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El Sendero de la vida por Fullbuster

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Naruto Uzumaki POV


 


El móvil sonó demasiado pronto, ni siquiera sabía qué hora era pero ahí estaba el pesado de Sasuke llamando. Vi su nombre en la pantalla y traté de hacer caso omiso, pero al final no pude más y tras tanta insistencia decidí descolgar.


- ¿Qué quieres a estas horas? – le pregunté.


- Necesito que vengas a mi casa de inmediato.


- Sasuke… son las ocho de la mañana, déjate de tonterías y duérmete – le dije tratando de colgarle pero volví a escuchar su voz más enfadado.


- Ni se te ocurra colgarme o hago que te despida mi familia. Escúchame bien. Levanta el trasero de la cama, ve a comprar algo de desayunar y te veo en mi casa en diez minutos.


- Estás loco.


- Puede pero mi madre está aquí, así que empieza a correr.


- ¿Tú madre? ¿Y qué narices hace ahí?


- Desayunar con nosotros.


- Entonces… ¿Para qué voy a llevar yo el desayuno?


- Porque les he dicho que habías ido a buscarlo, necesitaba excusarte para que no estuvieras aquí. Venga, te pagaré lo que traigas pero date prisa y ven.


Me colgó de golpe el muy idiota pero yo tenía un problema, se suponía que vivíamos juntos así que me levanté como alma que lleva el diablo y me vestí saliendo corriendo a la calle a comprar algunos bollos en la primera pastelería que encontré. Esperaba que Sasuke distrajera a su madre todo lo posible para darme tiempo a mí.


Compré los bollos y salí corriendo a llamar a un taxi. El primero no paró, de hecho hasta me pitó para que me apartase y el segundo me ignoró, así que cuando vi el tercero me metí en medio de la carretera obligándole a frenar. Me dijo de todo pero yo me subí corriendo diciéndole que me llevase a la dirección que Sasuke me había mandado ahora mismo en un mensaje de texto.


Le pagué y bajé corriendo hacia el edificio. Por suerte una mujer salía en ese momento de la puerta con un carrito de bebé y le sostuve la puerta en cuanto la abrió. Me agradeció con una sonrisa que le sostuviera la puerta, le ayudé a subir el carro los primeros peldaños hasta el ascensor y subí con ella hasta el piso número veinte donde vivía Sasuke, en un ático. Desde luego tenía dinero. La mujer se quedó unos pisos más abajo.


Cuando llegué a la puerta dudé si tocar al timbre, se suponía que debía tener mi propio juego de llaves si vivía realmente con él, pero yo no tenía nada. Toqué el timbre, algo se me ocurriría y cuando Sasuke abrió me cogió de la muñeca metiéndome con rapidez dentro de su casa.


- Naru – escuché que alguien gritaba y se tiraba agarrándose a mis piernas con una sonrisa.


- Buenos días Kiba – le dije sonriendo – no sabía que veníais a desayunar, si lo hubiera sabido habría comprado algo más – les comenté fingiendo y Sasuke se calmó.


- No te preocupes, nosotros hemos comprado algo de camino – dijo Mikoto con alegría – desayunemos. Por cierto… ¿Y tus llaves? – me preguntó y cuando fui a responder, Sasuke se adelantó.


- Se las ha olvidado, anoche estaba tan cansado y él es siempre tan despistado – me dijo intentando disimular y yo sonreí rascándome la cabeza.


- Soy un desastre para recordar donde dejo las llaves, menos mal que tengo a Sasuke siempre pendiente – le dije a Mikoto cogiendo las llaves que Sasuke me lanzó.


Desayunamos allí juntos y entonces escuché a Mikoto hablar con Sasuke de que tenía que pasarse por casa urgentemente y es que hoy era el cumpleaños de Gaara pero había hablado Mikoto con el padre y no iba a venir. A mí aquello me dio lástima, yo nunca había tenido padres y no podía culparles, habían fallecido, pero no entendía cómo estando vivo no iba a ir a la celebración, cómo podía pasar de su hijo tan y como lo hacía.


- Podríamos hacer algo divertido con ellos – le dije a Sasuke y este me miró sorprendido – quizá llevarlos a un parque de atracciones o algo así.


- Me parece muy buena idea Naruto – dijo Mikoto sonriendo y Sasuke sonrió levemente para mi asombro.


- Me parece bien – me comentó – decidido entonces, nosotros nos llevaremos a Gaara, a Kankuro y a Temari al parque de atracciones.


- ¿Y yo? – preguntó Kiba con ojillos.


- Tu también te vienes – le dije cogiéndolo en brazos y sentándolo en mis rodillas.


- Claro que te vienes – comentó Sasuke pellizcándole con suavidad las mejillas.


Cuando su madre se marchó con Kiba, Sasuke se fue a cambiarse el pijama por la ropa pero yo empecé a reírme al ver su pijama a rayas, ¿Qué era? ¿Un abuelo? Sasuke me miró extrañado y luego me echó su mirada de odio pero no dijo nada excepto que se iba a la ducha. Me quedé en el salón mirando su lujoso apartamento. ¡Menudas vistas tenía la terraza y menudas cristaleras! Se veía prácticamente toda la ciudad y era increíble.


Podía escuchar el agua de la ducha y supe que Sasuke ya había entrado. Perdí el tiempo revisando su casa y cuando salió con la toalla puesta hacia su habitación me sonrojé. Creo que él ni me vio, iba absorto caminando hacia su cuarto y no se percató en mí, pero yo sí vi perfectamente su torso desnudo, su cabello mojado, aquellos intimidantes ojos. El condenado era guapo, cualquiera se podría enamorar de él si tuviera otro carácter más amable. En realidad me caía bien, porque aunque intentaba meterse conmigo y yo me metía con él, creo que en parte nos gustaba hacerlo, nos gustaba esta extraña relación. Yo al menos estaba a gusto a su lado aunque no se lo admitiría.


Esta vez no tuve más remedio que ir con él en el coche y es que no había cogido la moto por no estropear el desayuno. Decidimos que sería Sasuke quien les diera la noticia y es que si lo hacía yo aunque era el artífice de la idea… no querrían ir por la manía que me tenían. En cuanto Sasuke propuso ir al parque, todos aceptaron contentos, aunque la alegría les duró poco al enterarse de que yo también iba, al menos a Gaara y a Kankuro, porque a Temari le dio igual y Kiba quería que fuera.


 En el parque Gaara cogía todo el rato a su primo Sasuke y se lo llevaba con él a subir en las diferentes atracciones, yo sabía que lo estaba apartando de mí, intentaba que pasase menos tiempo a mi lado pero no me importaba, mientras ellos subían a esas atracciones a las que yo tenía pánico, me quedé con Temari tomando un helado.


Estábamos pasándolo en grande hablando cuando se distrajo con unos chicos que caminaban entre risas por un extremo del parque. Creo que en ese grupo iba el chico que vi la otra vez en la Universidad.


- ¿Quién es? – le pregunté con una sonrisa.


- Shikamaru Nara – me dijo algo seria.


- ¿Está en tu clase?


- Sí – me dijo – pero él no sabe ni que existo. Siempre va con sus amigos…


- ¿No te llevas con esas chicas, verdad?


- Para nada – me confesó – las conozco desde el instituto pero nunca congeniamos. Ellas aprovechaban cualquier ocasión para meterse conmigo. Supongo que por no cruzarme con ellas tampoco me atrevo a ir a hablar con él.


- Si hablases con él… ellas no tendrían ninguna oportunidad de acercarse al chico. Tú eres mucho más guapa e interesante – le dije sonriendo y ella sonrió.


- No eres como las otras chicas que ha traído Sasuke a casa, eres diferente.


- Será porque soy un hombre – le dije sonriendo y ella sonrió aún más.


- Ellas eran muy… como Sasuke, tan serias y superficiales. Tú tienes algo agradable, hace que la gente te tome cariño enseguida y esa sonrisa es fascinante, contagias a todos con tu alegría. No sé cómo pudo fijarse Sasuke en ti o mejor dicho… como pudiste tú fijarte en Sasuke, él es siempre tan serio.


- Tiene su lado tierno – le dije – a veces le he pillado sonriendo aunque él trate de disimularlo. Es un buen chico, supongo que eso es lo que vi en él pese a la seriedad y lo antipático que parece a veces.


Gaara llegaba en ese momento aunque no vi a Sasuke, supongo que ahora lo habría cogido Kankuro para evitar entre los dos que pasase tiempo conmigo. Se sentó a nuestro lado y nos miró algo entristecido, creo que echaba de menos a su padre aunque no lo dijera.


- ¿Quieres un helado? – le pregunté.


- No – me dijo de forma cortante.


- ¿Quieres que llamemos a tu padre? Seguro que no ha podido venir por algo importante pero te echa de menos.


- Cállate, tú no sabes nada de mí – me dijo enfadado gritándome, haciendo que parte de la gente nos mirase asustada – sólo eres un rollo de mi primo, pronto se cansará de ti así que no intentes ser mi amigo ni nada parecido. Tú sólo quieres alejar a mi primo de mí – me gritó marchándose y aunque Temari le riñó, Gaara salió corriendo.


- Perdónale, es demasiado temperamental. Las anteriores novias de Sasuke… bueno… ellas pasaban de nosotros, alejaban a Sasuke y evitaban que pasase tiempo con nosotros, creo que eso le ha afectado sumándole la ausencia de nuestro padre.


- Le entiendo – le dije algo entristecido – sé lo que es que te alejen de las personas a quienes quieres. Supongo que todo es cuestión de paciencia, ya le demostraré con el tiempo que no he venido a alejar a Sasuke de él.


- Seguro que lo consigues – me dijo Temari sonriendo.


Desde luego el cumpleaños de Gaara no fue precisamente cómo yo lo había planeado, quería que fuera feliz pero no lo conseguí, le faltaba su padre, echaría de menos a su madre, no sé. Pasé por el establecimiento de entradas antes de irnos a casa y cogí un regalo de cumpleaños para Gaara. Me dejé parte de mi sueldo pero creo que esto le gustaría y yo quería verle sonreír aunque fuera una vez. Sé que habíamos empezado con mal pie, pero un día de estos conseguiría que me aceptase aunque sólo fuera como un amigo puesto que Sasuke y yo no íbamos a ningún lado, esta relación no aguantaría, en eso le daba toda la razón a Gaara.


Le di las entradas a Sasuke para que cuando viera a su primo le diera mi regalo, ya él sabría si querría ir o no, yo esperaba que las utilizase. Le había comprado un par de entradas al zoológico de reptiles que había en la ciudad, sé que le gustaban esas cosas de serpientes y bichos raros, yo nunca había ido, no sé si estaría bien o no, pero sé que a Gaara le gustaría, le gustaban esos bichos.


Dejamos a todos en casa y Sasuke condujo hasta su apartamento, claro que yo al bajarme del coche me fui a buscar un taxi para ir a casa, algo que extrañó a Sasuke.


- ¿Dónde vas? – me preguntó.


- A casa – le dije.


- ¿Y arriesgarnos a que mi madre vuelva a pasarse por aquí de improviso? No, quédate en mi casa un tiempo.


- ¿Estás seguro de eso? No quiero molestarte.


- Estoy seguro, creo que podré convivir contigo sin que lleguemos a matarnos – me dijo y creo que le vi sonreír un poco, yo sí sonreí.


- Vale, gracias Sasuke. Sólo serán unos días, mientras dure esta mentira.


- Sí, sólo unos días – me dijo como intentando convencerse a sí mismo – Oye Naruto… gracias por las entradas que le compraste, le han hecho ilusión aunque no lo diga. Yo te lo agradezco, estaba deprimido por lo de su padre y le has animado un poco el día, así que gracias.


- De nada – le dije sonriendo – son unos chicos fantásticos, supongo que se lo merecen aunque me intenten gastar bromas pesadas aún.


 


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