Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Sendero de la vida por Fullbuster

[Reviews - 569]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Naruto Uzumaki


 


Ese hombre era algo raro, sé que era abogado pero ya está, no sabía nada más acerca de él excepto que tenía muy mal humor cuando las cosas no salían como él quería. Le había lanzado un café encima y lamentaba eso, pero no había sido completamente mi culpa, mi jefe había estado molestándome.


La policía me llevó a la comisaría a dar parte de todo lo que había ocurrido y me dejaron en una sala con mi abogado, o creo que él iba a ser mi abogado porque ya no estaba seguro.


- No me has dicho como te llamas – le dije algo serio y a la vez avergonzado.


- Uchiha – me dijo – Sasuke Uchiha.


Le vi que seguía mirando los documentos que había traído y esparcía hojas y más hojas por la mesa. Leía muy rápido, más que yo de eso es seguro, a mí a veces me costaba leer, no tenía ese hábito y es que en el orfanato me había dedicado más a intentar ganarme la vida trabajando en empleos donde me tenían muchas horas por un jornal bastante bajo, pero era lo único que tenía para sentirme útil y ahorrar para salir de allí. Ahora con dieciocho años seguía trabajando para sobrevivir, nunca tuve tiempo libre para dedicarme a estudiar, leer o cualquier otra cosa.


- Me llamo…


- Calla – dijo en tono seco sin dejarme acabar y me callé.


Me dediqué a mirarle, se había cambiado la camisa que le había manchado pero seguía igual de elegante con esa americana. Yo nunca había tenido ropa cara ni mucho menos elegante. Me sonrojé un poco al ver como su flequillo caía sobre esos intensos ojos oscuros que tenía, parecía un chico muy serio y pensé que necesitaba relajarse, no sé si él sonreiría alguna vez pero teniendo una vida perfecta como parecía tener… ¿Por qué no sonreiría? Yo lo hacía y eso que trabajaba en sitios de mala muerte, me pagaban poco, pagaba un alquiler de un pequeño piso de apenas cuarenta metros cuadrados que se caía a pedazos pero él… ¡Dios mío! Era abogado, guapo, seguro que su casa tenía más de cuarenta metros cuadrados y no se caía, seguramente tendría pareja, una buena familia, habría estudiado en buenos colegios… ¿Por qué no sonreír?


- ¿Por qué me miras así? – me preguntó de golpe apartando sus ojos de los papeles.


- ¿Nunca sonríes? – le pregunté y él se extrañó.


- No – me dijo seco – y tú deberías ponerte serio aunque este caso no debería ser complicado para ganarlo.


- ¿De verdad vas a ser mi abogado? – pregunté.


- ¿Por qué no?


- Porque por la forma en que vistes y en la zona en que trabajabas… debes de ser muy costoso para contratarte y yo tengo... – pensé un segundo – tenía un sueldo basura, apenas me llega para el alquiler y la comida,  no podría pagarte.


- Es cierto, no podrías pagarme. Creo que deberías buscarte un abogado de oficio – dijo levantándose y recogiendo los papeles de la mesa.


- Ya, gracias por haberme ayudado antes con lo de mis derechos – le sonreí y él me miró unos segundos extrañado.


Se giró de golpe guardando todo en su maletín y salió de allí dejándome solo. El policía volvió a entrar trayéndome una botella de agua y preguntó extrañado por mi abogado al no verlo allí.


- Creo que aceptaré a ese abogado de oficio que me proporcionaban – le dije sonriendo y el policía con una agradable sonrisa me dijo que ahora volvía, iba a llamarme a uno.


Estuve allí como diez minutos solo en la sala. Nunca me había detenido la policía y menos por algo que no había hecho, bueno… sí lo había hecho, había apuñalado a mi jefe y estaba en el hospital recibiendo atención médica, pero no le había hecho nada grave, además… fue en defensa personal para tratar de alejarle cuando intentó abusar de mí, yo creo que los jueces podrían entenderlo ¿No? Yo ni siquiera sabía cómo iba la justicia, yo sólo quería trabajar, sobrevivir, encontrar a mi hermano y ya está.


Pensé en Sasuke, no podía reprocharle que no me ayudase, creo que era algo normal. Los abogados vivían del dinero que recibían por sus servicios y yo no podía pagarme un buen abogado, bastante había hecho por mí cuando me detuvieron y eso se lo agradecía y más después de lo enfadado que había estado por cómo le tiré el café. Recosté la cabeza en la mesa y pensé en todo lo sucedido ¿Cómo iba a salir de este lío?


La puerta se abrió de golpe y vi a Sasuke entrar de nuevo por lo que me extrañó el doble al verle de nuevo aquí. Estoy convencido de que me había sonrojado un poco y es que el chico era guapo, puede que no sonriera nunca pero no podíamos negar su atractivo pese a ello.


- No me mires así, voy a proponerte algo a cambio de mis servicios.


- Ya te he dicho que no puedo pagarte – le dije serio.


- Calla y escucha, tienes una enorme manía de interrumpirme.


Me callé de nuevo y escuché como resoplaba y se sentaba en la silla frente a mí.


- Creo que podemos llegar a un trato, tu caso no es muy complicado y puedo sacarte de aquí en menos que canta un gallo así que… ¿Qué te parece si tú me ayudas con un pequeño problema personal y yo te saco de este problema?


- ¿Qué asunto personal? – le pregunté un poco asustado.


- Tan solo tendrías que fingir salir conmigo un tiempo.


Empecé a reírme de golpe creyendo que se trataba de una broma pero al verle tan serio dejé de reírme al momento.


- ¿Va enserio? – le pregunté.


- Totalmente ¿Te parezco que bromeo?


- Pero… ¿Tengo que salir contigo?


- Sólo fingirlo – me aclaró.


- ¿Tendré que besarte?


- Espero que no pero si hubiera que fingir mucho… sería un beso sin lengua – me especificó – Sólo necesito a alguien un tiempo, nada más, será poco tiempo, te lo prometo.


- ¿No tienes pareja para eso?


- Necesito a alguien como tú. Mi familia siempre están diciendo que soy muy serio y que no tengo vida personal, así que les mentí para que me dejasen en paz diciéndoles que había conocido a alguien como tú… divertido y que siempre sonríe. ¿Puedes fingir o no?


- No sé por qué dirán eso – dije susurrando en forma irónica


- ¿Qué has dicho? – preguntó casi amenazadoramente.


- Si ganas mi caso trato hecho – le dije.


- Perfecto. Ya tienes abogado y voy a ganar este caso.


El policía entró de nuevo por la puerta siendo acompañado por otro chico, parecía un abogado y se quedó sorprendido de ver a Sasuke de nuevo allí frente a mí.


- Pero ¿Qué…? – preguntó sorprendido sin entender nada.


- Soy su abogado, no necesitamos a otro – dijo Sasuke de golpe.


- Pero si hace un momento usted se había marchado.


- ¿No podía ir a por un café? – preguntó extrañado y yo decidí permanecer en silencio.


- Su cliente me comentó que deseaba un abogado de oficio.


- ¿Hizo eso? Entonces se confundió porque yo soy su abogado, estos chicos que no entienden de temas legales – dijo susurrando y me sentó mal, hice un puchero pero no dije nada.


- Está bien, les dejaré a solas para que discutan su defensa – dijo el policía marchándose.


- Muchas gracias – comentó Sasuke serio sentándose de nuevo frente a mí – preparemos un buen argumento, necesito los hechos.


- Los hechos son que trató de abusar de mí y cogí lo primero que vi para defenderme – le dije – no quería hacerle daño, sólo que me dejase en paz.


- ¿Y me lo dices así? – me preguntó dudando – dios mio… Recuérdame por qué he aceptado este trato.


- Porque me necesitabas para una cena familiar – Sasuke me miró casi con odio y volvió a acomodarse en la silla.


- No puedes decirlo así, el jurado tiene que ver que lo hiciste en defensa propia.


- ¿Y cómo quieres que lo diga?


- Y yo que sé, finge estar más afectado.


- Pero es que no me ha hecho nada. No estoy tan afectado, conseguí defenderme y se llevó lo que se merecía.


- Eso no lo digas en el tribunal – me dijo de golpe – llórales, háblales de cosas íntimas, dónde te tocó, que te hizo, haz que sientan pena o no se tragarán tu argumento.


- Pero es lo que ocurrió.


- Mira chico…


- Naruto – le dije enfadado – me llamo Naruto, creo que deberías recordar al menos el nombre del que va a ser tu supuesto novio.


- Vale… Naruto. Ese tío de ahí no va a decir que abusó de ti, sería idiota si lo hiciera, mentirá, dirá que tú le buscaste, que le has estado provocando, que querías follártelo y cuando se negó a tener relaciones contigo tú te enfadaste y le clavaste un cuchillo.


- Pero eso no pasó – le dije.


- Pero es lo que dirá. ¿Crees que quiere ir a la cárcel?


- No


- No, exactamente, finge, miente, llora, haz lo que sea pero que el jurado crea tu versión.


- Mentir está mal – le dije y él se recostó sobre su silla quejándose.


- Genial… un chico con ética moral. ¿En qué mundo has vivido? ¿Es que tus padres no te enseñaron lo que son las mentiras piadosas?


- En un orfanato, yo no tengo padres – le dije muy serio y él se calló de golpe.


- Vale empecemos de nuevo – me dijo sin disculparse pero aún así… le veía afligido por esa metedura de pata - ¿Quieres salir de este problema? Entonces hazme caso, ellos van a mentir sobre lo sucedido y al fin y al cabo no te estoy pidiendo que mientas, tú versión es lo que ocurrió ¿Verdad?


- Sí, exacto. No quiero mentir, yo no miento nunca.


- Vale… héroe de la verdad, sólo necesito que les demuestres que es cierto lo que les estás diciendo, necesito que finjas que de verdad te afectó y demuestres que él hizo lo que dices que hizo. Es fingir sólo un poco para llegar a tu objetivo, no estás mintiendo realmente, sólo… adornando la verdad – me dijo como si eso no fuera nada.


Quizá fuera un poco mojigato,  no había tenido relaciones con nadie, no me había enamorado nunca, no había tenido padres y en el orfanato me educaron para ser honesto y sincero, a decir la verdad ante todo, a ser yo mismo, a ver la vida de forma positiva y a sonreír frente a las dificultades y aquí estaba Sasuke… todo lo contrario que yo, mi opuesto por naturaleza, mentiroso, serio, sin pizca de honra, orgulloso y prepotente, sin tener esperanzas de la vida, sin sonreír… era… completamente mi opuesto, hasta físicamente, yo era rubio de ojos azules y él moreno de ojos oscuros, él era fuerte y apuesto y yo… un enclenque que había sobrevivido a duras penas, él tenía un gran trabajo y yo uno pésimo, ¿Cómo podíamos fingir ser una pareja? No encajábamos en nada.


- ¿Qué estás pensando? – me preguntó de golpe.


- En lo diferentes que somos – le dije - ¿Por qué quieres fingir que sales conmigo si no soy para nada de tu gusto?


- Exactamente por eso… porque no nos parecemos. Tranquilo… habremos roto en menos que canta un gallo, sólo será un tiempo.


- No me gusta mentir.


- No estás mintiendo – me dijo.


- Sí lo hago, estoy fingiendo ser algo que no soy.


- Te prometo que serán solo unos días y no tendrás que fingir nada más, puedes ser tú mismo. Sólo tienes que hacer ver que te has enamorado de mí.


- Y eso ya es una gran mentira… yo no podría enamorarme de alguien tan serio.


- Ni yo de alguien como tú, pero aquí estamos, en el mismo barco.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).