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Naughty Heart por xlhsmlkt

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Notas del fanfic:

Advertencia: Los nombres que aquí aparecen pertenecen a sus dueños/empresa y han sido utilizados para puro entretenimiento.

Notas del capitulo:

¡Hola a todxs! Espero estén teniendo un rico domingo♥.

Pues de nuevo vengo aquí con otro proyecto así que discúlpenme ustedes, pero no puedo apagar mi mente TT TT. 

De nuevo les estoy trayendo un ChanBaek así que por favor, ámenlo y denle mucho amor, ¿sí? Me harían sumamente feliz♥.

Para esta historia me estuve inspirando en algunas canciones y ciertas imágenes hermosas ;m;, al final del capítulo les dejaré algunos enlaces de las imágenes para que se den un poco la idea de lo que he imagino, aunque bueno, cada quien tiene su manera de imaginar y recrear la historia en su mente♥.

Cuando estuve escribiendo, estás fueron las canciones que escuche:

1. EVANESCE - Super Junior
2. Tender Love - EXO (♥)
3. Sweater&Jeans - Super Junior D&E
4. Playboy - EXO K
5. EL DORADO - EXO K

Y algunas canciones de GAEKO, realmente tiene muy buena música ese hombre♥.

En fin, no les quito más el tiempo y pasen a leer♥.

PD. De antemano disculpen algún error ortográfico orz.

Capítulo 1       Mr. Conceited

 

Abrí los ojos y jadee frustrado, parándome como resorte de mi cama. No me importo si dejaba las sabanas revueltas en la cama o en el suelo, debía apurarme.

—      ¡Maldito! No timbraste —  mire acusadoramente a mi reloj despertador, corriendo rumbo a mi armario para tomar el primer conjunto que vi de ropa.

Hoy, después de haber llegado temprano toda la semana a la escuela, estaba a punto de llegar tarde.

—     Joder. Mamá, ¡¿por qué no me despertaste?! — Grite cuando escuché a mi madre hacer ruido en la cocina, mientras metía mis piernas dentro de los jeans, pero tan pronto como lo hice, una mueca de disconformidad se formó en mis labios — Joder, ¿por qué no quieren subir?

Fruncí mis cejas y di saltos en un esfuerzo porque estos subieran por mis piernas. No comprendía, ¿por qué estaba batallando? Si era los que siempre usaba, ¿acaso subí de peso?

¡No! ¡Se encogieron! Gritó una voz en mi interior cuando finalmente pude abrocharlos luego de unos segundos, en los cuales, tuve que contener el aire. Debería cambiarlos, pero ya era tarde y eran los únicos que tenía limpios en el armario.

—      ¡BaekHyun! El desayuno está listo — la familiar voz femenina de mi madre se escuchó al otro lado de la puerta, haciéndome refunfuñar. Aunque quisiera, no tenía tiempo para eso.

—      ¡Olvídalo, ya voy demasiado tarde! — Respondí metiendo mi cabeza y brazos dentro de mi playera negra a rayas azules. Había optado por esa debido a la manga corta, pues desde temprana hora ya hacía mucho calor allá afuera.

Cuando terminé de vestirme, tomé mi mochila a toda prisa junto a mi estuche donde tenía mi equipamiento de fotografía, sin siquiera darme un vistazo al espejo o lavar mi rostro. Realmente se me hacía tarde y no podía entretenerme más, o el profesor no me dejaría entrar a la clase.

—      ¿Pretendes irte sin desayunar? —  Escuché la pregunta de esa misma voz cuando salí de la habitación. — El desayuno es el alimento más importante del día BaekHyun, puedes sentirte mal si te lo saltas — entre a la cocina y puse los ojos en blanco, al escuchar como daba inicio su sermón en cuanto a la salud.

—      Llegaré tarde a clases si me pongo a desayunar, aunque sería muy diferente si me hubieras despertado a tiempo — dije en tonó de reproche, caminando hasta la zapatera que estaba a un lado de la puerta de la casa, tomando mi par de vans azules.

—      Al menos llévate esta manzana, me preocupa que vayas sin haber comido algo — alcé la vista y suspiré al ver como mi madre tenía la mano extendida hacía mí, con una manzana verde entre sus palmas. Ella era una tramposa, sabe cuánto me fascina esa fruta.

—      La comeré en el camino — me acerque a ella dejando un pequeño beso en su frente, mostrando una tenue sonrisa — gracias.

 

Cuando me aleje un poco, ella se acercó de nuevo a mí, dando un par de besos tronados a mis mejillas, entrándome el impulso de limpiarlas con el dorso de mi mano. Pero cuando vi su mirada amenazante puesta en mí, decidí que no valía la pena arriesgarme a que me diera un golpe. Más valía un poco de saliva y colorete rojo en mis mejillas, que un pellizco en mi brazo.

 

—      Que tengas un buen día hijo, y prométeme que comerás algo en la universidad, ¿sí? — asentí y abrí la puerta de la casa para salir de ella, no sin antes volver a despedirme de mi madre.

 

Ahora lo que me tocaba hacer, era rezar a todos los santos y poner toda mi fe en ellos, esperando que mi bebé no fallara.   

 

 —      Betty, sabes que eres mi único amor, así que por favor, no me falles. — Rogué en voz alta, abriendo la puerta trasera de mi Thunderbird verde menta de los años cincuenta para colocar mis cosas dentro — Si enciendes, prometo que te llevaré a lavar este fin de semana en lugar de comprar una nueva lente para mi cámara.

Mordí mi labio con nerviosismo en el momento justo que entre a mi auto, incrustando con torpeza la llave dentro del switch, esperando que no fallara.

—      Vamos, vamos — cerré los ojos y suspiré. Cuando mi mano giro junto a la llave, y escuché el sonido de la banda del motor trabajar con normalidad, mi alma pudo estar tranquila — ¡Muchas gracias hermosa!

Sonriente, acaricie el volante de Betty para mostrarle mi gratitud y, sin esperar a que el tiempo siguiera avanzando, me dirigí a la universidad.

 

(«»)

 

Pude respirar con normalidad, cuando frente a mí, estaba la puerta del estacionamiento de la universidad. Sin esperar a más, entre con Betty esperando a que el lugar que siempre usaba, estuviera libre, pero para mí desgracia, no fue así. 

Con un dolor en mi pecho, avancé en aquel pequeño camino rumbo a los últimos lugares del estacionamiento. Esa jamás había sido una opción para mí, y menos ahora, que estaba por llegar tarde a clase.

Añadiendo el hecho de que el sol daba con todo sobre esos lugares, desde tempranas horas de la mañana.

—      Lo siento, prometo más tarde venir a cambiarte de lugar — acaricié el tablero y lancé un suspiro. Si había otra cosa que odiará más que llegar tarde y estacionarme en estos lugares, era el sol que daba de lleno contra la pintura de Betty, pues eso provocaba que esta se estropeara.

Pero sin querer retrasarme más, estire mi brazo al asiento trasero del auto, y tome el estuche de mi cámara junto a mi mochila, para salir de ahí.

Al momento que mis pies tocaron el pavimento del estacionamiento, comencé a correr entre los autos con dirección a mi aula. Mientras más aceleraba mis piernas y me acercaba al edificio de mi especialidad, más reconfortante era la sensación de gloria y victoria. Llegaría tarde, sí, pero existía la posibilidad de que el profesor aún me dejara entrar.

Cuando estuve a punto de salir del estacionamiento, escuché el rugido de un motor cerca, pero no le presté atención, pues toda mi concentración estaba anclada al edificio frente a mí y a no llegar tarde a mi clase.

Siendo eso, un gran error.  

Sin poder captar en que momento, el rugido del motor se intensifico al grado de que era molesto para mis oídos, por lo que sin pensarlo, gire mi cabeza en la dirección de dónde provenía ese ruido, logrando apreciar la motocicleta que se dirigía a mí sin ninguna intención de detenerse. Por un segundo me quede paralizado sin saber qué hacer, pero cuando le vi más cerca, logre despertar de ese letargo y rápidamente me lance a un costado cayendo de lleno contra el concreto, escuchando después el chirrido de unas llantas y un crujido.

—     ¿Pero qué…? — Cuando logré despabilarme un poco, me levante del suelo y lancé un quejido al sentir un ardor atravesar mi brazo derecho, dándome cuenta de la gran raspadura que había sobre mi piel. — ¡Aprende a manejar pedazo de imbécil! Casi me atropellas — dije mirando al conductor de la motocicleta ponerse de piel, pues también había terminado en el suelo junto a su motocicleta.

—      El imbécil que no se fijó eres tú, ¿acaso nunca te han dicho que tienes que mirar a los costados antes de atravesar un cruce de vehículos? — Resople al escucharlo, observando como sacudía su chamarra de cuero, mientras yo intentaba de mirar su rostro a través del casco que estaba usando, pero me fue imposible.

—      No soy un imbécil, además no puedes ir a alta velocidad en el estacionamiento. Idiota — No resistí más y lo insulte. Cuando lo hice, indudablemente llame su atención, pues comenzó a acortar su distancia de mí, caminando con determinación y arrogancia. 

—      ¿Y no te dijeron que no debías salir de repente entre los coches? Por tu culpa se estropeo la pintura de mi moto y justo ayer la mande a pintar, ¿cómo pagaras el daño? — Abrí mi boca al escucharlo, enarcando una ceja sin poder creerlo. Ese tipo casi me atropella, ¿y pretendía cobrarme la pintura de su moto?

—      ¿Qué? Estás loco si crees que pagaré la pintura de tu estúpida moto, al contrario, tú eres quien debería pagarme a mí el médico — hice una pausa y tome una bocanada de aire, tratando de relajarme, pero me fue imposible — ¡Por tu culpa raspe mi codo! Me duele, y si no lo trato, puedo morir por una infección — termine de decir, tratando de que ese metro ochenta y tantos de altura, no me intimidaran.

—     ¿Acaso estás comparando tu codo con mi moto? — Preguntó, y sin pedir permiso, tomo mi brazo herido con su diestra, acercándome a él — ¡Por favor! Por esto no te morirás — trate de soltarme de su agarre, mirándolo con más coraje.

—      ¡Tú qué sabes! — alcé mi voz caminando al lado contrario de él en un nuevo intento por zafarme, pero fracase cuando vi como levantó el visor de su casco, observando su mirada.

Su oscura e intensa mirada que estaba puesta en mí.

—      Puede que no sepa mucho, pero de esto no morirás — de reojo vi como metió su mano al bolsillo de su chaqueta. Al ver eso, tuve el impulso de salir corriendo de ahí, pero me fue imposible moverme siquiera un milímetro a causa de su penetrante mirada.

¿Quién era él? Preguntó mi mente, mientras mi piel se erizaba cuando nuestras miradas se conectaron.

—      Pues tu moto tampoco dejara de funcionar por un rasguño — respondí sin apartar mi mirada de la suya. Me era difícil sostenerla, pero no me dejaría vencer por él.

—      Tal vez no, pero en definitiva cuesta más que curar tu insignificante codo — sonreí con sarcasmo, contando hasta diez con mis ojos cerrados. Quería explotar en ira contra él y su engreída actitud, pero me contuve cuando sentí como algo suave era envuelto en mi codo lastimado.

Abrí los ojos volviendo mi mirada a mi brazo, sorprendiéndome al ver como ataba una pañoleta color vino sobre la herida.

—      ¿Qué estás haciendo? — Pregunte cuando soltó mi brazo, sintiéndome extraño ante esa acción amable, pues no lo había sido desde que nos habíamos encontrado.

—     Lávate la herida o entonces sí perderás tu brazo, además — detuvo sus palabras, anclando su mirada con la mía una vez más —  Más te vale que no te vuelvas a atravesar en mi camino, pues al parecer tú sólo generas problemas —  escondió su mirada tras el visor de su casco, caminando de regreso a su motocicleta, la cual levantó para montarse en ella e irse de ahí, sin decir palabra alguna más.

Fue difícil evitar que mi mente no se llenara de preguntas y dudas. ¿Qué había sido eso? Pero lo más importante, ¿quién era él? No conocía a todos los estudiantes de la universidad, pero podía asegurar que nunca lo había visto en mi vida.

—    Eso fue tan extraño — musité llevando inconscientemente mis dedos sobre aquella pañoleta, dando un leve quejido al presionar la raspadura.

En ese momento, fui capaz de volver a la realidad,

¡La clase!

Observé la hora en mi reloj de muñeca, teniendo un péquelo ataque de histeria al ver que faltaban sólo diez minutos para las nueve de la mañana. No, ¡no podía ser cierto!

Había perdido la clase.

—      Maldición. ¡Sí te vuelvo a ver te voy a matar imbécil! — Grite a todo pulmón en dirección al lugar en donde ese hombre había desaparecido. Sabía que era inútil gritar si él no estaba ahí, pero no podía quedarme con las palabras ahogadas en mi garganta.

—      ¿A quién mataras por imbécil? — di un salto al sentir como un par de brazos rodearon mi cintura, y una voz susurró quedamente contra mi oído — Por cierto, ¿sabías que Bob Esponja está de moda?

Suspiré y traté de que ese par de brazos de piel morena, dejaran de aferrarme hacía su cuerpo.

—      ¿De qué estás hablando JongIn? Y ya suéltame que esta posición es un poco embarazosa — respondí entre quejidos cuando su abrazo logró rozar mi codo herido —     ¡Yah, suéltame!

—      ¿Por qué es una posición embarazosa? Sólo estoy dándote un abrazo, hyung — volví a escuchar su molesta risa contra mi oído, por lo que giré mi rostro hacía atrás, encontrándome con la sonrisa burlesca en sus labios — Y hablo de que Bob Esponja luce completamente sexy sobre tu trasero.

En ese momento, JongIn dejó de rodear mi cintura, dándome la oportunidad de girar sobre mis talones, quedando frente a él. Cuando mis ojos lo miran, entrecerré mis parpados sin entender aun a que se refería, pero eso cambio cuando sentí su mano palpar mi trasero, llegando a mí, el repentino deseo de que la tierra se partiera en dos, y me tragara.  

—      Dijiste… ¿Mi trasero? — cuestione, esperando a que fuera una broma de mal gusto.

—      Sí, un lindo y gordo trasero cubierto por unos bóxer de Bob Esponja, hyung — cerré por completo mis parpados, y lleve mis manos a la parte trasera de mi pantalón.

Sentí pavor de sólo imaginar que lo que estaba pensando, pudiera volverse realidad.

Respiré tratando de calmarme, pero cuando fui capaz de sentir la tela de algodón de mis bóxer bajo la punta de mis dedos, me di cuenta que mi peor pesadilla se había vuelto realidad.

Mis pantalones se habían roto.

 

—      ¡Mierda! — Maldije y de inmediato cubrí mi trasero con mis manos, lamentándome por haber llevado esos vaqueros justamente ese día —  Joder, ¡joder! La culpa la tiene ese hijo de… ¡Arg! JongIn, ¿qué se supone que haré ahora? No puedo regresar a casa y perder más clases, pero tampoco puedo andar así.

Comencé a sentirme histérico, mirando hacía a JongIn como si él me pudiera dar la solución a mi problema. Sin embargo, cuando mi vista se detuvo en su camisa de botones de manga larga cubrir su torso, una idea cruzó mi mente.

—      ¿Por qué me miras así? — Preguntó siguiendo el trayecto de mi mirada, que se posó sobre su camisa — ¿Qué? No, olvídalo, no traigo otra playera bajo de esta así que no puedo prestártela para cubrir tu trasero, lo siento pero no.

—      ¡Por favor JongIn! — Me acerque a él sintiéndome incomodo debido a la rasgadura que atravesaba mi pantalón —  ¿Pretendes que ande así por la universidad? ¡Se van a burlar de mí!

—      Deberías verlo como una oportunidad, tal vez así pesques finalmente algo — respondió entre risas, caminando una vez más hacía mí, rodeando mi cintura desde la espalda con sus morenos brazos —  Te sugiero ir así, ¿qué dices?

Bufé y me cruce de brazos.

—      ¡Olvídalo! Prefiero que vean mi gordo trasero — rápido deshice el abrazo, y camine hacía el edificio donde tenía la siguiente clase, cubriendo mi trasero lo más que pude, ya que ni siquiera mi mochila era capaz de hacerlo.  

—      ¡Espérame hyung! — Dijo JongIn y rápido caminó hasta quedar a mi lado —  Yo no veo nada de malo en darte un abrazo, no sería la primera vez.

Mi rostro se tornó a un color rosado por la vergüenza. Dios, ¿por qué tenía que tener un amigo adicto al skinship?

—      El que no sea la primera vez, no hace que sea menos vergonzoso — le dije a toda prisa, pero él sólo se limitó a negar y, una vez más, se aferró a mi cuerpo cubriendo la rotura de mi pantalón con el suyo — JongIn, por favor, luego creerán que tú y yo tenemos alguna relación.

—      Hyung, ¿sabes cuantas personas desearían que les aferrara de esta manera? No te quejes, disfruta, se la envidia de todos y aunque digas lo contrario, prefiero escuchar eso a que digan que soy amigo del culo gordo de Bob Esponja — como pude y debido a su respuesta, le di un codazo en el estómago provocando que se quejara en voz baja ante la pérdida de aire.

—      Deja de decir que mi trasero es gordo, ¿de acuerdo? — Carraspee aclarando mi garganta, en un intento por ignorar el hecho de que había permitido que JongIn me aferrara de aquella manera.

Conforme caminábamos por los pasillos de la universidad, fui capaz de sentir las miradas de todos, puestas sobre nosotros. Estábamos llamando la atención y lo odiaba, lo odiaba a más no poder. Además, eso no era lo único, pues en el trayecto pude sentir como una que otra persona me trataba de asesinarme con la mirada por el hecho de que JongIn, uno de los chicos más populares de la universidad y mi amigo, me estaba aferrando de esta manera. Incluso llegue a creer que podía leer los pensamientos de esas personas, estando seguro de que la mayoría creía que eras pareja e incluso, amantes.

Frustrado por ello, cerré los ojos y deje que JongIn me guiara por los pasillos.

¿Cómo es que había terminado así? ¡Oh sí! El estúpido motociclista.

Me sumergí en los recuerdos, y me fue imposible el no sentir mi estómago arder en ira al recordar como aquel tipo estuvo a punto de atropellarme, provocando que una cadena de tragedias cayeran sobre mí. Pues ahora no sólo había perdido mi primera clase por su culpa y había raspado mi codo. No, parecía que eso no bastaba pues ahora tenía una lapa pegada a mí, tratando de cubrir mi “gordo” trasero y mi vergonzoso bóxer con estampados de Bob Esponja.

Al parecer hoy me he levantado con el pie izquierdo.

—      BaekHyun, hace rato dijiste que ibas a matar a un imbécil — salí de mis pensamientos cuando JongIn volvió a tomar la palabra  — ¿a quién te referías?

Frente a nosotros, visualice por fin mi aula, por lo que a toda prisa tome las manos de Jongin para que así dejara de abrazarme, porque si seguía haciéndolo, no sé qué terminaría siendo peor, que se burlaran de mi bóxer de Bob Esponja o tener que seguir siendo toda la anatomía de JongIn rozando mi trasero.

Y eso, era más vergonzoso que nada.

—      A un tipo que casi me atropella con su motocicleta en el estacionamiento cuando llegué a la universidad. —  Me di cuenta que con sólo pensar en ese tipo, la tensión en mi quijada fue instantánea — Por cierto, gracias por ayudar a cubrir la rotura de mi pantalón, pero no creo que quiera que vuelvas a hacerlo, es un poco vergonzoso.  

—      ¿Por eso se rompieron tus pantalones? — preguntó entre risas, y me giro hasta que ambos quedamos de frente —  Y que lo digas, siempre es un placer ayudarte BaekHyun, cuando vuelvas a romper tus pantalones llámame, tienes mi teléfono.

—      ¡Cállate imbécil! — lo empuje y gruñí en molestia cuando una socarrona sonrisa se figuró en sus labios — Mejor ve a tu clase que yo también tengo que ir a la mía, no puedo perder otra.

—      Relájate un poco hyung, verás que tu día no puede ser peor que eso — señaló mi trasero y quise ahorcarlo, pero finalmente deje que una muy pequeña sonrisa surcara mis labios al darme cuenta de cuan ridícula y cómica era mi situación — nos vemos después de clases, hasta luego.

Apoyé todo mi peso sobre mi pie derecho y suspire cuando JongIn me dejó solo en el pasillo frente a mi aula. Deseaba con todo mí ser que él tuviera razón y que mi día no pudiera ser peor que esto, aunque francamente, ¿qué podría ser peor que tener prácticamente mi trasero al aire? Absolutamente nada.

—      ¡Que sexy BaekHyun! ¿Cómo es qué tenías ese culo escondido y no me había dado cuenta? — tensé los músculos de mi cuello y rápido cubrí mi trasero con las manos, girando en dirección a la puerta del aula.

—      ¡Oh, jodete KwangHee! — me guiñó el ojo e hice una mueca de asco, pasando necesariamente por su lado para entrar al aula.

Cuando entre, rápido busque con la mirada a todas las personas que estaban dentro, respirando aliviado cuando observé la mata de cabellos castaños y ondulados a unas bancas de mí.

—      ¡JongDae! — Rápido corrí en su dirección, cubriendo mi trasero con mis manos, sintiendo el peso de todas las cosas que me habían pasado desde que desperté.

—      ¡BaekHyun! He estado marcándote toda la maldita mañana, ¿por qué no llegaste a clase, en donde estabas y porque no contestaste tu celular? — respondió poniéndose de pie, caminando hacia mí con sus labios fruncidos.

—      ¡Maldición! Deje mi celular en el auto — quise darme de golpes en la cabeza contra la pared, pero decidí que no podía tener más castigo que este —  Pero eso no es importante JongDae, quiero que me digas que tan serio es esto.

Aparté las manos del trasero, y giré hasta darle la espalda esperando a que me dijera que tan grande era esa rasgadura. No necesite más que escuchar su estruendosa risa, para darme cuenta de la seriedad del asunto.

—      ¡Son los bóxer que te regale en tu cumpleaños! —  Dijo entre risas, por lo que de inmediato cubrí la parte trasera de mi pantalón con mis manos, lanzando una patada hacia él que desgraciadamente esquivó — ¿Por eso no llegaste a la primer clase? ¿Por tus pantalones?

—      Cuando llegué tuve un percance con un motociclista y el resultado fue un codo lastimado y mis pantalones rotos —  resignado, me senté en el asiento que estaba a un lado del de JongDae y coloqué mis cosas sobre la mesa — no sabes lo humillado, avergonzado que estoy, incluso JongIn tuvo que ayudarme y… — hice una pausa, cubriendo mi rostro — Y me abrazo por la espalda todo el jodido camino hasta aquí para que nadie viera mis pantalones rotos, pero fue tan vergonzoso que quería que la tierra me tragase.

—      BaekHyun, ¿es en serio todo lo que me has dicho? —  me preguntó JongDae.

—    Todo es cierto, ¿por qué te mentiría? — descubrí mi rostro y jadee receloso cuando JongDae se tiró sobre su mesa con una risa escandalosa.

Como las cosas siguieran así, terminaría cavando un pozo en el jardín para enterrarme ahí mismo para ya no sufrir más humillaciones.

—   ¡No puedo creerlo! Sólo a ti te pasan estas cosas, ¿recuerdas cuando estábamos en la preparatoria y…? — Antes de que terminará de hablar, cubrí su boca con mis manos y suspiré frustrado.

—      No hay necesidad de recordar mis tragedias, ¿sí? Con lo que me ha pasado hoy es más que suficiente, y ni siquiera he tomado en cuenta que perdí la clase del profesor Jung.

Froté mi rostro desesperado, dejando caer mi frente sobre mi mochila. ¿Qué había hecho yo para merecer esto? ¿Acaso hice algo malo en mi vida pasada, como para pasar por esas situaciones? Porque esa no era la primera vez que pasaba por un momento así de bochornoso.

—      Ah, hablando del profesor Jung...— JongDae hizo una pausa e inmediatamente lo miré en agonía — mañana nos pondrá examen del segundo parcial.

—      ¿Qué, tan rápido? — JongDae hizo una mueca como respuesta y sentí que podría llorar en ese mismo instante.

—      Y eso no es todo, lo peor es que dijo que quien tuviera asistencia perfecta tendría veinte puntos agregados al examen, así que Baek, lo siento por ti.

—      ¡Perfecto, lo que faltaba! — exclamé con sarcasmo.

¿Tanto esfuerzo por ser puntual todo el semestre, para que un tipo viniera y me jodiera todo al final? Di un pequeño bufido en frustración y resistí mis ganas de tirarme por la ventana en ese mismo instante.

—      Oh, por cierto, tenemos nuevo compañero de clases. Un transferido.

Lancé una mirada llena de sorpresa a JongDae antes de apoyar mis manos sobre mis muslos, procesando lo que había dicho. ¿Alumno nuevo? ¿A mitad de semestre? Eso sí que era completamente extraño, ¿en qué momento había llegado alguien nuevo y yo no me había dado cuenta? Estiré mi cuello y observé a cada uno de mis compañeros, pero todos son rostros conocidos. Los mismos de siempre.

—      ¿Un nuevo compañero a mitad de semestre? — Pregunté de nuevo, para asegurarme de haber escuchado bien. Él asintió con un movimiento de cabeza — ¿Dónde está? ¿Quién es?

—      No tengo idea, no llegó a clase, al parecer llegará a esta hora — hice una mueca curiosa, mirando a JongDae.

—      Sólo espero que sea alguien agradable, porque si es alguien hinchapelotas, no sé si seré capaz de aguantarlo el día de hoy.

—      Ya supera lo que te ha pasado — me respondió en el preciso instante que un profesor entro al aula, dejándome confundido por su presencia — ¡Ah! Se me olvido decirte que a la maestra Kang le dieron incapacidad el día de ayer y ese profesor estará dándonos las clases que restan en el semestre.

Lento, giré mi rostro al frente y me fue inevitable no sonreír al ver aquella blanca y flamante dentadura que adornaba el rostro de ese hombre. Era el profesor más joven de la carrera, Lee DongHae, quien era famoso entre el alumnado por esa resplandeciente sonrisa con la que nadie podía negarle nada. Él sabía que esa era su mejor arma para obtener lo que quería, para maravillar a las personas y yo, no era inmune a su encanto.

—      Buenos días chicos, soy el profesor Lee DongHae y vengo a suplir a la maestra Kang lo que resta del semestre. Así que vayan a sus asientos ya que daremos inicio a la clase, aunque hoy solamente nos dedicaremos a formar nuevos equipos y a definir un proyecto final que les encargare para esta última unidad de fotografía documental.

JongDae soltó un silbido largo, por mi parte, incliné mi cabeza hacía él, haciendo el mismo gesto.

¿Proyecto final, equipos nuevos?

—      Primero pasaré asistencia así que les suplico que todos permanezcan en su lugar hasta entonces.

Tan pronto como el profesor Lee comenzó a pasar lista, decidí que nada más me era interesante, por lo que giré mi rostro en dirección a la ventana, teniendo el panorama completo del estacionamiento frente a mis ojos. De inmediato, mis labios hicieron una mueca al ver un vehículo de doble llantas a la distancia.

Era la moto de ese tipo, estaba seguro.

—      Buenos días profesor, ¿puedo entrar? — una ronca voz hizo eco en el salón, interrumpiendo al profesor Lee antes de que pronunciara mi nombre al estar pasando lista.

Con curiosidad, eche un vistazo al frente, sintiendo como mi garganta se resecó al ver la imagen de aquel hombre de más de metro ochenta de altura, vistiendo pantalones negros ajustados, una playera negra junto a una camisa a cuadros roja de manga larga, que cubría sus largos brazos por completo.

Que sexy, pensé en mis adentros. Ladee mi rostro paseando mi mirada por todo su cuerpo, en una especie de atracción magnética que me impedía dejar de observarlo. Como si una fuerza invisible me estuviera jalando hacía él, sin darme la oportunidad de negarme.

—      Ese ha de ser el nuevo — escuché decir a JongDae, pero a esas alturas mi mente estaba muy lejos de ahí.


Tratando de ser discreto, elevé mi vista unos pocos centímetros por su cuerpo, quedando maravillado por aquel cabello teñido en un color gris oscuro, despeinado por completo en lo que parecía ser un intento por llevarlo hacía atrás, que le daba un toque elegante. No obstante, cuando decidí observar su rostro, mis ojos se quedaron anclados sobre aquel par de orbes oscuros e intimidantes. No tarde mucho en poder reconocerlo.

Ese era el tipo que estuvo a punto de atropellarme… Mierda.

Inmediatamente me arrepentí de haber pensado que él era sexy… ¿En que estaba pensando?

—      Byun BaekHyun — escuché mi nombre ser pronunciado, pero no fui capaz de captar de dónde provenía esa voz — ¿Byun BaekHyun?

De nuevo fue pronunciado, pero no fui capaz de reaccionar en el momento que esa mirada intimidante se posó sobre mí, ampliándose más sus ojos al darse cuenta que era yo. Al parecer, él también estaba sorprendido de verme.  

—      ¡BaekHyun, el profesor está llamándote! — el grito de JongDae sobre mi oído provocó que me levantará de mi asiento de una sola vez, debido al susto.

—      ¡Presente! — Dije a todo pulmón, alzando mí brazo mirando al profesor.

—      Que lindos calzoncillos Baek — una voz masculina se dejó escuchar al fondo del salón, provocando que mis compañeros estallaran en risas avergonzándome. En ese instante sentí mi rostro caliente, por lo que no dude ni un segundo en sentarme de nuevo, ocultando mi rostro detrás de mis manos rompiendo el contacto que nuestras miradas habían mantenido. Pero aun así, me sentía observado. 

«Trágame tierra» pensé y me encogí en el asiento reprendiéndome por haber olvidado que mis pantalones estaban rotos.

—      ¡Tranquilos chicos! Ya cálmense — separé los dedos de mi mano, atreviéndome a mirar al frente, observando únicamente al profesor Lee, agradecido por su intervención — y usted joven Byun, no se desconcentre— asentí a sus palabras avergonzado, mirando como ahora se dirigió a aquel hombre que no dejaba de mirar en mi dirección — puedes ir a sentarte, en un momento te presento a la clase.

A duras penas escuche las últimas palabras que el profesor pronunció y con la mirada, seguí a esa persona caminar por el aula en busca de un banco. Pronto tragué saliva y sentí mi corazón acelerarse al darme cuenta que el único lugar que estaba libre era el que estaba al otro costado de JongDae. Demasiado cerca de mí.

—      Chicos, como podrán ver ha llegado un nuevo compañero a la carrera — pronuncio el profesor sosteniendo una carpeta entre sus manos — él está viniendo en programa de intercambio desde Nueva York.

Al instante que el profesor dijo aquellas palabras, un cuchicheo se extendió por todo el aula quedando todos sorprendidos. Incluso yo lo estaba.  

—      Su nombre es Park ChanYeol, trátenlo bien y háganlo sentir como en casa — el maestro terminó de presentar a mi nuevo compañero y continúo pasando la lista.

Sintiéndome un poco inquieto, me removí sobre mi asiento y giré con discreción hacia JongDae, viajando mi vista un poco más allá, topándome con el perfil de Park Chanyeol, quien observaba directamente al frente, ignorando con descaro todas las miradas que le estábamos dedicando. O eso creí, hasta que capté como observaba en mi dirección, por el rabillo del ojo.

—      ¿Pasa algo BaekHyun? — JongDae recorrió su silla hasta quedar a escasos centímetros de mí, preguntando a mi oído.

—      Ese es el tipo que casi me atropelló esta mañana —  escupí las palabras con un pequeño sentimiento de ira y no pude evitar mirar de nuevo hacía él.

—      ¿Es en serio? — Sus cejas se alzaron casi hasta el nacimiento de su cabello y también giró con discreción hacía ChanYeol — Parece un chico rudo, ¿ya viste sus orejas? — musité un no e inmediatamente puse mi completa atención a ellas.

Tan pronto las vi, el gran tamaño de sus orejas pasó a ser segundo plano cuando fui capaz de ver parte de su cuello a través de la gran expansión que tenía en el lóbulo de su oreja. Concentrándome un poco más en ese extraño, inicie un recorrido con mi vista a lo largo de ese cuello, descubriendo una parvada de pájaros dibujada a lo largo de su piel que se desvanecía en el inicio del cuello de su playera. Aunque no quisiera aceptarlo, ver ese dibujo es como si estuviera viendo una pequeña pieza de arte en tonos azules, verdes y demás combinaciones que lo hacían lucir realmente bien. Sin embargo, a pesar de ello, un escalofrió recorrió mi cuerpo a modo de alerta. No me gustaba relacionarme con ese tipo de personas más de lo necesario, y Park Chanyeol no sería la excepción.

—      Ahora sí chicos. Como sabrán, la maestra Kang no vendrá lo que resta del semestre y a ella se le dificultaría mucho el estar a cargo de ustedes a la distancia — tomó la palabra el profesor, por lo que decidí ver al frente. No quería seguir perdiéndome en las formas del cuello de ese hombre — por lo que yo terminaré de darles el curso y para calificarlos, les encargaré un proyecto en el que apliquen todos sus conocimientos.  

—      ¿De qué trata el proyecto, profesor? — preguntó JongDae con una curiosidad que yo compartía.

—      Se trata de crear un documental a base de fotografías. Ustedes escogerán el tema, será libre. Una vez que lo hayan escogido, deberán encargarse en crear una exposición en el cual explicaran una historia con todas esas fotografías.

Mire con fascinación al profesor Lee cuando escuché su idea. Con sinceridad me sentía emocionado, era algo perfecto y original, y no podía esperar a iniciarlo.

—      ¿Y nosotros formaremos los equipos? — esta vez pregunte yo, esperando un poco ansioso la respuesta.

—      No, yo seré quien formará los equipos ya que no quiero arriesgarme a que no trabajen o que uno de los dos trabaje más que el otro. Además, de esta forma espero que puedan aprender a lidiar con cualquier tipo de gente para cuando entren al mundo laboral.

Cuando escuche la respuesta, no me quedó de otra más que implorar a mis adentros para que JongDae y yo quedáramos en el mismo equipo. Él era el único en este mundo que comprendía mis ideas y que podía trabajar a mi ritmo. Así que pensar que pudiera trabajar con alguien que no fuera él, era simplemente inconcebible.

—      Ya tengo formados los equipos, cuando pronuncie sus nombres levanten el brazo y cámbiense de lugar para quedar sentados por parejas — el profesor Lee comenzó a decir las instrucciones y de inmediato me puse nervioso.

Tenía un mal presentimiento.

—      JongDae, si no quedamos juntos, vamos con el profesor Lee para solicitar cambio, ¿de acuerdo? — Mire a mi amigo con un deje de súplica en mis ojos. De antemano sabía que él nunca podría negarse a esa mirada.

—      Sí Baek, pero tranquilo, ¿quieres? Quedaremos juntos como siempre.

Vi una sonrisa tranquilizadora formarse en los labios de JongDae, y por un instante me relaje. Pero cuando logre ver aquella silueta moverse a un lado de mi amigo, sentí como todo se fue al carajo. Tenía el presentimiento de que ese hombre haría el resto de mi curso insoportable, tan sólo esperaba estar equivocado y que las cosas no fueran así.

—      El primer equipo estará conformado de KwangHee y Choa — inmediatamente las quejas se dejaron escuchar en el aula ocasionando que el rostro del profesor Lee se endureciera — no habrá cambio de ningún tipo. Desde ahora se los digo así que no se esfuercen siquiera en querer convencerme, así que si me dan oportunidad, seguiré nombrando a los equipos.      

JongDae y yo nos miramos por un instante, sabiendo desde ya que sería imposible pedir un cambio si no quedábamos juntos.

Pensarlo, ocasionó un dolor en mi cabeza, el cual aumentó junto a mis nervios conforme los nombres eran pronunciados y las sillas eran arrastradas. Mi nombre y el de JongDae no salían, pero por alguna razón el nombre de Park ChanYeol tampoco lo hacía. Joder, no quería hacer equipo con él, no quería tener que relacionarme más con él.

—      El penúltimo equipo estará conformado por Kim JongDae y Kim MinSeok así que por favor, reúnanse en equipo.

Sí, podía decir oficialmente que mi día estaba siendo un completo desastre, nada estaba saliendo como yo quería y el que JongDae hiciera equipo con otra persona lo comprobaba, pero lo peor no se quedaba ahí. Cuando voltee a mis alrededores y me di cuenta que ChanYeol no tenía equipo al igual que yo, tuve deseos de morir.

—      Lo siento BaekHyun, lo siento en verdad — escuché las condolencias de JongDae antes de que tomara sus cosas junto con su silla, para ir al otro extremo del salón en donde su nuevo compañero de equipo le esperaba.

—      Y finalmente, el ultimo equipo estará formado por Byun BaekHyun y Park ChanYeol — lancé una mirada de odio al profesor arrepintiéndome de haber caído en sus encantos — ahora que están todos los equipos formados, júntense y comiencen a compartir ideas de que proyecto presentaran.

Suspiré hondo y traté de acomodarme el cabello durante unos segundos en un intento por calmar mi ansiedad. Pero cuando miré de nuevo hacía ChanYeol, me di cuenta que eso sería imposible de lograr, a menos de que él dejara de verme de esa manera tan intimidante.

—      ¿Por qué me miras así? — me arme de valor y le pregunto sin obtener respuesta. Resople y masajee mis sienes. — Sé que no te agrado y tú no me agradas, pero mientras más rápido hagamos esto, será mejor, ¿no lo crees?

Lo observé durante unos segundos más, esperando a que acercara su silla hasta donde yo me encontraba, sin embargo noté que no estaba moviéndose, por lo que sentí un revoltijo de desagrado en mi estómago, así que opté por moverme yo y acabar rápido con esto.

Pero nada iba a ser fácil, pues aún tenía el problema en mis pantalones. Tratando de ser lo más silencioso que pude, aferré mis manos al asiento de mi silla y comencé a dar pequeños saltos con ella hasta que la distancia entre ChanYeol y yo, fue menor.

—      ¿Por qué no puedes actuar como alguien normal? — Preguntó y enarque mi ceja con indignación.

—      ¿Perdón? ¿Quién es el raro aquí? — Contraataque refiriéndome a su expansión y tatuajes al mismo tiempo que me estire para tomar mi mochila. — No creas que he olvidado el incidente de la mañana.

Mire a ChanYeol cruzarse de brazos, y en sus labios pude ver que estaba formándose una sombra de sonrisa, tomándome por completo con la guardia baja, provocando que mi piel se erizara.

¿Qué mierda me estaba pasando?

—      Tampoco lo olvido y no creo que alguien en esta aula pueda olvidar lo de tus calzoncillos tampoco, ¿por lo regular eres así de problemático? Si es así no quiero acercarme a ti.

Abrí mi boca y me sentí ofendido al escuchar lo que me había dicho. Las ganas de pelear y atacarlo fueron grandes, pero preferí guardar silencio y conté hasta diez, pues no podía perder la calma contra ese hombre.

—      Mi día se arruinó cuando te cruzaste en mi camino — dije tratando de escucharme duro, con toda la intensión de herirle con ellas.

—      Lo mismo digo — respondió regresándome las mismas palabras, molestándome al instante, pero tuve que contenerme pues aún tenía un tema que tratar con él: mis pantalones.

—      Mira ChanYeol, ¿por qué tenemos que pelear? — suspire y de reojo note la camisa a cuadros que trae puesta. Esa podría ser la solución al problema… Si tan sólo pudiera quitársela.

—      Porque tú y yo somos completamente diferentes, así que propongo que hoy pensemos un tema para el trabajo aunque dudo que podamos estar de acuerdo en algo.

¡Dios Mío! Dame paciencia.

Después de ese último intercambio de palabras, ninguno de los dos dijo algo más propiciando que un silencio incomodo se formara entre los dos.

Yo siempre me he considerado como una persona tranquila, relajada y que solía ser muy fácil de llevar, pero este hombre tenía algo que me hacía querer dar pelea, es como si de alguna manera me sintiera amenazado por su presencia, como si en mi subconsciente el letrero de PELIGRO se encendiera con luces parpadeantes y una sirena se activara para poner todos mis sentidos en alerta. Posiblemente eso sea porque estuvo a punto de atropellarme, sin embargo… No estaba seguro.

—      Chicos, acabo de recibir un mensaje de que tengo que presentarme a una junta urgente, mañana seguiremos con esta actividad y quiero que para ese entonces tengan una idea clara de lo que harán. Por ahora pueden salir, la clase a finalizado — el chirrido de las sillas arrastrarse por el suelo incremento y de un segundo a otro vi como ChanYeol se puso de pie y camino rumbo a la salida del aula. No podía dejar que se fuera así.

Sin pensar dos veces más en ello, me puse de pie tomando todas mis cosas y rápidamente camine entre las bancas del aula para alcanzarlo, pero ese tipo parecía que corría en lugar de caminar, ¿cómo es que ya me llevaba metros y metros de distancia?

—      ¿A dónde vas BaekHyun? — escuche a JongDae preguntar y yo sólo le hice un gesto con la mano de que regresaría.

Eso espero.

—      ¡Hey tú, espera! — comencé a andar más a prisa por los pasillos, dificultándose esa simple tarea por el hecho de que mis manos tenían que cubrir mi trasero. — Demonios, ¿acaso esta sordo? —  me pregunté y tome una bocanada de aire empezando a correr hacia él hasta que logre coger su mano en un rápido movimiento, y lo jale hasta que ambos entramos al baño, cerrando la puerta con seguro detrás de mí.

—      ¡¿Qué te pasa?! — preguntó con voz alzada, pero lo ignore y me asegure de que estuviéramos solos en el baño. Cuando lo comprobé, me quite la mochila de mi espalda, la coloqué sobre el mármol del lavabo, respirando hondo.

—      Tú, dame tu camisa — estiré mi mano hacia él esperando a que me entregara la prenda, pero lo único que obtengo es un gesto en confusión — ¡Rápido! Que no puedo andar por toda la escuela con el pantalón roto por el trasero, ¿sabes que tú has sido el culpable de esto? — me giré y mostré la rotura de mi pantalón por un segundo antes de volver a estar frente a él.

Chasquee mi lengua cuando se cruzó de brazos, mirándome con una intensidad tal, que por un instante creí que mis rodillas temblaron. Pero no podía retractarme ni dejar que él me ganara.

—      ¿Acaso yo tengo la culpa que hayas traído un pantalón que a leguas se nota que te queda pequeño? — Abrí los ojos un poco más debido a sus palabras. ¿Acaso ese tipo estaba loco? Joder, ¡¿cómo se atrevió a decir aquello?!

—      ¿Estás diciendo que estoy gordo? — Me acerqué a él con intensión de golpearlo o hacer algo, no obstante, cuando llegue a escasos diez centímetros de él, me detuve al escuchar la pequeña risa ronca salir de sus labios. Fue imposible no sentir escalofríos, e inmediatamente me reprendí por el efecto que esa risa tuvo en mi cuerpo.

—      ¿Gordo tú? — Cuestionó inclinando su cuerpo hacia adelante, provocando que la distancia entre los dos fuera mínima. Sin verlo venir, mi pechó vibró cuando la palma de su mano se posó sobre mi abdomen, palpándolo un poco — yo diría que es lo contrario, aunque creo que tu culo sí es grande y eso explicaría porque tus jeans se han reventado.

Mordí mi labio inferior con fuerza al escuchar sus palabras, lográndome distraer de responder al haber dejado su mano sobre mi abdomen. Tenerlo así me ponía nervioso, por lo que tragué en seco y permití que mi mirada curiosa se deslizara sobre su cuello. Tenerlo tan cerca me daba la oportunidad de ver con toda plenitud el tatuaje que adorna su piel, quedándome boquiabierto al notar que el tatuaje de las aves no era el único que cubría su piel, pues ahora podía notar la sombra de varios más, por el cuello desacomodado de su playera.

—      Dejemos de hablar de mi culo y dame tu camisa que no soporto que se rían de mí — cuando me recupere del letargo, pronuncie esas palabras tratando de mantener mi cabeza en alto y mi voz completa. Cosa que se dificultaba a cada momento cuando percibí un aroma dulce y fresco envolver gentilmente a ese hombre.

Dios, ¿por qué me haces esto a mí? ¿Por qué justo ahora mi cabeza tenía que comenzar a tener esa clase de pensamientos acerca de ese tipo? Es simplemente inaceptable.

—      ¿No te cansarás, cierto? — Preguntó y sin esperar respuesta de mí parte, dio un profundo suspiro y cerró sus ojos unos segundos — De acuerdo, tú ganas.

Un revoloteó de emoción se dejó sentir en mi estómago al escuchar sus palabras. Por un instante sentí que mi día estaba mejorando ya que no tendría que cuidarme el trasero al caminar por los pasillos. Sin embargo, cuando ChanYeol se quitó la camisa frente a mí, el revoloteo fue bajando lentamente hacía mi vientre bajo.

Dios…

Di un paso atrás para poder observar los brazos de ese hombre, dándome cuenta que no sólo su cuello y parte de su clavícula estaban tatuados. Con detenimiento, observe la piel de sus brazos estar completamente llena de diseños y de esa tinta permanente, dejando muy poco de su piel libre de esa sustancia. No dudaba que su pecho y espalda también estuviera tatuada. Darme cuenta de ello, hizo que una vez el sistema de alarma de mi cerebro se activara, lanzando código rojo. Ese hombre tenía tatuada la palabra Peligro literalmente en uno de sus brazos, y yo no podía dejar pasar eso por algo, era una advertencia.

—      De acuerdo, joven Byun — sus labios se movieron lentamente, permitiendo que mi apellido se escuchará en un tono tan bajo y ronco que por un momento me cuestioné si había escuchado su voz o había sido mi imaginación — espero que con esto dejes de revolotear como una mariposa a mi alrededor por un segundo y me dejes tranquilo.

—      Yo no revoloteo a tu alrededor — en movimientos lentos, cubrí mi cuerpo con mis brazos como si tratara de crear un escudo para protegerme de él. No podía negar que empecé a sentirme intimidado y eso no pasó desapercibido para él.

—      ¿Qué, ahora me tienes miedo? — Preguntó en una lentitud tortuosa que me distrajo de sus verdaderas intenciones.

En un movimiento que no vi venir, pasó su camisa detrás de mí, aferró las mangas entre sus manos y haló de la prenda hacia él ocasionando que inevitablemente mi cuerpo quedara literalmente pegado al suyo de una forma tan íntima que fui capaz de sentir la anatomía de su entrepierna rozando sin tabú alguno uno de mis muslos.

—      ¿Qué estás…? — quise preguntar, pero mi lengua se trabo.

—      No debes ser tan confiado — sentí su aliento chocar contra mi oído y sin poder ordenar a mi cuerpo lo contrario, mis parpados se cerraron — ¿Cómo se te ocurre encerrarte conmigo en el baño y a solas? ¿Cómo sabes que no soy algún violador o un delincuente?

Mordí mi labio tratando de que un jadeo no saliera de mis labios cuando movió un poco sus caderas hasta que estas rozaron un poco con las mías. ¿Qué me estaba pasando?

—      ¿Lo eres? — pregunte con algo de torpeza abriendo mis ojos, mirando hacia abajo, perdiéndome en la tela negra de su playera que se unía a la mía.

—      Para tu desgracia, no — murmuró contra mi cuello y exhaló profundamente ocasionando que su respiración me hiciera cosquillas.

Me sentí agradecido porque no fuera alguna de esas dos cosas, pero no por ello me sentí más tranquilo.

—      ¿Entonces porque has hecho esto? — Cuestioné con el rostro completamente acalorado al darme cuenta de lo que acaba de pasar… Al darme cuenta de cómo me hizo sentir con ese simple roce.

—      Nada en especial — Murmuró sus palabras llevando sus manos muy cerca de mis caderas. Tragué saliva y sentí mi corazón sacudirse con violencia contra mi pecho cuando amarró las mangas de su camisa, ocasionando que la presión en mi vientre bajo aumentara— listo joven Byun, y si me permites, tengo mejores cosas que hacer.

Su mirada estaba anclada a mí con profundidad mientras avanzaba hacía la puerta. Cuando vi que cruzó esta, sentí que mis rodillas perdieron fuerza, por lo que tuve que aferrarme al lavabo para evitar caer.

—      Maldición, ¿qué ha sido esto? — Alce mi rostro para observar mi reflejo en el espejo y casi me dieron ganas de ahogarme con la llave de agua al ver mis mejillas tintadas en un color rosado que me llenó de vergüenza.

Él era un extraño y no vacile en encerrarme con él en el baño, pero aun así mis intenciones eran buenas, ¿por qué tenía que hacer eso para probar su punto? ¿Por qué tuvo que prácticamente restregar su cuerpo contra el mío? Mi corazón estaba batallando en volver a la normalidad de sólo pensarlo.

—      ¡BaekHyun! ¿Estás aquí? — Escuché la voz de JongDae y abrí el grifo de la llave. Rápido, tomé una buena cantidad de agua para lavar mi rostro e intentar alejar el tono rosa de él — ¡Aquí estabas! ¿Estás bien? Acabo de ver a Park salir del baño por lo que creí que podrías estar aquí, ¿te ha hecho algo? ¿Por qué no volvías?

Me di vuelta en mi lugar para quedar frente a JongDae, mostrando una pequeña sonrisa en mis labios mientras las gotas de agua se deslizan por mi rostro, sintiendo a mi flequillo humedecerse.

—      ¡Deja de preocuparte tanto! Estoy bien, y mira — señale la prenda que cubría mis caderas tratando de mantener la sonrisa — conseguí que me prestara su camisa para que ya nadie más pueda ver mis calzoncillos.

—      ¿Lo conseguiste así de fácil? — Preguntó sin creer mucho en mis palabras.

—      Así de fácil, no tenía por qué ser de otra manera — respondí a toda prisa y tome mis cosas mirando a JongDae — mejor vamos que la siguiente clase comenzará dentro de poco, ¿sí? No quiero tener más problemas el día de hoy.

—      Esta bien, vámonos.

Mientras caminamos por el pasillo rumbo a nuestra siguiente clase, no pude de sacar de mi mente sus tatuajes, su mirada y su aliento chocar con mi piel. Indudablemente ha causado un efecto en mí y eso no me gustaba… Él no tenía derecho a causarme esto.

Cuando damos vuelta en el pasillo, me detuve y respire profundo al toparme con unos ojos negros clavados en mí, empezando a tener el presentimiento de que ellos no me dejarían en paz.

Tení el presentimiento de que Park ChanYeol será mi nuevo dolor de cabeza. 

 

Notas finales:

¿Y? ¿Les gusto? ¿Debería seguir o retirarme? ¿Debería dejar de escribir e irme al exilio :c? Espero que no lol.

Últimamente he tenido problemas de confianza al escribir y es horrible, pero bueno, hago lo mejor que puedo♥.

¡Oh! Aquí les dejo unos enlaces: 

http://fc05.deviantart.net/fs71/f/2014/068/5/1/chanyeol_with_tattoos_____by_orosaiha-d79jpf4.jpg

http://orig14.deviantart.net/427a/f/2014/081/e/0/tattooed_but_elegant__by_orosaiha-d7b6abo.jpg

https://40.media.tumblr.com/1f2c9c7f5dcb46e747f514f6fad06e2c/tumblr_nn0gx0QXeC1up90zgo1_500.jpg

Baek:
https://pbs.twimg.com/media/CInhctEUMAAeSlr.jpg:large

Con esto me he inspirado para ChanYeol&BaekHyun♥, así que espero puedan visualizarlo.

Y creo que es todo por ahora. En ese momento estoy empezando a recrear el segundo capítulo y estaría viniendo en unos días.

Si les ha gustado no duden en comentar, recuerden que un comentario suyo hace feliz a esta escritora chafa, principiante y obsesionada con el ChanBaek :c.

Nos vemos pronto corazones♥.

PD. Si gustan, pueden agregarme a Tumblr (exotictrend) y a Twitter (@jkvyam)♥.

xoxo♥;

 


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