al Carnívoro y salió de la habitación.

Mukuro que fue el segundo en reaccionar, solo toco el hombro de Tsuna haciendo que este de un pequeño saltito y lo viera, para dedicarle una sonrisa y salir también de la habitación. Tsuna siguió con la mirada a Mukuro, mientras este salía, por lo que no se dio cuenta que Dino se puso frente suyo.

-De verdad tienes una voz asombrosa, - dijo sorprendiendo a Tsuna por su cercanía – me dieron escalofríos. – Dijo seriamente, imitando un ataque de escalofríos - ¿De dónde viene esa voz? – Golpeando despacio el pecho de Tsuna – Parece que Kyoya te ha aceptado… así que seremos un equipo – menciono despreocupadamente – Trabajemos duro juntos – termino por decir, poniendo su mano en la cabeza de Tsuna, para luego irse con una sonrisa, dejando un poco sorprendido a Tsuna por su acción.

Mientras que Reborn solo sonreía de medio lado, todo había salido como él quería; mientras que Colonello intentaba no llorar de la felicidad.

                                                                                          ooOoo

En un gran parque, propiedad de la misma compañía se encontraban sentado Tsuna, algo nervioso pero aliviado a la vez, ya que no lo descubrieron. Estaba viendo la bella vista que tenía desde donde estaba sentado, cuando diviso al señor  Colonello acercarse con unas bebidas en las manos.

-Sé que son gemelos, pero estaba sorprendido. ¿No solo sus rostros, sino también las voces son iguales? – Decía Colonello – Lo hiciste bien-kora – dijo feliz.

-Que bien, que todo salió bien…- decía Tsuna, aun nervioso por ser casi atrapado – Por favor dígale a Oni-chan que se cuide y que me visite antes de irme a Roma, este fin de semana – decía feliz por haber ayudado a su oni-chan.

-Bam… -  se escuchó el ruido de las bebidas chocando contra la banca que antes estaban en manos de Colonello, quien se levantó, mirándolo seriamente.

-¿Se va a Roma? – pregunto serio aun.

-¿Oni-chan no le dijo? Le envíe una carta. – Contesto Tsuna algo extrañado por la actitud del señor Colonello –Recibiré mi ordenación oficial en el Convento Verónica. Voy a poder orar y servir en el convento toda mi vida. – decía muy feliz, sin notar que Colonello se ponía más nervioso, agitando sus manos en negación.

-No puedes irte, no puedes. – dijo entre serio y nervioso.

-¿Eh? – fue lo único que articulo Tsuna, ante lo mencionado por Colonello.

-Por favor sólo quédese un mes más como Natsu. – Decía nervioso – tenemos una conferencia de prensa el domingo, tiene que asistir también – decía nervioso, no sabía si aceptaría.

-Eso no tiene sentido- dijo Tsuna algo nervioso, levantándose del asiento – dígale a Natsu-onichan que vaya. –

-Pero Natsu… - trato de decir Colonello.

-Me voy – se apresuró a decir Tsuna, interrumpiendo  a Colonello, para empezar a retirarse.

-¡Natsu no puede cerrar los ojos…! -dijo algo desesperado, pues eso no debía de decirle a Tsuna, no era parte del trato.

Tsuna se quedó sorprendido por lo oído - ¿Eh? – fue todo lo que pudo decir, mientras veía al señor Colonello tapándose la cara con las manos.

-Todo es mi culpa, cuando le dije que se sentía mal no era una mentira completamente, no sé qué demonios hizo el doctor en la cirugía…. Pero ahora no puede cerrarlos y por eso está en los Estados Unidos haciéndose otra cirugía. – trataba de explicar para que Tsuna entendiera. – Si nos descubren, estaríamos perdidos, es por eso que con la cirugía correctiva, la rehabilitación, un mes…. Solo será un mes, por el que reemplazara a Natsu, por favor.- trataba de hacerle comprender y que aceptara reemplazar a Natsu.

Pero Tsuna que fue sorprendido por aquella confesión, no sabía que decir hasta que su cabeza hizo ¨click¨ y pregunto lo que tenía en la mente en esos momentos.

-¿Por reemplazarlo…quiere decir que tengo que cantar y bailar con ellos... – preguntaba nervioso Tsuna temiendo la respuesta… - y fingir que soy varón? – termino de decir para ver al señor Colonello.

-Así es. – fue su respuesta inmediata, ante la pregunta de Tsuna. – Y tiene que vivir con ellos. –agrego como si nada.

-No puede ser.-

-Si puede ser, yo te ayudare con todo-kora.-

-No puedo hacerlo.-

-Si puede hacerlo-kora.-

-Yo… yo… no puedo. ¡No lo haré!- dijo Tsuna, para salir corriendo de ahí.

-Espere, por favor-kora. – decía Colonello, mientras que comenzaba a ir tras de Tsuna, teniendo que regresar por su saco que se le había olvidado y emprendiendo de nuevo otra carrera, la cual perdió al tropezarse con una piedra y caer al suelo, claro que volvió a pararse, pero no había nada que hacer Tsuna ya había desaparecido de su vista. Ahora que haría, para que todo siguiera su curso, Tsuna tenía que estar en A.N.JELL…

Notas finales:

Gracias por leer.


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