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El Sendero de la vida por Fullbuster

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Yahiko


 


No podía aún creerme que Sasuke… el hijo menor de mis jefes estuviera jugando de esa forma con ese chico. Sabía que todo era un montaje pero aún así… había visto en los ojos de ese chico rubio que se estaba enamorando y no quería que le hicieran daño. Gracias a él mi hijo había vuelto a sonreír, le encantaba estar con él y era tan amable, tan gentil y encima era muy guapo, ese chico con tan solo verlo y haber hablado con él una única vez… ya sentía que quería conocerle más, quería saber de él porque era posible que estuviera frente a la persona ideal para volver a amar, para volver a formar una familia, para hacerle partícipe de mi familia, que fuera el padre de Kiba. Seguramente a mi hijo eso le encantaría y quería intentar que ese chico me diera la oportunidad de conocerle mejor. Quería saber si era el indicado, el que podría robar de nuevo mi corazón y hacer que no me cerrase nuevamente al amor.


Quizá me había pasado al besar de esa forma a ese chico, pero de alguna forma tenía que hacerle entender que Sasuke no era nada suyo, no estaban saliendo, todo era una mentira y yo no estaba dispuesto a dejar que él sufriera solo, yo podía ayudarle a sanar su corazón cómo él podía curar el mío, estaba convencido de ello.


La fiesta estuvo bien, más cuando llegaron Sasuke acompañado de Naruto, fue entonces cuando decidimos darle el regalo a Kiba aunque sinceramente… yo estaba atento a Naruto que hoy estaba radiante de alegría, no sabía el motivo para ello pero acabaría descubriéndolo, no iba a dejar pasar la oportunidad de conocer mejor a ese chico, estaba seguro que era la persona que había esperado toda la vida.


Estuve al lado de mi hijo en la fiesta cuando abrió la caseta de la piscina y se encontró con el “Akamaru” allí metido eufórico por salir y jugar, como todo cachorro… empezaba a correr buscando a la persona que más caricias le hiciera.


El perro acabó al lado de Naruto y yo sonreí cuando vi como lo cogía en brazos con una amplia sonrisa y le acariciaba con dulzura, claro que al ver a Sasuke a su lado con la misma sonrisa… ya no me gustó tanto. No entendía los motivos de Sasuke para hacer algo así a un chico como él, se veía que Naruto era un buen chico, un chico falto de amor y cariño de una familia, pero yo estaba dispuesto a hacer lo que fuera para darle todo lo que necesitaba.


Mikoto comentó de sacar algún tentempié y llamó a su hijo para que le ayudase a sacar las cosas, ese fue mi gran momento para hablar con Naruto, tenía que ser ahora o nunca. No habría muchas ocasiones donde estuviera solo ese rubio así que aproveché para sentarme al lado de él. En cuanto me vio sentarme a su lado, se tensó y supe que recordaba perfectamente lo del beso, era precisamente por eso por lo que estaba tan nervioso y es que seguramente me había pasado, me había lanzado con todo para llamar su atención y ahora debía asumir las consecuencias de mis actos.


- Lo siento Naruto – empecé para tratar de calmarle – sé que me pasé un poco con lo de antes y quería disculparme, no debí haberlo hecho, al menos no sin tu permiso. Sabía que estabas con Sasuke y yo… me lancé. No debí hacerlo.


- Yo… te perdono por eso, de todas formas me lo tomé quizá peor de lo que era, tenías razón en que Sasuke y yo no éramos nada, sólo un trato pero… después de la cena que hemos tenido… voy a salir con él de verdad. Me lo ha pedido y quiero darle esa oportunidad. No esperé enamorarme de él pero ha ocurrido y pese a que pueda equivocarme… quiero equivocarme por mí mismo. Lamento no poder corresponderte pero… siendo sincero, tampoco estas enamorado de mí.


- La verdad es que no estoy enamorado – le dije sonriendo dándole la razón – pero sé que puedo enamorarme de ti, eres tal cual siempre he soñado y quería que me dieras una oportunidad para conocernos. Supongo que mi oportunidad ha pasado, Sasuke se me ha adelantado, pero esperaba al menos que pudiéramos ser amigos.


Nunca se sabía lo que podía pasar en el futuro, quizá Sasuke acabase metiendo la pata con él o puede que Naruto se diera cuenta de la clase de persona que era Sasuke y decidiera dejarlo en algún momento, Sasuke no era para nada el estilo de Naruto, era serio… muy trabajador por no decir que era lo único que le importaba en la vida, seguro que Sasuke no sería su tipo, no podía serlo. Este chico necesitaba algo más, cariño, que estuvieran pendientes de él, salir por ahí de fiesta, tener un trabajo pero que no fuera más importante que él, formar una familia… él quería mucho más de lo que Sasuke estaría dispuesto a darle, jamás se planteó ni siquiera tener hijos y yo ya tenía uno. Cuando Sasuke metiera la pata yo ya habría conseguido lo que quería… estar más cerca de Naruto, conocerle y hacerme una idea de si de verdad era la persona perfecta en mi vida.


Kiba se acercó corriendo y le pidió a Naruto sentarse encima de sus piernas, supongo que la charla que había tenido esa mañana con mi hijo de lo que le parecía Naruto… daba sus resultados, porque él estaba encantado de que Naruto pudiera formar una familia con nosotros aunque claro… la inocencia de los niños era así, no sabía nada de lo que tenía con Sasuke, sólo pensaba en que le gustaría que ese rubio estuviera viviendo en nuestra casa siempre, que estuviera con él todo el tiempo ya que se había encariñado de él.


Era una buena baza que Kiba también me ayudase para que Naruto se encariñase con él, aunque por el brillo de sus ojos podía ver que adoraba a mi hijo, era un gran punto a mi favor.


- ¿Te vas a quedar a vivir conmigo? – preguntó de golpe Kiba y Naruto se sonrojó.


- Bueno… en principio no puedo Kiba, yo tengo mi casa.


- ¿No te gustaría vivir conmigo? – preguntó con sus ojillos de cordero degollado.


- No es eso Kiba, claro que me gustaría, pero no siempre se consigue todo lo que queremos.


- ¿No te gusta mi padre? – insistió mi hijo


- Es muy atractivo pero estoy enamorado de Sasuke, estoy saliendo con él.


- ¿Qué es eso de salir?


- Que tengo una relación con él.


- ¿Sois novios? – preguntó.


- Sí – le dijo sonriendo.


- Yo también tengo novias – dijo.


- ¿Novias? Pero eso no está muy bien, hay que tener solo una.


- Pues yo tengo muchas – dijo mi hijo sonriendo y Naruto sonrió.


Supongo que eran cosas de niños, siempre venían diciendo que si tenían novia etc… al final todo se quedaba en que era un simple juego para ellos, al menos entendía lo que eran Sasuke y él. Naruto no sabía cómo salir de la situación, se le veía en la cara lo incómodo que se sentía por esas preguntas tan comprometedoras pero Sasuke llegó en su ayuda para mi sorpresa.


- Kiba, ve a darle un paseo a Akamaru, seguro que lo está deseando – comentó Sasuke con una sonrisa por lo que mi hijo sonriendo saltó de las piernas de Naruto para ir a buscar a su perro – Pain – me llamó a mí ahora – he tenido un pequeño problema con mi coche… ¿Podrías acompañarme y le echamos un vistazo?


- Claro – le dije caminando tras él hacia los garajes.


Cruzamos el jardín caminando por el largo pasillo empedrado hasta mi casa, yo vivía encima de las cocheras. Desde que empecé a trabajar para la familia Uchiha había sido así, ellos siempre fueron muy bondadosos y me dejaron ocupar la casa de arriba, apenas tenía gastos y no tenía que pagarla al estar en su terreno. Siempre estaría agradecido de ello. Yo a cambio de todo eso, siempre estaba a su disposición cuando necesitaban algo, había estudiado mecánica así que sabía arreglar los coches cuando se les estropeaban o tenían algún fallo.


Al llegar vi el Lexus de Sasuke allí aparcado y la verdad… me resultaba extraño que tuviera algún fallo, no eran coches que sufrieran errores. Le pedí que abriera el capó pero él no lo hizo, se quedó al lado de la puerta de su coche y al ver que no lo abría lo entendí.


- No tiene ningún fallo – le dije sonriendo – esto es por Naruto ¿no? Seguro que te lo ha contado.


- Lo del beso, sí pero eso es algo personal tuyo.


-  Has venido para cerciorarte de lo que sé o no sé sobre tú trato – le sonreí – bueno… te lo aclararé. Sé que estás utilizando a ese chico pero no sé para qué lo necesitas. Si me haces el favor… me encantaría enterarme de lo que está pasando por tu mente.


- Quiero presentar a mi novia a la familia o quería – me dijo.


- Querías que todos vieran a ese chico como algo no merecedor de ti para que luego vieran mejor a tu novia. Querías que le gastasen a él todas las bromas pesadas para evitar que se lo hicieran a tu novia. Buen plan… salvo que todos se han encariñado con la mentira que has traído – le dije muy directo.


- Algunos más que otros – me dijo mirándome fijamente desafiándome – no me gusta que estés cerca de él y mucho menos que andes por ahí robándole besos a mi chico.


- Querrás decir a tú mentira.


- Es real – me dijo muy serio.


-  Te has enamorado – le dije incrédulo – no puedo creerme que te enamorases de la persona a la que más ibas a despreciar. Sois tan diferentes, no puedes darle lo que necesita.


-  Estoy cambiando y es gracias a él. Aprenderé a ser bueno para ese chico con tal de estar a su lado. No dejaré que nadie se entrometa en esto.


- Pues espero que tu novia lo entienda – le aclaré.


- He roto con ella o al menos por mi parte.


- No lo has confirmado. ¿Ella está al tanto de que la dejas por un chico?


- Le dejé un mensaje. No cogía el teléfono así que espero que lo lea en cuanto pueda y hablemos de esto, pero yo ya he terminado toda relación con ella.


- Si estás preocupado por si hablaré de lo de tu trato, puedes quedarte tranquilo, no diré nada a tu familia de cómo les has mentido pero créeme cuando te digo… que en algún momento todo se sabrá, es mejor que vayas planeando lo que vas a decir. Puede que Naruto perdone tu mentira y esté dispuesto a quedarse a tu lado, se ha enamorado de ti, de vuestra farsa… pero ya veremos tu familia.


- Lo entenderán – me dijo – estoy convencido de que entenderán lo ocurrido. Mientras tanto… deja de utilizar a tu hijo para intentar seducir a Naruto, es muy rastrero.


- No tanto como tu artimaña de utilizar a ese chico para presentar a tu novia – le dije sonriendo – cada cual tiene sus cartas y ya están sobre la mesa.


 


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