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Popular, nerd; lo mismo. por Baozi173

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—Benditas y hermosas, —resalten el sarcasmo— madres que con su frase «Deberías salir un poco más» te dejan fuera de la casa justo cuando va a iniciar el maratón de Batman por cable que esperaste toda la semana; lo único por lo cual te dignaste a entrar en la cocina y casi quemar todo solo por preparar las tradicionales palomitas dulces que tanto te gustan…

—Así que te botaron de tu casa...

—Sí.

—Y viniste a verme...

—Sí.

—Esperando que te recibiera...

—Sí.

—¿Y cómo te salió eso?

—¡Yah, Baekhyun! ¡No sabía que a ti también te habían sacado a la fuerza!

Minseok gruñó maldiciendo su mala suerte e imaginando que en esos precisos instantes el televisor, en vez de emitir una maravillosa saga, estaría reproduciendo la colección de novelas en video de su madre del primer al quinto tomo.

—¡Oh! Tao me respondió —anunció el menor con su celular en mano.

—¿Sí, qué dice?

—No quiere recibirnos en su casa, pero ofrece ir al cine.

—Suena mejor que quedarnos el resto del día en tu pórtico.

—De acuerdo, nos espera en taquilla a las cuatro en punto.

{*}

—¿A qué hora empieza la película? — preguntó Chanyeol mientras se metía su emparedado a la boca, masticando casi todo de una sola vez.

—Cuatro y media. —Le contestó Sehun mirando con los ojos achinados la comida de su amigo y como se le escapaba un poco de corteza de pan por la esquina de la boca.

—Oh, entonces tenemos tiempo son las... —revisó su celular— Recién las tres.

—Sí, lo sabemos, pero... Te diré esto con la mayor delicadeza posible... —Kai intervino en la conversación con total serenidad— Empiezas a comer como una persona decente y dejas ese estilo de recién bajado del cerro o me niego a salir a algún lado contigo.

Los otros tres presentes; Kris, Suho y Chen, apoyaron la idea entre risas y continuaron las burlas hacia el aludido. —Pero en serio, —interrumpió Sehun— mirar como ese salvaje traga me dio hambre así que... Chen, como dueño de la casa y anfitrión, aliméntame.

Tsk, ‘stoy en na’a. Mis padres solo me depositaron dinero para que sobreviva el mes, mi nevera está vacía.

El menor hizo puchero lanzándose sobre la cama apretando su estómago.

—Tranquilo, querido ser inferior a mí, podemos ir a comprar algo rápido para que no mueras.

Todos celebraron el gesto. —Pero lo pagará Suho, no pienso gastar mi presupuesto.

—Ya decía que era bueno como para ser verdad. —Kris no se sorprendió con las palabras de Jongdae.

—No pienso pagar nada. —dijo Junmyeon.

—¡Y podríamos aprovechar la casa vacía y tener fiesta!

—No pienso pagar nada. —repitió el mayor.

—¡Sí! ¡Fiesta! ¡Fi-fi-fi-fiesta!

—Sigo son aceptar.

—¡Fiesta! ¡Fiesta!

—¿Nadie me escucha?

—¡No! —Le contestaron— ¡Fiesta! ¡Fiesta!

Y solo por si acaso, no va haber fiesta.

{*}

En algún supermercado dentro del mismo centro comercial donde verían la película, Kai analizaba con esmero las dos opciones, concentrando toda su atención en si llevar las frituras de papa saladas o picantes.

—Y sigo sin querer pagar.

Suho cuidaba el carrito de compras mientras los demás lo llenaban desmesuradamente. Seguían ignorando lo que uno de ellos venía repitiendo hacia una hora atrás. Kris y Chen se desaparecieron por el lado de los cereales entre charla y charla. Chanyeol con los audífonos puestos y dando pasos rítmicos se perdió por el lado de los electrodomésticos. Y en el pasillo de los lácteos iban Kai y Sehun refrescándose con el frío que se desprendía de los refrigeradores. 

Y Suho seguía esperando.

—¡Oh, mira! —Jongin gritó alertando a quien lo acompañaba, el cual llegó a su lado de inmediato.

—¿Qué pasó?

—¡Mira! Por todos los cielos. –señaló.

—Que bellezas.

Ambos se quedaron admirándose a sí mismo en el extenso espejo del pasillo. Cada uno puso sus manos a la cadera modelándole a su reflejo.

—Solo mira este cuerpazo.

—Estoy más manoseable que cualquiera.

—¿A quién no enciendo con estas caderas?

—Labios sin igual, dignos de saborear.

—Esta cintura, ¿has visto una igual?

—Tienen suerte de tener figuras tan sensuales.

—¡Obvio!

—Sino, ¿a quién admirarían?

—En este mundo llenos de ratas de camp-

—¡¿QUIEREN APURARSE?!

Una voz conocida interrumpió. Suho llegó enojado y cansado a recogerlos. Se estaban volviendo a reunir de par en par; YiFan, Jongdae, Sehun, Jongin y Junmyeon... espera.

—Nos falta alguien... ¿alguno ha visto al orejón?

—No.

—¿No, nadie?

—No.

—Ya fue, seguro lo encontraremos luego. –dijo Kris.

Todos asintieron, ¿novedad? El carrito de compras estaba repleto. Demasiada comida digerible y chatarra se había acumulado, junto con muchas bebidas de diferentes colores.

—Ahora, Suho, saca tu tarjeta. –ordenó Chen.

—No.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Te dije desde el inicio que no pagaría nada.

—¿En qué momento?

—Todo el camino.

—¿En serio? —el contrario asintió por última vez mientras que Jongdae lo fulminaba con la mirada varios segundos. Rindiéndose al final al no recibir resultados— De acuerdo, dejemos esto aquí. ¡Vámonos!

Restándole total importancia dejaron todo lo reunido abandonando entre el pasillo de limpieza y ropa. Ya alguien por ahí, algún joven querría hacer una fiesta y se encontraría con todos los perfectos elementos. Se habría evitado todo el cansancio y proceso que les tomó treinta minutos a seis personas. 

—Un momento, ¿treinta minutos? —murmuró uno en voz alta— Kai, ¿qué hora es? –preguntó Sehun.

—Cuarto para las cinco...

«¡ESPERA! ¿QUÉ?» Gritaron todos, cruzando miradas y echando a correr, ya eran quince minutos de retraso.

{*}

—¡Al fin llegan! ¡¿Tienen idea de que hora es?!

Chanyeol después de perderse en el supermercado y quedar solo entre los pasillos de verduras y frutas decidió ir primero a la taquilla y esperar a sus amigos. Se mantuvo ahí buen rato, ignorando la mirada desaprobatoria de la señorita que atendía hacia su presencia. Claro, contaba con que a estos se les olvidara revisar el tiempo que estaban invirtiendo.

—¡No hay tiempo! ¡Solo entren ahora!

Fueron a comprar los boletos lo más rápido que pudieron, para luego entrar como almas que se las lleva el diablo a la sala correspondiente. Tropezando de vez en cuando entre sí, yéndose de cara al suelo y levantándose de inmediato. Entonces fue cuando la mala suerte los alcanzó, y hablo del grupo de seis que estaba llegando. La mayoría de asientos estaban llenos, habiendo solo algunos en las dos últimas filas, y para colmo no estaban juntos. Todos estaban repartidos.

El acomodador los llevó a los lugares vacíos y sorpresa, sorpresa.

—Creí que estaba lleno. Pero aquí hay tres asientos vacíos. —Chen señaló burlón a Baekhyun, Tao y Minseok.

—Esto debe ser una broma. —soltó enojado el menor de los tres.

El ambiente era absoluta y pura tensión por parte del trío de marginados. Kai, Sehun y Suho se sentaron detrás de los últimos mencionados, a la derecha Kris y Chen y a la izquierda Chanyeol, solitario y regañado como castigo por haber sido el último en caerse momentos antes de ingresar.

Podría decirse que se escuchó el rechinar de los dientes. Aunque a los recién llegados no les importó, todo lo contrario, fue como si no existieran en ningún sentido, solo se acomodaron en los lugares desocupados sin darle la más mínima importancia a esos. Claro que no les duró mucho. Aquello no fue nada educado, mucho menos lo que les vino después. Al terminar los avances la película había iniciado, primero una introducción a los créditos y la historia comenzaba. Al principio todos prestaban atención a los hechos, pero como ya era predecible, el cine es prácticamente una excusa para evitar el aburrimiento hogareño y hacer unas travesuras sin consecuencias. O al menos para ellos sí.

—Se están inclinando mucho, pónganse más allá.

Primero fueron solo un par de golpecitos, que en solo segundos fueron dando intensidad volviéndose patadas a los asientos del frente. Tao no quiso voltear. Ni siquiera pareció notar las sacudidas, estaba muy concentrado en lo que vino a ver que no dejó siquiera que el hecho de que Chen estuviera a su lado masticando como trituradora lo molestara. Seguido a él estaba Baekhyun, el cual con el ceño fruncido se limitaba a mirar la pantalla. Sabía que si volteaba terminaría gritando, y con eso podía estar seguro que se arrepentiría después. Suficiente tenía su conciencia con los recientes acontecimientos. Y al último estaba Minseok, hundido en la silla, saltando cada vez que su asiento se movía, asustado e ideando alguna manera de reaccionar que no atrajera mucho la atención ni lo hiciera quedar como un total tonto en frente de su amigos, sus enemigos y toda la gente del cine.

—Hey, ¿por qué no voltean?

—¿Miedo?

—¿Vergüenza?

—¿Complejo de inferioridad?

—Podemos arreglar eso.

Los susurros notan susurros, nada mejor para ver una película que un montón de clones diciéndote cosas al oído, soltando su aliento sobre tu cuello.

—Maldita sea, cállense.

Tao habló sin cambiar su posición, metiendo una mano de palomitas en su boca en cuanto terminó de gruñir su frase. —Uy, el niño se molestó. Deberíamos hacer silencio, luego nos acusarán.

Ironía, clásico.

Ahí fue cuando Sehun se levantó de su silla, aburrido de la trama de la película fue a la tienda del establecimiento a traer las palomitas, dulces, y todo lo que se les olvido comprar por entrar tan apurados. Pagó con su dinero, ya luego les pediría la compensación a sus amigos, y en caso de que no quisieran pagarle tenía nuevas razones para chantajearlos y pedirles algún favor. Ya que, obligar a Suho a que le dé su comida unos cuantos días no lo iba a matar. ¿A quién le hacen daño las fresas frescas bañadas en chocolate en un día soleado?

Él volvió en menos de diez minutos. Todos compartieron una sonrisa malévola. Sehun vino con la siguiente arma. Entonces todo empezó a volar. ¿No se les ocurrió algo más infantil? No pararon durante media hora, cuando ya se le hubo terminado las municiones. Entre las que estaban en el suelo, en la cabeza de estos tres jóvenes de su delante y en sus estómagos se sumaban los tres potes que compraron. Todo coronado con los envoltorios de las golosinas sobre sus cabezas. ¿Acaso no se cansaban? Una hora y cuarenta y tres agobiantes minutos tuvieron que pasar para que toda esa tortura acabara. Todos recogieron sus envases vacíos y se dirigieron a la salida.

—Esto fue lo más ridículo que he vivido. —murmuró Minseok.

—¡Hey! A mí me gustó la película.

—No está hablando de eso, Tao –explicó Baekhyun— Todavía no entiendo como lograste concentrarte. Yo me perdí luego de que el primer ataque galán fuera eliminado.

—Nadie mató a nadie, Baekhyun.

—Entonces de que ese hombre raro se largara y dejara a la protagonista tirada.

—El protagonista era él, no ella.

—Entonces… ¿acaso vimos la misma película?

—Ahora lo estoy dudando. —El menor seguía metiéndose palomitas a la boca.

—Te dije que debías comprarte unas más pequeñas, no las más grandes que habían disponibles, Tao.

—Déjame en paz. ¡La comida nunca es desperdicio! —lo defendió Baekhyun. El mayor suspiró en respuesta. No dijo nada más, pues él también se había excedido comprando el vaso más grande de gaseosa, y ni con la mitad pudo terminar.

—Ya me estoy aburriendo. ¿Qué hacemos?

—No lo sé, ¿quieren ir a los juegos mecánicos? Hay unos en la segunda planta.

—De acuerdo. De todos modos mi madre no creo que me abra la puerta hasta la hora en que saquen la basura a la calle. —Todos voltearon, cambiando de dirección para ir a la siguiente parada.

—Podríamos;

Oh, dulce desgracia.

Detrás de ellos venían otros seis chicos ya conocidos. Y sin tomar en cuenta su presencia al voltear, Minseok derramó toda su bebida encima de Jongdae. En realidad no se notaba mucho, la gaseosa era transparente y su ropa negra. Casi imperceptible, pero importante para el contrario.

—¡¿Qué acaso no ves por dónde vas?! —gritó Chen.

—Lo siento. —Minseok se quedó estático.

—¡Una disculpa no me lava la ropa!

¿Qué haces en un momento decisivo?

—¡Hey! ¡¿Quién te crees para gritarle de esa manera?! ¡Fue un accidente!

Ponerte a la defensiva.

—¡¿Y tú que levantas la voz?! —Kris gritó.

—¡Cállate! —Baekhyun entró en la pelea.

—¡Cállate tú! —Jongin siempre tan educado.

¿Acaso no pueden mantener su rivalidad en el instituto?

—Ya que fue un accidente... Esto también lo será.

No, claro que no. Chen tomó una la gaseosa de las manos de Chanyeol y la vertió en la cabeza del más bajo. Minseok se estremeció al sentir el líquido recorrerle todo el cuerpo.

—¡Idiota! —gritó con el cuerpo temblando por el frío que le recorría el torso. Su playera pasó de ser blanca a un tono rosado por el color rojizo de la bebida. Kris, Chanyeol y Suho echaron a reír sin parar.

—¡¿Cómo les puede parecer divertido esto?! —gruñó Tao.

—Ten algo de sentido del humor. —sugirió Sehun soltando una sonrisa.

Tao, reuniendo todo el valor y rencor del mundo, tomó el envase de palomitas y la estrelló en la cabeza de YiFan, dejándola encajada hasta su cuello, escurriéndose varias por sus hombros, entrando algunas por el cuello de su camiseta.

Todos abrieron la boca de sobremanera por tal acción. Kris solo atinó a quitarse el pote de encima, mostrando su rostro rojo de ira y una mirada tan enfurecida que hasta en sus propios amigos causó un escalofrío intenso.

—Me pregunto si eso fue buena idea. —susurró Baekhyun.

Jongdae y YiFan parecían a punto de explotar, Minseok temblaba, Tao mantenía mirada fija en los otros seis, Baekhyun se mordía las uñas, todo mientras el resto reía como si su vida se fuera en eso.

—Disculpen, jóvenes, los gerentes piden que se retiren, asustan a los demás clientes y su conducta no es apropiada para un lugar público. —un trabajador del cine se les acercó totalmente pacifico con los brazos cruzados, sosteniendo un pequeño paño en su mano derecha.

—¡Ellos empezaron! —chilló Kris.

—Le pido que no me levante la voz, joven.

—¡No mientas! — habló Minseok por fin.

—Si se resisten tendremos que sacarlos por la fuerza.

Todos hicieron un silencio absoluto...

—¡No pueden hacer eso!

Tampoco duró mucho. ¡Nada dura con estos!

—¡Somos fabulosos clientes! ¡No pueden hacer esto!

—¡¿Desde cuándo son fabulosos?!

—¡Tú cállate y limítate a mirar!

—¡No! ¡ Tú cállate que a mí no me habla así!

—¡Lo único que veo son un montón de cavernícolas!

—¡No pasaría esto si no fuera por ustedes!

—¡¿Nosotros?! ¡No se quiten la culpa!

—¡Sí! ¡Alteradores de la paz! ¡Mira mi ropa!

—¡Paz mis chanclas! ¡Aprende a lavar, mocoso mimado!

—¡Sí sé lavar, intento de roedor!

—¡Apuesto que ni sabes que es una lavadora!

—¡SEGURIDAD!

Tres hombres altos y corpulentos llegaron a la escena al momento exacto en que el encargado terminó de gritar enojado,  pero aun manteniendo esa sonrisa tan amable. No se veían para nada amigables. No creo que se pueda negociar con personajes salidos de un libro policial en donde todos son las víctimas y la sangre sale despedida por todos los lados posibles, ¿o sí?

Con una impresionante fuerza tomaron cada uno tres chicos y los llevaron tirando del borde de sus ropas hasta la salida, sacudiendo al final sus manos como si al no hacerlo se les fuera a contagiar lo ordinario de estos niños malcriados.

—¡Perfecto! Lo que faltaba, que nos veten del cine más cercano. ¿Qué acaso no tienen compasión? ¡Moriré! —se quejó Sehun.

Seis pares de ojos fulminantes cayeron sobre los tres chicos que perdieron la suerte de tener seguridad en los espectadores del establecimiento. Ahora en medio de la calle seguro serían asesinados en cuestión de segundos.

—Ya empezó con su berrinche. —murmuró Minseok.

¡Pero morirían con dignidad!

Chanyeol abrió la boca a punto de gritar todo lo que se cruzaba por la mente en esos momentos, frases que tal vez no sería bueno repetir luego cuando se cuente esta historia. Hay personas con mentes sensibles por ahí andando que podrían escuchar. Pero Kai lo detuvo posando su mano sobre sus hombros, haciéndolo voltear a verlo.

—Vámonos, se hace tarde, yo te ayudaré a lavar tu ropa, Chen.

O tal vez no.

—Gracias, Kai.

Se dieron la vuelta en sincronía, comenzando a andar hacía la parada de autobuses que quedaba a unas dos cuadras más allá de donde estaban parados. Se formó un aire de desconcierto alrededor de Minseok, seguido por Baekhyun y Tao.

—¿Qué pasó? ¿No nos iban a pegar? Estoy confundido.

Tao ladeó la cabeza intentando entender qué cambio en los diez minutos entre que los sacaron del cine por la fuerza y el segundo en que se encontraron todos en la calle. Sin embargo, lo único que quedó del mal rato fueron esas siluetas alejándose de poco en poco. Achicándose mientras caminaban más en dirección opuesta a ellos.

—Uno no puede ser malo todo el tiempo, cansa. — susurró Suho para sí mismo sin dejar que nadie más escuchara lo que salía de su boca.

{*}

—¡Kai, mi ropa huele a algo que no es mi sensual cuerpo!

—Kim Jongdae, o te callas o dejo este jabón y te pones a lavar tu solo que yo tengo mejores cosas que hacer que estar escobillando en la lavandería de tu casa. –gruñó Jongin echando la escobilla de ropa al agua llena de espuma y burbujas.

—Lo siento. —el mayor agachó la cabeza cual perro regañado.

La ropa fue tratada tres veces. Pero a Chen no le convenció el resultado. Su playera y pantalones fueron a parar al cesto de ropa que su madre iba a donar a la caridad en cuanto volviera a casa.

—Eres demasiado quisquilloso, ¿te lo han dicho?

—Sí, pero también soy hermoso, sensual, bello y inmortal.

—¿Así me veo cuando hablo de mi hermoso cuerpo?

—Sí, ¿por?

—Creo que botaré los espejos de mi casa. Si me veo tan estúpido como tú será mejor evitar mi reflejo por el resto de mi mortal vida.


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