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Popular, nerd; lo mismo. por Baozi173

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Y todo se iba reduciendo a esa última semana. Si todo salía bien todos habrían culminado su  último semestre del año perfectamente, listos para sufrir tan solo un año más. Ya el siguiente elegiría especialidad y fijarían la vista en una universidad y una carrera. Pero para eso todavía falta. Las vacaciones de fin de año les pisaban lo talones. Las fiestas de fin de año se aproximaban. Sin contar claro, cosas como Halloween y uno que otro cumpleaños.

La campana de inicio de clases sonó. La tensión se sentía en los pasillos. Si pasabas podías ver a algunos de los alumnos estudiando en estos, repasando una vez más sus cuadernos o libros de texto. Por un lado estaban los inteligentes que confiados de su capacidad entraban en fila al aula; mientras que por otra esquina, más alborotados y ansiados, los populares. El bullicio no les serviría en esta ocasión.

—De acuerdo, todos tomen un lápiz y un borrador. En breve se les será entregada la primera prueba.

Esa fueron las palabras que el maestro a cargo de vigilar su salón. Los alumnos acataron la orden. Pronto aquellas hojas empezaron a pasar de mano en mano, quedando un par para cada uno de los jóvenes. Una hoja de respuestas y otra con los ejercicios asignados.

Jongin tembló un poco al ver todo lo que tenía que resolver. Confiaba en lo que había estudiado con el poco tiempo del que disponía. Se puso lo más serio que pudo cuando se reunió con Sehun para leer, leer y releer sus apuntes de clases. Se la pasó quejándose de tantas cosas. Por suerte Sehun había tomado una tutoría y así biología se fue haciendo más fácil de comprender. Las preguntas en la prueba empezaban a tomar sentido después de repasarlas un par de veces e hilándolas con lo que había aprendido.

«¿Qué es ADN y ARN?» Tal vez lo que más recordaba luego de que se lo repitieran un millón de veces. Kai y Sehun lo lograrían.

—Les quedan 15 minutos. —anunció el maestro mirando su reloj de pulsera.

Chen se apresuró en pasar las últimas respuestas a su hoja respectiva. Estaba nervioso del resultado. Equivocarse no era una opción. Podía percibir por el rabillo del ojo a un par de sus amigos, Suho y Kris, no se veían mejor. Ellos suspiraban por lo bajo, mordiendo sus lápices, haciendo que el color amarillo que los teñía fuera retirado por los molares de sus dueños.

Copiar no era buena elección, no una moral. Sí, con quienes compartían asiento no lo ponían tan fácil, respondiendo tan rápido y sin complicación que incitaba a asomar la vista por lo que estuvieran marcando. No, Chen no debía copiarse de Yixing. Ni Suho de Minseok. Ni Kai de KyungSoo. Menos Kris de Tao. Bueno, Chanyeol no quería ni mirar a Baekhyun; y Luhan se sentaba solo, frente a Sehun pero solo.

Moral ante todo.

—Tiempo. Las hojas de atrás hacia adelante, rápido.

Justo como el hombre a cargo ordenó, los exámenes se deslizaron de mano en mano hasta llegar a las carpetas de adelante. Así fueron todos los días de esa semana. Los cinco días que correspondían era la misma estresante y asfixiante rutina.

—Pueden retirarse. Regresen en media hora exactamente para saber si pasan al siguiente semestre.

Llegó el viernes. Los alumnos se levantaron de sus asientos. Salieron del aula, fueron expulsados al patio principal, esparciéndose luego por cualquier lugar. Minutos y minutos pasaban más lento de lo usual. Ese grupo de seis conservaba su chispa frete a sus admiradoras y algunos chicos entre ellas, aunque por dentro nada más que dudas sobre su promedio rondaban y rebotaban de un lado a otro.

—Si no paso me muero. —murmuraba Sehun aguantando estrellar su cabeza de forma rítmica contra la pared.

La campana sonó. Debían regresar y recibir las buenas o malas noticias.

—Y los reprobados son...

La tensión se cortaba con un cuchillo.

—Felicidades. Los demás están aprobados.

Los restantes saltaron de felicidad, pegando un grito de alivio. Casi se podía oír el fondo musical alegre y ochentero al ver salir a todos los alumnos de aquella preparatoria caminando, corriendo e incluso saltando fuera de esta.

—¡Pasamos!

—¡Hay que celebrar!

—¡Fiesta!

—¡Vendamos a Chanyeol y compremos un auto!

—Hey, ya, eso fue mucho. —gruñó el objeto de venta de Kris.

Estaban emocionados. Ya no sabían qué hacer con la euforia que los embargaba.

—¿Y ahora qué hacemos?

Que gran interrogante se imponía. La conversación del qué harían continuó. La gente ya iba dispersándose en el parque del frente de la institución.

Un curioso KyungSoo pasó por su costado, apretando sus libros contra su pecho. Hacía ya un rato que se había separado de los demás y solo se dedicaba a esperar a Luhan y Minseok para poder avanzar juntos a casa. Personalmente no le gustaba nada la idea de quedarse solo en el parque, pero al instructor de normas se le había dado por descargar su mal día sobre los alumnos de la preparatoria y no le permitió quedarse más de cincos segundos después de que la campana de vacaciones sonara. Ya llegarían, solo quedaba esperar.

—Oh, mira. —escuchó decir

Levantó la cabeza, hasta ese instante no sabía que se dirigían a él. Solo buscó algo en que ocupar su mente en lo que sus dos amigos hubieran terminado de recoger ciertos ensayos que presentaron de su puño y letra y no se les había sido devuelto. No esperó encontrarse con ese gran grupo acercándosele. Como escena de caricatura las sombras del sexteto cubrieron su cuerpo sentado en la banca. El sol iba en contra y KyungSoo alcanzaba a arrugar un poco los ojos por la luz.

—¿Estás solo?

Se puso nervioso. En el acto no puso distinguir si era por tantas miradas posadas sobre su persona, o si la razón del sudor en sus manos fuera que la mirada de cierto individuo, que su nombre está por demás mencionar, mantenía su atención en él.

KyungSoo negó con la cabeza.

—¿Y tus amigos? —Suho dio un paso al frente.

El pequeño clavó las uñas en la pasta de alguno de sus libros. Ya lamentaría después los rayones en las caratulas de los libros originales que tenía en manos.

—Ellos estarán viniendo. —dijo con una voz casi ahogada.

—Oh, mira que interesante, cuéntame más. —pidió Kris en un tono poco confiable, incluso podría decirse burlón, al tiempo en el que se sentaba a su lado apoyando su cuerpo en una de sus manos. Lo mismo hizo Junmyeon.

Soo solo quería que la tortura acabara. Sabía de sobra que por culpa y gracia de Baekhyun su relación con ellos era delicada. Aunque no se esperaba que simplemente porque sí lo abordaran en la calle. Todos empezaron a intercambiar palabras, todos menos el ajeno al grupo. Se burlaron una y otra vez. Su cabeza estaba agacha. Quería salir corriendo, pero como que la escena no le encajaba. No quería ser de más dramático en una situación que no lo requería y bajo la mirada de otros, ni lo merecía. ¿Qué tanto podrían tardarse en recoger un maldito ensayo? Luego se encargaría de matar a Minseok y a Luhan.

Pobre Luhan, ya iría sufriendo dos veces lo que fuera que KyungSoo hiciera para maltratar a sus amigos. —¡Hey! ¿Acaso nos ignoras? Si te crees lo suficiente como para no escucharnos, ¿a dónde está yendo el mundo?

—Eso mismo me pregunto yo. —murmuró Soo frunciéndole el ceño a Suho.

Este entendió a la perfección la indirecta y con una mueca volteo su mirada hacia Chanyeol dándole el turno de hablar. Era como en un parque de juegos en los que tenías que hacer fila para entrar a las atracciones. Si KyungSoo le hubiera dado importancia a eso tal vez hubiera notado quien no le había dirigido la palabra durante toda la burla hacia su persona.

Jongin permanecía aislado al fondo de los que aún permanecían de pie. Se ocultaba detrás de Sehun, solo se permitía reír y asentir con la cabeza cuando se requería. No quería insultarlo. No a KyungSoo, tal vez un poco a Chanyeol, pero no a KyungSoo.

—Do, ¿no decías que tus amigos estaban en camino?

—Sí, tal vez ni siquiera están ahí adentro. —el alto señaló el edificio de la preparatoria mientras levantaba una ceja acusadora.

—¿Qué haces aún aquí?

—¿Esperas a alguien? — Kai habló por fin.

KyungSoo negó un poco avergonzado su la cabeza. Pensó en mentir, eso hubiera sido menos bochornoso que decir que estaba solo y abandonado en medio del parque abrazando un libro de extraño título en hebreo.

—¿Ya acabaron de molestarlo?

Esa voz salvadora.

—Al fin llegan. —gruñó.

—Lo sentimos, como nos vieron adentro nos obligaron a ayudar a guardar un par de mesas en el depósito.

KyungSoo sonrió por tener al lado a sus dos amigos. Ambos se pusieron a cada lado de él, derecha e izquierda. Ahora sí se sentía en familia.

—Con que mesas. —dijo Chanyeol— Que bien. La gentuza debe al menos servir de algo.

Minseok y Luhan hicieron una mueca, frunciendo el ceño. —¿Por qué no se salen de en frente? Estorban y me bloquean el sol.

—Oh, pero que lindo. Xiao se sabe defender solo.

—Y tú, criatura de caverna, sabes hablar. Felicitaciones.

Kris y Suho se levantaron de sus lugares, poniéndose cada uno al lado de Chanyeol. Este último no estaba feliz, se notaba en su rostro. No podía procesar ningún insulto más. Aunque hay que aceptar que aun estando fuera de su elemento y zona confort lo estaba haciendo muy bien.

—¿A quién crees que estás llamando así?

—¡Solo sálganse del frente!

—¡¿Y si no quiero?! ¡¿Me vas a obligar?!

Se quedaron callados. Era obvio que no los iban a forzar a quitarse de en medio.

—Tan inútiles son individualmente que como en grupo.

—¡Hey!

Fue más bien como un acto reflejo. Ese paso al frente, KyungSoo dio un paso al frente como queriendo enfrentarse a su agresor. Ese simple acto se vio amenazante, como una iniciativa de parte del pequeño. Chanyeol no respondió bien a esto. Atinó a darle un empujón a KyungSoo. Este cayó al suelo, su espalda rebotó contra la base de la banca que estaba atrás de él. Soltó un chillido bastante audible para todos. Su columna había impactado contra el cemento que formaba el asiento.

—Vámonos. —ordenó Kris.

Se dieron la vuelta. En manada caminaron hacia la otra esquina del parque.

—Idiotas.

—Y justo ahora se te ocurre abrir la boca, Minseok.

—Silencio y ayuda a Soo a levantarse.

Este tenía un par de lágrimas que amenazaban con salir. Sus manos cubrían su espalda como podía. Sus piernas flaquearon cuando intentó ponerse de pie. Era difícil con ese dolor que le recorría el cuerpo. Esa tarde Minseok y Luhan lo acompañaron hasta la puerta de su casa.

KyungSoo se sentía traicionado. Sus sentimientos estaban lastimados. No iba a llorar por eso. No quería hacerlo, solo se dedicó a acariciar a su gato. Sus piernas estaban pegadas a la pared mientras la música de su celular sonaba al volumen máximo.

—Tenías razón. —le mencionó al felino.

Miau.

Suspiró y cerró los ojos. Las diez emociones que se le mezclaban en la cabeza le habían cansado los parpados. Tenía sueño. Le hizo caso a lo que su cuerpo le pedía y acomodándose de correcta manera sobre su cama apoyó su cabeza en la almohada. Se quedó dormido en cuestión de minutos. El gato se acurrucó en su cabeza dando unos últimos ronroneos antes de también caer en los brazos de Morfeo al igual que su dueño. Definitivamente el amor se había acabado.

—Kyunggie cariño, un chico está afuera. Pregunta por ti; —la madre del chico entró a la habitación, encontrando a su hijo dormido— Oh, te dormiste.

Volvió a cerrar la puerta.

{*}

—¡Fiesta! ¡Fi-fi-fi-fiesta! ¡Fiesta! ¡Fi-fi-fi-fiesta! ¡Fiesta! ¡Fi-fi-fi-fiesta! ¡Fiesta! ¡Fi-fi-fi-fiesta! ¡Fiesta! ¡Fi-fi-fi-fiesta! —coreaban Chen y Kris mientras salían de alguna fuente de soda.

Agitaban sus bebidas en el aire mientras les cantaban sus deseos a la vendedora y seguidamente a cualquiera que se le cruzaba a la calle. Sí, sus hormonas iban a explotar si no descargaban todas esas ganas de divertirse pronto. Solo falta una ocasión. La salida de clases, haber pasado impune, el inicio de las vacaciones, las navidades, los carnavales.

No, tenía que ser algo épico.

—Algo memorable.

—Tu cumpleaños. —rió Jongdae

—Serás tan tú. ¿Qué me crees, un niño de seis años? Ya estoy demasiado grande como para celebrar mi cumpleaños.

—Igual sería interesante verte frente a una torta cumpliendo tus diecinueve añitos. —se burló el más pequeño con una voz infantil y casi irritante.

Recibió un golpe en el hombro de parte de YiFan. Se quejó un poco por la agresión de parte de su amigo, pero ya luego sus juegos continuaron.

—¿Qué tal Halloween?

—Ya lo había pensado. Me parecía buena idea ¿Pero dónde podríamos hacerlo? No es como si las casas cayeran del cielo.

—Si eso pasara dolería. —ambos rieron del mal chiste, más por pena que porque de verdad fuera gracioso.

—Ahora, en serio, ¿dónde se te ocurre?

—¡En tu casa!

—Jamás, ¿y en la tuya?

Jongdae arrugó los labios y achicó los ojos para después encoger los hombros y restarle importancia a la negación.

—Mis padres entendieron el trabajo, no creo que me dejen hacer una fiesta en su ausencia. La última vez un jarrón de su tercer aniversario salió lastimado.

—¿Y entonces?

—¡En la casa de Sehun!

—¿Seguro?

—Obvio que sí. Siempre nos deja invadir su casa, y a su madre no le importa con tal de que no destruyamos nada.

En eso último Chen tenía razón. Kris chasqueó los dedos aceptando la propuesta. Sacó su celular marcando el número telefónico de Sehun. La conversación no duró mucho, fue más bien un intercambio casi inexistente de palabras. El pedir permiso para usar su casa como centro de reunión sonó más una afirmación que una pregunta. Nadie le tomó importancia y dentro de los primeros cinco minutos ya estaba confirmada la disposición de los padres del futuro anfitrión.

—Ya tenemos la locación. Ahora solo falta que invites a toda la gente que tengas en tu celular y listo, tenemos una fiesta épica.

—De acuerdo, me encargaré de eso, pero…

—¿Qué?

—¿Quién va a pagar por todo? Hablo de la comida.

—A Suho deben sobrarles algunos rubíes. No creo que tenga inconveniente en darnos un par de billetes.

Desde ahí el resto ya era trivial. Fueron avisando al resto del grupo sobre el próximo evento. Más tarde se reunieron. Solo una ardua selección de disfraces. Aunque les costó mucho convencer a Jongin y hacer que aceptara la idea de cubrir su sensual cuerpo. Palabras propias y originales de Jongin.

—¡Si quieres luego te desnudas! —le ofrecieron constantemente.

Planear una fiesta de un día a otro es difícil, no imposible pero si difícil. Los invitados eran algo que por demás estaba cubierto. Tenían amigos, conocidos y compañeros por montón. Había peligro de que la casa pudiera rebalsar de tanta gente, pero valía la pena.

—Si viene mucha gente empezaré a cobrar por la entrada. —anunció Sehun

Otro detalle que fue complicado encajar fue a la hora de informarle a Junmyeon el hecho de que se había decidido que este costearía casi por completo los gastos.

—Empiezo a creer que a sus ojos soy una billetera con patas. —se quejaba.

Para el final del día la mitad del instituto había confirmado su presencia. La única condición para poder entrar era llevar disfraz. Por lo menos un antifaz debía cubrir el rostro de cada uno. Ellos ya se imaginaban todo los ligues que la gente se haría esa noche. Era gracioso incluso imaginarlo.

—Si alguien quiere ligar con Chanyeol mejor le vamos avisando que es asexual.

Sería interesante.

{*}

—¡No puedes hacerme esto, mamá!

—¡Claro que si puedo y ya lo hice! ¡Ahora deja de gritar!

—¡Tú también estás gritando!

—¡¿Algún problema con eso?!

—No, señora.

Luhan se lanzó a su cama a morder su almohada mientras su madre volvía a la sala a continuar viendo su novela. Eso de sacar a su hermana a pedir dulces estaba bien incluso hasta su último año de secundaria, pero que a sus padres se les ocurriera salir y dejarlo a cargo de sacar al pequeño mutante a pasear era crueldad humana.

A sus trece años esa niña ya debería sentarse a ver películas en su habitación y no querer ponerse un disfraz y obligarlo a él a salir de casa y cancelar sus planes con Yixing de ver toda la saga de El señor de los anillos.

—¡Mamá! —gritó desde su cuarto— ¡JiMin ya está bastante grandecita como para salir por caramelos!

—¡Y tú bastante viejo como para ponerte a jugar con espadas de mentira en el patio de tus amigos!

—¡Son sables de luz!

—¡Serán basura si me vuelves a reclamar lo que te ordeno!

Volvió a soltar un bufido y giró por su cama una y otra vez. Sacó su celular, o bueno, el de su madre. Si él sufriría también Yixing sería arrastrado para acompañarlo al infierno. De seguro los niños de la calle se reirían el resto de su vida si lo veían salir junto a campanita o pinocho. Luhan ya no quería ser Peter Pan ni ese hombre que armó al muñeco de madera, ya no. Sus disfraces eran de adultos. Sí, de adulto.

Claro, porque los verdaderos adultos se disfrazan de Chewbacca en sus cumpleaños.

Notas finales:

Nota: Con la hermana de Luhan; JiMin, hago referencia a una de las integrantes de AOA.


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