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Popular, nerd; lo mismo. por Baozi173

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«Tú puedes Baekhyun, tú puedes Baekhyun, tú puedes Baekhyun.»

Solo probar lo obvio, no podía ser difícil. Todo fuera por una colección tan admirable de historietas de Star Trek. Solo una persona con tanto esmero podía reunir tantos tomos, y en un orden especifico. Era un trabajo dedicado, aunque claro que Baekhyun jamás lo admitiría en frente de Yixing, así es la amistad. De cumplidos silenciosos.

Baekhyun tomó con fuerza las tiras de su mochila y se acercó casi temblando a su carpeta, estaba vacía. Se sentó aliviado y temblando. Esos irresponsables aún no habían llegado. La manada no se había ni asomado. Esos raros tendían a ir en grupo. Bueno, él y sus amigos también lo hacían, pero tenían sus razones. ¿Acaso a ellos se los comerían vivos si los veían caminar solos por el pasillo? No, claro que no, no al menos de la buena manera. Ellos eran los que se encargaban de devorar, hablando del rumbo cruel de la palabra. Algunas veces de manera sublime y elegante, como acostumbraba Junmyeon y Chanyeol; en otras ocasiones era salvaje y de poca clase, el estilo Jongdae y YiFan.

Pero en fin, eso es desviarse del tema. Y el tema esta vez, por lo menos para Baek, era Chanyeol. Ese estúpido, simple, despreciable, despreciador, desagradable y popular Chanyeol.

—¿Alguna vez le has hablado? Digo, como personas normales que son. —Baekhyun levantó la cabeza al escuchar una voz conocida. Encontró a Luhan mirándolo.

—¿A que le refieres?

—Piensas en voz alta. No entendí bien lo primero, pero logré comprender que le hablarías a Park. Si pregunto seguro no me dirás. Pero te dejo con algo en mente, ¿alguna vez le has hablado? Recuerda que los últimos dos incidentes no cuentan. Eso no era dialogo, eran gritos al aire esperando herir a quien se pudiese.

Después de dicho esto el mayor de a saltos se alejó hacia un KyungSoo que iba llegando algo desgreñado, con un pan colgando de la boca y el relleno escurriéndose por todos lados. Ese idiota solo aparecía a revolverle la cabeza. Claro, porque así es la amistad.

{*}

«Maldita memoria, no me acuerdo su nombre.»Jongdae intentó recordar ese nombre que tanto lo había aturdido hace unos días durante lo que le quedaba para llegar al instituto. Fue en vano, en el último instante el nombre de aquel chico se le había escapado. Podía jurar que lo tuvo en la punta de la lengua todo el tiempo, pero Jongdae no pasaba de estañas conjugaciones sin sentido.

Como era costumbre, en el camino, se fue encontrando con gran parte de sus amigos a medida que se acercaba a su destino, llegando a fin de cuentas todos en conjunto. Se repartieron cada uno donde iba. 

Normalmente en su agenda entraría unos minutos de coqueteo con la gente de su alrededor antes de que el maestro entrara al aula y le arruinara la diversión. Pero ese día parecía un poco faltó de emoción en el aire, así que ¿Porque no dedicarse al pequeño reto que le había propuesto Sehun? 

Encontrarle lo divertido a estos insignificantes entes.

Bueno, de todos modos tenía que pasar el rato hasta que dieran las siete y media. Y veinte minutos, con eso bastaba y sobraba. Chen agradeció internamente que Suho para ese momento no hubiera llegado, no quería dar explicaciones innecesarias. Aprovechando el ambiente, el menor aguardó unos instantes.

¡Y justo como pensó! El responsable Kim loqueseaquesiga entró a la hora debida al salón.

Había valido la pena levantarse temprano al menos un día. Solo debía acercarse a dejar su mochila en donde le correspondía, solo eso y caería en su trampa. Como un oso ante su cazador. Aunque, claro, los osos reales son imponentes, fuertes, salvajes y majestuosos. Este Hyung es... pequeño, tímido, predecible e intrascendente.

—¡Sehun! —gritó Chen desde su lugar. Como él estaba recién llegando, algunos de su grupo ya estaban al fondo del aula, esperando por su presencia. Aunque no fuera a ir con ellos, consideró educado informar a su compañero de apuesta sobre sus acciones.

Atrajo la atención del menor, que al fondo de la clase con un par de sus amigos le dirigió su atención. Jongdae señaló con sus ojos al castaño que iba dejando sus pertenencias en el asiento en frente. Sehun se limitó a soltar una carcajada silenciosa y volver a su conversación con Chanyeol y Kai, distrayéndolos y evitando que estos dirijan sus miradas al frente del aula; si querían jugar no debían alterar el rumbo del resto del mundo. Sería mejor cuidarle la espalda a Chen. Nadie quería que las personas creyeran que el rey del estatus y auto adoración se había ablandado y ahora estaba decidido a convivir con el pueblo.

«¿Un saludo está bien? Sí, así inician las conversaciones normales ¿Se ve natural?» Jongdae agitó la cabeza, sacudiendo así las ideas.

—Hola. —dijo finalmente, relajado, su estilo.

Minseok palideció. En su mente ya se estaba preparando para entregar sus apuntes, su tarea, o lo que sea que le fuera a pedir. La regla natural que decía que por ser mayor uno debía merecer respeto de parte de sus menores no se aplicaba la mayoría de veces con esa gente.

—Kim, te estoy hablando.

El menor agitó su mano frente a la cara de Minseok, este no reaccionaba, parecía más bien haber perdido el color en el rostro. Perdió la circulación de su sangre solo con su presencia. Chen lo notó, rió para sus adentros, le encantaba causar ese efecto de terror en él.

—Hola. —respondió entre tartamudeos

Jongdae apoyo su peso sobre la carpeta que el compartía con Yixing. —¿Y qué haces?

—Estoy... ¿aquí? —Minseok intentó tener algo de humor, aunque su voz seguía temblando. Quería verse seguro de sí mismo aunque en el fondo tuviera ganas de salir corriendo.

—¿Por qué me hablas?

—¿Acaso no puedo? —dijo desafiante dando un paso a al frente, haciendo que el contrario retrocediera otro.

—Es que nunca lo has hecho —Su voz era un hilo, se le escapaba casi como un suspiro.

—Pues lo hago ahora.

—¿y necesitas algo?

—Ehm, tu... —pensó rápidamente— ¡Tu tarea!

Minseok obedeció con rapidez, sacando un cuaderno de su mochila. El único en el que habían deberes pendientes que el maestro debía revisar. —Bien... —Observó el nombre anotado en una esquina de la pasta del cuaderno. Kim Minseok fue lo que leyó. Al menos ahora sabía su nombre.

—Yo ya me voy… —Minseok dio vuelta sobre sus talones

—¡No! —lo detuvo, reteniéndolo de un brazo, soltándolo de inmediato.

Maldición, se le estaba agotando la imaginación. De verdad que no sabía qué decir si no era con insultos o con intenciones de intimidar a quien tuviera en frente cuando se trataba de estos nerds.

—¿Necesitas algo más? 

—Sí...  Ehm, tu, tu carpeta.

¿Su carpeta? Repitió para sus adentros, sintiéndose avergonzado de inmediato por la falta de atino en sus palabras. Seguro había sonado estúpido, rosando en lo patético.

—¿Mi carpeta? ¿Me estas asaltando? —bromeó el mayor aún inseguro de la situación.

Jongdae se cuestionó, por un momento se sintió una persona superficial. Debía encontrar algo de qué hablar. ¿En serio todas sus conversaciones se basaban solo en molestar y coquetear?

¡Y plim! Algo hizo click en la cabeza de Chen, recordando en una película mental como había hecho tantas amistades. Su espíritu coqueto era lo que terminaba engatusando a la gente.

—Depende, ¿tú quieres? —sonrió aplicando lo que en su cabeza acababa de ordenar.

Eso mató a Minseok. No sabía cómo debía tomarlo, ¿era su nueva táctica para molestar? ¿Insinuarse hasta que él se lo terminara creyendo? Si era así seguro debía terminar en humillación. —¿Me estás jodiendo?

—No te atrevas a hablarme así —el mayor tragó saliva. Se le olvidó por un segundo frente a quien estaba.

—¿Chen? —alguien interrumpió por detrás. Esa voz, la reconocía. Suho había llegado.

Efectivamente, al voltear se encontró con su amigo quien lo mirada confundido y de pies a cabeza. —Hola. —saludó con la mano.

Junmyeon lo tomó del brazo y giró un poco, dándole la suficiente privacidad. Esperaba una respuesta a la interrogante que en su rostro iba impresa, una explicación para ser exactos.

—¿Y a ti que mosca te picó? —río  entre dientes, un poco confundido.

—Si te explicaras mejor tal vez pudiera entender lo que intentas expresarme con tus palabras —respondió Jongdae en son de burla.

—No me jodas, Chen.

—Te lo explico luego, solo no lo comentes. —suplicó.

—Con tal de que me jures que no te estas enredando con ese yo no me meteré.

—¿Yo, enredarme? ¿Con eso? No me ofendas, tengo gustos de mejor calibre. No me conformo con poca cosa.

—Okey, ese si eres tú. —un lo salió aliviado y burlón de la boca de Chen—Y por cierto, se te escapa.

Jongdae volteó de inmediato. Minseok estaba yéndose en silencio.

—Minseok, ¿a dónde vas? —canturreó.

«Intento de huida, fallida

—Con mis amigos —respondió en voz baja. Chen miró en su reloj de mano.

—Muy tarde, las clases ya comienzan. —Efectivamente, el timbre de inicio de clases sonó—Y, Suho…

—¿Sí?

—No me odies.

Jongdae con un pequeño empujón apartó a su amigo hacia atrás, sentándose en un movimiento rápido en el que sería originalmente su lugar. Ambos Kim se quedaron estáticos. La maestra entró, era hora de volver a sus lugares y Minseok con el cuerpo rígido tomó asiento.

 «Espera, esto significa que yo me siento con...»

—¿Junmyeon? —Yixing había llegado.

{*}

«Estúpido Chanyeol, siempre con sus amigos.»

Baekhyun renegaba consigo mismo, a la hora de entrada no se había podido dar tiempo para dar su movimiento ya que el involucrado no se había despegado de su grupo en toda la mañana, de ahí solo le quedaban las clases y el receso. Por obvias razones el recreo estaba totalmente prohibido acercase mientras valorase su vida. Se veía ta divertido con Jongin y Sehun que no había formar existente para atraer su atención. Solo pudo observar desde su siento con los brazos cruzados como esos tres, trepados en las carpetas, jugaban en el asiento de YiFan, esperando tal vez a que este llegara.

Estaba solo hundido en sus pensamientos. Asegurándose esta vez que no se le salieran las ideas por la boca. Sus amigos estaban distraídos por todos lados. Luhan se pegó a KyungSoo desde que llegó, entablando conversación con el más pequeño en el asiento del mayor, al frente. Y ni que se quejara tanto, mucho Luhan hacía daño permanente a la salud.

Minseok ni bien entró al aula lo encontró con la mirada, se fue acercando, hasta que en su asiento fue abordado por Jongdae. De ahí no se movió ni un poco, y Baekhyun como un gran amigo decidió cubrirle la espalda desde lejos.

Tampoco es como si estuviera loco como para meterse ahí, era Jongdae.

Por otro lado Tao y Yixing aún no llegaban. Ese par se habría quedado dormido o algo por el estilo. Nada importante, ellos siempre aparecían. Jamás faltaban a clases, aunque sea tarde pero llegaban al instituto sí o sí.

El punto es que nadie estaba próximo para estampar su cara entre sus brazos a causa de la frustración. Ni siquiera el desgraciado por quien hacia esa tontería. Mataría a Yixing en cuanto asomara su cabeza por el umbral de la puerta. Por su culpa, todo era por su culpa. Pero claro que eso sería más tarde. Durante el receso ya que el mencionado había entrado con Tao justo en el segundo en que la campana sonó dando inicio a las clases.

La maestra de Psicología ya había entrado y sentado en su escritorio. Todos los alumnos regresaban a sus asientos, por lo que Baekhyun en automático se levantó con rapidez dándole espacio a Chanyeol para que ocupara su lugar. Este llegó como entendiendo la señal y se sentó recargando un poco el peso sobre la pared inclinando el cuerpo hacia un lado, ocupando un poco del espacio de su compañero con sus largas piernas.  Ambos ya estaban en su sitio cuando la profesora empezó a hablar.

«¿Conversar durante clases estaría mal? ¿Aunque sea una vez?» Decidió armarse de valor, prepararse mentalmente y lanzarse a la acción. «¡Por Esparta! No, espera, eso no funciona. ¡Por las historietas de Yixing!»

—Hola. —susurró, esperando ser aun así audible para el otro.

Y así fue, logró escucharlo, extrañando un poco a Chanyeol de todos modos. Las únicas veces que ambos habían intercambiado palabras era cuando había ocurrido aquel altercado en al cine y el gimnasio. Eso y algunas veces en la que lo saludaba o pedía algo cotidiano como un lápiz o un borrador, pero en esos casos nunca recibía respuesta, solo lo que pedía de inmediato. Como si fuera su deber conceder sus deseos.

—Hola. —respondió con una sonrisa. El rostro de su mayor le parecía casi objeto de burla por lo rojo que estaba.

—¿Cómo estás? —preguntó aun con la mirada puesta en la pizarra.

Levantó ambas cejas del asombro. No se creía que en serio Baekhyun estuviera intentando entablar conversación con él. Jamás le pareció relevante, aunque no lo veía de la misma forma que YiFan o Chen, nunca le interesó demasiado mantener una reacción demasiado buena con su compañero. Chanyeol no fue nunca de despreciar a nadie en lo absoluto, todo lo contrario; él en comparación con todos sus amigos era el más educado y prefería mantener una buena imagen. Era bueno.

—Aburrido, ¿y tú?

—Estoy bien. —hizo una mueca, algo parecido a una sonrisa

—¿Y qué me cuentas?

—Ehm... números. —Baekhyun se regañó en el interior por el soso comentario falto de humor— ¿Y tú?

—Letras.

Respiró hondo. Volteó su cabeza viéndole por fin a la cara. Se notaba tranquilo, pero eso era más que obvio, el socializar era su fuerte. En cambio Baekhyun tenía suerte con tener un pequeño grupo de cinco amigos.

—¿Hiciste la tarea de Aritmética?

—Sí, la hice. —respondió el pequeño con toda seguridad.

«Ahora me la pediría, yo me negaré y entraremos en discusión, sacando a flote lo que es.»

—¿En serio? Lo imaginé de ti.

«¿Auch?» Baek hizo una mueca un poco ofendido.

—Oh, no era por molestar, solo decía porque yo no entendía nada, con las justas si hice algunos rayones para que el profesor me diga esfuérzate más.

El más pequeño aguantó una burla entre los dientes. Era cómico que estando en preparatoria, casi listo para rendir un examen para la universidad, no lograra resolver unas simples ecuaciones que hasta para él habían sido poco complicadas de efectuar.

—Eso es el colmo.

—Hey, no es mi culpa no ser un aplicado al estudio. —A Baek no le molestó el término, el evitar el término nerd no era muy educado, pero tampoco algo que celebrarle. Estaba acostumbrado a recibir ese calificativo.

—Eso te dolerá después.

—Claro que no, no estudiaré nada que tenga que ver con horrorosos números.

—¿A qué te dedicarás?

—No sé. Música, diseño, quien sabe.

Ahí Baekhyun sí dejó escapar una risa. Era muy gracioso imaginárselo de cantante en un futuro. Contarles a sus hijos que esa persona que aparecía en la televisión era la misma que le hizo bullying durante su preparatoria. Con quien compartió banca y por quien ganó los bellos comics que estarían en ese entonces guardados bajo llave. Sería una buena anécdota que contar luego a su descendencia.

—¿De qué te ríes?

—No es nada, solo me imagine algo.

—¿Qué cosa?

—No es nada;

—¡Byun, Park! —una voz enojada los interrumpió. Ambos volvieron sus miradas a la pizarra. La maestra no se veía feliz. —Si tanto conversan es porque saben, ¿no? Vamos, pasen la frente y expliquen la clase.

—Profeso;

—Ahora. —repitió aún más enojada cortando todo tipo de refute a su palabra.

No tuvieron opción. Los dos se levantaron de su asiento caminando hasta la pizarra, quedándose de pie dándole frente al resto de sus compañeros. El mayor con la cabeza agacha mirando únicamente sus zapatos, más avergonzado que nunca. El otro sin darle importancia de más a la situación. No era la primera vez que lo regañaban por no prestar atención.

—Empiecen. —ordenó la mujer con el ceño fruncido.

Estaban en problemas. Baekhyun no sabía de qué estaban hablando, no se fijó el tema que estaban impartiendo ni por casualidad. Se regañó mucho, eso le pasaba por hablar en clase. Por sentido común por lo menos debió revisar la pizarra entre sus palabras.

—Disculpe, maestra.

—¿Sí?

—¿Cuál es el tema de hoy?

A la señora se le formó una sonrisa casi malévola en el rostro. Parecía disfrutar lo que estaba a punto de decir. —Relaciones íntimas con conciencia. Díganme ustedes qué piensan, ¿antes o después del matrimonio?

De acuerdo, nunca más volvería a hablar en clases, nunca.

{*}

No diré que tembló, que se puso nervioso, ni que el pulso se le aceleró al acercarse, porque estaría mintiendo. Sehun solo tomó su maleta, colgando una de las asas en su hombro derecho y con la frente en alto se aproximó por detrás a su mayor.

—Xiao Luhan, ¿no? —El mencionado asintió sin voltear, metiendo el último de sus libros y cerrando su mochila. Aunque pudo percibir algo familiar en aquella voz le restó importancia.

—¿Necesitas algo?

Su voz fue inexpresiva, sin emoción. Solo anotaba en su cabeza los quehaceres que en casa le faltaban por terminar. La ropa no saldría sola de la lavadora.

—¿Quisieras ayudarme? Me dijeron que eres bueno en biología.

—Depende, ¿qué días?

Aun sin emoción. Haciéndose el difícil, volteó. Las palabras se atoraron en su garganta cuando vio ese rostro. Y no pudo hacer otra cosa que golpearse, desangrarse y maldecir al mundo mentalmente por la mala suerte que tenía al elegir justo ese día para discutir con Tao y estar de mal humor justo en ese preciso momento.

Oficial, la escena ya no podía parecerse a ninguna de las que Luhan había maquinado en su cabeza. Su encuentro especial y de película que incluía tropezar en el pasillo y caer en sus brazos, conectando sus ojos y enamorarlo con la mirada no se cumpliría.

¿En serio tenía que ser esa su primera conversación? Que desperdicio. Maldijo el momento en el que a su príncipe se le ocurrió hablarle junto a su carpeta y no en medio del patio para que el resto del mundo se detuviese. Que falta de sentido romántico tenía el menor.

«¿Podría ser este un sueño? Oh Sehun me habla. ¡Alguien, ahora, pellízqueme!»

 


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