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El Sendero de la vida por Fullbuster

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Naruto Uzumaki


 


Abrí los ojos con una gran pereza y es que me dolía muchísimo la cabeza. Ni siquiera recordaba cómo acabó la fiesta. Lo último que recordaba de todo lo de anoche fue que estaba bebiendo con Madara y con Sasuke cerca del bar, pero nada más. Creo que me estaba gastando bromas su abuelo.


Me desperecé y estiré un poco los brazos hasta que uno de ellos dio contra algo. No sabía muy bien el qué porque yo siempre dormía solo. Toqué con mis dedos y creo que era pelo… ¿Podía ser que el perro de la abuela de Sasuke se hubiera colado en mi habitación? No estaba seguro y seguí palpando hasta que algo me golpeó la mano de forma violenta como indicando que parase de hacer eso y me quejé. Encendí la luz sobresaltado encontrándome a Sasuke durmiendo a mi lado desnudo y fuera de las mantas.


Pegué el mayor grito de mi vida y al tratar de alejarme de él me caí por mi lado de la cama dándome un buen golpetazo mientras Sasuke al haber abierto el ojo y verme gritar, se había asustado igual que yo y empezó a gritar también, aunque claro… él no se cayó de la cama.


Me parece que semejantes gritos debían haberse escuchado en toda la casa y nos costó un rato calmarnos, desde luego no esperaba verle desnudo en mi cama o bueno… en la cama de la habitación que muy amablemente nos había dejado su abuela. Se suponía que debíamos tener un respeto, por lo menos podía dormir vestido.


- ¿Quieres darme un paro cardíaco o qué te pasa? – me preguntó tratando de recuperarse del susto.


- Eres tú el que quieres darme un infarto. ¿Cómo se te ocurre dormir desnudo y pegado a mí… aparta tus intimidades de las mías – le dije enfadado.


- Pues no decías lo mismo anoche.


Miré la cama revuelta, me miré a mí mismo desnudo también y cogí con rapidez la sábana tirando de ella con tanta fuerza que arrastré a Sasuke hasta tirarlo por el otro lado de la cama. Escuché el golpe por el otro lado pero no me importó, ahora sólo me importaba tapar mi desnudez.


- Estás loco, completamente loco – me dijo enfadado.


- Eres tú el que está loco, te has aprovechado de mí – le dije susurrando para que no nos escuchase la familia discutir.


- ¿Qué yo me he aprovechado? Por favor… te tiraste tú encima de mí y además… no vi que te opusieras.


- Estaba fuera de mí, había bebido.


- Yo también bebí, no es mi culpa que no sepas moderarte cuando bebes.


- Oh perdóname… es posible que no esté tan acostumbrado a la bebida como tú – le dije enfadado y él frunció el ceño.


- ¿Me estás llamando alcohólico? – me preguntó enfadado y me di cuenta que había metido un poco la pata al no expresar bien lo que quería decir.


- No he dicho eso o no quería decir eso.


- Me voy a desayunar, te veré abajo.


- Vale – le dije sonrojado y me tapé aún más con la sábana.


- Oh por favor Naruto… que ya te he visto desnudo, deja de taparte tanto, que no tienes nada diferente a mí.


- Prefiero que mi cuerpo permanezca lejos de tus ojos si no te importa, yo no recuerdo haberte visto desnudo y mucho menos haber hecho…


- Sexo – me dijo – se llama sexo.


- Eso – le dije sonrojado y al ver que no se marchaba le grité – lárgate ya.


Sasuke se marchó de la habitación con rapidez metiéndose en el baño a cambiarse. Mentiría si no dijera que le había mirado el trasero desnudo cuando iba hacia el baño, pero es que a él no parecía importarle que le viera desnudo, no como a mí, que me importaba. Realmente había estado con otro chico, no fue la mejor experiencia de mi vida precisamente y no quería contárselo a Sasuke. Tampoco sabía cómo había sido mi experiencia con él porque no lo recordaba. No podía decirle algo así.


Me quedé allí en el suelo tapado con la sábana y lo único que me atreví a hacer… fue abrir la gorda cortina para ver el día qué hacía. Parecía que iba a llover en cualquier momento, todo estaba nublado y cuando Sasuke salió de la ducha ya arreglado y vestido me comentó que se bajaba a desayunar, que no tardase mucho.


Esperé hasta que la puerta se cerró por completo y salí corriendo al baño a ducharme. El agua me vino muy bien pero aún así mi cabeza no dejaba de dar vueltas a lo sucedido. No me acordaba de mucho pero supongo que era posible que hubiera querido estar con Sasuke, llevaba ya unos días que no podía resistirme a dejarme besar, que no podía aguantar las ganas de besarle.


En la mesa para el desayuno estaban todos y Gaara hasta me saludó bien, algo que me sorprendió, parecía que empezaba poco a poco a llevarse mejor conmigo. Me había guardado un sitio a su lado y me senté. Lo agradecí porque casi prefería estar al lado de Gaara antes que al lado de Sasuke.


Anko decidió que podíamos ir al pueblo de compras y así de paso lo veía, aún no habíamos salido prácticamente por las cercanías, habíamos estado siempre en esta isla en la casa de sus abuelos o en las atracciones de hielo que estaban a una hora de aquí. Me gustó la idea de poder ver el pueblo y salimos con la barca hacia allí en cuanto terminamos.


Fuimos todos excepto Fugaku y Madara que tenían cosas que hacer, supongo que trabajo porque los dos eran iguales. Sasuke y yo no nos miramos en todo el trayecto o al menos… no fijamente, cuando él miraba yo giraba la cabeza y cuando yo miraba él se hacía el distraído y miraba hacia otro lado. Creo que esto nos había afectado a los dos, no estaba en nuestros planes llegar tan lejos, no al menos hasta el sexo. Suponíamos que algún beso para fingir pero nada más. ¿Qué íbamos a hacer ahora? Yo ni siquiera me atrevía a mirar a Sasuke.


Llegamos al pueblo y nos repartimos todos por él. Anko dijo que tenía que comprar algo de comida para la casa y Mikoto con una sonrisa decidió ir para ayudarla a traer bolsas y lo que necesitase. Se fueron hablando muy animadamente y nos quedamos allí Sasuke y yo mirándonos fijamente.


- ¿Podemos ir a montar allí? – me preguntó Kiba señalando una de esas máquinas que metías una moneda para que funcionase.


- Yo te llevaré – dijo Sasuke enseguida marchándose con Kiba cogido de la mano.


- Yo… iré a dar una vuelta – le dije marchándome en dirección contraria mientras Gaara, Kankuro y Temari se quedaban con la boca abierta sin entender qué nos ocurría.


Empecé a caminar hasta que llegué a una plaza con una fuente en el centro. Me senté en el borde y miré el agua caer hasta que una mano en mi hombro me sorprendió. Al girarme me encontré con Temari.


- ¿Puedo sentarme?


- Si, claro – le dije sonriendo.


- ¿Qué os pasa que estáis tan raros? – me preguntó – y a mí no me digas que nada. Yo te conté lo del chico que me gustaba, así que ahora te toca – me dijo sonriendo y yo sonreí.


- Me gusta tu primo – le dije y ella sonrió.


- Eso ya lo sé, sino no estaríais saliendo juntos – ahí me vi un poco pillado, era cierto que ellos no sabían lo del trato.


- Me refería a que… me gusta de verdad y tengo un poco de miedo de no ser suficiente para él.


- Sasuke sólo trae a casa a las personas con las que de verdad le interesa algo – me dijo y eso lo sabía… a mí me estaba utilizando para algo, no sabía para qué, pero para algo. – deberías calmarte un poco Naruto, todo va bien, de hecho eres el primero que le cae bien a toda la familia y mira que somos raros para eso, cada cual tiene su preferencia. No creíamos que durases tanto tiempo y menos con las bromas de mis hermanos.


- Son unos angelitos cuando los conoces.


- Sí… pero conocerlos es lo que muchas de las novias de Sasuke no hacían. Eres el primero que te los has ganado. Para Sasuke es importante la familia y sé que tú le importas, aunque a veces pueda parecer frío.


- No lo sé, a veces lo dudo – le dije intentando disimular que realmente… yo no le importaba nada excepto para realizar su plan.


Al final decidimos dar una vuelta cuando Gaara y Kankuro llegaron a la fuente también. No seguimos con el tema para no molestarles a ellos, no hacía falta que todos supieran mis miedos respecto al tema de Sasuke. Seguía pensando que él era un abogado de prestigio, tenía un buen trabajo y cobraba bien… yo no era nada, sólo sería un deshecho, ese del que se podría deshacer cuando dejase de serle útil.


Temari se llevó a Kankuro a regañadientes a la peluquería y es que ella decía que ya hacía falta un corte de pelo aunque Kankuro intentó escaparse un par de veces. Odiaba cortarse el pelo y yo me reí mucho viendo como Temari tenía que llevarlo arrastras. Gaara y yo nos quedamos a solas y nos fuimos a dar un paseo por el pueblo.


A Gaara se le iluminaron los ojos al ver una tienda de animales, más concretamente la de reptiles y le comenté que prefería esperarle fuera mientras él echaba un vistazo dentro. Claro… que en aquel momento llegó Sasuke con Kiba girando la esquina y me faltó tiempo para empujar a Gaara dentro de la tienda con tal de evitar a Sasuke. Me quedé estático en la puerta mientras él miraba cada reptil y sonreía fascinado por todo lo que veía, yo me dedicaba más a mirar por el cristal de la tienda y ver cómo Kiba preguntaba.


- ¿Dónde crees que están? – preguntaba Kiba a Sasuke.


- No tengo ni idea… ese maldito Dobe no sé donde narices se mete – le dijo notablemente enfadado.


- No le llames así.


- Vale, lo siento. Venga busquemos por esa calle a ver.


En cuanto les vi desaparecer por la calle contigua es cuando suspiré de tranquilidad. Me daba mucha vergüenza mirar a Sasuke ahora, ni siquiera sabía si la experiencia con él había sido buena o no… yo sólo recordaba la primera vez y no me gustó nada, no quería repetir algo así. Supongo que tenía miedo por si a Sasuke le había gustado y quisiera repetir otra noche. Si al menos supiera si me había gustado o no quizá no tendría este miedo metido en el cuerpo.


Miré hacia las urnas llenas de reptiles y le comenté a Gaara que mejor le esperaba fuera. Él no dijo nada y siguió mirando esos bichos, yo me marché fuera y me senté en un banco hasta que saliese.


Alguien se sentó a mi lado al poco tiempo y pensé que sería Gaara que ya habría terminado de ver reptiles pero no, era Sasuke y aquello me hizo ponerme rojo como un tomate.


- ¿Me estás esquivando? – me preguntó de golpe – te he visto entrar corriendo en la tienda de reptiles cuando me has visto aparecer.


- ¿Por qué no has entrado si lo sabías? – le pregunté.


- Porque creí que necesitabas algo de tiempo para ti. He preferido darte un respiro. Debías de estar desesperado para entrar a una tienda de reptiles con tal de huir de mí ¿Me cuentas por qué huyes de mí? ¿Es por lo de anoche?


- Sí – le dije – no puedo mirarte a la cara ahora, ni siquiera recuerdo lo que ocurrió.


- Eso duele – me dijo sonriendo – tú y tu sinceridad abrumadora, "Santa verdad" ha vuelto. Decirle a un hombre que no recuerdas como te hizo el amor… eso es doloroso, hiere el orgullo de cualquiera. ¿Tan malo soy en la cama para no acordarte de mí?


- No seas idiota, sabes muy bien que fue por el alcohol.


- Naruto… si hay algo que te preocupa cuéntamelo.


- Me preocupa el hecho de no acordarme. Mi primera vez no fue precisamente la mejor experiencia de mi vida y resulta que la segunda… no la recuerdo. Tengo un poco de miedo al sexo.


- ¿Te hicieron algo la primera vez? – me preguntó y me sonrojé.


- No fue nada del otro mundo – le intenté explicar – salía con un chico y todo iba bien, hasta el sexo al menos.


- ¿Qué ocurrió?


- Al principio todo estaba bien, me gustaba y yo consentí hacerlo pero… cuando llegó el dolor no quise continuar, preferí esperar.


- Déjame adivinar… él no se detuvo.


- No – le comenté.


- Mírame Naruto, yo puedo detenerme si no estás seguro de hacer las cosas y te puedo asegurar una cosa… por los gemidos que dabas ayer, te aseguro que disfrutaste, yo no haré nada que no quieras hacer. Si tu preocupación es si voy a pasarme como aquel chico con el que estuviste… ya puedes quitarte ese miedo. No es mi intención hacerte daño, ni herirte y mucho menos quiero hacerlo contigo si tienes miedo. Me gusta que disfruten conmigo no que se asusten – me dijo sonriendo y sonreí.


- Vale – le dije.


- Venga… busquemos a todos y volvamos a casa.


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