—¡Feliz navidad, Feliz navidad, Feliz navidad, prospero año y felicidad! ¡I wanna wish you a merry-
—¡Luhan, cállate que aún no es navidad!
Luhan y Yixing rieron, el mayor le entregó un billete en la mano a su amigo, este había ganado con una pequeña apuesta, al parecer JiMin se estresaba al escuchar a su hermano mayor cantar canciones que ni venían a la fecha.
—¡Es la siguiente semana, hermanita! ¡No seas aguafiestas!
Sí, una semana más y era 25 de diciembre. Que rápido se pasaba el tiempo. Ese día los dos amigos se habían reunido para verificar si los preparativos estaban listos y habían terminado molestando a la pequeña JiMin.
Desde los catorce años que habían adoptado la costumbre de intercambiar regalos, más o menos a esa edad empezaron a comprar regalos para sus amigos, pero ahora que el grupo había crecido a seis era un poco complicado encontrar seis regalos diferentes que se adecuaran a lo que ellos querían, y además también no los dejara con los bolsillos vacíos.
—¿El amigo secreto fue lo mejor que se nos pudo ocurrir?
—Por desgracia.
Amigo secreto. Ese juego en el que al azar te toca una persona para darle un regalo. Era más especial y más barato que el intercambio usual de regalos.
—Tengo sueño.
Yixing se recostó en el suelo, boca arriba, escondiendo un poco la cabeza debajo de la cama de Luhan, lo suficiente como para el otro no viera que ya estaba cerrando los ojos ya listo para tomar una pequeña siesta.
—¡Hey! ¡Levántate, flojo!
Luhan estaba de pie junto a su cómoda y al ver al segundo listo para abandonarlo en la labor, le dio un pequeño golpe con su pie en el torso. Yixing soltó un chillido, encogiendo su cuerpo de una sola vez.
—¡Oh! ¡Lo siento! Lo olvidé por un segundo.
Los moretones de Yixing aún no habían sanado. Seguían unas ligeras, pero aun visibles marcas tatuadas en su abdomen. Oh, pocos se habían recuperado por completo.
Tao y KyungSoo esas semanas se habían dedicado por completo a darles atención a sus amigos. Luhan se había recuperado rápido, los golpes en su torso ya no estaban.
Por otro lado Minseok y Baekhyun, aunque cerrando las heridas, parecía que en definitiva las cicatrices iban a quedar ahí por siempre. Baek les había mentido a sus padres, diciendo que durante uno de sus juegos de roles se había ido de cara contra el suelo. Su madre le gritó un poco, pero al final compadeciéndose de su hijo y aceptando la excusa.
Minseok, con poca imaginación y práctica para las mentiras, solo se limitó a decir que la punta de una mesa había causado la herida sobre su ceja izquierda, esa que incluso entraba un poco sobre la misma.
—¿Hasta cuándo estarás así?
—No lo sé, me he aplicado las frotaciones, supongo un par de días más.
—Tu sangre no circula bien. Como siempre.
—No te preocupes, no está peor que la vez que nos echaron a la basura por ir con capas al colegio.
—¡Hey! Éramos los mejores SuperMan del colegio.
—Luhan, éramos los únicos SuperMan del colegio.
Dejando la charla de lado y luego de una mirada ofendida del mayor volvieron a lo que en verdad era su labor para esa tarde, envolver regalos. En el sorteo que habían hecho una semana atrás a Luhan le había tocado darle un regalo a KyungSoo y Yixing a Baekhyun.
Yixing se negaba a volver a donar sus historietas a Baekhyun, por lo que se la pasó buscando en internet si existía algún tipo de envío que llegara en menos de una semana, por las fechas no era posible, así que decidió optar por buscar entre sus juguetes antiguos pero coleccionables algo que al otro le pudiera gustar.
A Luhan le fue mucho más sencillo elegir un obsequio ideal para KyungSoo, el chico era más simple, un libro de pasta gruesa y todo arreglado. Eso de seguro dejaría tranquilo al pequeño que sobre todo amaba esos libros que solo las bibliotecas conservaban, antiguos y con tantas letras que Baekhyun se marearía.
—¿Cuál sería mejor para envolver esto? —Yixing levantó dos papeles de regalo, cada uno con un estampado diferente.
—Los conejitos demoniacos serían perfectos.
—Es navidad.
—¿Y?
—Tienes razón. —el menor tomó la cinta con sus dientes, cubriendo la caja con la envoltura.
{*}
—Chen, ya deja tu cara en paz, te vez bien. Esa marca te da un aire imponente.
Jongdae seguía aumentando las capas de maquillaje. El polvo que su madre había dejado en su habitación cuando viajó estaba sirviendo para cubrir la cicatriz que había dejado el golpe que Luhan le había propinado en la mejilla. Su pómulo no pudo resistir el impacto y se partió, como Baekhyun, pero con menos sangre.
—No, no, no, no y no. No voy a salir a la calle hasta que yo no recuerde que tengo esto en mi cara.
—Entonces quédate, pe'. Yo voy con Suho. —Kris se levantó de la cama y caminó dispuesto a salir de la habitación lo antes posible justo cuando una polvera le cayó en el hombro— ¡Deja de quejarte y levanta tu molesto trasero!
Jongdae, derrotado por la mirada asesina de YiFan, se levantó del tocador de su madre. Su trabajo sobre su mejilla había quedado por completo perfecto, aunque él mismo no lo aceptara. La sombra del golpe ya ni se notaba.
En la sala los esperaban sus amigos, casi todos estaban ahí. Sehun faltaba llegar, se había retrasado media hora a la reunión.
«Seguro su madre le está lavando los dientes, o planchando la ropa.» Chen rio para sus adentros. Sí, adoraba a la señora, era muy agradable y divertida, la madre soñada, pero en repetidas ocasiones llegaba a ser un demasiado consentidora con su hijo.
—¿Ya eligieron algo que ver?
—¿Jongdae ya dejó de llorar por su cara?
—Algo así.
—Pues aquí está igual.
Jongin y Junmyeon estaban entre dos películas de terror. Sentados en el suelo, cruzados de piernas, debatían entre cuál de los dos filmes ver ese tarde. Chanyeol estaba medio tendido en el sofá, con una pierna subida en el brazo del mueble y lo demás colgando sobre los cojines.
—¿Y qué planes para navidad?
La pregunta fue más por llenar el espacio vacío en su conversación. Junmyeon arrugó su boca en una mueca al pensar siquiera en la fecha.
—Mi hermano viene a Corea, así que seguro me la pasaré escuchando halagos vomitivos. Mi amado celular, mi compañía. —al terminar su anuncio abrazó el aparato como si de su propio hijo se tratara.
—No sabía que Siwon-hyung venía de visita.
—Sí, al parecer la bendita universidad que lo tiene en Estados Unidos, muy lejos de mi vida, ha decidido arruinarme las fiestas.
—¿Más?
—Más
Sí. El tiempo en familia no era el favorito de Suho, mucho menos si su hermano mayor se incluía en el cuadro de familia feliz.
La puerta sonó en ese momento. Chanyeol se levantó del sofá para abrir y aun sin ser el dueño de casa ya sabía por adelantado que de sus amigos ni de chiste se iban a levantar para atender al invitado.
Era Sehun con los cabellos un poco húmedos, señal de que llegaba recién bañado.
—¿Por qué tardaste? Todos queremos empezar a ver la película y no estás para poder hacerlo. —regañó YiFan desde el sillón individual.
—Me quedé dormido y mi madre tardó en servir el almuerzo.
Suho suspiró invitándolo a sentar.
De a pocos se fueron acomodando. Chanyeol retomó su lugar en el sillón grande, sin ceder espacio a que otros compartieran el sitio. Kai y Suho seguían en el suelo, apoyando las espaldas contra el sofá que Yeol no compartía. YiFan en el mueble individual y Sehun jaló una silla de la cocina para poder sentarse y no estorbarles la vista a Jongdae que se sentó sobre la alfombra, recostando la cabeza en los pies de Kris.
Kai colocó la película que él había elegido, le había ganado a Suho en piedra, papel o tijera y ahora el filme que él quería sería con el que pasarían la tarde.
Fueron unos segundos los que se reprodujeron del disco, la publicidad correspondiente para Blue-Ray cuando en un sonido absorbente la pantalla se puso negra, los focos se apagaron y la música que provenía de la casa del vecino también dejó de sonar. Un apagón en toda la cuadra era lo que había ocurrido.
Los quejidos no tardaron ni un segundo en resonar.
—¡Esto es el colmo! —gruñó Chen.
YiFan se levantó rápidamente, asomándose por la ventana, cerciorándose si eran la única casa con ese inconveniente. Todos los hogares de la cuadra, o al menos los que lograba divisar, estaban a oscuras. En los pórticos también señoras salían a ver qué pasaba. Un par de madres gritaban desde sus puertas a sus hijos que volvieran a sus casas. Ni los faroles que estaban encargados de hacer aluminada la zona cumplían su trabajo.
—Estamos a oscuras, al parecer toda la calle. —anunció Kris volviendo a meter la cabeza a la casa.
Chen le había ganado el sillón individual, por lo que al YiFan volver junto al grupo solo se sentó en el brazo del sillón que ahora ocupaba Jongdae, mirando la pantalla de su celular y cerciorándose de que teléfono tuviera la suficiente batería como para volver a su departamento y encontrar con su cargador.
—¿Saben lo bueno de esto?
—¿Qué?
—Ya nadie verá tu cara, Chen.
—¡Lo sabía! ¡Lo notan! —chilló el aludido.
Al sol se le había ocurrido ocultarse temprano, o bien ellos no se habían dado cuenta de que ya se marcaban un poco más de las siete de la noche. En cuestión de minutos sus figuras empezaron a ser sombras.
—Y así es como se joden las tardes de películas.
Una almohada impactó en la cara de Chanyeol, no hubo tiempo ni de pensar quien era, cuando las risas comenzaron se dio cuenta de que solo lo estaban tomando de punto de nuevo, así que tomó el primer cojín que pudo encontrar entre las sombras y lo tiró a quien le cayera.
—¡Hey! ¡No fui yo!
Esa era la voz de Suho quejándose para luego repetir el proceso que había pasado Yeol hace unos segundos, ahora contra Kai. Sin darse cuenta él se lo lanzó a otro y así sucesivamente hasta que se convirtió en una competencia. Nadie sabía para quien jugaba solo se fijaron que dentro de los diez minutos que duró la contienda de la nada todos estaban apaleando a Jongdae en el piso, este se reía sin parar por las cosquillas que le propinaba Kai al quedarse sin cojines que tirarle mientras que el resto sobre él lo seguían golpeando sin parar de reírse.
—¡Basta! ¡Basta! ¡No es justo, no veo nada! —se quejaba entre risas y golpes al aire para liberarse.
—Si no vez con luz menos vas a ver en la oscuridad. —se burló Sehun.
Las lágrimas ya estaban saliendo de sus ojos al no poder solo con las carcajadas.
—¡Yah! ¡Yah, los lentes de contacto!
Si las lágrimas eran abundantes había peligro de que las lentillas se salieran o resbalaran de sus ojos, o al menos así había escuchado Chen por ahí.Y como se deducía, él no quería perderlas de ninguna manera.
Sus amigos hicieron caso a su pedido y lo soltaron.
—¿Sabes? Puedes usar los lentes si quieres, estás solo con nosotros.
—De todas maneras no quiero.
—Ni que tuvieras fans fotografiándote por la ventana.
Chen fingió ofenderse y se volvió a sentar, ahora todos estaban en el suelo, haciendo un círculo con sus cuerpos y ayudando con la luz de sus celulares.
—¿Y ahora qué?
Ya no había nada que hacer, las ideas se acababan al igual que sus baterías.
—¿Qué harán por navidad? —la pregunta más obvia. Nada mejor se le puedo ocurrir a Chanyeol
—¿No preguntaste eso ya hace rato?
—Pero Sehun no estaba.
—¿Y la diferencia es...?
Pensaron un momento. YiFan por supuesto la iba a pasar en su departamento, solo prácticamente ya que su compañero de piso no le hablaba desde hacía unas semanas, tal vez recibiría una llamada de sus padres para saludar. Ningún amigo lo saludaría desde China, no había conservado contacto con ninguno de ellos.
Chanyeol por su lado iba a pasar las navidades en casa de Kai, los amigos festejarían la nochebuena en conjunto, como la familia que les gustaba formar. Lo hacían así desde que ambos padres se divorciaron.
—¿A qué hora van a llegar ustedes? —le preguntó Chanyeol a Jongin.
—No sé, tal vez a eso de las ocho, máximo nueve; pero llevamos la bebida, con tal de que ustedes se encarguen de la cena todo saldrá bien. —mencionó con humor al recordar el pavo fallido que él y su padre quisieron preparan hace unos años.
Sehun iba a pasarla con sus padres, él había decidido que no quería pavo ese año así que su madre con todo cariño se había informado de todas la maneras de hornear un pato. La cena sin duda sería un festín, cabía la posibilidad de que algunos tíos cayeran de visita, aun no estaba confirmado, pero la señora Oh estaba súper concentrada en impresionar a todos con la cena de Noche buena, llegaran o no.
—Chen, cierto, mi madre pregunta si este año la pasarás con nosotros, así prepara más comida.
—No. Este año no, mis padres llegarán el fin de semana, pasarán las fiestas conmigo. —soltó emocionado— Mamá preparará la cena, ayudaré un poco si eso no incluye fuego, mientras que papá se encargará de las decoraciones.
El árbol en la casa de Jongdae aún no estaba puesto, desde que Chen había recibido la llamada de que ellos llegarían se había decidido a esperarlos, no había movido ni un dedo para poner la casa con el espíritu de la navidad. Ni las luces estaban colgadas, pero las cajas esperaban apiladas en uno de los armarios. Chen ya las había sacado de la cochera hace unos días. Era la única casa de la zona que no tenía los adornos luciéndose, y aunque le incomodaba un poco que los vecinos lo miraran raro por eso mantenía la cabeza en alto.
Jongdae sin querer se estaba emocionando por la llegada de sus padres. Antes ya se había mencionado cuanto gozaba su vida solo, y así era, pero aunque no lo aceptara los tenía puestos en un pedestal. Chen era como un niño cuando su madre se hacía presente. Trepado de su brazo y sonriente, pero cuando se iban, volvía a su estado de adolecente rebelde.
—¿Chanyeol, estás bien?
Suho estaba apuntando la cara del mencionado con la luz de su teléfono. Los ojos los tenía perdidos entre las manos de Jongin. Levantó la vista, dirigiendo sus ojos a la molesta luz que lo cegaba en ese momento. Bajó la mano de Junmyeon con una suya, parpadeando un par de veces para que su visión volviera a la normalidad. Sus pensamientos se volvieron a perder como si nada en cierto recuerdo que lo estaba molestando desde hace unas semanas.
Esa noche Kai estaba dispuesto a irse, estaba despidiéndose en frente de la casa de Chanyeol, había sido invitado a cenar después de la complicada tarde. Ya era de noche y tenía que volver a casa con su padre. Sí, todo eso que ya hemos dicho antes.
—No vemos luego. Te mando un mensaje más tarde. —se despidió con un ademan con la mano y dando unos pasos más salió del jardín principal de la casa, colocándose en la acera.
—Kai. —lo detuvo Chanyeol— Jongin. —volvió a llamar.
—¿Qué pasó? —preguntó el menor extrañado por escuchar que el más alto usara su nombre y no el apodo.
—Tú no le tocaste ni un pelo a Do. ¿Por qué?
El moreno se detuvo a pensar la pregunta un segundo, una sonrisa se le quería escapar. ¿Era hora de confesar? Chanyeol pudo parecer la persona más indicada hace unos meses. Ahora no tanto. Pero, ¿cuál era la diferencia con los demás? Sí, todos ellos tenían algo bueno. Aunque no parezca.
—Si te digo algo ¿No me echas de cabeza con los demás?
El más alto duró un par de segundos en saber que contestar, pero al final asintió con la cabeza lentamente. Avanzando un par de pasos al frente. Por alguna razón ya se imaginaba a Kai echando a correr en cuanto soltara sus razones.
—¿Te preparas para corretearme?
—Si la situación lo amerita, tal vez.
Kai rio suave al ver como Chanyeol avanzando quedaba a solo unos cuatro pasos de él. La puerta de la casa seguía medio abierta. El aire la balanceaba, queriendo abrirla por completo.
—Me gusta. O me atrae, no sé. Pero siento algo por KyungSoo. —el silencio no duró ni un parpadeo completo.
—¿Vas a correr?
—Ahora creo que no.
Respiró profundo, sí, si quería correr, pero eso dependería más de las siguientes palabras que a Chanyeol se le ocurrirán decir.
—¿Desde cuándo te gusta?
—Eso no importa, le gusta alguien más.
—¿Y?
—Eres tú.
Kai echó a correr, Chanyeol no lo persiguió.
La imagen de él alejándose se hacía más clara cada vez y no dejaba de rebotar por su cabeza, aún con sus amigos rodeándolo en ese momento, confundidos.
—Sí, estoy bien, no se preocupen.
Los demás, restándole importancia a la ausencia mental de Chanyeol retomaron la conversación. Todos empezaron a reír pronto por las bromas que soltaba Jongdae sin darse cuenta, incluso Chanyeol, esa prometía ser una linda navidad.
Cantaron un rato.
—¡Feliz navidad, Feliz navidad, Feliz navidad, prospero año y felicidad! ¡I wanna wish you a merry...